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Post by Cereza Koslov on May 23, 2017 15:56:57 GMT
Ethgan aún no llegaba a la curandería... después de aquella pelea que tuvieron él salió para no regresar más. Y Cereza temía con todo su ser que él estuviera fuera en una noche como esa... la primer noche de Luna Roja, donde los seres de la oscuridad obtenían más poder y sed de sangre... Ella era un caso perdido ¿verdad? preocupándose de esa forma por él, antes que pensar que ella era una arcana de luz dentro del ojo del huracán. Ella no pensaba en resguardarse, pensaba que si él no entraba por esa puerta, se dedicaría a buscarlo sin pensar ni un segundo en su propio bienestar.
Pero además de todo eso, pensaba en los posibles heridos de dicho evento catastrófico y siendo ella la única curandera de la zona no podía permitirse cerrar sus puertas a nadie ¡NO PODÍA!
Miró una última vez por la ventana, para luego ver con añoro la puerta de la entrada esperando con todo su ser que él entrara por ahí pronto.
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Ethgan Reild
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Post by Ethgan Reild on May 23, 2017 16:26:37 GMT
Ya era tarde Unas tras otra, las horas habían transcurrido desde los eventos de esa misma mañana y él ni siquiera lo había notado. Tanto se habia dejado sumergir en su propia miseria que el tiempo se le habia escapado de las manos y para cuando se dio cuenta de eso, supo, a regañadiente, que si no regresaba a tiempo, tragándose aunque fuera una parte de su orgullo, terminaría por arruinar las cosas de una manera definitiva y desastrosa, justo lo que menos necesitaba.
No fue consciente del cambio de horario debido a la ausencia absoluta de los rayos del sol, y no recordó en absoluto la fecha en la que se encontraba hasta que notó el característico tono rojo comenzando a teñir el ambiente. Era debido a su recia necedad y al hecho de que casi nunca prestaba atención a las advertencias, que casi siempre terminaba en la misma situación. Bajó los escalones de piedra y un tropezón lo hizo perder el equilibrio, casi parecia haberse perdido por completo en los efectos del alcohol. Pero eso no era lo que sucedía. Se puso de pie con tambaleante decisión y observó los callejones ahora desolados de lo que antes era el basto centro del mercado negro.
Solo los mas valientes o tontos eran quienes se aventuraban a la peligrosa libertad de esa noche, y él mismo no sabia a cual de los dos grupos pertenecía.
Comenzó a caminar soportando el mareo y el dolor de cabeza. Miró al cielo, cuyas nubes aun se encargaban de cubrir casi la mayor parte del mismo y rogó internamente por que el tiempo que le quedase fuese suficiente para llegar hasta su destino
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Post by Cereza Koslov on May 23, 2017 23:35:55 GMT
El reloj de la pared comenzó a sonar marcando las diez de la noche, y con cada tonada era como si el pecho de la pelimorada se estrujara cada vez más evitando su fácil respiración. Una tarea difícil considerando que el hombre lobo seguía sin volver a casa ¿Estaría bien? ¿Estaría en alguna taberna? ¿Estaría en un hotel con alguna mujer? ¿Qué tal si estaba ebrio? ¡Sería una presa fácil!
Pero... ¿no lo era ella también?
Cereza caminaba en círculos en el área de la pequeña y humilde sala, abrazándose a sí misma para intentar tranquilizarse aunque fuera una tarea por demás difícil. 10:08 de la noche, Reild aún no entraba por la puerta de la entrada, ninguna seña de él a la vista. ¡Por todos los cielos! ¡Lo mataría si algo le pasaba! Era un suicidio que estaba dispuesta a emprender, el salir de su pequeña zona segura para intentar encontrar al rubio.
Se acercó con rapidez al perchero en donde descansaba su malgastada capa, que se colocó sobre su espalda y cabeza cubriendo así lo más posible cualquier rastro físico de que ella fuera un arcano de luz. No la salvaría por mucho tiempo, pero se había encargado de impregnarla con esencia de carbón, ceniza y una hierba aromática especial con la cual disfrazaría su olor aunque fuera un poco. La querubín entreabrió un poco la puerta para asegurarse de que no hubiera nadie afuera con intenciones de atacarla cual fiera salvaje en cuanto diera el primer paso, para su suerte el camino estaba libre, por lo que salió lo más rápido posible cerrando con seguro la curandería.
Comenzó a correr con la preocupación aglomerándose en su estómago, sus tacones resonando por las desoladas calles de Reapergate, las cuales eran iluminadas por esa lúgubre luz de luna roja.
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Post by Ethgan Reild on May 24, 2017 1:40:17 GMT
Otro tropiezo lo hizo agarrarse fuertemente de los barrotes de una ventana, no lo comprendía, nunca antes le habia afectado tanto la llegada de la luna roja ¿que era lo que habia hecho mal esta vez? estaba claro; sin tener en cuenta las consecuencias de sus acciones, había actuado sin pensar y nada menos que en el peor de los momentos posibles
apretó los dientes y aguantó el dolor por tener que controlar al animal de su interior, al instinto que pujaba por querer revelarse. Respiró con dificultad y se apretó el pecho. Su tiempo se agotaba y seguramente ya no había manera de llegar a tiempo a casa. Pensó en Cereza y en el hecho de que ella seguramente saldría a buscarlo, incluso sabiendo los peligros a los que se exponía. Tenia que avisarle, pedirle que no lo hiciera ¿en donde había dejado su tableta? Un par de objetos cayeron al suelo cuando intentó encontrar con desespero el aparato, pero sus manos temblorosas no le permitieron escribir. Terminó soltando tambien la tableta y emitió un nuevo quejido de dolor cuando otro ataque lo hizo encorvarse. No fue necesario mirar al cielo para darse cuenta de lo que había sucedido.
De pront, todo su cuerpo fue invadido por una corriente eléctrica tan dolorosa como embriagadora, colándose por debajo de su piel y haciéndolo desear incluso arrancársela a pedazos; sus huesos dolieron y crujieron comenzando a transformarse, su ropa se estiró hasta el limite de comenzar a romperse. Un ultimo grito de dolor que gradualmente fue transformándose a lo que parecía ser un aullido fue lo único que dio aviso de su existencia y al cabo de unos cuantos segundos, la figura de lo que antes había sido un hombre ahora se había convertido de la monstruosa forma de un hombre lobo erguido en dos patas...
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Post by Cereza Koslov on May 24, 2017 1:52:36 GMT
Una de las razones por las que usaba un vestido abierto de enfrente era para poder moverse mejor, recordaba muy bien cómo le habían hecho comentarios hirientes en el pasado sobre la naturaleza de la profesión de Cereza y que si gustaba de servir en la noche a los hombres. Un vestido así era apropiado para correr, pues no tenía enfrente nada que le entorpeciera el movimiento de sus piernas. La arcana de luz contaba con poca agilidad, poca rapidez, pero mucha determinación en llegar a lo que deseaba alcanzar y en éste caso se trataba de Ethgan.
Preocupada, se carcomía a sí misma por dentro al no poder gritar su nombre y de haber podido llamarle por medio de la tableta lo hubiera hecho, de no ser porque el susodicho había estado ignorando sus mensajes durante todo el día. Pero por más que deseara reprocharle a Ethgan algo, lo que imperaba en su mente era encontrarlo bien.
Aquél aullido que resonó entre la ciudadela de Reapergate no podía tratarse de otro que de él ¿verdad? Cereza se apresuró a llegar a donde él se encontraba. -¡¡ETHGAN!!-chilló, clamó, gritó su nombre con todo lo que su voz le permitía cuando por fin dio con la figura bestial de un hombre lobo que le daba la espalda. Jadeando, la querubín se fue deteniendo hasta dejar una distancia segura entre ellos- Ethgan... ¿eres tú...? -entre respiraciones ahogadas, lo miró con preocupación y añoranza.
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Post by Ethgan Reild on May 24, 2017 3:51:57 GMT
Dolia, todo su cuerpo dolia... su cabeza... sus dientes. Con la respiracion aun agitada y la necesidad latente de morder algo, los trozos de lo que antes habia formado parte de su ropa resbalaban de sus brazos y caían con suavidad al suelo. no podia recordar con claridad a donde se dirigia o donde exactamente se encontraba. Soltó un gruñido bajo y sus orejas se movieron por reflejo cuando un grito se escuchó a sus espaldas. El sonido retumbó en su cabeza como el fuerte estruendo de un relampago. Se giró de inmediado arrugando la nariz y encañando los colmillos. Le parecia creer que esa voz resultaba familiar, pero era dificil asegurarlo, la ira que lo carcomia por dentro lo instaba a querer atacar todo lo que se moviera, el olor a ceniza, sin embargo, le molestaba y sus latentes sentidos, muchos mas agudizados que antes parecían sobre-exponerlo a demasiados estímulos.
No se movió de donde estaba
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Post by Cereza Koslov on May 24, 2017 4:09:44 GMT
Cereza dejó escapar una pequeña risita de alivio, una que estaba fuera de lugar en tal escenario pero que no le importaba en absoluto. El patrón de pelaje, la forma de su figura... e incluso las pertenencias en el suelo ¡Se trataba de él! No podía ser otro arcano, pues un pequeño lazo que ella había atado con anterioridad en la tableta tirada en el suelo se asomaba para saludarla. Unas pequeñas lagrimitas rodaron por sus mejillas, al tiempo que intentó limpiárselas con cuidado y entonces volteó a ver al lobo con esa misma sonrisa de alegría.
Si... le estaba gruñendo, era tan poderoso que podía partirla en dos con sus garras, comérsela ahí mismo.
Pero él no lo haría, era Ethgan después de todo y se encontraba bien. -Ven... -le llamó la querubín, quien se desabrochó su capa dejando que ésta cayera al suelo por acción de la gravedad, y luego extendiendo ambas manos hacia el agitado licántropo- Ven. Soy yo, Cereza... -unas cuantas más se resbalaron por sus mejillas- Estoy aquí, volvamos a casa Ethgan.
Aura pacífica. La presencia de estos seres puede atraer o amansar animales de toda clase, además de tranquilizar personas, hacerlas incluso entrar en confianza, el poder de esta aura es equivalente a la edad del arcano y no siempre es efectiva.
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Ethgan Reild
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Post by Ethgan Reild on May 25, 2017 12:15:00 GMT
los pelos de su nuca se enervaron. Cuando la capa cayó al suelo, la enorme bestia reaccionó dandose la vuelta, irguiéndose un poco mas, alzando las orejas en un intento por distinguir quien era la figura angelical que se le mostraba. No hizo mas que alzar una garra y pasarla sin cuidado por encima su cuerpo, arrastrando consigo los harapos restantes sin importarle lastimarse a si mismo en el proceso Gruñó otra vez. ¿como podía alguien mostrarse tan tranquilo ante eso?
Cuando los ultimos trozos de tela cayeron también, no hubo tiempo para reaccionar. Sin previo aviso, el lobo se lanzó a correr a cuatro patas en direccion a Cereza, mostrando furioso los dientes y manteniendo en sus ojos la furia que solo podia mostrar en esa forma. El lobo llegó hasta ella y a solo un metro de distancia se irguió en su totalidad y lanzó un rugido directo al rostro de la joven, pero no la atacó. Ella permaneció firme con la respiracion agitada y los brazos extendidos, como si estuviese dispuesta a darle un abrazo; él menguó su ira y sin darse cuenta lentamente fue relajando los hombros, pero no dejó de enseñar los dientes
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Post by Narrador on May 25, 2017 18:47:04 GMT
A unos metros de distancia, entre los enormes arboles del bosque, una criatura rondaba acechando, anhelando por comida y sangre de sus victimas. Arrastrando la nariz por el suelo, para después olisquear el aire, por fin encontró dos rastros que lograron atraerlo. Sin pensarlo dos veces, avanzó hacía sus presas, resquebrajando cualquier obstáculo en su camino. Deteniéndose cuando por fin logró divisarlos, se relamió las enormes fauces de donde escurrían grandes cantidades de baba.
Estando ansioso por enterrar sus colmillos en la carne fresca, salió por fin a vista de todos y rugió enardecido por su sangre liberada gracias a la luna. Mirando a ambos decidiendo por cual iría primero, sus ojos se clavaron en la chica, convirtiéndose en su claro objetivo pues era la presa más fácil. Por lo que dio inicio a su ataque, lanzándose sobre ella sin previo aviso.
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Post by Cereza Koslov on May 26, 2017 13:41:20 GMT
La querubín no se amedrentó cuando vio a la gran fiera correr hacia ella, tampoco se hizo para atrás cuando el hombre lobo se paró frente ella como si se tratara de una torre y le rugiera en el rostro. Sus ojos se cerraron eso si, sabía que Ethgan podía adoptar una actitud terrible en ese estado y no lo culpaba por ello... era parte de su maldición. Respiró hondo mas no bajó sus brazos pues esperaba que él se acercara un poco más, fue entonces cuando alzó sus delicadas manos para intentar rozar el suave pelaje marrón con las yemas de sus dedos.
-¿Ves? Soy yo... -susurró la mujer dedicándole una suave sonrisa- No soy una desconocida, puedes confiar en...
Su voz se cortó cuando notó que por el rabillo del ojo algo se acercaba a gran velocidad hacia ella, pasos de garras rasgando la acera empedrada de las calles de Reapergate. No pudo concentrarse más en el hombre lobo pues el terror la invadió, estaba a pocos segundos de ser atacada por alguien afectado por la Luna Roja. Cereza emitió un pequeño grito de horror y dio un paso hacia atrás, pero no sería lo suficientemente rápida para evitar algún ataque.
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Ethgan Reild
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Post by Ethgan Reild on May 26, 2017 14:25:37 GMT
poco a poco el sonido de su gruñido menguó. Estando a esa distancia el olor de la ceniza ya no podia esconder el que era cada vez mas evidente. Esa escencia, ese perfume, lo conocía tan bien. La clarídad volvió a su mente con poca intensidad, pero fue la suficiente como para hacerlo reconocerla, para evitar desear atacarla. Su cola bajó hasta rozar el piso y permaneció absolutamente quieto hasta sentir los delicados dedos acariciar su piel. Si, era ella
un chillido agudo escapó entonces desde algun lugar oculto en su garganta y se alargó por todo el rato en que ella le habló mirándole a los ojos, pero cuando esa magia se rompió y la notó mirar hacia otro lado con una expresión de terror, el hechizo se rompió, todo sucedió demasiado rapido.
Al instante sus orejas se alzaron y en un brusco movimiento se giró atras con rapidez,observando a tiempo a la nueva criatura; no razonó en ello antes de interponerse en su camino, permitiendo a Cereza alejarse un paso y a él mismo rugir con fuerza hacia la otra bestia. Con sus sentidos de nuevo activados y el uso de la razón completamente perdida, se lanzó hacia ella buscando morder con certeza en alguna parte de su cuerpo, sin intenciones aparentes de dejarlo escapar
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Post by Narrador on May 26, 2017 16:50:01 GMT
La bestia irascible no logró llegar ni cerca de la chica cuando Ethgan lo interceptó, golpeandolo directamente con su cuerpo, ambos rodaron por el suelo, tratando de dominar en la pelea, se escuchaban los rugidos y chillidos, una nube de polvo y tierra los estaba cubriendo, haciendo más difícil ver qué pasaba. La criatura enloquecida deseaba sangre, ansiaba comida, estaba dispuesta a todo para conseguirlo. Con los colmillos y garras aun expuestas, se separó sólo unos metros, gruñendo con el pelo erizado, notó cómo su costado sangraba un poco, siendo culpa de ese hombre lobo, él sólo quería asesinar a la mujer ¿Por qué interfería? ¡Era su presa!.
Rabioso por su osadía, saltó sobre él nuevamente, lanzando veloces zarpazos de sus afiladas garras.
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Post by Cereza Koslov on May 27, 2017 1:45:58 GMT
Debido a la impresión, la querubín casi se tropezaba con la cola de su vestido, pero pudo recuperarse gracias a que sus pies se negaron a ello. Cerró los ojos con fuerza esperando el inminente ataque pero éste nunca llegó, en vez de ello se escuchó un golpe sordo que provocó un gritito en Cereza, quien poco a poco se envalentonó para abrir ligeramente uno de sus ojos y encontrarse con una escena que jamás se habría imaginado. Ethgan y aquella monstruosa criatura rodando en el suelo después de que el lobo hundiera sus fauces en la carne del ser de oscuridad.
-¡Ethgan! ¡Ten cuidado! -gritó con mucho miedo e impotencia la pelimorada, quien no podía hacer más que ver como se desarrollaba la lucha frente a ella. Sin fuerza, sin agilidad, ni siquiera podía volar.
Sintió unas tremendas ganas de llorar, mas no podía permitirse eso ¿Qué tal si ese ser le hacía daño al lobo? Viró su mirada rápidamente buscando algo qué usar con las manos... agradeció a los cielos que el cazador siempre saliera armado fuera a donde fuera, pues su sable se encontraba tirado junto con sus demás posesiones. Ella se acercó a éste para poder tomarlo entre sus dos temblorosos brazos y apuntar hacia el frente, lista para lo que fuera a pasar.
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Ethgan Reild
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Post by Ethgan Reild on May 27, 2017 13:14:10 GMT
Quedando a cuatro patas en el suelo, Ethgan se incorporó y gruñó con furia contra su contrincante, gotas de saliva y lo que pareció ser sangre resbalaron de su boca. Su lado animal lo consumía, la ira lo embargaba, pero algo aun estaba claro, no iba a permitir que le pusiesen una sola mano encima a Cereza ¡no lo permitiría! De un momento a otro aquella bestia atacó, pero fue lo suficientemente rapido como para esquivarlo, atacó entonces desde uno de sus costados mordiendole con fuerza un brazo, pero tan solo segundos despues, sintió fuertes rasguños en su cabeza y hocico.
Sintió su carne rasgarse y el dolor lo hizo apretar los dientes. Escuchó el alarido del ser de la oscuridad y con ello, se aprovechó de su dolor para retroceder sobre si mismo y darse media vuelta en el proceso, arrastrando aquel monstruo consigo. Lo soltó solo al girarse con fuerza, permitiendo que el impulso lo mandara hasta un punto lejano. Respiró agitado sintiendo las heridas de su rostro volver a cerrarse, notando solo hasta ese punto la magnitud de su error, pues Cereza se habia movido de donde estaba y la criatura había caído cerca de ella
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Post by Narrador on May 27, 2017 20:26:27 GMT
La mandila del lobo le estaba haciendo añicos uno de sus brazos, su reacción fue pronta al rasguñar a su enemigo, pero no esperaba aquella maniobra por la que salió disparado por los aires, rodando hasta ser detenido por un árbol.
Sacudió su malherido cuerpo, sin duda había sido un gran golpe que logró desconcertar a la criatura. Una vez logró recobrar el equilibrio, miró en dirección del agitado lobo, ya no estaba tan seguro de poder vencerlo, por lo que bajó sus orejas gruñendo intimidado. Entonces volteó su rostro hacía una presa más tentativa, la temblorosa muchacha a unos metros de él. Mostró sus dientes y avanzó a duras penas después de aquella pelea. Irguió su cuerpo frente a la chica y rugió en su cara para demostrar su superioridad, sólo un golpe era necesario y todo acabaría para ella. Alzó un brazo para después bajarlo, desgarrando ropa pero también piel.
La criatura se tambaleó, estaba débil y malherida, miró en dirección del lobo por ultima vez y entonces se dirigió al bosque desapareciendo en la oscuridad.
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