Inesperado Priv. (Skye-Noitye) FINALIZADO

La fila de dientes estaban aferrando dos presas de delfines, sentía algo de pena ya que podía estar matando algún amigo de las sirenas y por su mente solamente había aparecido su amiga Tsuyume. Por ello decidió no darles tanto sufrimiento (cosa que hacía siempre ya que no podía hacer el mismo juego como las orcas) y engullirlas de manera rápida. Había pensado que su desayuno era lo suficiente, pero eran criaturas para su gusto muy pequeñas a pesar de ser adultas. Continuó nadando hasta toparse con un tiburón el cual tuvo que sufrir aquella mordida. Era uno común y estaba con la guardia baja mientras se enfocaba en cazar algún animal para sí mismo. El ciclo de la vida continuaba.

Como era de mañana suponía que no habría nadie en la playa, así que tomó valor para subir a la superficie. Visualizó unas rocas en las cuales podría comer tranquilamente mientras comía con más tranquilidad su comida. Primero que nada retiró la cabeza del agua y observar la altura de la roca y volvió a ingresar y a cierta distancia, tomar impulsó para dar un salto. Un sonido seco pero grave. Su estomago había hecho impacto contra la roca la cual, gracias a los océanos estaba desgastada y la piedra era algo lisa, así que no había lastimado para nada a la gran criatura. Tuvo que imitar a las morsas o focas en su movimiento para acomodarse mejor en la roca y tener su cuerpo completo disfrutando de los rayos del sol. Los había extrañado, aquel calor en su piel escamosa, y aquellos rayos que lograban darle más color a sus escamas rojas y azules.

Dejó al tiburón en la roca mientras se disponía de continuar con su desayuno. La sangre chorreaba un poco y se escapaba entre sus dientes. Había roto el cuerpo del tiburón dándole una muerte instantánea y así poder disfrutar cada parte de su cuerpo. Miró para otro lado mientras disfrutaba la cabeza del animal y como los huesos terminaban de partirse. Había visto una figura, pero le restó importancia si no quería entablar conversaciones simplemente los asustaba. ¿No?

En el momento que iba a dar otro bocado ahora dedicado a la zona trasera, o más conocida como la cola del animal, un comentario cordial fue directamente hacia ella logrando que su cabeza se volteara en dirección del muchacho. La lengua bífida sobresalió y se movió tal cual hace una serpiente. Cuando pestañeo su lengua inmediatamente había vuelvo al interior de su boca. Se quedó ahí un tiempo callada hasta que por fin rompió aquel muro.

- Buenos días… - su voz era la misma de siempre, se escuchaba algo más gruesa pero se diferencia que era una mujer. Había cierta distancia ya que las rocas estabas unos centímetros arriba dándole cierto aspecto superior y más con su altura. Volvió a su comida, el movimiento del cuello era lento pero al fin y al cabo era respetable con el tamaño que tenia y el grosor de su cuerpo. Con la fila de dientes tomo la cola y con la ayuda de su lengua, en un momento que lo había soltado en el aire, enrollándose en la presa para tirar hacia adentro de su boca y cortar con furia la cola y dejar el ultimo pedazo, y el más apetitoso de todos, al final. Simplemente trago ese pedazo sin masticar, no contaba con tanta carne así que le fue rápido ingerirlo y volver a hablar. - Por el momento si. Usted… ¿Qué hace por aquí? - preguntó con curiosidad sin moverse del lugar y disfrutar aún el paisaje que le brindaba el amanecer y las olas moviéndose y levantando altura. Casi nunca se encontraba con nadie, le parecía algo extraño que a tan temprana edad hubiera alguien. Tal vez era nuevo por la zona y por ello nunca se lo había cruzado. Quién sabe, todos parecen nuevos para ella y más si están en la superficie. Tenía cierto olor parecido a alguien que se había cruzado hace tiempo, lo había percibido con su lengua. Su padre le había enseñado que una vez se encuentre con alguien nuevo retirara la lengua y la sacudiera para distinguir olores y descubrir su raza (aunque esta deba ser ya conocida para que tenga más en especifico su tipo o a que se asemeja)

Al fin y al cabo volvió a su comida para dar el último y más gordo pesado de carne. Abrió su mandíbula lo suficiente para agarrar el pedazo y comenzar a masticarlo con lentitud mientras disfrutaba el crujir y la carne de su presa. Tal vez ahora si su hambre iba a ser zaceada.

Había escuchado atentamente el sonido harmonioso entre las olas chocando contra las rocas, las gaviotas que se alejaban y de fondo la voz del muchacho, no lo estaba ignorando más bien estaba pensando cómo podría la arena desarrollar los músculos de las pierna. Al escuchar la palabra "hostil" simplemente le causo tanta gracia, que su mandíbula se separo un poco dejando ver simplemente los dientes y un pequeño espacio entre ellos para dejar salir un sonoro gorgoteó. Se estaba riendo. Movió su cuerpo unos milímetros para quedar lo suficientemente cerca del borde de la roca que estaba. - Y lamento que me dirija así, ya es algo común en mí. - pausó para bajar la cabeza y poder lavar el hocico lleno de sangre tiñendo las densas aguas de un rojo suave. Retiró con lentitud, las gotas se resbalaban y caían al agua generando unas ondas. - Pues un gusto, Noitye. - hizo una pequeña reverencia y acto seguido volvió a acomodarse. - Yo me llamo Skye, y para tu información no soy hostil… solo si no me encuentro de buen humor. - comentó entre dientes. volvió a sellar su boca.

El tiempo era tranquilo, el sol comenzaba a subir lentamente generando que el cielo tome un color más claro e iluminado, y nuevamente su lengua volvió a asomarse, y con ello volvió a abrir su boca para aclarar su duda. No había respuesta alguna en su cabeza. - Y dime, ¿Por qué corres en la arena? ¿No es lo mismo correr en otras partes?. - era interesante aclarar sus dudas, tal vez podría ir a la arena a entrenar sus piernas pero primero que nada debía encontrarse lejos para no sufrir un encuentro que la impulse salir corriendo hacia el agua.

Cuando menciono que había cierta diferencia ladeo la cabeza acercándose un poco más ya que se había levantado de las rocas. Asintió con la cabeza varías veces al escuchar la respuesta, bajo la cabeza moviendo su nariz de un lado a otro haciendo un cuenco en la arena, simplemente tenía curiosidad mas no hizo mucho más que levantar la cabeza abriendo su mandíbula de tal forma dejando escapar una risa.

- Soy lenta en tierra, ¿y tú quieres una carrera? - Dicho esto, su cuerpo se arrastro a duras penas sobre la roca para poder ingresar al agua, su cola serpenteó de un lado a otro hasta que logró ingresar también a la masa acuática. Sus cuernos sobresalieron de la superficie de agua demostrando que estaba ahí, luego su cabeza alzó hacia el cielo para mostrarse mejor.- No me gustan cuando son ventajosas para algunos y otros no… - comentó gorgoteando entrecerrando sus ojos. - Demuestrame que hace la arena en tus piernas.
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Su enorme cuerpo flotaba, dejaba ver aquellas escamas azules con cierto degrade rojo logrando que otras escamas nacieran de aquella tonalidad. Su cuello y parte del lomo sobresalían de las oscuras aguas impidiendo ver aquella conexión del cuerpo completo, simplemente dejaba ver aquella larga aleta dorsal trasparentada. Las gotas de agua se resbalaban por su hocico bajando por la garganta hasta decaer por su cuenta, otros caían por los cuernos… La figura de aquella dragona daba cierta tranquilidad logrando notar que su hostilidad era nula.


No tardó en escuchar aquellas palabras sobre usar su forma sellada, por unos segundos simplemente su rostro reflejaba seriedad casi algo molesta pero no se podría apreciar aquellas fracciones si no estuviera en su forma sellada o fated, cosa que alegraba que el otro no notara. Cuando se posicionó mejor el muchacho acompañada de darle una amplia sonrisa. Skye no tardo en girar su cabeza para continuar escuchándolo y poder dichas rocas que serían la marca de meta. No había razones para no aceptar dicha carrera, su estado corporal se encontraba bien y era una mañana tranquila para darle algo de acción. Su cuerpo se dispuso a ingresar rápidamente cuando dio la señal.


Su cuerpo no tardó en impulsarse, su cola se movía de arriba hacia abajo de manera lenta pero generaba ondas tan fuertes, que lograba desplazar su enorme cuerpo. Las aletas pectorales hacían cierto vaivén, para acompañar dicho movimiento. Su cabeza sobresalía y hacia las mismas acciones con las orcas o ballenas con el espiráculo; su nariz dejaba escapar el aire a presión con casi la misma similitud de sonido e ingresaba el aire de manera rápida para poder ingresar la cabeza de nuevo. Hacia este gesto para demostrar que se encontraba ahí e iba a enfrentarlo. Su cuerpo penetraba las olas del mar, cuando su cabeza nuevamente asomó para ver que tan cerca estaba no tardó en volver a ingresar y dejar que su cuerpo se arrastra dejando que este se doblara dejando que su cuerpo de perfil creara unas olas de choque contra algunas rocas y otras logrando que la espuma salga…. Retiró la cabeza estaba claro quien había ganado y no había quejas.

Abrió lo suficiente su mandíbula dejando escapar una risa bien alta al recordar cómo había frenado para detenerse antes de chocar de la peor manera contra las rocas. Había conseguido el muchacho hacerlo pero a pesar de esto, la arena se levantó dejando simplemente una pequeña neblina de la misma en el cielo por un corto momento y luego verlo completo de arena. - Pues tienes razón~ A sido muy divertida además del espectáculo que diste. - no podía dejar de reír al punto que comenzó a bajarla cabeza y dejar escapar el aire de sus fosas nasales por el cuerpo del chico logrando que la arena se apartara.

Simplemente se divertía verlo ahí, recordar una y otra vez la escena le hacía mucha gracia. Su cuerpo lentamente se fue modificando, aquel cuerpo enorme comenzaba a cambiar, a tener una apariencia más humanoide pero aun manteniendo aquellos rastros de su forma real. Tuvo que deslizarse un poco en la arena para acercarse al muchacho. Dejo ver una sonrisa divertida. - Gracias por el cumplido, pero tú lo eres más.- Un brazo se asomó del manto azulado, que cubría parte de su cuerpo, al igual que, aquella tela marronada ajustada con una cuerda extraña para mantenerla ahí. Aquella mano se le presentó para que el ajeno tuviera su ayuda para levantarse nuevamente. - Lamentablemente debo confesar que si corría en mi forma sellada ganarías completamente tu, aunque no sé si reirías antes de ganar. - Dejó escapar una risilla de sus finos labios mientras la cola se movía nuevamente de un lado a otro deslizándose, dejando una marca en la arena.