|
Post by Catalina Aldith on May 27, 2017 22:22:54 GMT
La primer noche,fue sin duda la peor de todas… Más por que no estaba lista, para que aquello fuese a durar al punto, de que deseaba con todas mis fuerzas que el sol saliera a acabar con el sufrimiento causado por la abrumadora sed de sangre. Tan insaciable… Tan peligrosa…
El día se había sentido extraño, la garganta reseca y la mandíbula doliendo. La sangre dentro de su cuerpo escocía, como si fuese fuego el que recorriera sus venas. Se sentía extraña, pero ta nada era nuevo para aquel cuerpo que comenzaba a acostumbrarse a las sorpresas que traía descubrir que era un monstruo. Aunque lo peor era cada estaca que sentía en su craneo al sentir que un recuerdo estaba próximo a parecer lucido en su mente. O al menos eso había creído, había sentido que así sería hasta que aquella noche llego. Una donde no pudo evitar sentir que su corazón parecía volver a la vida para traerle un intenso dolor, uno que le obligó a buscar vida cerca a pesar de que había preferido encerrarse en la espesura de la niebla de aquel bosque, por temor a dañar a más personas como las que antes se había llegado a encontrar…
Las criaturas habían llegado a ser las únicas heridas después de aquello, pero tenía miedo de lo que podía provocar, más en ese momento le dolía tanto, que necesitaba que alguién le ayudara a acabar con todo aquello. Aunque pronto se dio cuenta de que aquella no era la razón del por que había seguido el intenso aroma que provocaba una civilización cercana, por que cuando ya no había marcha atrás, se dio cuenta de que era hambre lo que la había arrastrado a la vida y cuando sus ojos buscaron la ayuda de cualquier dios existente en ese mundo, se encontró con una luna llena de sangre.
Aquel color la dejó hipnotizada con su color, se volvió lunática por su imponencia y pronto, aquellas zonas donde había sentido dolor comenzaron a cambiar. Las salieron arrancando la piel de sus dedos, las alas se abrieron paso en su carne y los colmillos modificaron de manera traumatizante su craneo. Cuando menos se lo espero, era una bestia que emprendió vuelo hacía el sitio más alto de Reapergate. Lugar donde desde lo alto, exclamó un enorme grito antes de alzar las alas en busca de algo que pudiera saciar aquella sed que nublaba todos sus pensamientos, la sed de su único sustento de vida… La sangre.
|
|
|
Post by Ildikó on May 28, 2017 3:28:02 GMT
La ventisca había parado desde hace un par de horas, la noche se consumía entre la oscuridad y la luz de luna. Aquella sangrienta luna que se había apoderado del cielo que tanto amaba surcar, se mostraba ante el de manera imponente, tan hermosa y poderosa frente a sus ya de por si curiosos ojos, sin embargo no podía ignorar la opresión que sentía en su pecho. Nada de eso se sentía correcto, lo sabía, lo entendía pero sus pies no planeaban detenerse. De arriba a abajo el dragón recorría su hogar tomando esto y lo otro, lo esencial iba directo al pequeño morral lleno de remaches. Pronto todos los preparativos estuvieron listos y con paso firme salio de la seguridad de su hogar. La nieve bajo sus pies le estremecieron y a la vez le dieron ese pequeño impulso de valor que necesitaba.
A cada paso que se le alejaba la voz dentro de su cabeza le susurraba infinidad de cosas intentando detenerlo pero Ildikó solo podía ignorarla amargamente mientras dejaba que el dolor se regara por todo su cuerpo, sus huesos comenzaron a crujir y sus manos rascaron la nieve con desesperación, sus labios fueron apresados por una hilera de pequeños dientes que no tardaron en crecer monstruosamente perforando la suave piel en el proceso. Los gritos amenazaban con salir y desgarrar su garganta sin embargo lograba reprimirlos. El aire en sus pulmones quemaba y aun así hacía el esfuerzo para mantenerlo en movimiento. Su calvario nunca duraba más haya de lo necesario, cuando sentía que estaba en su limite, cuando estaba a punto de perder la consciencia; se detenía. El mundo se mostraba de nuevo ante el con toda su esplendorosa crueldad permitiendo-le que lo apreciara una vez más. Y esta vez no era la excepción.
La helada blancura bajo su espalda le regreso a la realidad más rápido que otras veces. Y sin desperdiciar un solo segundo más en recuperarse de la grotesca transformación que acababa de sufrir, aseguro el morral con sus pertenencias entre sus garras y sin más, alzo el vuelo. El viento no tardo en golpear su hocico y peinar sus bigotes. El terreno bajo el cambiaba cada cierto tiempo, cualquiera de ellos parecía más agradable que su destino y aun así no se detuvo a contemplar ninguno de ellos. En aquella noche sangrienta un dragón blanco casi en su totalidad como el resaltaba más de lo debido, tanto que era absurdo intentar ser sigiloso, debido a esto el trayecto a Reapergate fue considerablemente rápido. Sus motivos para visitar tan peculiares tierras no eran tan complicados de entender considerando la situación actual en la isla.
El movimiento ondular de su cuerpo se alentaba conforme se acercaba a la ciudad, sus almendrados ojos inspeccionaban el lugar en busca de un área lo suficientemente segura y amplia para aterrizar sin ocasionar problema alguno, para desgracia de Ildikó su concentración fue interrumpida de golpe por un grito tenebroso. El pelo que adornaba su cuerpo se erizo por completo y un gruñido burbujeo en su garganta a modo de advertencia. Sus ojos se ensancharon en un vano intento de hallar el origen de semejante alarido, olisqueo el aire; nada. No importaba si no podía verlo o en su defecto olerlo, sus bigotes e incluso en cada una de sus escamas sentía el peligro. Lo más sensato sería ignorarlo y seguir su camino pero hasta el podía comportarse de manera estúpida cada cierto tiempo. Y así, guiado por la curiosidad, por el deseo de saber, de conocer lo desconocido; el movimiento de su cuerpo regreso con más fuerza que antes, más violento. Surco el cielo con impaciencia hacía donde había escuchado aquel grito. Lo que vio cuando se acerco, no lo impresiono del todo (dada su naturaleza) pero tampoco lo decepciono. Y antes de que la prudencia pudiera volver a vestir sus escamas, un poderoso rugido escapo de su garganta con el único motivo de hacerle notar su presencia al monstruo con el que ahora compartía los cielos.
|
|
|
Post by Catalina Aldith on May 31, 2017 4:01:46 GMT
Su cabeza se movió justo después de que sus orejas buscaran la procedencia de aquel estruendoso alarido. Lo que sus ojos vieron fue un enorme dragón que había conseguido exitosamente llamar su atención, aunque esa noche no era la más agradable para conocer otras criaturas. De inmediato su rugido fue respondido por uno propio. El suyo, era un rugido que más que hacer acto de presencia, querían tratar de avisarle a la otra criatura que mantuviera su distancia, pues pese al tamaño que la hacían estar en desventaja, claramente no dudaría en lanzarse encima de esta.
Con un simple impulso de las patas y un fuerte aleteó de su enorme par de alas, su cuerpo fue impulsado hacía arriba y buscó encontrarse a pocos metros de aquella criatura. Nuevamente enseñó los colmillos, aunque dada el hambre que tenía, una pequeña idea surcó su cabeza y de inmediato comenzó a batir las alas hacía el dragón. Era débil en fuerza, aunque esa noche tenía bastante más de lo normal, pero era rápida y tenía hambre. Un dragón, pese a no tratarse de la mejor criatura para hacerlo, en su cabeza solo cruzó el fugaz pensamiento de un excelente proveedor de alimentos, aunque esa noche se sentía insaciable y sus colmillos podrían hacer más daño del que podría desear en una noche normal sin luna carmesí.
|
|
|
Post by Ildikó on May 31, 2017 5:37:14 GMT
El pelo que cubría su cabeza estaba totalmente erizado para cuando la criatura surco casi por completo la brecha de cielo que los separaba, por inercia mostró los colmillos y su cola revoloteo con fuerza en el aire como si se tratara de un poderoso látigo. El agarre de sus garras se afianzo sobre la tela del costal, no podía permitirse perderlo. Con forme la criatura se acercaba, el trataba de mantener una distancia entre ambos en todo momento mientras le escudriñaba con la mirada. Ildikó no era un hábil peleador en aquella forma lo cual le ponía en desventaja, aunque aquel arcano no sabía esto y debía aprovecharse de eso.
Con el fin de evitar un enfrentamiento directo, tomo impulso y se lanzo a por la criatura de manera tan directa que cualquiera que los viera pensaría que chocarían entre si pero no, en el ultimo segundo retorció su cuerpo al limite logrando así apenas rozarle. Su intención no era provocarle o atacarle, era más bien confundirlo y librarla ileso. Tan pronto como paso de largo de la criatura, giro casi de manera violenta para plantarle cara en caso de que esta pudiera intentar algo. Las acciones anteriores apenas le pasaron factura, su cuerpo comenzaba a generar calor y su hocico se abría minimamente para facilitar la entrada de aire a sus pulmones. Mientras esperaba ansioso la reacción de aquel ser, en su cabeza se recriminaba su comportamiento precipitado, sin embargo no había marcha atrás.
|
|
|
Post by Catalina Aldith on Jun 2, 2017 3:59:02 GMT
Era una criatura enorme, con un solo buen golpe podía llegar a causarle el daño suficiente como para volverla a obligar a dormir por varios días y noches. Más sin embargo, la sed de sangre que traía en ese momento Cat, no le permitía ver ninguna desventaja, solo quería alimentarse y por ende, apenas su ataque había sido evitado, nuevamente se iba contra el enorme dragón. El batir de sus alas le habían ayudado a detenerse en el airé y con un movimiento bastante ágil, se dio la vuelta para verle e ir una vez más hacía su cuerpo. De nuevo el punto al que principalmente se dirigía, era aquel cuello.
Las alas se movieron pocas veces, pero con la fuerza suficiente para alzarle y dirigirse luego cual flecha a su objetivo. Sus garras estaban listas, abriendo la mandíbula enseñó los cuatro principales colmillos que tenía planeado encajarle en la piel.
|
|
|
Post by Ildikó on Jun 2, 2017 6:57:21 GMT
A pesar de que cada milímetro de su anatomía estaba a la espera de un nuevo ataque, tardo en reaccionar cuando este llego. No se lo esperaba, realmente no lo hacía, pensaba que con lo anterior la criatura se alejaría sin mas, perdería el interés pero no fue así. Sus grandes ojos se abrieron al limite y su cuerpo se paralizo por segundos, mismos que fueron suficientes para que aquel ser se acercara más de la cuenta. El desconcierto y la confusión no lo dejaban pensar claramente, atacar de lleno contra el tampoco era una opción. Sea lo que sea y las intenciones que tuviera, no quería lastimarle pero si no hacía algo, el resultaría herido sin duda. Sin tiempo y sin posibilidades, se vio obligado a repetir su movimiento anterior pero esta vez para esquivar el ataque. Su cuerpo se retorció de manera violenta y dolorosa antes de salir disparado en dirección al suelo.
Metros más abajo y pensando que lo había logrado estuvo a punto de gruñir en señal de victoria pero la falta de aire se lo impidió, la adrenalina bajo y el dolor se esparció por todo su físico asfixian-dolo momentáneamente. En un costado, justo detrás de su pata delantera, se podía apreciar una deforme linea roja que iba hasta casi la mitad de su cuerpo, probablemente producto de los dientes o incluso las garras de la criatura, no podía saber a ciencia cierta que fue lo que logró alcanzarle.
La sangre no tardo en brotar contrastando con su blanco ser, y el movimiento continuo de su cuerpo solo lo empeoraba. No es grave, no es tan grave. Se repitió en su cabeza, y en un ultimo intento de alejar a la criatura, rugió de nuevo con todas sus fuerzas. Lamentablemente el dolor convirtió su rugir en un alarido en el ultimo segundo.
|
|
|
Post by Catalina Aldith on Jun 3, 2017 4:30:25 GMT
Se había anticipado un poco a aquello, pero no pensó que realmente sucedería tan rápido. Aquel movimiento había conseguido librarse de ella, claramente parecía haber perdido a su cena en cuanto esta no solo le esquivó, sino que fue precipitadamente al suelo. Pero pese a que se había ido, la bestia paró su vuelo en seco con una notable sonrisa en su rostro. Su hocico enseñaba cruelmente el par de hileras con puntas filosas que conformaba su mandíbula y es que en sus garras quedó algo perteneciente a aquel dragón.
La sangre solo le entusiasmó más y sin desperdiciar ni una sola gota, pasó una larga y hábil lengua sobre sus garras, para poder saborear aquello que tanto necesitaba esa noche.
Aquello no solo le llenó el cuerpo de energía y le abrió más el apetito. Su cuerpo se sintió realmente deseoso de poder sentir aquel liquido recorrerle en grandes cantidades la garganta y por ello, dejó de batir sus alas, permitiéndose caer en picada hacía donde se encontraba la gran criatura.
El lamentó fue música para sus oídos, el rojo que comenzó a salir del ser tuvo toda su atención y en pocos instantes, estaba sobre sus cuatro patas frente a él. Gritó, con mucha fuerza luciendo la que parecía ser su victoria y se apresuró impulsándose sobre sus garras para esquivar sus patas y treparse a toda prisa de su cuerpo. Pero no mordió. Sus garras eran fuertes, pero sus colmillos no podrían atravesar cualquier parte de su endurecida piel, así que solo buscó llegar al sitio donde comenzaría su labor de alimentarse en baso a buenas lengüetadas. No sabía si aquella criatura se curaba como ella, pero de ser así, debía apresurarse o debería hacer otra herida.
|
|
|
Post by Ildikó on Jun 3, 2017 22:24:56 GMT
La imagen de la criatura aproximándose a el a gran velocidad, le horrorizo. Quiso alejarse, apartarse de inmediato o volar hacía el cobijo de la ciudad oscura, pero su cuerpo no reaccionaba. Las señales de alerta que mandaba su cerebro se quedaban a mitad del camino y la desesperación comenzaba a invadirle sin piedad. Lo único que pudo hacerlo reaccionar fue sentir las garras de la criatura sobre su piel aprisionándola con fuerza. Los chillidos por parte del dragón no se hicieron esperar, poderosos y desgarradores estremecieron el cielo. Su cuerpo se contorsiono de manera violenta en el aire ignorando el dolor en su costado, provocando con esto que el flujo de sangre aumentara en gran medida. Ildikó estaba desesperado por quitarse al individuo de encima.
El pánico le impedía pensar con claridad y su cuerpo se movía por si solo. Los minutos pasaron y el agotamiento comenzaba a hacerse presente en el, no había conseguido nada a pesar de todo su esfuerzo, aunque si que había dificultado en gran medida que la criatura se alimentara de el. Pero eso no era suficiente, aun debía alejarse, aquel ser bien podría tomar hasta la ultima gota de su sangre y como estaban las cosas, nada le aseguraba lo contrario. En un momento fugaz de lucidez logró contener una idea entre toda la maraña de pensamiento que inundaban su cabeza. Era una idea algo suicida, si, pero una idea a fin de cuentas. Y si se detenía a pensar en su muy probable destino en las garras de esa criatura, aquella idea no sonaba tan mal. Con lo que parecía ser su ultimo aguante, y con la criatura aferrada a el, se impulso hacía el suelo en linea recta con todas sus fuerzas. La ciudad de Reapargate pronto les saludo en la lejanía, sin embargo, no disminuyo ni un momento la velocidad. Su descabellado plan consistía en orillar a la criatura a soltarlo o de lo contrario se estrellarían juntos en alguna calle de la localidad. Era una medida desesperada para una situación aun más desesperada.
Lo que sea que pasara en los próximos segundos, no importaba del todo. Tanto si le soltaba o no, el destino del dragón sería el mismo; el suelo.
|
|
|
Post by Catalina Aldith on Jun 5, 2017 4:47:05 GMT
El hambre y la luna dominaban sus movimientos. No pensaba soltarse de aquella criatura ahora que se le estaba permitiendo una fuente enorme de alimento. Sus garras se aferraron con más fuerza en cuanto este emprendió un vuelo más violento. Para su propia desgracia, había tenido que detenerse de alimentarse para poder mantenerse firmemente sujeto a sus escamas. Aquello estaba siendo difícil, pero si le llegaba a soltar, podía suceder que este se fuera y no podría encontrar una mejor fuente de alimento. Se estaba arriesgando demasiado, tampoco era la única criatura a kilómetros, pero no podía evitarlo. Sentía que si tenía algo, no debía de dejarlo ir tan fácilmente y por ello su agarre se apretaba más cada vez y pensó que nunca sería derribado, hasta que comenzó a percatarse del peligro que aquello representaba...
Cuando la bestia al fin entendió con mejor precisión el plan del dragón, emitió un chillido agudo a modo de queja y comenzó a moverse muy lentamente. Escaló poco a poco por su piel, buscando encontrarse con su cuello. Debía de encontrar la forma de detenerle, aunque no estuvo preparada en cuanto una de sus garras se soltó violentamente del dragón y el cielo parecía decidir que era un buen momento para nublar el cielo.
Cuando el cuelo se nubló, algo leve de su lucidez regresó, aunque su cuerpo no podía mitigar el hambre que sentía y poco a poco empezó a presentar el cambió. Desesperada trató de aferrarse con mucha fuerza. Pero su cuerpo presentaba un poca de su habitual falta de fuerza y sus garras se iban, dejándole los dedos con uñas inútiles. El largo cabello se hizo poco a poco presenté, así como los extraños ojos de la chica que miraba horrorizada por ultima vez al dragón. Se había terminado por soltar y en lo que parecía el segundo más largo de su vida... Noto como lentamente se apartaba de aquel cuerpo, para ir directo al suelo....
|
|
|
Post by Ildikó on Jun 5, 2017 7:22:32 GMT
En su mente ya no había cabida para otro pensamiento, para otra idea o para un cambio de planes de ultimo momento. Aunque frenara justo ahora, el golpe era inevitable ya. No moriría, no lo haría. Podía romper cada hueso de su enorme cuerpo al chocar pero se aferraría a la vida con garras y colmillos. Las casas se hacían más grandes conforme se acercaba a toda velocidad, las calles dejaban de parecer simples lineas. Su hocico se abría con anticipación, el aire entraba en el con fuerza, secaba su garganta y le asfixiaba a ratos. Sus grandes ojos se entrecerraban, su campo de visión se limitaba aun más y lo único a lo que podía prestarle atención era un único punto imaginario sobre el suelo, punto donde tenía planeado caer.
Quince metros. Sus ojos lagrimean y apenas parpadean. Diez metros. Su cuerpo acelera, se siente más ligero, apenas puede percibir que la criatura le ha abandonado. Ocho metros. Seis metros. Su cuerpo gira, quiere evitar a toda costa que su rostro golpee de lleno. Cuatro metros. Sus ojos se cierran ante lo inevitable, aguanta la respiración y lo siguiente que siente son sus huesos rebotando contra el piso. El cuerpo del dragón se había estrellado violentamente contra el concreto, el estruendo se regó rápidamente por las calles de la ciudad y el espeluznante crujir de sus huesos resonó en las paredes cercanas. Todo su ser temblaba y se convulsionaba, un rojo carmesí empapaba el suelo bajo el como si se tratara de una fina alfombra. Sus fauces se tiñeron del mismo color, y de los orificios de su ahora pálida nariz, emergían cientos de pequeños hilos rojos.
|
|
|
Post by Catalina Aldith on Jun 6, 2017 3:19:34 GMT
No tuvo tiempo de ver con totalidad la caída del dragón. Si, le vio alejarse de su cuerpo para ir a un punto exacto donde prometía estrellarse, pero tuvo que cerrar los ojos en el momento más crítico, pues su propio encuentro con el suelo llegó y el crujir de la madera no tuvo comparación alguna con sus huesos al romperse de varios a la vez cuando dio con aquella construcción. El impactó inicial solo fue doloroso después de terminar enterrada entre algunos escombros, aunque no le sorprendió al poder abrir los ojos, que el lugar pareciera estar vacío. Estaba adolorida, pero poder ver como grandes nubes eran las que tapaban la luna y podían no durar mucho, es que se esforzó para ponerse de pie.
Aunque al principio la tarea no fue nada fácil, con algo de ayuda pudo arrastrarse fuera de todo aquel desastre para colocarse sobre sus dos ensangrentadas piernas. Su cuerpo estaba curando con bastante velocidad, probablemente gracias a la enorme luna de rojo, pero aquello no le ponía feliz, ni siquiera aliviada. No se había puesto de pie por nada, pues parte de sus pensamientos eran el hecho de que quizás habiéndose enterrado más en los escombros, hubiese podido evitar causar más daño, pero en ese momento no podía sacar de su cabeza a la criatura a la que había afectado en ese momento.
Fue sencillo encontrarle, pero no fácil acercarse. Estaba rodeado de muchos restos de concreto, suelo levantado y un desastre lleno de sangre. El aroma no ayudaba con su actual estado, pero no pensaba detener su torpe andar hacía aquella criatura grande, que en ese momento dejaba brotar la sangre de su cuerpo. – Por favor... Que no esté tan mal... – Aunque lucía realmente mal, pero no quería realmente causar el daño que estaba haciendo y por ello se acercó lo que pudo y observó las heridas del más grande. – Joder... ¿Puedes transformarte? ¿Te duele mucho? – Estaba preocupada y rápidamente movía algunos trozos grandes de su cuerpo. – Tengo que llevarte a un sitio más seguro... Si la luna vuelve, puede que te haga más daño... – Explicó esperando que siguiera consciente. – Por favor... No creo que puedas perdonarme por esto, pero enserio... No era mi intensión dañarte... –
|
|
|
Post by Ildikó on Jun 7, 2017 10:44:42 GMT
El dragón agonizaba, gemía y se quejaba despacito como si tratara de no llamar la atención de nadie, mantenerse oculto hasta que su sufrimiento cesara. Las precauciones que había tomado para con su cabeza redujeron el daño, y gracias a esto aun poseía cierto nivel de raciocinio. Sin embargo, aun no sabía cual había sido el destino de la misteriosa criatura, y si esta aparecía, por más que pudiera pensar en otro plan, con ese cuerpo inútil no tendría oportunidad. Alejarse, eso es lo que debía hacer pero estaba tan débil y desequilibrado que cada vez que trataba de levantar la cabeza y ponerse en marcha, terminaba cayendo sobre un costado o el otro. Por otro lado, aun no podía saber si alguno de sus huesos estaba roto, el dolor era tan intenso en todo su cuerpo que bien podrían estarlo todos y cada uno de ellos. Algo que era imposible, considerando que aun podía moverse, a medias y muy mal pero lo hacía.
Tardo en reaccionar cuando alguien se acerco. ¿Quien era? ¿Trataba de auxiliarlo? "¿Que me hagas más... daño?" La chica se disculpaba, el no entendía nada. Tal vez se había golpeado la cabeza y ahora estaba viendo cosas. Si eso debía ser... No podía ser posible que la chica frente a el fuera la extraña criatura de hace unos momentos. "No juzgues a las personas apresuradamente." Se recordó. Pero de ser así, ¿porqué estaba tratando de ayudarlo? ¿porqué se disculpaba? Ildikó rugió con desespero a la chica, quería que se alejara pero también quería que lo ayudara, no deseaba morir, no así. Tampoco podía transformarse como ella pedía, temía que si lo hacía el daño fuera demasiado para su cuerpo. Lo único que le quedaba era moverse a un lugar más seguro, o al menos intentarlo. Sería por mucho, su ultimo movimiento en un buen rato; esperaba que valiera la pena. Sus garras se aferraron con fuerza al suelo ensangrentado, su cola se retorcía con violencia y antes de que la mano del dolor lo estampara contra el piso de nuevo. Se impulso hacía la ventana de una casa cercana, el vidrio cedió de inmediato permitiendo-le la entrada. Su cuerpo cayo como peso muerto sobre las maderas del lugar, arrastrando consigo un par de mesas con sus respectivos bancos. El ruido taladro sus oídos en el rato que duro, luego de eso, todo fue silencio a su al rededor.
La supuesta casa había resultado ser una especie de negocio cerrado. ¿Sería suficiente para resguardarse de la luna roja y sus criaturas? No tenia manera de saberlo pero deseaba que fuera así, todo su ser rogaba por que lo fuera.
|
|