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Post by Deleted on Jun 20, 2017 3:59:04 GMT
Un eterno noviembre. Alrededor la masa blanca tan compactada que apenas cruje su peso bajo sus pies. Quien es buen escucha sabe también que el silencio es blanco. Refleja a la distancia los colores traslucidos de las palabras, ilusiones de emociones que se enfrían apenas tocan la atmósfera, como el vaho que se escapa frente a sus labios. En estos lleva el pitillo aferrado a la carnosidad irritada, regando su vida en un puntito iridiscente que se extingue con prontitud. Deja a su paso una nube blanca que se funde con el paisaje, indiferente, frugal. Así ve también pasar los años el ch'ilin, uno tras otro... no esta ahí para visitar el templo ni a su soberano, si no sus alrededores. para reconectarse con la nieve, para pensar en el pico más alto sobre la tierra donde la roca es una zarpa que hiere el cielo. No sabe el camino, nunca lo sabe pero no se siente perdido.
En noviembre se desafían los antílopes y la nieve arrastra un suspiro melancólico de impaciencia por la primavera. Aquel lugar es un noviembre eterno. El único en Mirovia que le recuerda a su pasado. Serpentea entre las luces, entre las casas que parecen colinas y entre las colinas que asemejan a las casas. Deja pasar el humo de las chimeneas o la luz amarilla tras los cristales. No habla, no emite sonido alguno. Vestido de viento y silencio su capa negra ha acumulado un montoncito de hielo y nieve así como el resto de su cuerpo, cansado reclina su espalda contra un tronco, árbol muerto hacia tiempo. Y espera... Que aparezca alguien o que no lo haga, mirando el cielo gris el cigarrillo es apenas una uña entre sus labios, lo aparta para no quemarse y lo aplasta entre los dedos. Ya pedirá un pardon a quien corresponda, dueño o no de la propiedad...
Cierra los ojos, en la mano izquierda lleva un paquete, un par de cartas que planea enterrar bajo la tierra. Como si de esa manera algo bueno brotará de esos sentimientos...
—Las palabras tienen poder...
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Post by Ivka Lawson on Jun 20, 2017 4:58:20 GMT
El tiempo sigue pasando pese a que algo se pierda, pese a que los días sigan y sigan. Volver a aquel lugar blanquecino para buscar la paz que el pasado no permite encontrar en otro lado. Si, esa fue la única razón del dracónico para volver a prisa a aquellos rumbos tan fríos, a su antiguo hogar, tan solitario y oscuro. Únicamente para acallar un poco las voces que le atormentaban por haberles dejado atrás.
Su labor de siervo era pesada, pero continuaba de pie gracias a ello, lo básico y un poco más era lo que podía obtener. En aquella mansión todo era silencioso y apresurado, no había momentos para guardar silencio y pensar con calma. " Algo que todos desean no se podrá encontrar jamás, quizá es por eso mismo que es tan anhelado. " Fue lo que pensó el muchacho con cierta intranquilidad mientras dejaba caer con lentitud su cuerpo frente al cálido fuego, frente a la única luz que alumbraba el pequeño interior del hogar. Se encontraba resguardado en su burbuja, frente a la chimenea, viendo la madera quemarse lentamente. El silencio era tranquilizador, pero bastante abrumador a la vez. Se arrepentia de cierto modo del haber regresado pero ya no había vuelta atrás, de cualquier modo, ya estaba ahí. Sus manos estaban frías, pero no tanto como la fría brisa que entraba por las ventanas junto con un aroma inusual, un aroma a cigarrillo que llamó su atención. La curiosidad fue más fuerte que su desinterés, y con calma se reincorporó, apagó el fuego dejando que el humo se esfumase y salió de la pequeña casa, cerrandola nuevamente para ya no regresar. A lo lejos divisó una figura cubierta de nieve, con olor a cigarrillo y quizá a un poco de loción. Le vio con seriedad desde la lejanía, manteniéndose a una distancia razonable. Guardando silencio, sólo apreciando que haría aquella persona cerca de su morada. Con calma comenzó a caminar, sus pisadas sobre la nieve eran ligeras, pero la nieve hacia un sonido inconfundible. Sus huellas quedaban marcadas conforme cada paso que daba.
Sin darse cuenta el muchacho ya había terminado cerca de aquel sujeto, a unos pocos metros. Lo miró serio, apreciando la nieve que había sobre el y sobre sus prendas, aquel cigarrillo aplastado y la piel que parecía congelarse poco a poco.
- Que lugar tan inusual para fumar. - Fue lo único que se limitó a decir, sin inmutarse ante lo externo, viendo al contrario con cierta frialdad en su mirada, notando que el sujeto mantenia sus ojos cerrados, apacible. El arcano no era bueno para conversar, pero tenía una extraña 'necesidad' de querer entablar conversación con aquel extraño, nada perdía de cualquier modo.
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Post by Deleted on Jun 20, 2017 6:13:58 GMT
Estaba tan absorto en el momento que las palabras eran una bola atorada en su garganta, y tuvo que bombear su manzana de adán un par de veces antes de articular con una sonrisa ladina, sin abrir los ojos.—Cualquier lugar es un buen lugar...¿por que es inusual?...de todas las cosas inusuales...—Se relamió los labios separando las pestañas, espiando a traces de ellas a la distancia donde apenas vislumbro una silueta borrosa. —¿No lo es más un chiquillo curioso brotado de la nieve?
Soltó con elocuencia en un tono ronco producto del clima y del cigarrillo, buscando uno nuevo entre sus capas lo llevo a la boca para sujetarlo y encenderlo con una pequeña lampara simpática equipada con dos piedras. Devolviéndolo todo a los bolsillos de la prenda, dejo que el humo se perdiera sobre su cabeza al hacer la primera exhalación, todo esto en un silencio pesado y extraño como la situación. —¿Y dime querida caperuza has salido en busca del lobo o de la anciana?...—Frunció las cejas pensando en la palabra correcta:—"Abuelita"...
Chasqueó los dientes mientras recogía sus extremidades sin moverse demasiado, a los pequeños, antílopes, cabras o ibices...o lo que sea, no les gustaban los movimientos bruscos y por lo que veía y lo que aquella voz le transmitía, no era más que un cervatillo recién destetado, escondiéndose de algún águila...
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Post by Ivka Lawson on Jun 20, 2017 19:06:33 GMT
Escuchó con cierta atención las palabras contrarias, no les tomó demasiada importancia, no eran más que habladurías quizá. - Me parece inusual debido a que es extraño ver alguien fumar por estos rumbos, los cigarrillos no se disfrutan tanto por aquí debido a que duran muy poco. - Explicó con total calma mientras sus manos se adentraban a los bolsillos de sus pantalones, ocultandose. La voz ajena se hizo presente nuevamente, aquel llamándole "chiquillo" le molestaba de cierto modo, pero que podía hacer el joven respecto a ello. Sin alterarse sólo soltó un suspiro de pesadez, ignorando la pregunta, observando con cierta indiferencia el como encendía otro cigarrillo entre aquellos labios que al parecer sólo sabían hacer preguntas.
- Hablas de una manera extraña... - Musitó el joven sin tapujos, no estaba acostumbrado a escuchar a alguien hablar de tal modo y con tal confianza. Con calma soltó un suspiro al aire, viendo su aliento esparsirse con la brisa helada. Sin prisa abrió sus labios nuevamente para hablar, su semblante estaba sereno aún pese a la extraña forma en que había sido formulada la pregunta. - He salido por mera curiosidad. - Dio una respuesta corta pero verdadera, justo después de haber dicho aquello desvió su mirada a la nieve, blanquecina. Intentando comprender la metáfora extraña que el susodicho le había presentado, ¿se suponía que el dracónico era caperuza?, aquello no tenía sentido. Sus pensamientos eran algo vagos al respecto, pero sólo mantenía su mirada apartada del otro, observando como la nieve caia lenta y amablemente.
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Post by Deleted on Jun 21, 2017 2:31:52 GMT
—¿Has fumado antes?—Dijo esta vez abriendo los ojos, ubicando al otro pelinegro, estrechando los ojos mientras que el humo se deslizaba entre las comisuras de sus labios enarcando una ceja, junto las manos para quitar la nieve de las cartas que sostenía y poniéndose en pie al fin, crujiendole la espalda, chasqueo la lengua.
—Bueno, me dicen eso a menudo, de vez en cuando me pregunto si será así...—Estirándose continuo quitando la pelusa blanca de los hombros dejando escapar un suspiro que se convertía en vaho.—¿y se ha saciado, tu curiosidad?
Inquirió mirando a donde miraba el chiquillo, sin encontrar nada más allá de la nieve, del cielo gris y las luces. —La misma razón me atrajo aquí, curiosidad pero no esperaba encontrarme con nadie...me recuerdas a las viejas historias, ¿esperar resolver el rompecabezas del espejo?...—Negando con la cabeza se concentro en el presente y en lo que sucedía de verdad, quizá esa era la manera de decirle que se marchara de la zona. No lo sabía, estrechando los ojos no había ninguna sensación de amenaza que lo apremiara para usar su habilidad y ver más allá de su apariencia.
Dedicándole una sonrisa lobuna, tanteo el pitillo entre sus labios con los dedos. —Busco una reina...tal vez. Pero si deseas que me marche lo haré sin molestarte, popet.
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Post by Ivka Lawson on Jun 22, 2017 6:38:02 GMT
-Muy poco, pero ciertamente no es algo que acostumbre. - Contestó serio a aquella pregunta, notando como el humo comenzaba a esparcirse lentamente, dejando nuevamente un aroma curioso, embriagante.
Ante sus palabras no pudo evitar soltar una leve risa,y justo después de aquello, un suspiro lleno de ironía. - Sea cierto o no, es claro que seguirá hablando de tal modo. Quizá sea algo que lo caracteriza. Supongo. - Comentó con cierto interés en el hombre, mirando de reojo el como limpiaba sus ropas y sacudia lo blanco de las prendas de color negro. Una pregunta se hizo presente, la cual le hizo pensar con objetividad. Sin prisa abrió su boca, dejando escapar un bostezo al aire, tranquilo y silencioso.
- No lo se realmente, no creo que la curiosidad se sacie únicamente una vez. - Contestó sutil, levantando con algo de indiferencia sus hombros, pero ligeramente tensos. Miró y escuchó atento al otro, pero sin esperar algo comprensible del contrario. - ¿Rompecabezas del espejo? Huh, realmente es todo un caso con las palabras. - Dijo en voz baja mientras se encorbaba un poco y se daba la vuelta en silencio, sin contestar a aquellas palabras de forma directa, puesto que el muchacho no tenía forma de responder de forma certera. Sus manos seguían dentro de los bolsillos y su mentón buscaba ocultarse entre sus ropas, buscando algo de calor. Estaba dispuesto a irse, en silencio, dejando lo sucedido sólo como un accidente, pero nuevas palabras le llamaron la atención, palabras que le hicieron una mala jugada al combinarse con un "apodo", no lo comprendía, pero aquello le había dado una razón para quedarse otro rato más, quizá más del necesario.
- Una reina...- susurró para si mismo en calma, pero recordó el apodo utilizado, aunque quizá solo eran ideas suyas. Ligeramente confuso y algo molesto, dejó escapar palabras de entre sus labios que poco a poco parecían congelarse, ciertamente esa molestia que parecía salir de aquellos sólo era algo de interés disfrazado. - ¿Popet?... ¿Se puede saber el por qué decir eso?, ¿Es acaso un apodo o una muletilla irónica?. - Preguntó algo seco mientras seguía dándole la espalda, pero pese a ello, le miraba de reojo con algo de frialdad. En espera de respuesta volteó nuevamente su cabeza, mirando al frente. Quitó la tensión que sentía en sus hombros y los dejó libres, bajandolos de la posición forzada en que los tenía. La frase "pero si deseas que me marche..." retumbó momentáneamente en su cabeza, le hizo pensar en lo que deseaba el joven en aquel momento ¿Realmente deseaba que el otro se fuese?... No lo sabía, pero quizá el arcano quería descubrirlo. No dio pista de aquello, sólo decidió evadirle amablemente con palabras algo tontas.
- No soy nadie como para decirle que se marche o no, he de suponer que ya es demasiado grande como para saber que hacer y que decisiones tomar. ¿O me equivocó?...- Planteó aquellas palabras con cierta ironía, algo inseguro de si, quizá sólo soltaba palabras al azar, quizá no. Una sonrisa ladina se escapó, pequeña, casi no se notaba. Cerró sus párpados y mantuvo la calma, notando como poco a poco la nieve comenzaba a dejar de caer por breves instantes. Sus labios ya no estaban tan fríos como hace poco, era un alivio. Pero el silencio por parte del ajeno de cierta forma le atemorizaba, ¿Acaso se habría ido? Pero una punzada en su pecho le hizo prestar atención a sus pensamientos, ¿Por qué habría de preocuparle algo como eso?, estaba confuso entre el interés y la curiosidad. El dracónico guardaba silencio pero su cabeza sólo daba vueltas en tonterías y pensamientos vagos. Como siempre.
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Post by Deleted on Jun 22, 2017 8:06:23 GMT
El cigarrillo, fruto de la flor de la pasión evitaba que su sangre se congelase, con sus propiedades medicinales era también un estimulante que le gustaba mezclar con el hongo de las moscas. Así la magia del cilindro oscilaba entre el letargo y un calor agradable recorriéndole el cuerpo. Con el humo seguramente aquello le rodeaba como un manto. Dándole una calada de nuevo al cigarrillo evaluó a su delgado "adversario", su cabello era sin duda, lo que más le atraía de su físico, espigado, tan blanco como la nieve, daba la sensación de que se trataba de un pequeño espíritu de una oca, los esquimales llaman así a los fantasmas que se desatan por las noches y susurran entre la nieve.
Al asecho, se pregunto si era eso lo que ahora tenía enfrente. Sonrío. —No podría decírtelo, a menos que lo comparé con tu apariencia. Satisfecho de ya no sentir el peso extra sobre sus hombros, con la humedad aferrándose a su capa le restó importancia, concentrado en el chico, contrario a este, lo miraba fijamente, de arriba a abajo como si lo desnudará, tomando su tiempo en los labios finos, el cuello oculto y las delgadas muñecas...
—A veces lo hace, y luego lo único que queda es huir.Escupiendo el humo por las comisuras luego de tragarlo volvió a mirar a los alrededores, empujando los mechones de su frente con el cuerno oculto no había problema en mantener su naturaleza como un misterio, dejó escapar un bufido ya que ese era el significado de su nombre.
Pasando por alto su pregunta, entretenido por verlo bacilar y confundirse, dio un paso en el cumulo blanco avanzando hacia el chiquillo, si él no se movía el unicornio no tenía ningún problema en hacerlo, guardando con sumo cuidado las cartas entre sus prendas se estremeció un poco al contacto con el material frío, enfocándose de nuevo en la cabecilla negra y los labios levemente entumecidos.—Es una forma afectiva de Britannia, a los niños se les llama así...algo especial. Pero no tiene que serlo para ti...tampoco tiene porque ser relevante.
Se encogió de hombros estirando el cuerpo, desentumeciéndose del breve descanso y estrechando los ojos al cielo ante el cese de remilgos blancos. Con escucharlo la primera vez, sabía que el chico era un manojo de espinas, así que se hacia a la idea la clase de respuestas que le tocarían, una pequeña lengua afilada.
Ya cerca del chiquillo miro el camino por el que llegaba, notando que sus huellas habían ya desaparecido, ofreció el cigarrillo al extraño, entre los dedos, una calada.—Supones mal...dependiendo de lo que mires en mi puedo o no darte la razón, decisiones...
Mirándolo desde arriba, sus ojos negros como la noche escudriñaron el rostro del extraño antes de relamerse los labios secos y girarse de vuelta al frente. Era como tratar con un cervatillo...—Hace mucho tiempo existió un enigma...una reina, un niño prisionero y su espejo roto del que debía extraerse una palabra con sus trozos...una palabra difícil...el niño, frustrado, lloro al no ser capaz de encontrar esa palabra...
Con el cigarrillo aún ofreciendolo susurro.—No lo he babeado pero si tu lo haces, ya no lo quiero...
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Post by Ivka Lawson on Jun 23, 2017 18:52:57 GMT
Los hombros del muchacho se pusieron tensos al sentir que era observado, no estaba acostumbrado a aquello pero se mantuvo firme. Esperando a que la mirada ajena se apartase de su persona.
-Como si huir solo fuese lo correcto. Pero quien soy yo como para opinar al respecto. - Dijo con cierto tono de voz sutil e irónico, mientras sus hombros se elevaban un poco y sus labios dejaban escapar una sonrisa junto con una risilla. Todo aquello debido a que le parecía algo estúpido de su parte hablar sobre huir, era algo "experto" en el tema.
El muchacho estaba en sus pensamientos, pero podía escuchar el como las pisadas sobre la nieve se acercaban cada vez más, era sencillo darse cuenta pese a que no le miraba de frente, el sonido tan inconfundible haciéndose cada vez más fuerte. Paso a paso, cada vez más fuerte por la cercanía. El joven estaba concentrado en aquel sonido, para saber a que distancia sería adecuado permanecer del contrario, quería evitarle de cierto modo, pero al escuchar sus palabras respecto a "Popet" sólo pudo pensar en una cosa, que seria algo imposible permanecer lejos.
- No creo que sea especial, pero tampoco es que me disguste. - Comentó amable mientras sacaba sus manos de los bolsillos, ya menos frías como hace poco, la calidez de sus palmas fue breve. Abrió sus ojos de nuevo, notando la palidez del cielo, habitual y constante por esos rumbos, sin prisa volteó a ver al contrario, notando como este le ofrecia un cigarrillo. Escuchó sus palabras mientras miraba con seriedad el cigarrillo entre sus finos dedos.
- Sólo son suposiciones, de cualquier modo, lo único que veo es a un hombre perdido...- Musitó calmado, su aliento se escapaba de sus labios. El arcano vio como el sujeto relamia sus labios para hablar nuevamente, no le sorprendia, le escuchó ciertamente, pero una parte de su persona estaba distraída, pensando en todo y en nada.
-Me pregunto que palabra era esa.- susurró amable, pero el momento que parecía tan "interesante" fue destruido por sus palabras respecto al cigarrillo. Chasqueo la lengua con una sonrisa algo ladina, y sin prisa tomó de entre aquellos dedos el cigarrillo.
- Quien querría un cigarrillo usado y lleno de saliva. - Comentó con una pequeña risa mientras que colocaba el cigarrillo en sus labios, al instante el aroma embrigante llegó a el, agradable y algo estimulador. Sereno se acercó al contrario, mirándole directo a los ojos con algo de osadía. Juntó su cigarrillo con el ajeno unos breves momentos para encenderlo, su mirada se desvío al ver que el cigarrillo ya había encendido. Dejó escapar el humo por la comisura de sus labios y se apartó del otro, con su diestra sujetó el pequeño cilindro que le traía pequeños recuerdos de los tiempos en que fumaba, lo separó de sus labios y cerró sus ojos apaciblemente.
- Agradezco el pequeño presente. Hace tiempo que no disfrutaba un buen cigarrillo. - Expresó su agradecimiento mientras llevaba el cigarrillo a su boca nuevamente, abriendo sus ojos otra vez para poder ver al contrario, quien parecía ser sólo un poco más alto que el, unos dos o 3 cm quizá, no lo sabía, pero le parecía curioso. El silencio se hizo presente nuevamente, únicamente estaban ellos dos a la intemperie, disfrutando del clima y de un pequeño extra. El muchacho mientras fumaba pensó en el hecho de que su cigarrillo pronto se acabaría, quizá por el clima, o porque el solia fumar algo rápido. Esta vez lo disfrutaría un poco más a diferencia de aquellas ocasiones en su pasado.
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Post by Deleted on Jun 26, 2017 20:21:35 GMT
Un hombre perdido. Pensó en esa frase y en los tratos que había hecho desde que llego a Mirovia aquello era algo que no negaba aunque nunca se sentía perdido, no había un lugar al cual dirigirse ni persona u objeto que inflamará un sentido de pertenencia. Hundiéndose de hombros lo escucho concediéndole una sonrisa cómplice, mirando el vaho rodar sobre su boca y desaparecer cuando apenas se tiene conciencia de sus limites, con el silencio de fondo cada palabras se sentía critica y era obligado a sopesarla entre el matiz tembloroso que de vez en cuando se envalentonaba en la voz del extraño. El niño por fin lo miraba, una mirada curiosa con un poco de provocación.—No es tan complicada... aunque para un niñito podría ser todo un reto...para un humano un misterio, para un arcano un juego...
Pateando la nieve empujo los dedos de los pies que sentía fríos apenas, proponiéndose desenterrar el pico de una roca se olvido un minuto de hablar para luego levantar la cabeza y clavar sus ojos negros que no reflejaban nada en los ajenos.—Si no tuviera uno no me importaría...aunque sólo hay una forma en la que el intercambio me resulta atractivo...un par—Agregó exhalando el humo del que llevaba prácticamente pegado a la boca, respecto al cigarrillo, dejando su tarea de lado, mirando la boquilla ajena y luego mirando de vuelta a sus ojos con el mordisco del placer en las comisuras de su boca. Metiendo las manos dentro de la capa. —Eternidad, era esa palabra, popet. ¿podrías tu representarla sin escribirla en un solo trazo?, con un sólo movimiento y sirviéndote sólo de tu aliento sobre un trozo de espejo...
Soltó enarcando una ceja mirando a sus pies, y enarcando después una ceja.—No hay un espejo pero la nieve servirá igual, si lo haces bien te daré una recompensa...si no me dejaras pasar la noche en tu casa.— Con una colilla blancuzca sujetada finamente entre sus dedos, el cigarrillo que fumaba expiraba con el puntillo iridiscente desapareciendo ante el ambiente.
Se hacía tarde aunque no presentaba cambios graves el cielo sobre la tierra sin embargo podía sentirlo por el viento. Necesitaría de un refugio aunque en su forma real podía correr y alejarse para volver otro día, no le apetecía despedirse de la carpa blanca.
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Post by Ivka Lawson on Jun 29, 2017 22:28:37 GMT
-Entonces debo suponer que para un "niño, hombre" como usted, únicamente fue un juego bastante "retador"...- Se limitó a decir sin una pizca de inseguridad, después de haber dicho aquello no pudo evitar soltar un suspiro, algo pesado.
El muchacho notó como el contrario parecía jugar con la nieve, hasta que la mirada del sujeto se cruzó con la suya, aquellos ojos negros, profundos, sin nada. Se mantuvo sereno al escuchar las palabras ajenas, hasta que una palabra llamó su atención, " intercambio". No era novedad para el dragón que alguien hablase de intercambios justo después de haber aceptado algún objeto, pero sin replicar escuchó lo que el hombre cerca suyo tenía que decir al respecto, seguro algo saldría de aquello. Sin sujetar el cigarrillo que estaba aún entre sus labios, dejó escapar el humo de su boca, intentando comprender un poco el "juego" del contrario. "Con que Eternidad..." Pensó calmado mientras seguía escuchando al ajeno, deleitandose con el aroma de los cigarros. Todo iba bien, hasta que el contrario mencionó que sucedería si lo hacia bien o mal. Ante ello, Ivka no pudo evitar cerrar sus ojos soltando una leve risa, algo burlona y osada ante tales palabras. Chasqueo la lengua un poco y sin muchas prisas sacó con su diestra el pequeño cilindro que yacia en su boca, se había terminado, lo sujetó tranquilo con su mano y sacudió brevemente para que la colilla de ceniza cayera a la nieve. Resopló un último toque de aquel pequeño cilindro y finalmente lo dejó caer a la nieve, poco después de ello lo pisó y aplastó sin muchas ganas.
- Tantas palabras sólo para esto, ciertamente le gusta jugar. Sería más fácil si sólo me dijiese que quiere entrar a mi casa... ¿No es así? - Susurró en voz baja mientras se daba la vuelta para dar unos cuantos pasos, pero sin dudarlo, el joven se detuvo. - Pero me temo que no quiero dejarlo tan fácil, y la recompensa suena bastante atractiva, viniendo de usted debe ser algo interesante...- Dijo en voz baja mientras lo miraba de reojo, al terminar de proncunciar aquello, el joven regresó su vista al frente y en calma el dracónico se colocó en cuclillas e hizo un trazo en la nieve.
- La ironía de lo eterno, ahí está...- Comentó tranquilo para sí mismo mientras se reincorporaba y regresaba su vista al ajeno, esperando a que diese su veredicto. Sin esperar la respuesta, ocultó sus manos en los bolsillos de su pantalón y soltó un bostezo al aire.
Aquel trazo era un simple círculo. El arcano no podia deducir que diria el otro, pero no tenía altas expectativas al respecto, sólo guardo silencio mientras se recuperaba de aquel bostezo, mirando con cierto desgano la zona de nieve que tenía aquel trazo tan "significativo"
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Post by Deleted on Jul 3, 2017 17:42:16 GMT
Ante sus palabras se sintió ligeramente desencantado, absurdamente silenciado. Sus ojos negros se detuvieron de vuelta en los claros ajenos, aplastando el cigarrillo que prácticamente se había extinguido por su cuenta mientras jugaba. La sonrisa maliciosa apareció en sus labios, sin embargo fue más pequeña y ligera que las anteriores, hundiéndose de hombros no replico, no había nada que decir, en casos como esos sólo levantaba la cabeza y miraba, resignando cualquier emoción o palabra en su interior algo se quedaba sin fuerzas.
Escucho el crujido de la nieve y espió el blanco alrededor, pensando en las orcas, y si le visitarían desde aquel pico sobre la tierra. Girando la cabeza hacia el pelinegro, le chico le recordaba a esos espectros nocturnos.—Puedes apostar por ello, pero es esta, es así mi naturaleza que no puede ser de otra manera...las palabras son importantes. Y aún así...
Lo que iba a decir quedó sepultado bajo su propio silencio mientras lo veía hacer el trazo, empujando los cabellos que le caían sobre la frente por el viento, estrechando las pestañas, relamiéndose los labios agrietados por el viento.
—Aion...aionios. “Dios es un Círculo que tiene su centro en todas partes, y cuya circunferencia no está en ninguna”...—Murmuró inclinándose también sobre la nieve y pasando la punta del indice sobre la forma. Complacido por la respuesta. Poniéndose en pie con energía, hurgo dentro de su capa, las promesas, en su mayoría deben cumplirse incluso las que no llevan un verdadero acuerdo. Entre sus dedos la semilla redonda y levemente aplanada tiro del pequeño cordón rojo del que colgaba un obolo en el otro extremo, perforado. No se tenía que ser un genio para saber que aquello se trataba de un amuleto.—Un premio...—Masculló exhalando el vaho que se quedo un momento antes de desaparecer. —Taf tafio anaquendavit...con el puño cerrado y el pulgar entre el dedo indice y el corazón. Un ojo de venado. Para las buenas estrellas, deberá ser suficiente. Tu no pareces tener muy buena suerte, Poppet.
Arrulló depositando el objeto en las manos ajenas. Su capa estaba cargada de objetos similares, ya que para contar con la protección y saber bien librado siempre se tenía que tener en cuenta al compañero sanador, y llevarlo con uno. Metiendo las manos en los bolsillos escudriño una vez más el cielo que comenzaba a apagarse en un color azul grisáceo. —Es tiempo de seguir nuestros caminos, los juegos sin luz son peligrosos.
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Post by Ivka Lawson on Jul 9, 2017 6:17:15 GMT
Observó en silencio como el dedo del contrario delineaba nuevamente el trazo, con un rostro serio, pero complacido y enérgico al momento de reincorporarse. El joven soltó un ligero suspiro al aire, aliviado. Observando de reojo como el hombre rebuscaba entre sus prendas, sacando por fin lo que parecía ser un amuleto.
-...- Hubo silencio, el joven lo observó tranquilo mientras escuchaba las palabras ajenas, el dragón extendió su mano, esperando a que el otro depositase el pequeño objeto en sus frías palmas, pero antes, unas palabras captaron su atención. El muchacho desvió su mirar al rostro ajeno, con suma seriedad e interés.
- ¿Suerte?...- Se preguntó a si mismo en voz baja. - No, no la tengo...- Contestó tranquilo mientras cerraba el puño al sentir el pequeño objeto entre sus dedos, pero antes, abrió nuevamente su boca y de entre sus labios, fríos por el clima, salieron nuevas palabras. - Pero tuve la suerte de encontrarme con usted. - Contestó serio mientras observaba atento el amuleto, con cierto interés y compasión. No era de un modo que esperase, pero era la primera vez que le "regalaban" algo, el joven pese al modo de obtener aquel presente sintió algo nuevo, extraño y confuso. No dijo nada al respecto, sólo lo observó. Sin prisa, el dragón cerró el puño en que tenía el amuleto y dejó escapar una leve sonrisa, amable. Estaba a punto de decir algo, agradecer, pero sus palabras fueron interrumpidas antes de siquiera ser pronunciadas, se trataba de una despedida.
- Ya veo...- Fue lo único que se escapó de entre sus labios, pero una punzada en su pecho se hizo presente, que momento tan inoportuno para sentirse así por haber escuchado la voz ajena con tales palabras - Entonces... continuemos jugando donde haya luz...- Comentó algo interesado, mientras señalaba tranquilo con su pulgar en dirección a su casa, sin dejar de observar al sujeto. - ¿O teme perder ante alguien sin suerte?...- Agregó ladino, expectante por su respuesta. El dracónico sólo buscaba una excusa para permanecer junto a aquel sujeto, sus palabras confusas le resultaban extrañas pero de cierto modo, le causaban intriga, curiosidad. Su punto débil era la curiosidad, el ingenuo muchacho sólo buscaba meterse en problemas por un rato, buscaba la compañía que hace tiempo no tenía.
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Post by Deleted on Jul 13, 2017 20:58:22 GMT
—Nuestro encuentro dista mucho de la suerte y pertenece a las causalidades.—masculló pellizcándose los labios entre el pulgar y el indice, mientras el vaho humedecía las yemas, sus ojos buscaron de nuevo el circulo que comenzaba a emborronarse conforme la nieve volvía a caer con su silencioso peso. Estirando las manos coloco la capucha sobre su cabeza encontrándose mucho más cómodo de esa manera, hacia tiempo que no sentía el frío aunque no era particularmente molesto, en el pico más alto de la tierra ni siquiera la nieve alcanzaba los dientes de la roca y el hielo.
Era el mar de los alrededores lo que lo ponía nervioso y alerta, junto con sus propias ocas. La mención de la luz le hizo estrechar los ojos negros y volver la cabeza ante las chimeneas y las luces naranjadas, incluso en un lugar como ese, repleto de blanco la hora azul llegaba sin falta. Sin el peso del talismán aún quedaban bastantes, era la clase de noche en la que se debía jugar palabras encadenadas para pasar rápido y seguro a la mañana. —Ya he perdido, no sería una sorpresa si volviera pasar, aunque estoy acostumbrado a las perdidas, pesé a que dejan un sabor agridulce. Susurró clavando la vista en el lugar exacto en el que señalaba y levantando la mano, se estremeció mirando de nuevo al "chiquillo que esperaba a pocos pasos, su palma dio un par de suaves golpes sobre la cabeza ajena, fría por el clima y sonriendo volvió a estrechar los ojos a la distancia, desde donde podía escuchar el suave movimiento de la corriente.
Se relamió los labios y mirándole a los ojos negó. —No por ahora, ha pasado el tiempo y hay algo que debo hacer, algo que me recuerda a lo que he venido, pero en otro momento será, inshalla, si dios quiere si no será de esta manera...
Masculló dejando ir la mano para comenzar a alejarse con pasos difíciles en la nieve, si tomaba su forma natura, los campos no serían un gran problema como tampoco la nieve pero no le gustaba mostrarse a ojos de cualquiera, las leyendas antiguas sólo hablaban de niñas y doncellas que miraban a la distancia a un único cuerno...
—Cuídate Poppet, fue un placer jugar contigo, usa aquello como te plazca, aleja las pesadillas.—Levantó apenas la voz agitando una mano por encima de su cabeza. El mar, el agua, era igual que ella, no se queda, no es buena compañía, siempre se va, siempre a alguna parte... "A donde Él se encontraba"...
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Post by Ivka Lawson on Jul 16, 2017 4:04:09 GMT
Su propuesta había sido rechazada, únicamente dejó escapar una leve sonrisa ladina y se encogió de hombros mientras le daba la espalda. ¿Qué podía hacer ante aquello? Nada. Ni siquiera lamentarse estaba en sus opciones. Únicamente guardó silencio y se alejó del otro, sin soltar una sola palabra para el ajeno.
Ocultó sus manos en sus bolsillos, soltó un suspiro al aire y caminó de vuelta a la casa que le pertenecía. Pero se detuvo en seco, elevó su mirar y vio el cielo, era tarde, estaba retrasado, tenía que volver a su lugar. Regresó su mirar a la nieve, a la espesura blanquecina, ya no estaba tan acostumbrado a ella, se percató de que era demasiado "brillante" comparado con las hojas que siempre había en Reapergate.
-Con que...- Susurró en voz baja para sí mismo mientras sacaba aquel pequeño amuleto de su bolsillo, mientras caminaba, acercándose cada vez más a su "hogar".- ...¿aleja las pesadillas?...- Terminó la frase que hace poco decía, llegó a la entrada de aquella casa, limpió sus pies contra la pequeña alfombra que había, y entró a la casa, dejando la puerta abierta pues no se quedaría. "No creo en estas cosas, tantos años y esa pesadilla nunca se ha ido." Pensó serio, depositando aquel amuleto cerca del cráneo de su difunto padre, sacó unas cuántas cosas de la casa, dejó otras más ahí. Se preparó, salió de esas paredes solitarias, cerró con llave y volvió a abandonar su antiguo lugar. Caminó por el bosque, su figura se perdió a la lejanía.
Pasaron varios minutos y en el cielo se hizo notar la silueta de un dragón, volando rumbo a otras tierras, rumbo a Reapergate. "Hay mejores cosas que hacer. Y también hay trabajo por realizar." Pensó mientras volaba tranquilo en el vasto cielo, el cual comenzaba a tornarse de un color oscuro, tan oscuro como sus escamas. Aquella silueta terminó perdiéndose a la lejanía. Y aquel suceso entre ambos hombres sólo parecía un secreto o inclusive, una ilusión.
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