Aesther
Soberana de la Primavera
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Post by Aesther on May 14, 2017 23:20:06 GMT
Sus pasos eran lentos pero firmes. Sentía el pasto húmedo por debajo de sus pies; qué sensación tan reconfortante. Desde su fiesta, pasaba mucho tiempo fuera del templo dando caminatas solitarias en el bosque. Pedía que nadie le acompañara, no quería que nadie la viera preocupada. De su mente las imágenes de aquellos rostros llenos de muerte... de súplica... de terror, no abandonaban su cabeza. Intentaba concentrarse en otras cosas para olvidarlos pero se habían tatuado a su alma de manera imborrable. Se sentó sobre un tronco caído mientras pasaba su mano por la madera, haciendo crecer decenas de florecillas azules que terminaron por forrarlo. Apoyó sus codos sobre sus muslos para dejar reposar su rostro entre sus manos.
No valía la pena entristecerse por aquello... Al menos no por ahora. Llevaba días sin descansar, sin que esas imágenes la atormentaran al beso de sus pestañas. Se sentía cansada. Lentamente, se dejó caer sobre la madera conforme crecía un musgo abundante sobre ella, sirviendo de colchón para el pequeño y frágil cuerpo de la ninfa. En poco tiempo, se quedó dormida siendo acariciada por el aire del bosque y arrullada por el canto de las aves.
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Post by Deleted on May 15, 2017 1:09:39 GMT
No era exactamente el mejor día para el Queltzacoatl, de haber sabido que tendría que recorrer el bosque de las hadas para cumplir con aquél encargo jamás lo hubiese aceptado, evitaba ese tipo de lugares "bendecidos" y más aquél. A pesar de ser un pequeño Paraíso en la tierra se había perdido más de tres veces aquél día y no había ni rastro del susodicho producto que había solicitado su cliente.
Entre tanto perderse y perderse por fin llego hasta una zona algo diferente, estaba segura que no había pasado por esa zona del bosque aunque no podría estar muy seguro se detuvo a descansar, tardo un rato en notar una presencia cercana al acercarse podía notar que era una mujer durmiendo... si mal no recordaba sentía que conocía aquella mujer- Oye- Dijo bruscamente.
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Post by Aesther on May 15, 2017 1:27:39 GMT
Imágenes abstractas comenzaron a atormentar sus sueños; fruncía el ceño, aún estando atrapada en aquél mundo surreal que comenzaba a angustiarla. Pero de pronto, el peso de una voz desconocida la trajo de regreso. Sus ojos se abrieron lentamente, por un momento desconociendo el lugar donde se había quedado presa del cansancio. Con una mano talló sus ojos, sintiendo la pesadez de su cuerpo sobre el tronco en el que dormitaba. Se enderezó poco a poco recobrando consciencia, reconociendo lo que le rodeaba, todo excepto aquél joven quien se veía sumamente serio. Aesther sonrió como siempre lo hacía en presencia de cualquier persona. No se molestó por haber sido despertada con tan poco tacto, al contrario, se alegraba de ver frente a ella alguien nuevo e interesante. Eso tal vez la ayudaría a mantenerse aislada de sus propios pensamientos. -¡Hola!- exclamó llevándose el cabello detrás de la oreja. -¿Puedo ayudarte en algo?-. Su tono era dulce y cálido; realmente estaba dispuesta a ayudarle en lo que fuera posible. Ojalá no estuviera perdido.
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Post by Deleted on May 16, 2017 0:50:46 GMT
Quelt espero paciente a que aquella mujer reaccionara, si es que llegaba hacerlo algún día no tuvo que esperar mucho gracias al cielo o empezaría a perder la paciencia, la sonrisa le causo cierta incomodidad "¿Quién rayos despierta en el medio de la nada junto a un extraño y sonríe?" Pensó al momento en que ella le respondía, el hombre tanteo sus bolsillos y sacó un pequeño cartel en el que se podían ver algunas flores de color morado.
-Estoy buscando esto -Comentó sin mostrar mayor preocupación al nombre de la chica o algo por el estilo quería terminar el trabajo para salir de allí- ¿Sabes donde puedo conseguirlas? Se que solo crecen en este bosque pero estoy harto de dar vueltas por allí sin éxito alguno -Se quedo callado con el cartel estirado hacía ella esperando alguna respuesta.
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Post by Aesther on May 16, 2017 5:24:24 GMT
Llevó sus delicadas manos con sumo cuidado hacia aquel pedazo ed papel arrugado por los dobleces hechos por el tiempo. Se mordió el interior de su cachete, encajando sus cejas sobre su ceño mostrándose como si estuviera dentro de un profundo análisis. Conocía esa flor pero no podría encontrarla mas que en un área muy específica del bosque. -Puedo llevarte si quieres- dijo de pronto levantándose de un salto, haciendo que decenas de florecillas crecieran a su alrededor por el entusiasmo de una pequeña misión. Tomó la mano del muchacho sin preocuparse de invadir su espacio personal y por supuesto, sin reparar en su evidente actitud enfadosa. -Tomamos camino por aquél sendero, se encuentran muy cerca del árbol que llora-. Al decir esto señaló en dirección a un camino que se adentraba más al bosque. Sabía perfectamente lo que quería. -¿Vamos?- preguntó sonriente, apretando la mano del muchacho entre las suyas.
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Post by Deleted on May 16, 2017 11:46:05 GMT
Seguía algo desconfiando de aquella mujer, no sabía que clase de cosas podría haber en aquél bosque pero tampoco quería permanecer mas tiempo allí, si aquella dama lograba llevarlo hasta su objetivo podría irse lo más pronto de aquél extraño lugar, le desagradaba la sensación de estar siendo observado y no poder distinguir a los pequeños seres que habitaban allí, el dulce tacto de la mujer en sus manos le saco de sus pensamientos, se mantuvo firme en su expresión pero se hallaba algo cohibido por dentro en verdad le parecía extraño aquél comportamiento tan amable, ante la pregunta de ella simplemente asintió con la cabeza mientras empezaba a seguirle el paso a la mujer.
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Post by Aesther on May 16, 2017 21:09:18 GMT
Caminó hacia el sendero tomando de la mano al chico. ¡Sí que era callado! Estaba bien, habían personas que decían más con las acciones que con las palabras por lo que no se preocupó en cuestionarle nada. El día era de lo más agradable, podía sentir la brisa del bosque besándole los hombros y el aroma de las plantas arrastrándola al interior del bosque. Comenzaron a adentrarse tomando aquél camino, siendo cubiertos por la sombra provocada por los árboles que los protegían. Miró por encima de su hombro para hacer contacto con el muchacho; se veía bastante cohibido, esperaba que fuera por su culpa. Al caer en cuenta de que tal vez el estar tocando su mano podía resultarle incómodo, lo soltó sin detener su caminar. -Ah... Es una flor muy rara en verdad. Dime, ¿para qué la usarás?-. Dio un salto para darle frente al chico y empezar a caminar de espaldas sin ver el camino delante suyo.
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Post by Deleted on May 18, 2017 21:52:48 GMT
Mientras caminaba junto a la mujer se preguntaba que podría estar haciendo ella en un lugar así, por suerte ella se alejo despegandose de él eso le hizo recuperar su respiración normal, odiaba que invadieran su espacio personal de aquella forma, algo muy chistoso para alguien que mataba y hacía casi cualquier cosa por dinero, la pregunta le pareció curiosa dado que él no se la había hecho.
-Bueno la verdad no tengo idea, es para un cliente y no me puse a preguntarle la razón de su necesidad por esta flor, pero si no la llevo no recibiré la paga así que en serio la necesito -Su tono había pasado a ser algo mas cortes, dado que la mujer se había mostrado amable al mostrarle el camino no veía razón para ser grosero.
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Post by Aesther on May 19, 2017 2:29:00 GMT
Alzó la mirada hacia las copas de los árboles preguntándose qué buscaría ese cliente con la flor. Sus propiedades eran demasiado variadas por lo que mucha gente le buscaba por muchísimas razones. Algunos para usarla para el bien y otros para cosas no tan buenas. Se mordió los labios aún dando pasos caminando de espalda. -Comprendo. ¡Confidencialidad profesional! Eres muy discreto, eso es bueno- bajó la cabeza para mirarle y dar un pequeño salto antes de volver a dar la vista al frente. Podía ver el árbol en la distancia acercarse más y más. Giró ligeramente su rostro para mirar al muchacho y hacerle una seña con su mano para que lo siguiera. Se echó a correr sintiendo sus pies descalzos acariciar el pasto. No tardó en llegar a la base del árbol. Se hincó frente a él inspeccionando las plantitas que crecían cerca de sus raíces. No veía la flor por ningún sitio. Angustiada, llevó sus manos a sus mejillas por un momento temiendo que hubiera ya desaparecido del bosque.
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Post by Deleted on May 19, 2017 4:12:00 GMT
La chica parecía conforme con su respuesta eso era bueno, la verdad no tenía más datos sobre el porque y para que quisieran aquella planta, la mujer se noto de pronto mas activa como si ya faltara poco, la siguió callado viendo como ella se acercaba a un árbol y buscaba cerca de este, aunque su cara de angustia no fue buena señal para el reptil miro por las cercanías y no vio rastro alguno de la flor.
-¿Entonces? -Pregunto con un tono brusco otra vez, estaba teniendo la suposición de que aquella joven no había hecho mas que hacele perder el tiempo y quizás hasta abría mentido sobre saber donde se hallaba la flor- ¿Donde esta?.
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Post by Aesther on May 19, 2017 17:54:03 GMT
Comenzó a sentirse nerviosa. De sólo pensar que la flor ya no estaba su corazón se sentía triste. Palpó la tierra con sus manos, avanzando hacia adelante para buscar algún retoño, algún dejo de la planta. -Ay-. No veía nada por lo que comenzó a darle la vuelta al tronco del árbol, esperanzada de que tal vez del otro lado encontraría algo. Por fortuna, así fue. Un pequeño retoño apenas saliendo tímidamente de entre la tierra. Aesther apoyó sus manos sobre sus muslos para suspirar aliviada. Bien. -¡Ven! Aquí hay una pequeña- dijo sin despegar la vista de la plantita. -Aunque me temo que no te puedes llevar esta- agregó con algo de vergüenza.
Sin decir nada, pasó su mano por encima del retoño haciéndolo crecer con rapidez. Era una flor que rebosaba de vida, brillante y muy pero muy hermosa. A su lado otras flores más pequeñas comenzaron a brotar. Mientras esto sucedía el rostro de la Soberana se iluminaba con alegría; nunca dejaba de emocionarse al ver cómo la naturaleza crecía frente a sus propios ojos.
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Post by Deleted on May 24, 2017 15:07:15 GMT
El hombre miro la cara de la chica, empezaba a perder la paciencia mientras la mujer daba vueltas al tronco, cuando la escucho camino junto a ella inmediatamente para ver el pequeño retoño. Genial aquella mujer le decía que no podía llevarse la única cosa por la cual estaba allí y era verdad la flor así tan pequeña no le serviría de nada a su cliente habían sido muy específicos con el tipo de espécimen y la cantidad de ellos que debía llevarles, golpeo el tronco con el puño bastante molesto odiaba perder el tiempo. Su para desahogarse escupió un pequeño rayo hacia el césped dejando una pequeña quemadura.
-Estoy bien -Dijo A la mujer en caso de que se pusiera nerviosa- Solo es una molestia el tener que hacer un viaje para nada.
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Post by Aesther on May 29, 2017 5:56:27 GMT
Aesther no notó la molestia de Quelt, estaba tan concentrada y alegre de ver aquellas florecillas crecer frente a ella que cualquier otra acción quedaba cancelada por su entusiasmo. Aún sentada sobre la tierra, alzó la mirada para ver al joven al momento en que esté escupía al suelo. La Soberana se sobresaltó, dejando escapar un gritillo que al poco tiempo se convirtió en una carcajada. -¡Vaya! No pero que no fue por nada. Dije que no podías llevarte esa flor pero puedes llevarte las demás-. Apoyó sus manos sobre sus muslos, levantándose con cuidado del suelo. Perdió un poco el equilibrio pero por suerte logró apoyarse del tronco del árbol y así no caer. Volvió a reír ante su torpeza pero no le dio mucha importancia. Se sacudió la tierra del vestido con las manos quedando quieta y alegre frente al muchacho, esperando a que tomara lo que necesitara.
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Post by Deleted on May 31, 2017 1:21:04 GMT
El hombre miro a la muchacha con cara de pocos amigos. "¿Es que eres estúpida o qué? Si vas a decir algo así especifica primero maldita sea". Pensó mientras sin decir nada tomaba las flores necesarias con cuidado las envolvió en un pañuelo de algodón y luego las guardo en una bolsa en su cinto se limpio las manos agitándolas bien había terminado allí ya podría marcharse de aquél espantoso lugar seriamente le ponía de los nervios. Además aquella mujer era sumamente torpe ¿Como rayos es que sobrevivía sola en ese sitio?.
-Bueno supongo que debo darte las gracias -Se aclaro la garganta y extendió la mano hacía la mujer a pesar de que no quería admitirlo le había sido de bastante ayuda para aquél trabajo- Mi nombre es Quelt Collet y por el servicio que me has prestado te prometo ayudarte en algo que desees, claro no tiene que ser necesariamente ahora.
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Post by Aesther on Jun 6, 2017 0:49:03 GMT
Se distrajo al momento en que el muchacho se agachaba para tomar las flores; el día era sumamente agradable. El aire corría con suavidad acariciando las plantas y el olor de las flores viajaba con mayor facilidad por todo el bosque. Aesther suspiró profundamente, llenando sus pulmones de la pureza de la brisa. Por un momento sus ojos se cerraron hasta que escuchó el sutil carraspeo del chico. Al mirarlo, la mano de quien ahora sabía se llamaba Quelt, se encontraba extendida frente a ella. La estrechó con una sonrisa. -Ah... no, no tienes nada qué agradecerme. No hice esto para cobrarme ningún favor- comentó sonrojada sin perder la intensidad de su gesto alegre. -Mi nombre es Aesther; espero que sean suficientes las flores. Me dio gusto haberte ayudado en esto- continuó ahora soltándose del agarre del chico para entrelazar sus manos frente a ella.
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