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Post by Laiah Todorovic on May 23, 2017 20:50:21 GMT
Tenía que salir de Reapergate, no era el lugar más seguro en el cual estar precisamente en ese momento. Con la Luna Roja, todos los seres oscuros se volverían agresivo, y ya no podía arriesgarme de nuevo, después de lo último que había sucedido ya no tenía ganas de arriesgarme de esa manera otra vez. Por lo que me fui de aquella ciudad de colores oscuros para trasladarme al bosque que le rodeaba, un lugar donde la vida se acababa y no estaba dispuesta a volver. Había más niebla de lo normal, y solo esperaba no encontrarme con algún monstruo o algo por el estilo, o peor aún, encontrarme con Black Stag, aún estaba un poco preocupada ante eso del mensaje que el envió en la tableta.
Había caminado unas horas, por suerte ya había encontrado una brújula para guiarme, mi última vez aquí digamos que no fue la mejor, casi muero de nuevo, aunque fue algo emocionante. Caminaba con la intención de salir lo más rápido del bosque, la niebla no me dejaba ver demasiado bien, solo se podía ver la sombra de los arboles que se hallaban a mi alrededor. Tenía un poco de miedo, no quería ir sola de nuevo a este lugar, pero nadie estuvo dispuesto a acompañarme, por lo que tuve que venir sola lastimosamente por obligación. Me hubiera gustado venir con Eira, pero al parecer estaba molesta conmigo, así que preferí no molestarle.
La razón primordial por la que hago esta travesía es para encontrar aquella preciada flor que solo se da en este momento del año. En realidad la flor no me interesa, si no que es para velar a mis fallecidos padres. Cuando era pequeña no me dejaban salir de casa, pues creían que el trabajo del campo me haría mal. Pasaba días encerrada sin saber nada del mundo exterior, por lo que solo en las festividades lograba salir de aquellas paredes. La luna roja era un festival preciado en la familia, aunque no recuerdo muy bien que es lo que se hacía, solo recordaba una cosa. La Lágrima de Vampiro, aquella preciosa flor que solo crecía bajo la luz de esta Luna. Mi familia hacía una recolección de estas flores en las cuales también participaba. Pero cuando apenas tenía 10 años fue cuando los vi, como un vampiro asesinaba a mis padres en este mismo bosque. Solo recuerdo que corrí, corrí, y seguí corriendo hasta llegar a casa, una casa donde ya no había nadie. Una casa donde solo quedamos yo, y una Lágrima de Vampiro en mi mano. Por lo que cada año para velar a mis fallecidos padres, busco tres Lágrimas, una para padre, una para madre y una para mi.
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Post by Deleted on May 23, 2017 21:30:19 GMT
La ninfa ya se había hartado de estar quieta en un lugar que bien podría convertirse en su tumba, ella iba a escapar de alí aún así tuviera que romperse el otro brazo, pues prefería estar incapacitada un tiempo que terminar muerta. Había pensado seriamente en contratar a un dragón e irse lo más rápido que pudiera de Reapergate en compañía de Nevraska, pero al parecer la fauno no deseaba irse por alguna razón. Por lo que ambas terminaron estancadas en aquella ciudad ahora llena de una densa oscuridad sólo interrumpida por una tenue luz roja, la cual iluminaba demasiado poco como para que se pudieran ver los monstruos que acechaban ahora por las calles en busca de carne fresca.
Sus intentos por hacer que Nevraska se quedara a su lado habían sido en vano... Ah... Siempre era tan terca y boba, pero aún así Eira le tenía afecto, por lo cual aún estando sumamente enojada y resentida por los hechos del pasado no dudó en encaminarse a pie hacia el bosque de los susurros, donde se supone que Nevraska se quería adentrar a pesar de todo el problema que había pasado recientemente.
Avanzando a un paso lento y doloroso pero seguro, Eira avanzaba entre la densa neblina del bosque mientras usaba su arco como un apoyo, pues su cuerpo aún resentía bastante el enfrentamiento que había tenido con las sirvientas del castillo Velfast. Sinceramente ya no esperaba nada de la vida mientras caminaba entre las secas y crujientes hojas que yacían en el piso... Sabía que era probable que alguna criatura de la oscuridad podría estar acechando entre los árboles, pero ella ya no se podía defender apropiadamente con su arco, pues con un brazo roto nadie siquiera intentaría preparar sus flechas. Todo estaba silencioso. Pero aquel no podía considerarse un silencio normal, sino uno de esos silencios que apuntan a que todo va a empeorar en cualquier momento.
Los nervios de Eira aumentaban a cada paso que daba, pero no podía demostrarlos abiertamente y dejarse ver más vulnerable de lo que ya se sentía. Así que sólo continuó caminando mientras esperaba que todo estuviese bien y pudiera encontrar a Nevraska pronto... O si no la encontraba a ella al menos hallar por allí una de esas flores de las que su padre tanto hablaba en vísperas de luna roja, pues si en realidad eran tan milagrosas como solían contarle, le vendrían muy bien para sus huesos rotos y algunas magulladuras que sentía por allí.
[Nevraska... ¿Donde estás?] Sólo podía pensar. Pues sentía que si lo decía algo no tardaría en salir de las sombras para terminar con su vida.
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Post by Deleted on May 24, 2017 3:52:31 GMT
La luna roja ya había empezado. Oscuros designios eran los que ocultaban las estrellas de sus antepasados, maldiciendo la tierra de Mirovia, dejando que seres horribles caminaran sueltos por la tierra, buscando sangre y carne, dolor y sufrimiento. Una Emocion, mil veces mas negra que la de su raza, cantando en sus venas.
Garrel los compadecía. Y los odiaba.
Desde hacía cincuenta años, todos los guerreros del Clan Thelnak se preparaban para esta noche. Afilaban sus armas, tenian prestos sus escudos, y hacian rondas en las noches de sangre, cuidando que los seres no sobrepasaran su campamento. De vez en cuando, unos pocos se aventuraban afuera, para salvar a gente en peligro: Viajeros y Conocidos del clan, que tenían la mala suerte de estar de noche en el lugar. Sin embargo, no eran muchas las veces que Garrel se aventuraba, y eran aun menos las veces que se aventuraba solo.
Pero debía hacerlo. Por esa joven que le hizo recordar sus propias dudas, y sus propios medios. "Tu sabes lo que debes hacer. No importa lo que haya ocurrido, tu eres el jefe del clan ahora, y es a través de tu sentidos que nuestros ancestros hablan." Le había dicho Thavai, antes de partir. Ahora, martillo en mano, y corriendo a toda velocidad, encontraba la razón en las palabras de su amada compañera, el sentido del deber naciendo en su interior.
Debía salvar a la joven Nevraska.
-¿¡NEVRASKA!?- Gritaba entre jadeos, avanzando por la tupida vegetación del bosque. Ramas se alzaban contra el, como crueles garras, pero con martillo en mano armaba su camino, los raspones apenas eran cosquillas en la piel del arcano. -¿¡NEVRASKA!? La bruma traicionera lo había hecho perder la orientacion, y las estrellas de sus ancestros no podían guiarlo. -¿¡ NEVRASKAAA!?- Su garganta ardía, su pecho ardía, sus rodillas ardían, pero el fuego mas intenso era el de su determinacion, de su sentido del deber. -¿¡NEVRASKAAAaaaa!!
Su voz ronca, apenas daba para jadeos, y muy a su pesar, tuvo que tomar una pausa, apoyado en un tronco. Ya era demasiado viejo para andar trotando por media mirovia, sus articulaciones no respondían como antaño.
El silencio fue roto por unas ramas quebrandose.
Una sombra, con una figura vagamente humanoide se acercaba. Un par de cuernos coronaba la figura, que se acercaba vacilante
-¿Nevraska?
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Post by Laiah Todorovic on May 24, 2017 4:07:33 GMT
Mi orientación estaba un tanto errada, por donde sea que fuera era como si caminara en círculos, el silencio abrumador que tenía el bosque era como el estar en una tumba, era como si cerrar los ojos fuera tu último parpadeo y que tu suspiro sea tu último aliento. Tenía miedo, de que alguien viniera y me atacase por la espalda, que este lugar fuera mi tumba, justo como fue la tumba de mis padres.
El silencio y la serenidad del bosque se fueron interrumpidos ante al parecer eran unos desgarradores gritos de un hombre mayor. Tenía miedo de que algo se acercara, pero por alguna razón estaba diciendo mi nombre... acaso, me buscaba? Intenté seguir la dirección de la cual provenía aquellos gritos. Fue entonces que aquellos gritos se hacían más fuertes con cada paso que daba, y pude divisar una sombra, cuando me acerque pude darme cuenta que era un ogro, pero no era cualquier ogro, al parecer me conocía... Y el único ogro que podría conocer mi nombre y llamarme de esa manera debía ser -" Garrel!! estas bien? que estas haciendo aquí? "- Estaba entre asustada y emocionada, porque el me estaría buscando? el debería estar encargado de proteger a aquellos que estuviera en sus alrededores, peor al parecer, el no venía de aquí, era como si viniera del otro lado de Mirovia. Tenía tantas dudas en mi cabeza.
Pero lo peor no era eso, Eira me dijo que vendría en camino, pero...ella no ha aparecido, mi corazón estaba latiendo con fuerza ante el miedo de que algo le pasara. Tome a Garrel de un brazo para ayudarlo a levantarse, se veía bastante cansado. Pero era algo obvio, era un hombre mayor, el no debería correr este tipo de riesgos, pero aún así el esta aquí -" Por que me estabas buscando Señor Garrel? "- Le pregunté un poco más calmada, pero la intriga me mataba por dentro, solo quería ir a buscar rápido a Eira y asegurarme que estuviera bien.
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Post by Deleted on May 24, 2017 21:38:16 GMT
Repentinamente unos gritos parecieron sonar a la distancia. Lo que hizo que Eira sintiera como la sangre se le helaba de un momento a otro pensando que era una criatura de la oscuridad atacando a alguien en las cercanías, por lo cual se quedó totalmente quieta aferrandose fuertemente a su arco y con una expresión de horror en su rostro. [AAAHHHHDONDEMEESCONDOVOYAMORIRESACOSAVENDRÁPORMI... Espera... ¿Dijo Nevraska?]
Los gritos no tardaron en aparecer de nuevo y ésta vez Eira prestó suma atención a lo que decían. "-¿¡NEVRASKA?!-" Pudo oír claramente, por lo que rápidamente volteó en aquella dirección y comenzó a caminar lo más rápido que podía hacia allá, esperando desde el fondo de su corazón que pudiera toparse con aquella persona. Ya que era mejor andar en grupo que permanecer sólo en aquel infierno lleno de neblina. Aquel hombre que gritaba fue su guía por unos momentos, pero de pronto todo quedó en silencio nuevamente, por lo que Eira avanzó nuevamente a ciegas entre los árboles.
- ¡HOLA! ¿HAY ALGUIEN? - Gritó sin pensarlo dos veces mientras continuaba caminando y mirando a su alrededor en caso de cualquier señal de vida, ya fuera buena o mala. En caso de que fuera vida "mala", Eira tomó una de tantas pequeñas esferas que traía consigo en su morral, ya que no había sido tan tonta como para adentrarse al Bosque de los Susurros sin haberse prevenido al menos un poco. La esfera (según el vendedor que se la dio) estaba llena de un potente somnífero que seguramente le sería útil. Si bien no era para matar, al menos le daría tiempo para correr... O eso esperaba, pues ya había sido timada antes por otro vendedor que le había prometido lo mismo y gracias a ello había terminado con el cuerpo molido. En fin... - ¡Nevraska! ¿Puedes oírme? -
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Post by Deleted on May 25, 2017 2:15:27 GMT
El contorno nebuloso dio paso a la fauno, las heridas de su reciente aventura todavía presentes. Por los ancestros, la pobre no iba a durar ni medio minuto si un ser enloquecido decidía cazarla ¿Y nadie mas se había atrevido a ayudarla? mirovia lo sorprendía cada día mas, y no de la mejor manera. -Dame...-Jadeaba, el vapor de su respiracion ascendiendo, mezclandose con la bruma - Dame treinta segundos. Uf... ya no estoy para estos trotes.
Aceptó el apoyo de Nevraska, usando el martillo como muleta para enderezarse. El rostro de la joven estaba lleno de dudas, como si ya no esperara ayuda de alguien mas, y recibirla de improvisto fuera algo casi imposible. - Porque...Dijiste que estabas en el bosque, y estabas todavía recuperandote...-La respiracion pesada ya se empezaba a normalizar - Y mi conciencia no podría quedarse tranquila pensando eso - "Pensando que una joven sin familia necesitaba ayuda" Volvió a preparar su escudo, en guardia, miradas preocupadas a los alrededores, intentando notar cualquier cambio en la luminosidad que señalara un cazador cerca. Crujidos se escuchaban a la distancia, pies rompiendo ramas secas, acercandose hacia ellos.
Garrel llevó un dedo a los labios, indicando silencio. Sintió el frío beso del martillo en su mejilla, despertándolo completamente, mientras hacia señales simples con las manos, ordenes silenciosas sobre tomar resguardo, estar atento, y respirar lento, codigos de guerra grabados en fuego, y ahora un segundo lenguaje para el veterano. Sin embargo, escuchó unos gritos perfectamente racionales, indicando que alguien se estaba acercando, una mujer, joven a juzgar por el tono de voz.
-¡Eh! ¡Aca! - Golpeaba el martillo con su escudo, generando un sonido grave y fuerte, como el tambor de una galera. Otra figura femenina, cornamentada igualmente, aparecía en la niebla. Igualmente herida, por los ancestros, ¿nadie hacía nada ante esto?. - Vamos, vamos, hay que salir de aca lo antes posible
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Post by Laiah Todorovic on May 25, 2017 19:15:44 GMT
Garrel era un hombre bastante mayor y también bastante encantador. Fue el único que vino a por mi en este bosque, sin siquiera que le haya pedido ayuda, mientras a los otros a los cuales pregunté ninguno se había animado a venir conmigo. Supongo que sera porque soy un imán para el peligro. El Orco recibió mi apoyo para poder levantarse. Su respiración agitada seguido de su comentario seguido de su comentario algo sarcástico me saco una risa.
El hombre respondió a cada una de mis dudas. Sin duda tenía un gran corazón. Se preocupó por mi cuando nadie más quería hacerlo. El único que me escuchó cuando nadie lo hizo. Era un gran hombre, y de seguro lideraba bastante bien a su clan -" tampoco soy una damisela en apuros. Si es necesario golpeare a aquellos seres de la oscuridad, y dirán "desearía nunca haberme cruzado con ella"- Dije con un tono burlesco y sarcástico. Mis heridas apenas estaban sanando por lo que en definitiva no ayudaría enfrentarme a monstruos. Garrel comenzó a observar los alrededores, quizás buscando algún peligro, por lo que intenté escuchar con atención. Fue entonces que escuche como alguien se acercaba.
Mi corazón estaba exaltado, podría ser cualquier criatura la que estuviera acechando por nosotros. El señor Thelnak comenzó a hacer señales, probablemente significaba alguna clase de peligro. Por lo que me escondí detrás de un árbol, mientras tenía la mirada fija en el Orco que estaba haciendo guardia. Fue entonces que aquellas pisadas y ruidos fueron silenciados por unos gritos. Yo reconocía esa voz, era la voz de Eira! había venido por mi también. Bueno, desde un principio lo sabía, pues me dijo que la esperara y pues... no la esperé. El Orco comenzó a hacer ruido con sus pesadas armas. Yo volví a su lado mientras esperábamos que aquella voz se acercara a nuestra localización. Fue entonces que se acerco, vi como tenía heridas aún sin sanar. Me preocupe un montón, pues no podía salir del hospital en ese deplorable estado -" Te dije que no te fueras del hospital... "- Dije con voz baja pues estaba un tanto avergonzada de verla debido a aquella pelea que tuvimos tiempo atrás.
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Post by Deleted on May 26, 2017 1:23:43 GMT
Al escuchar el fuerte ruido causado por las pesadas armas del orco, Eira apresuró el paso aún más sin preocuparse mucho por el dolor punzante que le conllevaba hacer aquello. No era porque estuviera desesperada por encontrarlos o porque tuviera tanto miedo que necesitaba urgentemente la compañía de alguien más para sentir que no iba a morir sola, sino porque aquel ruido podría atraer a alguien no deseado y sinceramente Nevraska y ella no estaban en sus mejores condiciones para huir rápidamente de ser necesario.
Cuando estuvo lo suficientemente cerca como para que pudieran verla, Eira hizo una seña con su mano en repetidas ocasiones para que el orco parase de hacer aquel ruido. Sabía que sus intenciones eran las mejores pero... Hacer eso sinceramente fue estúpido y descuidado. - ¡Para, para! ¿Acaso nos estamos entregando en bandeja de plata? - Dijo "gritando" en voz baja, tratando de no sonar muy grosera. Aquel orco que acompañaba a Nevraska no le sonaba de nada, pero de cierta manera le recordaba a alguien... ¿Cómo era el nombre del orco con el que salió a tomar algunas copas hace algún tiempo? Agar Agar... Edgar... ¿Huacal? Quien sabe. Aquello de todas formas no era importante en ese momento, sino que se había vuelto primordial el moverse de aquel lugar en caso de que algo más los hubiese escuchado, a menos que quisieran enfrentarse a lo que sea que el destino les deparase. Que bonito equipo... Una Fauno golpeada, una ninfa parcialmente hecha picadillo y un orco viejo... Sí, seguramente saldrían victoriosos de cualquier pelea contra las fuerzas del mal.
- No podía quedarme allí de todas formas... ¿Qué no te diste cuenta que el médico era un Oni? ¡Si ya hasta estaba preparando las verduras para servirme en caldo! - Respondió ante los reproches de Nevraska, acercándose a ella y alborotándole el cabello con su brazo que no estaba del todo jodido. - Además si algo te come, tengo que estar allí para asegurarme de que ese fue el fin y ya no tengo que perseguirte por media Mirovia para sacarte de los problemas que tú solita te causas. - Dijo en tono de broma mientras sonreía, pero luego volvió a su semblante serio. - Tenemos que irnos de aquí, por si las dudas..... Ah, por cierto, soy Eira Noctans, cazadora y busca pleitos profesional. Un gusto. - Extendió su brazo hacia el orco para saludarlo formalmente.
Bueno... Tal vez no era el mejor momento para presentaciones formales, pero al menos si iban a morir, morirían elegantemente.
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Post by Deleted on May 27, 2017 0:32:45 GMT
Ante los comentarios de Nevraska, el orco alzó una ceja. ¿Damisela en apuros? porfavor, la fauno había irrumpido al castillo de Velfast por su cuenta y destrozado y escapado, parcialmente con vida. Mas que damisela en apuros, era una damisela que creaba apuros en otros...¿Eso existía? quizá si, el lenguaje Miroviano era bastante amplio, y Garrel nunca se molestó en aprenderlo. -Soy capaz de creer eso. Aunque un monstruo de la oscuridad, y una puerta de madera son dos cosas totalmente distintas - Señaló, mientras esperaban que la otra figura apareciera. Apenas se desdibujó en la niebla, noto los gestos desesperados que hacía para acallarlo. Se encogió de hombros, dejando de usar su escudo como tambor. -Llevo gritando como veinte minutos. Si algo esta en las cercanías, ya se debería haber aparecido- Mumuró, dejando espacio para que ambas tuvieran un tiempo de reencuentro. Si, al parecer, la joven Nevraska no estaba sola. Eso era bueno, pues habían pocas cosas mas tristes que la soledad, bueno, habían unas cosas mas tristes: morir inutilmente despues de haberse reencontrado.
-Eira Noctans. Un gusto. Garrel Thelnak, jefe del Clan Thelnak. Me preocuparé de ayudarlas a mantenerse a salvo, y salir de este condenado bosque - Observó con ojo crítico el cuerpo de la ninfa. Tenía un brazo maltrecho, pero los musculos firmes. ¿Arco? bueno, era una cazadora, era de esperar, aunque con un brazo menos esto iba a ser dificil. Nevraska tampoco estaba en las mejores condiciones, pero parecía tener los brazos mas intactos que los de su amiga. La mente del orco ya estaba ideando estrategias, posciciones, tácticas para escapar de allí con vida
- Nevraska, ¿tienes un arma a mano? Si tienes, podrías llevar tu mi escudo, no hay protección que este de más. -Se giró hacia la recien llegada - ¿Eira? Noto que tienes la mano algo decaída, pero si podemos atacar a algo antes de que nos ataque, va a ser una gran ventaja. ¿Te crees capaz de usar el arco en tu estado? - "Formación en V "Pensaba el orco, a toda velocidad "yo en Punta, Nevraska protegiendo un costado, ¿Que mano usara en el escudo?. Hay que compensar la fractura de Eira de algun modo". Todavía pensativo, señaló con su martillo una direccion, a su izquierda - Cuando llegaba, fui rompiendo la mayor cantidad de ramas gruesas con mi martillo. No es el camino mas sutíl, pero va a servir nuestras necesidades. Veinhar Kavar.
asintió a las jóvenes, explicandoles su plan, y se preparó para caminar en la que sería el inicio de una larga noche. Una certeza en la mente dibujándose. "Es muy probable que alguien muera hoy"
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Post by Laiah Todorovic on May 28, 2017 3:23:13 GMT
Escuchar la voz de Eira me trajo nostalgia, me sentía mal por el hecho de que a pesar de que ambas estuviéramos enojadas siempre intentábamos buscarnos la una a la otra. Osea, era mi mejor amiga, y vino a por mi aún estando herida. Ella primero reprocho al señor Garrel debido a su no muy acertada idea. Pero luego volvió a responder mi pregunta, para luego alborotar mi cabello. Tenía un nudo en la garganta, no podía expresar bien mis palabras por lo que solo le di un abrazo. -" Supongo que si te hubieran comido no me hubiera dado cuenta "-
Intenté decirle con un tono de burla pero la pena solo me hizo hablarle con la voz quebrada y en un tono bastante suave, mis ojos se pusieron brillantes ante las lágrimas que deseaban salir, pero me contuve, no permitiría que me vieran de esa manera. Las palabras de Eira me llegaron profundamente, no importaba donde estuviera ella ni donde estuviera yo, siempre estábamos la una para la otra, protegiendose. Se saludaron Eira y el señor Thelnak, ambos se miraban de reojo, como si inspeccionaran cualquier acto sospechoso del otro. Ambos me parecían adorables.
El señor Garrel pregunto por si alguien tenía alguna arma, al parecer se encontraba formando tácticas, era bastante reconocido por aquello, en definitiva era un hombre admirable. Recordé aquellas armas que compré del mercado negro, aunque la mayoría fueron confiscadas en el castillo. Aún me quedaban algunas armas pequeñas, pero no estaba segura de si funcionarían.
Tome al señor Thelnak del gancho para poder sentirme un poco más segura. -" Tengo algunas dagas pequeñas, mis armas fueron confiscadas en el castillo... "- La noche se ponía bastante tensa, Eira y Garrel querían salir del bosque, pero yo no podía hacerlo aún -" Chicos, no quiero sonar como una loca, pero quiero una lágrima de vampiro y no me pienso ir hasta conseguirla "-
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Post by Deleted on May 29, 2017 5:32:38 GMT
El cuerpo de Eira se sintió repentinamente DEMASIADO adolorido, por lo cual dejó salir unos quejidos bastante claros y fuertes, pero luego se aguantó, pues vio que la causa de su dolor era el abrazo de Nevraska, la cual parecía bastante afectada por lo que le había dicho. ¿Sería que hirió sus sentimientos o algo? Esa no era verdaderamente su intención pero... Bueno, al parecer comenzó a calmarse, por lo que la ninfa sólo suspiró pesadamente y dio algunas palmaditas en la espalda de la fauno para tranquilizarla.
Cuando ambas se separaron, el orco le preguntó si podría usar su arco, por lo que Eira sólo pudo tomar una flecha con su mano sana y como pudo la acomodó y tensó con la boca, por lo que quedó preparada para ser disparada. Era torpe y algo lento, pero serviría (A menos que se le cayeran los dientes o se le rompiera la cuerda al arco antes por usarla de tal manera). Y para probar que funcionaba, Eira volteó hacia un árbol y disparó, haciendo que la flecha se quedara clavada en la corteza. -¿Eso cuenta como poder disparar?- Dijo en un tono satisfecho, porque verdaderamente pensó que se le iba a caer la flecha de la boca y que iba a quedar en ridículo, pero afortunadamente no fue así.
De pronto su buen humor se vio arruinado por la voz de Nevraska, la cual como siempre sólo sonó para decir una locura. -¿QUE QUIERES QUÉ? Nev, cariño... Sé que las flores son valiosas y eso... Pero no creo que valga la pena arriesgar la vida por ellas. Además tengo que llegar a la ciudadela para... - Se calló lo último. Nevraska no sabía que ella y Melfaron salían y sinceramente era mejor así, por lo que rápidamente cambió lo que iba a decir. - Para poder descansar, sí... Todavía estamos un poco molidas, así sólo nos estamos presentando como grandes pedazos de carne listos para comer ¿No lo crees? -
Sus pensamientos vagaron un poco, centrándose únicamente en su amado. Ahh... Ansiaba poder estar a su lado aunque tuviera que amarrarlo primero. Raro, sí... Pero todo era raro últimamente. Además se sentía ansiosa por alguna razón en ese momento... ¿Sería porque se sentía como un bistec sazonado en medio de una jauría de perros hambrientos estando en aquel lugar? Tal vez.
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Post by Deleted on May 29, 2017 16:18:23 GMT
La actitud de las dos jovenes enternecía el corazón del anciano orco. Se veían bien juntas, reñían, pero se cuidaban, se protegían mutuamente, y buscaban que la otra estuviera cómoda. En cierta manera, le recordaban a el y a su hermano, cuando eran mas jóvenes, y eran unos pillastres que vagaban por las islas, buscando desafíos nuevos por la edad. Quiza Nevraska no estaba tan sola como ella creía
Pronto el reencuentro dio paso a las preparaciones de supervivencia. Nevraska tenía un par de dagas, eso era útil, aunque un arma mas fuerte podría haber servido, pero bueno, despues de la aventura del castillo, no se podía esperar mucho. Dejó que la joven se sujetara de él, para poder brindarle seguridad y calor, mientras veía a Eira hacer una demostración con su arco: lanzando flechas con los dientes. Aún pese a sus problemas, Eira tenía una determinacion increible- Excelente, excelente. Si vemos algo, yo me pondré en primera línea, siendo defensa. Eira, eres una excelente arquera.
Sin embargo, los planes fueron cortados por la declaración de Nev. - Para no sonar como loca, conviene no decir locuras. Nevraska. No estamos en condiciones de buscar un sueño, escucha a tu amiga, llegar a la ciudadela es lo principal. Piensa en ti misma, piensa en tu seguridad. No podemos enfrentarnos contra seres oscuros buscando leyendas esta noche. Es demasiado peligroso, para todos - Su tono de voz no admitía réplica, no iba a permitir que siguieran arriesgando su vida de esa manera - Vamos.
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Post by Laiah Todorovic on May 29, 2017 22:24:06 GMT
Eira había demostrado una vez más aquella gran habilidad que tenía con el arco, sin duda era impresionante, me gustaría ser tan hábil como ella algún día. Estaba tan feliz de que pudiera al menos protegerse aún pese a aquellas horribles condiciones en las cuales nos encontrábamos, bueno, eso hasta que Eira se negó rotundamente a acompañarme en busca de aquellas valiosas flores. No valía la pena? claro que la valía... Y aunque tuviéramos que descansar, esto era bastante importante para mi, y no podía dejarme vencer tan fácil.
Pero como si fuera poco, el señor Thelnak tampoco estaba de acuerdo ante mi decisión, nadie quería acompañarme en esta travesía de buscar una flor roja... pero la necesito, para mis padres... incluso podría darle aquella flor a Eira, solo hago esto como forma de luto... Pero ellos no lo entenderían, solo debía convencer a los dos. Por lo que si tenía la aprobación del señor Garrel, todo estaría bien
-" Pero señor Garrel... con un hombre tan fuerte como usted no sería tan peligroso buscar alguna... con esos músculos tan fuertes podría acabar con cualquier monstruo... Por favor, solo necesito una, además, podría darle aquella flor a Eira como forma de curar aquellas graves heridas que tiene "- Le dije al señor Garrel con un tono algo coqueto mientras acariciaba los músculos de su gran brazo, esperaba que esto funcionara para convencer al Señor Thelnak y a Eira, un buen cumplido junto a la idea de ayudar a mi amiga serían más que suficiente. Por lo que dirigí la mirada a los ojos del señor Garrel, tenía una cara algo apenada, la típica mirada de cachorro, era el toque final a mi plan.
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Post by Deleted on May 31, 2017 20:19:55 GMT
- Hehehe... Muchas gracias. - Respondió tímidamente ante los halagos que el orco le hizo debido a su demostración. Por un momento llegó a sentirse orgullosa de sí misma, pensando que si su padre estuviera vivo y presente en aquel lugar ya estaría alardeando debido a que "Seguramente heredó su habilidad de él". Eso o seguramente ni estaría allí, sino que estaría encerrada bajo llave en alguna posada para que no le pasara nada a su "hermosa princesita".
Su padre era demasiado preocupón con ella.
Al ver la actitud que había tomado Nevraska aferrándose de aquella manera a Garrel, Eira rodó los ojos e hizo un gesto realmente molesto. Nunca le había gustado la gente que seducía a otros para obtener lo que querían, siempre los había juzgado mal y a pesar de que Nev fuese su amiga, la estaba juzgando también. ¿Tanto así quería una flor? ¿Por qué se aferraba tanto a la idea de hacer cosas que le podrían traer la muerte? Sinceramente no lo entendía, y vaya que había tratado de hacerlo desde hace mucho tiempo. Desde que la conoció, para ser exactos.
- Nevraska... Él es el jefe de un clan, y ahora mismo está aquí para ayudarnos a ir a un lugar seguro en lugar de estar con los suyos. Sé que quieres la flor y que podría ayudarme, pero es muy peligroso. Nosotras deberíamos ir a resguardarnos y él seguramente quiere volver con su gente... Ya habrá otra oportunidad el siguiente año y TE JURO que iré contigo... Pero éste año simplemente es demasiado arriesgado seguir. - Se acercó a la fauno y la apartó del orco, mirándola de manera preocupada y seria a la vez, como queriendo golpearla y abrazarla a la vez por las acciones que estaba tomando, ya que pensó que ella simplemente se sentía culpable y trataba de conseguir la flor para calmar un poco su consciencia. Sería una pena que no fuera por eso...
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Post by Deleted on Jun 2, 2017 2:20:08 GMT
Cuando empezó a sentir el tacto de Nevraska sobre su brazo, y las palabras zalameras de la fauno, primero no entendía bien que estaba haciendo, ¿masajeandolo antes de un combate? la mirada confusa del orco duró unos cuantos segundos, antes de que reconociera lo que estaba haciendo Nevraska, y entonces, su confusión pasó a asco. "por mis ancestros, pero si podría ser mi nieta". La mirada como de una pequeña niña, sumada a la seduccion que intentaba, simplemente lo superó. ¿Pero que estaba haciendo esa mujer?
-Por ello mismo nos vamos- Le retiró el brazo bruscamente, mirandola a los ojos, sin ocultar el disgusto en ellos. Meneando la cabeza, se apartó unos pasos, dejando que su amiga le intentara esplicar. "Eira parecía tener el sentido común que a su amiga le faltaba" ponderaba el orco, viendo el intercambio entre ambas
- Tal y como dice Eira, ustedes no estan en condiciones de un encuentro, y yo tampoco estoy en condiciones de combatir contra un ser de la oscuridad, al menos, no sin sufrir pérdidas. Si realmente te preocupa el estado de tu amiga, lo mejor sería reposo, en un lugar seguro, donde un ser oscuro no pueda simplemente saltar y terminar de romperle los huesos, para luego darse un festín con su carne - Preparó sus armas, mientras intentaba distinguir el camino de ramas quebradas que dejó para guiarse.
"La gente de Mirovia esta simplemente loca. ¿Coquetear con un extraño? ¿Así es como se comportan naturalmente? No se si es la locura de la luna roja que nos tiene a todos así... no lo entiendo, simplemente no entiendo a la gente." Rumiando aquellos pensamientos, el Orco empezó a avanzar.
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