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Post by Giselle Vladgun on May 22, 2017 2:27:31 GMT
Nunca se sabe que es lo que traerán los días calurosos o los días fríos en Mirovia, tierra de presagios y enigmas, pero en el bosque de los susurros, entre tanta oscuridad inclemente y brumosa, un pequeño oasis de claridad era el refugio de una cabaña con un único letrero iluminado por luces naturales de una curiosa enredadera. Despues de varios días de ausencia, Giselle regresaba con el premio de su viaje: Una bolsa de colmillos de orco y un enorme jabalí de fuego de por lo menos media tonelada de peso, todo empacado en el interior de una pequeña rana roja que se posaba sobre su hombro a dormir.
El letrero de su tienda no se había movido ni un poco, lo cual quería decir que nadie se había acercado a curiosear, o solo les había dado pereza lo que estaba escrito ahí.
"Si me encuentras, te enseñaré gratis"
-Bueno, nunca es tarde para los aprendices -Le dijo a la rana en su hombro antes de tocar la cerradura y escucharse el sonido interno de apertura. En cuanto entró se encendieron las luces del candelabro de huesos y piel del alto techo del pequeño recinto donde Giselle se encaminó hacia su diván, esperando a que alguien entrara o que ella recuperase fuerzas para volver a salir.
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Post by Deleted on May 22, 2017 3:47:56 GMT
Las pisadas de la dragona resonaban por todo el bosque, no por que ella intentara hacerse notar y ni siquiera porque era bastante pesada, si no que el completo silencio delataba sus pasos. había tenido que aterrizar de emergencia en aquel lugar, sus alas de pronto le pesaban demasiado, intentó emprender el vuelo varias veces pero era bastante molesto y doloroso, decidió caminar hasta que su malestar pasara.
Al principio todo parecía tranquilo, solo un poco de silencio incomodo que ella podría disfrutar, pero conforme fue avanzando y sintiéndose observada, la chris original le dio control de su cuerpo a su segunda personalidad, la cual si bien avanzó bastante, después de un rato comenzo a sentirse muy incómoda y frustrada en aquel bosque, su frustración llegó a tal punto que pensó seriamente en incendiar todo a su alrededor, solo para ahuyentar a los dueños de aquellas "miradas" que tanto la aquejaban. todo fue resuelto por la tercera y última personalidad de chris, la más calmada, seria y al parecer valiente que tomó posesión del cuerpo de la dragona sin previo aviso y siguió caminando como si nada, con aquella mirada neutral que la caracterizaba.
Después de un rato considerable de andar vagando por aquel bosque, christian encontró un letrero bastante curioso, alzó un poco las cejas al leerlo para después posar su mirada en la extraña cabaña que tenía a unos cuantos metros frente a ella. Regreso a su forma sellada cubriendo su desnudez con una túnica que le llegaba hasta las rodillas, la cual siempre cargaba en uno de sus cuernos al estar en su forma verdadera. ajustó bien la túnica a su cintura con un pequeño lazo y se dispuso a curiosear aquella cabaña- ¿Buenas?- dijo mientras abría la puerta y entraba al lugar.
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