De Caballito [Privado Ondine- Mikhail ]

La pequeña medusa llevaba un rato esperando a encontrarse con aquel joven misterioso que se había ofrecido a llevarla hasta la ciudadela, donde aparentemente se iban a encontrar con otras personas para beber, convivir y festejar. Algo que Ondine realmente no había hecho nunca en su vida, por lo cual estaba realmente emocionada. La gente pasaba y lentamente veía como más y más gente se retiraba a sus hogares, por lo que el sitio comenzó a quedarse parcialmente vacío y Ondine lentamente se comenzó a desanimar, pues pensaba que se habían olvidado de ella. Igual se quedó en aquel lugar por si acaso un rato más. 

Y fue una fortuna que lo hiciera, pues no mucho después vio como un joven se acercaba a ella y le preguntaba si ella era Ondine, lo cual hizo que rápidamente sus ánimos subieran hasta el cielo nuevamente y sonriera muy alegremente. - ¡S-Sí... Soy Ondine! ¿Usted es M-Mikhail?- Preguntó en un tono alegre pero tímido a la vez, pues aquel chico era realmente alguien desconocido y ella era muy mala hablando con gente que no conocía. 

Ondine asintió ante cada frase que fue dicha por el chico. Pues estaba parcialmente congelada por los nervios, los cuales sentía que le imposibilitaban hablar. [Esto es muy emocionante] Pensaba la sirena en su interior mientras esbozaba una gran sonrisa, aunque su cuerpo temblaba involuntariamente por el miedo que le daba el tan solo pensar que cuando estuvieran en la taberna podría meter la pata o algo por el estilo.

Decidió ignorar a su inseguridad por un momento y suspiró con determinación, siguiendo al chico que ahora iba hacia un arrecife. - N-No me asustaré, lo prometo. - Murmuró en un tono bajo y suave, viendo como Mikhail se alejaba de ella para tomar su forma verdadera. ¿Cómo es que alguien tan amable la iba a asustar? Eso no era posible, la gente buena siempre era bella en todas sus formas y estaba segura que ese chico no era la excepción.
O al menos eso pensó hasta que vio como se había transformado en una gran serpiente marina. No voy a mentir, Ondine se intimidó bastante y casi sintió que iba a llorar, pero se aguantó sus malos sentimientos y sonrió aún más intentando ocultar su miedo. Viéndolo bien, la verdad es que aquel dragón era muy hermoso y era alguien muy noble, así que no había nada que temer.

- U-Usted es muy bello... ¿Por qué pensó que m-me iba a asustar? - Aseguró en un tono alegre y sincero, para luego acercarse más hacia él, pues ya era tarde y los estaban esperando, por lo que no había tiempo que perder. - V-Voy a... A subir... - Dijo en un tono bajo, pero entendible. Luego comenzó a nadar hacia él para montarlo, pero antes de arriesgarse a tocarlo tomó un gran GRAN respiro y cambió a su forma sellada mientras aguantaba la respiración, pues no quería picarlo con sus tentáculos y envenenarlo. Después procedió a montarse en su espalda y cuando por fin sintió que estaba bien sujetada de él, acarició levemente su lomo en seña de que estaba lista.

Al haber cambiado en una forma totalmente humana, Ondine no podía respirar bajo el agua y ya se estaba poniendo rojita por aguantar la respiración. Pero era lo que tenía que hacer, no podía exponer a Mikhail a su veneno, pues aunque fuese un dragón no le daba la confianza suficiente... Y a decir verdad sería un problema muy grande si llegaba a envenenarlo.

[Aguanta... Aguanta..... AGUANTA.] Ondine se estaba concentrando en no morir mientras mantenía sus mejillas infladas y lentamente dejaba escapar unas burbujitas por su boca, pero de pronto escuchó como su nuevo conocido le hablaba y se presentaba formalmente. La pequeña medusa quería contestarle y entablar una conversación decente con él, ya que al parecer él también era malo haciendo amistades y tal vez se había esforzado mucho en decir aquello, por lo que dejarlo sin una contestación sería muy grosero e incordial. Además la muchacha ya no aguantaba estar sin respirar, así que echó todas las precauciones por la borda y cambió a su forma fated, dando un gran respiro desesperado y tomándose el pecho mientras continuaba con aquella respiración apresurada. [Uff... Uff... Creía que iba a morir...] Pensó Ondine en medio de su alivio, pero rápidamente miró hacia atrás ya que a causa de su cambio sus tentáculos se hicieron presentes de nuevo a forma de listones que decoraban su vestido, pero se aseguró de mantenerlos alejados de la piel del dragón por si acaso.

- Ahm... S-Sí, estaba tan nerviosa que sentí que se me iba el aire. - Dijo en un tono algo nervioso y divertido, ya que al parecer el dragón no se había dado cuenta de las locuras que había hecho la sirena. - ¿Caza recompensas? S-Suena interesante... Yo sólo soy una boticaria, p-pero también me es difícil hacer amigos... ¡U-Usted es uno de los pocos con los que he hablado por más de 5 minutos desde que llegué a Mirovia! - Dijo en un tono sincero y apenado mientras se sujetaba bien de él, pues como había aumentado la velocidad comenzó a sentir que se iba a resbalar. - Hehe... Gracias... Me aseguraré de sujetarme bien. - Respondió ante la notoria preocupación del dragón. 

- Tal vez p-podríamos practicar hablando el uno con el otro y s-si necesita alguna poción puede pedírmela. Así p-podría aprovechar el momento para invitarle alguna merienda o algo así... Dicen que eso hacen los amigos... Aunque nunca lo he hecho. - Dijo con algo de vergüenza mientras se volteaba otra parte y se ocultaba parcialmente su mirada en el lomo del dragón, el cual comenzaba a parecerle cómodo a pesar de ser resbaladizo. Tal vez era porque Ondine realmente no tocaba mucho a otros seres y el calor que desprendía le hacía sentir mucha tranquilidad... O quizá sólo era porque no había dormido mucho últimamente y estaba realmente cansada. Quien sabe...

Cuando la medusa comenzó a relajarse lentamente al punto de casi cerrar los ojos, el dragón le habló una vez más, lo cual hizo que Ondine se pusiera alerta nuevamente y levantara la mirada. - Oh... L-Lo siento, es una costumbre hablar así, p-pero le aseguro que no es porque se vea viejo o algo así, no, no, no. - Aseguró mientras agitó un poco sus manos en señal de negación, lo cual hizo que casi se resbalara y se sujetara de nuevo con mucho pánico para luego soltar una risita nerviosa. - Ay... Hehehe... ¡P-Podría asegurar que va a ser una noche divertida! Y no se preocupe, si es que "El dragón ahogado" se llama así p-porque ahogan a los dragones que llegan, ¡Y-Yo lo defenderé! - Dijo en un tono seguro y decidido mientras levantaba su bracito para enseñar sus "músculos", aunque en verdad ella era tan esbelta que no se veía nada. Ella sabía muy bien que era todo menos fuerte, por lo que sólo había dicho aquello en tono de broma mientras sonrió de manera divertida. Al menos el apoyo moral contaba... ¿No?