Tras las canciones-Vida y desaventuras de un Bardo
Jun 23, 2017 2:51:23 GMT
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Post by Deleted on Jun 23, 2017 2:51:23 GMT
-Idílico Despertar-
Una caricia suave sobre su mejilla sacó a Garkal del estado de vigilia. La mano escamosa de su amante recorría distraida los pómulos del orco, bajando por su cuello, y llegando al hombro, repasando las marcas del encuentro nocturno que tuvieron. Afuera, el sol clareaba ya, sus rayos a centimetros del rostro del bardo, y los pajaros cantaban suavemente, formando un cuadro idílico, de aquellos que uno piensa que solo se pueden encontrar en canciones y leyendas. Tocaba levantarse ya, pronto el sol quemaría su rostro, obligandolo a acomodarse, o su amada buscaría moverlo, ella tambien con una vida independiente que armar, pero la atraccion del lecho era potente, sobretodo cuando podía sentir el peso y el calor de su dracónica compañera a su lado.
La voz candenciosa de ella fue como una cuerda que buscaba sacarlo de su estado de vigilia, un susurro de viento, invitandolo a volver a la realidad, una realidad que prometía quiza, volver a entrelazar los cuerpos en el comienzo del día. Sin embargo, su mente adormecida apenas captaba palabras
- ...rrib...Garkal....n...des...dos...-
- mhhhh.. Treng...- Murmuró adormecido, acomodandose cerca del cuerpo de su amante. Un extraño silencio comenzó a llenar el lugar, y Garkal advirtió, aun en sueños, que algo estaba mal. Todavía adormecido, levantó la cabeza, girandose hacia la dragona, los ojos todavía entrecerrados.
-...Treng? ¿Que ocurre?
El aire silbó mientras la palma abierta de la dragona golpeaba contra su mejilla. Garkal se volteó, adolorido y sorprendido, y ahora terriblemente conciente de lo que había hecho
-¿QUE DIJISTE? - Ella estaba furiosa, sus ojos, dos puñales verdes dirigidos hacia el corazón del orco. Garkal instintivamente pensó en como zafar, en como intentar arreglar lo que había hecho
-Yo...eh, estaba hablando en sueños, algo de té - hizo un gesto vago con la mano, y luego se sobó la mejilla - joder que...
Un dedo levantado lo interrumpio, temblando, furioso. Garkal tragó saliva, conocía bien lo que ocurria, ella estaba a punto de romper a llorar.
-No me mientas Garkal. Dijiste Treng. Lo escuché DOS VECES.
-Bueno... ya, perdón, fue mi error, estaba medio dormido, solo ...
-Cual es mi nombre?
- ...¿Que?- El subito cambio de voz sacó de sus casillas al orco. Se revolvió incomodo, destapándose de las sabanas, sin atreverse a mirarla a los ojos. Sin embargo, ella no daba tregua.
-Garkal. Di. Mi. Nombre. - Casi podía sentir el martilleo de su mirada en su sien. Garkal suspiró, derrotado
-...Caethia... - Paladeó el nombre, y cerro los ojos. Maldiciendo su idiotez, su falta de tacto. Se le acercó, buscando tomar su mano en un gesto afectivo, buscando arreglar de alguna manera su tropezón - Caethia, mira, no volvera a...
-Ocho meses. - La voz de la Wyvern era desgarradora, su respiracion entrecortada, cerca del llanto. - Ocho putos meses. ¿Es tanto pedir que despues de ocho meses susurres MI NOMBRE al despertar? - Garkal tuvo que contenerse la lengua. Podría indicar que si lo decía "...Aunque a decir verdad, normalmente el nombre que susurro no es el de ella..." - "No volvera a pasar, no volvera a pasar" y una MIERDA - Golpeó fuertemente la cama, incorporandose de el, y acercandose a la pila de ropa que tenía, ya completamente en llanto. Garkal se medio incorporó, dudando entre salir corriendo, o acercarse e intentar calmarla (y probablemente fallar en el intento)
- No puedo, Garkal - Había recuperado un poco el habla, mientras tomaba las ropas de ella, y se vestía. Su tono de voz era amargo, dolorosamente amargo. La furia era una cosa, pero esto? no, esto era decepcion. -Lo había soportado antes, lo habia aguantado antes, pero tengo un límite. He perdido la cuenta de las veces que esto ha ocurrido y...- Alzó sus manos, para luego dejarlas caer, derrotada. Meneó la cabeza -Sabes...simplemente vete, marchate, LARGO - Le lanzó encima sus pantalones, su camisa, su capa, su guitarra (Que por cierto, iba diriga a la cabeza, no a sus manos). Garkal sabía como captar una indirecta, y con los pantalones todavía medio puestos, se dirigío hacia la puerta que la Wyvern mantenía abierta. Cuando dio dos pasos afuera, recordo algo.
-Eh, Caeth, creo que dejé mi sombrero en ... - Un portazo cortó totalmente sus palabras. Suspiró. Era un buen sombrero aquel. quiza convenía darlo por perdido. sin embargo, todavía quedaban opciones.
-¿Me traes mi sombrero a la noche, cuando toque en la "Caverna Escamosa"? - Gritó hacia adentro, mas solo un grito fue su respuesta
-¡VETE A LA MIERDA! -
-Tomaré eso como un no...
meneando la cabeza, Garkal ajusto su capa, colgo correctamente su guitarra, y se alejo lentamente de la casa. A medio camino, miró hacia atrás, quiza esperando verla asomada en la ventana, sin embargo, esos son cuadros idílicos, de aquellos que solo se encuentran en canciones y leyendas. Silbando, Garkal se alejo, dedicandole unos ultimos pensamientos a la desagradable fortuna, y pensando si es que podría de alguna manera arreglar las cosas con Caethia.
No estaba pensando en Treng.
De ninguna manera.
Para nada.