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Post by Deleted on Jun 22, 2017 1:37:57 GMT
La única respuesta que escuchó por parte del rubio fue una risa, lo cual confundió e intimidó de cierta manera a la pequeña, la cual sólo lo miraba mientras escondía sus manos tras su espalda. ¿Había dicho algo malo? Si así fue, al menos era bueno que se hubiese reído y no que se enojara, no le gustaría hacerlo enojar por si acaso. Mientras ella estaba sumamente distraída mirando la transformación que estaba efectuando el vástago, una araña bajó de uno de los árboles con ayuda de su telaraña y se posó en la nariz de la sirena. - ¿Hm? - Fue el único sonido que hizo Ondine la cual rápidamente la miró, aunque no hizo nada por quitarla de allí... Viéndola bien, recordó uno de los cientos de libros que había leído sobre insectos venenosos y de inmediato la reconoció. Era una "Loxosceles reclusa"... ¡¡ERA VENENOSA!!
Tan pronto como se percató de que era una araña peligrosa, Ondine dio un chillido agudo y se dio un manazo para quitársela, lo cual logró... Pero al parecer a la araña no le agradó y rápidamente corrió hacia sus pies, por lo que la medusa volvió a chillar y se acercó corriendo hacia el vampiro, subiéndose rápidamente a su espalda y aferrándose a él mientras temblaba.- ¡Me quiere picar! -
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Post by Lysander Velfast on Jun 29, 2017 16:00:42 GMT
Todo había pasado demasiado rápido como para darse cuenta de que la chica había sido asustada por una araña que se le trepó al hombro, lo cual, no era nada raro viniendo de un sitio como el bosque de los susurros. Ese lugar tenía mas alimañas de lo que toda Mirovia podría juntar, asi que toparse con una araña era algo natural y hasta suertudo, pues existían cosas aún más nefastas y mortales en esos lugares… Como el vástago del que se acababa de aferrar.
Una vez sintiéndola encima, Lysander extendió sus heridas alas y en una poderosa brazada, se alzó en el aire, buscando un hueco entre las ramas de los árboles para así poder sobrevolar la zona. Se empezó a alzar cada vez mas, tomando un altura indescriptible. Tan alto fué, que llegó a sobrepasar las nubes espesas que cubrían todo el Bosque y así, poder ver el hermoso manto estrellado de la noche.
A lo lejos, podía verse claramente el Castillo Velfast. No tardarían mucho en llegar.
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Post by Deleted on Jun 30, 2017 14:21:13 GMT
Se había distraído y horrorizado tanto con la araña que había cerrado los ojos fuertemente, ya que según sú lógica "Si no lo veo, no está allí." Así que cuando menos se lo esperaba sintió como el vástago alzaba el vuelo, por lo cual se aferró fuerte y bruscamente a él debido que no estaba totalmente preparada para ello y sintió como si se fuera a caer. Sintió una brisa helada y algo fuerte, por lo cual lo único que pudo pensar fue: [¿QUÉ ESTÁ PASANDO?]
Con dichas palabras en mente, la sirena se atrevió a abrir los ojos, sólo para percatarse de que ya no estaban en el suelo a merced de la araña, sino que estaban a quién sabe cuantos metros de altura. Ondine apenas hace poco se había animado a explorar la tierra con sus propios pies, por lo que ella de ninguna manera se había imaginado el como se veía todo desde las alturas. Todo se veía tan lejano... Tan pequeñito, pero tan bello. Aunque aquel pensamiento fue demasiado efímero, pues al mirar hacia abajo sintió como un mareo y el pánico invadieron su pequeño cuerpo, lo cual hizo que se aferrase aún más a la espalda de la bestia e incluso llegase a esconder su cara en su lomo por un momento, hasta que al levantar un poco la vista observó aquel cielo estrellado, el cual sin duda opacó el hecho de que si se caía podía morir, pues se veía incluso más brillante que de costumbre.
- Es hermoso... - Fueron las palabras que automáticamente salieron de su boca, las cuales fueron acompañadas de una sonrisilla que tímidamente nació de sus labios. Parecía como si su temor se hubiese esfumado de repente.
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Post by Lysander Velfast on Jul 19, 2017 17:42:32 GMT
Elevarse por sobre las nubes si que había sido un espectáculo que pocas veces se podía apreciar en la vida de una persona sin capacidades aéreas. Las nubes parecían algodones de azúcar azules, iluminados por el hermoso brillo de la Luna. La oscuridad de Reapergate cada vez se hacia más prominente y poco a poco sus negras nubes taparon el cielo, haciendo que Ondine se encontrase con una realidad perturbadora. Reapergate era todo lo contrario a lo que había visto hace unos instantes.
Lysander comenzó a tambalearse. Sus alas estaban heridas y su cabeza baja. Necesitaba sangre, más no la bebería de la chica que llevaba consigo. Aquella quien merecía al menos un poco de respeto por haberse preocupado por el.
De un golpe, Lysander entró a su castillo. Por suerte las ventanas se habían quedado como las había dejado. Rotas. Dejó que la chica bajase de su lomo y la miró una última vez antes de volver a la orilla de aquella inmensa ventana que daba hacía el vacío de la ciudad. Extendió aquellos brazos membranosos una vez más y se dejó caer en picada, en busca de el alimento que lo revitalizaría. La sangre…
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Post by Deleted on Jul 24, 2017 17:24:19 GMT
Tras el cambio de escenario tan repentino, la sirena solamente se pudo quedar en silencio mirando aquella aterradora vista. ¿Cómo era posible que tan repentinamente aquel hermoso cielo se trastornara en aquella horrible escena? Prefirió cerrar los ojos y ocultar la mirada, pues así se sentía más segura. Sin embargo, aquella seguridad la abandonó no mucho después, pues sintió como comenzaban a tambalearse. La verdad es que aquello no la sorprendió demasiado, ya que sabía que su acompañante estaba herido y débil. Abrió los ojos sólo para notar como estaban descendiendo de golpe, lo cual la asustó demasiado e hizo que su corazón fuera a mil por hora. [VAMOS A MORIR.] Fue lo único que se le vino a la mente antes de sentir el fuerte impacto. // . . . // Tardó unos segundos en reaccionar, creyendo que estaba realmente muerta o algo parecido. Afortunadamente no era así, por lo que suspiró muy aliviadamente y bajó del lomo de Lysander, viéndolo directo a los ojos antes de que éste decidiera saltar una vez más por la ventana a pesar de su estado, sin siquiera darle el tiempo para agradecerle y además, dejandola totalmente sola en aquel lugar tenebroso y desconocido. ¿Por qué la había dejado y se había ido? Fue la única pregunta que su mente pudo hacer antes de mirar a su alrededor, sintiendo escalofríos en su blanca piel. No había ruido en aquel lugar, nisiquiera el de un insecto nocturno. ¿Ese era el tan conocido silencio antes de la tormenta? Fuera lo que fuera, Ondine no podía quedarse allí quieta para siempre, así que dudando en si moverse o no, comenzó a explorar la habitación en la que estaba, eso sí, con mucha cautela en caso de escuchar algún ruido que le indicase que alguien venía. [¿Por qué siempre termino en situaciones raras...?]
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