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Post by Kaira Voll on Apr 23, 2017 4:50:27 GMT
Los rayos del sol ni siquiera calentaban, apenas comenzaba a iluminarse un nuevo día, la hora perfecta para levantarse y arreglarse para empezar a trabajar. Con energía salió de la cama estirando un poco su menudo y pálido cuerpo, observando por la ventana de su casa el inicio de un nuevo día. Sin más, fue a ducharse y hacer todos sus rituales antes de abrir la tienda.
- Buenos días... -saludaba a sus vecinos del mercado mientras daba vuelta a un enorme letrero de madera que decía "Cerrado" para cambiarlo a "abierto". Sacó un tapete que dejó en la entrada y esperó paciente a que alguien necesitara de sus medicinas o simplemente si algún curioso iba y saludaba.
De mientras esperaría preparando un ungüento para las quemaduras por mala hierba y quemaduras.
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Post by Deleted on Apr 23, 2017 6:18:12 GMT
el aire mañanero todavía no terminaba de caldear, por lo que la pesada respiración del orco todavía generaba volutas de vapor. Iba silbando una melodía sencilla, sus dedos ociosos, tamborileaban en su costado, poco acostumbrado de no llevar sus pertenencias, pero no iba a arriesgarlas por una caminata hacia la ciudad. Con tan solo su bolso, su capa, y unas cuantas monedas para los encargos, principalmente, había uno en mente, uno que necesitaba para el proximo viaje: Una pocion de respirar bajo el agua. Bueno, eso, y un hilo para coser, su capa ya estaba teniendo unos desgarrones, y no podía estar impresentable frente a su Soberana. O sin la capa, lo había intentado ya una vez.
Las calles de interminables negocios se extendía ante sus pasos, pero Garkal ya tenía una botica en mente que podía visitar. En caso de que tenga la pocion, pues voy a un paso cerca de ir a Aqualia, en caso de que no la tenga, entonces lo puedo intentar convencer a que me ayude a ir a Aqualia, en todo caso, es un ganar ganar . Con esos pensamientos, y una sonrisa en el rostro, puso sus pies sobre el tapete, se limpio los pies, cuadro sus hombros, respiro hondo, y abrio la puerta fuertemente.
¡Salud a la Casa! ¿Habran pociones de respirar bajo el agua?-
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Post by Kaira Voll on Apr 23, 2017 15:51:29 GMT
La mañana parecía tranquila, y lo mejor, era muy agradable el trinar de los pájaros por la ventana ¡qué buen día! Había terminado su ungüento, solo necesitaba vaciarlo en frascos para el consumo de sus clientes. Justo estaba en ello cuando escuchó a alguien entrar, la campanita de la puerta anunciaba la entrada de un cliente.
— ¡Buen día! — recibió al enorme orco tras el mostrador. Su pregunta lo dejó un poco desubicado; con una apacible sonrisa, tomó una tetera y la llenó de agua justo para ponerla a hervir.- ¿Por qué no tomas asiento? — le ofreció con cortesía, señalandole un banquito cerca del mostrador donde se encontraba él mismo. — ¿Vienes de muy lejos? — le miró aún con esa sonrisa tranquila dibujada en su rostro. — Bueno, quizás no vengas de muy lejos pero sí tienes planeado ir a alguna aventura marina. ¿Eres de los chicos que quieren ir a Aqualia, cierto? — Comentó sirviendo unas hierbas en una taza de porcelana.
En cuanto terminara de preparar la mezcla de hierbas aromáticas, saldría de su lugar para ir a un enorme estante en la pared de la tienda y buscar lo que parecían algunos libros. Tomó una escalerilla para subir y así buscar dos pares de enormes y pesados libros, no podía con ellos pero le daba un poco de vergüenza pedirle ayuda a un cliente, después de todo él está ahí para servirles, no al revés.
— Te voy a ser sincero... — comentó desde arriba intentando bajar con cuidado de no caer y no dejar caer los viejos libros. — Nunca he preparado una poción así.... pero algo he de encontrar si existe algo como eso. Solo dame un minuto... — hablaba con esfuerzo para no morir en el intento de bajar. La tetera comenzaba a hacer ruido sobre el fuego.
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Post by Deleted on Apr 23, 2017 17:18:59 GMT
Llevaba varios días fuera de los terrenos de la Primavera; era tiempo de que saliera a empaparse de nuevas historias para entretener a su soberana. Sentía que estaba comenzando a aburrirla un poco. La ciudadela siempre era un buen lugar para empezar a rastrear relatos interesantes; nunca faltaba el típico gladiador moribundo de Draconia o el incubo con corazón roto de Reapergate. Fuera cual fuera el caso, Tristán estaba listo para parar bien la oreja y recordar todo: palabra por palabra. Pasó por el mercado que apenas comenzaba por cobrar vida; aún era temprano. Sin embargo, un lugar llamó su atención: "La Botica". Sonrió al recordar la conversación tan divertida que había tenido con otros por medio de la tableta. Ir a Aqualia sonaba como un disparate, pero ahora que lo pensaba, podría encontrar algo de utilidad en aquél sitio.
El local no se encontraba vacío, había otro cliente, un orco que no había visto antes y una persona muy hermosa. Inevitablemente Tristán se sonrojó un poco, sintiéndose algo intimidado al estar frente a alguien tan bello.Sin embargo, eso no era suficiente para dejarlo con la boca cerrada. -¡Buenos días!- exclamó esperando no interrumpir. Tomó la correa de su mochila y arpa que cruzaba por el pecho. Se dio cuenta de quien atendía estaba batallando con dos grandes libros mientras intentaba bajar con seguridad la escalera. Sin permiso, se acercó, sosteniendo la escalerilla y estirando su mano para tomar del antebrazo a aquella persona desconocida. -No vaya a tirarme el libro encima- bromeó mientras esperaba a que bajara. Por un momento, sus ojos se pasearon por el establecimiento; muy bonito y lleno de botecitos que contenían sustancias que sólo despertaban la curiosidad del unicornio. ¿Qué tanto habría en ellos?
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Post by Deleted on Apr 23, 2017 17:50:46 GMT
((OOC: Que va, todo bien, al menos de mi parte... Aunque admito que justo escribiste cuando estaba escribiendo, a si que tuve que reescribir un poco .D ))
El interior de la botica tenía una calidez de hogar, y la prescencia hospitalaria de su dueño era como un hechizo relajante. Casi sin darse cuenta, Garkal sonrió tambien, los colmillos asomando alegres por su labio inferior. Se intentó acomodar en el banquito mientras se encendía el fuego de la tetera -No, de muy lejos no vengo, vivo a un par de horas, en un pueblo calmado en los Plantíos, aunque sí soy un poco trotamundos - Admitió, una risa creciendo en su pecho - Me has pillado, mi proximo viaje va a ser a Aqualia, ando en busca de una flor especial, para una persona especial. Y si existen flores creciendo bajo el mar, tienen que ser especiales a la fuerza, no crees?
La infusión empezaba a calentar, y el orco agradeció el calor que brindaba acercar sus manos al fuego. Aprovechando que su anfitrión le estaba dando la espalda, buscando la escalerilla, para poder darle un mejor vistazo. Tenía un aire a brisa de verano, de esas que te sorprenden cuando va cayendo el sol, a los pies de un árbol, un aire que hablaba de paz y de sueños, y de siestas reponedoras al aroma de los brotes de hojas. Quiza se había quedado un poco prendido, pero alcanzo a reaccionar cuando lo vio cargando con un par de libros que bien podían ser paquetes de lardillos, por el tamaño que tenían.
-Eh, espera, dejame echarte una mano o dos con esas cosas, vamos - Se incorporó de su banquillo, acercandose para ayudarle, pero la puerta se abrió antes de que pudiera cruzar la distancia, y entró un arcano, de pelo verde, como hojas de un arbusto y un arpa cruzando su espalda. Los segundos que Garkal se demoró en reaccionar fueron ocupados por su memoria, que corría a toda prisa intentando recordar de que le sonaba tanto el rostro de esta persona. ¿Quiza de unos bailes en la corte de Primavera? tenía pinta de bardo como el, sin duda. Al final, logró espabilar, acercandose por el otro costado, y tomando uno de los libros, para luego apoyarlo en el mostrador.
Esperó a que el joven bajara comodamente de la escalera, antes de retomar el tema.
-Tranquilo, si aparece en algun lado, de seguro que es en estos libros gigantes - le sonrió - además, imagina si no existe la pocion para respirar bajo el agua, podrías incluso inventarla, y aprovechar de darle un buen sabor, además. Por cierto -Se dio la vuelta hacia el recien llegado - Un gusto, Garkal Thelnak, bardo, trotamundos, y estrella creciente de Mirovia,o al menos eso me gusta decir de mi, probablemente vayas a escuchar de mi, en el futuro ... aunque solo sea de mis propios labios -añadió por lo bajo.
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Post by Kaira Voll on Apr 23, 2017 18:25:14 GMT
La campanita de la puerta anunció la llegada de otro posible cliente. — ¡bienvenido! -Exclamó aún haciendo un esfuerzo por no resbalar. En cuanto el peliverde le ofreciera su ayuda, éste se sonrojaria, que vergüenza.— Muchisimas gracias... tehehe... n-no lo haré, los tengo bien agarrados. -respondió un poco nervioso porque lo que dijo no era del todo cierto, tanto así que uno de los libros cayó en cuanto terminó la oración.— Bueno... no tanto... - diría para rapido agacharse y levantarlo.-
Dejando los libros en la mesa se dirigió a Garkal sonriente como antes, era una persona muy agradable, a pesar de tener semejantes colmillos. — Entonces es una enamorada... bueno, veré que puedo hacer... -respondió amable al orco. Antes de buscar alguna solución al problema del viaje a Aqualia, preparó otra taza con hierbas y las rellenó con el agua caliente, ya había hervido, pues la tetera había empezado a pitar. Ambas tazas las ofreció a sus clientes. Era una infusión de hierbas aromáticas y flores. — Esperen un poco para que se haga la infusión. Si quieren un poco de miel para endulzar... — les acercó un tarrito con miel.
— Un gusto Garkal, me alegra conocer gente tan agradable... — agregó dedicandole una mirada a Tristán. — Por cierto, si lo que buscas no está en los estantes puedes preguntar y seguro te podré ayudar. - agregó amable.
Sin más, tomó uno de los libros y comenzó a buscar, seguro tendría que haber algo. — Eso del viaje a Aqualia suena muy emocionante, espero poder ayudar en esa aventura, de regreso me traen algo bonito — bromeó.
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Post by Deleted on Apr 23, 2017 18:45:56 GMT
Le sonrió al chico cuando éste le aseguró que no se le caería ningún libro pero comenzó a reír cuando uno de ellos tocó el suelo. Levantó la cabeza cuando escuchó la voz del otro cliente; por supuesto... qué grosero, lo había olvidado. -Ah mucho gusto Garkal, yo soy Tristán Baltroze- comentó rascando la base de su nuca, sonrojándose aún más por haber ignorado al orco. Estaba tan atento a los movimientos del dependiente de la botica que se le habían olvidado sus modales. -Soy Bardo en la Corte de la Primavera y ahora que lo pienso... Me resulta familiar tu nombre, ¿has estado de visita antes?- comentó arqueando las cejas mientras caminaba hacia él para colocarse a su lado, detrás del mostrador donde tradicionalmente deberían encontrarse los clientes. Dejó escapar otra risa para darle una palmada al orco. -¡Vamos! ¡No seas tan duro contigo mismo, seguro que te harás de un gran nombre si tienes el deseo de ser una estrella que estoy seguro, ya lo eres!- los ánimos de Tristán no venían de un lugar vacío. El chico genuinamente creía en que todo podía lograrse con suficiente determinación y disciplina.
Se quedó callado observando los gráciles movimientos del dependiente que hablaba algo sobre "una enamorada". Recargó su codo sobre el aparador, asegurándose de hacerlo sobre un área donde no hubiera cristal. Apoyó su mejilla contra su mano mientras observaba lo que se encontraba en el mostrador, esperando a que Garkal fuera atendido primero. Sin embargo, sus ojos se alzaron con el sonido de una palabra en particular: Aqualia. Debía ser coincidencia... tal vez. -¿Alguien tiene planeado ir a la ciudad debajo del agua?- preguntó con un brillo en sus rosados ojos. Admitía que ir a tal sitio le daba un ligero escalofrío que le crispaban los cabellos de la espalda pero la idea de escuchar historias completamente nuevas era sumamente atractivo para el chico.
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Post by Deleted on Apr 23, 2017 19:36:13 GMT
-¿Tristan?- El rostro de Garkal se iluminó -¡ Con razón me sonabas conocido! aunque me sorprende verte, ya sabes ...- Hizo un gesto vago con la mano, buscando las palabras adecuadas - ...¿Descornado? ¿Sellado? ya sabes, sin como, las cualidades... que... ¿Me recuerdas, no? - se apresuró en cambiar el tema, al darse cuenta que estaba simplemente dando tumbos - ¿ Primavera antepasada? ¿Inenté hacer una barbacoa para la fiesta y casi me hechan? ¿el tipo que cada año intenta llevarle una fl..anción, una canción nueva a Aesther?- Tuvo que reponerse y patinar intentando que no se le escape lo de la flor, al menos, no de momento. No es por la verguenza de la busqueda, sino que despues del comentario de la "enamorada", bien se puede malinterpretar, a si que mejor dejar eso en claro primero con el dueño de la tienda. no vayan a surgir habladurías de un orco perdidamente enamorado. Y a saber lo que podrían pensar los otros miembros de la corte de Primavera si lo malinterpretan
-No es exactamente una enamorada, bueno, bien puede estar enamorada, pero no por eso es especial ¿sabes? no se necesita enamorarse para reconocer que una persona es especial - Sonrió estirandose a coger la taza, y al escuchar el comentario de la miel, le guiñó -Tranquila, la tomo sin miel o azucar, ya soy suficientemente dulce de por sí. Aunque tomo nota, si encuentro la flor que ando buscando, serás la primera persona en escuchar de ella... en parte, porque mejor afino los versos antes de mostrarlos a la corte- bromeó, notaba que estaba algo desanimado, como si le faltara un poco de emocion de la vida. ¿Podría convencerlo de viajar con él? por suerte, parecía que tristan le daba el pie perfecto.
-En efecto, Tristan. Voy a ir a Aqualia, en busca de una flor acuática, ¡una flor que ningun otro ojo haya observado antes!- Alzo el puño,marcando sus palabras, y deseando que no se viera totalmente cómico aquel arrebato de pasión -¿Que dices, Tristán, te unes a la aventura? ¿Y tu Kaira? Imagina los reagentes que podrás encontrar para las pociones allá afuera
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Post by Kaira Voll on Apr 23, 2017 20:24:51 GMT
— Disculpa, a veces tiendo a malinterpretar las palabras, un romantico como yo siempre quiere la felicidad de las parejas — le sonreiría al orco después de que aclarara que no se trataba de una enamorada, más bien alguien muy querido por él. — Igual, es un lindo gesto, seguro esa persona lo apreciará — ya quisiera tener alguien detallista junto. Observó al unicornio y le sonrió un poc timido, con que era el otro muchacho con el que estuvo conversando el otro día con la tableta arcana. — Un gusto, Tristán... Gracias por venir. — Me parece una idea un poco .... ¿interesante? el ir hasta allá y conocer un lugar tan enigmatico para nosotros. — hablaba con los ojos irradiando anhelo, sobretodo por la cantidad de cosas que podría encontrar ahí. — Pero si les soy sincero, a mi me preocupa un poco dejar este lugar, no soy del tipo aventurero. —
Los escuchaba hablar mientras leia una página del libro, al parecer sí era posible realizar algo como lo que tenían en mente pero por la lista de ingredientes no era nada fácil. — Chicos, miren, creo que es posible realizar una pócima que permita respirar bajo el agua... aunque no ha sido probada... — señaló con su dedo indice la receta para la poción. — Al parecer no será fácil. Necesitamos un tipo de alga que se encuentra en las profundidades del oceano, entre otras cosas. — Los miró intercaladamente. — ¿Cómo haremos eso? —
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Post by Deleted on Apr 23, 2017 22:27:43 GMT
Tristán, aún recargado sobre el mostrador escuchaba al orco mientras se mostraba sorprendido. No era extraño que la gente no le reconociera a veces sin su cuerno... era uno de sus factores más característicos. Sólo se rió, enderezándose un poco, aún dejando una de sus manos recargada sobre el aparador. -Sí bueno, es algo valioso para algunos vendedores, mejor no darles tentaciones, ¿cierto?- preguntó Tristán para girarse y mirar al chico de la tienda, no sin antes guiñarle un ojo. Gracias a su Agudeza Extrasensorial podía percibir la raza de aquél jovencito.
Se llevó una mano a la barbilla mientras escuchaba a Garkal relatar sobre su última visita a la Corte de la Primavera; vaya que ya lo recordaba mejor. Chasqueó con los dedos como quien acaba de tener un chispazo en la cabeza. -¡Claro! Es cierto... Aesther disfruta mucho de tus visitas, Garkal- "Mucho, tal vez mucho" pensó sintiéndose un poco celoso de que alguien pudiera entretener más a su Soberana pero inmediatamente ese pensamiento negativo abandonó su mente y le sonrió al orco. -Recuerdo muy bien tu relato volando con aquél fénix; es una de las historias favoritas de Aesther- indicó recordando con ternura la sonrisa de su amiga.
Se quedó callado mientras Garkal volvía a conversar con el chico de la tienda sobre lo que compraría; esperaría paciente puesto que él también deseaba comprar algo muy importante. Sin embargo, la conversación parecía dirigirse de nuevo hacia la ciudad de Aqualia, lo cual le hizo entrar en otra epifanía. -¡Claro! ¡Pero si son ustedes con quienes he estado hablando por la tableta arcana todo este tiempo!- exclamó llevándose una mano a la cabeza sintiéndose un poco tonto de no haber caído en cuenta antes. -Supongo que sí es un tanto... intimidante ir a un lugar como ese pero he de admitir que me da muchísima curiosidad- comentó apoyándose de nuevo contra el mostrador, intercambiando miradas con los dos presentes. -Honestamente... yo no tengo idea de cómo podríamos empezar para elaborar una pócima como esta. Tú eres el experto, ¿Kaira, cierto?-. Miró a aquella criatura a los ojos, perdiéndose un poco por la belleza de su rostro.
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Post by Deleted on Apr 23, 2017 23:25:41 GMT
El comentario de Tristan, y el gesto que le hizo a Kaira, fueron como si una chispa, o una ampolleta, se encendiera en su mente. ¿Era entonces, Kaira, un unicornio tambien? calzaba con el aura de paz que daba a su alrededor, por no añadir su encanto natural. No pudo evitar si, una punzada de celos, o quiza, de remembranza, encontrarse con uno similar a el era difícil por los bosques y los campos. "Debería visitar a mi clan un día de estos" se prometió, aunque en el fondo, sabía que el ansia del aventura le haría olvidarlo apenas comenzara el viaje. Defintivamente, con un poco de compañía, el viaje sería mucho mas ameno, y por ello, Garkal había escogido esta botica en específico: para conseguir un compañero de viaje
-No existe tal cosa como el "tipo aventurero" - el orco puso un acento pedagógico, extendió su mano, y lentamente alzó dos dedos, mientras hablaba - Existen aquellos que viven la vida, y aquellos que solo necesitan un empujón y sigue adelante - Se quedo mirando los dedos, sintiendo que faltaba algo, y luego empezo a enumerar, perdiendo completamente el serio acento -Bueno, igual estan los Hombres Lobo, que tienen su empujon una vez al mes, y los Vampiros, y los Seres de Luz, que no se que hacen por su vida, y los Elfos, y los Minotauros, que no se con que se empujan, y bueno, Arcanos en general y...- Se quedo mirando sus dos manos, con los ocho dedos extendidos unos segundos - A lo que iba, que solo se necesita un empujon, un motivo, y la aventura sale sola!
Su optimismo quedo en el aire un par de segundos, como un chiste que queda a medio contar, y las carcajadas se demoran demasiado en salir. Kaira ojeaba el libro, concentrado en buscar la pócima, y Tristán estaba con un aire concentrado mirándolos alternadamente, sus ojos abriendose lentamente mientras el reconicmiento entraba en su mente. Garkal casi suelta una carcajada ante la sorpresa, ¿Acaso era el único que se fijaba en los nombres de las tiendas,y los nombres que salían en la tableta? Aprovechando que Kaira todavía estaba enfrascado en el libro, se acercó a la oreja de Tristán, para susurrarle en secreto -En realidad, todo es un plan para convencer a Kaira que salga de viaje, que siento que bien le hace falta, ¿te sumas?-
No alcanzó a escuchar la respuesta antes que su anfitrión alzara su rostro, y comentara las dificultades de hacer la poción. ¿Una planta que solo crecía en el mar? A Garkal eso le sonó como la perfecta llamada.
-Eh, que todo aca esta encajando perfectamente! ¿No lo ven? viajamos a las orillas del mar, encontramos los ingredientes, Kaira practica para realizar las pócimas, nadamos a Aqualia, y volvemos con los ingredientes para hacer pociones para respirar bajo el agua, y un relato de una flor desconocida - La sangre le empezaba a hervir con la emocion del viaje, y ya apenas podía quedarse quieto. Inspiro hondo, bajo la postura, y ocupo su mejor voz de declamador -¡Imaginaos: El alquimista viajero, explorador de las profundidades, dominador del oceano, con un conocimiento que rivaliza con el soberano de otoño, y una belleza que rivaliza con la soberana de la primavera, inigualable, insuperable, es Kaaaaira! -La pantomimia termino con el orco presentando a Kaira, brazos extendidos, frente a un imaginario público - ¡eeeh! ¡Kaira! ¡wooo!
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Post by Kaira Voll on Apr 23, 2017 23:57:59 GMT
— La señorita Aesther tiene muy buen gusto en todo, no me sorprende que le gusten tanto los relatos del joven Garkal — agregó a la conversación la conversación que tenían los chicos. Sin dejar de ponerles atención, se agachó detrás del mostrador y sacó un pergamino, una pluma y un tintero. — ¿Apenas te das cuenta? — dijo riendo sin siquiera verle, ya el guiño le había hecho revolotear el estomago, sobretodo porque el pelinegro no era nada feo. — Pensé que por eso estabas aquí, ¿Ayer los invité, cierto? — levantó la vista y sonrió de manera boba a ambos muchachos, estaba contento de tenerlos ahí. Sin más, comenzó a copiar la lista de ingredientes del libro, porque, si se irían de viaje no iba a permitir que estropearan su libros de herbolaria, menos si tenían que ir a bucear por los ingredientes.
Tras escuchar a Garkal sobre sumarse a la aventura se ruborizó, él no era muy apto para viajes tan largos pero, el solo escucharlo, esa chispa dentro de él se encendía con cada palabra del orco. — Q-quizás... p-pueda hacer un intento... — agachó la vista viendo sus propias manos mientras sentía su cara arder de la vergüenza y claro, por su tez tan blanca era notorio que estaba ruborizado. — ¿Cuando partiríamos y hacia donde nos dirigiríamos? — los miró ahora con la angustia de no saber qué llevar o como prepararse para un viaje tan largo.
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Post by Deleted on Apr 24, 2017 0:55:21 GMT
La manera en que Garkal hablaba era de lo más atrayente, no por algo era tan entretenido para Aesther; tenía sentido. Le parecía muy gracioso lo que decía, especialmente la parte en la que dijo que "no sabía lo que los Seres de Luz hacían con su vida". La risa se le salió inevitablemente en ese momento. Por supuesto, no se sintió ofendido en lo más mínimo. Siendo él un ser de luz, se sabía no tan competitivo como las otras razas, por lo que no tomó ningún tipo de ofensa por aquellas palabras. En silencio, movía su cabeza tomando como ciertas las palabras del orco. En definitiva, habían veces en las que uno debía tomar un gran salto. Apoyó más el peso de su cuerpo contra la mano que tenía sobre el aparador, poniendo la otra sobre su cintura, mirando con aprobación a Garkal.
Se sintió algo apenado por no haberse dado cuenta antes por lo que sólo se encogió de hombros, mirando a Kaira quien les sonreía a ambos. -Yo llegué aquí por coincidencia en realidad. Vengo a buscar otro tipo de pócima- indicó. -Algo que ayude a dormir plácidamente por las noches... de preferencia que te den buenos sueños-.
El orco se acercó a él, susurrándole algo como para que Kaira no lo escuchara. Esperaba que el chico no poseyera Agudeza Sensorial o de lo contrario lo escucharía sin ningún problema. Le dedicó una sonrisa antes de mirar de reojo al chico que se encontraba aún agachado buscando algunas cosas. Parecía que Garkal estaba sumamente dedicado a hacer al chico unicornio salir de su capullo; observaba divertido aquél ímpetu tan fuerte con el que le echaba tantas porras. Al verlo vitorear con tanto júbilo, dejó escapar una risa mientras cubría su boca.
Su rostro se tornó un tanto serio al ver cómo Kaira parecía haberse convencido de tal viaje; lo veía dubitativo pero menos renuente que antes. Al verlo sonrojarse se sonrojó él también; qué vergüenza. -Yo... pues no tengo idea; jamás he viajado aunque Aqualia se encuentra relativamente cerca del Bosque de las Hadas... podríamos tomar ese camino-. Para empezar no tenía ni idea cómo es que entrarían a Aqualia de ir en realidad... ¿sería aquello posible? No estaba totalmente seguro, sin embargo, ansiaba por tener cosas nuevas qué contarle a Aesther.
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Post by Deleted on Apr 24, 2017 1:27:10 GMT
Mientras Kaira escribía una larga lista de ingredientes, probablemente los necesarios para el viaje, el orco se quedo absorto mirando a la lista. Nunca fue el mas rápido de la lectura, quiza su insercion tardía a esta fue la culpa, y la rapidez con la que el dueño de la tienda escribía los glifos en cierta manera era hipnotizante. Apenas cuando Tristan anunció que buscaba salio de su trance, ¿una pócima para dormir? quiza habían pesadillas que poblaban la mente del unicornio. Penso en sugerirle canciones de cuna, pero incluso él reconocia que habia temas de los que mejor no bromear.
Al menos, no estando sobrio.
De todas maneras, con el hecho de sacar una sonrisa, las cosas se podían poner fáciles. Al menos Tristán se rió con su burda improvisación, sin embargo, el rostro de Kaira estaba totalmente rojo. Quiza habia empujado demasiado al chico, aunque al alzar el rostro, pudo ver esa chispa, la semilla de la aventura plantada en su interior, tras la capa de la angustia y la duda. Ya había sido el fuego, ahora tenía que ser la roca, la firmeza, el experto.
- Conozco dos rutas, espera -Rebuscó entre su bolso hasta encontrar un mapa, algo gastado,y con varias lineas encima, pero todavía parcialmente legible - La primera, como lo mencionó Tristan, es ir por los plantíos, llegar al bosque de las hadas, hasta la península entre el bosque y Shangri Lax. - Dibujó con el dedo la ruta - Es larga, pero certera, y quizas en el bosque podamos encontrar una nayade, o una sirena en la corte que nos ayude. La otra ruta - Su dedo se acercó al desierto - Es cruzando el desierto, hasta Shangri Lax, y de ahí directo a Aqualia. Preferiría la primera ruta, aunque estoy abierto a sugerencias.
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Post by Kaira Voll on Apr 24, 2017 6:14:28 GMT
Se apartó del mostrador para ir al anaquel donde guardaba unos frascos con remedos y esencias. Subió un banquito y tomó una botella de lo más alto del estante. — Esta te ayudará para lo que buscas... — diría volviendo donde Tristán. — Es una mezcla de Jazmín, lavanda y rosas que te ayudarán para relajarte y conciliar el sueño. - Destapó el corcho del frasco y empapó su dedo indice con un poco de la fragancia.- Debes ponerlo... justo... aquí... y aquí... — aplicó un poco en el cuello del unicornio, muy cerca del mentón, una aplicación de cada lado. — También puedes rociar un poco en tu almohada si necesitas un mayor efecto.—
— ¿No será peligroso, cierto? — lo que él menos deseaba era que pasara algo malo durante el trayecto a la ciudad de las profundidades. Atento, observaría el enorme dedo de Garkal dibujar una ruta imaginaria sobre un mapa. — Bueno, pero recuerden, aún no tenemos los ingredientes para intentar preparar esa poción, así que hay que ser pacientes y planear las cosas bien. — la idea del viaje le emocionaba pero aún tenía sus dudas, pero confiaría en ellos.... no se veían como si fueran malas personas.
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