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Post by Marcelus Odov on Jun 5, 2017 4:27:05 GMT
Pasar mucho tiempo en soledad no es nada bueno, pero tampoco parece ser tan malo... Cuando pasas demasiado tiempo en un sitio donde no hay nada más que tu propia compañía, suele ser al principió doloroso. Comienzas a entrar en desesperación después de un tiempo y anhelas que alguién se encuentre contigo para no sentir que morirías en ese mismo sitio sin nadie a tu lado. Pero poco a poco vas perdiendo ese deseo, aunque a veces llegué a tu mente, puede que no posea la misma fuerza en el deseo y llega un momento, donde el silenció y la oscuridad se vuelven lo único que quieres y conoces. Pese a estar libre y poder encontrarse con otros. Marcelus había descubierto, tras ser liberado de la prisión que en algún momento se había vuelto el océano. Que acercarse a aquellos seres era casi imposible para él y que ese sitió se había vuelto un sitio al cual llamar hogar y un agradable cobijo en su día a día. Las personas se habían vuelto tan poco importantes y la soledad una buena amiga. Si, a veces le entristecía, sentía un enorme vacío que le llenaban los ojos de lágrimas. Pero desgraciadamente, estas nunca salían... Algo malo de llorar bajo el mar, quizás... Las lagrimas no se sienten y terminas sin saber como hacerlo. Esa noche, como algunas pocas en las que salía a la superficie y se acercaba a la playa. Había buscado sentarse sobre una buena roca, para cantar un rato. El sol le hacía daño a su piel tan blanca. Sus años en las profundidades le volvieron algo débil y no podía darse el lujo de salir siempre que había sol, así que ahora prefería los días soleados y las noches de cielos despejados. Aquella era una así. Con las estrellas llenando el enorme manto azul oscuro que estaba sobre la cabeza de todo y todos, luciendo una bella luna a la que no había dudado comenzar a cantar. Aunque quizás su canto no era adecuado... Cargaba cierta melancolía. La cantaba con el corazón pese a no saber de donde la había aprendido, solo sabía que era una canción que tenía muy presente dentro de su mente y que le removía todo. Al punto de aguarse los ojos un poco sin darse cuenta, pero sin dejar de cantar... – "Llevo mi alma... A la noche... "– Cantaba... – "¿Pueden las estrellas guiar mi camino? ... En la gloria no vi como la oscuridad, tomaba el día.... Hacía la noche lleva mi alma, las estrellas guían mi camino... "– Su voz era dulce, pero potente y parecía conseguir que algunas luciérnagas quisieran danzar lentamente al ritmo de su triste canto... – "Veo desde la gloria a la oscuridad tomar el día... canta un cantico de día, hazlo sin pensar.... Canta una canción, una canción de vida... Hecha sin remordimiento. Dile a aquellos a quienes amo... Que nunca los olvidaré.... Que nunca los olvidaré..." – Y volvía a repetirlo, en esa bella noche estrellada.
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Post by Deleted on Jun 5, 2017 5:36:11 GMT
Era raro ver a christian decaída o cansada, vaya que lo era, pero esta era una de esas ocasiones extrañas donde el buen humor y energía de la dragona estaban en niveles muy bajos. No sabia a ciencia cierta si llegariá hasta Draconia, su cuerpo se sentía muy pesado mientras volaba, en cualquier momento podría colapsar, no quería correr el riesgo tan grande que suponía el que sus alas le fallaran de la nada, así que aterrizó en la playa.
El contacto de la arena fría con sus pies fue terapéutico, una vez que la dragona aterrizó completamente regreso a su forma sellada, era muy agotador cargar con todo su peso siendo una dragona. se recostó en la arena por varios minutos, dejándose llevar por la fresca brisa y el sonido de las olas, levantó un poco la cabeza solo para admirar la vista que tenía frente a ella. la luna reflejaba todo su esplendor en las aguas de Aqualia y chris no pudo evitar soltar un gran suspiro.
La chica se levantó, sacudiendo la arena que había quedado pegada a ella y comenzando a desvestirse, si asi podriamos llamarle a quitarse su usual vestido, que no hacia mas que esconder el cuerpo desnudo de la cintura para abajo de la chica y para tapar sus grandes pechos varias vendas alrededor. poco a poco fue adentrándose a las cristalinas y frescas aguas, dejándose llevar por el movimiento de estas hasta quedar considerablemente lejos de la playa. estaba boca arriba y con los ojos cerrados, a sus oídos llegó un canto bastante melancólico y relajante, no quería investigar del todo, se sentía demasiado a gusto donde estaba, pero sin darse cuenta poco a poco el océano acercaba su cuerpo hacia aquel sonido.
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Post by Marcelus Odov on Jun 6, 2017 3:31:05 GMT
La zona donde se había ubicado el narval era una bastante solitaria. Si, podía ser una playa y aquella isla podía tener muchos habitantes, pero la zona donde había decidido ponerse a cantar, ademas de estar algo lejos de la arena y más dentro del mar sobre unas rocas, era también poco visitada por las noches e incluso el día, aunque con menos frecuencia. Por ello no esperaba ser escuchado, aun si su voz era potente, pese a que la noche era tranquila y antes de su canto solo hubiera sonido del viento y las olas rompiéndose en las piedras o la arena.
La brisa era deliciosa, su canto triste pero lleno de emociones que no sabía si quería saber por que lo sentía, pero después de un rato de estar repitiendo la misma letra, tuvo que detenerse. No era por que no quisiese dejar de cantar o ya fuese suficiente por aquella noche. Parecía ser más nocturno gracias a su pequeño descontento con el sol, así que no tenía sueño alguno... Pero justo en ese momento había iniciado un debate mental, sobre el cuerpo que el mar le había llevado hasta donde se encontraba.
Mentiría si negaba que no se había puesto nervioso, pero pese a que no podía hablar demasiado bien con otras criaturas, no significaba que no pudiera tratar de salvar a alguién en apuros, aunque para no arriesgarse demasiado sin un buen motivo, una pequeña piedra fue la que lanzó hacía el cuerpo de aquella mujer y esperó alguna respuesta para poder moverse. No era su mejor plan y quizás tampoco el más correcto, pero era algo cobarde y precavido... No confiaba en casi nada ni nadie.
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Post by Deleted on Jun 6, 2017 6:23:24 GMT
El canto cesó de pronto pero eso no hizo que chris se moviera en lo absoluto ni siquiera para investigar, dejó su cuerpo a merced del movimiento de las olas, era demasiado relajante. Se preguntaba el por qué no había nacido como una criatura acuática, su afición por el mar no era del todo normal para una dracónica, estaba tan inmersa en sus pensamientos cuando de pronto algo golpeo su cabeza, abrió los ojos de golpe e intentó incorporarse, lo que hizo que se hundiera un poco. Pasados los segundos comenzo a flotar sobre la superficie marina, mirando hacia los lados y tosiendo un poco pues había tragado una pequeña cantidad de agua.
Una vez controlada su respiración se dispuso a investigar de dónde había llegado tal ataque, no muy lejos de ella se encontraba una pila de rocas y sobre ellas pudo divisar una silueta a lo lejos. No estaba del todo segura si era una persona o solo la sombra de aquella formación, pero no perdia nada llendo a investigar. -¿Hola?- dijo en voz alta mientras nadaba hacia las rocas, fuese lo que fuese aquello, esperaba con todas sus fuerzas que no fuera agresivo
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Post by Marcelus Odov on Jun 13, 2017 13:38:47 GMT
Se sobresaltó muy levemente, sin haber cambio alguno en su expresión, cuando le vio hundirse debido a su acción. Se disculparía después, pero al menos ahora sabía que aquella persona seguía con vida y lo que se había encontrado en las aguas aquella noche, no se trataba de un cadáver que había terminado en la deriva. Hasta ese momento, había pasado ya varías noches fuera del agua y por ello el movimiento con sus dos piernas le era más sencillo, incluso en poco tiempo se habían vuelto tan fuertes como para permitirle brincar o correr, aunque no solía hacerlo mucho. Por ello, cuando escuchó aquel saludo, no dudo en acercarse un poco más a aquella persona, dando uno que otro salto sobre las rocas, hasta quedar más cerca de la que ahora podía identificar como una fémina. – Hola. Lo siento mucho por lo de hace un momento... Creí que podías estar muerta o quizás en aprietos. – Habló colocándose de cuclillas sobre la roca y pronto levantó la mirada para observar el cielo estrellado y la luna. – ¿Quieres ayuda para salir? – Preguntó mirándola una vez más, aunque dada la posición de antes, no le sorprendería si no quería salir del agua.
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Post by Deleted on Jun 14, 2017 3:56:08 GMT
Mientras se acercaba a las rocas, pudo apreciar una figura deslizándose por estas, para cuando llego a la formación se encontró con un chico —Hola, no te preocupes, sólo me tomo por sorpresa, es todo— se alegraba de no haber hecho enojar a ningún ser potencialmente peligroso, aunque no había hecho nada.
—Oh no gracias, yo puedo sola pero la verdad me gusta más estar en el agua— le brindó una sonrisa al joven, puso sus manos sobre aquella roca para evitar que la corriente la alejara. —¿Eres tu el que cantaba? Fue muy bonito— dijo Chris con una enorme sonrisa, muy característica de ella.
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Post by Marcelus Odov on Jun 17, 2017 0:03:03 GMT
Pese a no haber un cambio notable en la expresión de su rostro, este adquirió un leve tono sonrosado que quizás no era realmente destacable por la oscuridad de la noche, pero que se había mantenido por un leve momento sobre ambas mejillas. No estaba acostumbrado a muchas cosas y ser escuchado era una de tantas más. – Es agradable saber que alguién que me haya escuchado diga eso. No suelo cantar donde otros Mirovianos puedan escuchar... Pero me alegra saber que mi cantar no solo es agradable en mi propia cabeza. – Esbozó una muy leve sonrisa y se colocó sobre sus dos piernas sobre la roca. A diferencia de ella, el no tenía absolutamente nada cubriéndole, ni vendas ni nada. Así también tenía a vista de todo ser, su muy marcado cuerpo por cicatrices grandes y pequeñas, como su muy aún herida muñeca, que aún no terminaba por curarse del todo del grillete que había estado cargando por años.
– Supongo que debo de hacerlo... Así que me presentaré. Mi nombre es Marcelus y aunque tenga un único cuerno en la frente, le aseguro que no soy un unicornio. – Podía quizás tratarse de una pequeña broma o un simple comentario, pero aquello era difícil o casi imposible de interpretar, pues parecía que aquel tritón de narval era muy expresivo al hablar, aunque tampoco era serio, sino más bien, calmado. – Por alguna casualidad de la vida... ¿Le es conocida la canción que canto? – Una extraña pregunta hecha por una un tanto peculiar persona.
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Post by Deleted on Jun 17, 2017 4:06:32 GMT
Chris miraba al chico con cierto brillo en los ojos, al parecer de ella su cuerno era muy bonito, era ese tipo de cosas en donde la atención de la dragona se centraba -Muy linda tu voz, muy lindo tu, muy lindo todo- el estar en el agua creaba en ella una atmósfera relajante, la usualmente agresiva dragona se ponía muy risueña y calmada.
-Mi nombre es Christian, mucho gusto- su impulso de extender su mano hacia el chico para saludarlo correctamente fue frenado debido a la distancia que los separaba -Los unicornios no son del todo mi agrado pero me gusta tu cuerno- dijo con una sonrisa enorme, no tenía nada en contra de los unicornios, simplemente no los amaba como el resto de personas. -Emmm no, disculpa- la chica se mordió el dedo -¿debería conocerla?- aquella duda la invadió de pronto, a lo mejor se estaba perdiendo de algo sumamente importante.
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