Retorno a casa [Privado Garkal-Lira]

Lira estaba demasiado entusiasmada por ver a su amado, hace ya mucho que no lo veia y tenia muchas ganas de abrazarlo y poder besarlo aunque sea una vez pero realmente estaba nerviosa por lo que veria, Garkal le habia dicho que estaba un poco herido y sabia que ese poco era mucho, conocia demasiado a su pareja a este punto... Ella iba corriendo ya que habia dicho que lo veria en su forma sellada, con ropa distinta, una polera blanca sin mangas y una falda larga del mismo color, con una pequeña marca de la forma de sus alas en su espalda. Esperaba sorprenderlo.
Entonces lo vio, sentado en una banca y ya de espaldas vio lo dañada que estaba la ropa, cosa que hizo que se preocupara pero eso no le evito que la emocion la inundara y sin pensarlo ella salto sobre él.

-¡Cariño! ¡Amor no sabes cuanto te extrañado! -Decia ella mientras ponia su mejilla contra la suya y dandole un gran abrazo- ¿Como estas amor?

Luego de la pregunta Lira se separa rapidamente de él al ver el estado en el que estaba, veia sangre y toda su ropa desgarrada, su mirada cambio a una de preocupacion total y sus ojos se asomaron unas lagrimas rebeldes pero ella se las limpiaba rapidamente para no mostrar (O al menos tratar de no hacerlo) tanta preocupacion o miedo por el estado en el que se encontraba...

Escucharlo y sentirlo tan cerca le hacia hablandar el corazon, al menos más de lo normal, pero ahora sentia que ella debia ser la fuerte, más que nada por que Garkal estaba todo lastimado y mal herido, queria ayudarlo más que nada, la preocupacion no se iria hasta que lo viera acostado en la cama con vendas y durmiendo placidamente...

-Cariño... -Dice mientras se va lenvantando- Creo que es mejor ir a casa, no se si soportare verte asi, tengo que curarte, desinfectarte ya que no se en donde haz estado ademas de ponerte vendas, acerte comida, no quiero que te resfries ni agarres ni una gripe o algo ¡No se! Creo que me estoy preocupando mucho...

Nunca habia hablado tan rapido y alterada en su vida, ver el aspecto que tenia realmente le preocupaba y queria cuidarlo como un bebé o al menos como un gran bebé. No iba a permitir que su amado estuviera tan mal.

Toma su brazo que se veia mejor y lo tiro un poco- Vamos a tu casa, te voy a mimar como nunca nadie lo ha hecho... -Mientras tiraba se detiene un momento, se le vino un divertido pensamiento a la cabeza, luego se acerca al orco con una mirada un tanto atrevida- Y si te portas bien te premiare con algo...

Su mirada era una juguetona mietras jugaba con su trenza haciendola girar, conociendo a Garkal sabia que captaria la indirecta y pues queria que fuera divertida a pesar de lo preocupada que estaba.

Con una mirada pensativa, trataba de llegar a un punto medio, pues si, su casa quedaba bastante lejos y con el estado de Garkal llegarian aun más tarde... Ademas de que temia que sus heridas se infectaran en el camino y es lo ultimo que quiere...

Mira por todos lados, en busca de algun refugio que sea un tanto privado para la pareja y asi tener un poco de intimidad entre ambos ya que era mucho tiempo en el que ambos no se veian, ventajas y desventajas de tener una pareja que le encanta viajar pero ella no se arrepentia de nada a decir verdad, ama a su orco tal cual es, aunque tenga que sanarlo 1000 veces más, su corazon siempre latera enloquecido por él.
A lo lejos visualiza un gran arbol, con unas cuantas luciernagas a su alrededor, estaba un tanto lejos pero en un rato estarian alli...

-Ahi hay un lugar perfecto para tratarte... -Murmuro para si misma para luego escuchar el susurro de Garkal y hacer que la hada sellada se pusiera tan colorada como un tomate- ¡G...garkal...!

La pobre tenia todo el rostro colorado y se lo tapo con ambas manos, parecio temblar por un momento pero luego de lanzar un suspiro vuelve a ver a su amado con aquella mirada juguetona de antes...

-Si llegamos pronto al arbol te atendere como quieras ¿Okey? Por ahora... -Se acerca a su rostro- Trata de disfrutar la caminata con tu novia que tanto te extraño...

Luego de esas palabras la hada se acerca aun más solo que para esta vez morderle el labio inferior con cierta sensualidad y ese brillo y la mirada de la hada cambiaron completamente, parecio cambiar de una tierna y comprensiva hada a una completamente lujuriosa, hasta su forma de caminar habia cambiado y su mirada seguia...

—Luego me tendrás que contar...

Lo dice con una media sonrisa ya que la preocupación le ocupaba cierta parte de sus pensamientos pero al igual que Garkal ahora solo quería estar con él y disfrutar el tiempo que tenían juntos despues de mucho tiempo.
Poco a poco fueron caminando hasta llegar al dichoso árbol, no quería que las heridas del herido se abrieran más asi que poco a poco fue acostandolo en uno de los costados del árbol, habían luciérnagas volando e iluminando el sintió con una luz tenue poniendo un ambiente especial, ella se quedo mirándolo cuando ya estaba acostado, visualizando más sus heridas ¿Que o quién fue capaz de hacerle eso a Garkal? Era la pregunta que se hacía mientras trataba de controlar su respiración... si tan solo tuviera su vara todo sería más rápido pero ahora solo quedaba hacerlo en la forma tradicional.
Habia recordado mientras veía las heridas que con ella había traido un pequeño bolso con unguentos y gasas para poder sanarlo pero en el despiste y por la sorpresa de lo herido que estaba tal parece que se le habia olvidado. Con un pequeño golpe en la frente con su mano abierta junto a un murmuró diciendo "Tonta...". Tenía 2 opciones en ese momento, volver y buscar la mochila con la esperanza que no se la han robado o buscar plantas medicinales por los alrededores... pero la hada (que en ese momento humana se veia) Tendria que dejar al orco y era lo ultimo que queria...

-Amor, voy a romper mi ropa asi que no pienses nada raro...

Rapidamente se empieza a romper la larga falda que tenia, retiro y rompio algo de ropa que interrumpia la mejor vista de sus heridas.

-Te voy a apretar un poco asi que espero que no te duela... -Solto una pequeña risa para tratar de no ponerle tanta importancia, su vestido ahora ya no es largo, si no que parece una falda, a unos 4 dedos sobre la rodilla- Quiero escuchar algunas de tus historias...

Queria hablar y no tomarle atencion a lo que estaba haciendo...

Mientras iba apartando un poco de las prendas mientras trataba de mantener una sonrisa aunque al ver las heridas (Algunas ya cerradas) le seguía preocupando, ya que todo lo que veía no era normal ¿Porque esta así? ¿A donde se fue a meter? Que tan terco es este orco para ir a meterse en lugares que no deben o al menos que lo hiciera con más cuidado para dejar tranquila a la hada, pero no podía enojarse... y más aun con aquellas dulces palabras que salían de los labios de su amado, su corazón y su mirada se sentían en paz mientras estaba en medio de su trabajo y no pudo evitar aquel día en donde su corazón palpito de amor cuando lo conoció, olvidar ese día seria como olvidar su cumpleaños, pero algo cambio... fue la mirada del orco.

Cuando Lira lo noto no pudo evitar fruncir el ceño ya que, que hiciera eso era bastante raro. Era raro que no tuviera una historia, o al menos un chiste haría sentir mejor a la hada, aunque fuera el peor chiste del mundo, así sabría que todo esta bien pero tristemente no era así, algo iba mal con él y se notaba mucho más mientras le hablaba... Y cuando miro con preocupación a los brillantes ojos de Lira...
¿Un hada muerta?

-¿L...la siguiente...? -Dejo de hacer lo que estaba haciendo, dejo sus brazos caer y una mirada perdida apareció en su rostro- Garkal... N...no juegues con eso, sabes que no me gustan ese tipo de bromas... -Se levanta, rascandoce el brazo nerviosamente y caminando de un lado a otro, sabia que Garkal no hacia bromas de ese tipo pero quería pensar eso- ¿Porque piensas eso? -Con un suspiro, tratando de soltar la preocupación y el nerviosismo que le había aparecido cuando él le dijo eso- Amor, no soy la única hada en Mirovia... -Se pone en posición para asi quitarle su sombrero y acariciar su cabeza- Además, soy una hada fuerte y bastante torpe, se donde no me debo meter, no como tu, no pienses cosas que te preocupen y si algún día me pasa algo te prometo que seras el primero mi lista al que tenga que decírselo...

Luego de separarse, ponerle su sombrero y sentarse sobre él, olvidando sus heridas para luego recostarse sobre el orco, tratando de ponerle una mirada tranquilizadora con una voz suave mientras con su dedo hacia círculos en su pecho y ponía su cabeza bajo su cuello como si fuera un minino. Garkal ya estaba lo suficientemente mal con sus heridas y que... lo que sea que le ha pasado lo tenga mal en su estado anímico no ayudaba.

-Amor, no quiero que te preocupes, no quiero que te sientas mal ni que te duela el corazón, tal vez mi curiosidad por saber lo que te ocurrió y lo que ocasiono tus heridas sean demasiado pero... ahora quiero disfrutar cada segundo, sin preocupaciones y con mi novio a mi lado... ¿Esta bien? -Con un acercamiento lento a su rostro para luego pegar sus labios contra los suyos convirtiéndolo en un tierno y suave beso- Te amo.

Con sonrisas y leves risas Lira se sentía bastante cómoda, pero un leve pensamiento le a resonado en la cabeza por estos días, aunque era algo íntimo a decir verdad aunque sentía que no era el momento ya que igual han estado poco tiempo pero poco a poco se iba trasformando en un deseo que tenía la Hada. Las heridas del orco aunque fueran preocupantes ya trataba de quitarle la importancia, con las caricias del orco ella sonreía, un poco más y empezaría a ronronear.

-Garkal, sabes que yo te quiero mucho... -Dijo mientras se iba sentando en el estomago de esta con sumo cuidado, levemente iba haciendo círculos en su pecho- Y pues, últimamente he leído varios libros sobre romance y...

Ella estaba muy nerviosa y bastante roja, no estaba acostumbrada a este tipo de cosas y pues con todas las bromas que él a lanzado sobre el tema han hecho que de cierta forma ella se fuera haciendo la idea.

-¡Olvidalo...! -dijo mientras se tapaba el rostro de la vergüenza- Es una idea un tanto tonta...

Levemente empezo a temblar, mientras mil ideas se le iban a la cabeza "A que se reirá" pensó. Era un tanto obvio ya que ver a una pequeña roja de vergüenza es a decir verdad bastante divertido.