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Post by Rose Bonebreaker on Jun 12, 2017 4:16:16 GMT
El desierto de Mirovia era lo más parecido al hogar de Rose, inhóspito, cálido y solitario. Se podría decir que hasta se parecía a ella: un terreno nada fácil de tratar y que si subestimabas podrías acabar hasta muerto. En su forma verdadera el hipogrifo galopaba por las dunas como si aquello fuera simple pasto, sus plumas escarlatas se movían como la crin de un caballo y sus poderosas patas la desplazaban con fuerza por el ardiente desierto. A Rose le encantaba correr, sentir la fuerza de su verdadero ser la llenaba de confianza y de un sentimiento de libertad increíble. Empezó a acelerar el paso, corriendo más rápido para en una duna más alta desplegar sus grandes alas negras y alzar el vuelo. La sombra que proyectaba el hipogrifo en la arena desde el aire era aterradora como un buitre mismo, apenas si agitaba las alas al planear lo que le ayudaba a conservar energía. Sobrevoló un rato, buscando algo con lo que entretener su atención cuando noto en la planicie abierta una masa de figuras que caminaban todas juntas: una manada de animales supuso. Cuando descendió un poco reconoció al grupo como algún tipo de cabras salvajes de cuernos largos <<Que bueno, hace hambre>> pensó con cierta emoción. Empezó a volar en círculos un poco más bajo, para que los animales empezarán a agruparse en una masa concentrada. Sintiendo el momento justo se dejó caer en picada como una bala, atrapando entre sus garras delanteras a un pobre animal y estampándolo contra el suelo por la fuerza, emitiendo un sonido triunfal como un águila. La manada se dispersó y aquella hipogrifo solo mantenía a la cabra entre sus garras como si fuera un ratón, deteniendo sus intentos de liberarse con mucha facilidad.
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Post by Deleted on Jun 12, 2017 22:21:46 GMT
Debía decir que ella no era una fan del calor extremo que proporcionaba el desierto de Mirovia, haberlo cruzado una vez fue bastante para que la kitsune se diera cuenta de que existían lugares mucho más acogedores que esa gran masa de arena que parecía quemar con todo el odio de los dioses. Y ahora estaba ahí mismo, cruzando a través de las grandes dunas de tan árido lugar, ataviada con una capa de viaje, un turbante sobre su cabeza y su fiel mochila de equipaje que contenía lo esencial para que ella pudiera sobrevivir. "Qué sabia decisión, Mifunita" se regañó a sí misma al recordar el tren de pensamiento que la llevó a esa situación. Cruzar el desierto en vez del lago para llegar a la ciudadela de Mirovia no era el plan más brillante del mundo. "Exploremos" se regañó "¿Qué tendrá de malo un pequeño desvío antes de llegar a un lugar nuevo?".
La mujer bufó un poco hasta que se detuvo en su paso en cuanto divisó una sombra sobrevolando sobre su cuerpo, por lo que alzó la mirada para averiguar de qué se trataba: una cacería. Las colas de la kitsune se movieron un poco mientras apreciaba la maestría con la que aquél gran arcano aplastaba a su presa contra el suelo. Podría parecer que admiraba su trabajo, pero en vez de ello intentaba hacer memoria sobre si la habría visto alguna vez... se le hacía algo familiar.
-¡Qué merienda tan jugosa atrapaste ahí!~ -alzó su voz para poder ser escuchada, mientras reía un poco- Apuesto a que eso saciará tu hambre ¿puedo acercarme?
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Post by Rose Bonebreaker on Jun 12, 2017 23:12:46 GMT
El sonido de alguien gritándole capto su atención en seguida, giro su cabeza de buitre para mirar con atención a la viajera, estirando sus grandes alas para parecer un poco más intimidante, por si aquella persona planeaba hacer algo en su contra. Sus ojos amarillos y rojos la examinaron de arriba abajo ¿traería armas? ¿Cuáles eran sus intenciones? Emitía pequeños castañeos con su pico mientras pensaba en la situación, al parecer no podría sacar conclusiones con la información que tenía. Si la mujer tenia intenciones de herirla habría llegado con mas sigilo a su parecer, o la hubiera atacado mientras estaba en medio de la lucha. Si aquella persona era peligrosa no se notaba. Resoplo un poco, dando golpes al suelo con sus patas de caballo. Considero seguro que se le acercara como pidió, aquella mujer no parecía amenazante y Rose se sentíadel todo capacitada para una batalla en cualquier momento. Sin dejar de mirarla bajo la cabeza, casi como si asintiera diciendo <<Esta bien>> pero ella no podía hablar en aquella forma. El animal en sus garras seguía retorciéndose y eso ya le estaba hartando, se agacho hasta su nivel para gritarle con un sonido estruendoso de águila, dándole un zarpazo directo al cuello, la cabra quedo callada e inmóvil por fin y la arena comenzó a teñirse de rojo. A Rose no le importaba lo que aquella mujer pensara de aquella demostración de fuerza, para ella era algo natural cazar y matar para alimentarse. Apartándose un poco de su presa comenzó a tomar su forma sellada, dando lugar a una mujer pelirroja de 1.55 mts de alto con las manos llenas de sangre y con la misma mirada de buitre clavada en la viajera. –“¿Estas perdida o algo?”-hablo firmemente con los brazos cruzados.
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Post by Deleted on Jun 13, 2017 1:29:38 GMT
-Sabía que te me hacías conocida de algún lado~ -La kitsune sonrió un poquito cuando poco a poco el enorme animal fue tomando una forma humanoide hasta mostrar aquella cabellera rojiza que se le hizo familiar en un inicio, hasta que todo hizo clic en su cabeza- Rose Bonebreaker ¿no es así? Te he visto antes en la Corte del Verano (a la que también pertenezco), pero no espero que te acuerdes de mí. Me se camuflajear bastante bien -la mujer de extraordinaria belleza sonrió con una expresión digna de un zorro. Se acercó a la pelirroja dando pasos cuidadosos sobre el material arenoso del suelo, mientras se ajustaba un poco más el turbante sobre su cabeza... de lo contrario, de seguro se deshidrataría con facilidad.
-Yo no diría que estoy perdida, más bien me encuentro en una travesía. Me dedico a viajar. -Mifuna se acercó a una distancia prudente, en lo que se mesaba un poco la barbilla como si estuviera pensando. Aunque era pura actuación, ya había pensado en eso desde que vislumbró la cacería. Rió.
-Como sea, realizaste una muy limpia caza hace unos momentos ¿te lo dije ya? -la chica inclinó su cabeza hacia un lado, observando el cadáver en el suelo.
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Post by Rose Bonebreaker on Jun 13, 2017 2:15:18 GMT
La mención de su nombre la sorprendió mucho, provocando una mueca de confusión en su rostro que rápidamente se convirtió en una pequeña sonrisa, aquella persona no era una desconocida, era parte de su corte, de cierta manera era parte de su familia ya no habría porque temerle.-“Así es, pero prefiero que me llames Rosita”-hablo en un tono más amigable, pero no dejaba aquella fiereza tan característica de un miembro de la corte del verano. Miro con más detenimiento a la mujer buscando si tenía el sol tribal representado en alguna forma, es verdad que no la recordaba y eso le avergonzaba un poco pero le tomaría la palabra si es que lo que decia era verdad.-“Tienes razón no recuerdo haberte visto antes. Es que no paso mucho tiempo en el templo estos días”-se encogió de hombros, no perdiendo de vista ni un segundo a la dama. No es que no le tuviera confianza, pero la naturalidad con la que hablaba como si se conocieran de hace tiempo le extrañaba un poco. No estaba acostumbrada a tanta amabilidad de alguien que no recordaba. Siguió la vista de la dama hacia su presa, se enorgulleció al escuchar que había sido una cacería limpia-“Bueno, eso se debe a la práctica”-señalo con el pulgar hacia el cadáver.-“Tu sabes mi nombre, pero yo no sé el tuyo ¿Cuál es? Y también ¿A dónde te diriges?”- se inclinó un poco hacia delante, de verdad tenia curiosidad de esta joven.
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Post by Deleted on Jun 14, 2017 13:10:54 GMT
(OOC: Lo siento por tardarme, me ocupé mucho! X'D)
-Rosita entonces -se corrigió la mujer, sus dos colas detrás de ella moviéndose lentamente, dando señales de que se encontraba tranquila- Mi nombre es Mifuna Akaha, sin embargo puedes decirme sólo Mifuna -le sonrió ampliamente- Actualmente me dirijo hacia la Ciudadela de Mirovia... y te preguntarás ¿porqué por el desierto? Bueno... De repente sus manos viajaron hacia su bolso de viaje, sobre el cual tamborileó sus dedos muy grácilmente mientras hablaba con la poderosa mujer.
-No hay mejor respuesta a ello que "No lo pensé bien"~ Pero heme aquí, lista para la aventura -las gotas de sudor recorrían lentamente la blanca temple de la ojiverde, a quien de repente la traicionó su estómago al rugir con fiereza casi a propósito durante aquella pausa en donde la kitsune sólo colocó sus manos en su cintura y esperó a que éste terminara- . Él también está listo al parecer.
De repente y sin más, Mifuna dejó su bolso de viajera en el suelo para de ahí sacar una cantimplora de la cual tenía la ración de agua muy contada. Era hora de sugerir lo que se le había ocurrido en cuanto vio a la pelirroja en plena acción... sólo esperaba que ella aceptara, o si no tendría que verse en la penosa necesidad de usar sus agotadas fuerzas para intentar cazar algo. Por más que aparentara normalidad, el desierto no era su ambiente natural y estaba sufriendo mucho. -Como puedes ver yo tengo agua, y tu tienes comida, Rosita. ¿Qué te parece si lo compartimos todo?~ No he comido en mucho tiempo...
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Post by Rose Bonebreaker on Jun 14, 2017 18:09:14 GMT
(OOC: No te preocupes! \(uvu\))
El espíritu de aventura aparente de Mifuna le agradaba ¿Por qué ir por el camino aburrido y fácil si podrías disfrutar del agradable desierto, duro para formar el cuerpo y el carácter? Al menos así lo veía Rosita, pues no daba cuenta del mal rato que pasaba la kitsune por el calor. El rugido del estómago de la dama hizo que la mirara extrañada-“¿No has comido?”-pregunto con cierto tono tenue de preocupación, sin dejar la firmeza. Rose sabia un poco sobre los básicos de viajar y tenía en cuenta que se necesitaba comer para un viaje tan largo. Normalmente no le interesaría compartir la comida con cualquiera pero el que Mifuna perteneciera a su corte era un factor determinante para despertar amabilidad en ella-“Ven, deja que te corte un pedazo”-hizo una seña con la mano para indicar que se acercara.
Se arrodillo ante la presa muerta, tomando su forma fated para hacer uso de sus grandes garras de buitre y estirando un poco las alas café obscuro para cumplir el papel de sombra. Antes de siquiera comenzar a cortar se tomó un tiempo para murmurar una especie de plegaria en una lengua diferente a la miroviana, mientras cerraba los ojos del animal y con la sangre en sus dedos le dibujaba la silueta de una pluma en la frente: la pluma sangrienta era la tradición de los quebrantahuesos. Habiendo terminado aquella escena no espero ni tuvo delicadeza para abrir el torso del animal con facilidad, manchándose notablemente de rojo las manos. Hurgo entre el interior sin perturbarse, haciendo sonidos nada agradables al desprender las partes internas para ir sacando órganos importantes y colocarlos sobre una de las piernas de la cabra-“Yo no tengo tanta hambre así que sírvete lo que quieras, con confianza”- dijo mientras se preparaba para cortar una de las piernas delanteras. En la cultura de Rose ofrecer las partes internas con mayor valor nutricional era una forma de hospitalidad entre invitados.-“Yo tomare lo que tú no tomes”-tenía la mirada clavada en ella, pero no era agresiva sino atenta, esperando que la dama se sirviera de la carne cruda.
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Post by Deleted on Jun 14, 2017 19:51:53 GMT
La kitsune se sobó por detrás de la cabeza mientras sonreía de lado, su estómago seguía gruñendo, muy vivaracho a pesar de no tener muchas energías por la falta de alimento. En realidad comió su almuerzo muy rápido en cuanto inició su viaje, pero eso había sido hace muchas horas atrás (casi se completaba el día) y todas las presas que daban a parar frente a ella terminaban siendo más rápidas. -¿Eh? -parpadeó sorprendida por tal amabilidad, a tal grado de que abrió mucho aquellos ojos que en su mayoría del tiempo estaban cerrados- ¿Tan fácil? Digo... -sus colitas se movieron detrás de ella, tragando saliva con fuerza al ver que Rosita la invitaba por un pedazo de aquella jugosa cabra.
Observó con curiosidad los actos siguientes que realizó su compañera, adoptando aquella forma.
-¡Eres un amor, Rosita!~ -Mifuna se tomó la cara mirando con expresión soñada a la pelirroja quien haciendo uso de sus habilidades y después de un ritual que resultó algo extraño, comenzó a partir, desmenuzar y ofrecerle el animal. Para ella fue como si le prepararan un manjar, un banquete que la hizo casi babearse encima- ¡En verdad, lo eres! ¡Toma agua! ¡Toma lo que desees!
Mifuna se acercó a Rosa entregándole la cantimplora, para después adoptar su forma de kitsune: una zorra de pelaje anaranjado, de la cual se desprendieron tanto su capa como el turbante que llevaba encima ¡Pero eso no le importó! Comenzó a comer las partecillas blandas del animal con algo de rapidez, sin sentir horror alguno de mancharse su pelaje.
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Post by Rose Bonebreaker on Jun 14, 2017 21:18:39 GMT
Apenas alcanzo a escuchar la palabra ‘fácil’ de Mifuna, la miro con incredulidad-“¿Qué? ¿Esperabas pelear por ella o algo?”-había cierto tono de burla en sus palabras, pero un poco de seriedad. No tenía idea de las costumbres de Mifuna pero era respetuosa de ellas, si su cultura le indicaba que tenía que pelear por la comida Rose estaría encantada de honrar esa tradición. Pero al parecer ese no era el caso porque ya la dama le estaba agradeciendo por la comida de manera enérgica, que la colmaran con tanta gratitud le extrañaba por lo que no pudo evitar apartarse un poco por temor a que Mifuna fuera a abrazarla o algo.-“No soy un amor. Solo hago lo que debo, no puedo dejar a un miembro de mi corte sin comer”-se encogió de hombros como si no fuera nada, pero a decir verdad le incomodaba un poco recibir un trato tan amable y entusiasta. Cuando le ofrecieron el agua se debatía entre tomarla o no, pero al final decidió aceptarla para no ser grosera-“Actúas como si te estuviera asaltando, tranquila ya y ponte a comer”-casi le exclamo con verdadera firmeza, pero no tuvo que decírselo dos veces pues la kitsune ya estaba comiendo muy a gusto. Rose no pudo evitar mirarla con una ligera sonrisa, había escuchado que los kitsunes eran seres misteriosos en la mitología, hábiles con la magia y otras artes poderosas-“Huh…”- una de sus alas para que estuviera justo encima de la kitsune para que no le pegara el sol, al mismo tiempo tenía la otra sobre ella misma cumpliendo la misma función. Decidió dejarle todos los órganos para que se llenara, corto un pedazo de muslo como si arrancara papel y comenzó a comérselo crudo mientras tomaba un poco del agua de la cantimplora, disfrutaría en silencio aquella merienda tan sangrienta.
El tiempo paso, la noche cayo y el frió del desierto se hizo notar, Rose se aseguro de destruir hasta los últimos huesos del animal, siendo esto parte de su costumbre. Sin nada mas por hacer emprendió el pesado y largo vuelo a su corte para descansar. Emprendería a la mañana siguiente camino hacia la ciudad donde mas trabajo le esperaría.
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