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Post by Beltaine Waters on May 21, 2017 22:41:42 GMT
No había pasado mucho tiempo desde que se llevó a cabo el enfrentamiento entre un Orco de gran corazón y un Kelpie leal a morir. En el lago de las hadas todavía quedaban remanentes de la gran pelea, pero lo que inició como una escaramuza conflictiva ahora se había tornado en un encuentro donde dos arcanos combatían por el simple gusto de medir sus fuerzas en el campo de batalla.
Una moderada audiencia compuesta mayormente por dragones transeuntes adultos esperaban a los dos combatientes que habían reservado el coliseo para una lucha esa tarde. El campo de batalla ardía con intensidad gracias al magma que rodeaba la arena. En las gradas y palcos se escuchaban murmullos y cotilleo acerca de uno o de los dos guerreros, de como el campo de batalla suponía una gran desventaja para cualquier arcano, pero sobre todo para un habitante de Aqualia, lo cual atribuían solo a la demencia o el último gesto de un alma suicida que buscaba poner fin a sus suplicios.
Pero nada estaba más alejada de la verdad. Beltaine se aproximaba al campo de batalla, vestido como acostumbraba, solo sus pantalones campales y la capa turquesa que cubría su frente superior junto con sus guantes llenos de símbolos hasta los antebrazos.
La multitud alzó la vista, esperando a que su oponente apareciera, los apostadores se hicieron escuchar, pero nadie se movió hasta que divisaron otra figura entrando al coliseo. El Kelpie al verlo, sonrió con modestia y decoro.
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Post by Deleted on May 22, 2017 7:35:35 GMT
Ah. Draconia. El lugar le traía recuerdos agridulces. Por una parte,había sido el lugar donde vivió la historia del vuelo del fenix, donde conoció a una dragona increible y fuerte, y donde paso uno de sus mejores años de la vida.
Tambien fue el lugar donde dicha dragona le dijo que no estaba funcionando, y luego termino yendose con su hermana. Vueltas de la vida.
Sin embargo, ahora estaba alli por otras razones, por otras motivos, y en otra etapa de la vida. Estaba para retomar un duelo, que partio como un desafio de guerra, y termino en una gran amistad. El rugido de la arena se empezó a extender, mientras Garkal entraba al coliseo. Ah, casi podía entender por que su hermana se dedicaba a esto. Era realmente glorioso.
Claro, que tocando música te rompías menos huesos, pero oye, que no se puede todo.
El sol iluminó el pecho descubierto del Orco. No quería llevar su capa, ni ropa, pues en caso de terminar a los puños, ofrecía menos lugar para agarrar. Pensó en quitarse los pantalones, pero luego se convenció de que eso daría otro lugar para agarrar. Sin embargo, aún tenía el machete en el cinto. Había que dar un poco de teatralidad
-Las reglas entonces - Su voz tronó por el coliseo. El silencio fue resaltado por el sonido del metal al desenvainarse, el machete, gastado, pero brillando ante el sol - Pelear hasta reducir al otro, inmovilizarlo, o que pida clemencia. Sin trucos de magia excesiva, sin agua desbordando el lugar. Sin armas - Con un rápido movimiento del brazo, lanzó el cuchillo hacia atrás, logrando que se entierre fuera del terreno de la arena. Sonrió. había practicado ese movimiento durante horas.
Tensó sus musculos, sus brazos descubiertos empezando a sudar por el calor creciente en draconia, como si fuera un horno. Bajo la poscicion, y puso en guardia sus brazos, los ojos fijos en el cuerpo de su rival, recorriendolo, buscando algun movimiento inesperado.
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Post by Beltaine Waters on May 22, 2017 12:12:13 GMT
Tras su llegada al coliseo, su oponente había llegado poco después, ataviado con solamente sus pantalones y un cinturón de cuero con su leal machete el cual fue lanzado fuera de la arena apenas se fijaron las reglas. Este acto sorprendió al Kelpie pero al mismo tiempo lo dejó complacido como guerrero, ninguno de los dos necesitaría un arma, salvo sus puños descubiertos.
-Me es imposible inundar esta arena con agua -Dijo para elevar más el espíritu de confianza de ambos. Hinchó los pectorales, logrando que el broche que unía su capa hiciera un click y pasó a retirarla de si, lanzandola hacia atrás al igual que su machete- Pero no la necesito para mostrar de que estoy hecho! -Exclamó con fuerza, adoptando una postura más apropiada para el combate.
Admiró el cuerpo de su oponente, tan bien trabajado y esculpido a pesar de su calmada ocupación como bardo de la primavera. Ni había comenzado la pelea y el sudor ya recorría el cuerpo de ambos hombres, haciendo que sus cuerpos brillasen con la luz del prominente sol de Draconia, le daba fuerzas como el rugido de su soberano.
En sus ojos advirtió las intenciones de su adversario, que esperaba a que él hiciera el primer movimiento, muy listo.
Se arrodilló un momento sin apartar la vista y se escucharon otros dos clicks antes de que volviera a ponerse de pie, con sus botas en la mano que fueron lanzadas al mismo lugar que su capa, pero cayendo de forma estrepitosa por el pesado plomo del que fueron hechas. Más ligero, el Kelpie estiró un poco sus tobillos y después dio un poderoso salto de costado y otro hacia el frente, mandando el primer puñetazo hacia el pecho del orco.
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Post by Deleted on May 23, 2017 3:33:59 GMT
-¿Ah, si?- Una sonrisa burlona se dibujo en el rostro de Garkal al escuchar la fanfarronería de su amigo. Pero la sonrisa se desdibujo a una mueca de preocupación al ver como el kelpie soltaba de sus tobillos el peso extra - Ah...Si- Bueno, esto se va a poner interesante.
El cuerpo de Beltaine venía cargando a toda fuerza, pero la velocidad venía del fuerte impulso de sus piernas, no de los reflejos y de la rapidez del cuerpo, Garkal todavía podía ocupar eso a su ventaja. Las piernas del orco eran un par de resortes, girando su cuerpo, sintiendo el puño rozar su costado, donde antes habia tenido el pecho, gotas de sudor cayendo sobre el. Garkal inspiro media fracción de segundo, flexionó las piernas para quedar por debajo del nivel del kelpie, y tensó los musculos antes de sentir el impacto.
El peso del cuerpo de Beltaine casi lo hace caer hacia adelante, tuvo que tensar su mandibula con fuerza, un gruñido escapandose de sus dientes. Sintió el pegajoso sudor del cuerpo de su rival en su espalda, el aliento, escapado de los pulmones a causa del impato, haciendole cosquillas en su oreja. Aprisionó su mano con sus brazos, y dando un paso atrás, con el muslo bajo la entrepierna de su contrincante, realizó contrapeso, buscando darle una vuelta de campana, y usar el mismo impulso del Kelpie para dejarlo bajo suyo.
E intento ignorar con todas sus fuerzas la cercanía de su cuerpo.
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Post by Beltaine Waters on May 23, 2017 6:04:38 GMT
Si el orco no se hubiera retirado de lugar, el golpe fallido hubiera continuado su curso hasta que la afilada cuña de su codo le hubiera rasgado la piel. El Kelpie quedó atónito al sentir como Garkal podía su peso de más de 170 kilogramos sobre su poderosa espalda. El impacto lo hizo sacar todo el aire y más allá del aire, una salpicadura de agua salada disfrazada de sudor también se coló entre su aliento.
No satisfecho con eso, el orco se dejó caer de espaldas con él como amortiguador debajo. El suelo resonó con una onda de polvo tras la caída y la multitud enardeció con vitoreos para el orco. Pero el impacto había tenido un efecto secundario que nadie se hubiera esperado. De la boca del Kelpie emergió un enorme chorro de agua que cayó como una llovizna sobre el ardiente campo, generando una cortina de vapor denso que tapizó todo el campo. Beltaine aprovechó entonces para resbalar sus brazos por debajo de los de Garkal, cerrando una llave sobre su pecho lustroso de sudor y empujando el piso con las piernas para voltear la posición de ambos, quedando ahora el Kelpie encima de su contrincante; aplicando una llave a su cuello y abrazando la cintura del orco con sus piernas y pasándolas por sus muslos para que no escapara.
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Post by Deleted on May 27, 2017 3:11:46 GMT
El vapor hacía que todo se volviera resbaloso, húmedo, desde el pecho de beltaine atrás suyo, hasta los brazos que se deslizaban aprisionándolo, resbalando sus manos por sobre su pecho, encerrandolo en un apretado abrazo. Se había expuesto completamente con la maniobra, de nuevo, quedando completamente abierto ante el impacto del Kelpie, sin embargo, esto no significaba que Garkal estaba completamente acabado. Se preparó para el impacto durante la vuelta, su dura piel evitando daños mayores, sintio el peso de Beltaine sobre su cintura, aprisionandolo, mientras el brazo inmovilizaba su cuello. No podía voltear a ver al Kelpie, pero podía sentir mas o menos sus movimientos, y mas importante, tenía sus manos libres. Inhaló hondo, Apoyó ambas manos en el piso, e hizo la mayor fuerza posible con sus brazos, empujando hacia atrás y ariba, buscando dar la vuelta a la situacion que se encontraba. Los múscilos hipertensos, creciendo por el esfuerzo, el resuello perdiendose por el abrazo de Beltaine. Pero Garkal era un orco, y si hay algo en lo que puedes confiar de un orco, es que es fuerte. Y con esa fuerza única de su raza, logro saltar del suelo, y caer, con el Kelpie a sus espaldas, esperando que el impacto lograra soltarlo
Fuerza extraordinaria. Los arcanos con esta habilidad son más que músculo para lucir, pudiendo sostener cinco veces su propio peso sobre su cuerpo e incluso tener una pelea con arcanos de mayor tamaño.
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Post by Beltaine Waters on May 27, 2017 4:09:00 GMT
Esperaba que el peso de su cuerpo y el impacto de la caída hubiesen sido suficientes para someter a Garkal en lo que pensaba en su siguiente movida. Pero como tenía que aprender, lo último que haces en un combate a mano descubierta, es pensar por más de un instante, y mucho mas evitas subestimar a tu oponente.
Sintió venir el empuje desde abajo, levantando su masa corporal como un simple saco de monedas de oro y creando una brecha en la equivalencia de sus tamaños. El Kelpie azotó entre el impacto con el suelo y el peso del orco, soltando todo el aire que le quedaba en los pulmones.
La multitud enloqueció arrojando sus sombreros al aire y vitoreando el nombre de Garkal por todo el coliseo.
Podía sentir la presión de su espalda contra su torso, el sudor resbalando por la piel del contendiente y cayendo sobre la suya. Beltaine entreabrió los ojos y frente a la apretada situación donde parecía sometido, sonrió para después abrir la boca y aspirar todo el aire que pudo. Aún con el enorme orco sobre su cuerpo, el diafragma del Kelpie comenzó a llenarse de aire, rechazando la gravedad y creando fuerza como un inflable.
Una vez cargado de oxigeno, se empujó contra el suelo usando las cuñas de sus codos y rechazando al orco con un enorme empujón de su cuerpo lo suficiente para abrir los brazos antes de que volviera a caerle encima y atraparlo con una nueva llave. Esta vez sujetó sus brazos usando los suyos como esposas y metió sus pies por el espacio de las rodillas del orco, abriéndolo de piernas lo más que pudo. La tensión excesiva provocaba que la ropa de su contrincante comenzara a desgarrarse por el centro.
-Creo que alguien olvidó llamar al sastre -Le dijo en el oído- Creíste que me habías atrapado de verdad? -Esta vez aplicaba más fuerza de la necesaria como precaución de que no pudiera soltarse a la primera.
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Post by Deleted on May 29, 2017 4:55:20 GMT
El vitoreo de la gente en el coliseo enanchó su pecho, haciendolo sentir pleno. Ah, ahora entendia por que su hermana podía amar esto: El sentir de la gente gritando tu nombre, el contacto puro con otra persona, cuerpos entrelazados en una mezcla de sudor y carne, donde ya casi no se podía distinguir donde comenzaba el cuerpo de uno y terminaba el cuerpo del otro. Si, Garkal podía sentir esa emocion en su cuerpo, alimentandolo.
Sin embargo, su alegría duro poco: Notó como Beltain apenas duraba sometido, y ocupaba tecnicas que se escapaban de el control de Garkal...el kelpie se estaba...¿inflando? No encontraba otra manera de describir lo que estaba haciendo el kelpie debajo suyo. Intentó hacer fuerza con su espalda, cosa de disminuir la presión, pero el ángulo era pésimo. Apenas pudo oponerse al cambio de poscicion, quedando abajo del kelpie nuevamente. Y este, rápidamente se le subio encima, inmovilizandole las piernas y los brazos, haciendole presión en el cuerpo, rajandole la parte central de los pantalones. Sintió su respiracion hacerle cosquillas en el oído cuando Beltaine le hablaba, el sudor de su pecho sobre el, gotas cayendo mientras sus cuerpos se fundían en el amasijo de carne.
La mente de garkal empezaba a distraerse con otro tipo de combate.
No, en ese momento tenía que concentrarse en el combate, no podía dejar que su mente se distrayera, menos por esa avenida. El cuerpo de Beltaine lo aprisionaba, disminuía su movilidad, y hacía que enfrentarse a el fuera dificil. El kelpie era despues de todo, mas fuerte que el orco, y ahora que la pelea era someter y dominar a tu adversario, tenía una gran ventaja. Suerte que el orco fuera un cabeza dura.
-No esperaba que fuera tan facil. Pero no esperes tampoco que yo te lo deje simple a tí-Garkal empezó a balancearse, buscando girar, y aprovechando la llave que tenía atrapandolo para llevar al kelpie consigo. Si es que lograba rodar, entonces habían dos opciones: o lo soltaba, o terminaban dañandose en las vueltas del piso de la arena.
Si tan solo pudiera sacar la imagen mental de la cercanía del Kelpie de su cabeza
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Post by Beltaine Waters on May 30, 2017 2:45:49 GMT
Aunque su movida había sido todo un éxito, el esfuerzo que empleaba para mantener dominado al Orco era tal que comenzó a sudar como nunca antes lo hizo. Sentía como su cuerpo se resbalaba con el de su contrario, pero eso solo lo hacía aferrarse más como un pulpo al cuerpo del otro, bombeando más sus bíceps y espalda tan solo para que su propio peso no lo hiciera irse de lado.
Cuando por fin había alcanzado estabilidad al aferrarse a las piernas de Garkal, este comenzó a balancearse de un lado al otro con la intención de tirarlo, sin duda se había dado cuenta de que podía liberarse del candado gracias al lubricante natural que ambos emanaban por su piel, hirviendo, deslizándose en grandes gotas por las montañas de sus grandes cuerpos sudorosos.
-Si tratas de tirarme ¡Vas a tener que ponerle más empeño! -Al sentir que podría caerse empujó hacia abajo con su cadera para abrir todavía más las piernas de Garkal, rompiendo todavía más su pantalón y sin querer, rozó con su entrepierna las posaderas del orco. Más el Kelpie no pensaba más que en el calor de la batalla, ignorando todo lo demás sin intención maliciosa.
No satisfecho con eso, Beltaine giró por si mismo quedando de espaldas al piso, con Garkal sobre él pero en la misma posición solo que ahora invertida. El orco tenía inmovilizados los brazos y las piernas abiertas al aire, con la abertura cada vez más amplia y expuesta al aire caliente del coliseo.
-Que tal?! ¿te rindes?! -Respiraba entrecortado, soportando el enorme peso de Garkal sobre su cuerpo, sintiendo su sudor resbalar por su piel y abriéndolo todavía más con sus piernas, esperando a que pidiera clemencia en cualquier momento. Le golpeaba el pecho a la menor oportunidad para después volver a aplicar el candado a sus brazos. El ímpetu ardiente del combate nublaba sus pensamientos en una vorágine insaciable de testosterona y tenacidad.
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