Asthur
Soberano del Invierno
Sólo corazones destrozados, dirán que amaron.
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Post by Asthur on Jun 13, 2017 22:29:37 GMT
El estruendo de aquel golpe heló la sangre de Asthur. Su reacción fue mirar de prisa en dirección a Rose, pues al parecer el hombre que había estado sometiendo logró liberarse y ahora corría hacía él, tal vez para atacarlo o quizá para intentar ayudar a su compañera. Observó por sobre el hombro de aquel hombre, a la soldado que trataba de reaccionar después de semejante puñetazo, viendo con desconcierto la sangre que salía de su nariz. Irremediablemente el soberano sintió una pequeña cuarteadora en su muralla de imperturbabilidad y calma, se le crispó el rostro y apretó los puños en un intento por contenerse.
Sin embargo, nuevamente el repentino ataque de la pelirroja los desconcertó a ambos, tanto a Asthur como al ladrón. Haciendo que éste ultimo cayera con brusquedad al suelo. El dragón que sólo atinó a alzar las cejas por el asombro, mientras que el ladronzuelo buscaba cómo escapar, retorciéndose bajo el agarre de la poderosa guerrera, supo que la situación había sido controlada y sólo se dedicó a ver a la aguerrida soldado, en un ambiente más que natural para ella. Poco a poco logró relajar su postura, inhalando despacio y permitiendo que el frío serenara de a poco su mente. -Todo en orden, Rita- Respondió al tiempo que la veía acercarse, también dando unos pasos para ayudarla a recorrer menos distancia.- ¿Qué tal usted?.- No podía olvidarse del trato cortes, pero en definitiva su pregunta iba más allá de una simple formalidad, pues se sentía un tanto inquieto por el bienestar de la joven.
-La verdad no creí que hoy tendría una noche tan ajetreada. No suelo pelear.- Fuera del sentido que Rose le tomara a eso, era verdad, un soberano casi nunca empleaba la fuerza física. A excepción de Ajani que vivía para combatir.- Pero mi suerte fue buena ésta vez.- Miró de reojo su mano la cual apenas tenía un rasguño, pero el hecho de su descuido, era una mancha en su perfecto historial de batallas y en su orgullo. Sin embargo el caso ahora era averiguar que hacer con los delincuentes atrapados. -Rita, creo que podríamos informar en la taberna de lo ocurrido, ellos que trabajan por esta zona sabrán como proceder.- Propuso mientras observaba a los dos sujetos.
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Post by Rose Bonebreaker on Jun 14, 2017 22:36:57 GMT
Cuando Aron le pregunto cómo se encontraba y de la manera que lo hizo no pudo evitar reírse un poco, no se creía que estuviera calmado y usando palabras tan elocuentes en un momento como ese-“Pues no siento el rostro, pero creo que es mejor así”-dijo limpiándose el ultimo chorro de sangre que resbalaba por su rostro, en parte agradecía al alcohol que amortiguaba el dolor y su temperamento, en circunstancias sobrias ya estuviera descargando su ira sobre la cómplice del ladrón. Descansando un poco dejo aquella forma fated para regresar a su forma sellada, colocando sus manos en sus caderas para tomar un pequeño respiro-“Usted es una caja de sorpresas Aron, se defendió muy bien, me impresiona…y eso no es usual”-asintió de forma complacida, nada le daba más gusto que alguien que sabía pelear y que demostraba tanta valentía como la había demostrado el encapuchado. Aunque ahora tenía más dudas sobre el ¿además de ser músico tendría entrenamiento de combate de algún estilo? Probablemente tendría que saber defenderse por viajar de corte en corte, no iba a ponerse a preguntar en ese momento. Ante la idea del encapuchado asintió en aprobación.-“Claro, claro. Nada me haría más feliz que entregar a esta basura”-se giró hacia la persona noqueada y con un poco de esfuerzo pudo cargarla gracias a su fuerza y a su stamina que no parecían flaquear del todo aun después del golpe. Hizo a una seña a aron para que le siguiera, esperando que trajera a la cómplice con él. Entro de nuevo a la taberna de la misma manera que salió, por la ventana, aunque le tomo un poco más de tiempo ya que llevaba peso extra. Ya dentro se acercó a una camarera tocándole el hombro para llamar su atención, que la miro con cierto temor pues una chica con la cara magullada cargando un hombre inconsciente no era del todo tranquilizador-“Disculpa ¿Con quién entregamos unas ratas de alcantarilla?”-señalo al arcano que llevaba con ella con toda tranquilidad
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Asthur
Soberano del Invierno
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Post by Asthur on Jun 16, 2017 4:47:22 GMT
La actitud despreocupada de Rita logró calmar en totalidad sus temores, sin duda ella se encontraba bien, sólo un poco adolorida. Asthur pensó entonces que era verdad que las peleas no eran su fuerte, pues no podía encontrar placer en hacer daño, pero a pesar de sus creencias y preferencias, irremediablemente debía amaestrarse en ello, por situaciones parecidas a éstas o de mayor dificultad. Y no sólo en batalla, si no también en conocimientos, en modales y etiqueta, en música y en baile. Toda una serie de requerimientos que él consideraba importantes para un puesto como el suyo.- No es usual para mi ser una caja de sorpresas...- Jugaba de nuevo con el doble sentido, puesto que siendo Asthur era completamente transparente y claro. No cómo Aron, quién era ambiguo y misterioso.
Una vez llegaron a la taberna, Asthur colocó a la mujer que tiritaba después de tener la mitad de su cuerpo congelada por tanto tiempo junto a la chimenea, donde podría recuperar las fuerza y movilidad en sus extremidades.- Lo lamento señorita, aquí encontrará el calor que ha perdido.- Le susurró al oído, no deseaba verse blando, pero sabía que las circunstancias incorrectas siempre llevaban a decisiones incorrectas, ellos se habían equivocado esa noche pero, aún podían encontrar el camino honrado. Hurgó entre uno de los bolsillos de su capa, para sacar una bolsa de cuero negro, que al dejarla a los pies de la joven, produjo un breve sonido de metales chocando.
Entonces miró a Rose, ella que había sido capaz de vencer a aquel hombre, que si bien no era más alto que él, notaba que era más robusto en su musculatura. Sin duda un perfecto ejemplo de lo poderosos que resultaban ser los guerreros bajo el comando de Ajani, con los que podía contar para imponer el bien en las calles de Mirovia y enaltecer su corte. Aquello merecía un reconocimiento sin duda alguna y si ella seguía así, escalaría de puesto muy pronto. Entonces se dio cuenta de algo extraño, había estado mirándola por unos interminables segundos. Viró su vista con rapidez hacía la fogata y extendió sus manos frente a ésta, si bien no recibía el calor en todo su esplendor, sentirse templado para variar ya era ganancia.
Una vez la joven mesera les dijo que los dueños ser harían cargo de los delincuentes, Asthur se acercó a la pelirroja.- Rita...- Habló con voz suave y algo ausente. No sabía qué decir para excusar su charla ahora, no sabía cómo enfrentar el hecho de que tendría que volver a su palacio y abrazar su soledad tan cotidiana. Ni si quiera sabría si ella quería quedarse, tal vez este pensamiento era meramente unilateral.- Rita, usted...- Guardó silencio por un momento, cavilando qué tan prudente sería hacer lo que estaba apunto de hacer. En parte por el egoísmo que manipulaba sus acciones y en parte porque quería ver más de sus reacciones.- Me ha mostrado sus habilidades...- Hizo a un lado su capa mientras hablaba, mostrando el estuche atado a su cinturón, todo en parsimoniosos movimientos calculados- Me gustaría mostrarle las mías ahora.- Abrió aquel estuche y de él extrajo un hermoso instrumento de plata.- Y tal vez no sea tan temerario, pero le aseguró que sentirá emoción.- Dicho esto acercó la flauta a sus labios y comenzó a soplar con suavidad dando entrada a la melodía, creando de inmediato un ambiente completamente diferente.
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Post by Rose Bonebreaker on Jun 17, 2017 2:45:46 GMT
Cuando pudo deshacerse del pesado arcano Rita sintió que se quitó de encima una pesada carga, tanto física como en su responsabilidad. La mesera le ofreció un paño que Rita acepto en silencio para secar su sangre. Se quedó un tiempo con ella mientras Aron permanecía con la mujer en la chimenea, Rita quería averiguar que procedería con los ladrones y si había ocurrido esto en otras ocasiones. La soldado podría estar al servicio de Ajani y la corte, pero quería cerciorarse que aquellos arcanos recibieran el debido castigo, en especial el que se atrevió a golpearla. Estaba segura de que si volvía a verlo no se contendría en expresarle su odio.
Al terminar de hablar con ella se acercó una silla, cerró los ojos un momento y dejo caer su peso en ella con un suspiro. Aquella noche no consumió la energía total de Rose como tal, sin embargo no estaba mentalizada para entrar en combate y eso la desbalanceo un poco. Se supone que se relajaría con alcohol después de una semana difícil, no planeaba agregar otra batalla a la lista. Aquel cambio de planes tan inesperado molestaba a su organismo, reflejándose en mal humor y cansancio.
Con brazos cruzados y vista en el techo tuvo un momento de paz para pensar. ¿Qué clase de entrenamiento de batalla podría tener un músico? A lo mejor el encapuchado habría tenido otro trabajo antes de dedicarse por completo a la música ¿Y si Aron había sido un guerrero como ella lo era? Eso sí que sería una gran cosa en común entre aquellos dos clientes. Aunque si eso era el caso ¿No lo habría mencionado desde el inicio? Observo de reojo a la figura lejana del encapuchado, no alcanzando a percibir la mirada contraria. En su mente se revolvían varias hipótesis sobre Aron, pero aun sentía que era incapaz de hacer un juicio correcto. Él era tan raro para ella: cortes en su manera de hablar, calmado ante todo y elegante en sus movimientos. En verdad no podía entenderlo. Es más ¿Por qué le daba tanta importancia a tratar de entender? No quería darle importancia, concluyo al fin. A veces las personas son como son y ya, sin explicaciones rebuscadas, mejor se quedaría con la solución directa y sencilla.
Eso lo decidió justo a tiempo pues ver a Aron acercarse fue la señal para levantarse de su asiento con premura, si mostraba poca resistencia aquel hombre podría pensar que era débil y era lo que menos quería que se pensara de una soldado. Tomando su postura general cruzando los brazos dedico una mirada atenta al hombre que al parecer tenía algo que decir –“Dime…”-fue lo primero que dijo como respuesta al escuchar su nombre. Por alguna razón ver que se descubría la capa le puso alerta, aunque esto no era del todo perceptible. Su trabajo era sospechar y jamás bajar la guardia, además acababa de tener una noche muy agitada como para seguir relajada. Pero al ver el instrumento de plata borro por completo la idea de que iba a atacarla. Antes de que pudiera decirle que no era necesario mostrarle sus habilidades el encapuchado ya estaba listo para tocar-“De acuerdo…”-hablo con voz baja antes de que comenzara
El pelo y la piel de Rose se erizaron por la repentina melodía, como cuando se escucha una potente canción o voz que te estremece el alma tan solo escucharla empezar. La soldado no estaba acostumbrada a la música tan serena como la de una flauta, pero había algo en el sonido del instrumento que le recordaba vagamente a casa, al sonido del viento soplar en las corrientes de aire cuando volaba libre o cuando corría desenfrenada por las planicies de su tierra natal, todo aquello era lo que venía a su mente con aquella música. Mantenía la mirada en un punto muerto entre la flauta de metal y el suelo, con el ceño ligeramente fruncido, aunque no era por enojo si no que trataba de concentrarse tanto en la melodía como en el mar de recuerdos que había traído consigo. Como si aquel sonido volviera más pesado su cuerpo fue perdiendo agarre en sus brazos cruzados, que ahora colgaban frente ella con los dedos entrelazados. Sus hombros bajaron un poco al destensarse, entre nota y nota la fiera soldado cerraba los ojos por breves instantes, reduciéndo a Rose a una mujer calmada que solo tenía mente para la música.
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Asthur
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Post by Asthur on Jun 18, 2017 4:11:23 GMT
A pesar de que había estado esperando ver por más colores en la inusual guerrera, Asthur no estaba completamente pendiente de las reacciones de Rita, pues su verdadero propósito en ese momento, su razón de estar ahí existiendo, era el tocar y evocar sentimientos en quién lo escuchara sin querer. Sumergido en todo el esplendor de las notas que resonaban por la taberna, cerró los ojos apreciando su propio sonido, concentrado en si el tempo de la melodía era el apropiado. Asthur se percató entonces de que tal vez, había sobrepasado la paciencia de Rita, una soldado llena de impaciencia que si bien lograba disfrutar de la música, quizá no sería su actividad favorita para desperdiciar su tiempo, así que tal vez debía detenerse ya. Abrió sus ojos con recelo, esperando ver todo tipo de expresión, todo tipo de reacción, pero no una como esa, no una como la que Rita estaba demostrando. Sintió movimientos extraños en su corazón, diferentes a los latidos habituales que lo mantenían con vida.
Entonces sus labios egoístas no desearon sacarla de ese hipnotismo en la que estaba, por lo que tocaron de a poco con más dedicación, ayudando a que la mente de la soldado se perdiera aún más, llevándola a momentos felices, melancólicos o inolvidables, todo dependería de ella y su pasado. Tocó con más ahínco aun, sus dedos ahora tomaron una velocidad vertiginosa, deslizándose sobre el metal que destellaba cuando la luz de la fogata le pegaba de cierto angulo.
De pronto y cuando su rostro se crispó, sus labios se detuvieron al soltar un imperceptible quejido. El ambiente se rompió como cristal y la herida que había olvidado en su mano, ahora pinchaba fuertemente. Mirandola con molestia por ceder tan fácil al dolor, pues ni si quiera era tan grave, guardó su instrumento resignado a que no deseaba comenzar o seguir tocando después de esa interrupción. -Lo lamento, creo que si eso me pasara en algún evento importante de las cortes, me despedirían sin dudar.- Miró a Rose, quién comenzaba a despertar de a poco de aquel hechizo. Entonces por su mente atravesó una pequeña incógnita. - ¿Usted suele ir a eventos como civil? ¿Festivales, por ejemplo?- No sabía si ella sería del tipo de chica que no dedicaba nada de tiempo a socializar, por ser muy entregada a su trabajo y tal vez el estar hablando con ella aquí era meramente casualidad.
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Post by Rose Bonebreaker on Jun 19, 2017 6:51:40 GMT
Cuando la música comenzó a avivarse y a cobrar más ímpetu sus recuerdos se tornaron igual. Con los ojos cerrados observada con toda claridad a una manada de hipogrifos que pudo reconocer como su familia corriendo unos junto a los otros, siendo ella el centro de aquel mar de plumas rojas que brillaban con fuerza ante el sol ardiente de la planicie. El sonido del choque de los potentes cascos retumbaba en sus oídos a la par de las notas hipnotizantes de la música. El cabello de Rose se erizaba constantemente, casi se podía notar como se debatía en forma, siendo por unos segundos pelo y en otros las vividas plumas escarlatas de la forma fated de la soldado. Podía sentir como su corazón se salía de su pecho ante el recuerdo tan apasionado, corriendo libre con aquellos a quienes había dejado atrás al venir a Mirovia, a quienes sin duda extrañaba constantemente. Poco a poco su ceño fruncido se desvaneció y algo diferente estaba en medio de formarse: una sonrisa cálida que no llego a su máximo esplendor.
Esta no llego ni a la mitad cuando la música dejo de sonar, fue tan repentino que Rose abrió los ojos de golpe consternada y arqueo las manos como si tuviera sus garras preparadas. Le tomo un tiempo y varios parpadeos ubicar el tiempo y lugar donde esta se encontraba, además de poder calmar su impetuoso latido con la decepción de que aquella visión no había sido reciente. Miro un poco perdida a Aron y sin querer paso un poco por alto la información que le dio al principio. ¿Por qué había parado la música? Apenas ahora noto el corte en la mano del contrario, apenas visible pero presente. Rose se quedó quieta un momento, ella no era médico y aquello no parecía tan grave como para llamar a uno, pero no significaba que se quedaría de brazos cruzados. Recupero el pañuelo que la camarera le había dado para limpiar su propia sangre, en un movimiento esta lo deposito (casi aventándolo) sobre la mano del encapuchado, sin hacer contacto físico en ningún momento, era la muestra de amabilidad que podía ofrecer a alguien que conocía apenas hoy. No dijo nada, solo volvió a su posición normal: brazos cruzados y vista al frente.
Ya con la mente más despejada pudo captar la pregunta-"¿Festivales? No realmente. Solo voy cuando me llama mi corte a dar servicio. En eventos internos, jamás en otra corte"- toco su nuca y se encogió de hombros. Rose jamás ha visitado otra corte que no fuera la suya, en parte porque jamás lo ha requerido y por otra parte no siente un deseo considerable por conocerlas ¿Qué podrían ofrecerle que no le ofrecieran ya con Ajani y los demás? No estaba segura de ello, por eso prefería no ir.-"Además, no creo encajar en algo tan elegante, prefiero ahorrarme el mal rato"-comento con algo de firmeza mezclada con incomodidad, desviando la mirada. Rose conocía algo de eventos pues varias veces había tenido que hacer de guardia en algunas fiestas. Veía a la gente con las prendas más incomodas y exuberantes que se podría imaginar, repudiaba aquella visión ¿qué clase de fiesta alegre era una donde sacrificabas tu confort por vanidad? Rita se veía a sí misma como una piedra entre rosas: ella era estable y firme, perduraría viento y marea antes de caer. Las rosas por el contrario son delicadas y efímeras, pero destinadas a ser admiradas y celadas por su corta estancia. Una piedra no puede ser apreciada en un jardín de rosas, pero si en la batalla cuando esta duele más que una flor. La soldado rio entre dientes ante aquel pensamiento, para luego observar a Aron –“Usted debe sentirse como pez en el agua en los festivales ¿no? De seguro muchos lo esperan impacientes en las cortes”-trato de imaginarse a Aron entrando elegantemente a una fiesta en el templo, hablando de aquella manera tan cordial y mezclándose idealmente en la escena, cosa que ella jamas podría hacer.
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Asthur
Soberano del Invierno
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Post by Asthur on Jun 25, 2017 22:41:08 GMT
Atrapó por inercia aquel pañuelo que había sido lanzado al aíre, sosteniéndolo con suavidad y cierta incredulidad, intercambiando miradas entre éste y la soldado. Ella ya había despertado por completo y nuevamente mostraba su dureza y temperamento. Asthur inevitablemente sonrió con levedad, como si ahora le costara creer que ella fuera tan ruda como aparentaba.
-Entiendo entonces que nunca ha ido a un baile por placer.- Presionó la tela contra su palma sin inmutarse, tratando de limpiar la sangre pegada a su piel. Inevitablemente imaginó a Rose con una prenda no apta para la batalla, sin duda algo que no le daría la comodidad a la que estaba tan acostumbrada, pues la tela ceñida a su figura sólo le permitiría ir al compás de un lento vals. Su cabello rojizo tal vez estaría adornado con alguna joya o prendedor y su rostro...Bueno, ese estaba bien así. Una enorme curiosidad le invadió por ver aquella imagen materializada, pero entre más lo pensaba, menos probable le parecía. Primero porque ella parecía despreciar aquellos cánones de vestimenta y en segundo, porque no podría convencerla de bailar con él.- Creo que se me admite muy bien en el ambiente.- Era a razón de lógica que se requería de su asistencia en más de un baile o festival dónde se precisaba la etiqueta. Así como también él precisaba descansar de ese ambiente tan armonioso, como por ejemplo ahora.
Entonces escuchó el sutil cumplido de la soldado, pues decir que se le esperaba con emoción en eventos de las cortes, radicaba en que sus habilidades le hacía reconocido entre las masas. Y aunque no sería la primera vez que le halagaran por su talento, si era la primera que lo hacían sin saber quién era él.- Pero para ser honesto...Me siento bastante cómodo aquí.- Dijo sin especificar si se refería a la situación o al lugar. Entonces escuchó la puerta abrirse con premura, miró por sobre su hombro y observó a unos soldados ingresando al local, teniendo las ordenes claras de aprehender a los maleantes.
Los armados se acercaron al dueño detrás de la barra, quién después de explicarle con cuidado lo sucedido, los señaló con la mirada. Asthur tuvo entonces un mal presentimiento cuando dos de ellos caminaron hacía él y su compañera, para comenzar a hacerle preguntas a Rita al reconocerla como miembro de los BoneBreaker, aclarando los detalles que tal vez el dueño no pudo explicarles o tal vez rectificando que las versiones coincidieran. Cual fuera el motivo el encapuchado se mantenía al margen de la situación, sólo observando como los otros armados se encargaban de levantar a los maltrechos ladrones del suelo. Sin embargo, el soldado quién parecía ser el responsable de la cuadrilla, interrumpió el relato para dirigiéndose a Asthur, pidiéndole que se identificara y descubriera su rostro en el acto.
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Post by Rose Bonebreaker on Jun 26, 2017 8:13:17 GMT
Río fugazmente ante el comentario del encapuchado -"Claro que no...para ir a ese tipo de cosas te tienen que invitar, uno no puede ir sola...hasta donde entiendo"-comentó en un tono más bajo, mirando de reojo como Aron se limpiaba la sangre. Hubiera añadido 'no he ido porque nadie me ha invitado' pero se resistió, pues lo que menos quería era causar lastima. La hipogrifo no gozaba de muchos amigos interesados en pedir su compañía en las fiestas, ya sea por su conocida opinión sobre ellas, su carácter o simplemente porque habría mejores mujeres para la vida social, dispuestas a deslumbrar con su belleza y a bailar con el primer hombre que les hablara bonito. Suponía que esa actitud era más atractiva que un alma apasionada y difícil como la de ella 'Mejor así, yo tengo mi lugar y ellas el suyo' pensaba. Escucho vagamente a Aron afirmar sus sospechas, con un suspiro leve cayo en cuenta lo diferentes que eran: el seguramente aclamado por la multitud por su talento y elegancia, ella respetada y temida por su fuerza y brutalidad. Personas muy diferentes, pero que se habían mantenido conversando apaciblemente toda la noche y hasta se involucraron en una pelea de la que salieron bien librados. Era tan peculiar y raro, pero le agradaba aquel encuentro, mucho mejor que haber bebido sola toda la noche hasta dormir. Rita apreciaba la honestidad y detectar esa palabra de Aron le hizo interesarse en lo que describía-"Yo igual..."-comentó por inercia sin una pizca de rudeza, igualmente honesta, reflejado genuina sorpresa en sus ojos por el comentario. Ella no era de pensarse las cosas mucho pero deseaba aclarar aquella ambigüedad de parte del encapuchado. ¿Aquí? ¿Aquí donde? No podía referirse al aquí con ella ¿porque lo haría? Descartó rápidamente esa opción tachándola como improbable, dándole finalmente significado tanto al aquí de Aron como el propio refiriéndose al lugar donde estaban ambos, la taberna. Deseaba que su acompañante aclarara su punto y la sacara de dudas pero el ajetreo llego sin avisar.
El ruido de la puerta abriéndose y los soldados entrando alertó a la pelirroja, escudriñándolos de arriba a abajo con sus ojos amarillentos. En su interior exclamó con alivio 'Por fin' pues su presencia significaba castigo para los maleantes que tantos problemas le habían causado. Con un poco de mala gana aclaró las preguntas del hombre armado, pues aunque conocía el protocolo al llevarlo a cabo ella misma en varias ocasiones lo consideraba tedioso y vacío. Cuando el otro soldado la interrumpió para cuestionar al encapuchado ella se tensó, dedicando miradas extrañadas entre ambos. Tomaba desiciones mentales con rapidez mientras permanecía un silencio que para ella fue eterno, apretó discretamente los puños para llenarse de determinación -"Eso no será necesario"-declaro con firmeza mientras se abría paso apresuradamente, plantándose de brazos cruzados entre Aron y el soldado. Rita no estaba segura del porque quería que se descubriera el rostro, si ella estuviera en su lugar se limitaría a recolectar la información que requería, los culpables y hasta luego. Le parecía extraña y sospechosa aquella petición de su parte, por ello no quería que se llevará a cabo y ahora mucho menos confiaba en aquel dichoso soldado líder. Además dentro de ella lo veía como un favor hacia su compañero, por todo lo ocurrido hasta ahora Aron se había ganado el derecho de permanecer misterioso y a la vez confiable -"Aron viene de mi parte, yo respondo por el"- se encontraba enzarzada en una batalla de miradas contra aquel soldado que la contemplaba con incredulidad, debatían silenciosamente quién demostraba mayor autoridad con su presencia, que palabras pesaban más. Era una batalla que Rita parecía ganar sin duda pues los ojos rojos de buitre eran tenebrosos y marcaban un aura única sin necesidad de una habilidad especial. Las palabras de la pelirroja se referían a que si Aron se encontraba en algún aprieto ella asumiría responsabilidad por sus actos, que ella confiaba en él y daba fe de esa confianza al responder por el. Hasta donde ella sabía el encapuchado era un civil, si alguien podía protegerlo contra una acusación o mal entendido en ese momento era ella y sin duda lo protegería ahora que le tenía algo de confianza-"Si ya tienen lo que vinieron a buscar, dejen de perder tiempo y retírense"-declaró con voz dura y nada amable. Rita no era nadie de alto rango para dar órdenes y lo sabía muy bien, pero el tono y la seguridad con las que les exigía podría ser suficiente para amedrentar a cualquiera con voluntad débil. La propia autoridad se la otorgaba su confianza casi inagotable, ¿acaso esa no era una habilidad más útil que verse linda y bailar? Al menos para ella si. Apenas alcanzó a mirar de reojo al encapuchado con preocupación apenas notable, moviendo los labios lentamente para formar palabras silenciosas: '¿Estás en problemas?' No sabía si entre las habilidades de un músico estaban leer los labios, pero valía la pena intentarlo.
OOC: No te preocupes uvu/ ⭐️
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Asthur
Soberano del Invierno
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Post by Asthur on Jun 26, 2017 19:31:20 GMT
Su cuerpo se tensó un poco, el soldado había dado una orden y entendía que negarse ocasionaría sospechas en los armados. Él no tendría por qué oponerse siendo un civil inocente. Y si bien sabía que su juego con el anonimato no debía llegar más lejos, no pudo reaccionar enseguida ante la orden. Claro que un encapuchado resultaría sospechoso en una situación como esa, y pensó que tal vez bajo otras circunstancias no hubiera dudado ni un segundo en esclarecer todo, pero, miró a un costado suyo en dirección a la pelirroja, ¿Cómo reaccionaría al saberse su identidad?.
Levantó sus manos con la intención de terminar con aquel problema, pero la pronta acción de Rita lo detuvo. Miró con asombro a la soldado, que sin duda se imponía ante alguien tal vez de rango superior. El desacato de ordenes era una falta grave y no lograba entender por qué Rita se atrevía a llegar tan lejos por proteger a un extraño, ¿De verdad confiaba en que él no la engañaría?. Apretó la mandíbula consciente de que la decisión comenzaba a tener peso sobre él. Revelarse significaría dejar de frecuentar a Rose, pero mantener su identidad a salvo tal vez la metería en problemas. Que si bien sabía qué era lo correcto, le costó más de lo que pensó decidirse, pues sentía que perdía más de lo que ganaba. Pero era él quién debía proteger a los arcanos no al contrario.
En un momento notó que ella articuló sólo con los labios un "¿Estás en problemas?", Asthur sonrió casi con dolorosa ironía. -Lamentablemente si.- Susurró cerca de Rose, para después observar al soldado quién parecía estar pasando un mal rato al sostenerle la mirada a la joven, sin embargo, no accedía a retirarse como le había pedido o casi ordenado. Al contrario, el superior miró a sus soldados con un gesto aprobatorio de proceder con la fuerza.
Fue cuando la mano de Asthur se interpuso entre los armados y Rita. Mientras que la otra bajaba con lentitud la tela que había estado cubriendo su rostro. -No hay necesidad de investigar más, pueden retirarse.- Su voz, su postura, su aura, por donde se le mirara él era Asthur el soberano del Invierno.
Los soldados quedaron petrificados, unos reaccionando antes que otros al inclinarse en una reverencia, pero al final todos se retiraron apresurados, dejando la taberna en un sepulcral silencio. El soberano miró al frente por un momento, enfocando su mirada en la puerta de madera. Suspiró con disimulo y se giró mostrándose en todo su esplendor ante Rose. - Mi nombre es Asthur.- Las palabras casi rasparon su garganta, como si sólo deseara llenar aquel silencio insoportable. Inclinó con levedad su cabeza, presentándose nuevamente. -Y soy el soberano del templo del invierno.- Sabía que aquello era innecesario y que posiblemente ya no tenía validez, pero de igual forma deseó hacerlo.
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Post by Rose Bonebreaker on Jun 26, 2017 23:24:24 GMT
La respuesta del encapuchado la tenso un poco ¿Para ella que sería una pelea más? Apretó un poco los puños y la mandíbula al notar que los hombres se iban congregando a su alrededor, lo que menos quería era un alboroto innecesario, pero si Aron tenía problemas y ella podía hacer algo al respecto no permanecería de brazos cruzados. La mano de Aron la hizo retroceder ante el riesgo de contacto, lo miraba con atención y ligera sorpresa al dar las ordenes. Ver la reacción de los soldados le impacto ¿Cómo es que Aron tenia mayor presencia que ella? ¿Qué tanto sucedía aquí? Todo era demasiado rápido para captar, pero se alivió un poco al ver que se retiraban como pedía. Ahora si con todo el alboroto fuera de alcance merecía una explicación, mantenía la postura erguida y lista para recibirla…sin duda no se esperaba aquella respuesta. La mirada fiera se disolvió tenuemente ante cada palabra de Asthur, cuando este término de hablar solo quedaba el rostro de una mujer rota e incrédula ante lo que oía.
-“…¿Qué?...”- Fue lo único que pudo expresar, con voz baja y tenue, sin rastro alguno de firmeza, casi quebrada. Estaba perpleja, sin moverse y revisando de arriba a abajo la figura de Asthur, comprobando una y otra vez la visión frente a ella. No estaba tensa, su rostro reflejaba vívidamente algo inaudito para la soldado: fragilidad, debilidad.
La mente de Rose repasaba lo que podía de cada palabra y afirmación disponible en su memoria a la par que hacían eco palabras como <<Engaño>> y <<Mentira>>, buscando pistas y eliminando toda frase del contrario que ahora resultaba falsa.
Su nombre no era Aron, ni siquiera era un apodo que hubiera tomado con mayor aceptación: era falso. Él tenía una corte, es más la lideraba: era mentira. Podría saber cómo tocar un instrumento, pero no iba de corte en corte a tocar. Él era el soberano, uno de los que forjo Mirovia en tiempos antiguos, ella solo una torpe hipogrifo que se dejó llevar. En otras circunstancias Rose habría dado una reverencia formal, como con su soberano, pero no ahora. Había hablado con él, le había dado un inicio de confianza que esperaba ingenuamente desarrollar. Tal vez en otra ocasión en la misma mesa de la taberna, en la corte del verano o incluso en algún festival si llegaba a darse el caso. ¿Por qué no? La conversación era buena y hasta se sentía a gusto, todo había pintado bien, ‘había’. Ha como sentía las cosas eso ya no sería posible, no podrían frecuentarse, sus trabajos y puestos en Mirovia les alejarían sin duda. El silencio duro bastante después de que Asthur se revelara, Rose trago saliva al elegir sus palabras con calma-“¿Alguna…vez fuiste honesto conmigo?”-comento después de aquel silencio sepulcral. A estas alturas no podía pedir la verdad, ya la tenía. Pero ella había sido honesta hasta donde pudo, en sus opiniones, en sus cumplidos, en cómo se sentía. Abrió un poco de sí misma solo porque el contrario pareció hacer lo mismo <<Eso pasa por bajar la guardia, confías demasiado>> se regañó a internamente. El único consuelo que le quedaba era saber si Asthur al menos se había mantenido honesto en sus gustos, en sus opiniones, en lo que sea con tal de rescatar aquella confianza depositada en él. Rose pasaba por su ultimo rayo de lucidez esperando una respuesta, lo que vendría a continuación muy seguramente sería furia ciega e indiscriminada, Rose era necia cuando se enojaba, pero en ese instante lo único que podía sentir era verdadera pena al ver la idea de la persona que comenzaba a conocer desmoronarse.
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Asthur
Soberano del Invierno
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Post by Asthur on Jun 27, 2017 1:07:04 GMT
Asthur contuvo el aliento por unos segundos. Se sentía más culpable de lo que le hubiese gustado admitir, sin embargo logró aferrarse a su serenidad. Desde el inicio supo que, para Rose confiar no era fácil, confiar era lo ultimo que hacía y le pareció perfecto así, pues no deseaba tener una confianza tan profunda con una identidad falsa, sólo una charla casual y meramente superficial. Entonces ¿Qué había sucedido? ¿Por qué su rostro parecía más afectado de lo que podría haber calculado?. Momentos antes la había visto pelear, la había visto aguerrida y salvaje, su mirada afilada y llena de adrenalina. Ahora no era ni remotamente parecida a aquello, se veía tan...Frágil. Y la responsabilidad era enteramente de él.
Tragó saliva, esclareciéndose un poco la garganta. -Rose...- Pronunció su nombre, por primera con sus ojos clavados en los de ella. Quería explicarle, excusarse sin herirla, pero ¿Por dónde empezar? Si le decía que hacer esto era una costumbre suya ¿Le ofendería?.- Es verdad que no mentí en todo...- No esperaba que a estas alturas ella entendiera lo difícil que era para él encontrar compañía, lo monótono que era el trato que se le tenía por ser Soberano y lo agradable que le resultó su presencia. Si, era un egoísta, pues se aprovechó de la confianza de Rose, pero en ningún momento su plan había sido lastimarla. Ahora la miraba tan absorta en sus ideas, tan confusa en lo que veía y lo que creía saber, ¿Y cómo no estarlo?. Pero no había explotado enfurecida y para ser honestos no creía que eso fuera a suceder, cosa que le decepcionó de cierta forma. "El juego terminó".- Yo no la elegí a usted para engañarla.- Dio un paso acercándose, cuidando de no alertar a la soldado. De un segundo a otro, recordó la manera tan áspera en la que le había hablado al inicio, la forma tan directa de dirigirse a él y su tenaz mirada. Sin duda aquel trato tan inconsecuente no era correcto y menos viniendo de un soldado. - Pero de ser el soberano el que se presentara frente a usted...- Avanzó otro paso más. Antes había intentado ocultar su porte natural, pero ahora lo relucía en toda su magnificencia. - ¿Qué hubiese hecho?.-Alzó un poco su mentón esperando por su respuesta. Ahora su presencia era plenamente la de un aristócrata y sus ojos podrían congelar hasta la llama más bravía.
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Post by Rose Bonebreaker on Jul 5, 2017 8:06:47 GMT
Su nombre pronunciado de aquella manera la hizo reaccionar, clavando una mirada no muy amigable en la que Asthur le dedicaba, tenía que levantar la barbilla considerablemente para mantenerla debido a la diferencia de alturas. Trató de conservarla para darse fuerza, para aferrarse al dominio y control de la situación. Conocía el poder de su mirada retadora, pues lo ponía en práctica a menudo, pero temía que no logrará imponerse esta vez. <<'No en todo'...al menos es algo>> pensó ante la respuesta del contrario a su pregunta. ¿Aquella respuesta era lo que quería? <<'No la elegí para engañarla'...pero lo hizo>> iba repasando las palabras del contrario en su mente con desdén, buscando en sus memorias cualquier cosa para empalmar los hechos con las palabras. Tan absorta estaba en sus pensamientos que para cuando pudo notarlo tenía a Asthur sumamente cerca. Enzarzada aún en una mirada larga y tortuosa para ella, el frío y el calor colisiónando de forma silenciosa entre los dos pares de ojos amarillentos. Rose no era fácil de intimidar y aquello lo había demostrado más veces de las que se pueden contar, la presencia de Asthur no era nada nuevo para ella, nada que no pudiera manejar. Pero esos ojos eran demasiado ajenos y fríos para una soldado que no se encontraba en su mejor momento. Apartó la vista de golpe con un quejido silencioso, bajando la cabeza en respuesta a aquella aura de autoridad y frialdad. Entendía que ahora estaba ante alguien de un rango y poder superior, no podía demostrar más dominio que el contrario, al menos no era correcto en su cultura natal. Aparte no se sentía con la capacidad de hacerlo-"...No le habría dejado pagar mi bebida en primer lugar"- respondió en un suspiro, recordando aquella cerveza fría que inició la conversación. Todo aquello era muy irreal para ella, no podía imaginarse cómo se habrían desarrollado las cosas si Asthur se hubiera presentado como tal ¿Se sentiría igual de intimidada como lo estaba ahora? ¿Hubiera cuidado mejor sus palabras? Probablemente no, ella sería una soldado pero ella seguía siendo ella, una dama indomable. -"Dioses..."-pasó una mano por su pelo revolviéndolo un poco, claramente abrumada aún. Todo hubiera sido diferente, el tenía un buen punto al presentarse como Aron: .Trago saliva y dio un paso atrás.Ya basta, ella era fuerte, no debía mostrar que todo aquello le afectaba. No tendría porqué, pensaba demasiado las cosas en algo que no tenía importancia. Las personas a veces mienten, no todo el mundo es totalmente honesto. Así es como eran las cosas y ya, sin explicaciones rebuscadas y nada que pudiera hacer. Solo quedaba aceptar, limpiarse el polvo y seguir.-"Eso ya no tiene importancia...déjelo así"-refiriéndose a 'eso' como las posibles acciones de la soldado en los 'hubiera' y en parte a su previa actitud frágil y poco profesional. -"¿Y bien? ¿Obtuvo lo que quería de todo esto?"-cruzo de nuevo sus brazos, recuperando poco a poco la firmeza en su voz y postura, tratando a duras penas de ser lo menos agresiva posible. Quería gritarle con todo su ímpetu, sacar a relucir cada uno de los sentimientos que vivía por culpa de él. Pero la forma en que Asthur estaba manejando la escena le detenía, tanta serenidad le apagaba el sentido de pelear como la música de aquella flauta. Golpeteaba su propio brazo con los dedos levemente, sin mirar a Asthur a los ojos. Ahora estaba algo incomoda en un momento incierto donde no sabría qué ocurrirá después.
(OOC: Disculpe la demora ;v;/)
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Asthur
Soberano del Invierno
Sólo corazones destrozados, dirán que amaron.
Posts: 94
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Post by Asthur on Jul 23, 2017 22:37:44 GMT
La observó por un momento en silencio, ella estaba confundida, tal vez incluso dolida, y la entendía perfectamente. Sin embargo Asthur no permitiría que ella creyera que su intensión sólo había sido engañarle por diversión siniestra. Sin embargo ahora estaba tan aminorada por la diferencia en sus puestos, que sus labios se tensaron al saberse como el responsable, "Pero era esto lo que quería evitar" Pensó en sus adentros. Entonces suspiró relajando un poco su postura tan rígida, no era necesario aplicar tanta presión sobre Rose, lo que menos quería ahora era incomodarla. No más de lo que ya parecía estar. - No deseo mortificarla más.- Habló despacio y con volumen bajo, dejando en claro que él estaba tratando de no empeorar ya la situación y que estaba dispuesto a iniciar de nuevo si se lo permitía. Pero la vio molesta, muy irritada por cómo permitió que alguien la engañara de esa forma. No sabía si sería pertinente seguir picando en la herida. Ella no merecía estar en una situación así, fue sólo obra del destino que se sentaran en el mismo bar.
En un instante volvió a tener la misma aura que Áron había desprendido todo éste tiempo, tranquila y sencilla, como la de un viajero que va de corte en corte mostrando su talento. Entonces escuchó aquello que por un momento sonó cómo reclamo, ¿Que si había obtenido lo que deseaba?. Asthur entrecerró un poco sus ojos, pensando un poco cómo contestar aquello, sin darle la razón de decir que todo esto había sido con malas intensiones. - Claro. De alguna forma lo obtuve, pero...- La miró tan apaciguada, sus ojos ya no destellaban como fuego y eso le hizo fruncir el ceño, sintiendo que ella estaba perdiendo parte de su esencia por su culpa. - Pero ahora mismo me lo esta quitando, no baje su mirada.- En un movimiento gentil, subió el mentón de la joven, y la observó con cierta seriedad. Si bien ahora resultaría incomodo para ella volver a conocerse en ciertos aspectos de su charla, deseaba tener un reencuentro, más no sabía si ella accedería a tal petición. - A mi me complace mucho haberla conocido. Pero si el sentimiento no fuera mutuo, lo entendería.- Tal vez abusaba de su poder y persuasión, pero todo tenía un motivo noble a su consideración. Se alejó un poco de ella, dejando que su presencia abandonara todo rastro imponente.
Ya era hora de marcharse, pero no quería dejarla en un estado tan conflictivo y debilitado espiritualmente, sin asegurar que podría enmendar el daño. Tendría que crear otra oportunidad para demostrarle que su esencia era la misma, aún si su nombre cambiaba. - Si algún día visito de nuevo la ciudadela, no cómo Aron si no como Asthur, me gustaría charlar con usted nuevamente.- Se giró en dirección a la entrada, después de haber hecho una leve reverencia a modo de despedida. Pero antes de salir por aquella puerta se detuvo y la miró sobre su hombro.- Y si llegase a asistir al Festival del cortejo, puede buscarme...Me gustaría bailar con usted.- Una vez afuera de la taberna, dejó que su capa ondeara con la brisa de la noche, para después tomar la forma de un gran dragón alado, el cual se elevó tras un fuerte aleteo que hizo levantar una espesa nube de polvo.
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Post by Rose Bonebreaker on Jul 24, 2017 22:45:28 GMT
Por más gentil que fuera aquel movimiento no pudo evitar tensarse. Contuvo el aire al encontrarse con la mirada seria de Asthur. ¿Qué quería ahora de ella? Rose había dado su confianza, fuerza y sinceridad a un extraño ¿Quería ver ahora su agresividad? Con mucho gusto. Sus ojos recuperaron su fulgor tan rápido como la llama de un encendedor, la mirada fija sin rastro alguno de debilidad se mostraba implacable ante él. Era la única forma no-fisica de imponerse ante la gente, su forma de gritar sin palabras "nadie puede conmigo, no pueden dominarme ni manipularme como se les plazca’". Solo cuando el soberano se alejó de ella se dignó a responder-“Jamás dije que no lo fuera”- declaro casi por lo bajo, deseando inmediatamente retractar sus palabras. <<Ahí vas otra vez. Eres débil>> Cruzada de brazos, tensa de hombros, observaba con alivio como el contrario se iba retirando. Rio con desdén ante la sugerencia de Asthur, viendo aquello como una sugerencia sin fundamento, solo por protocolo. No planeaba en lo absoluto volverse a encontrar con él, o al menos en ese momento lo que más deseaba era no tenerlo a la vista.
Antes de que se retirara lo observo sobre su hombro, que Asthur mostrara interés en bailar con ella la tomo de sorpresa haciendo que dudara en negarla-“No cuente con ello. Yo no bailo”-declaro con firmeza, queriendo tener la última palabra como siempre. Cuando el contrario había abandonado el interior algunos de los clientes permanecían anonadados por toda la escena, hablando entre ellos por lo bajo. Era suficiente, la soldado ya podía escapar.
Se encamino a la puerta trasera de la taberna, creando la mayor distancia posible entre la salida que había tomado el contrario y ella. El poco cuidado al cerrarla provoco un tremendo sonido que hizo saltar a varios clientes de la taberna, poco le importaba lo que pensaran, poco le importaba ser cortes o sensata y poco le importo el dolor en sus nudillos al propinar un puñetazo sordo a una pared cercana.
En el cielo noto la silueta de una criatura enorme, contemplándola con sentimientos encontrados en los que predominaba la ira. Tomo apresuradamente una roca de tamaño considerable, lanzándola con rabia en esa dirección. Por supuesto aquella piedra ni se acercó en lo absoluto al dragón y la joven estaba consciente de ello. Pero en ese gesto quedaban todas las veces en que la rosa había querido desquitarse físicamente con el soberano. Era su manera de desahogarse, sin llanto ni gritos. Espero a que la figura del soberano desapareciera por completo de su vista para emprender un silencioso recorrido por los callejones, su figura se fue perdiendo en la obscuridad hasta desaparecer.
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