Pensive (Priv.) - CERRADO

Las aletas dorsales casi trasparentes salían del flujo del océano, parecía una orca que salía para respirar cada tanto, pero este no era el caso. Salía para averiguar si podía ir a la selva frondosa. Le parecía de lo más curioso ir… el miedo volvía a impulsarla a meterse de nuevo. Era un vaivén de pensamientos que impedían salir de las profundas aguas sin su forma verdadera ¿Que haría un gran reptil de 15 metros de largo paseando por una junga desconocida? Pero así fue. Había tomado impulso para saltar, su barriga choco contra el suelo el cual muchas ramas crujieron y un dolor en su abdomen se aferraba. Avanzó con mucha cautela, como si estuviera en peligro con cualquier animal. Un ave salió volando lo que le provoco que agachará la cabeza. El avanzar lento más escuchar como su cuerpo aplastaba los alrededores le molestaba, le impedía concentrarse. Desde ahí simplemente decidió transformarse en su forma sellada. Era un descontrol mantenerse en dos extremidades, era la primera vez que se mantenía en aquella forma.


Hizo una mueca al ver que su barriga tenía rasguños por las ramas que había aplastado en su lento andar. Cerro un poco más aquel manto azul abrochado con una joya interesante la cual caían 3 bastones y 2 triángulos en los costados. Miro con cierto temor a todos lados, cada vez más la capucha que cubría su rostro la cerraba más. Tropezó unas cuantas veces logrando que su rostro se llenara de barro. En una caída encontró una rama la cual uso como bastón para seguir avanzando. En otra parte de la jungla que era más similar a un laberinto pudo ver a una mujer recostada con un mano en el pecho. Se acerco un poco más olvidando del aspecto que lucía y su voz comenzó a tomar color. - ¿Te encuentras bien? - se acercaba lentamente para notar un rostro con los ojos sellados y con cicatrices viejas. -"¿Qué clase de arcano será?" - se dijo así misma mientras ahora ambas manos se disponían de sostenerse en el bastón.

Rió a lo bajo recordando sus heridas no eran profundas pero de todos modos le había causado interés más bien preocupación a la mujer. Se limitó a quedarse estática en donde estaba, veía cierta vigilia del ajeno. El leve movimiento de las fosas nasales le daban esa idea, pero le resto importancia. Cerró los ojos y sonrió con mucha tranquilidad. - Oh, esto no es nada. Simplemente soy torpe y… no se caminar. - comentó levantando los hombros aun manteniendo aquella sonrisa alegre por así decirlo. En cierto sentido debía también mantener distancia del desconocido, simplemente se había acercado por mera curiosidad más que ella se encontraba sola en una jungla.

Aquella pregunta la dejo sin palabras. ¿Ayuda? ¿Necesitaba ayuda? Si, quería gritar y correr hacia el océano y revolcarse en las algas y arena blanca, pero había salido para comenzar a conocer el mundo y poder pisar tierra… El miedo recorría la piel de pies a cabeza. Tembló. Desvió su mirada hacia otro lado, no quería hacer contacto visual. - Tal vez necesite encontrar agua… debo ver como luce mi cara llena de barro. - su risa ahora estaba afectada, no se encontraba en las mejores condiciones, se había precipitado en salir por otro lado. Debía iniciar en las playas cercas del océano donde era más fácil voltearse y huir. - D-disculpe, pedí algo sin presentarme… Me llamo Skye Difan… - hizo una pequeña reverencia con la cabeza. Tomó algo de valor para usar una de las manos, ya que la otra iba a seguir sosteniendo la rama, y retirar la capucha que cubría parte de su rostro. Sacudió la cabeza para que el pelo verde saliera de ella, le era extraño no tener los cuernos a los lados… cosas que estaba muy acostumbrada era como si estuviera desnuda.

La risa nerviosa volvió a dar su presencia cuando Diana mencionaba sobre su incompetentes piernas. - Pues tienes toda la razón… para ser sinceros nunca estuve en esta forma… así que me parentesco a bebes recién nacidos - No iba a omitir esas realidades, realmente se sentía tan inútil, como si no supiera usar los pies pero al parecer era natural de su raza; vivir tantos años con una cola los hacía completamente inútiles. Cuando escuchó la ultima oración sus pupilas se dilataron y los iris amarillentos brillaban como el mismísimo Sol. Estaba emocionada y simplemente asintió frenéticamente mientras soltaba un sonoro "Si por favor". Aunque la emoción se apagó tan rápido como la vista de la morena giraba hacia atrás.

- Con que vas acompañada… ah… - ahora sonaba decepcionada o sorprendida. Había pensado que ella estaba ahí sola al igual que ella y poder conversar, pero cuando ya descubría que había otros simplemente se volvía algo distante. ¡Oh pobre dragón! tan temerosa ante tantos. No sabía cómo comportarse o como tratar con la multitud y más si no sabía la especie. Durante un periodo simplemente su mente jugó con ella, comenzaba a tratar las posibilidades que caiga a una emboscada… Miro hacia atrás… ¿Miro para recordar donde estaban los demás o para dar la señal de ataque? Su cabeza maquinaba a fuego rápido, podría jurar que la cabeza le ardía. Debía calmarse y rápido sino se iba a transformar por un ataque de pánico. - ¿E-estas ocupada en o-otra cosa? - ya no sabía que decir, su voz temblaba.

- ¡Por los océanos! - había murmurado mientras abría un poco los ojos, podría decirse que podrían salir sus globos oculares con mucha facilidad pero solo era una simple sensación. Escuchó atentamente a sus respuestas hasta que una mano le sorprendió pero no podía gritar si gritaba la manada se acercaría. No tembló pero sus labios lo consiguieron. Debía calmarse. -"toma aire hasta que tu pecho no te asfixie"- hinchó sus pulmones con oxigeno y lo soltó lentamente, había relajado los hombros. Una vez que se había tranquilizado había proseguido escuchar a Diana que comentaba sobre su razón.

- Podría ser un lugar tranquilo, pero no lo es… no sabría explicarlo… - rió un poco debía dejar de tensionarse tanto o algo le iba a ocurrir. - El océano puede tener sus malos días pero… para pensar es un lugar hermoso. - había pasado tanto tiempo dentro de una cueva cantando o tarareando, dependiendo de que tan bien se acordaba de la letra de la canción, para relajarse y pensar sobre sus acciones pasadas y actuales. Sonrió con algo de temor de confiar. Confiar y ser apuñalada por la espalda le daba temor, no quería que le ocurriera lo mismo que su madre… no, no ese día. - Pues, ¿vamos? - soltó una pequeña risa nasal. No sabía por dónde ir por el ojo de agua… aunque le parecía un nombre raro. Solo conocía los océanos, mares y rios… nada más, no conocía el exterior como tal así que estaba a merced de un desconocido para que la guiara hacia el lugarsito. Por idea se debía de ser un espacio muy chico y sin profundidad así que solo podría, si quería, transformarse en su forma fated.

De alguna extraña forma apreciaba que la mujer apoyará la mano en su hombro, daba cortos pasos para no tropezarse y caerse. Clavaba la madera en la tierra húmeda y disfrutaba de pequeño paisaje, el sol pegaba fuerte, las lanzas giraban alrededor del globo imposible de ver por la luz que radiaba pero la arbolada y las hojas dejaban muchas veces que sus rayos filtraran. Asintió unas pocas veces, no iba tan marcado el movimiento de su cabeza, pero la escuchaba. Le agradaba su voz, suaves pétalos que podían tomar un giro si lo quisiera, no planeaba buscar esa ventisca. - Lo es, la calma puede transformarse en una batalla desgarradora. - inconscientemente, imágenes de las numerosas peleas que tuvo con las orcas iban apareciendo, la última fue tan fuerte que logró que llevara la mano a la herida del cuello. Se alegraba de tener el placer de tener a los peces garrufa a sus cuidados. - Pero termina siendo algo muy bello… ver como la calma vuelve. -

Cerró los ojos en la caminata se guiaba con los sonidos de los pasos o la voz de la loba. Los volvió a abrir lentamente como si el sol le pudiera dañar o la sorpresa de sorpresa de la acompañante. Su mirada estaba fija hacia adelante tratando de buscar las palabras que necesitaba, las justas. - No suelo salir a la superficie en esta forma… y como estaba por esta zona tome el gusto de espiarla y ver si podía acostumbrarme... - su voz se apagó un poco a la vez que desviaba su mirada a sus pies descalzos que sentían por primera vez la tierra.

Mientras miraba la tierra y como muchas veces se mezclaba con algunas plantas, escuchaba la voz de la loba, en cierto aspecto tenía toda la razón. Se había planteado millones de veces ir por la playa ya que es zona cercana al mar y está cerca de su hogar pero esa no era la cuestión. Allí se iba a cruzar con otros arcanos, y al ser una playa suele tener visitas inesperadas. Tal vez no fue lo suficiente astuta en ir a la jungla, pero tenía cierto interés en las aves coloridas que muchas veces pudo ver mientras se dirigía de Draconía por sus corrientes cálidas. - Si.. lo había pensando pero este lugar me había llamado de alguna forma. - Caminaba a la par de la morena, tenía cierto carácter que le agradaba pero siempre había algo que le advertía no confiar.

Lentamente se habían acercado a su destino, se veía poco profundo. Ni podría esa cantidad de agua ocultar su cola, se deprimió un poco logrando escapar por sus labios un suspiro con aquel toque de angustia. Con ayuda de Diana, que la dragona estaba muy agradecida por ese tiempo cedido, decidió sentarse de manera algo torpe. Aun le costaba doblar las rodillas, así que en el momento que había doblado las rodillas de más su eje se dispuso a desaparecer, su rostro inmediatamente fue acariciada por algunas piedras y el agua.

Salió algo con un hilo de sangre proveniente de su nariz, no sentía nada simplemente hizo una cuenca que lentamente las gotas de sangre resbalaban por su labio inferior y caían. Se dispuso a empapar su rostro varías veces ya que la tierra había cubierto algo de la tierra, después se abrió un poco el sacón azul para, simplemente con una a mano limpiar las heridas manchadas entre sangre y la tierra. - Que fresca que esta… que gusto sería arrojarme, pero es muy pequeña. - rió al decirle con una sonrisa de oreja a oreja. Pudo ver como se acicalaba por detrás de la nuca, fue ahí que entro en razón que hacía calor y por ende aquel comentario que había dicho. Comenzaba a afectarle un poco así que decidió mojarse los brazos y pasar el resto del agua por sus cabellos sin lastimar el pequeño peinado.

Por fin había quedado más limpia, ya la sangre dejaba de escaparse de su nariz. Sentía de alguna extraña forma que sus piernas temblaban aun estando acostada. Dejo escapar entre dientes un chasquido por aquella molestia, tal vez era por estar arrodillada pero lo único que pudo pensar fue que era la primera vez que usaba esa forma, no estaba acostumbrada. Acomodó un poco las piernas para que las plantas de los pies sintieran el refrescante liquido trasparente.

Pestañeo varias veces a la vez que giraba la cabeza para notar la mirada de la morena quien ahora sus manos se dedicaban a tomar mechones de aquel cabello tan extenso, y entrelazarlos entre sí. Relajo su postura cuando exhaló dejando que el aire incorporado escapará por su boca y la cerrara pensando que decir. - Me había imaginado que las criaturas de la superficie no me tratarían de lo mejor. - comentó mientras sonreía de costado manteniendo la mirada fija en su compañera. - Sentía interés hace tiempo ya de la superficie y que frutas o animales existían fuera del agua. Vine aquí en mi forma verdadera así que era más fácil protegerse de algún ataque. - pausó. Miró a su alrededor notando la vegetación, era más abundante que dentro del océano, era natural. El arrecife tiene su propia vegetación pero es más colorida que colores similares. Ahora su vista había vuelto pero a sus rodillas que estaban casi dobladas. - Pero termine decidiendo probar esta forma y así me encontré contigo. -

La risa había logrado salir, quería relajarse un poco más y bien que lo había conseguido con la charla. - Pues… me toca a mi preguntar. Cuentame Diana. ¿La manada como se va movilizando? Me refiero a como deciden los caminos o si es por recursos o algo por el estilo... - le había provocado curiosidad a como la manada se movía, agregando que no tenía experiencia en una, ya que se valía por ella misma, o sea independiente de sus acciones. Reconocía que era muy eficaz estar con muchos de su especie ya que a la hora de caza o protección es mejor tener mas bocas que solo, pero reconocía que no todos iban bien en manadas. Los tiburones eran un caso y más los dragones.