CERRADO E2 - Luna Roja - Into the shadows (Priv.)

Entre la torpeza de sus movimientos, tomó los lentes que le habían sido devueltos, recuperando por fin la visión. Pudo ver al fin cómo todos se esmeraban por distraer al oni y los intentos de Kaira por protegerlo. No lo culpaba pero era sumamente ingenuo por dejarse llevar por los sentimientos. Agradecía el favor devuelto por la extraña pero no podía darse el lujo de huir por muchas razones: aún no había conseguido la flor y todos se encontraban en problemas. Agitó su brazo para safarse del agarre de la otra y corrió hacia Orón quien ya estaba a punto de imponer la fuerza de su mazo sobre Kira.

Corría con torpeza, aferrándose a su arma mientras la luz que despedía iluminaba el camino frente a ella. Debía entorpecerlo aunque fuera un poco, era la única manera. Seguramente que Kaira reprobaría lo que estaba a punto de hacer pero de nada serviría sacrificarse por los demás sólo por mantener seguro a alguien que estaba amenazando la vida de todos. Al estar cerca, se dispuso a clavar el filo de su arma sobre Orón, en un área que no fuera letal. Logró hacerlo en el muslo del ogro, sintiendo cómo el filo se introducía con dificultad sobre la piel endurecida por los músculos tensos. Aún así logro introducirse con éxito y con suerte eso les daría ventaja. No deseaba escapar pero comenzaba a pensar que tal vez iba a ser necesario. No se fijó ni siquiera si comenzó a caer sangre de aquella herida recién provocada, sólo dio unos cuántos pasos hacia atrás, tanteando la situación.

Todo estaba pasando tan rápido que le costaba asimilar la situación en la que se encontraban. Kira llamaba la atención del Oni de una manera escandalosa, esperaba que el oni invadido por la rabia la siguiera pues tampoco podían permitir que atacaran a sus amigas. Debía estar preparado para paralizar al amenazante; cuando éste se acercó con toda la intensión de atacar, el unicornio, quedó paralizado del miedo. Tragó pesado, pues aquellos segundos le parecieron eternos; No fue hasta que Sabrina actuó atacando a su amigo, hiriendolo, el alarido de Oron le erizó la piel por completo, no podía quedarse ahí muy a su pesar; aprovecharía para huir de ahí lo más rápido que podía, pues por su descuido al tropezar había quedado imposibilitado de correr.

Intentó correr más no podía, a lo mucho logró alejarse lo suficiente del alcance del amenazante Óron, sin embargo no podía huir del todo, sus amigos aún estaban luchando por lograr salir ilesos de aquello. Fue entonces que podría usar sus pócimas, pero no tenían que estar sus amigos cerca o también resultarían afectados. - ¡Aléjense de él! - era algo muy obvio pero aún así debía aclarar lo que estaba a punto de hacer. - ¡Cúbranse la boca y la nariz! - avisó cubriéndose a sí mismo con un pañuelo; Lanzó con fuerza un frasco a los pies del rubio que al impactarse con el suelo se rompió liberando una pequeña nube humo, era un somnífero. Por el tamaño del Oni no sería tan eficiente, no lograría dormirlo pero lo adormecería lo suficiente para bajar su defensa. - No lo inhalen... - advirtió esperando que diera resultado.

Tal vez sí fue mala idea el salir a buscar las mentadas flores, hubiera hecho caso cuando se lo advirtieron.

Una sonrisa de satisfacción se formó en sus labios al notar como la criatura desviaba su atención hasta ella, había logrado su cometido una vez más, solidando lo que podría resultar como su propio fin si no tenía precaución; pero eso poco lo importo el encontrarse consumida por aquella sensación de peligro solo elevaba su instinto de supervivencia.

Sus ojos permanecieron fijos en la gran figura manifestada en furia del Oni, centrando su total atención en sus violentos movientes que pronto llegaría hasta ella, emitió un gruñido ahogado esperándolo– No te temo, ¡Vamos, acertar tu mejor golpe! –Rugió determinada, retrocediendo un poco manteniéndose firme, cuando el gigantesco mazo se alzó sobre ella, por breves segundos todo transcurrió en cámara lenta, antes de reaccionar de forma casi instantánea antes de que aquel mazo terminara arremetiendo con ella; de un gran salto se apartó del camino pero la fuerza del gran impacto había liberado una gran ráfaga de viendo que la había obligado a retroceder y que terminara rodando por el suelo– ¡Ugh!, maldita fuerza infernal. –Susurro enfurecida entre dientes mientras levantaba la mirada encarando al Oni, demostrando que aún no se encontraba derrotada, en poco tiempo termino poniéndose de pie con una gran sonrisa entre sus labios dispuesto a seguir enfrentándolo. Eso pretendía, pero la introversión de Sabrina al disparar aquella arma contra la criatura había frustrado sus planes, sorprendiéndola totalmente, no solo eso también las acciones Kaira al lanzar aquella insignificante botella que había explotado en una inmensa nube de gas- … ¿Qué es…esto?...-Retrocedió rápidamente algo abrumada, ante la advertencia de Kaira cubrió de inmediato la mitad de su rostro con parte de su bufanda para evitar inhalar aquel extraño gas que se expandía con rapidez.

Ese momento o nunca, aprovecharía la pequeña abertura de tiempo que le habían proporcionado sus compañeros para atacar, estaba a punto de lanzársele encima cuando de la nada había terminado en manos de aquel chico peliazul- ¡Oye! –Protesto; si no fuera por el momento tan crítico le habría gustado arañarlo como muestra de su inmenso disgusto de ser cargada– Grrr… has arruinado un ingenioso contra ataque –Bufo molesta mientras era dejada de lado en aquel árbol además de haber sido ignorada completamente- …No vine aquí con intenciones de hacerla de doncella en peligro, ¡Yo vine a luchar!....Pero...-Dejo salir un largo suspiro con pesadez, dirigió su mirada de golpe contra Sabrina –… tú y el unicornio....estuvieron geniales, han hecho todo a su alcance, ahora…como ese tonto piensa que esta solo por su cuenta, iré a demostrarle lo contrario….él no puede hacerlo solo. –Hizo caso omiso a las palabras de Ryu dando un hábil salto fuera del árbol hasta caer al suelo haciéndolo ver como algo sencillo de ejecutar, apenas toco suelo enseguida se puso en marcha yendo en busca de los demás, aunque ansiaba unirse a la pelea priorizo la búsqueda de los demás, solo era cuestión de tiempo para que el resto del equipo quedara vulnerable frente aquella masa de furia incontrolable, se apresuró a llegar a donde los había avistado por ultima vez, inhalo profundo reteniendo aire al encontrarse al anclase de aquel somnífero, tardo un tiempo antes de lograr dar con dos siluetas conocidas, se apresuró hasta llegar a su lado– ¿Se encuentran bien?...¿Pueden moverse? –Cuestiono al notar el inusual caminar del unicornio, rodo los ojos antes de colocarse frente a Kaira dándole la espalda, se detuvo inclinándose lo suficiente para que pudiera treparla, esperaba a que el unicornio tomara una buena decisión y trepara de una buena vez para ponerles fuera de peligro al fin, ya habían estado arriesgándose lo suficiente o al menos eso creía– Vamos, sube aquí…no desperdiciemos más tiempo…ya hemos tenido suficientes problemas. –Dijo dedicando una pequeña mirada furiosa hacia Ro, aunque en el fondo sabía que no era culpa de la chica, solo estaba siendo consumida por su propia frustración y enoja tras esas palabras-

Todo comenzó a ocurrir en un abrir y cerrar de ojos. Fuese por la adrenalina, el miedo y la incertidumbre, pero cada visión frente a sus ojos pasaba a velocidades increíblemente rápidas. Alzó a escuchar la advertencia de Kaira y sin siquiera pensarlo colocó su mano frente a nariz y boca. Casi de inmediato, sintió una presión en su cintura. Su cuerpo comenzó a moverse a voluntad ajena, alejándose cada vez más del oni quien luchaba por librarse del arma que había hundido en su carne. No le tomó tiempo descubrir quién la cargaba al levantar su cabeza y mirar su rostro. Si él no se cubría también sería víctima del gas liberado por el unicornio pero sus advertencias se quedaron simplemente en su mente porque en menos de lo que esperó, fue dejada junto con Kira sobre un árbol alejado de la escena.

Observó la figura de Ryu alejándose para darle frente a Orón para después mirar el rostro de Kira, afectado por la molestia. Apenas y sonrió con torpeza al recibir semejante cumplido; era una chica modesta pero siempre sentía alegría cuando recibía aprobación por su desempeño. No la detendría, finalmente, la joven parecía ser lo suficientemente fuerte y resistente para luchar. En cambio ella se había quedado ya sin herramientas, sin nada que pudiera ayudarlos por ahora. Sabrina sabía muy bien cuando podía llegar a ser un estorbo.

Observó desde aquella distancia cómo el oni comenzaba a vencerse por aquella sustancia. Sintió un tirón en el pecho; era extraño... pero se sentía mal por él. Podía sentir un ardor en sus ojos y nariz, no sabía si las lágrimas que empezaban a acumularse en su mirada se debían al gas o al hecho de encontrarse frente a una escena de lo más desgarradora y triste.

No quería ser una carga para nadie, en una situación de peligro como la que se encontraban lo imperativo era no estorbar y aún así... - Muchas gracias... - el unicornio reaccionó rapido  aferrandose a la espalda de Kira, quien la dejó en un lugar a salvo de los ataques del oni. Aquella escena le partía el corazón. Intentaba por todos los medios no inhalar el somnifero, aunque a una distancia tan alejada no alcanzaría a sufrir los efectos del gas.

Los rugidos de Óron le desgarraban las entrañas  pues lo conocía y sabía que todo aquello era por efecto de la luna. Cubrió la mitad de su rostro, esta vez para silenciar su llanto. Ya no podia hacer más, solo esperar a que todo terminara con bien tanto para ellos como para el oni.

¿EStaría mal sugerir que ahora que el rubio no podía moverse para emprender la huida? - Marchémonos, marchémonos ahora. -

El sentir el peso del unicornio sobre su espalda la hizo reaccionar incorporarse casi de forma inmediata, mantuvo su espalda con un lev inclinación para evitar que Kaira resbalara por un mal agarre, ayudo un poco con su bufada para sostenerlo con firmeza antes de comenzar a avanzar cuidadosamente– …No me espera que fueras tan liviano… –Soltó un pequeño comentario antes de detenerse en un lugar que consideraba estarían a salvo, un lugar apartado de aquel confronta miento, al fin un lugar donde podrían recuperarse física y emocionalmente aunque fuera por breves momentos– …Tenemos que encontrar al resto. –Dijo en un intento de que su compañero olvidara su dolor y volviera su atención a la misión primordial, encontrar aquella flor roja que tanto parecía anhelar.

Observo los alrededores atenta, esperando ser afortunada y encontrar al resto de su equipo, así fue hasta que su mirada volvió sobre el contrario asegurándose de que se encontraba bien, lamentablemente no era así, parecía ocultar aquellos dolorosos sentimientos de ella tras aquellas manos fingiendo bienestar. A pesar de que sentía una gran curiosidad de preguntar sobre su relación con aquella violenta criatura, se abstuvo, no era el momento correcto para preguntar ese tipo de cosas o eso fue lo que creyó al menos, lo correcto en ese momento serian algunas palabras que lo animaran y motivaran a continuar, no estaba segura de ser la persona indicada ni mucho menos que serían las correctas, pero jamás lo sabría si no lo intentaba. – No debemos lamentar nuestras acciones, todos…hicimos lo necesario, lo que estaba nuestro alcance, evitamos que esa criatura…cargara con una herida mucho peor al evitar que nos acabara ahí mismo, pudo haber sido peor…pudiste morir bajo sus garras. –Dejo salir un largo suspiro, quizás sus palabras habían sido demasiado rudas, pero no había una forma amable de decirlo, al menos no para ella– Encontraste fortaleza bajo tu miedo…estoy segura que encontraras el valor para continuar…a costa de esto. Sigamos. –Se aproximó hasta donde Kaira se encontraba y ofreció su ayuda para seguir adelante en su búsqueda, no solo de la tan ansiada flor sino también del resto de su equipo; esperaba que le fuera más fácil avanzar así, apoyándose contra ella, sin más tiempo que perder sin un rumbo fijo comenzaron a moverse, adentrándose cada vez más en la espesura del bosque.