Mira amor, ya aprendí. (Priv. Nemue, Victor)

La joven apenas había despertado, el grito de su compañero solo le confirmó que ya era de día y que por ende sus horas de sueño habían sido largas. Se levanto algo avergonzada, no acostumbraba ponerse tan cómoda con alguien a quien acababa de conocer. Acomodó un poco sus mechones de cabello y caminó a lo que parecia ser la cocina de la vivienda, era tan hogareña que si fuera por ella se quedaría ahí toda su vida. -Buenos dias- Reconoció suaves y agradables olores antes de poder dirigirse de nuevo a su amigo, posó su vista en la mesa y vió el banquete que habian preparado para ella, sonrío con cariño.
Se acercó a su amigo por la espalda y le abrazó en señal de agradecimiento por su notable esfuerzo en el almuerzo. -No te hubieras molestado- Comentó algo soñolienta. Se sentó en la mesa y revisó que su bolso estuviera todavia junto a ella, una vez hecho eso esperó a que Victor la acompañara. 

Sirvió algo de jugo en el vaso que su amigo le habia dado. Sonrió al ver la comida, era tanta y se veia tan apetitosa que no dudo ni un instante en probarla, no se arrepintió al hacerlo, en verdad estaba buena y su rostro lo reflejaba. -Victor, es lo más rico que he probado en años- Dijo con un tono animado. Prosiguió a comer y escuchar lo que su compañero tenia para comentarle, tal vez tenía muchas historias guardadas que serían interesantes.

Soltó una risa antes de contestar y se puso roja. -Bueno.. no creo que yo sea bonita, pero eso no importa, comencemos por ti, ¿qué es lo que más te gusta hacer? - Comenzó a peinarse y a tararear un poco. -Veo que cocinas excelente - Se sentó más cerca de él y evitaba un poco el contacto visual, sus pestañas eran largas y sus pecas resaltaban su rostro, tomaba los mechones de su cabello delicadamente, estaba intentando parecer bonita pero dudaba en lograr su objetivo, y a decir verdad ¿Porque queria serlo?¿Cual era su proposito? Tal vez ese chico habia llamado su atención más de lo que esperaba...

-Yo... supongo que amo salir y conocer el mundo, mi madre me tuvo mucho tiempo encerrada en casa.. así que cuando logré escapar lo primero que hice fue nadar tan rápido como pude y explorar. Creo que... el mundo entero está lleno de maravillas, muchos creen que soy ingenua por pensar eso pero no ven el mundo con mis ojos - Jugó un poco con su plato y dió el ultimo bocado para terminar.- También me gustan las flores, las gemas, las hojas, tengo un montón en mi bolso y tengo aún más en mi hogar. También tengo varios libros que he escrito sobre mis viajes y exploraciones. - Sonrió un poco- Bien, sigues, ¿Tienes pareja o alguien que este contigo ahora?- Ella realmente no se daba cuenta cuando sonaba imprudente.

-Me agradas, no eres molesto como otras personas cuando presumen su belleza.- Guardó silencio un instante. -Aunque si me es dificil creer que estes solo, eres amable y eres llamativo... e-es decir... t-tu sabes como... ¿a-atractivo? - Se puso nerviosa y su cara estaba colorada, se cubrió el rostro esperando que su compañero no lo tomara como algo raro. - D-de verdad me agradas Víctor- Subió el rostro mirándolo a los ojos 

Enrojeció ante la sentencia de su amigo, ¿Esposa? hasta este punto de su vida, Nemue jamás se había imaginado como esposa de alguien, y ese comentario la hizo pensar. Se levantó de la mesa y siguió a su amigo, entró con él a la habitación con algo de pena.- ¿Puedo ayudarte?-  Se acercó y miró con algo de gracia su cabello, estaba todo alborotado. -Puedes confiar en mi- Sonrió para darle más confianza, lo tomó de la mano y suplicó con sus ojos para que la dejara hacerlo, era evidente que se moría de ganas por ayudar. 

-No te preocupes, mi casa también es un desastre- Rió y se sentó en la cama más cercana que pudo encontrar y esperó a que su acompañante encontrara lo que buscaba, mientras tanto la joven sin avisar comenzó a tararear, tarareo que poco a poco se convirtió en un dulce canto, aveces hacia eso sin darse cuenta, se centraba tanto en lo que cantaba que le daba igual para quien fuera la melodia,mientras ella lo disfrutara todo estaba perfecto.


Sus pies se balanceaban y sus manos ocupaban de nuevo su cabello, miraba fijamente a la ventana, cada arbol, cada ser vivo que habitaba ahí, todo eso en conjunto con su voz generaban un aura pacifica y dulce. Tomó en cuenta a su compañero demasiado tarde, esperaba que lo tomara de buena manera.