Post by Khorial Ruststeel on Jun 13, 2017 5:47:20 GMT
Aquel dia fue curioso, no daba mas, mis pies dolian, mi vista se nublaba. ¿Que iba a ser de mi? Exiliado de mi propio pueblo, por mi propio padre, con una Herida que poco a poco filtraba mi sangre de mi cuerpo, cai al suelo, sin saber donde estaba. ¿Era mi fin? Eso parecia, o eso creia... hasta que escuche algo, una voz, entre la poca consiencia que me quedaba, pude escucharla.
''¡Oh dios mio! ¿Que te ha pasado?, debo llevarte a mi casa, no puedes quedarte aqui...!''
Aquellas palabras, puedo recordarlas con tal claridad, tan exactas, tan... esperanzadoras, cuando perdi por completo el conocimiento. Al despertar, no sabia donde me encontraba. ¿Una cama? por alguna razon, me encontraba ahi, vendado y con mi herida tratada. ¿Quien habia hecho el gesto de salvarme de aquella miserable muerte? No podia pensar con claridad, todos esos dias vagando por el desierto no me lo permitian, hasta que escuche el sonido de la puerta abriendose, y vi a un anciano entrando por la puerta.
-Oh, te has despertado, Joven. ¿Como te sientes?.- El anciano dijo con un tono alegre, mientras mostraba una mirada de cierto alivio.
-Yo... me encuentro bien... ¿Usted me ayudo...? Si es asi, te de verdad se lo agradezco, si hay algun modo de pagarselo... yo...- Ahora que lo pensaba, no tenia dinero, ni un Mirvo con que pagarle al anciano... ¿Que iba a hacer? pero el anciano me interumpio.
-No necesitas pagarme, Joven, yo solo te ayude porque te veias mal, cualquiera lo hubiera hecho ohohoh, ¿Donde vives por cierto? podria llevarte si te has perdido en el Desierto, cosa que no es rara...- El anciano me dijo de forma animada, como si de verdad quisiera ayudarme, pero yo...
-No, yo... no tengo donde volver... pero no se preocupe, no sere mucha molestia, me ire en cuanto pueda caminar...- Aquel anciano habia sido alguien muy amable, pero no queria ser una carga para el, al menos eso crei.
-Ya se como puedes pagarme entonces, conviertete en mi aprendiz, soy un Herrero, y quiero que alguien pueda cuidar de mi Herreria cuando yo no este, que dice?...- Esas fueron las palabras que me dieron esperanza... aquella simple petición cambio totalmente mi vida.
Era feliz, ensayo, y error, ensayo, y error, una y otra vez, durante los primeros meses. ''No, no, no, asi no! mira, es de esta forma...'' Todos los dias, durante casi 4 meses, practicando como nadie, para aprender todo de aquel trabajo, pero a pesar del esfuerzo, me sentia vivo, mi herida habia cicatrizado, y la del corazon tambien... luego de todos aquello, porfin pude forjar mi primer arma que valio la pena, era una simple espada, pero para mi, significaba que mi esfuerzo dio frutos. Segui practicando, forjando, errando, y aprendiendo, la cara de felicidad de aquel anciano... Caín, mi maestro, al ver mi habilidad puliendose cada vez mas, me daban una dicha increible, y el, en recompensa, me otorgo su mejor arma jamas forjada, una espada llamada Gladius, hasta el dia de hoy, la conservo como mi tesoro, y jamas he podido replicar o crear un arma como esa, todo era increible, mi felicidad, era inigualable... hasta que aquello ocurrio.
Caín enfermo, gravemente, y no se recuperaba, busque, y busque por todos lados, incluso en Reapergate, a quien pudiera ayudarlo, pero nadie podia, su enfermedad era incurable, y lo estaba matando lentamente. Cerre la Herreria durante ese tiempo, pase cada minuto con el, cada segundo de lo que restaba de su vida, hablabamos, reiamos... llorabamos, hasta que un dia, su enfermedad llego al punto critico, y esas ultimas palabras, sellaron su boca para siempre... ''Debes encontrar a aquella persona que haga tu mundo diferente en tan solo unos momentos... y veras, que la felicidad llegara por si sola.''
Solo habia una cosa que podia hacer, se lo prometi a Caín, cuidaria su Herreria, y seguiria con su trabajo, era la razon por la que estaba vivo, mi razon de vivir, y lo sigue siendo...
-Si aun me estas viendo, Maestro... que sepas que este lugar seguira en pie, porque este fue el lugar donde renaci, el lugar donde me diste una esperanza... este es Tu Legado.
''¡Oh dios mio! ¿Que te ha pasado?, debo llevarte a mi casa, no puedes quedarte aqui...!''
Aquellas palabras, puedo recordarlas con tal claridad, tan exactas, tan... esperanzadoras, cuando perdi por completo el conocimiento. Al despertar, no sabia donde me encontraba. ¿Una cama? por alguna razon, me encontraba ahi, vendado y con mi herida tratada. ¿Quien habia hecho el gesto de salvarme de aquella miserable muerte? No podia pensar con claridad, todos esos dias vagando por el desierto no me lo permitian, hasta que escuche el sonido de la puerta abriendose, y vi a un anciano entrando por la puerta.
-Oh, te has despertado, Joven. ¿Como te sientes?.- El anciano dijo con un tono alegre, mientras mostraba una mirada de cierto alivio.
-Yo... me encuentro bien... ¿Usted me ayudo...? Si es asi, te de verdad se lo agradezco, si hay algun modo de pagarselo... yo...- Ahora que lo pensaba, no tenia dinero, ni un Mirvo con que pagarle al anciano... ¿Que iba a hacer? pero el anciano me interumpio.
-No necesitas pagarme, Joven, yo solo te ayude porque te veias mal, cualquiera lo hubiera hecho ohohoh, ¿Donde vives por cierto? podria llevarte si te has perdido en el Desierto, cosa que no es rara...- El anciano me dijo de forma animada, como si de verdad quisiera ayudarme, pero yo...
-No, yo... no tengo donde volver... pero no se preocupe, no sere mucha molestia, me ire en cuanto pueda caminar...- Aquel anciano habia sido alguien muy amable, pero no queria ser una carga para el, al menos eso crei.
-Ya se como puedes pagarme entonces, conviertete en mi aprendiz, soy un Herrero, y quiero que alguien pueda cuidar de mi Herreria cuando yo no este, que dice?...- Esas fueron las palabras que me dieron esperanza... aquella simple petición cambio totalmente mi vida.
Era feliz, ensayo, y error, ensayo, y error, una y otra vez, durante los primeros meses. ''No, no, no, asi no! mira, es de esta forma...'' Todos los dias, durante casi 4 meses, practicando como nadie, para aprender todo de aquel trabajo, pero a pesar del esfuerzo, me sentia vivo, mi herida habia cicatrizado, y la del corazon tambien... luego de todos aquello, porfin pude forjar mi primer arma que valio la pena, era una simple espada, pero para mi, significaba que mi esfuerzo dio frutos. Segui practicando, forjando, errando, y aprendiendo, la cara de felicidad de aquel anciano... Caín, mi maestro, al ver mi habilidad puliendose cada vez mas, me daban una dicha increible, y el, en recompensa, me otorgo su mejor arma jamas forjada, una espada llamada Gladius, hasta el dia de hoy, la conservo como mi tesoro, y jamas he podido replicar o crear un arma como esa, todo era increible, mi felicidad, era inigualable... hasta que aquello ocurrio.
Caín enfermo, gravemente, y no se recuperaba, busque, y busque por todos lados, incluso en Reapergate, a quien pudiera ayudarlo, pero nadie podia, su enfermedad era incurable, y lo estaba matando lentamente. Cerre la Herreria durante ese tiempo, pase cada minuto con el, cada segundo de lo que restaba de su vida, hablabamos, reiamos... llorabamos, hasta que un dia, su enfermedad llego al punto critico, y esas ultimas palabras, sellaron su boca para siempre... ''Debes encontrar a aquella persona que haga tu mundo diferente en tan solo unos momentos... y veras, que la felicidad llegara por si sola.''
Solo habia una cosa que podia hacer, se lo prometi a Caín, cuidaria su Herreria, y seguiria con su trabajo, era la razon por la que estaba vivo, mi razon de vivir, y lo sigue siendo...
-Si aun me estas viendo, Maestro... que sepas que este lugar seguira en pie, porque este fue el lugar donde renaci, el lugar donde me diste una esperanza... este es Tu Legado.