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Post by Deleted on May 31, 2017 15:09:05 GMT
Ya llevaba unos cuantos días en que hacía visitas ocasionales, muchas otras veces sólo se dedicaba a espiar sin decir nada, observando el trabajo del hombre que se autoproclamaba muy viejo para distintas faenas como por ejemplo: viajar. Mifuna observaba con atención las labores rutinarias del dragón que se movía fuera de su casa alistando la materia prima que se dedicaría a vender para ganar dinero. (Dinero que ella, jugando claro, le robó una vez). La kitsune se encontraba sentada sobre la rama de un árbol, mientras sus colas se movían lentamente por detrás indicando que la pelirroja estaba muy concentrada en lo que veía. Muy... concentrada... en esos bíceps sudorosos, en esa mirada intensa, en esas gotas que rodaban por el cabello rubio. Ah, aclarando, sólo estaba vigilando que en verdad Kalus fuera tan monótono como él decía ser... algo que ella ya había comprobado con anterioridad pero que no se molestaba en seguir corroborando. ¿Cuántas veces lo había visto cargar cosas tan pesadas? ¿Cuántas veces lo había visto entrar y salir de su casa?
¿Se habría dado cuenta ya de que ella estaba escondida ahí? Ya hasta imitaba sus facciones o gestos cotidianos del hombre, no es que se aburriera... es que era divertido hacerlo.
-En verdad no hace nada más... -suspiró
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Post by Kalus D'Zaurius on Jun 3, 2017 15:42:19 GMT
los músculos del hombre se tensaban cada vez que su cuerpo se preparaba en propinar otro hachazo, ritmicamente cada golpe era precedido por otro y otro hasta que repentinamente cedió y observó el logro de su trabajo. Agotado, dejó reposar su instrumento de corte contra una ropa, se limpió el sudor de la frente con el antebrazo y tomando con sus propias manos el cilindro de mandara, tiró con fuerza de ambas puntas en direcciones contrarias y lo partió con cuidado a la mitad.
un "crack" emitido por la madera hizo que el hombre finalmente sonriera y alzara las cejas asombrado, pues abriendo las dos piezas de madera como si de una enorme ostra se tratase, una luz tenue comenzó a brillar desde dentro, resplandeciendo a la luz del sol como un enorme trozo de escarchar verde -conque aquí estabas - dejó caer una de las mitades al suelo y con cuidado tomó la rara gema entre sus dedos, la observó primero desde varios ángulos y luego a contra luz, admirando no solo la belleza sino la singularidad de sus propiedades magicas. Se trataba de una piedra preciosa única, una que durante años se alojaba dentro del núcleo de ciertos arboles, alimentándose de su savia y los nutrientes del suelo, hasta completar su trasformación y ser lo suficientemente valiosa; sin embargo, así como las ostras, no todos lo arboles contaban con el tesoro, pero siendo la madera también algo aprovechable, nada se desperdiciaba
- ¿por que no vienes a verla de cerca? - de pronto alzó la voz sin girarse a ver a la chica sobre el arbol, sabia que llevaba ahi varias horas seguidas y que de hecho no era la primera vez que se sentaba para espiarlo
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Post by Deleted on Jun 5, 2017 22:43:12 GMT
Había algo en el rostro del rubio que resultaba intrigante para la kitsune, tal vez la forma en la que, tan lleno de satisfacción, admiraba su trabajo realizado y contento veía el fruto de su esfuerzo reflejarse en esas gemas que sacaba del interior de los árboles. Un gesto que ocasionaba que la pelirroja moviera un tanto sus afelpadas orejas y que provocaba que su mirada se quedara fija en el dragón como si no hubiera algo más interesante. Tal vez eso hacía que la espera fuera más placentera.
Sin embargo, cuando él le dirigió al fin la palabra, Mifuna casi se cae de la rama en la que estaba sentada, por lo que tuvo que aferrarse al grueso tronco con ambas manos mientras sus colitas se tensaron detrás de ella. -Parece ser que fui descubierta~ -canturreó más para sí misma que nada, mientras se ponía de pie y meditaba sobre la invitación que le hizo D'Kaurius.
De un grácil movimiento bajó del árbol con un salto, casi de una forma en la que parecía flotar en el aire hasta posar sus pies en el suelo. -No lo se... -contestó al fin, dando unos cuantos pasos sin acercarse en su totalidad al hombre grande, casi como un pequeño animal indeciso- ¿Cómo saber si no es una forma de capturarme para entregarme ante la ley? -rió un poquito- No me parece muy atractiva la idea de pasar otra noche en la cárcel~
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