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Post by Agatha Bloodspell on May 29, 2017 6:46:03 GMT
El viento soplaba aquella noche moviéndose traviesamente en un recorrido por una piel desnuda, clara y suave que brillaba bajo la luz de la Luna. La niebla que la rodeaba y protegía de aquél secreto, cubriéndola como un manto que jamás se colocó sobre sus hombros con cariño para brindarle calor. De pie sobre la tierra, sosteniendo el peso de un deseo y una vida que clamaban por ver la luz entre una oscuridad pesada y siempre presente. Alzó sus ojos hacia el cielo, observando una a una aquellas estrellas que aún podía verse a pesar de la intrusa estela que siempre sometía al Bosque de los Susurros de una penumbra tan poco piadosa. Un brillo, paseándose sobre los árboles, un destello, reflejo de la plata sostenida entre sus manos. Apretando con fuerza, un puñal que casi podía sentir palpitar, reclamando por la calidez del rojo en su interior. Levantó la mano, viendo sus propios ojos sobre el metal; no había miedo, no había desolación. Una chispa de esperanza siempre refugiada en aquellos ojos. "Podré verlo... podré verlo otra vez, algún día. Besar sus pies, colmarlo de mi gratitud. De nuevo en mi mirada". Tentó el frío del filo sobre su antebrazo, dándose algo de incertidumbre. La piel se le erizó, sintiendo un poco de placer ante el cosquilleo impuesto sobre ella. Sus mejillas se sonrojaron por un momento. Debía esperar.
Rodeando sus delgados y pálidos pies se encontraba una capa que había sido dejada caer por ella minutos antes. Cubrió su cuerpo, protegiéndolo de miradas impías. Sabía que pronto se encontraría acompañada puesto que esperó, de pie, iluminada por la luna y su infinito misterio. Podía sentirse alterada por su naturaleza, pidiendo a gritos ser alimentada. Volvió a pasar el filo sobre la punta de sus dedos, apenas sintiendo un ligero estremecimiento recorrer cada parte de su piel. Paciencia. Todo a su tiempo recibe su merecido... todo a su tiempo perece si es su destino. Cerró los ojos, dejando escapar el aire sometido en su pecho.
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Post by Robin Fitzalon on Jun 2, 2017 0:09:23 GMT
La noche ya había llegado, el viento que soplaba contra la ventana de su hogar le indicaba que ya era el momento. Dejando escapar un suspiro que sentía retenido en el pecho, una emoción que llenaba su ser ocasionalmente por esa sed de deseo. La luz de las velas reflejadas en la tina en donde estaba hacía que el ambiente fuera más ameno, pero eso no importaba mucho puesto tenía que emprender aquel viaje.
Al salir de ésta y dejar al descubierto su fino y blanco cuerpo que era protegido por su largo y oscuro cabello, tomando la daga finamente hecha que era su cómplice, sólo esta sabía para qué es utilizada. Mirando su reflejo en ésta, la sed que estaba dentro de ella pedía a gritos ser liberada. Pasando la fría hoja sobre su pecho, recorriendo lentamente éste que viajaba sin cuidado ahora por su cuello, soltando pequeños jadeos que salían de su boca, un extraño placer recorría toda su espalda, respirando agitadamente guardando aquella arma en su respectivo armazón. Cubriendo la piel de porcelana con una pesada y larga capa negra que lograba cubrirla de pies a cabeza, era hora de salir.
Llevando consigo su arco y flechas que nunca dejaba, menos en esta ocasión, guardando la daga en el bolsillo de la capa. Sus pies se enterraban en la tierra húmeda que la guiaba con la compañía, la niebla la cobijaba conforme más se aproximaba, vislumbrando a lo lejos una figura que le sonaba, sabía qué hacía ahí, estaba ansiosa por hacerlo.
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Malak Ruko
Los Grises
entre la luz estelar he de reflejar los deseos de aquellos que lo necesiten
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Post by Malak Ruko on Jun 3, 2017 9:22:30 GMT
cuando la noche se encontraba con el filo de su piel y el frió de la niebla se mezclaron con su tacto rápidamente supo que era hora de volver a aquel circulo una vez mas, ya tanto tiempo había pasado desde que entro en este que ya no sabia con seguridad en que fecha fue que dio con el, lo que si sabia es que en este podía sacar su otro yo, un lugar donde podía sacias sus necesidades que durante el día no podía satisfacer y que todos consideraban inconcebibles.
con un manto negro que cubriera su cuerpo y su cabeza salio caminando por la noche, arrastrando aquel manto por el suelo y sin hacer ningún ruido perceptible, pareciera que casi estuviera flotando entre la maleza y el lodo que solo manchaba la punta de sus dedos. mientras caminaba entre las sombras acompañado del leve crujir de las ramas y el silbido del viento solo se podía reconocer perdidamente la risa y el canto débil de este la cual se llevaba el viento en busca de aquel al que sus alabanzas dedicaba para poder llamar su atención a sus oídos iluminados por la luz de la luna, aun que claro nadie podía afirmar que llegarían, por lo que era solo un vació cantar a la luna mientras con sus dedos delgados acariciaba la vana que por su cuerpo corría la cual con cada palpitar marcaba el ritmo de su canto.
cuando por fin llego al claro en donde su circulo lo esperaba solo pudo divisar dos figuras negras que eran iluminadas por la luz de la luna, reflejando su bajo y tenue color blanco de esta, en ese momento ceso su canto mientras con cuidado se acercaba a la compañía de las dos arcanas que esperaban ahí pacientes a las cuales la niebla pareciera abrazarles con su frió beso. -buenas noches...- exclamo con una voz casi melódica y un tono tranquilo mientras se acercaba con suavidad mientras dejaba ver un poco mas libre su rostro inexpresivo y serio que iluminaba la luz de la luna, creando pequeños destellos entre las facetas de las gemas de su collar, soltó un pequeño respiro caliente, creando así mas vapor entre la niebla, haciendo mas perdediso su rostro ante los ojos de los demás.
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Post by Agatha Bloodspell on Jun 6, 2017 1:15:12 GMT
Podía escuchar los sonidos alterarse con cada paso que se acercaba a su presencia. No alzó la mirada, se mantenía seducida por el brillo del metal que la tentaba bajo aquella luz plateada que apenas y mostraba lo que se encontraba a su alrededor. Era como si la luna fuese celosa de lo que su hora cobijaba; sólo enseñaba lo que era necesario, nada más. Sintió que ya no se encontraba sola por lo que se dio la vuelta lentamente para encarar a quien ahora estuviese acompañándola. Conocía bien a la joven y también al otro que estaba ya cada vez más cerca. Reconocía aquél canto que rompía el silencio tan mórbido del bosque.
-Buenas noches- les dijo a ambos ajustando la capucha que ocultaba su rostro de los rayos indiscretos de la luna. -Hacía tiempo que no nos veíamos, hermanos- indicó mientras colocaba la daga entre sus manos dentro de la funda que reposaba en sus caderas. Entrelazó los dedos acercándose a ambos. Pasó su mano por la mejilla de Robin, observando aquella piel pálida oculta entre la sombra de su capa para después avanzar hacia Malak y pasar su mano sobre aquél delicado cuello adornado como siempre por joyas hermosas. -Ansiaba verlos- comentó clavando su mirada sobre el muchacho antes de despegar aquellas manos frías de la piel ajena.
Podía sentir la ansiedad en la punta de sus dedos, refugiándose en su piel con un deseo inmenso de salir. Se abstenía de actuar por ahora, sabía que sus actos debían ser escogidos con sutileza. No debía importunar al objeto de su adoración de esa manera. Por más que sus ojos clamaran por su presencia, ella no era más que una simple servidora.
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Post by Robin Fitzalon on Jun 10, 2017 6:13:53 GMT
Había un canto que hacía tiempo no escuchaba, estaba segura de que se trataba de Malak, no podía quejarse de aquella canción,podía ser que esa melodía era quien gobernaba entre todo el silencio en aquella noche fría.
Podía notarse la felicidad indirecta de Agatha al ver al par, no podía mostrarse más alegre porque llamaría la atención de los alrededores. -Hola- respondiendo en seco como siempre solía hablar, pudo sentir cómo la chica acariciaba su mejilla, su gorro no le permitía ver más allá del antebrazo de esta, pero estaba segura que bien de trataba de ella, no le agradaba mucho que la tocaran pero podía soportarlo por tratarse de un asunto especial. Las ansias estaban apoderándose de ella, un cosquilleo recorría el interior de su cuerpo anhelando ya empezar con la diversión que esperaba no tardaría mucho. La daga que traía consigo estaba implorando ser usada.
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Malak Ruko
Los Grises
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Post by Malak Ruko on Jun 13, 2017 2:54:54 GMT
Al sentir el tacto de aquellas dulces y frías manos en su cuello sintió un éxtasis tan dulce que le fue recorriendo por todo lo largo de su espalda haciendo que cerrase sus ojos mientras ladeaba su rostro hacia su hombro denotando cada vez mas aquella parte de su cuello donde palpitaba y fluía su carmesí néctar. Después solamente abrió sus ojos fijándolos en Agatha y después en Robin, ambas damas tan misteriosas y hermosas bajo la luz de la luna, por lo que de una manera discreta de sus labios salieron ligeras palabras delicadas y suaves -hacia tantas lunas de eso- suspiro delicadamente sin no hacer nada mas que solamente juguetear con el dije que tenia en su muñeca -su compañía la he ansiado desde hace tanto señoritas-
Rápidamente se acerco a la señorita Agatha que era su líder y con cuidado saco de su una de su faja una delgada daga que con cuidado postro sobre sus manos acariciando con cuidado su cuello mientras veía a Agatha con sus ojos llenos de ternura exclamo una suave frase a sus acompañantes -comenzaremos ya?- terminando de exclamar solamente sonrió y con un leve empujón penetro su cuello dejando sacar un hilo de sangre que corrió por lo largo de su daga el cual se corto fácilmente por lo leve que fue el corte, aparto ligeramente su daga de su cuello y con una sonrisa solamente se quedo viendo como la sangre con un suave movimiento corría por la hoja de frió metal, goteando pocas gotas de su carmesí liquido.
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Post by Agatha Bloodspell on Jun 13, 2017 12:06:37 GMT
Observó con anticipación la manera en que el joven hundía esa herida en su delicado cuello. Agatha observó en silencio sin mover su gesto ni por un minúsculo momento. Llevó sus manos hasta el lugar donde fluía aquél río carmesí. Tentó la pureza de ese recorrido con la palidez de sus dedos que en seguida se mancharon de rojo. Llevó uno de sus dedos a su boca, saboreando la dulzura de la sangre. -Paciencia, amor mío, paciencia-. Sus hermanos, su todo. Su familia, sus cómplices y guardadores de secretos; sin ellos no era nada. Les dio la espalda por un momento conforme el viento comenzaba a soplar con mayor fuerza. Susurrando, casi como si comenzara a cantar con una voz que podría erizarle la piel a cualquiera. Los gritos del bosque clamando su terreno, expulsando sus secretos, su oscuridad y su dolor. Caminó hasta el pie de un viejo roble cuyas ramas se extendían a lo largo, rompiendo con la espesa niebla que los abrazaba. Juntó sus manos, respirando profundamente mientras se hincaba sobre sus raíces con cuidado. Introdujo sus manos en la tierra, removiéndola de la superficie para descubrir poco a poco un pozo de diámetro mediano. Lo que había en su interior inmediatamente liberó un olor fuerte. Podredumbre... Eso era. Partes de animales... Mutilados... dedos, dientes, cabellos... todos provenientes de seres vivos, seres que en algún momento vieron la luz del Sol, respiraron el aire de los nobles... criaturas que ahora servirían un propósito oscuro... Luna celestial Piensa en mí.
Resuenan las voces de la tierra, Consumidas por la pena.
Llévame. Consuélame. Úsame.
El viento lloró de pronto.
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Post by Robin Fitzalon on Jun 16, 2017 2:22:34 GMT
La sangre se escurria sin cuidado, el fino hilo de ésta sólo despertaban los más profundos instintos en ella. El pequeño Malak le causaba ternura, siendo tan reservada de pensamiento prefería no decirlo. Se acercó a él y le dio un breve abrazo,acariciando su cabello unos segundos antes de separarse de él, dejando a la vista aquella herida viva, pasando suavemente las yemas de sus dedos por encima, manchandose éstos de aquel líquido vital recorriendo así de desde su cuello hasta llegar a su mejilla, acariciandola con la parte superior de su mano con cuidado de no mancharlo. -Tranquilo- A pesar de no ser muy expresiva aquellas palabras se sintieron suaves y cálidas aún así proviniendo de una voz poco frágil.
El viento parecía cobrar mayor vida conforme más avanzaba la noche, ese viento se llevaría toda inquietud abriendo paso a emociones más intensas,implorando que la oscuridad comienze a cobrar camino para que así sus ciervos gozaran de lo que de les ha dado.
Agatha dejó al descubierto aquella bendita ofrenda que le erizaba la piel, el olor que se desprendía de eso le llenaba de vida por dentro,inhalando profundamente, cerrando los ojos para dejar que aquel aroma recorriera su cuerpo frío.
Bien se sabía que aquel rostro serio ocultaba algo más que simples pensamientos, ella era la más sádica y despiadada, asomándose un indiscreto sonrojo en sus mejillas sin dejar de ver aquellos restos. -Hermoso...- llevándose los dedos manchados de sangre a su boca, saboreando cada segundo de éste. Sintió cómo su corazón se aceleraba entre tanto goze.
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Malak Ruko
Los Grises
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Post by Malak Ruko on Jun 20, 2017 20:57:12 GMT
al sentir tales muestras de afecto en el supo en donde realmente pertenecía, su lealtad había sido nuevamente obtenida y su corazón enaltecido de el cariño frió y dulce que sentía con ellas se sentía en una verdadera compañía a su lado, era realmente feliz en esos momentos. -bien, esperare por ustedes- dijo con una voz suave y dulce mientras con cuidado ladeaba su cabeza intentado reposar su cabeza en alguno de sus hombros y observaba como mientras Robin jugueteaba con el poco carmesí que había recogido y Agatha caminaba cantando aquella hermosa canción. cerro durante unos segundos sus ojos mientras sentía como el viento acariciaba su espalda y el manto que le cubría de la penumbra se acercaba mas a su piel haciendo caricias sobre su carne desnuda.
dulces eran las palabras de Agatha hasta el punto en que por su espalda sentía como si su piel fuera cortada y por ella fuera acariciado su corazón, el momento era idóneo para el, todo era perfecto y sublime hasta que en un momento de éxtasis personal un fuerte aroma penetro por sus fauces, el aroma era intenso, sin embargo para el incubo era un aroma tan dulce como el de los perfumes que alguna vez llego a degustar por accidente, sus ojos rápidamente se abrieron para poder vislumbrar el pozo que Agatha había abierto -así es señorita Robin- exclamo mientras tomaba su cabello para acomodarlo detrás de su oreja
con un paso tranquilo y cuidadoso se acerco a donde agatha estaba siguiendo la linea del pozo con cuidado sintiendo como el aroma era cadavez mas y mas fuerte. dirigio la mirada hacia donde se encontraban las partes mutiladas, con amor solamente sostubo sus brazos como si se estuiera abrazando a si mismo.
escucho con cuidado las palabras de Agatha mientras los truenos retumbaban en los cielos y los rayos iluminaban sus cuerpos de forma esporádica, su manto rápidamente le advirtió que el cielo comenzaría a demostrar el sufrimiento que llegaba bajo el, su piel y sus cabellos se fueron humedeciendo mientras que sus ojos con la oscuridad se fueron tornando mas y mas turquesas y brillantes. el hecho de ver como el agua tan pura entraba al pozo le era una emoción que no podría explicar pero si le causaba una cierta emoción -dulces almas en penumbra que se encuentran aquí reunidas, cumplan los deseos de estos corazones en sufrimiento y permitan nos ver a aquel que tanto deseamos- exclamo con suavidad mientras una ligera briza que llegaba desde el fondo del pozo golpeaba su rostro y hacia sus cabellos revolotear.
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Post by Agatha Bloodspell on Jul 4, 2017 4:35:22 GMT
Escuchó la voz del joven Malak mientras la lluvia comenzaba a mojar su cabello y su cuerpo. Alzó la mirada sintiendo la suavidad de las gotas de agua caer sobre su rostro como si pretendiera limpiar sus pecados... sus malos recuerdos y toda aquella suciedad que empañaba los rincones más oscuros de su alma. Podía sentir el frío penetrar su cuerpo desnudo, cubierto sólo por aquella capa oscura que la protegía de las miradas ajenas. //Entra en mí, penetra mi espíritu// El pozo fue llenándose de agua, poco a poco haciendo flotar el contenido en su interior. Un trueno resonó en la lejanía, anunciando la caída de un rayo que azotaría no muy lejos de ahí, encendiendo un fuego intenso que proporcionó otro tipo de luz. Aún a pesar de la lluvia el incendio persistía, rebelde e insolente ante su enemigo natural, era como si deseara ser testigo de lo que podría suceder en aquél sitio en donde no reinaba más que la oscuridad y el misterio infundido por rituales oscuros realizados con el fin de despertar al más profundo de los tabús. De pronto el suelo se estremeció, abriendo ligeras grietas. Los ojos de Agatha se abrieron aún más, atentos, expectantes... Podía sentir que algo estaría a punto de ocurrir. Se levantó de nuevo, mirando hacia el interior del pozo. Los objetos ya flotaban, rodando suavemente sobre el charco de agua que aún fluía por la lluvia que ahora era torrencial. Se dio la vuelta, volviendo a colocar su mano sobre el cuello de Malak, esta vez tomando más sangre la cual comenzó a escurrirse entre sus dedos. Apretó en un puño, dejando caer varias gotas sobre la mezcla de pedazos malditos que despertó un sin número de truenos y destellos. Era como si la tierra supiera del llamado tan prohibido que estaban realizando. Tierra... Encomiéndate a nosotros...
Tráenos la oscuridad... El deseo de la muerte...
Susurra en mi oído... Atraviesa mi piel...
El viento soplaba con fuerza, alborotando los cabellos de los presentes que azotaban húmedos sobre sus rostros. Varias sombras comenzaron a manifestarse en la lejanía... era como si estuvieran temerosas de acercarse. Agatha no hizo más que mantenerse de pie, observando a las figuras caminando sin sentido, en círculos... patrones de pronto irregulares pero lejanas. Aún así... no era lo que esperaba...
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Post by Robin Fitzalon on Aug 4, 2017 8:18:13 GMT
La cabeza del pequeño Malak reposo sobre su hombro, llevando su mano sobre la cabeza del chico, acariciando su cabello como si de una madre se tratara con su pequeño, Agatha parecía darle un fondo dulce a tal escena, parecía un hermoso encuentro familiar. El viento corría como si no tuviera problema a no ser notado, el frió llego por sus pies para luego subir sobre sus piernas acariciando su piel descubierta. El dulce aroma era cada vez mas fuerte, acercándose a su hermana que estaba frente a ellos, el pasto y tierra húmeda eran una señal; el cielo estaba triste y era hora de descargar su llanto. Levanto su rostro hacia el cielo, las gotas de agua resbalaban sobre su blanca piel, solo cerro los ojos y permitió que el agua viajara en ella. Un trueno sonó no muy lejos de ahí, un incendio fue iniciado que no se apagaba a pesar de tener todo la contra hacia el, parecía como si quisiera demostrar algo. Cuando de repente el suelo empezó a moverse, abriéndose unas grietas ligeras sobre este, lucia como si aquellas rayas dejaran dar paso a otro lugar...uno mejor. Las ofrendas flotaban en un charco de agua negro, las gotas caían sin piedad y estas chocaban ocasionalmente hasta que la sangre hermosa y pura de Malak toco el agua y la carne. Parecía que Agatha había hecho lo correcto, destellos coloreaban el ciclo eléctrico y triste, parecía que la misma tierra supiera que estaba siendo llamada, que querían ver algo mas. Varias sombras comenzaron a presenciarse que torpemente se acercaban, aunque como si tuvieran miedo, Robin se mantuvo a un lado de la chica, el aire despeinaba sus cabellos como si estuviera hablándoles. Ella solo quería ya verlos... Quería tenerlos... Quería sentirlos...
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Malak Ruko
Los Grises
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Post by Malak Ruko on Aug 6, 2017 20:30:29 GMT
Nuevamente era la ternura la que inundaba su mente pues las caricias que Robin le propinaban eran tan dulces como el calor que se genera en un abrazo, su corazón nuevamente estaba siendo reclamado, reafirmando que entre ellas era que pertenecía entregando su alma a el bienestar de ellas, sin embargo aquel dulce momento termino por el estruendo de un trueno al cual después se podía ver como era que el fuego consumía los alrededores con colores tan bellos como las gemas que portaba, mostrando así pequeños destellos del agua acompañados de la suave iluminación que se reflejaba en su piel expuesta
Un leve suspiro mudo fue el que se sintió salir de los labios del incubo al sentir como era que las manos de Agatha apretaban su cuello, y aun que la sangre finalmente brotaba de forma abundante parecía que no era lo suficiente como para hacer lo que se deseaba, en su mente una pequeña decepción le invadía a lo cual por suerte las gotas de lluvia que empapaban su rostro no dejaban que esta se notara, solamente vio a Robin y luego a Agatha, parecían estar pacientes, sin embargo para el era algo desolador y a la vez muy intrigante pues para su inexperiencia eso ya era algo demacrado poderoso. las sombras comenzaban a parecer tomar fuerza moviéndose como si de un baile se tratase, como si intentasen acercarse pero sin hacerlo.
-no viene- salio la voz de sus labios algo quebradiza y casi desaparecida por el canto del viento -se necesitara mas?- exclamo mirando a Agatha a los ojos mientras su rostro estaba agachado, si era necesario el estaría dispuesto a perder todo por sus hermanas, su cuerpo estaba dispuesto a lo que fuera necesario por ellas. después de ello solamente bajo aquel húmedo velo que le cubría su cabeza, exponiendo su cabellera y sus hombros desnudos a la espera de las ordenes de sus hermanas mayores.
-dare lo que sea-
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Post by Agatha Bloodspell on Dec 9, 2017 20:49:37 GMT
Las sombras caminaban, parecían cargar con un peso más allá de lo terrenal. El viento lloraba como acompañando la procesión espectral que comenzaba a rodearlas. Aquellos entes parecían lamentarse desde las sombras, casi podían escucharse sus murmullos. El cielo, la lluvia, los movimientos de las ramas entre las corrientes del aire; todo el bosque parecía unirse al llamado, incluso las almas en pena miserables esperaban por un ser que se rehúsaba a mostrarse ante ellas. Comenzó a sentir decepción y tristeza; ¿habría sido sólo de una vez? La negrura de su figura junto con el abismo en el que se lanzaron las malas experiencias y la violencia de su vida... ¿era acaso que todo aquello fue y seguiría siendo algo que ya no merecía?
Sus ojos se mantenían clavados al suelo donde la ofrenda comenzaba a elevarse en el aire entre un halo de luz verdusca. La cortesa del árbol era iluminada por la rabia del fuego en la cercanía mostrando rostros y figuras que se distorcionaban a la vista como parte de un sufrimiento eterno más allá del umbral de la vida. La voz de Malak quebró de pronto el silencio y el lamento; se giró a su dirección, mirando su rostro y su piel ahora expuesta ante ellas. Agatha quebró su semblante, se mostró preocupada; si bien, tal compromiso y devoción era lo que los hacía tan unidos pero por un instante dudó. -Malak...- susurró. Se acercó a él, pasando sus manos manchadas de sangre sobre la mejilla del incubo. Por un instante, la voz en su interior le ordenaba tomar su vida y llamar al errante pero la razón se apoderó de ella esta vez. Bajó la mano suavemente, sonriéndole con cierta ternura. Agachó la cabeza experimentando culpa y horror por lo que sus pensamientos de momento le ordenaron. -No... No debemos forzar las cosas, no aún- respondió.
Los espectros aún les rodeaban y el aura tan poderosa que se había hecho dueña del bosque persistía con la misma intensidad pero aún no había señal de aquél ser que tanto ansiaban por ver. -Mi querido Malak... Tal vez aún no estamos listos para presenciar su oscuridad- dijo con cierta decepción. Alzó el cuello encontrándose con el brillo de la luna en sus ojos claros. ¿Qué estaba mal? ¿Era tal vez acaso que cada uno experimentaba chispas de felicidad? -Hemos sido tal vez muy complacientes con nuestros cuerpos... hacen falta sacrificios de espíritu y cuerpo-.
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Post by Agatha Bloodspell on Apr 3, 2018 20:41:02 GMT
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