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Post by Deleted on Jun 17, 2017 18:06:25 GMT
Kou había llegado a Mirovia de casualidad, desconocía totalmente lo que se iba a encontrar en estas nuevas tierras. Obvio que tampoco sabía de la existencia de las Cortes de las Estaciones.
Gracias a su encuentro con Rallis, pudo conocer un poco más de este lugar. De vez en cuando tenían charlas sobre las aventuras del pequeño arconte y varias experiencias divertidas que involucraban a los miembros de la Corte de Primavera, siendo también él parte de ese grupo.
Al kitsune le había despertado mucha curiosidad, quería conseguir el modo de unirse a esa comunidad tan alegre. Tenía la esperanza de perder un poco de su pena al socializar con estos arcanos.
Al parecer, el único modo de entrar a la corte era consultándolo con la Soberana. Kouhei tenía algo de miedo, pero no a Aesther, sino por la inseguridad de cómo debía ofrecerse sin que lo rechazaran. Además que tenía muchas dudas, no estaba seguro de lo que se hacía ahí o qué ideales compartían entre sí. También temía que esa ignorancia fuera otra razón para que lo regresaran a casa.
Ya sabía el lugar con mayor probabilidad para encontrar a la Soberana, y ese era el Templo de Primavera. Y había practicado una y otra vez lo que le diría a ella, para evitar balbucear tras su encuentro.
Kou partió hacia el Templo, armándose con un poco de valor. Esta vez se adentraría a la hermosa estructura de piedras y plantas, pero evitando toparse con otros arcanos que se encontraban ahí. Perdería toda su concentración si algún desconocido se acercaba a saludar, debía guardar todas sus fuerzas para poder hablar con Aesther. Así que fue avanzando poco a poco y sigilosamente, escondiéndose detrás de cualquier rincón, hasta conseguir a la Soberana. O bueno... su mejor intento de ser sigiloso, ya que en cada escondite dejaba sus colas o parte de la mochila-caja a la vista.
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Aesther
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Post by Aesther on Jun 20, 2017 1:20:22 GMT
No era extraño que Aesther se distrajera de sus obligaciones y merodeara por el templo. Fácilmente perdía su atención entre las nuevas flores plantadas por las otras ninfas del bosque o las luces de las hadas que se paseaban por los techos de la estructura. Todas aquellas cosas que embellecían el lugar la sacaban de pensamientos sombríos los cuales eran suficientes a veces para enfermarla y hacerle difícil levantarse de la cama.
No queriendo preocupar a nadie enfocaba su atención en las cosas más simples, elevando su entusiasmo por cualquier cosa. -¡Buenos días!- podía oírsele exclamar casi a cada minuto, extendiendo su amabilidad a quien fuera que se encontrara. Curiosa de ver a un chico que no había visto antes, se acercó sigilosamente, con las manos entrelazadas detrás de su espalda, tratando de averiguar qué era lo que veía con tanta diligencia o descubrir qué era de lo que se ocultaba. -¡Hola!- exclamó por fin, tocando la espalda del chico con su dedo índice.
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Post by Deleted on Jun 21, 2017 23:02:01 GMT
El zorro escuchaba aquella voz alegre saludando a todos los que pasaban por ahí. Estaba algo nervioso porque esta se oía cada vez más cerca de él, pero asumió que en cualquier momento seguiría de largo y no sería descubierto por aquella arcana que se paseaba cerca de su escondite. O eso creía, hasta que oyó un fuerte "¡Hola!" justo a su lado e inmediatamente sentir un toque en su espalda. Kouhei saltó del susto, soltando un pequeñísimo grito en un intento de no llamar más la atención. En un descuido, cayó hacia atrás, haciendo que la madera de su caja golpeara fuertemente el piso, generando un gran estruendo con el sonido de las cosas de su interior chocando entre sí. El Kitsune se había sonrojado de la pena, tanto así, que antes de poder ver la cara de la persona que tenía en frente, se quitó su mochila para utilizarla de escudo y ocultar su rostro colorado.
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Post by Aesther on Jun 22, 2017 21:01:01 GMT
La reacción del jovencito la sobresaltó igualmente. Se hizo ligeramente hacia atrás, viendo la manera en que el muchacho caía sobre el suelo y cubría su rostro en un acto de defensa. ¿A qué le tenía tanto miedo? Se llevó la mano a la boca tratando de someter un grito que estuvo a punto de salírsele más recobró la compostura rápidamente. Se agachó poco a poco, estirando la mano para intentar calmar al extraño. -Discúlpame por haberte asustado... ¿estás bien?-. En su rostro podía verse preocupación... lo que menos quería era incomodar a sus cortesanos. Por un momento pensó en estirar más la mano para tomar la ajena y ayudarlo a levantarse pero no quería invadirlo. -No hay por qué asustarte. Vamos, te ayudo a ponerte de pie-. Mantuvo la mano en el aire esperando que el chico la tomara y se levantara junto con ella.
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Post by Deleted on Jun 22, 2017 22:42:01 GMT
Kouhei decidió asomar parte de su rostro detrás de la caja, dejando a la vista sus orejas y sus ojos bicolor. Quería ver si la arcana ya se había ido, pero se encontraba agachada a su altura. Esto hizo que los nervios se adueñaran más aún de él. Por suerte parecía tratarse de una buena persona, así que decidió responderle: -N-n-no hace falta que te disculpes, estoy bien- decía con mucha pena, evitando verla a los ojos.
La mano extendida de la chica le recordaba cuando Rallis le había ofrecido la misma ayuda cuando se conocieron. Se notaba cómo su expresión cambiaba a una más calmada para apoyarse de su palma y pararse de manera algo lenta por el peso de sus prendas, y volver a colocarse su mochila-caja sobre la espalda. -G-gracias- le agradeció por el pequeño gesto a la vez que se sonrojaba.
Tras haber ocurrido el encuentro, el kitsune pensó en pedirle a la arcana que lo ayudara a buscar a la Soberana, pero parecía ser un favor muy grande para alguien que acababa de encontrarse. Miró a los lados buscando aquella figura de autoridad. Imaginaba que sería alguien con más edad, con prendas sobrecargadas de joyas al igual que una reina, y que emanara un aura de mucha sabiduría y alto respeto. Entre sus espectativas no entraba una alegre chica rosadita que saludaba a extraños, pero no se decepcionaría al descubrir cómo era en realidad, sólo se sorprendería por lo fácil que fue encontrarla.
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Post by Aesther on Jun 23, 2017 19:11:23 GMT
Mientras el chico se apoyaba de Aesther para ponerse de pie dos guardias llegaron a su encuentro viéndose consternados. -Soberana, ¿se encuentra usted bien? No vimos entrar a este muchacho... podemos acompañarlo a la salida- dijo uno de ellos tomando al zorro del brazo pretendiendo encaminarlo fuera del Templo. La ninfa colocó ambas manos frente a su rostro agitándolas suavemente. Se negaba rotundamente a que hicieran algo así. -¡No! No por favor, no es necesario- respondió sonriéndoles de manera nerviosa. Ambos hombres se miraron con cierta duda mas debían obedecer a las órdenes de su Soberana; se alejaron poco a poco sin darle la espalda hasta que estuvieran a una distancia prudente y se marcharon. En seguida, Aesther se llevó las manos al frente y se inclinó suavemente. -Perdón por eso- insistió apenada con el rostro teñido por un sonrojo visible. Extendió una de sus manos pretendiendo que el muchacho la tomara; se sentía ahora con mayor compromiso de recibirlo de la mejor manera posible. -Acompáñame a los jardines sirve que así me cuentas qué te trae el día de hoy al templo y... ¡Y SI SE PUEDE QUE ME ENSEÑES LO QUE LLEVAS EN ESA CAJA¡- al decir esto último podía notarse en su voz la curiosidad y entusiasmo de saber lo que contenía aquél paquete que el zorro cargaba en su espalda.
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Post by Deleted on Jun 23, 2017 20:33:45 GMT
El kitsune se asustó mucho cuando el guardia lo tomó por el brazo y exclamó - Eh?!- con una enorme cara de sorpresa. Ella era la Soberana?! Le tomó la mano así nada más a una persona tan importante?!. El pobre Kou estaba muy sonrojado y sudando de los nervios. Al poco tiempo los guardias lo habían soltado tras las órdenes de Aesther. Esta le pedía perdón, pero no podía permitirle que hiciera eso por un simple arcano recién llegado. - N-no te disculpes! A-ahora tienes menos razón aún para hacerlo!- Kouhei apretaba sus párpados con fuerza, a la vez que el color rojo de su rostro se hacía más intenso, para terminar poniéndose en dogeza, haciendo que el contenido de su caja sonara otra vez. Levantó la cabeza un poco para notar cómo se le era extendida la mano nuevamente. Ahora el zorro dudaba mucho de qué hacer, pues si la tomaba sentiría que le está faltando el respeto, y si la rechazaba, pasaría lo mismo. Al no tener muchas opciones, decidío aceptar nuevamente el gesto, levantándose nuevamente del suelo, pero temblando de los nervios. Además de ayudarlo a pararse, le había pedido ir a los jardines con ella. Bueno, por lo menos era para lo que él había venido, pero igual LOS NERVIOS SE LO COMÍAN VIVO. Y para terminar de matar: la Soberana tenía la curiosidad de saber lo que Kou llevaba en su caja ¿Cómo Kou podría calmarse cuando ahí guardaba las cosas que había hecho aquellas que eran unas de sus inseguridades más grandes?. Esperemos que el pobre zorro pueda salir vivo de esta, su coranzoncito no se esperaba sufrir tantos nervios. Por ahora intentaba luchar por un poco de tranquilidad mientras acompañaba a Aesther. - S-sí, Soberana- dijo utilizando el poco aliento que tenía para seguir a la señorita hacia afuera. (ooc: lo más cercano a los nervios de Kou que encontré XD)
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Aesther
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Post by Aesther on Jul 3, 2017 4:37:07 GMT
Caminaron entre los pasillos, adornados de flores y luces proporcionadas por las hadas del pueblo que siempre tan amablemente se ofrecían para embellecer el templo. Aesther caminaba a paso ligero, olvidándose ya del bochorno y del nerviosismo del chico, como si jamás hubiera sucedido. A su paso, las reverencias no se detenían; era seguida por cabezas gachas que se inclinaban con respeto por cada centímetro que recorría con sus pies descalzos. La Soberana sonreía, insistiendo como siempre que nada de eso era necesario.
Dieron por fin a los jardines donde las flores eran aún más aromáticas y el canto de los pájaros abundaba en cada rincón. El viento soplaba con algo de frescura pero dejando asomar entre su aliento la calidez del verano que se anunciaba al tacto. La ninfa dio un par de pasos apresurados hasta una banca que reposaba cobijada bajo la sombra de un gran árbol. Se sentó y con una de sus manos palmeó la madera, indicándole al jovencito para que se sentara a su lado. -Ahora sí puedes decirme... ¿qué te trae al templo?- levantaba el rostro para encontrarse con el de chico sin que fuera abandonada por la amabilidad de su caracter.
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Post by Deleted on Jul 3, 2017 15:08:33 GMT
Al ver las reverencias de los demás, Kou se sentía incómodo, pues estaba caminando con normalidad (aunque muy nervioso) al lado de alguien tan importante. Antes de que se diera cuenta, ya estaban en el jardín. Él planeaba poder calmarse mientras caminaban hacia afuera, pero realmente no lo logró. La Soberana se le había adelantado para sentarse en una banca bajo un bello árbol, y esta le estaba haciendo señas para que se sentara justo a su lado. Si se quedaba de pie frente a ella, se vería feo, ya que le estaría hablando viéndola desde arriba. Así que no tuvo más remedio que sentarse a pesar de toda la pena y nervios que cargaba encima. - G-gracias- expresó por tener el privilegio de compartir asiento con una de las 4 estaciones. Ahora Aesther quería que le explicara por qué había venido, pero el zorro estaba seguro de que iba a terminar balbuceando mucho al decirle, y evitaría que eso sucediera frente a ella. Recordó que antes le había preguntado por el contenido de su caja, así que rápidamente se la quitó, la puso en el suelo frente a ellos y la abrió, dejando a la vista varios de los dibujos, esculturas, máscaras y kimonos que él había hecho. - M-mejor le enseño esto primero, a-antes de que se me olvide... Y s-si le gusta algo, p-puede tomarlo. S-se lo regalo (ojalá que no crea que es un soborno ;u; ¿qué acabo de decir? definitivamente parece que la estoy comprando ;-- dijo a la vez que sudaba y le dirigía una sonrisa nerviosa a la Soberana. Esperaba poder tranquilizarse antes de hacer su petición.
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Post by Aesther on Jul 5, 2017 4:00:55 GMT
Sus ojos se abrieron con asombro al ver aquella caja abrirse frente a ella mostrándole piezas llenas de color y detalles que no había visto jamás. Extendió sus manos, rozando las yemas de sus dedos sobre los pequeños juguetes y las máscaras que colgaban de una de las puertas de la caja. Tomó una cuya nariz se prolongaba terminando en una punta redondeada. La joven no lo sabía, pero era una máscara que representaba al demonio Tengu. Sin pedir permiso la colocó frente a su rostro, girándose hacia el chico mientras una melodiosa y aguda risa resonaba desde el interior de la madera que conformaba el disfraz. -¿Puedo quedármela?- preguntó mirando al chico con aquellos ojos falsos, enfadados y despiadados que para nada se asemejaban a los de la ninfa.
Removió la máscara por fin de su cara, observando los detalles con los que estaba hecha. No pudo evitar sonreír. Sin embargo, recordó que el chico deseaba decirle algo y lo que era peor... no le había dicho su nombre aún. -¡Ah! Disculpa... estabas por decirme qué te traía al Templo... además, no me has dicho tu nombre-. Aesther alzó las cejas mostrando cierta preocupación. ¿Dónde estaban sus modales? Sus hermanos le llamarían la atención por ser tan descuidada seguramente. Dejó reposar el obsequio sobre sus muslos, esperando pacientemente a que el jovencito le explicara sobre su visita... aunque si bien... nunca era necesario que alguien tuviera una razón en especial para ir al Templo de la Primavera pero su curiosidad estaba despierta por ser alguien a quien no había visto antes.
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Post by Deleted on Jul 5, 2017 17:45:58 GMT
Kouhei, miró con nervios a la Soberana. Pensaba que tal vez no le gustaría su arte. Aunque aparentemente ella había logrado conseguir algo que le gustara. Pensó que tomaría algo más elegante como uno de sus kimonos con estampados de camelias o lotos, pero la máscara de tengu no estaba mal. Se veía muy graciosa de ese modo, el kitsune casi no podía evitar que se le contagiara la risa de la chica. Se había tapado la boca con las mangas de su ropa, no quería que pensara que él se estaba burlando de ella.
-Claro que sí- respondió sonriendo, sin tartamudear esta vez. El momento divertido lo había calmado un poco. Parecía que estuviera hablando con su amiga Corina y no con una de los gobernantes de Mirovia. Observó a la Soberana mirando alegremente su máscara nueva, Kouhei estaba feliz de que le agradara.
La ninfa retomaba la pregunta que se estaba haciendo desde el principio. Ya el Kitsune se sentía en capacidades de responder, pero se había dado cuenta de que había cometido una grave falta: aún no se había presentado. Rápidamente se paró del banco para hacerle una reverencia, bajando su cabeza casi al punto de que su frente tocara sus piernas. Estaba realmente apenado. -M-Mi nombre es Kouhei Fujinari! D-disculpe mi mala educación!- exclamó quédándose con la cabeza baja, esperando a que la Soberana le diera permiso para levantarse.
(ooc: siento que Aesther debe estar gritando internamente por tener respuesta a lo que viene preguntando desde hace rato :'v igual ya Kou se está quedando sin escape XD)
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Post by Aesther on Jul 12, 2017 20:43:55 GMT
La manera en que el chico se había levantado tan avergonzado para presentarse y la forma en que la reverenciaba no es que le incomodara pero le parecía excesivo. Alzó la mano la cual comenzó a mover con cierta efusividad. -Por favor, por favor, siéntate. No es necesario que hagas todo eso-. Esperó a que el jovencito se sentara de nueva cuenta a su lado; no tenía ningún interés en ser alabada de ninguna manera, sólo deseaba conversar con el muchacho. Volvió a colocarse la máscara mientras se inclinaba de nueva cuenta hacia la caja. Comenzó a inspeccionar el resto de los artefactos que el chico llevaba consigo. Todos muy interesantes, llenos de color... Sintió muchísima admiración puesto que uno de sus pasatiempos favoritos era el dibujo. -¿Tú hiciste todo esto?- preguntó sin despegar la mirada de los trabajos que el kitsune llevaba dentro de aquella maravillosa caja.
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Post by Deleted on Jul 12, 2017 21:01:25 GMT
El kitsune, aún nervioso, tomó asiento nuevamente. Le parecía algo curioso el hecho de que la Soberana no gustara de las reverencias, para él, todas las figuras importantes apreciaban esos gestos. Quizá era porque se trataba de alguien que quería tener una relación lineal con sus seguidores, y eso le agradaba de ella. -L-lo siento, es que es costumbre de donde vengo mostrar mucho respeto a-a las autoridades- dijo a la vez que se sonrojaba y apretaba un poco sus puños sobre su regazo.
La chica volvía a darle un vistazo a su caja. Se alegró de que le llamara la atención sus trabajos a la vez que le causaba gracia cómo le quedaba la máscara a Aesther. -S-sí, t-todo lo hice yo- su rostro se había puesto completamente, pues sentía que al decir eso estaba presumiendo, y eso le incomodaba un poco.
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Post by Aesther on Jul 20, 2017 3:43:05 GMT
Estaba admirada por el talento del chico; ¡vaya que hacía cosas maravillosas! Sin permiso, esa sonrisa tan característica en ella permanecía en su rostro, quitándole todo el peso que su cargo como Soberana tenía. Tan infantil y fácil de impresionar era que no se manifestaba altiva ni elegante frente a ninguna persona. Colocó la máscara sobre su cabeza, dejando libre su rostro para mirar de nueva cuenta al chico. -¡Ah! Eres un artista de lo más talentoso-. Tomó las manos del chico y las estrechó sintiendo mucho orgullo de conocer a alguien con habilidades tan especiales.
Tanto color y objetos brillantes la había distraído por completo, haciéndola olvidar que el chico tenía algo, aparentemente, importante qué decirle. Distraída por completo, Aesther comenzó a agitar su mano para llamar la atención de otros cortesanos mientras se colocaba de nuevo la máscara y hacía gestos con sus manos, imitando (de manera muy mediocre) a un ogro. Gruñía mas poco duraban esos sonidos, que ella creía eran intimidantes, y la risa se le escapaba del pecho, delatando por completo su fachada.
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Post by Deleted on Jul 20, 2017 22:59:26 GMT
Kou sonreía con sus mejillas coloradas, desviando un poco la mirada por lo feliz que estaba por las palabras de la Soberana. Que ella le dijera algo así, significaba mucho para él (aunque no tanto como las palabras que Rallis pudiera dirigirle). Sinceramente, la ninfa incluso llegaba a verse como una pequeña niña con ganas de jugar, le provocaba algo de ternura al zorro.
Luego notó que la chica no regresó a hacer la pregunta que desde el inicio estaba formulando. No esperaba que su arte la maravillara tanto. Vio cómo agitaba sus manos para llamar la atención de los demás, y eso no sería favorable... Pues... Más gente = más nervios para el pobre kitsune, así que comenzó a agitar sus manos frente a él para que Aesther lo viera y no hiciera que otros se acercaran a ellos 2. Por fin había reunido las fuerzas para hablarle, no quería tener que empezar de cero. -D-disculpa, Soberana...p-pero quería responderle aquella pregunta que me hizo antes, e-es importante(? M-me lo permite?- dijo a la vez que cerraba sus ojos con algo de fuerza y dejaba de agitar sus manos para convertirlas en puños y Apoyarlas en su pecho con mucha timidez.
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