E2: LUNA ROJA DÍA 1-2, Un mercenario a la orden (abierto)

¿Qué hacía en ese lugar? No estaba muy segura.
Sí, quería conseguir la lágrima, la flor o lo que fuese que hiciese tan especial esa temporada de Luna roja.. en realidad no le importaba el objeto en sí y las cualidades "mágicas", lo único que quería era venderla y obtener una gran suma de dinero que le permitiese darse abasto con la comida.

Parecía haberse tardado mucho en tomar la decisión de salir a buscar dicho premio. Las calles ya estaban casi desérticas, ya fuese por el temor o la valentía de algunos. Ella no era ni una ni otra. Sólo algo dormilona e indecisa. En realidad le hubiese gustado empezar la exploración desde antes pero se debatía en si quería compartir el premio o se arriesgaba en ir sola.
Así que ahí estaba: En medio de una densa y obscura niebla. La tableta arcana iluminaba con su luz tenue a penas unos pocos centímetros a su alrededor y fungía como su mapa... o al menos eso se suponía que era pues sólo se encontraba dando vueltas sin sentido.

— Me lleva la fr....

Antes de poder maldecir a todo pulmón, escuchó una pequeña explosión y el ambiente comenzó a picarle la nariz. No era muy fuerte, parecía haberse creado a varios metros de distancia pero algo le decía que no había sido una explosión cualquiera pues una risa le siguió poco después e hizo el lugar mucho más frío y abrumador.
No estaba sola en el lugar.

Corrió lo más rápido que sus piernas le permitieron, hacia el origen de tantos ruidos extraños. ¿Eso que escuchaba era un oso?
Desplegó sus alas soltando una estela de polvo y maniobró hasta que la figura peluda se hizo reconocible.

— ¿ Y tú qué haces aquí ?

Le preguntó al animal.

— Seguro que no eres un ser de la oscuridad. No te ves tan feo como para ser uno. Ve a dormir, grandulón.

Sin inmutarse ante las feroces y húmedas fauces de la bestia, aleteó con fuerza sus alas, más parecidas a las de un hada que a las escamosas típicas de un dragón, y esparció un polvillo fino y brillante que obligó a retroceder al animal por el cansancio. Podía ver que se tambaleaba y bostezaba, si bien sabía que su habilidad de los polvos de sueño no funcionaba para dormir a grandes seres vivos, sí provocaba pesadez y desequilibrio. Si la bestia quería irse a dormir o no, sería su decisión cuando el efecto pasase.

Descendió a tierra firme y colocó las manos en la cadera, estando alerta por si el oso era un animal terco y fue sólo entonces que se percató de la presencia de otra persona: una chica de cabellos verdes o al menos eso parecía pues su capucha, la oscuridad, la neblina y la espantosa luz no le dejaban apreciar lo mejor del lugar.

— ¡Ah! Perdón... ¿estabas cazando? ¿Esa era tu presa? Eh... puedo hacerle regresar si gustas...

//OOC: me parece que el orden correcto es:
Loudamer, felicia, luana//

Esbozó una sonrisa de alivio al escuchar aquello. Siempre, dd una u otra forma, ya sea voluntaria o involuntariamente, terminaba metiéndose en los asuntos de los demás y le quitaba un peso de encima saber que ese no era uno de esos casos.

— ¡no hay de qué! Siempre mis polvos de sueños me sacan de problemas indeseados, ahí cuando quieras

Ofreció juguetona, guiñando un ojo y tronando la boca en el proceso.
De un momento a otro el olor a mar, que supuso era de la arcana, se mezcló con un aroma más salvaje y terrenal y dio un paso atrás, justo cuando una silueta robusta y alta cayó tras la chica; ojos azul eléctrico y con unas garras y colmillos imponentes.

— A la.... Qué manera de hacer una entrada

Aplaude con notable sarcasmo y sube la mirada pues la diferencia de estaturas era notable. ¿Quién era ese? ¿ y por qué actuaba tan déspota?
Arrugó la nariz y se cruzó de brazos, escuchando lo que el otro tenía que decir. Al parecer ya tenía una historia con la otra arcana pero a penas iniciaba una con ella.
Durante los próximos minutos escuchó el monólogo del licántropo que no eran más que sermones y regaños por aventurarse ellas solas durante la Luna Roja.
No sabía cuál era la opinión sobre aquellas palabras de la peliverde, pero ella no era de guardarse sus pensamientos, buenos o malos, siempre los decía con un toque de humor.

— En primera... sí, es mi primer luna de sangre... se nota? -ríe- En segunda... vampiros, demonios, licántropos.. todos tienen un punto débil y no necesariamente se les acaba únicamente con la fuerza bruta -se da leves golpecitos en la cien- A propósito... ¿que no eres un Licántropo? Creí que a los de su especie la Luna roja los ponía loquitos y finalmente... no somos "una simple criatura de mar" o "una simple fae", somos "LA criatura de mar" Y "LA fae", gracias.

Camina despreocupada hacia el arcano y le da leves palmaditas sobre su pecho, encogiendo sus hombros para restar importancia a su ferocidad.

— Si quieres ser nuestro guardaespaldas solo tenías que decirlo, lobito. No hay necesidad de tener ese ceño fruncido. -toca suavemente la punta de su hocico- BOOP. -regresa con la arcana- Ya dije todo. ¿Quieres agregar algo más?

//OOC: ah! Lo lamento, entonces fui yo quien se confundió debido a que inicialmente contesté después del licántropo. Entonces me adapto a su orden y espero conteste la kelpie primero y ya luego borro este mensajito//

// OOC: D: se borarron los posts del lobito? No sé qué hacer ;-; no los veo