Amalthea
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La musica apacigua a las almas en pena
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Post by Amalthea on Jun 25, 2017 5:30:39 GMT
La joven unicornio habia estado en su habitacion en el templo del invierno. Tristeza y miedo abrumaban su mente dia y noche, mas aun cuando buscando paz y consuelo de sus amistades en la tabla arcana encontro en su totalidad todo lo contrario, habia sido expuesta de manera publica de lo que sentia por alguien tan cercano a ella, alguien a quien sentia algo tan puro y profundo que el temor de expresarlo era suficiente para que no consiguiera acercarse a esa persona.
La joven habia sido herida, aplastada, humillada y simplemente su cuerpo comenzo a sentir agobio, no logrando asi tener las fuerzas para levantarse de su lecho, no salian mas lagrimas pues estas le habian sido ya robadas por aquellas crueles palabras que todos habian presenciado y muy probablemente estado de acuerdo, Amalthea perdia la esperanza que el soberano Asthur le habian hecho recuperar con su apoyo y esfuerzo que solo Garkal habia conseguido dar tambien, no comia preferia no hacerlo y su cuerpo debido a la tristeza ya habia dejado de pedir alimento haciendole dificil pensar, concentrarse y recordar algunas cosas despues de aquello, sus movimientos en su cama cubierta por aquellas cobijas sobre su cuerpo protegiendole del frio eran lentos, habia dejado de hacer lo que mas amaba tambien, cantar o danzar para el soberano incluso cocinar , sentimientos de culpa, desesperanza y un gran vacío en su corazon cruzaban por su cuerpo y mente pero aun seguia viva pero...¿cuanto tiempo?.
-.....lo lamento....lo lamento...-
Se decia a si misma entre las sabanas mientras su cabello cubria su rostro, su mirar apagado, sin esa chispa de vida, necesitaba apoyo, necesitaba volver a tener esperanza.
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Post by Deleted on Jun 25, 2017 6:13:24 GMT
Digase una cosa de Garkal Thelnak: Digase que no es exactamente el mejor para guardar reposo en cama, que las ganas de hacer algo terminan consumiendolo, y que como apenas puede ocupar la lija, su taller no era el mejor lugar para estar. Tambien se podría decir que tiene un sentido por el sensacionalismo, que la historia sobre una enamorada de nada mas ni nada menos que un soberano era bastante grande como para perderlo, que la idea de una cancion de romance desmedido había sido lo que impulsaba al orco hacia el norte, hacia el gélido templo de invierno. Pero los cercanos sabrían que era una mezcla de un corazón demasiado cínico para ser de oro, pero que sin embargo, temblaba ante la injusticia, y ante sentir que un ser tan hermoso, tan puro, y tan bello, estaba sufriendo tanto en el gélido norte.
Garkal inahalaba el aire de los témpanos, recordando la primera vez que vío a Amalthea, siguiendo una pista dejada por una nota, un recuerdo de una cancion hermosa. Desde entonces, había quedado fascinado por aquella mujer, y se había convertido en su amigo, en su confidente, en admiradores mutuos. Sin embargo, no había estado allí para ella en unos momentos tan difíciles... y solo había una manera de compensarlo.
Alegrarle la vida. Nuevamente.
Al acercarse a los guardias de la entrada, llegó el primer problema: Estos se cuadraron, bajando los escudos y observandolo críticamente. Claro, Garkal no poseía el mejor aspecto: Un brazo todavia en cabestrillo, y bajo su capa su cuerpo parecía hinchado por la cantidad de ropa que llevaba para conservar el calor, eso, sin contar una mochila cargando suficientes instrumentos como para satisfacer a una banda entera.
Dígase una cosa, sin embargo, de Garkal Thenak: El no pierde el pulso para decir cosas, ante nadie
-Avisadle porfavor a la Dama Amalthea que Garkal Thelnak ha llegado. Y no debería haberse molestado con una escolta, bastaba con solamente un guía para el camino - la sonrisa, a medio camino entre la amabilidad y la pedantería, asomaba por los labios del orco. Los guardias se miraron entre sí, y uno se dirigió al templo, a avisar su llegada
....¿Le debería haber avisado a Amalthea que venía?
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Post by Amalthea on Jun 25, 2017 6:46:47 GMT
La puerta helada se abrio poco a poco un soldado que cuidaba su habitacion entro lueggo de ver que la joven estaba recostada para decir amablemente.
-Mi señora, lamento importunarla, un arcano viene a visitarle llamado Garkal Thelnak, parece que a venido de muy lejos hasta aqui para encontrarse con usted ¿le permitimos pasar?-
Pregunto con calma y preocupacion ante la joven que poco a poco se incorporo entre quejidos para mirar con sus ojos tristes y asentir.
-Si por favor hagalo pasar...es de confianza, por favor...que pase...- Decia con debilidad y pocos animos de moverse o mas bien poerzas en realidad, para caer en la cama una vez mas esperando al orco que se habia ganado su afecto y admiracion, con el que tenia una historia de amistad, el guardia cerro la puerta y se dirigio hasta la salida del templo donde el orco era resguardado para acercarse y decir.
-Lady Amalthea lo recibira, le pido que por favor no la haga molestar, pues su salud no parece ser la mejor.-
Dijo guiandole hasta donde se encontraban los aposentos de la unicornio.
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Post by Deleted on Jun 27, 2017 23:45:42 GMT
Garkal no pudo evitar soltar un silbido ante ver todo el protocolo que existía en el templo de invierno. Siguió a los guardias hasta que lo llevaron a una habitacion, haciendole un gesto para que entrara.
Se acomodó, inhaló ondo, y basicamente saltó hacia la habitación, en una explosión de algarabía
-¡Y con ustedes hace la entrada: Gaaarkal Thelnaaak! - Alzó los brazos, cómicamente mientras entraba en la habitacion, como si entrara a una especie de anfiteatro, acompañado por los ruidos lejanos del publico, proporcionados, por supuesto, por el bardo mismo. - Gracias, gracias, no se molesten
Entre chanza y broma, repasó con su mirada la habitación. Si algo indicaba el desorden de la cama y la marca que había en el colchon, es que Amalthea se había pasado la mayor parte del día acostada, quiza sintiendose encerrada en las cuatro paredes, rodeada de hielo. Claramente no estaba en las mejores condiciones. Bastaba con notar en su mirada que el brillo de los ojos parecía ausente, como a una luciernaga que la encarcelaran.
Bueno, había que encontrar una manera de volver a insertar brillo y luz en aquellos ojos. Garkal no se iba a dar simplemente por vencido
- Bueno, vine para contarte historias y cuentos del sur, a ver si puedo traer un poco de calor a este frío lugar. Peeeero primero que nada, ¿Como has estado?
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Post by Amalthea on Jun 28, 2017 18:01:29 GMT
La joven llena de melancolia se habia con gran dificultad levantado de su lecho acomodando su muy largo y blanco cabello con los dedos para hacerlo ver bastante bien o presentable para su visitante, ojerosa parecia enferma pero en realidad solo tenia un momento de "mal de amor" para abrir los ojos como platos ante la entrada tan llena de emocion y dicha, Garkal en esos momentos era completamente distinto a ella, era la felicidad encarnada y eso lo admiraba aun mas de el, para notar como imitaba los sonidos de un publico que alababa su entrada hecho por el mismo, la unicornio no pudo evitar soltar una carcajada, realmente era preciosa su risa pero rara vez se le, lograba escuchar por su melancolia, sin duda Garkal era uno de los arcanos que lograban sacar esa sonrisa.
-Tehehe! hahahahahaha!! Garkal el magnifico a entrado! ///////-
Una vez habia terminado de reir la joven aclaro la garganta para acomodarse los mechones de cabello de la cara para mirar a Garkal con una sonrisa algo forzosa pero que luchaba por mostrarle.
-¿Como eh estado?...pues...no muy bien como te podras dar cuenta...-
Dijo con la mirada baja, se sentia muy triste para tratar de caminar, sus piernas se sentian entumecidas, debiles y torpes, para llegar junto a su amigo y abrazarle con algo de fuerza o mas bien la que su cuerpo tenia y quedaba, comenzando a llorar dolida.
-m-me humillaron de una forma tan cruel...Lord Asthur seguro me desprecia ahora...me desprecia ahora por...por atreverme a...a amarlo...shif...shif Garkal no se que hacer...no se que pensar...no puedo salir y sentir que mi soberano no quiere verme o no quiere saber de mi...tengo tanto miedo...-
Amalthea apreto sus manos contra los ropajes de Garkal ocultando su tan entristecido rostro, sentia como si su corazon fuese estrujado con todas las fuerzas que alguien tuviera.
-n-no merezco sentir amor por mi señor...no lo merezco...el es tan buen hombre...tan...perfecto y yo...soy solo un estorbo y...como dijo Gabriel, lo hago responsable de mi sufrir...-
Sabia que no era verdad, pero aquellas palabras tan crueles de Gabriel y Lian habian dejado verdaderamente triste a la jovencita y no podia superar aquel dolor.
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Post by Deleted on Jul 1, 2017 5:29:22 GMT
Escuchar Reír a amalteha era ya una recompensa increíble para su viaje. La risa de la unicornio era una melodía armoniosa, que sonaba a luz de las estrellas. Un regalo preciado que no todos lograban apreciar en su vida
Sin embargo, ese regalo a veces era manchado por circunstancias que otros producían. Como ahora. Apesumbrado, (e intentando ignorar el dolor en su brazo roto), sostuvo a Amalthea, siendo un bastion de calma contra la pena que la asaltaba. No iba a dejarse caer ante la ira que le caía sobre las perpetadoras de tal humillación, no ahora.
-Eh, eh, calma Amalthea, calma. Tal y como yo lo veo, tienes una escolta, unos guardianes, una gran pieza para que descanses.. yo no diría que te desprecia, todo lo contrario, yo diría que el te aprecia, y mucho. Venga, yo se que puedes darte cuenta de eso.
Palmeaba con sus brazos la espalda de Amalthea, mientras intentaba poner en orden sus palabras. “Dioses con los corazones rotos. Es casi como si se enamorara por primera vez. Venga, que tuviste un marido Amalthea, deberías poder superar esto” Pensaba el orco, algo angustiado. Si, quizá no toda la culpa la tenía su amiga, sin embargo, esta actitud generalmente llevaba hacia un solo lugar: Agujeros, y Cadenas.
-Vamos, mirada arriba, inhala hondo, y piensa bien. Asthur simplemente… es un soberano, quizá sea vea algo mal que corteje a alguien de su corte… o algo así. Te aprecia, y te quiere, y vamos, que el amor no es sobre merecer o no merecer a algo, uno lo siente, y se jode. Punto. Que va a saber Gabriel o Hinjungonyingon o como se llame ese otro de amor, si con suerte han tenido sentimientos en su vida.
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Post by Amalthea on Jul 2, 2017 21:26:18 GMT
La joven al ser abrazada de forma amorosa por el orco quien era su amigo mas cercano, su amigo de verdad le hacia sentir feliz, llena de dicha y querida, Amalthea era una joven amorosa y entregaba su corazon a alguien que amaba y respetaba, siempre se sentia querida apesar de que las personas que mas amo con todo su corazon se les habian sido arrebatadas de sus manos.
-Lo lamento tanto....Garkal no queria agobiarte con mi pesar, vienes a apoyarme y yo solo estoy llorando, lo lamento se que es verdad que debo calmarme pero...ame una vez y tengo miedo de perderlo, de que me rompar el corazon...-
Decia para esconder su rostro en el hombro del orco buscando paz en el, como ya lo habia hecho, se sentia como su corazon latia con tanta velocidad.
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Post by Deleted on Jul 5, 2017 4:58:56 GMT
-Bueno, es una suerte que yo sea imposible de agobiar - El orco separo un poco el abrazo, dedicandole una amplia sonrisa. Los ojos de la mujer estaban todavía llorosos, la culpa creciendo de ellos. Verla así era doloroso, sobre todo, cuando tenía en memoría las risas y cantos que solían dar juntos, sin embargo, Garkal sabía como devolver esas sonrisas - Y que tambien tenga un truco mágico para volverte el ánimo arriba.
Con un floreo, alzó su brazo sano, girandolo con movimientos cerrados y ágiles. El orco le guiñó un ojo. haciendo una pausa teatral antes de pronunciar - Nada por... um...espera...- La trinfual entrada del orco pasó al desconcierto. La idea era arremangarse las manos, hacer como un mago callejero antes de iniciar un truco, pero había un pequeño error de cálculo: no tenía como arremangarse la mano. Alternando su mirada entre su muñeca, extendida y completamente tapada, y su brazo encabestrillado, se veía ridiculo. A si que decidio seguir con el ritmo, e intentar arremangarse usando sus dientes, empujando la tela hacia atrás con mordiscos
La imagen era cuanto menos insólita: un orco, con un brazo largo extendido, dandole mordiscos a su ropaje por el hombro, para poder bajarlo, mientras apenas se lograban escuchar murmullos con la boca llena de tela -Bada... bod abbi.... bada....bo bebda- Cada tiron apenas llevaba unos centimetros mas abajo la tela, haciendo que otro tiron, otra mordida, y una nueva descarga de babas sobre las ropas del bardo fueran necesarias- bada...bada... vamoos- Al fin, entre gruñidos y tirones, logró arremangarse la mano. Solto su manda, ahora cubierta de baba, y sonrió.
-Nada por aquí! y espero que confies que no tengo nada por alla, porque no puedo arremangarmela - Apuntó con el mentón su brazo herido, amarrado todavía al cuerpo, su rostro vuelto una mueca cómica. Una pequeña distraccion mientras con su mano alzada tomaba la pluma roja que sobresalía de su sombrero, retirandola co la punta de sus dedos, y empuñándola: su arma secreta para hacer cosquillas.
-En Garde!- exclamó de sobresalto, atacando con su emplumado puñal el desprotegido rostro de Amalthea, buscando llegar a las débiles carnes de su cuello, para que sucumbiera ante el poder, no por nada la pluma era mas poderosa que la espada.
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Post by Amalthea on Jul 15, 2017 21:07:35 GMT
Los gestos,los intentos de poder lograra arremangar la manga de su camisa para poder hacer un acto de distraccion, amalthea observaba curiosa para ayudarle con la manga aunque Garkal ya habia logrado hacerlo casi por completo, una muy leve sonrisa enternecida de habia mostrado para mirar a Garkal curiosa." -Nada por aquí! y espero que confies que no tengo nada por alla, porque no puedo arremangarmela -" lo que le dijo era bastante gracioso,por supuesto que confiaba, le confiaba hasta su vida, para reir un poco cubriendo sus labios. -Confio en ti completamente...- Miro los movimientos animados de las manos de Garkal, arriba, abajo, de un lado al otro para alzar su vista hacia arriba curiosa pero fue "traicionada" Garkal habia tomado una gran pluma de su sombrero y le "ataco" con mortiferas cosquillas que causaron que una enorme pero preciosa risa resonara en la helada habitacion, incluso los guardias se habian sorprendido pues aquella risa no se escuchaba nunca en los aposentos de la unicornio, era muy raro que apena siquiera sonriera, Amalthea movia sus manos nerviosa, entre carcajadas y leves sonidos como una pequeña niña, mostrando los dientes de la felicidad causada por las cosquillas. -¡hahaha basta Garkal basta hahahaha no puedo hahaha!- Sus mejillas tomaron un hermoso color rojizo y sus manos fueron dirigidas rapidamente a sus labios para cubrir su risa y acallar un poco los gritos tiernos de risas que tenia tanto sin mostrar, su estomago le dolia pero le encantaba, le encantaba sentirse feliz aunque fuera por el acto mas pequeño como una pluma haciendo que su piel se estremeciera por los besos suaves de el artefacto. -¡Hahahaha Garkal eres haha...un pequeño bribon!/////////////- Decia mientras se cubria la boca riendo aun alejandose de el con la pluma en un pequeño intento de escape.
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Post by Deleted on Jul 22, 2017 22:30:01 GMT
El ataque había tenido éxito, las risas de Amalthea volvian a rellenar la habitacion, colandose por los rincones donde el frío y la tristeza habían tomado raíz, contraatacando con el calor puro de la felicidad el frío de los ultimos días, derritiendo aquellos fragmentos depresivos que se habían quedado aferrados al lugar. Los ataques seguían redoblados, Garkal movía escurridizo por los alrededores, intentando evitar que las manos de Amalthea detuvieran los avances de la pluma, el mismo con unas carcajadas acompañando las risas de su gran amiga.
Al final, dio un paso hacia atrás cuando ella escapaba, dejandola que recuperara el aliento del redoblado ataque. Las mejillas coloradas mostrando el triunfo de la acometida. Garkal dio una media reverencia, para luego acomodar su pluma en el sombrero, todavía riendo entre dientes - Por supuesto que lo soy, un bribón que se dedica a robarle sonrisas a las damiselas incautas. Nunca me ha salido bien el papel de príncipe azul despues de todo
Se sento en el borde de la cama, estirando los brazos, todavía portando una sonrisa en los labios. Pensaba una manera para poder alegrar el corazon a su amiga, algo que la mantuviera ocupada, que la pudiera hacer feliz, incluso cuando a el le toque partir de vuelta al sur. Sus ojos cayeron a la guitarra, y recordaron la cristalina voz de Amalthea, si, la música siempre es una buena compañera para cuando no hay nada mas que hacer. Tomó la guitarra, y empezó a rasguear notas sueltas, con un aire distraido.
-Oye, ¿te parece practicamos unas canciones? En una de esas podemos despues presentarnos juntos en la ciudadela, armamos un gran show, o algo por el estilo. - Comentó, mientras visualizaba el escenario, y las multitudes - ¿Te animarías? De seguro tu voz termina cautivando a todos
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