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Post by Deleted on Jul 5, 2017 20:24:19 GMT
A Garrel Thelnak le encantaba navegar. Sortear las olas en un catamarán, saltando por la cubierta para equilibrar su peso con el bailoteo de las olas, sujetar la vela contra los golpes improvistos, justo cuando rompía la marea sobre su punta, el agua salada como una lluvia, un baño de purificacíon, el aire salino invadiendo su alma y haciendola elevarse. Tambien le encantaba pescar, lanza de hueso y cuerda en mano, hacer carnada con la punta de sus dedos bailoteando en la superficie, hasta que los peces salgan, atraídos, hacia su encuentro mortal, una comida conseguida con habilidad y astucia.
Si supierais esas dos cosas, y os contara que el anciano orco esta aprovechando un día libre en el lago, junto con un bote, pensaríais que es la tarde ideal para que tome un relajo, descanzando su mente de los pensamientos contradictorios que tenía en los ultimos días.
Sin embargo, Garrel estaba teniendo uno de los días mas aburridos y estresantes de su vida. Odiaba navegar en el lago, odiaba que apenas hubiera viendo, y que tuvieran que recurrir a los remos, pesados y toscos, para moverse por una superficie que parecía mas un plato de agua que un lugar vivo. No entendía la gracia de tirar un sedal y esperar que corrieran los minutos, hasta sentir el mas minúsculo movimiento, y tirar para que solo llegue hasta el el sedal vacío. "En estos momentos, comer arena suena como una perspectiva interesante" Pensó, frustrado, cogiendo cada gramo de autocontrol para no romper la caña que Temkuv le había entregado.
Al final, decidió arrojarla sobre el bote, sin preocuparse si es que chocaba contra uno de los barriles de pescado en salazón, y buscar su tableta. Pensaba en escribir quizá un apartado en su diario, sin embargo, la fortuna pareció sonreirle: en pocos minutos, con dos jovenes habían armado una simple visita al lago, y una posible merienda. " A ver si así me entero de que cosas estan ocurriendo fuera del clan. Quien sabe, quiza yo llegue con una historia al fogón"
Y así, revisando el pescado en salazón que no habían llevado al mercado, decidió seguir a la espera
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Silver Somnium
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Post by Silver Somnium on Jul 6, 2017 3:16:25 GMT
Llegar al lago finalmente no había sido tan complicado, un pequeño aventón y habías llegado, te encantaba conocer aquellos nuevos lugares, aunque comenzabas a pensar que quizás conocer a la gente por la comida no daba una imagen tan buena… Pero que podías hacer, amabas comer, y la comida daba felicidad… y alguno que otro kilo de más, pero si eras feliz, podías ser una bolita feliz
La chica llevaba en sus manos una cesta grande, dentro de esta habían varios panes salados y uno dulce, junto con la carne cocida que habías prometido, estabas emocionada, hacía mucho que no comías pescado, también recordaste el favor que te había pedido aquella detective sobre el pan con pescado, quizás comprarías unos aprovechando que habías venido… O simplemente te meterías en el lago a cazar algo, eso sí sería divertido, era algo que tenías años sin hacer, muchísimo antes de ser capturada, era uno de los pocos recuerdos que tenías de tu infancia más pura e inocente, la verdad de las cosas y extrañabas la sensación de libertad que te daba el agua, o el recuerdo de esta
Por fin habías llegado al lago, era sencillamente maravilloso, el agua que tenía un oleaje apenas perceptible, un día bellísimo para simplemente nadar y relajarse en el lago, a lo lejos diviso un bote, y a una enorme persona en él, supuso que el seria el señor Garrel, el de la tableta arcana, pues no veía a nadie más cerca de allí, respiro hondo y dándose unas palmaditas se acercó con paso firme y una sonrisa, cuando por fin estuvo junto a él se aclaró suavemente la garganta, sin intenciones de asustarlo, aunque no se había molestado de esconder sus pasos, si fuera así se abría quitado las botas, cosa que era tentadora viendo el bonito lugar
- ¿Señor Garrel? Buenas tardes, Soy Silver, usted y yo hablamos por la tableta arcana, mucho gusto de conocerlo- Se presentó educadamente al verlo inclinando suavemente la cabeza de forma respetuosa, recordaba haber leído su comentario sobre los tiempos antiguos, así que presentarse de manera más educada y respetuosa era quizás lo mejor,
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Post by Corneille Black on Jul 7, 2017 7:00:01 GMT
En su hogar yacía la delgada chica cuando entre ratos de decoración checaba aquella tableta que le brindaba comunicación, así pues sonrió cuando una pequeña reunión se hizo acabo de unos minutos. Hacía un poco de tiempo que no había usado sus alas, pero así le fue requerida en esta ocasión, aún así le agradaba entre un vuelo algo corto en el que su cuerpo se mantenía casi completo de plumas y muy poca ropa, se sentía libre, el aire que le brindaba esos viajes eran magnifico como si pensaran exclusivamente en ella volando de esa manera. Entre aquel baile con el viento tenía un propósito. Le habían hecho un pedido especial, por suerte sabía a donde recurrir sin necesidad de afectar el habitad del lugar.
Al regresar a su pequeño hogar preparó aquellos pedidos, por suerte aquellas flores en las cuales se necesitaban aguantaban los climas un tanto cambiantes. En una maceta decorada emprendió ahora, su pequeña caminata hacia aquel lago que levemente conocía por sus pequeñas exploraciones, pero era la primera vez que iba a disfrutarlo aparte de entregar el pedido. Cuando sus ojos divisaron el lago no pudo quedar más que fascinada, entre sus ojos había una gama cromática tan refrescante y tranquilizante. Sonreía mientras divisaba aquellas personas con las cuales había quedado a cargo, al parecer era la última en llegar. En un ámbito sincero aquello la avergonzaba un poco, aún así se acercó a estos con una tímida sonrisa. -Buenas, disculpen la tardanza, Nos hablamos por la tableta, Mi nombre es Corneille -Sonriente la chica colocaba en el suelo aquellas pequeñas plantas del pedido, estas a pesar de todo se veían intactas a pesar del viaje -Es un gusto conocerlos -Su voz era tímida pero muy animada, realizó una pequeña reverencia con la cabeza esperando aquellos le brindaran una buena tarde.
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Post by Deleted on Jul 7, 2017 17:24:15 GMT
Unos pasos sacaron de la vigilia al orco, la dueña de aquel sonido era una joven de pelo como la nieve, portando en sus manos una cesta de campo. La imagen que entregaba era hogareña, agradable, y pronto se encontró asintiendo, sus colmillos asomando tras una leve sonrisa. Silver parecía ser una mujer respetuosa, y la cesta que traía despedía un aroma que prometía un buen festín. En definitiva, una combinación agradable, una señal de que la tarde iba a mejorar.
- El gusto es mío, joven Silver -El orco respondió inclinando igualmente la cabeza - Por favor, sentaos en... Bueno, a decir verdad, no poseo en este instante buenos asientos, mas allá de las rocas y la hierba de la playa.
Abarcó con un gesto de su mano la playa circuncidante, mientras el mismo buscaba un lugar para descanzar sus huesos. Un pequeño parche de arena entre las rocas, con una lozeta en un costado, que podría servir de asiento o mesa quedaba a poca distancia.
-¿Dejamos las cosas allí para preparar la merienda? Poseo un pescado en salazón para aportar al festín, e historias incontables si deseais escuchar, espero que esten a la altura de lo que usted haya preparado.
Mientras planificaban donde dejar los implementos, una figura alado descendio del cielo, la joven florista, aparentemente. La joven Corneile traía en sus manos una maceta, sobre la cual estaba la flor prometida. El rostro de Garrel se iluminó, una nueva figura adornando el pequeño jardín que estaba arrancando al desierto sería hermoso. La reverencia, sin embargo, le dejo confundido. Nunca la había entendido del todo...¿Se supone que el tenía que hacer una reverencia tambien, verdad? ¿Mientras mas abajo, mejor? dudó unos instantes, más no podía ser grosero y dejar que pasara el tiempo, e imitó la reverencia con toda la solemnidad posible.
-Tranquila, no ha llegado tarde. Es un gusto veros llegar sana y salva - Extendió su mano hacia la maceta - ¿Me permite ? Nunca había visto esta especie
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Post by Silver Somnium on Jul 8, 2017 3:31:51 GMT
Silver no pudo evitar mirar con curiosidad el rostro del orco, los enormes dientes que salían de su boca le parecieron algo divertidos y las arrugas de su rostro le recordaron a los arcanos sabios que lleno a conocer, no pudo evitar compararlo con uno en especial, aunque aquel anciano hombre de larga barba no tenia en definitiva una contextura como esa, ni esos dientes. Sonrió con suavidad, a ella no le molestaba en lo absoluto sentarse en el piso, le parecía bastante cómodo, en especial si era tan bonito como ese -Espero que mi comida este al nivel de sus expectativas señor Garrel- comento educadamente, mientras veía el lugar señalado, asintiendo, le parecía también un buen lugar para la merienda- Y sería un placer escuchar las historias que pueda contarme- Le emocionaba lo último, escuchar historias era una de las cosas que más le gustaban, fuera de quien fuera e independiente si fueran ciertas o no, se imaginaba la cantidad de historias y anécdotas que tendría un arcano como el, estaba ansiosa por oírlo
Un sonido llamo su atención, el aleteo de algún ave, subió la mirada al cielo y vio a una figura descender, asumió que era la joven Corneille, la miro unos momentos, se veía bastante joven, incluso más que ella, se confundió un poco al verla reverenciar, Silver no era nadie importante, aunque se preguntó si el señor Garrel seria alguien de poder, y si su sencillo saludo habría sido lo suficientemente educado, pero vio su expresión, y lo que el demoro en hacer una reverencia, aguanto una pequeña sonrisa, el seguramente había quedado tan confundido como ella por ese gesto de respeto que solo se le mostraba a personas muy importantes o de muchísimo poder, la chica de cabellos plata reverencio, aunque con más soltura y ligereza, le sonrió con ternura mientras negaba, acompañando las palabras del orco – No te preocupes, yo acabo de llegar, me eh distraído un poco con la belleza del lugar…- Silver miro curiosa las macetas, asombrada de aquella flor, nunca había visto una flor como esa – que bonitas son… ¿Estas son las flores que crecen en el desierto?- Pregunto mirando a la chica fijamente, curiosa de la respuesta, por un pequeño segundo se preguntó si podría hacer té con esa planta, pero era tan linda que le daría pena hacer eso, aunque si fuera un té increíblemente delicioso… Lo pensaría bastante
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Post by Corneille Black on Jul 10, 2017 16:54:47 GMT
La chica desde que era niña se había acostumbrado a ser educada, aquellas reverencias eran costumbre suya, nunca fue por algo más. Al notar el nerviosismo del contrario, le hizo formar una sonrisa cálida sintiéndose ahora menor nerviosa del encuentro. Notó a la chica sonriéndole de igual manera, cuando aquellos le preguntaron acerca de sus queridas flores que había conseguido las colocó en el suelo, sus ojos empezaron a brillar empezando a hablar con gran entusiasmo. -Traje dos flores que me parecen hermosas para decorar un desierto, La primera se llama Adenium, también se conoce como la rosa del desierto, necesita muy poca agua y debe estar siempre en el sol, el cuidado mayor es que no puede estar en lugares tan fríos, así que si baja la temperatura a más de 10º puede morir. Debes tener cuidado si la podas, porque su savia es venenosa, de hecho incluso antes los humanos usaban la sabia para colocar en sus lanzas y matar a sus enemigos. Aunque realmente solo provoca irritación en la piel- Esta fue mostrando la plata mientras la dejaba en el suelo luego de su explicación. Tomó la segunda planta y prosiguió a su explicación tomando un poco de aire antes. -La segunda se llama Alstroemeria kingii, también conocida como Lirio amarillo, esta necesita un poco más de cuidado, al ser una flor que necesita más humedad debe estar bien hidratada, puede estar en el sol y al igual que la anterior, no aguanta las temperaturas bajo 10º. Es una maravilla tener una ya que son sumamente raras. Al acabar su explicación, volteó a mirarlo orgullosa por aquella explicación que había dado, notó que quizá había hablado de más y se apenó con un leve sonrojo jugó con su cabello mientras miraba a los contrarios- Disculpen si hablé mucho...- "Deben pensar que estoy loca" Aquello la hizo sentirse nerviosa más al mirar de nuevo su decoración de las macetas. -Si igual no te gustan puedo cambiarlas- dijo señalando aquello que portaba las plantas.
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Post by Deleted on Jul 13, 2017 3:03:16 GMT
Debía comer algo... estaba tan débil y ya no le era suficiente con comer sólo verduras y manzanas... además, no se encontraba en el Templo de la Primavera, no habría forma de que Aesther se enterara de que había comido carne por lo que se dispuso a circundar el área cercana al Gran Lago de las Hadas y con suerte cazar alguna liebre o una codorniz. Se fue preparado con arcos y flechas, aprovechando que no iría con la Soberana en varios días.
El día era perfecto; no parecía haber nubes que amenazaran con una fuerte lluvia, el viento soplaba más no era agresivo, y el clima era templado, sin causarle frío ni un calor excesivo. Avanzaba entre la maleza, dando pasos de cuclillas, protegiéndose entre las hojas de los arbustos. Intentaba hacer el menor ruido posible ya que no muy lejos divisó la figura blanca de una liebre. Apuntó con su arco, lentamente, tensando el cordón con sumo cuidado para no alebrestar al animal, sin embargo, sus intentos de ser sigiloso se vieron frustrados al escuchar unas voces que terminaron por aullentar a la liebre. Se puso de pie, sintiéndose ligeramente decepcionado mas no molesto. Había sido tan tonto... tan hambriento estaba que se había distraído y no se dio cuenta de que alguien ya se encontraba asentado cerca de ahí; seguramente los animales de los alrededores se espantarían, sería inútil cazar en esos alrededores.
Sin más que poder hacer caminó en dirección de las voces, tal vez alguien podría darle algo de alimento a cambio de alguna canción. Poco a poco, fue distinguiendo las figuras; harpía, orco y dragón. No fue difícil distinguirlos... El orco le parecía muy familiar mas no estaba seguro de conocerlo. No parecían hostiles... más bien parecían estar en una especie de picnic. Contrastaban tanto: dos señoritas, delicadas y femeninas al lado de un orco tan tosco que a simple vista parecería alguien de cuidado. Todo parecía estar en orden así que Tristán no perdió tiempo en mostrar su amigable personalidad. -¡Buen día!- exclamó estando a pocos metros de los extraños. Alzó su mano y con una enorme sonrisa esperaba captar la atención de los otros arcanos.
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Post by Deleted on Jul 13, 2017 5:33:33 GMT
Garrel se agachó observando las flores con ojo crítico. Se veían especiales, cada una creciendo a su manera, tonos claros que generaban un fuerte contraste con el marrón de las montañas, o el pardo de las arenas. Acaricío con un dedo las ramas de las flores rosadas, parecían vestidos de hadas, terminando en una copa curiosa
-Curioso. ¿Venenosa dices? Hum, tuve que dejar de plantar cactus porque su savia tambien poseía un veneno, pero uno que distraía a los Orcos mas jóvenes. ¿Es muy duro aquel veneno? podría ser ocupado como una manera disciplinaria, o para forjar caracter, si es que no deja secuelas graves... - Dejó correr su mente. De vez en cuando, había que hacer las cosas de una manera mas brusca. Aunque sería interesante, como desafío, ver que orco soportaba mas veneno. Su mirada se dirigió a la flor amarilla
- Este ejemplar, el Afstormera... Akstormer...- Tragó saliva, y se dejo rendir - El Liro amarillo, ¿Le hace mal el aire salado? Podría quiza dejar un par creciendo en el mar. Una flor especial para un lugar especial. Definitivamente.- Podía verla adornado el túmulo del desembarco, aquel lugar tan especial para el clan, adornado por estrellas que crecían en la tierra. Concentrado como estaba, se extraño por como la joven se avergonzaba de su arte. Frunciendo el ceño, se incorporó, mirandola a los ojos
-La dedicacion que tiene con su arte es elogiable, joven, no piense lo contrario, debería sentirse digna de tener tal conocimiento de sus productos, en mi opinion. - Su rostro se relajó, dicha su cátedra, como el de un padre que termina de darle una importante leccion a sus pequeños - Ahora... si deseais, podemos sentarnos a comer, Lamento deciros que no poseo en mis haberes tantos mirvos quiza como para pagar aquellas plantas - " o mas bien, desconozco su valor real" - mas espero que con una buena comida, esas diferencias se suavizen
Indicó con sus manos una piedra plana que pensaba ocupar de mesa, clavada a decenas de metros de la orilla del lago. Se acercó a su bote, sacando casi sin esfuerzo el barril de peces, para posarlo sobre la piedra, abriendolo, y dejando ver las presas en salazon que guardaba dentro, le tendió la mano a Silver, para que le pasara su canasta, y comenzaran el festín.
Se disponía ya casi a sentarse cuando vio como un recien llegado asomaba por la floresta. Un joven con pelo verde, y un arco enfundado, un cazador, aparentemente, de la cercanía de los lagos. Quiza tenga una presa que añadir al lugar. Alzó igualmente su mano, respondiendo a su saludo
-Buenas, Viajero. Estamos compartiendo un momento agradable, sois invitado - Abarcó cun un gesto de la mano la mesa improvisada - Si estuvieramos mas preparados, os invititaría dignamente a mi fogata, mas tengo que admitir que solamente poseo una loza de piedra
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Silver Somnium
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Post by Silver Somnium on Jul 13, 2017 7:08:14 GMT
La peli plateada se había quedado detrás de Garrel, observando desde lejos aquellas hermosas flores, después de todo la compra era del orco y no suya, pero si escuchaba todo perfectamente, admiraba la forma que tenía la chica de hablar de su trabajo, le era realmente interesante. El rostro de la chica cambio de uno suave a uno más duro, arrugando la nariz y levantando los labios en un gesto de extrañeza y miedo al escuchar las palabras de Garrel ¿Castigo? ¿si es que no era grave? Ay dioses, se alegraba de no ser pariente del Orco, aunque seguramente ellos tendrían sus tradiciones y no era quien, para juzgar, le parecía extremo castigar de esa forma.
Nuevamente el rostro de la chica cambio, esta vez se mordió los labios con fuerza al escucharlo intentar pronunciar tan extraño nombre, eso resolvía las dudas que tenía sobre los enormes dientes que sobresalían de su boca, se preguntó como lo haría Garkal para tocar instrumentos de viento como la flauta de Xhial. Su rostro volvió a ser aquel gesto suave y maternal cuando el orco se levantó, como si nada hubiera pasado. Silver se acercó un poco a Corneille y con gesto suave toco su cabeza, en una leve caricia
-No debes avergonzarte, siempre mantente orgullosa de tu trabajo sea cual sea, además me ha gustado mucho tu explicación, quizás en un futuro te pida algunas flores para mi hogar, cuando tenga tiempo de ir a tu tienda- Prometió con gesto suave y se volteo para seguir al orco, ya era hora de comer
Se sorprendió al verlo levantar aquel barril como si nada, quizás no estaba tan pesado como parecía. Se extrañó, ladeando la cabeza al verle casi arrojar todo aquel pescado sobre la piedra, supuso que eran costumbres de su gente y ella, las respetaría. Vio la mano de Garrel estirarse hacia ella y luego de unos segundos recordó la canasta y se la entrego, metiendo la mano en su bolsillo para sacar un pequeño cuchillo – El pan es lo suficientemente grande como para cortarlo en mitades, así también se puede comer más si gustan- Explico dejando el cuchillo en la mesa
Volteo a ver, a lo lejos una figura se les acercaba, levanto la mano animadamente para corresponder el saludo - ¡Hola extraño! ¿Cómo va tu día? - Pregunto de forma totalmente inocente, alejándose un poco de la mesa para poder presentarse correctamente - ¿quieres comer algo? ¡La comida es mejor compartida, ya verás que te gustara! - Ofreció con emoción, más personas para compartir, aun si la mesa era pequeña, ella estaba dispuesta a no comer para que los demás disfrutaran, recordó algo por unos segundos y desvió ligeramente su mirada para ver a Garrel – Disculpe señor, antes de que comencemos ¿Usted tendría la amabilidad de venderme unos cuantos pescados? Tengo una amiga que desea comer pescado con mucho entusiasmo y le eh prometido prepararle un pan con pescado- Explico con suavidad
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Post by Corneille Black on Jul 15, 2017 4:18:04 GMT
Su mirada cambio tal cual era un agua tranquila que es tocada por una gota de agua, fue pasando de una tranquila decepción hasta estar un poco asustada por las palabras del mayor, aunque después de un poco rato entendió sus palabras. Aquellas que nunca habían sido escuchadas en su vida, su emoción al contar de sus queridas plantas por primera vez era escuchada con facilidad y todavía aceptada por esto mismo, no podía estar más feliz por eso y su cara lo reflejaba de una manera única, sus ojos brillaban de más como si le pusieran una luz directa en ello.
Se enterneció al ver como el mayor intentaba pronunciar el nombre de la planta, le recordó cuando era de temprana edad y era corregida cada vez que mencionaba una palabra mal por su tutor, claro ella era reprendida cuando no lo hacía de esa manera. Asintió cuando le preguntó acerca de aquella rosa del desierto -No es muy venenosa, solo provoca irritación en la piel frágil aunque pueden ser también erupciones en la misma, El lirio amarillo se lleva muy bien con el aire salado, de hecho se mantendría más tiempo viva porque se hidrata del agua del aire. -Al terminar de hablar se posicionó en aquella mesa que se había formado.
-Esto realmente parece un festín, estoy emocionada por comer el pan que tanto preparas Silver -Comentó con una sonrisa recortando que esta la frecuentaba mucho en aquella tableta que luego perdía. Los orbes negros de la chica fueron a parar a aquel nuevo invitado mostrándole una cálida sonrisa y al igual que los demás presentes ofrecía un espacio más en aquél lugar acogedor. -¡Bienvenido! Espero lo disfrutes -Comentó un poco tímida puesto que no quería abrumarlo demás
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Post by Deleted on Jul 20, 2017 17:46:59 GMT
Los ojos de Tristán viajaban entre los presentes, las flores y la cantidad tan apetitosa de peces que se encontraban sobre aquella loza. Se sentía sumamente hambriento más dichoso de que aquellos extraños estuvieran tratándolo con tanta familiaridad a pesar de ser completos desconocidos. -Ah... muchas gracias por darme la bienvenida; realmente espero no haber interrumpido nada-. Le parecía curiosa la reunión, totalmente, no era costumbre ver un contraste de tamaños, razas y objetos de ese tipo en Mirovia.
Se encontraba sonriente más tan distraído que por poco se olvidaba de presentarse ante los individuos. -¡Casi lo olvido! Mi nombre es Tris...- sus palabras se vieron interrumpidas por el sonido de su estómago haciéndose presente era como si quisiera hacer una introducción en lugar del chico. Las mejillas del unicornio se encendieron y aún más al estar consciente de la facilidad con la que se sonrojaba. -Tristán- pronunció en voz baja. Bajó la mirada sintiéndose por un momento sumamente expuesto más decidió ignorar por completo los caprichos de su apetito. -Disculpen... justamente me encontraba cazando por los alrededores; creo que eso fue suficiente para despertar mi hambre-. Rascó el puente de su nariz con cierto nerviosismo pero obligándose a mirar a los presentes.
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Post by Deleted on Jul 31, 2017 5:13:11 GMT
Garrel asintió a medida que los presentes se iban sentando en la improvisada mesa, respetuosamente y con una disposición alegre, como si las reglas invisibles que mantienen a estos rituales sociales ya fueran compartidas por todos, y de esta manera, con la armonía natural que nace en estos momentos, fueran encontrando sus lugares. De la misma manera, ambas jóvenes saludaban al recién llegado cazador, invitándolo a que compartiera un lugar en la mesa, aquello hinchó el corazón del anciano. Honor y respeto, tan extraño encontrarlo en esta isla, y llegaba hacia el casi por casualidad.
Admiró la mesa durante unos instantes, una comida que si bien no era un gran festín, era una hermosa merienda para la tarde que lo acompañaba. Tomó el cuchillo que Silver le tendía, y cortó con el por la mitad uno de los panes, admirando su textura y color. Los panes que lograban hacer allá en el desierto eran magros, cocinados en ceniza y brasa, mientras que estos parecían estar horneados, y preparados con buen grano y harina. ¿Cuántos pescados equivaldrían uno de estos panes? Quedaban todavía dos barriles con casi veinte kilos, y haría bien llevar unos buenos panes para el clan, cosa de que en las fogatas puedan compartir y acompañar de mejor manera las carnes. Arrugó el entrecejo mientras calculaba aquello, antes de decidir un buen precio para la panadera
-Os cambiaría dos pescados por tres kilos de vuestro pan, aunque espero que hablemos mejor de esto después de comer, al igual que lo haré con la joven Corneille y sus hermosas plantas -
La imagen de los Lirios amarillos extendiéndose cerca del mar, por el montículo de los caídos, coronándolo como si fuesen estrellas caídas flotó por unos segundos en la mente del orco. Sería un gesto noble embellecer de esta manena su lugar de descanzo, para que desde el cielo sepan, que aún en estas costas extranjeras, su memoria se mantenía.
Aunque por mala suerte, los estómagos no conocen mucho de Honor y Respeto, lo cual se mostraba ante los ruidos que asaltaban las tripas del cazador, desarmando la imagen idílica que se había formado en su mente. Garrel suspiró fuerte, meneando la cabeza, ningún buen cazador debería pasar hambre, ni tampoco era agradable que una persona se sumara con las manos vacías, sin embargo, la invitación ya estaba extendida, y quizá el cazador tenía un talento especial para alegrarles la compañía. Señaló a la mesa con el cuchillo de la cocinera, mientras daba un paso atrás para brindarle espacio -Perded cuidado, Tristán. Espero que vuestra cacería fuese fructífera, para que podáis aportar con una presa a nuestra merienda – “Aunque un cazador fructífero no es un cazador con hambre” – Como veis, cada uno de nosotros ha traido algo a esta reunión, ¿Qué traéis hoy a nuestra mesa?
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Post by Silver Somnium on Aug 6, 2017 14:44:04 GMT
La chica de cabellos largos volteo a ver a su nuevo visitante, escuchándolo atenta hasta que el estómago del joven lo interrumpió, vio como las mejillas del cazador se tiñeron y la expresión de la chica paso de ser sorpresa a preocupación, tenía hambre… Tristán tenía hambre. Estuvo a punto de decir algo, cuando el mayor hablo, con un tono digno de un jefe, la chica sintió los nervios crisparse, volteo nuevamente a Tristán y a Garrel, pensando una manera de solucionar aquello, no permitiría que él tuviera hambre, jamás, nadie debía pasar por esa horrible sensación, el doloroso vacío que se agrava con el pasar del tiempo, no podía permitir que alguien cerca de ella tuviera esa sensación, incluso estaba dispuesta a darle su ración con tal de satisfacer esa necesidad básica – Disculpe…- hablo con cierta timidez, mirando al arcano mayor, que cortaba el pan, se sintió ligeramente intimidada, pero su determinación era mayor, se irguió y respiro hondo – Discúlpeme señor Garrel…pero quisiera que el joven Tristán fuera mi invitado, por lo cual yo me hare responsable de lo que el consuma – Y dicho esto, tomo por los hombros al joven cazador y lo sentó con suavidad, dándole una suave caricia en la espalda para incitarle confianza y que comiera, sonriendo con completa amabilidad, sintiéndose satisfecha de su acción, aunque conservaba el temor de haber hecho enojar a Garrel
Suspiro suavemente, repasando las palabras pasadas de Garrel, en realidad le convenía aquel intercambio, aunque no sabría si sobraría pan de esa reunión –Me parece justo su trato señor Garrel, pero deberá ser en otro momento pues en mi panadería se ha agotado el pan correspondiente al día, si gusta, yo puedo con gusto ir a entregarle los tres kilos de pan a donde usted me indique, y del sabor que usted prefiera obviamente- La sonrisa suave de la joven seguía marcada en su rostro, miro a Corneille, sentándose junto a la pequeña dama – me complace saber que te emociona probar mi comida, aunque aún siento que me falta trabajo, intento hacer lo mejor posible para complacer a mis clientes…- La pequeña al lado suyo le agradaba, quería conocerla un poco más, pero no era buena realmente en hacer nuevas amistades fuera del trabajo, de hecho había sido un completo impulso el ofrecerse a aquella reunión, de haber pensado un par de segundos más, no estaría en esa mesa disfrutando de la compañía. Ordeno un poco la enorme falda que siempre usaba y suspiro feliz, incluso si no comía, se sentía en un ambiente agradable, y esa sonrisa boba lo demostraba, eso, y que realmente no sabía que más preguntar ¿Sería bueno hablar de trabajo en la comida? Quizás no, y no deseaba molestar al orco, más de lo que quizás su acción lo habría molestado
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