Lumina
La Resistencia
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Post by Lumina on Jul 21, 2017 0:37:15 GMT
La noche había caído, el cielo se había cubierto por aquel hermoso astro y sus acompañantes, que le daban luz al camino, para cualquiera, el cementerio se vería en cierto punto tenebroso, pero esa noche en especial se veía hermoso para los amantes del lugar, el suave viento fresco de la noche acompañaba el canto de las aves nocturnas, uno que otro animal también se hacía oír a la lejanía, poco a poco las criaturas nocturnas despertaban de su sueño; El mecer de los arboles le daban un entorno especial a la escena, relajante, sencillo y acogedor, un ambiente ideal para pasear por aquel sitio. Las lapidas creaban suaves sombras en el camino, mientras que los mausoleos se regían majestuosos en sus sitios, un lugar digno de ser el descanso eterno de los arcanos. Entre las lapidas, una mujer de cabellos blancos como la nieve paseaba, en su espalda traía una mochila que se veía pesada, sus sencillas ropas también se veían algo sucias, signo de que llevaba tiempo andando.
La viajera traía su cuaderno en mano, su viaje se había extendido más de lo que pensaba y aquel lugar la había atrapado, no le preocupaba acampar, siempre y cuando pudiera disfrutar de aquel bellísimo lugar, se detenía de cuando en cuando para apreciar la arquitectura, con el mayor de los respetos, leía las inscripciones en las lapidas más nuevas, había nombres que ella jamás había escuchado, realmente estaba disfrutando de aquella visita por el cementerio. Se detuvo finalmente en una lápida con flores, no había visto flores como esas en sus viajes, se agacho hasta tener un buen equilibrio en el camino, tomo su confiable lápiz y comenzó a dibujarla, con la mayor de las paciencias, le gustaba capturar aquellas cosas que llamaban su atención en los viajes, personas, marcas, siempre y cuando con el debido respeto y permiso de algún dueño, esta era la primera vez que no podía pedir permiso directamente, aun así, suaves palabras respetuosas fueron dichas al dueño de la lápida, después de todo, las flores le pertenecían, esas y el pequeño insecto viscoso que se arrastraba por una de las orillas. Lumina sonrió, inclinando la cabeza para ver mejor al insecto, un caracol que caminaba lentamente hacia el piso, la mujer volvió a acomodar su cuaderno y aun con el rostro doblado y aquella suave sonrisa, volvió a dibujar, pasando el lápiz de carbón con delicadeza sobre el papel, líneas que poco a poco tomaban forma, la punta de sus dedos lentamente se teñía de negro por el lápiz
-Déjame ayudarte amiguito- una voz armoniosa salió de sus labios en aquel susurro, dejo su cuaderno en el piso cuando termino, de forma delicada tomo al insecto y con lentitud lo dejo en el piso, observando entretenida como aquella criatura se iba lentamente perdiendo entre la vegetación que crecía entre lapida y lapida . Se sintió feliz, amaba a todos los seres de ese mundo, le parecían fascinantes sin duda, se quedo allí agachada unos momentos mas, fijándose por si algún otro animalito rondaba cerca de su posición, traía aun un poco de comida y de seguro podría alimentarlo si tenia hambre, compartir la comida era una de las mejores experiencias de la vida, la alegría y la calidez eran únicas de aquellos momentos, ansiaba volver a compartir una comida asi, pero su nueva vida era algo...solitaria, suspiro mientras se levantaba, limpiando sus rodillas por si acaso
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Post by Jago Santori on Jul 22, 2017 2:31:43 GMT
La noche estaba tranquila y las estrellas brillaban con claridad, permitiendo que las sombras del cementerio se estiraran a un nivel grotesco, casi como si fueran fantasmas paseando entre las tumbas. Por suerte, no había muchas sombras esa noche. Jago iba solo, acompañado simplemente de una lámpara de vela. Su padre y su hermano descansaban en la mansión de su familia. Estaba agradecido de que nadie hubiera querido acompañarlo. Al tipo de visitas que acababa de hacer, siempre prefería ir solo.
En el cementerio de Reapergate habían decenas de tumbas sin nombre, ya fuera porque eran demasiado viejas o porque ya no quedara nadie que las cuidara. A su padre le recordaban a los antiguos miembros del clan Santori, aquellos que habían dado la vida defendiendo a su Señor; Jago también pensaba en aquellos hombres que lo habían visto crecer y quedarse detenido en el tiempo en unos eternos y sangrientos treinta años de edad. Tantos años lograban que los recuerdos dolieran menos, pero la herida seguía allí, siempre a punto de abrirse. Era un sufrimiento apagado, silencioso, no débil.
Apenas terminó sus oraciones y acabó de presentar sus respetos, caminó hasta un sector más habitado del cementerio. Sí, sabía que había alguien allí. Había escuchado el carboncillo sobre el papel, y oyó aquella voz suave que hablaba a un ente invisible. No sabía quién era, pero... era extraño encontrarse con alguien a tan altas horas de la noche. Quizás aquella presencia mortal necesitaba ayuda o consuelo.
Vio a una mujer ponerse en pie. Seguramente era la artista misteriosa. El vástago se acercó de manera calmada, con pasos delicados que eran apenas perceptibles por un oído cualquiera pero clarísimos para él. A medida que se iba a cercando, la figura de Lumina le era cada vez más clara.
- Por favor, perdone que me atreva a interrumpirla -dijo preocupado-, pero no pude evitar notar que está completamente sola. ¿Necesita ayuda? ¿Le molesta si la acompaño? Si no es así, lo entenderé perfectamente.
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Lumina
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Post by Lumina on Jul 22, 2017 3:11:49 GMT
Una sombra y un punto brillante, eso fue lo que tus ojos vieron, seguías calmada, esperando pacientemente que aquel arcano se mostrara, estabas acostumbrada aun a estar con la guardia alerta, si bien todos eran amables, a veces algunas criaturas podían ser agresivas por diversos factores, esperaste en completo silencio hasta que aquella persona finalmente te hablo. Por entre las hebras de cabello, los ojos de la mujer dieron un rápido vistazo antes de sonreír y voltearse para ver a su interlocutor –No es ninguna interrupción, agradezco su preocupación, pero estoy bien, mi viaje se ha extendido y no eh vuelto a Reapergate para buscar alguna habitación, así que eh aprovechado de recorrer este bello lugar, siento si es que le eh molestado yo, y si es su deseo, gustosa aceptare su compañía –Contesto con una suave voz y la mirada fija en el hombre frente a ella, analizándolo de manera disimulada, le llamo la atención, había algo en el que le llamaba, ¿Quizás era la expresión de preocupación? No…había algo más, una sensación con aquel hombre, también descarto que fuera su origen oscuro, pudo ver los colmillos asomarse por los gruesos labios, eran bastante grandes, de seguro era un vampiro, por su tono de piel, aunque ella no podía decir nada, ella era tan blanca como la nieve
Acomodo Su mochila en su espalda y el cuaderno, guardando en un pequeño bolso amarrado al cinturón el lápiz, para evitar que se rompiera, se acercó a pasos suaves hacia el hombre de cabellos oscuros y extendió su mano limpia hacia el –Mucho gusto, soy Lumina- Se presentó aun con esa sonrisa amable y en cierto punto maternal – Puedo ver por las ropas que traes que no eres un viajero como yo, y por las horas que son de seguro conoces este lugar ¿Te importaría mostrármelo mejor? No sé si hay alguna zona prohibida y tengo mucho respeto por la memoria de los caídos y de los amados –Pidió con una sonrisa mas entusiasmada, el lugar era bastante grande y de seguro encontraría a otros animalitos o plantas bellas, además una conversación con alguien nuevo seria perfecta para aquella noche, de seguro tenía muchas cosas que poder decirle sobre e lugar - Me gustaría dibujar un poco mas, si es que puedo, si es algo prohibido puedo entregarle las hojas para que sean eliminadas y que acepte mi mas sincera disculpa -Aclaro, ya hace tiempo le había pasado, por eso prefería visitar lugares asi de día, donde hubiese alguien a quien preguntar las reglas o condiciones
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Post by Jago Santori on Aug 14, 2017 14:35:48 GMT
Así que el nombre de la extraña forastera era Lumina. Habían muchas interesantes en ella: su belleza sobrenatural, su voz agradable y educada, su mirada honesta... el hecho de que no solo no parecía preocupada por no tener un lugar donde quedarse, siendo que Reapergate tenía una reputación horrorosa en cuanto a hospitalidad se refiere, sino que además estaba dispuesta a preguntarle a un completo extraño si podía darle un paseo por el cementerio. De la preocupación pasó a la curiosidad y de la curiosidad pasó a la duda de si Lumina era valiente, inocente o... o tonta. El tercer caso parecía ser el menos probable.
No le estaba permitido llevar gente a su hogar luego de que las puertas cerraran, pero no veía ningún daño en acompañar a Lumina un rato. Apenas faltaban unas horas para que el cielo se iluminara más de lo normal, que en Reapergate era el equivalente a que saliera el sol. El vástago había sabido de arcanos de paso por la ciudad que eran incapaces de distinguir el día de la noche. Cómo le hubiera gustado tener una lámpara un poco más potente, para así poder guiar mejor a la artistas de cabellos blancos. - Mi nombre es Jago Santori -se presentó, mirando alrededor para comprobar si de verdad estaban solos. No había visión más desagradable que la de un saqueador de cuerpos-. Mi familia podrá ofrecerle auxilio y alojamiento una vez que las puertas de mi hogar vuelvan a estar abiertas al público, pero, por ahora, sería un gran gusto para mí poder mostrarle mejor la belleza melancólica y sombría del cementerio. Es extraordinario encontrar a alguien que la disfrute y desee plasmarla en un lienzo. Por favor, sígame... ¿ya vio los mausoleos?
Jago comenzó a caminar con el mismo paso silencioso que lo caracterizaba, esperando que Lumina lo obedeciera. - ¿Por cuánto tiempo desea quedarse en Reapergate? -preguntó respetuosamente.
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Post by Lumina on Aug 15, 2017 1:16:06 GMT
La mujer asintió agradecida de su hospitalidad, sintiéndose cómoda con la forma de hablar del vampiro, acomodo suavemente en sus manos aquella gruesa libreta mientras se disponía a caminar al paso del hombre a su lado, acomodo su cabello, despejando su rostro para ver mejor, a pesar de que su vista ya se había acostumbrado, la luz jamás le incomodaba, de hecho le permitía ver mejor los rasgos de Jago – Es un bonito nombre… y Agradezco su ofrecimiento, pero no me gustaría abusar de su hospitalidad, con tener un lugar para poder ordenar mi mochila en paz y reorganizar mi viaje será más que suficiente- sonrió con suavidad, volviendo a acomodar la pesada mochila en su espalda, disfrutando del aire nocturno y del silencio y paz que había en ese lugar- Aun no eh visto los mausoleos, me encontré un pequeño amigo y me distraje, la verdad es que me gusta este lugar… a pesar de que algunas tumbas se vean tan abandonadas, se ve el respeto y el amor que les dedicaron en su momento… aunque no sé si sea del todo correcto retratarlos, no me gustaría importunar a nadie…- Admitió con suavidad, con la mirada fija en el camino, volteando de vez en cuando para ver algún detalle que le llamaba la atención, pero no se detenía a retratarlo
Se sintió tentada a aumentar la luz de la lámpara, pero disfrutaba de esa suave calidez que emitía, y del contraste en el rostro del hombre con el que caminaba, se mordió los labios, preguntándose si le molestaría que lo retratara, se sorprendió un poco por su última pregunta y la medito unos segundos, antes de sacar un mapa perfectamente doblado, era bastante vago, y estaba escrito con una letra que se veía no era la original del papel, Lumina abrió un poco más el mapa, a las zonas que no estaban escritas aun, analizando, contando el tiempo y recursos que llevaba consigo – Pues… aun me falta recorrer algunas zonas sin contar la ciudad… creo que si no durmiera, me quedaría dos días más… aunque aún es un supuesto – Sonrió con suavidad, volviendo a doblar con cuidado aquel trozo de papel y guardándolo tan disimuladamente como lo había sacado, gracias a la oscuridad, Jago jamás sabría de donde había salido- Estoy acostumbrada a recorrer grandes distancias durante el día, la verdad es que soy poco experta en ser viajera y siempre termino durmiendo en el césped o en algún tronco, pero como vera, esta vez no estoy en un bosque – Admitió, entre divertida y avergonzada, no le molestaba para nada dormir en compañía de la naturaleza, pero esas tierras eran diferentes y no creía que fuera bueno acostarse en cualquier lugar . La luz que se había colado entre las nubes termino por desaparecer, dejando que las tinieblas se apoderaran casi por completo del lugar, el camino era ahora mucho menos visible y los contrastes entre la luz y la oscuridad eran mucho mas evidentes, la mujer subió la mirada con suavidad, ya le habíapasado antes, ya había comprendido que las nubes eran dueñas de la zona y controlaban la cantidad de luz
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Post by Jago Santori on Aug 22, 2017 2:49:15 GMT
- No es simple hospitalidad -explicó-. Mi familia ha dedicado toda su vida a cuidar de los más desamparados, nuestro apellido es sinónimo de prosperidad y un mejor futuro. Si alguna vez necesita algo, no dude en que será un honor para nosotros ayudarla. Esa es nuestra tradición más valiosa -El orgullo en su voz era difícil de disimular, pero tanto él como su padre y su hermano hablaban fervientemente de la labor altruista que llevaban a cabo en la ciudad donde nunca sale el sol. O quizás simplemente era el orgullo de compartir sangre con Izark y Abdon. Cuando se trataba de la familia, era difícil distinguir entre deberes. Por otro lado, cuando se trataba de retratar tumbas... - No veo daño alguno. Retratar tumbas es simplemente otra manera de inmortalizar a los fallecidos, quizás un artista prefiera acabar en un cuadro que en un sepulcro -sentenció luego de pensarlo. ¿Acaso a su hermano le gustaría que lo entierren junto con sus flores? ¿Tendría la ocasión de descubrirlo alguna vez? Preferiría que viviera eternamente, como fue el deseo de su padre al convertirlos en criaturas de la noche.
Cuando Lumina sacó el mapa, Jago se acercó más a ella para poder verlo. Parecía un mapa auténtico, así que no se perdería si el vástago la dejaba sola, pero desechó ese pensamiento al escuchar que era novata en cuanto a viajes y aventuras se refería. Al menos sabía (al igual que todo Mirovia) que dormir o descansar en el Bosque de los Susurros significaba unirse a la pila de cadáveres que se pudrían bajo el lodo y las hojas. Sin embargo, era un excelente lugar para cazar. - Si desea alojarse en un lugar más tranquilo, también hay posadas bastante decentes en Reapergate. No creo que vayan a cobrarle mucho por una o dos noches -El precio también bajaría cuando el posadero se enterara de que iba como protegida de los Santori.
No prestó mayor atención a Lumina mientras que guardaba el mapa. Se adelantó un par de pasos, escuchando que no hubiera nadie cerca, pero el brusco cambio de luz hizo que tuviera que detenerse y apegarse más a la exploradora, compartiendo la luz y el calor que les proporcionaba la lámpara de vela. Las sombras de ambos arcanos parecían dos fantasmas que los acompañaban mientras caminaban por el cementerio. - Los mausoleos están un poco más adelante. Espero que pueda dibujar con esta luz.
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Post by Lumina on Aug 24, 2017 3:59:42 GMT
La mujer escucho atenta las palabras del joven, acomodando sus manos al frente junto con su cuaderno, el suave contoneo de las caderas era acompañado de la brisa y de los suaves murmullos de la noche. Se sintió en una ligera confianza con el hombre a su lado, podía sentir el orgullo, la amabilidad, la generosidad real no solo salir de sus labios con aquellas suaves palabras, podía sentirlo de otra forma, sonrió suavemente, mirándole de reojo… y por unos segundos una pregunta paso por su mente… se preguntó si en su momento, ese tono de voz había salido de su boca, cada vez que ofreció refugio…las esperanzas de un futuro mejor a aquellos arcanos que lo necesitaron… promesas, esperanzas, palabras que sencillamente murieron… finalmente, nada de lo que la mujer de blancos cabellos hizo logro cambiar nada… una muerte horrible, los corazones rotos… demasiadas tragedias… Por segundos, los pasos de la mujer fueron más lentos, se había quedado ligeramente atrás, aquello le pesaba, pero a pesar de la punzada de dolor la sonrisa amable no se quitó de sus labios, a pesar de que no podía ocultar ese ligero desanimo, no respondió a las nuevas cuestiones de Jago, solo se dedicó a asentir mientras le miraba de reojo, no había podido evitarlo, a veces…solo a veces no deseaba hablar
Sintió como el cuerpo ajeno se acercó más a ella, la mujer había bajado la mirada al caminar, observando con detalle el suelo por el que caminaba, a pesar de la oscuridad que reinaba entre ellos y ese extraño, pero cómodo silencio, subió suavemente la mirada al escucharlo hablar después de aquello, la oscuridad los rodeaba... y aquella vela en la lámpara, era su única luz. Subió suavemente su vista, aprovechando de que ambos se habían detenido en medio de la penumbra y solo se quedó pegada mirando aquella suave luz de vela, el ligero calor que sentía de ella, y luego, del otro lado, las telas de la fina ropa del arcano que la acompañaba… Luz… Solo…Luz… se preguntó si su luz aun seria pura… aun podía dar ese calor, ese cariño… Levanto suavemente sus manos, temblorosas, cuando estuvieron cerca del cristal se detuvieron unos segundos, hasta finalmente deslizar con delicadeza sus dedos sobre aquel tibio material, sonrió suavemente al sentir esa calidez, y como si aquella pequeña llama tuviera ida propia se movió, buscando a la mujer, quien no quitaba la vista de esa llama; más temprano que tarde, la luz que emanaba cambio, incrementándose, pero no siento incomoda, tenía un extraño calor. Lumina salió de aquel trance y lentamente retiro sus manos, pero la hermosa luz no desapareció –Lo siento… - fue lo único que atino a decir, en realidad no sentía que había algo más que tuviera que decir, miro directo al rostro de Jago, buscando los ojos ajenos, algo que pudiera decirle que tanto había metido la pata, o que tan extraña se había visto, en silencio, y con aquel extraño acto
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Post by Jago Santori on Aug 24, 2017 5:38:22 GMT
El silencio que se había apoderado de Lumina le había parecido demasiado extraño y abrupto como para ser ignorado, pero, a su vez, no supo cómo reaccionar ante este. No era como si pudiera hacerla hablar en contra de su voluntad, no sentía ningún deseo de incordiarla mientras que paseaban. Al final, sus palabras acabaron siendo cada vez más mecánicas, su voz iba adquiriendo un tono inexpresivo, formal y frío... pero, al callarse, descubrió que estaba más cómodo así. La oscuridad creciente que lo había hecho reaccionar y acercarse a la mujer, con el objetivo de poder compartir mejor la débil luz que el vástago traía consigo, pero su boca seguía cerrada e inexpresiva.
Entonces se asombró. Se asombró al ver los dedos pálidos de Lumina rozar el cristal de la lámpara, se sorprendió de la manera en que el débil fuego agarró fuerza a alumbró a ambos arcanos bajo su luz dorada. Protegidos por el halo cálido y brillante, ahora podían verse los rostros con claridad por primera vez desde que el vampiro se había acercado a ofrecerle su compañía a aquella dama de corazón limpio y manos ardientes. Los rasgos de la cara, agudizados por las sombras que producía el fuego, todavía conseguían mantenerse suaves. Había una sabiduría interminable en su expresión, mas la inocencia que reflejaba era tan pura que Jago no pudo sino preguntarse si acaso sería un ángel; un ángel de fuego puro.
Leyó cada gesto de Lumina como si fuera un libro.
Sus miradas volvieron a encontrarse luego de que el trance en el que se había sumido la mujer se terminase. Los ojos del hombre estaba fijos en los de la viajera. Su mirada era fría, mas no acusadora. Simplemente había logrado intrigarlo y estaba tratando de desenmarañar los misterios que veía reflejados en ella. ¿Qué era lo que quería? ¿Lo que de verdad quería? ¿Por qué le estaba pidiendo perdón? ¿Era algo que necesitaba? ¿Era eso lo que quería?
- Te perdono -dijo con una suave sonrisa en el rostro-, aunque no cometiste falta alguna.
Prosiguió su caminata, aprovechando el nuevo resplandor que la viajera le había proporcionado para iluminar mejor el camino.
- Aquí están -presentó los mausoleos, estirando la lámpara (todavía dotada de sobrenatural potencia) hacia estos, para que la artista pudiera verlos mejor.
No eran muchas las edificaciones de piedra que se erigían como pequeños hogares para los fallecidos de una misma familia. No todos podían costear un mausoleo, y no todas los adinerados deseaban uno. Sin embargo, de todas maneras uno podía pasearse por aquella ciudad del Hades y jugar a perderse entre las elegantes tumbas de gran tamaño.
La luna había vuelto a mostrarse afable y una luz plateada inundaba el lugar, lo que provocaba un curioso juego de sombras y colores al contraponerse al fuego que el vampiro llevaba en su luminaria. Oro, plata y oscuridad, con apenas el ruido del viento y sus pasos perturbando la paz del lugar. Había un aura de respeto allí; los verdaderos cimientos de Reapergate se encontraban en aquel lugar sagrado. No solo Lysander Velfast se había preocupado de cuidar su ciudad.
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Lumina
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Post by Lumina on Aug 24, 2017 6:52:37 GMT
Se quedó mirando fijamente a esos ojos ajenos, con la luz nueva pudo detallar perfectamente los rasgos masculinos, incluso aquel mechón de cabello blanco que estaba perfectamente acomodado en el cabello oscuro, su mirada se centró en la fría ajena, aquellos ojos azules eran en cierto punto hipnóticos, quizás mas por la actitud del vástago que por su raza, aparto finalmente su mirada, nerviosa, sintiéndose observada, avergonzada de haberse quedado tanto tiempo mirándolo, dejo que el blanco cabello tapara su perfil, solo dejando asomar esa bonita nariz, fría por la noche, en realidad no tenía frio, pero no podía evitar que su cuerpo cambiara de temperatura “Realmente… ¿no cometí una falta?” aquella frase se quedó rondando el resto del camino en la cabeza de la mujer, acaso quedarse mirando a alguien tan fijamente no era una falta? Al menos era raro… Pero no estaba segura de si aquello había molestado o no al hombre de largos colmillos, se mordió los labios para evitar exhalar un suspiro, a veces sentía que socializar se había vuelto difícil luego de… todo… Los recuerdos amenazaron con salir a flote, evidenciando la angustia que arrastraba con cada paso, pero se pellizco suavemente la muñeca, concentrándose en la realidad, era una velada bastante curiosa y no quería entrar en ese estado de melancolía, no esa vez
Los ojos de la mujer se abrieron asombrados al ver aquellas obras arquitectónicas, se acercó a paso lento para detallarlas mejor, sin ser irrespetuosa, y ahora con la luz de la luna se veían majestuosas, dignos lugares de descanso para los restos que dejaron en este mundo, lentamente poso su mano en uno de los pilares de la entrada, sintiendo la rugosa textura del material que mantenía aquel refugio mortuorio, sonrió suavemente, ella hubiera deseado tener conocimiento sobre aquellas estructuras… así… así.. “ellos podrían tener algo más digno…” Poso su mano de forma disimulada en su mejilla, los ojos se habían acusado, ni siquiera había podido darles algo mejor, a pesar de que había tomado el tiempo para darles la mejor sepultura que su cuerpo y su rota alma le permitieron… “Lo siento tanto…” no creía que alguien escuchara aquel rezo, pero para ella valía la pena, quizás podría volver a encontrarse con ellos en unos años más y…podría…disculparse de verdad. Quito su mano suavemente, alejándose de ese, dejando a Jago y aquella luminosa y dorada luz atrás, se acercó al segundo, un poco más grande que el anterior, eran sencillamente hermosos, pero… había algo que estaba mal… una fría sensación recorrió su espalda y se detuvo en súbito, buscando con cuidado de donde venía aquella sensación tan pesada… la puerta… se acercó suavemente, aprovechando la luz del astro nocturno. Su rostro puso una mueca resultado de una tristeza profunda, y una ira bastante grande – La puerta… ha sido forzada- comento con un tono serio, sabiendo que Jago la escucharía, decidió alejarse de allí, volviendo a la luz cálida, pensó seriamente en hacer un rezo por aquellas almas que habían sido robadas, sintió la sangre hervirle, aquello era una falta de respeto, tuvo que respirar hondo para no dejar que el ceño se frunciera por completo, no era tiempo para molestarse, ya no había nada que pudiera hacer más que rezar junto al fuego, quizás, podría buscar una vela en su mochila y dejarla encendida allí, en respeto por la pérdida… Pero no recordaba si traía alguna vela
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Post by Jago Santori on Sept 2, 2017 18:31:41 GMT
Una mueca de preocupación y sorpresa quebró la apariencia tranquila del vástago, cuyos ojos se dirigieron de forma casi automática a la gran mole de mármol, que Lumina le había advertido había sido profanada. Frunció el ceño y se acercó a la tumba, examinando a la luz de su lámpara cada pequeño detalle: los rasguños en la piedra, que parecían hechos con garras, y alguien había roto el candado de oscuro acero que protegía el descanso eterno de los fallecidos de la familia... - Faure-Dumont -susurró. Según las fechas que estaban escritas en letras doradas bajo aquel apellido, el último miembro de la familia había muerto hace cinco años. Por lo que Jago sabía, esa última muerte también había marcado el fin de la familia Faure-Dumont: habían sido comerciantes famosos, más nunca establecieron relaciones de ningún tipo con la familia Santori. Hasta ese preciso instante, Jago nunca se había preocupado por el destino de aquellos mercaderes.
Tal vez había sido fruto de la casualidad que los saqueadores de turno hubieran decidido asaltar a dicha familia, pero, ¿por qué se darían el trabajo de abrir un mauselo siendo que era mucho más sencillo desenterrar un sepulcro ordinario? ¿Qué clase de enemigos habrían tenido los Faure-Dumont para que alguien quisiera saquear su tumba media década más tarde? Jago apoyó la oreja en la puerta de madera reforzada, atento por si escuchaba algo dentro, pero, incluso concentrado, solo oía el sonido de su respiración, la de Lumina y la suave sinfonía de la vida nocturna del cementerio. Ni los insectos ni la brisa podían ser los culpables del crimen que estaban presenciando, así que el vampiro empujó un poco la puerta, pero estaba demasiado pesada como para poder moverla él solo. - Lumina, ayúdeme, por favor.
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Post by Vhalair Tyrian on Sept 21, 2017 16:06:37 GMT
En el mismo cementerio, un joven hombre lobo de ojos verdes y cabello castaño en su forma sellada, se encontraba investigan un rato el lugar, había recibido el aviso de sucesos extraños sucediendo en el cementerio de Reapergate, donde su curiosidad se había visto afectada llevándolo tomar el caso. El chico tenía sus oídos atentos a cualquier ruido que pudiera ser sospechoso, un vago recuerdo vino a su mente, donde sus padres lo ponían a sus duros entrenamientos, pero con el fin de que tuviera el control de sus habilidades – Espero que os encontréis en un lugar mejor – dice sonriendo con nostalgia mientras se agachaba en cuclillas y buscaba alguna pista posible en el suelo del lugar. Sin éxito alguno, se levanta y continua su caminar, el silencio del lugar lo obliga aun a mantenerse alerta, otro consejo más de los entrenamientos de su familia.
El caminar del detective, se detiene cuando ve un poco a lo lejos dos figuras, pero no logra notar muy bien que es lo que hacen, así que, se acerca con algo sigilo y nota que al parecer fuerzan algo, pero no lo sabe con certeza – espero que no seáis los sospechosos de la situación que ocurre aquí – dice junto a una sonrisa, en un tono de humor para lograr llamar su atención.
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Lumina
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Post by Lumina on Sept 21, 2017 17:30:38 GMT
Lumina escucho ese nombre, era un nombre peculiar la verdad, pero en el poco tiempo que llevaba en esa isla no los había escuchado, aunque la verdad es que considerando que era la primera vez que iba a esa zona era normal, miro atenta los movimientos del vampiro, que posicionaba su oído junto a la puerta, esperando escuchar algo, Lumina intento contener la respiración para no distraerle, soltando el aire suavemente cuando el hombre de ojos azules alejo su cabeza de aquel objeto reforzado, posicionándose a un lado con la clara intención de moverla, abrirla, de revisar ¿Quizás si se podía hacer algo? Lumina se acercó sin dudarlo cuando el Santori se lo pidió, quitándose rápidamente la mochila de los hombros y recargándola contra el muro, acomodándose junto a Jago, a pesar de que aquella puerta no se veía del todo pesada si lo estaba, Lumina contuvo aire cuando dio el primer empujón, el ruido que emitió era molesto, bajo, de seguro de lejos no se escucharía, pero a ella le molestaba bastante, unos momentos más, la puerta se trabo, Lumina empujo con más fuerza, cargando su peso, pero nada, sencillamente se había atorado allí, suspiro, mirando el hueco que ahora se veía, oscuridad y nada más, esperaba que hubiera algún olor, pero la falta de los mismos era evidencia del crimen, se recargo en la pared, cabía de costado sin problema, así que comenzó a deslizarse hacia el interior –Quizás pueda terminar de abrirla por- su frase fue cortada por una nueva voz, Lumina volteo a ver, a unos cuantos pasos, a una distancia prudente estaba un muchacho, que los observaba con una sonrisa y una chispa extraña en sus ojos
Lumina cerro la boca en una expresión algo graciosa, no había que ser un erudito para saber y comprender sobre todo lo mal que se veía esa situación, ella comenzó a sentir ese cosquilleo en su espalda, la que le advertía cuando los nervios estaban cerca de aparecer, trago saliva, mirando a Jago y luego al joven, bien, ella le explicaría, pero primero saldría de ese lugar, intento moverse, pero algo la jalo, volteo a ver, no lograba ver nada, seguramente sería alguna astilla que se había enganchado con sus ropas, intento jalarlo cuando sintió como el piso donde estaba apoyado su pie se movió ligeramente, la mujer volteo hacia el interior del mausoleo y entonces… Solo cayo, el peldaño había cedido a su peso, y la oscuridad de aquel lugar la había tragado, lo siguiente que se escucho fue un golpe fuerte, sordo, pesado. La arconte había evitado la escandalosa caída cargándose en uno de los muros, sujetándose de algo, eso no había quitado el dolor, pero si había evitado que rodara por las escaleras, ahora se encontraba en el pequeño hueco entre las escalas antiguas y… las cámaras mortuorias, trago saliva, bien… si estaba vacío no estaba irrumpiendo ¿verdad? Se tensó, palideciendo cuando comenzó a sentir alzo sujetar su cintura y subir, se paralizo, no podía haber alguien allí, no había nadie allí, por los dioses, por favor que sea un enorme insecto, incluso un esqueleto, pero no una persona
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Post by Jago Santori on Sept 22, 2017 1:43:49 GMT
Al principio, el vástago no comprendió por qué la arconte había detenido su frase luego de medio entrar en la tumba, pero siguió la línea de sus ojos hasta un joven misterioso de aspecto vivaz. Jago lo miró fijamente, consciente de lo mal que se veía la situación en la que se encontraban, pero no tenía miedo. Él no era un criminal, Lumina tampoco, y el apellido de su familia debería ser lo suficientemente pesado como para darle a entender a aquel arcano que sospechaba de ellos que eran inocentes. Se preguntó si sería un guardia del cementerio, de la ciudad, o un detective. A lo mejor simplemente era un curioso más. En cualquier caso, el vampiro se volteó por completo para poder hablar frente a frente con el extraño. - No se preocupe. Estábamos paseando cuando notamos que uno de los mausoleos había sido profanado, solo queríamos constatar el daño antes de ir a realizar la denuncia como es debido. Mi nombre es Jago Sant...
CRASH. El ruido provocado por la estructura del mausoleo quebrándose y el cuerpo de la arconte cayendo interrumpió por completo la historia a medio explicar del vástago. - ¡LUMINA!
Oh, no. Lo que había comenzado como un paseo tranquilo había terminado siendo una trampa puesta por el destino para complicarles la vida, y ahora la viajera que Jago acababa de conocer estaba en peligro. Se apoyó contra la pesada puerta que no habían conseguido abrir y trató de alcanzarla, de extender su mano lo suficiente como para agarrarla y traerla de vuelta, pero no pudo sino rozarla con la punta de sus dedos. Maldición. - Sujétese de mí -le ordenó a la mujer de cabellos blancos mientras que volvía a meter su brazo por el agujero entre la pared y la puerta. Se volteó nuevamente, para poder dirigirse con voz firme y clara al recién llegado, pero sus ojos delataban el miedo que había sentido. - Ayúdeme, por favor.
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Post by Vhalair Tyrian on Sept 24, 2017 0:27:32 GMT
Como el castaño se lo había propuesto, había logrado captar la atención de los individuos, sabía que no eran sospechosos solo había sido un deje de sarcasmo que no había podido evitar al verlos con las manos en la masa por decirlo de algún modo. El joven hombre lobo estaba atento a las palabras de quien se presentó como Jago mas sin embargo su atención también se vio interrumpida al fuerte ruido y al notar que no se encontraba su acompañante, quien Jago al parecer grito su nombre, para tras unos minutos volver a aparecer y solicitar su ayuda con la muchacha que estaba sujeta al otro.
Sin dudarlo, este troto acortando la distancia y con cuidado ayudo a tomar a quien al parecer se llamaba Lumina, pues Jago anteriormente lo había gritado - ¿Se encuentra bien? Digo, sé que es una pregunta algo estúpida, pero es mejor prevenir que lamentar ¿no? – dice con un deje de preocupación por el estado de ella.
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Post by Jago Santori on Sept 28, 2017 0:17:12 GMT
Jago estaba agradecido de que Vhalair hubiera decidido ayudarle en vez de jugar a ser un tipo rudo e insensible (cosa que, de todas formas, no le parecía muy probable al noble vampiro; el recién llegado se tomaba todo con bastante humor y eso le agradaba hasta cierto punto), pero no estaría completamente tranquilo hasta que pudieran sacar a Lumina del agujero en el que estaba atrapada. Ambos hombres sostenían a la arconte para así evitar que cayera, mas el esfuerzo que estaban realizando sería inútil si no lograban entrar y tirar de ella... pero, ¿y si el piso volvía a quebrarse bajo sus pies? ¿Quedarían los tres atrapados dentro de la cripta? "Es una trampa" pensó. No era natural que el suelo se partiera como un el hielo de un lago congelado si es que estaba hecho de piedra y tierra.
Trató de meter su pierna dentro del mausoleo para poder equilibrarse mejor, aunque se arrepintió de su decisión apenas su pie tocó el suelo. Estaba bastante seguro de que lo escuchó crujir.
Cuanto antes salieran de ahí para poder ir a declarar el crimen que habían presenciado y dejarle el trabajo a los profesionales, mejor.
- Sujétese con fuerza -ordenó a la mujer medio enterrada-. Usted, tire a mi señal -dijo al joven ayudándole-. ¿Listo...? ¡Ahora!
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