E2: Luna Roja - Una Mala Idea (3/4)

Observó como la otra dragona de acercaba hacia ella, bastante molesta. Mencionó algo de respeto y madre tormenta, solo se le quedó viendo sin mucho ánimo asintiendo lentamente - si no supiera como defenderme, no hubiera ni llegado a los plantíos no crees? - le comento como si fuese lo más obvio del mundo.

En cuanto a la otra dragona se encontraba furia, como si ella le debiera alguna clase de respeto a su persona cuando obviamente ella era la que se había acercado enfurecida en primer lugar. Escucho sin decir una palabra y cruzada de brazos, no entendía ni la mitad de lo que decía, estaba consiente de que explicaba hacerca de sus azañas pero no tenía ni idea de que tan impresionantes eran, no conocía el contexto, aunque debía de reconocer que por sus heridas y falta de brazo que al menos había vivido muchas batallas.

Aun que todo esto le parecía desagradable, no dijo nada y se quedó callada y espectante, básicamente haciendo lo que mejor sabía hacer. Observó como la dragona tomaba una bocanada de aire bastante profunda, tenía algo de miedo pero en el fondo sabía que no iba a matarla, solo estaba faroleando o al menos eso quería creer. Y al parecer tenía razón, solo la "atacó" llenando la de estática... Cosa que hizo que su cabello se erizara un poco. Si algo no toleraba es que tocarán su cabello y mucho menos que le hicieran daño . ERAN SUS CABELLOS! TANTO LE HABÍA COSTADO TENERLO ASÍ PARA QUE LLEGARAN ESTE PAR DE MALDITAS Y LO ARRUINARAN. - Oh Si... Se mucho sobre ella... Pero tenemos un pequeño problema... - le dijo con una voz suave e infantil cambiando totalmente su actitud.

Comenzó a entonar un hermoso y suave canto, pese a lo pequeña que era, parecía rezonar con mucho vigor . Aquel sonido casi fuera de este mundo era acompañado por una extraña lengua jamás escuchada por las dragonesas. Haciendo entrar a ambas en un estado de relajación casi rayando en estupidez. - Creo que comenzamos con el pie izquierdo... Si quieren mi ayuda necesito la suya también-dijo llevándose la manos a las caderas y lanzando la sonrisa más dulce y coqueta que ella tenía. - Nos ayudaremos? - pregunto con una de esas sonrisitas tontas e inocentes comunes en ella. Su voz parecía rezonar casi como un eco en la cabeza de ambas, como si fuese la voz más melodiosa que hubiesen escuchado en toda su vida pero esto se debía a la "hipnosis"


Occ:Habilidades utilizadas:
Canto Hipnotizante . Cuando este arcano canta puede enfocar su mente para aturdirlos o atraerlos hacia donde esté. Este poder es proporcional a la edad.
Belleza Extraordinaria . Por naturaleza, la belleza con la que cargan estos seres es de una intensidad mayor a la común por lo que tienen ventajas al tratar de seducir a sus objetivos.

La voz de la arcana era extraña. Calmante, le recordaba en cierta manera el viento en Jutland cuando terminaba el verano, cargado de promesas de frío y viento, de tormentas amainadas, y de nuevos viajes. Le recordaba a sus hijas, volando a su independencia, buscando una nueva vida, y a la añoranza de que ahora serían solo dos en la guarida. Asintió casi sin pensarlo ante las peticiones de la mujer, no era tan mala idea ayudarla.

- De seguro podemos hacer algo juntas. ¿Que piensas pequeña? - Dio vuelta la cabeza, para sorepnderse al ver a Chris rascarse la cabeza, como si algo estuviera mal. Tambien hablaba como si algo ocurriera, algo que se le escapaba a la dragona - ¿Chris? Tranquila pequeña, es una ayuda, y vendrá bien. Se ve...- Miró de pies a cabeza a la investigadora. Sellada. Eso alzó unas alertas, pero...era tan calmada - ...bueno, la pobre de seguro esta acostumbrada a huir de los humanos, y camuflarse entre ellos, no es su culpa que se vea como se ve- Meneó la cabeza, y cojeó hacia Chris, mas animada por comenzar la busqueda

-Bueno...¿En que momento empezamos a hacer algo aparte de oler el cielo?

Poco a poco fue incorporándose sin perder de vista a la chica- Que lindo nombre, es un placer, soy Christian- giro hacia HgridModdir, con una gran sonrisa y un aura bastante alegre- Debemos de encontrar a un ser oscuro madre, las flores nacen de su sangre- no sabia a ciencia cierta el porqué estaba tan animada, acaso el querer matar algo ¿la ponia feliz? Un escalofrio recorrio su cuerpo, algo estaba mal con ella.

Se obligó a ignorar aquellos pensamientos y sensaciones, no era la primera vez que experimentaba cosas raras, de cierto modo la pobre dragona ya estaba algo acostumbrada. estiro su cuello y comenzo a inspeccionar el lugar, no podía ver absolutamente a nadie ni nada cercano a ellas, lo que en parte era bueno y al mismo tiempo no tanto. sin embargo, ruidos bastantes raros se escuchaban a los lejos, seguramente una pelea estaba muy próxima a ocurrir, pero ¿quien rayos se meteria con dos dragonas gigantescas?

Escucho el plan de ambas dragonas mientras abría los ojos como platos. - Hey~... - decía con un tono poco convencido y una sonrisa chueca y nerviosa. - Y cómo porque llenarme de sangre atraería a un ser oscuro?... No... Hay otra forma? - pregunto ligeramente animosa, intentando ver las cosas de otro ángulo.

-y si nos vamos a Reapergate? Hay abundan no?... NOOOO? - dijo sonriendo más y más llena de pánico. Si debía hacerlo lo haría pero no estaba segura de la efectividad de la trampa y como que llenar sus ropas y joyas con sangre de quien sabe quien no era un plan que le llamara la atención ni por un pelo.

No es que fuese quisquilloza o algo así, solo que aun le faltaba para estar loca. En muchas expediciones se había cubierto de diversos materiales, incluso lodo pero servir de carnada para dos personas que en su vida había visto... No le parecía lo más sensato del mundo. - Ok... Si tengo que hacerlo lo haré... Pero solo si es la última opción.

-NO!- La dragona gritó al escuchar la propuesta de Chris. Recuerdos doloros acudiendo a su mente, el cuerpo de su pequeño en la caverna, las heridas, no, No, “NOVOY ADEJARQUE UNAHIJAMIAPASEPELIGRO. No mas. Nunca mas”. Respiraba entrecortadamente, los ojos, dos espejos de horror, fijos en Chris. Se demoro un par de segundos en darse cuenta que había gritado, que estaba haciendo el ridículo. Carraspeó, intentando que el momento no se hubiera notado.

-No pequeña, gracias, pero no parecerás una presa fácil, basta con  un repaso para notar el espíritu de guerrera naciendo de ti. Además, necesitare tu ayuda para atacarlos por si son muchos. No tengo realmente buenas maneras para atacar a mas de uno a la vez. – Señaló con el morro la extremidad faltante- Necesitamos que vean una presa, algo que puedan atacar sin problemas. Una arcana ensangrentada y pequeña grita presa facil en todas las direcciones. Sobretodo, si es que huele a miedo.

Miró alrededor, pensando donde podrian encontrar la sangre- Supongo que… deben quedar animales en el bosque para poder cazar. Aunque tomaría quizá algo de tiempo. Sino… seguro en una de estas casas hay un par de animales de granja. Siempre se pueden ocupar de ser necesarios – Tiempos de asaltos a granjas de Northumber acudieron a la mente de la dragona. Si, sería como volver al ayer. O al menos, a un ayer que no era tan doloroso – Si no. ¿Ir a reapergate? Deberías conocer el terreno primero, investigadora. Allá estaríamos rodeadas. No, ir a Reapergate sería un suicido

"O podría ser un ultimo rugido de libertad. Asaltar y dejar la ciudad media arrasada. Enseñarle a esos arcanos que juegan a ser humanos lo que se hace con los humanos de verdad"

Al escuchar el grito de HgridModdir, chris dejó de respirar unos segundos para luego bajar su cabeza con desanimos, le agradaba el hecho de que la dragona se preocupara por ella, nadie nunca lo había hecho, ni siquiera sus padres, asi que no sabia muy bien el cómo reaccionar ante el regaño de una madre, quizás en el futuro chris se volvería algo rebelde ante HgridModdir. volvió a su usual humor al escuchar los comentarios que siguieron del grito, el que la gran dragona considerada a chris una guerrera era bastante satisfactorio.

-No creo que tengamos que bañarla en sangre señora- dijo mirando hacia la dragona -quiero imaginarme que los seres de obscuridad tienen buen olfato, y más con la luna roja, creo que algo de sangre bastará si queremos que algún monstruo cercano aparezca- dio una ligera mirada hacia la otra chica -ademas, dudo mucho que a nuestra acompañante le agrade la idea- soltó una risa, itzanami había expresado en más de una ocasión su disgusto por la idea de ser bañada en sangre.

Chris se puso a pensar, no le gustaba del todo tener que matar a un animal simplemente para atraer a uno de esos monstruos, tampoco iba a pedirles a sus acompañantes que se autolesionaran para tales fines. La dragona llegó a una conclusión, acercó su cabeza a su cola, la cual también estiró para poder alcanzarla y de un solo movimiento sin pensarlo demasiado la mordio, enseguida la sangre comenzo a brotar, no era mucha considerando el tamaño de la forma sellada de chris, podría ser lo suficiente para atraer algo. -Solo debemos esperar- la dragona se sentó por un rato mientras dejaba que la sangre que caía se concentra en un punto cercano a las demás.

Caos... caos era lo que nublaba su mente. Surcaba los cielos movido por el frenesí del hambre, de la oscuridad que se drenaba por todo su ser. Sangre... muerte... la podredumbre de su propia alma carcomiéndolo por dentro. Veía los plantíos teñidos del carmesí de la luz lunar, cubriendo las figuras de los árboles y la frescura del pasto con aquél hermoso pero amenazante color. Problemas era lo que anunciaba.

Movía sus alas con violencia, buscando desesperado, olfateando en busca de un olor familiar, un aroma que calmara su apetito. Sangre. Sí... podía percibirlo. Casi sentía el gozo del alimento revivirlo. Enfocó la mirada mientras perdía más altura; tres figuras... una de ellas herida. No perdió más tiempo y bajó a gran velocidad silencioso con un objetivo en mente. Prenderse de aquella herida... dejar a su víctima sin nada que la mantuviera con vida y después drenar a los demás de su vitalidad.

Entorpecido por la anticipación aterrizó con torpeza apenas rozando con un zarpazo la cola de la dragona. Los cabellos de su espalda se crisparon mientras su enrojecida mirada se enfocaba sobre los presentes. Una espesa baba recorría sus enormes y filosos colmillos que brillaban a causa de la luz de la Luna. En forma de bestia el vampiro rugía esperando el momento para atacar.