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Post by Corneille Black on Jul 3, 2017 21:55:32 GMT
Aquel paisaje que tenía enfrente de sus ojos, aquellos colores variados que parecían sacados de un pequeño libro antiguo tenían fascinada a la pequeña y delgada harpía. Entre su misión tenía recolectar las flores que le brindarían su supervivencia. Desde que había llegado con pocas personas tenía alguna conversación, quizá no era la mejor chica para con llevar una. Caminaba con aquella capa que la hacía perderse entre su paisaje alrededor, desde que había llegado sabía que podía tener el concepto de “libre” pero algo en su interior quería seguir ocultando su cabello que para ella no habían sido algo normal.
Escuchaba el viento, incluso podía decir que escuchaba a las flores hablar, pero no quería alucinar con aquello. Entre sus labios se mostró una sonrisa encantada, su trabajo era colectar aquellas flores y venderlas. En su mente, las flores eran únicas al igual que las personas que iban a recibirlas, quizá era algo cursi pero ella quería creer aquello, que las flores podían transmitir un mensaje más allá que ser un adorno. Notó entre los arboles un gran manzano, notando que podía llevar algunos cuantas para darle una energía a su cuerpo. Empezó a cortar unas cuantas cuando al jalar una, un pequeño amigo cayó en su rostro, una oruga había sido interrumpida en su alimentación cuando la pequeña había cortado su casa. Por la sorpresa la albina dio un pequeño grito de susto, pero eso sí, no dejo que aquel amigo cayera y lo dejo de nuevo en el árbol con una cara de medio asco por la sensación del cuerpo pequeño.
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Post by Ikal Kante on Jul 4, 2017 4:22:58 GMT
Cualquiera ya estaría acostumbrado después de ver el mismo paisaje repetidas veces en distintas ocasiones, o al menos eso era lo que pensaba Ikal. ¿Exageración? Quizá, pero cada vez que Ikal se encontraba visitando aquel bosque se sentía maravillado con los paisajes que este le ofrecía. Había atravesado un largo vuelo, pero a pesar de todo, la vista hacia que todo valiera la pena, pero a pesar de ello se sentía un poco decepcionado, pues a pesar de los murmullos que naturalmente se deben escuchar en el bosque, Ikal tenía la impresión de que no había ni un alma, y en caso de que la hubiera, posiblemente estaban escondiéndose de él.
-Vamos, que este es el bosque de las hadas y hoy no he visto ninguna.
Murmuró en voz baja y algo desanimado. Algunos rayos de luz que se escapaban de las hojas de los arboles alumbraban el color de sus plumas delicadamente, lo que le hizo pensar en que quizá el volar por encima de los arboles le haría sentir mejor.
-Con suerte y también encuentro algo qué cazar.
Se propuso mientras extendía sus plumas y flexionaba sus patas para así conseguir el impulso para finalmente volar, hasta que un chirrido aturdió y persuadió su atención, haciendo que rechinara los dientes de la impresión. Miró a todos lados buscando respuesta a lo que había escuchado, hasta que con su fina visión logró percibir la silueta de alguna criatura. ¿Un hada? no estaba seguro, pues parecía llevar puesto una capucha que cubría casi todo su cuerpo. Fuese la criatura que fuese, sintió la necesidad de saber si estaba bien o si algo había ocurrido, por lo la harpía dio unos leves saltos e impulsándose con las alas, alzando consigo algunas hojas del suelo, hasta que finalmente y con rapidez se apareció repentinamente detrás de aquella criatura.
¡Que horrible chirrido soltaste! ¡Casi me dejas sordo!
Expresó con voz alta por encima del hombro de lo que parecía ser una chica.
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Post by Corneille Black on Jul 5, 2017 1:09:45 GMT
Entre aquellas ventiscas sintió una presencia sus pequeñas alas se alzaron en una pequeña forma de defensa, pero fue tarde para sus reflejos, cuando escuchó una voz grave en su espalda la chica giró su cuerpo asustada. Llegó a pensar que quizá fuese algún guardián del bosque que la había descubierto tomando las flores y los frutos del lugar. En su rostro una expresión de sorpresa se vio cuando cruzó sus ojos con un pecho bien formado, tuvo que alzar la vista para encontrarse a un chico bien parecido.
Una pequeña ventisca movió su capa, dejando al descubierto el rostro de la más baja al igual que su cabello. Comúnmente se ocultaría pero estaba un poco shockeada por la aparición del más alto.
Recordó las palabras del contrario, entonces un leve color se asomó entre sus mejillas, el calor de la vergüenza se hizo presente por estas palabras, había olvidado que tenía aquella habilidad. Sus grandes ojos negros bajaron lentamente logrando con esa acción ocultarse un poco.
-N-No fue mi intensión, dis-disculpame- Susurró con voz tímida entre un pequeño tartamudeo. Notó las patas de este, preguntándose por dentro si el contrario era una harpía al igual que ella. No sabía como una pequeña recolección de su alimento y trabajo la harían encontrarse con una persona así, notó como el plumaje del contrario brillaba, era un color vivo y puro como aquel paisaje en el que se encontraba. Se puso levemente nerviosa, quizá para el contrario ella no sería atractiva ni por lo menos linda. De nueva cuenta estaban las inseguridades de esta, con el poco autoestima que tenía el ver a alguien tan atractivo se menospreciaba inmediatamente, se preguntaba si realmente este la tacharía de menos por no estar a su altura.
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Post by Ikal Kante on Jul 6, 2017 4:56:41 GMT
Sin duda Ikal se había llevado una gran sorpresa, pues la criatura que de la cual emergió ese chirrido ensordecedor no era nada más que una chica bastante pequeña a comparación de él, y por lo que notó al examinarla con rapidez, era una harpía. La tez de su piel eran tan blanca que era imposible no notar lo rojo de sus mejillas brotar con bastante vergüenza, Ikal retrocedió un paso, mientras acomodaba la capa de un azul desteñido que llevaba en su hombro derecho.
-Lamento si te asusté, por un momento creí que alguna criatura se encontraba en peligro o algo por el estilo.- Relajó su postura con ojos cerrados, continuando por darle un masaje a uno de sus oídos entre su cabellera verde, hasta que un pensamiento le atacó de repente. ¿Qué hacia ella ahí? Cualquiera que la viera de re-ojo sabría que no está en condiciones de salir sola, o quizá sólo le estaba subestimando, Quién sabe, quizá debajo de esa capucha y apariencia débil escondía algo. De cualquier forma, ella había pegado un grito al cielo, quizá algo le estaba siguiendo o aun peor, atacando. Ikal miró a diestra y siniestra alertado, miró a la chica con seño fruncido y preguntó. – ¿No estarás en peligro o si?
Sea buena o mala la razón de su chirrido, se sintió aliviado de alguna manera. No fue una especie de sorpresa, ni una gratitud momentánea por haberle brindado el placer de por fin cruzar palabra con alguien después de ese largo viaje... Bueno, en realidad sí. Sólo esperaba no echarlo a perder, y no era que el no pudiera hacer amistades, vamos, que es un parlanchin de lo peor. Su problema eran, y siempre serán las mujeres. Aunque esta no le causaba tanto terror y agobió como en otras ocasiones, probablemente se debía a que esta chica tenía la apariencia de una niña desde sus ojos.
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Post by Corneille Black on Jul 6, 2017 17:10:13 GMT
Miró alrededor igual que este, no entendía para nada aquél comportamiento, en aquel lugar a su parecer era bastante tranquilo, a pesar de que posiblemente no debía estar ahí puesto que no era tan habitual estar entre un territorio tan brillante lleno de paisajes cuando ella venía de un lugar tan seco y frívolo.Notó como este le daba espacio, logrando que se calmara un poco su corazón se había calmado levemente mientras escuchaba el comentario de este.
A pesar que el contrario le había puesto un buen susto, ante la disculpa y la preocupación de este le brindaron una buena imagen del chico, entre sus labios salió una suave y cálida sonrisa mientras hablaba de manera suave. -No, solo una pequeña oruga cayó sobre mi- Mencionó esta al tiempo que señalaba el árbol donde había dejado al pequeño insecto. Recogió las manzanas que con el pequeño susto se habían caído junto con algunas flores que necesitaba para su venta. Miró las manzanas, estaban tan rojas que parecían casi de mentira, de seguro debían saber fantásticas, miró a este.
-¿Gusta una? -Le ofreció hablándole aún en un tono bajo, aquella era muy insegura de sus acciones puesto que no sabía en que momento aquel extraño no le gustaría su comportamiento y la dejaría o reaccionaría de mala manera. De todos modos no se lo imaginaba así pero siempre era precavida.
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Post by Ikal Kante on Jul 11, 2017 3:13:16 GMT
¿Una oruga? ¿Sólo eso? Bueno, no era razón para juzgarla, todos le tienen miedo a algo, inclusive en algunas etapas de sus vidas. Dejó de vagar en su mente y observó a la chica recoger las manzanas, por lo que se apresuró y comenzó a ayudarla, hasta que ella le extendió una frente a su rostro. Le miró perplejo. Él no solía comer frutas u verduras muy a menudo, era más carnívoro que nada, pero no es como si comer una debes en cuando fuera a matarlo.
– No suelo comer muchas frutas, pero, ¡Muchas gracias!- Sonrió de oreja a oreja por el lindo gesto de la chica y tomó la manzana con su mano derecha. –Es increíble, ¿verdad? El rojo de estas manzanas parece irreal… - La voz de Ikal sonó melancólica. - Debe ser cuestión de suerte encontrar manzanas tan buenas. Tú debes tener mucha. – Le extendió las manzanas que ayudó a recoger y continuó. - ¡Y sin duda yo tengo suerte de haberte encontrado aquí! Soy Ikal, Ikal Kante. ¿Cuál es el tuyo? ¿Vienes de muy lejos? -
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Post by Corneille Black on Jul 11, 2017 4:41:33 GMT
Tenía que admitirlo, aquél chico era muy agradable, tenía un aire que le daba ternura, aunque eso no podía definirlo totalmente ella ¿Verdad? Cabía aclarar que todas las harpías de su pasado habían sido crueles y tan obstinados en su forma de pensar que si se hubiera presentado una igual no dudaría en actuar de manera mecánica y un poco triste. Aún así era todo lo contrario a lo que conocía, agradable, le hacía llenarse de colores, ella tan monocroma cuando este parecía con unas energías encantadoras.
Escuchó aquel comentario mientras miraba atenta a las manzanas que tenía recolectadas, tenía razón el contrario debía correr con suerte, cuando se dispuso a hacer un comentario notó como este la dejaba sin habla. ¿Alguien tenía suerte de encontrarla? ¿Era realmente suerte? Por alguna razón se llenó de un sentimiento que desconocía, algo intermedio entre una felicidad y una extraña vergüenza. Nunca antes había puesto suerte y su persona en una misma oración de una forma positiva. Con una leve sonrisa habló de forma tímida
-S-soy Corneille Black, No vivo tan lejos, vivo en los plantíos -Comentó pensando en cuanto tiempo le tomaba volar hasta este lugar y su casa. Entonces recordó su propósito, recoger más flores para su venta. -Ve-vengo por un poco de flores, soy florista -Le mostró una pequeña ración de flores ocultas entre otra canasta más pequeña pero adornada con telas y listones con algo de agua al final para mantenerlas en una saludable condición -¿Y usted? -Si, la chica era cortes tratando de usted sin saber la edad, malas experiencias siempre la hacían tratar así a los extraños.
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Post by Ikal Kante on Jul 14, 2017 4:01:18 GMT
-Diablos, era evidente que ella preguntaría lo mismo, ¿por qué no evadí esa pregunta desde un principio? Qué sé yo, algo como… el clima o su pasatiempo favorito. –Pensó Ikal con molestia hacía el mismo. - …No, ambas son estúpidas. - Terminó de añadir. ¿Qué se supone que iba a responderle? Ikal no tenía nada que hacer allí realmente. Era un viaje sólo por ocio, por no tener nada mejor qué hacer. El había acudido allí anteriormente, pero no sólo. Sea como sea, no era un recuerdo precisamente bueno o que le hiciera sentir bien. Ikal es bueno socializando, pero nunca a enlazado una verdadera amistad o relación. Siempre que ese pensamiento invade su mente siente cierto tipo de… soledad. “Vine a buscar compañía” Se sentía ridículo de tan sólo imaginándose respondiendo aquello, así que sólo se limitó a hacer lo que más odia en el mundo, mentir.
-Soy un cazador, y me han dicho que por estos bosques hay criaturas y bestias muy deliciosas. - Contestó fingiendo demencia y una sonrisa despreocupada, esperando que la chica no notara su nerviosismo. – ehm, ¡tú canasta es muy bonita, muy práctica! ¿La has compraste en la ciudadela? – Fue lo mejor que se le ocurrió. La chica estaba básicamente trabajando, por lo que se sintió que era algún tipo de distracción. Estaba cargando manzanas y una canasta de flores, su complexión delgada y delicada daba mucho qué pensar… ¡puede cargarlo sola? - Yo, eh… - recordó - Coneille, ¿verdad? – Vaya que estaba distraído. Por poco da una peor impresión de la que ya había dado.- Es un nombre bastante sofisticado – rio levemente. - ¿Está bien si sólo te llamo Corni? – Quizá estaba pidiendo demasiado.
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Post by Corneille Black on Jul 15, 2017 4:52:04 GMT
Sus ojos parpadearon de forma inocente mientras esperaba tranquila su respuesta, al parecer había algo extraño por lo que este tardaba tanto, así que acomodó sus pequeñas flores que había recolectado de tal manera que no se maltrataran entre el viaje. Eso fue hasta que algo la sacó de concentración, aquella frase que la hizo retroceder levemente hacia atrás y su cara no podía mentir, sus ojos levemente lloros imaginándose lo peor. ¿Aquel extraño no la comería verdad? recordaba que en el mundo humano había un cuento donde un lobo se comía a una niña con una capucha ¿Ella no sería la siguiente, verdad? El no era un lobo, era una harpía al igual que ella. No pudo evitar imaginarse siendo asada en un palo mientras le daban vueltas cual pollo fuera o siendo el perfecto centro de mesa de un banquete.
Negó con la cabeza rápidamente alejando aquellos pensamientos que no ayudaban en aquel primer momento logrando echar un suspiro luego. Se acercó de nuevo a este, había sido un poco grosera con aquella reacción. Alzó su canasta mientras se la ponían entre las manos de este para que la tocara -Yo la hice, con un poco de ramas, ¿Se puede decir que fue gracias a mi naturaleza ave? -Bromeó levemente mientras lo escuchaba atenta a lo que decía- No hay ningún problema, si eso se te hace más cómodo- El rostro de la chica ya estaba calmado y poco a poco se asomaba una sonrisa dentro de sus rosados y quizá algo pequeños labios de la más baja -Pero solo con una condición- Comentó aquello haciendo una pequeña pausa dramática mientras se ponía levemente seria. Al cabo de unos segundos volvió a la sonrisa habitual que tenía, aquella que quizá podría conquistar a alguien puesto que tenía un alma pura e inocente. -Solo si me dejas llamarte Ikal-
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Post by Ikal Kante on Jul 21, 2017 5:41:09 GMT
Wow, eso no se lo esperaba. Es decir, que ella pidiera eso fue probablemente lo más adorable que le habían preguntado. Todos lo llaman por ese nombre, muy rara vez alguien lo hace por su apellido, pero por la naturaleza amable y cortes que la chica ya había presentado anteriormente, supuso que tenía sentido. Asomó una amable y cálida sonrisa a Corni. – Sería un honor, señorita Corni. – dijo mientras bromeaba haciendo una reverencia con brazo detrás de su espalda.
Los rayos de sol se habían tornado más anaranjados, se escuchaban revoloteos de hadas a lo lejos y unas que otras risillas ante el escenario que estaban presenciando con aquella pareja sola en el bosque. – Ah, Creo que deberías volver a casa. Está anocheciendo y no queremos que otra oruga te ataque, ¿verdad? – Bromeo nuevamente, guiñándole un ojo. Un poco de humor vendría bien para advertirle que debía volver a su hogar antes del anochecer, de esa forma no metería presión ni temor a Corni. Era una chica muy linda y amable, realmente había pasado una tarde agradable con ella. Sin duda era alguien a quien Ikal quería ver nuevamente. –Yo eh, antes de irme… - desvió la mirada, como acostumbra siempre que está apenado. - hay un baile… y me preguntaba… - miró a la chica de reojo. Le invadió la vergüenza, su rostro se había teñido del mismo color que el de un tomate. No quería que ella le mal interpretara. No quería ahuyentarla de esa forma. Es más, seguro ya tiene pareja o alguien con quien ir. ¿en qué estaba pensando? – No, no. – tartamudeo - Olvídalo, no es nada. – se dio media vuelta y comenzó a caminar, aparentemente olvidó que sabe volar. Comenzó a despedirse con una mano mientras estaba de espaldas y comentó con una voz que fingía seguridad. - Fue una tarde agradable, gracias por la manzana. -
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Post by Corneille Black on Jul 21, 2017 6:25:51 GMT
Al escuchar aquella frase hizo una pequeña mueca, no era que le desagradaba pero en su familia se burlaban de esa manera, al tratarla tan educadamente solo era por sarcasmo, sabía que aquél no lo decía con aquello, menos con aquella con sonrisa divertida llena de sinceridad en sus labios bien marcados. Negó con la cabeza dandole una pequeña sonrisa tímida -Solo Corni, está bien, sin el señorita -Murmuró mientras alzaba su cabeza acercándose levemente hacia este.
Notó como aquél paisaje estaba empezando a decaer en esos tonos que le encantaban, adoraba ella los tonos claros que daban el cielo justo ahora, quizá si alguien los dibujaba ¿Sería una linda pintura? Quizá, aquello era lo que pensaba hasta que la voz gruesa de este la sacaba de sus pensamientos, le advertía ir a casa, tenía razón. Cuando alguno conoce alguien el tiempo pasa muy rápido, en su caso fue una experiencia un tanto corta, quizá llena de algo de mal entendidos pero al final fue algo que quizá debía anotar dentro de su diario. Le prestó especial atención cuando el rostro del contrario cambiaba de colores ¿Pasaba algo? Curiosa se acercó a este hasta que mencionó aquél baile, ese que hablaban tanto en el lugar, aquel nerviosismo del contrario la contagió, sus mejillas levemente se sonrosaron al pensar que sería invitada al baile. Pero aquella emoción, sus pequeños y dulces latidos que apenas sentía se pararon rápidamente como para decir que realmente los tuvo, "Olvídalo, no es nada" Unas pequeñas frases que la hicieron sentir decepcionada, pero claro, no podía reclamar, eran unos completos desconocidos ¿Qué pensaba ella? Cómo un atractivo chico invitaría a una simple harpía sin chiste como ella. Sus ojos mostraron leve decepción pero no quitó aquella sonrisa del rostro a pesar de que este se había alejado tan rápidamente. -¿El festival del Cortejo? ¿Irás? Yo iré, aunque no tenga pareja, dicen que debes ir con un listón amarillo si buscas el amor -Comentó aquella acercándose levemente a este antes de que se retirara- Espero nos podamos ver, llevaré un listón amarillo -Susurró empezando a estirar sus alas para despegar- Gracias a ti, Ikal- Comentó aquello último un poco más animada.
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Post by Ikal Kante on Jul 21, 2017 6:45:31 GMT
Un giro de cuello muy drástico hacia la dirección de la chica le hizo sentir una punzada, pero resistiendo el dolor dejó escapar un último comentario, colocándose frente a frente de ella. - ¡Entonces te veré allá! – ¡Estúpido!, ¡Si lo vas a decir hazlo bien!, pensó.
-Quiero decir… eh, Corni… yo también iré… - sus puños se cerraron con fuerza y tomó aire. - Quizá… si tu quieres… podemos acudir juntos… - después de tantas pausas finalmente lo dijo. Probablemente su corazón estaba latiendo a mil por hora, ¿por qué? Acababan de conocerse, quien sabe, quizá sea eso. Realmente se sentía afortunado. Corneille es muy bonita, amable y tiene un aire muy fresco. -Apuesto que las demás arpías no pasan por esto- Pensó en voz alta.
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Post by Corneille Black on Jul 21, 2017 7:09:33 GMT
Aquél pequeño grito la hizo detenerse, estaba aproximadamente a unos 30 cm del suelo. Estaba a la altura de este, o al menos un poco. Sus ojos estaban más de cerca, aquello hacía su corazón latir rápidamente, sentía que casi se ahogaba de lo rápido que iba. Era la primera vez que le pasaba algo como aquello, algo que no con llevaba una burla o sarcasmo de por medio. Incluso podía decir que sentía aquellas emociones y nerviosismo del contrario. ¿Cómo una arpía tan atractiva se fijaría en ella? No lo entendía, era torpe, pequeña y tímida, ni siquiera tenía un cuerpo atractivo como para que alguien se fijara. Aún así este lo hizo. Su último comentario la hizo desviar la mirada ocultando levemente su rostro con su fleco, en un pequeño movimiento avergonzado asintió, dandole una aceptación a aquella invitación. -Yo también creo que a las demás arpías no les pasa- Susurró antes de partir de vuelo hacia su hogar.
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