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Post by Deleted on Apr 24, 2017 6:51:44 GMT
Las rutas que Garkal comentaba parecían tener bastante sentido; todas efectivas pero cada una con sus pros y contras. Seguía el movimiento de su dedo, atento, imaginándose las áreas que visitarían de tomar una u otra. Pero concordaba con él; la primera ruta sonaba más segura... tal vez era un recorrido más largo pero cruzar el desierto y la jungla de Shangri Lax sonaba un poco más... hostil. Conocía a los del verano; prefería sacarles la vuelta por ahora. Sin embargo, antes de que pudiera dar su aportación, Kaira se acercaba a él con la pócima que le había dicho estaba buscando. No esperaba que el chico fuera a acercarse y colocarla sobre su piel. Con cada tacto sintió cómo su piel se crispaba y al sentir el roce de aquellos dedos sobre su rostro, dejó escapar una risilla por el cosquilleo que estaba experimentando. -Gracias- dijo aún riendo. -La pócima no es para mí... pero huele bastante bien; creo que me llevaré dos- comentó alzando sus dedos indicando la cantidad que acababa de mencionar. Su rostro se encontraba sonrojado; aunque realmente aquél enrojecimiento no se había quitado en algún momento. A estas alturas ya se había acostumbrado a la facilidad con la que le pasaba esto pero no dejaba de ser de lo más... inconveniente.
Se dirigió ahora a Garkal, aún olfateando su propio aroma. -Creo que concuerdo con lo que dices... la primer ruta me parece que es terreno más... amable, por decirlo de alguna manera-. Rió algo incómodo; no quería tirar tierra a los cortesanos del verano pero sabía lo aguerridos que podían llegar a ser. Definitivamente no quería toparse con algo así en su camino. -Y claro Kaira... Hablo por mí; pero yo soy muy paciente- se llevó una mano al pecho como para darle mayor peso a sus palabras. -Si necesitas ayuda recolectando esos ingredientes puedo ayudarte; no soy un experto en plantas pero Aesther me ha enseñado algunas cosas... Si me dices cómo lucen esos ingredientes puedo buscarlos- agregó con una sonrisa. El chico no sabía prácticamente nada de eso pero estaba dispuesto a dar lo mejor de sí; todo por una nueva aventura.
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Post by Deleted on Apr 24, 2017 16:22:40 GMT
El orco arqueó una ceja, una mezcla entre diversión y sorpresa, ante el acercamiento de Kaira a Tristán. El rojo rostro del bardo contrastaba con su pelo verdoso, lo que le daba un aspecto de tomate listo para ser cosechado, y parecía que Kaira apenas se daba cuenta del efecto que estaba produciento. Conteniendo la risa, Garkal carraspeó, llamandoles la atencion.
-Bueno... Ahora mismo no traje el violín, pero si quieren voy a comprar unas velas, o algo asi, para poner mejor la ambientación, digo, que, pff... - Intentaba contener las carcajadas, con dificultad, la taza de té bailando en su mano - Que asi Tristan, mas que conciliar el sueño, vas a terminar perdiendo el sueño, ¿no? - termino soltando una risotada, palmeandose el estómago con fuerza, quiza con demasiada, porque parte del contenido de la taza roció su hombro, y el piso. Soltando una maldicion por la quemadura, dejo la taza en el mostrador e intento secarse con su capa.
Una vez repuesto de la risa y el dolor, el orco asintió, escuchando las preocupaciones de ambos unicornios. Estaban ambos preocupados, quiza era el primer viaje de ambos, y preferían la paciencia y la planificación estructurada “Bueno, Garkal, que los lograste convencer del viaje, no presiones, no tanto”.
Pero Garkal nunca fue bueno escuchando la voz de su conciencia.
-¿Paciencia? La verdad, nunca he sido de los de esperar sentado, aunque entiendo que los ingredientes sean dificiles de encontrar... Eh, que incluso podemos hacer el viaje como dos etapas: Etapa uno: Encontrar los ingredientes, etapa dos, ir a Aqualia - Se quedo mirando el mapa durante unos segundos - Además, de seguro encontramos gran parte de los ingredientes en el Bosque de las hadas, ¿No? Si hay una planta que Aesther no conozca...- dejo la frase en el aire, aludiendo al conocimiento de la soberana
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Post by Kaira Voll on Apr 24, 2017 18:22:11 GMT
Sonrió divertido escuchando al peliverde reír por las cosquillas. — ¡Vamos, no es para tanto! — dijo riendo, la misma risa que Garkal le cortó con el comentario aquel. — ah... n-no, no es eso... — agachó la vista con las mejillas más coloradas de lo normal y las carcajadas del orco no ayudaban nada.
— Sí, bueno, muchas gracias por el ofrecimiento, lo acepto, necesitaré ayuda para poder hacer esa pocima. — carraspeó nervioso y volvió a su lugar: detrás del mostrador. — Por cierto, tengo algo para eso... — justo antes de que llegaran los chicos, él había estado preparando un remedio para las quemaduras. — Con esto te sentirás mejor... — tomó el mortero que tenía a la mano. Tomó la mano del orco y con un par de dedos untó una pequeña cantidad en el área afectada. — No fue tanto pero así dejará de arder. — dijo con una sonrisa en los labios.
La idea de hacer dos viajes le preocupaba mucho, ni siquiera sabía si podría aguantar un solo viaje pero eso ya se sabría el día en que partirían la marcha.
— ¡ah cierto!... — exclamó apresurado. — Serán dos monedas de plata... — diría al unicornio por las dos esencias para dormir.-
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Post by Deleted on Apr 25, 2017 8:56:12 GMT
Las palabras del orco lo hicieron sonrojar demasiado, se llevó una mano a la cara de pronto girándose como para fingir un estornudo. ¡Decía demasiado! Aveces detestaba ser así. -No... no- dijo aún usando sus manos como un refugio para tales comentarios. Suspiró, tratando de recobrar la compostura. Entre más lo vieran reaccionar de esa manera, seguramente que más lo molestarían. Volvió su mirada hacia el mostrador, de pronto con la mirada hacia abajo, incapaz de ver a Kaira a los ojos o incluso a Garkal. Estaba sumamente apenado. Debió de haberse aguantado la risa. Sin embargo aquél sonrojo e incomodidad dejó de existir cuando el orco se había quemado la mano, intentó buscar algo para secarlo pero éste fue más rápido y uso su propia capa para quitarse la bebida que mojaba su verde piel. Lo miró con preocupación al mismo tiempo que el otro unicornio le daba un remedio para las quemaduras.
Distraído mientras veía aquellos dedos moviéndose con suavidad sobre la quemadura, reaccionó un tanto sobresaltado al escuchar al chico exclamar tan de pronto. Cierto... qué distraído era. -Claro, claro, disculpa- decía mientras revisaba los bolsillos de sus pantalones. No tardó en encontrar el precio que había qué pagar así que sin perder más tiempo lo colocó sobre el mostrador, dejando por un rato su mano encima de las monedas. -No creas que iba a irme sin pagarte, sólo me distraje- indicó sumamente consternado. Si algo no quería que pensara el joven de él era que fuese un ladrón. Eso no.
Se volvió hacia Garkal de pronto para atender a sus sugerencias y planificaciones tan acertadas. -Mh... sí suena a algo bastante viable, mi estimado- comentó llevándose una mano a la barbilla de pronto mostrándose pensativo. -Estoy seguro que Aesther podría ayudarnos... Yo no tengo ni la más remota idea sobre plantas pero el jardín que tiene en su templo es inmenso... está lleno de hierbas que no he visto en otras partes en toda Mirovia-. Estaba seguro que su Soberana estaría más que dispuesta a ayudarlos... Eso si no intentaba pegárseles para el viaje. -Podría mandarle un mensaje con la tableta... para que la planta o lo que sea esté lista en cuanto lleguemos, así no tendremos que esperar tanto-.
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Post by Deleted on Apr 25, 2017 19:36:25 GMT
Ver a ambos uniconrios sonrojarse fue una gratificación para Garkal, se veían tan tiernos, ambos, casi faltaba nada mas las miradas de reojo, para que sea toda una cancion de amor, o al menos, así lo veía el orco. ¿Hará falta un empujón? aunque bueno, el viaje a Aqualia era largo, y hay ciertas cosas que se disfrutan mejor lento. Y en el peor de los casos, esto le estaba dando material para hacer enrojecer a Tristán de tal manera, que para el próximo baile de Primavera el pobre sería la flor mas colorada del jardín. Bien valía la pena unas cuantas quemaduras todo esto
-Tranquilo, que esta no es la peor herida que he tenido en mi vida - Dijo, Garkal, quitandole peso, aunque el unguento era bastante fresco y cómodo en su mano, por no decir las manos de Kaira. Se olió la mano, satisfecho - Incluso tiene buen olor, esto es estupendo Kaira, enserio, eres muy talentoso...- Se quedo mirando el ungüento, considerando que tan mala idea era probarlo. Dos segundos mas tarde estaba haciendo muecas, e intentando sacarse el sabor ácido de la punta de la lengua, era como sacar la lengua, pero pasandose los dientes por encima, como raspando una costra que en realidad no se iba. Despues de unos segundos, dandose cuenta que hacia el idiota, decidio cambiar de tema
-Entonces, estadiamos compdometiros con el viaje ¿Eh? -Los miro a los ojos alternadamente -Poddiamos avisadle que degamos en hum... unad dod demanad? - mientras hablaba, la lengua del orco se le iba durmiendo, y este pronto se dio cuenta - Oh. miedda, eddo ed idcomodo...Edo...como dedía, ded padede di dod paddimod ded... udod, ¿didndo? ¿duad?..du..dua-do du... - se quedó silabeando unos segundos la ultima palabra, y al final se rindió, y alzo su mano, con cuatro dedos extendidos -¿Eddod díad?
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Post by Kaira Voll on Apr 25, 2017 23:31:40 GMT
Por varios segundos el pelirrosa se quedó inmerso en sus propios pensamientos, ignorando un poco la conversación de ambos muchachos. De pronto llegó una idea a su cabeza y.., quizás no estaba tan descabellada.
- Oh, Tristán, yo sé que no, tranquilo- tomó el pago y lo metió en una caja de madera que descansaba sobre el mostrador.
Los halagos sobre la pomada, lo hacía sentir bien, el poder ayudar a los demás era la sensación más gratificante para él. — Me esfuerzo en ello... — Garkal se atrevió a lamer la pomada y el unicornio se alarmó.- — E-espera, no lo hagas... —demasiado tarde. — Ay, cariño... se te ha adormecido la lengua... por eso exactamente te dije que no lo hicieras... — sirvió un poco de agua en una tacita para ofrecerla al orco curioso.
— Entonces será en cuatro días... — apretó los labios pensativo y tras unos segundos de silencio asintió. — Claro, prepararé todo para irnos. — Observó a Tristán un poco apenado pero aún así le dedicó una calida sonrisa. — Que emocionante... —
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Post by Deleted on Apr 26, 2017 7:01:54 GMT
Tristán se encontraba sumamente confundido; de inicio no sabía lo que estaba pasando con el pobre de Garkal hasta que por fin comprendió que debía tratarse del ungüento. Por unos momentos logró aguantarse la risa pero por más que intentó no le fue posible por mucho tiempo. La risa del unicornio podía escucharse por todo el lugar. Tapó su boca tratando de someter la risa y con unos cuántos respiros necios por fin recobró la compostura. -Lo... lo siento... ay...-. En un intento de volver a un gesto más serio, talló sus ojos que comenzaron a llorarle. Era muy difícil conversar sin reírse después de haberlo oído hablar así. -Cuatro días me parece que está bien; da un tiempo suficiente para preparar lo necesario- comentó cruzándose de brazos, aún resoplando por la risa involuntaria que ya estaba logrando someter. -Pues bien... entonces, ¿dónde nos reuniremos para partir? ¿Les parecería bien la fuente central de la ciudadela?- preguntó con determinación. Debía admitirlo, estaba emocionado. Sentía algo de temor el pensar que se adentrarían a tierras tan hostiles para criaturas como ellos pero al mismo tiempo estaba entusiasmado de sólo imaginarse la cantidad de cosas nuevas que verían. Eso y que tendría tanto por contarle a Aesther.
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Post by Deleted on Apr 26, 2017 12:30:21 GMT
Si bien Kaira habia actuado con preocupación, mostrando la delicadeza y preocupación caracteristicas de él, Tristan tuvo una reaccion completamente diferente. El orco vio a su amigo intentar aguantar algo, pero la risa broto como una cascada, no fue mucho hasta que el orco tambien lo acompaño con sonoras carcajadas que hacian temblar los vidrios. Inhalando hondo, y secandose unas lágrimas de la risa, logro recomponerse
-Do, daqdilo, piede cuidado, eddade died, dolo dendo que decodad do habdad mudo - intento calmarlos, tomando unos sobros de agua para relajarse, pero al ver la cara de confundidos de ambos, intentando descifrar sus balbuseos, la risa volvió a acudir. esta vez logro recomponerse un poco mas rápido, aunque los ecos de la risa seguian en su mente -¿Do de edtedio di una mieda vedad? -Inquirió, preguntandose mentalmente como podría seguir explicando del viaje y convenciendolos en ese estado. Por suerte, ambos unicornios parecían ya estar entusiasmados, escucharlos hablar de lo emocionante del viaje le hacían recordar sus primeras escapadas. Tambien...decir que irian a pasar por el jardin de las hadas, en una de esas lograba descubrir si es que Aesther conocía Aqualia, quizá podría este año sorprenderla de verdad con una flor desconocida.
-De padeze bied da fuende dendal. Do daigo da capda, dendo una dande, domo pada odo pedodad - Al tiempo que decía el numero, exendía sus ocho dedos, para que se entendiera - vod a ved di adied mad de ude ad viade, miedad mad deamod, mad deguro
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