Post by Icaro on Jul 4, 2017 14:26:57 GMT
Nombre: Icaro "Ojos de Espejo
"
Género: Masculino
Edad: No más de 200 años
Raza: Vampiro
Corte: Aún no ha elegido Corte.
Lugar de Residencia: No le gusta permanecer mucho tiempo en un mismo lugar.
Ocupación: Aventurero
Stats: 12 estrellas a repartir. Recuerda que una vez puestas tus estrellas, no las puedes cambiar. El máximo que puede tener cada stat es 5 estrellas.
• Fuerza: ★★★★★
• Inteligencia: ★★★★★
• Social: ★★★★★
• Agilidad: ★★★★★
• Defensa: ★★★★★
Habilidades raciales:
Antigravedad. Aunque siempre esté el piso, no significa que es la única ruta por donde caminar. Los arcanos con esta habilidad desafían las leyes de la física invirtiendo el centro de su cuerpo para poder trasladarse de cabeza o costado por cualquier superficie.
Agudeza Sensorial (Olfato).Su sentido elegido es más avanzado que otros arcanos de su especie. Esta habilidad es controlada a cualquier edad, sin embargo son altamente sensibles a su sentido desarrollado. Si bien el oído le es de ayuda, desarrolló sobre todo el sentido del olfato.
Forma Bestial. El vampiro adopta una forma de murciélago completamente monstruosa parecida a un wyvern, sin embargo, su tamaño no es mayor a uno y no supera los 4 metros.
Volar (-) ( en su forma bestial si es que tiene alas. )
Personalidad: Cortés/curioso/apacible/simple/educado
A primera vista, Icaro es un buen tipo, simple, cortés y de trato amable. Sin embargo, se muestra de esa manera solo a aquellos que lo tratan con igual educación. Si no, se vuelve una persona agresiva y mordaz, buscando la mejor manera de humillar o sacar de quicio a aquel que no lo haya tratado con respeto. Si bien prefiere evitar el conflicto, su paciencia deja mucho que desear y más de una vez se abandonó a sus impulsos. Disfruta una pelea justa, pero esto no significa que no sepa algunos truquitos. Le gusta pasar desapercibido y que la gente lo tome como a un simple vagabundo ciego, pues ama que lo subestimen. Muchas veces actúa como un sabelotodo, pero es muy curioso y siempre está dispuesto a aprender más. Odia a las criaturas demasiado agresivas y con pobre higiene personal.
Historia: Icaro vivía en el mundo de los humanos, camuflado como uno más. Nunca le había gustado el conflicto y se preocupaba por mantener un perfil bajo y que nadie descubriera su verdadera naturaleza. Un día conoció a una niña huérfana llamada Vassilissa, por la que sintió una profunda curiosidad. Esa curiosidad pronto se convirtió en cariño e Icaro crió a la niña como el amor de un padre. Pronto, la niña se convirtió en muchacha y desarrolló una magnífica voz. Ella era consciente de que había sido criada por un vampiro, pero no le temía, pues lo quería con todo su corazón.
Todo era paz hasta que comenzaron a aparecer cadáveres de gente cuya sangre había sido drenada. El pueblo se volvió un caos y sus habitantes se pusieron paranoicos con la idea de vampiros merodeando por la zona. Esta situación atrajo a cazadores que buscaban hacerse con la recompensa por acabar con la “plaga”. Poco a poco, a Icaro se le hizo más difícil ocultar su secreto y estuvo a punto de migrar hacia algún otro lugar más pacífico. Sin embargo, llegó el día en que su secreto fue descubierto, y tanto cazadores como algunos pueblerinos alterados por la revelación, lo atacaron a él y a su hija. Como esto ocurrió a plena luz del día, a Icaro le era cada vez más difícil protegerse y mantener a Vassilissa bajo su resguardo. Fue por eso que no fue capaz de hacer nada cuando una espada atravesó el pecho de su niña justo frente a sus ojos.
Furioso, pudo librarse de aquellos guerreros que lo acorralaban y no tuvo más opción que huir lejos de la luz del sol para curar sus heridas. Recordaba cada uno de los rostros de las personas que le había atacado y, una vez que sus heridas sanaron, se dispuso a eliminar a cada uno. Lo hizo de manera rápida y sencilla, como si se tratara de un cobrador de impuestos haciendo su trabajo de todos los días. No hubo satisfacción en su venganza, más allá del sabor de la sangre que por fin podía sentir libremente. Una vez que hubo terminado, se dispuso a buscar el cuerpo de Vassilissa –que los cazadores habían guardado con las medidas que creían necesarias para que “no se volviera a levantar”- y lo enterró.
Su venganza había terminado, pero aún sentía que le quedaba algo pendiente. Fue entonces cuando se dio cuenta de que había una persona responsable de la muerte de Vassilissa que aún no había pagado; él mismo. Así, con la misma sencillez con la que había resuelto su vendetta, se sentó y permaneció contemplando al sol hasta que la luz lo cegó completamente. De esa manera, a su ver, pagaba un precio justo por haber sido la causa del asesinato de su querida hija.
El tiempo pasó veloz y él, sin lugar adonde ir ni un ser querido por el que velar, decidió viajar hasta Mirovia, lejos del conflicto entre humanos y arcanos. Por allí vaga, actuando como un simple forastero ciego, buscando alguna manera de entretenerse, ya sea con lugares, conocimientos, desafíos u oponentes nuevos. En sus años de ceguera descubrió la manera de guiarse a través de los sonidos y olores, sobre todo estos últimos, que le dan una idea aproximada de su entorno y las personas con las que se encuentra.
Datos curiosos:
-Icaro siente una debilidad respecto a los niños, teniendo el instinto paternal de protegerlos.
-Como buen vampiro, disfruta beber sangre, pero prefiere mil veces obtenerla de un oponente derrotado que de una víctima incauta.
-Se refiere a sí mismo como un viejo aunque no lo es tanto.
-No puede decirle que no a un buen vino.
-Al guiarse por el olfato, disfruta de los olores agradables, como el de la comida recién hecha, la tierra mojada, los libros viejos, el olor de la sangre, entre otros.
-Así como le gustan ciertos aromas, es extremadamente sensible a los olores fuertes y repugnantes.
-La música lo tranquiliza, y se siente enormemente atraído por los cantantes o músicos.
-Puede tomar su forma bestial, pero prefiere no volar demasiado, ya que el aire los olores se vuelven muy difusos y depende completamente de su oído para orientarse, en el cual no confía para nada.
-Se pierde más seguido de lo que admitiría.
-Si alguien le preguntara, Icaro diría que no necesita el bastón, sino que lo utiliza “para despistar”, sin embargo, de verdad lo necesita, sobre todo porque su sentido del olfato no alcanza para decirle dónde hay paredes o escalones.
-No le agradan las groserías, aunque de vez en cuando se le escapa alguna...
Imagen complementaria: (imagen propia) metano-ch4.deviantart.com/art/OC-design-690127145
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Género: Masculino
Edad: No más de 200 años
Raza: Vampiro
Corte: Aún no ha elegido Corte.
Lugar de Residencia: No le gusta permanecer mucho tiempo en un mismo lugar.
Ocupación: Aventurero
Stats: 12 estrellas a repartir. Recuerda que una vez puestas tus estrellas, no las puedes cambiar. El máximo que puede tener cada stat es 5 estrellas.
• Fuerza: ★★★★★
• Inteligencia: ★★★★★
• Social: ★★★★★
• Agilidad: ★★★★★
• Defensa: ★★★★★
Habilidades raciales:
Antigravedad. Aunque siempre esté el piso, no significa que es la única ruta por donde caminar. Los arcanos con esta habilidad desafían las leyes de la física invirtiendo el centro de su cuerpo para poder trasladarse de cabeza o costado por cualquier superficie.
Agudeza Sensorial (Olfato).Su sentido elegido es más avanzado que otros arcanos de su especie. Esta habilidad es controlada a cualquier edad, sin embargo son altamente sensibles a su sentido desarrollado. Si bien el oído le es de ayuda, desarrolló sobre todo el sentido del olfato.
Forma Bestial. El vampiro adopta una forma de murciélago completamente monstruosa parecida a un wyvern, sin embargo, su tamaño no es mayor a uno y no supera los 4 metros.
Volar (-) ( en su forma bestial si es que tiene alas. )
Personalidad: Cortés/curioso/apacible/simple/educado
A primera vista, Icaro es un buen tipo, simple, cortés y de trato amable. Sin embargo, se muestra de esa manera solo a aquellos que lo tratan con igual educación. Si no, se vuelve una persona agresiva y mordaz, buscando la mejor manera de humillar o sacar de quicio a aquel que no lo haya tratado con respeto. Si bien prefiere evitar el conflicto, su paciencia deja mucho que desear y más de una vez se abandonó a sus impulsos. Disfruta una pelea justa, pero esto no significa que no sepa algunos truquitos. Le gusta pasar desapercibido y que la gente lo tome como a un simple vagabundo ciego, pues ama que lo subestimen. Muchas veces actúa como un sabelotodo, pero es muy curioso y siempre está dispuesto a aprender más. Odia a las criaturas demasiado agresivas y con pobre higiene personal.
Historia: Icaro vivía en el mundo de los humanos, camuflado como uno más. Nunca le había gustado el conflicto y se preocupaba por mantener un perfil bajo y que nadie descubriera su verdadera naturaleza. Un día conoció a una niña huérfana llamada Vassilissa, por la que sintió una profunda curiosidad. Esa curiosidad pronto se convirtió en cariño e Icaro crió a la niña como el amor de un padre. Pronto, la niña se convirtió en muchacha y desarrolló una magnífica voz. Ella era consciente de que había sido criada por un vampiro, pero no le temía, pues lo quería con todo su corazón.
Todo era paz hasta que comenzaron a aparecer cadáveres de gente cuya sangre había sido drenada. El pueblo se volvió un caos y sus habitantes se pusieron paranoicos con la idea de vampiros merodeando por la zona. Esta situación atrajo a cazadores que buscaban hacerse con la recompensa por acabar con la “plaga”. Poco a poco, a Icaro se le hizo más difícil ocultar su secreto y estuvo a punto de migrar hacia algún otro lugar más pacífico. Sin embargo, llegó el día en que su secreto fue descubierto, y tanto cazadores como algunos pueblerinos alterados por la revelación, lo atacaron a él y a su hija. Como esto ocurrió a plena luz del día, a Icaro le era cada vez más difícil protegerse y mantener a Vassilissa bajo su resguardo. Fue por eso que no fue capaz de hacer nada cuando una espada atravesó el pecho de su niña justo frente a sus ojos.
Furioso, pudo librarse de aquellos guerreros que lo acorralaban y no tuvo más opción que huir lejos de la luz del sol para curar sus heridas. Recordaba cada uno de los rostros de las personas que le había atacado y, una vez que sus heridas sanaron, se dispuso a eliminar a cada uno. Lo hizo de manera rápida y sencilla, como si se tratara de un cobrador de impuestos haciendo su trabajo de todos los días. No hubo satisfacción en su venganza, más allá del sabor de la sangre que por fin podía sentir libremente. Una vez que hubo terminado, se dispuso a buscar el cuerpo de Vassilissa –que los cazadores habían guardado con las medidas que creían necesarias para que “no se volviera a levantar”- y lo enterró.
Su venganza había terminado, pero aún sentía que le quedaba algo pendiente. Fue entonces cuando se dio cuenta de que había una persona responsable de la muerte de Vassilissa que aún no había pagado; él mismo. Así, con la misma sencillez con la que había resuelto su vendetta, se sentó y permaneció contemplando al sol hasta que la luz lo cegó completamente. De esa manera, a su ver, pagaba un precio justo por haber sido la causa del asesinato de su querida hija.
El tiempo pasó veloz y él, sin lugar adonde ir ni un ser querido por el que velar, decidió viajar hasta Mirovia, lejos del conflicto entre humanos y arcanos. Por allí vaga, actuando como un simple forastero ciego, buscando alguna manera de entretenerse, ya sea con lugares, conocimientos, desafíos u oponentes nuevos. En sus años de ceguera descubrió la manera de guiarse a través de los sonidos y olores, sobre todo estos últimos, que le dan una idea aproximada de su entorno y las personas con las que se encuentra.
Datos curiosos:
-Icaro siente una debilidad respecto a los niños, teniendo el instinto paternal de protegerlos.
-Como buen vampiro, disfruta beber sangre, pero prefiere mil veces obtenerla de un oponente derrotado que de una víctima incauta.
-Se refiere a sí mismo como un viejo aunque no lo es tanto.
-No puede decirle que no a un buen vino.
-Al guiarse por el olfato, disfruta de los olores agradables, como el de la comida recién hecha, la tierra mojada, los libros viejos, el olor de la sangre, entre otros.
-Así como le gustan ciertos aromas, es extremadamente sensible a los olores fuertes y repugnantes.
-La música lo tranquiliza, y se siente enormemente atraído por los cantantes o músicos.
-Puede tomar su forma bestial, pero prefiere no volar demasiado, ya que el aire los olores se vuelven muy difusos y depende completamente de su oído para orientarse, en el cual no confía para nada.
-Se pierde más seguido de lo que admitiría.
-Si alguien le preguntara, Icaro diría que no necesita el bastón, sino que lo utiliza “para despistar”, sin embargo, de verdad lo necesita, sobre todo porque su sentido del olfato no alcanza para decirle dónde hay paredes o escalones.
-No le agradan las groserías, aunque de vez en cuando se le escapa alguna...
Imagen complementaria: (imagen propia) metano-ch4.deviantart.com/art/OC-design-690127145