Post by Deleted on Jul 20, 2017 7:36:03 GMT
La una de la mañana, no he escuchado mi corazón latir en mucho tiempo, la una de la mañana y estoy aquí, pasmado en silencio, estoy solo, lleno de soledad, con la culpa lamiéndome la espalda, deseando sentir arrepentimientos, terriblemente solo, dolorosamente solo.
La una de la mañana...
Soy un fantasma, un muerto que vive en el corazón de alguien más. En mi mano un ramo de flores, en mi pecho un puñal, soy la imagen de un balbuceo, palabras, palabras, palabras. La oscuridad se arrastra sobre mis parpados como la arena que se escapa entre mis dedos fría e impersonal; me erosiono, desaparezco, me convierto en lo que sea que se esconde y se arrastra en ese lecho de rocas, en memorias perdidas, con cuerpos perdidos, con almas perdidas. El sonido del mar es una silaba de tu nombre. Grita: Piris, Piris, Piris, Eerie ,Eerie, Eerie, Eerie, Piris, Piris ,Piris, Piris, Eerie, Piris, Eerie, Piris, Eerie. Arrulla en un idioma que no entiendo, de tiempos perdidos, de sensaciones pasadas, de sentimientos extraños con un peso que me derrumba.
Y frente a mi, serpientes invisibles que se sacuden, espuma blanca, el sabor de la sal, la sensación cortante del viento y una tumba. Tan fría, tan lejana, tan poco consoladora.
Una tumba.
Una donde no llegan mis huellas, una que estará para siempre. Siento frío, sobre los huesos esta el peso de las nieves de mil noviembres. Conozco las palabras pero no puedo pronunciarlas. Soy una vasija oscura, donde la gente se asoma, estrecha los ojos y susurra lo que parece haber dentro. Me informan, si estoy vacío, si estoy medio lleno, si hay peces de colores nadando en agua de montaña, si solo queda la huella del humo o el olor de la tierra mojada. Fui moldeado por manos que no sabían transmitir, por placas de hierro y dedos ásperos.
Intento mirar al interior, desde arriba, sobre mi mismo y abro la boca, para que la oscuridad de mi interior se mezcle con la de la noche y a veces pienso que consigo escuchar el sonido tenue de las escamas de los peces de colores, que puedo ver la huella del humo sobre mis paredes o el olor de la tierra y a veces nada, un rastro frío.
Solo vacío.
—¿Donde es que queda mi corazón?, ¿que parte de mi sigue viviendo que no este atada a tu persona?, ¿como?...—Silencio, algo sube por mi garganta, duele, te escapas de mi.
Por el principio, por la promesa.
Una vez más, con la cabeza inclinada, postrado, desgranando los delicados pétalos, se liberan de a poco los recuerdos.
—Estoy aquí, no puedo llorar, estoy aquí y sigo sin creer que te encuentras en alguna parte, que estas dividido como dentro de mi cabeza, tus huesos se han convertido en cenizas de recuerdos. No hay mariposas en el mar. Estoy frente a una tumba y he traído flores...
El agua acaricia mi palma, la adormece, donde toca me hace sensible por un momento y luego se lo lleva, puedo reconocer tu personalidad en el agua.
—Soy un perro y tu eres la luna, soy el cielo y tu eres el mar...no hay alguien que cierre sus manos alrededor de mi cuello, el fuego no chasquea besos al aire, y el pan no recupera un poco de sabor al frotarlo, en esta tierra los antílopes no me miran, no hay montañas desgarradas ni cielos grises. Te he buscado, en bocas, en ojos, en manos, ¡Te he buscado tanto y estoy tan cansado!, ¡Por los dioses, tan cansado!
Meneó la cabeza y cubró con mis palmas mi rostro, lo restriego, como si pudiese borrar el tiempo. Me siento sobre la arena húmeda, confiado, de noche no hay más que fantasmas en la playa.
—A veces creo ver otros ojos, a veces me enamoro, ¡De verdad que me enamoro!, con tanta furia, con tanta desesperación, mi corazón se llena, y no puedo dejar de sonreir, y me gustan, realmente me gustan, y se meten bajo mi piel y te olvido, a momentos te olvido, y pienso, ¡Que bueno es dejarte!, ¡Que bueno es no tener los ojos llenos de nubes! y luego, esta el miedo, bajo las uñas, y mi boca sabe a traición.
Ellos me dicen: "Eres un niño", Ellos me dicen, "Me haces daño", ellos esperan que yo diga, que yo exprese, que yo de, y yo lo hago. Y luego ellos preguntan, ellos asumen, sentencian, tan dolorosamente, y en esos momentos sus ojos son como los tuyos y entonces vuelvo a desenterrarte...de todos modos estas ahí, como una sombra. Al final estas ahí, con los ojos vidriosos y la lengua llena, con las manos invisibles sobre mi garganta y quedo vacío.
De nuevo quedo vacío.
Las flores son arrastradas, queda un pétalo, como una ala de mariposa que es tragado por el mar, me quedaré hasta que las flores desaparezcan.
—No soy una buena persona Piris, no sé ser una buena persona, no merezco ser lo que soy, por eso estoy aquí, con esta forma, en este molde, con la oscuridad dentro, con los peces de colores, con la huella del humo y el olor de la tierra...