Tsuyume
Los Grises
When I was down, when I was hurt You came to lift me up.
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Post by Tsuyume on Jun 14, 2017 23:40:27 GMT
Estaba decidida a no rendirse, no esperaba volverse una experta tirando navajas ese mismo día pero al menos quería ver que tenia aptitudes para usarlas, después de todo le seria muy útil si se encontraba en aprietos en alguna ocasión. -Esta bien, después de todo no tengo nada que perder.- Tomó la navaja desde el filo, apuntó hacia el poste de madera y la lanzó con mas fuerza que la vez anterior. Para su sorpresa la navaja si termino clavada esta vez, la sirena se quedo perpleja porque no esperaba lograrlo, obviamente aun le faltaba bastante practica pero para ser la primera vez estaba satisfecha.
-Tenias razón, clavarlo en la madera no es nada fácil hacer que se clave en el poste.- Dijo mientras acomodaba su cabello,- Bueno esta vez no me fue tan mal, ¿cierto?.Das muy buenas lecciones, eres un gran maestro.- Sonrió de manera cálida mientras tomaba otra navaja entre sus manos para mirarla mas detenidamente, esta compartía la misma belleza que los escudos y las espadas que estaban en la tienda.-Me gustaría comprarte estas navajas, claro, si están a la venta. La verdad quiero seguir practicando con ellas, ademas también me gustan.- Luego de esa pequeña sesión de practica se había quedado muy entusiasmada con la idea de seguir practicando con las navajas.
OOC: No hay drama ^w^
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Post by Scott Wittemore on Jun 16, 2017 5:46:34 GMT
No pudo evitar poner una enorme cara de asombro mezclada con algo de emoción ajena mientras extendía las manos al piste como si quisiera mostrarle a alguien lo que la chica acababa de hacer.
-¡Eso fue sensacional! Yo tuve que tirar más veces que tú para acertar mi primera navaja... Definitivamente es impresionante.
Escuchó con atención sus palabras y enarcó una ceja, porque ni siquiera se le había ocurrido el hecho de venderle aquellas pequeñas armas a la muchacha, había pensado incluso en obsequiarle al menos un par... Pero podía venderlas todas más baratas, no perdía una venta y de todas formas le obsequiaba las que no cobraría.
-Sí, están a la venta... -Se devolvió a recoger la que estaba en el poste y las otras dos en el suelo, para colocarlas junto a las otras tres en la caja- Todas juntas tienen un valor de 250, pero por ser una aprendiz tan talentosa te las dejaré en 100...
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Tsuyume
Los Grises
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Post by Tsuyume on Jun 16, 2017 15:31:09 GMT
Al ver la reacción de Scott no pudo evitar reírse porque su energía era contagiosa,-Solo fue suerte de principiante, aun debo practicar para no lastimarme al lanzarlas. Cuando el contrario anunció que las navajas si estaban en venta sus ojos se iluminaron, de verdad las quería y ahora que conocía el costo estaba mas que decidida a llevárselas. -¡Oh!¿de verdad? Es excelente, entonces me las llevaré.- Dijo mientras sonreía como una niña a la cual le habían comprado un juguete nuevo, se tomaba el uso de armas seriamente pero la emoción del momento hizo que reaccionara de esa forma. Acto seguido sacó el dinero de una pequeña bolsa escondida en su vestido.
-Muchas gracias por las lecciones y también por las navajas.- acercó hasta su mano el dinero mientras sonreía, miró por un segundo hacía afuera para notar que ya estaba anocheciendo. Sin darse cuenta se había pasado casi todo el día en aquella tienda, las horas parecieron ser minutos y en un abrir y cerrar de ojos ya la noche estaba haciéndose presente. -No puede ser, ¿ya esta anocheciendo? Ni siquiera lo noté.-Dijo mientras reía, -Será mejor que vuelva antes de que se haga mas tarde, muchas gracias por las navajas. Fue un día muy entretenido, lamento haberte quitado algo de tiempo mientras trabajabas pero espero que nos encontremos otra vez. Hasta luego Scott, cuídate. Tomó las navajas y salió de la tienda mientras saludaba al contrario con una sonrisa amable.
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Post by Scott Wittemore on Jun 20, 2017 4:02:36 GMT
-Podría ser, aunque mis primeros tres intentos de lanzamiento dieron en el suelo...
Los cuchillos quedaron en la caja perfectamente acomodados en sus respectivos espacios, se veían finas y casi sutiles, pero el brillo del filo de sus hojas era evidentemente peligroso. Colocó la caja en una mesa de trabajo a su lado mientras ella sacaba el dinero, que tomó amablemente sintiendo algo de gran satisfacción por dentro, pues ese día no esperaba ver nada.
-Fue un placer, linda, puedes pasarte de nuevo a saludar cuando gustes, cuídate también...
Le devolvió el saludo de su mano y unos instantes después, regresó a su trabajo con la espada.
CERRADO.
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