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Post by Deleted on Jun 9, 2017 22:38:29 GMT
El Hombre se quedo algo sorprendido, hacía tiempo que no veía a alguien que ayudara sin recibir algo a cambio, tuvo el lejano recuerdo de cuando él hacía el mismo tipo de cosas, hace ya mucho tiempo de aquellos días ahora era un mercenario y debía cobrar por cada cosa que hiciera para sobrevivir. El nombre de la mujer le hizo ruido en su cabeza le parecía familiar aunque no lograba recordar donde era que lo había oído.
-Supongo que serán suficientes flores, sino el cliente tendrá que venir a buscarlas el mismo -Dejo salir una risa algo grave luego de ese comentario miro a la dama, trataba de recordar donde había escuchado ese nombre antes pero se le era imposible quizás podría preguntar de forma algo disimulada- ¿Y A que se dedica usted señorita Aesther?.
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Aesther
Soberana de la Primavera
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Post by Aesther on Jun 12, 2017 0:11:39 GMT
Un par de golondrinas volaron sobre ellos lo cuál distrajo a la Soberana quien alzó la cabeza persiguiendo aquél juguetón aleteo con una sonrisa en el rostro. Bajó sus ojos para sostener la mirada sobre el joven a quien lo había escuchado reír. ¡Qué bien! No lo había visto sonreír en todo el rato que llevaban juntos, eso siempre alegraba a la ninfa. -Bueno... yo soy la Soberana de la Primavera... supongo que... son una serie de cosas las que debo hacer al tener un título así-. Cerró los ojos mientras las comisuras de su boca se elevaban acentuando más sus sonrosados pómulos. No le daba vergüenza su título, por supuesto que no, se tomaba muy en serio el haber sido elegida por los Dioses quienes le otorgaron tantos años de vida y poderes extraordinarios pero no le agradaba presentarse ante los demás de esa forma. No deseaba sonar altiva de ninguna manera. -¡De seguro tú has de dedicarte a algo muy interesante! ¿Qué es?-. Su entusiasmo era infantil, tanto que dio un pequeño salto para acercarse a él observando con cuidado su rostro a la espera de una pregunta que fuera a confirmar sus sospechas.
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Post by Deleted on Jun 14, 2017 23:03:06 GMT
Las palabras de la mujer fueron como un balde de agua fría para el mercenario ahora recordaba de donde le había sonado el nombre de aquella mujer. Aesther la dama de la primavera, el hombre sorprendido miro de arriba a abajo a aquella persona ¿Se suponía que ella era una de los "grandes arcanos recompensados por los dioses"?. No era posible, pero claro tampoco podría empezar a decir la sarta de barbaridades que pasaban por su cabeza en ese momento, le gustará o no ahora se hallaba con una pequeña deuda hacía la dama. Su cuerpo se puso algo tenso y apretó un poco los dientes al responder a la mujer su pregunta.
-Soy un... trabajador a sueldo -Sabía que la gente no era muy amante de la palabra con M... así que decía así para evitar discusiones morales.
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Post by Aesther on Jun 22, 2017 21:19:07 GMT
Sonaba tan interesante su profesión lo cuál le causó un profundo entusiasmo, eso no hizo más que hacer que no notara la repentina tensión en el cuerpo de Quelt. -¡AH! ¿Entonces podría en algún momento pedirte algún trabajo?- preguntó con inocencia. Sus redondos y brillantes ojos, posados sobre el chico, se encontraban ansiosos por una respuesta. De cierta manera ingenua a que los servicios del muchacho eran generalmente usados con fines más sombríos, Aesther no vio ningún tipo de maldad. Para ella todo era fascinante. -Podría entonces... en algún momento pedirte que le lleves un regalo a alguien, por ejemplo...- dijo pensativa, llevándose su dedo índice sobre sus labios. Ya estaba haciendo planes; regalos para sus hermanos soberanos y a los amigos a los que poco podía ver. Mejor aún si era una sorpresa.
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Post by Deleted on Jun 23, 2017 14:32:22 GMT
El mercenario se quedo impavido ante las palabras de la joven quizás ella era una de las soberanas, cosa que aún no terminaba de creer o digerir pero el trabajo era trabajo- Siempre y cuando yo este de acuerdo con el trabajo, si puede hacerlo -Comentó con los brazos cruzados, en otra ocasión quizás ya habría rechazado tal cosa pero había dado su palabra que debía un favor a aquella dama y estaba dispuesto a cumplirla, suspiro mientras escuchaba el encargo que ella tenía pensando, mensaje no era algo que le gustará realmente pero era el trabajo mas común entre gente pacifica- Si puedo encargarme de eso, si eso es lo que quieres -Comentó sin muchos ánimos.
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Post by Aesther on Jul 1, 2017 2:20:58 GMT
Aesther no podía ocultar su gusto al escuchar la afirmación de Quelt. Estaba decidido entonces; lo llamaría en cuanto se decidiera por un regalo para el Soberano de Verano. -Es bueno saber que puedo contar con eso; realmente es muy simple, sería sólo entregar un regalo pero ahorita no es urgente- contestó con emoción. Presionó ambas manos frente a si misma para dar unos cuantos pasos hacia el chico. Se le veía cansado... algo que le preocupó a la Soberana. Inclinó la cabeza hacia a un lado inspeccionándolo en silencio antes de volver a romper aquella falta de sonidos con sus siempre energéticas preguntas. -¿Qué te pasa? ¿Te sientes bien? Si quieres podemos ir al templo para que bebas algo si estás cansado o sediento...-. Podía verse en la jovencita una preocupación genuina, especialmente por la forma en que sus gruesas cejas se alzaban haciendo juego con su sentimiento.
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Post by Deleted on Jul 2, 2017 1:25:18 GMT
-Entregar un regalo, entiendo -Dijo aún con los brazos cruzados y casi arrastrando las palabras mientras la dama se le quedaba viendo un rato. "¿Ahora en que rayos estará pensando?" Se pregunto el Mercernario mientras permanecía impavido esperando a ver que querría la mujer ahora. La chica parecía preocupada por él al final le termino ofreciendo ir al templo a por agua. "A SU TEMPLO NO" Pensó con amargura, aunque tampoco podía gritarle en la cara a la dama no le había hecho nada malo y además le seguía debiendo un favor rumio un rato antes de responder- Estoy bien, no se preocupe.
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Post by Aesther on Jul 6, 2017 18:48:32 GMT
Sintió alivio al escucharlo. "Menos mal" pensó. El cielo comenzaba a pintarse de colores cálidos causando que las sombras de los árboles fueran más densas y marcadas sobre el suelo y sobre sus rostros. Aesther miró de nueva cuenta hacia arriba, apreciando el atardecer que comenzaba a asentarse poco a poco en el horizonte. -Entonces lo buscaré cuando tenga listo mi regalo-. Dejó salir aquellas palabras, libres en el aire sin mirarlo por varios minutos. El silencio de las hojas chocando unas con otras a causa de una gentil brisa le anunciaba que era hora de volver. Bajó la mirada para sonreírle y tomando su mano comenzó su despedida. -Me dio gusto conocerte; ¡puedes venir al templo cuando quieras!-. Su rostro se iluminó mientras su mano libre apuntaba más allá de los árboles donde una curvatura blanca se elevaba sobre las copas. -Por ahí está- indicó.
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Post by Deleted on Jul 8, 2017 23:40:42 GMT
-Bien estaré atento entonces -Comento el Mercenario mientras empezaba a dar unos cuantos pasos buscando tomar un poco de distancia, no pensaba ir a aquél templo nunca en la vida ni aunque se le fuese la vida en ello, miro en la dirección a la que ella señalaba ya sabía a donde no debía ir entonces, solo lo haría para pagar su deuda y ya- Bueno ha sido un placer, supongo -Comento mirando fijamente a la dama se le seguía viendo incomodo ya era hora de marcharse de ese lugar- Nos vemos entonces señorita Aesther -Un momento después el hombre había tomado su forma verdadera una serpiente de escamas parecidas a plumas enrollada un poco sobre si misma, miro a la dama y luego con un poco de impulso se alzo hacía al cielo girando como una espiral para luego de tomar altura alejarse con dirección a la ciudadela.
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