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Post by Ró Nielsdóttir on Jul 22, 2017 0:24:29 GMT
La selkie estaba nerviosa, pero también emocionada. Era la primera vez que asistía a la fiesta del cortejo, nunca pudo haber ido antes debido a su corta edad además de que su difunto padre no le habría dejado y por eso, siempre debía ver el festejo desde lejos... ¡Pero por fin asistiría!
Llegó a la Ciudadela con un vestido verde azulado y vaporoso que su mismo señor Gabriel le había recomendado llevar; era un vestido fresco y no muy recargado, ideal para pasear por el lugar, bailar y festejar sin dejar de estar cómoda. Llegó a la plaza central tras caminar unos minutos, dio un par de vueltas sobre sí misma admirando las decoraciones florales del lugar... ¡Que hermoso se veía todo! Extrañaba vivir en la Ciudadela... Reapergate le gustaba, pero no se veía tan hermoso, a su parecer.
El aire estaba levemente endulzado por el olor de las flores decorativas y los puestos de comida que rodeaban el lugar. Se acercó a uno de estos para comprar una pieza de bollería y sentarse en un banco cercano en lo que observaba a la gente pasar... algunos con pareja, otros solos... pero todos vestían sus mejores galas para la ocasión y eso le alegraba más. Se le hacía bonito que todos se tomaran unos días de relax para pasarla bien en el evento, encontrasen pareja o no. Ella desde luego no se había creado expectativas, aun era joven y casi todos los arcanos que conocía le pasaban por más de 50 años y sabía que para algunos, la edad de la selkie era un inconveniente pero a ella poco le importaba. Lo más importante era comer, bailar, reír y disfrutar del momento.
Se quedó ahí en el banco tranquila, aun comiendo su bollo con lentitud mientras balanceaba los hombros levemente al son de una melodía que se escuchaba de fondo, pensando que después de comer podría acercarse a bailar con el resto de gente si no ocurría algo más primero.
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Nohak
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Post by Nohak on Jul 22, 2017 21:21:15 GMT
Con pasos ligeros como hojas siendo llevadas por el viento, se desplazaba entre docenas y docenas de arcanos, no era de extrañar que muchos no se percataran del joven, pues estaba acostumbrado a no destacar y desviar la atención hacía su persona, ya casi por inconsciencia. Nohak miraba entre las cabezas de todos, sobre la multitud de gente que ahora deambulaba tan despreocupada y alborozada. Sin duda el festival del cortejo era de sus eventos favoritos en el año, pues los hombres que trataban de conseguir la atención de alguna señorita y al mismo tiempo las señoritas absortas en declarar su amor, eran blanco fácil para despojarlos de alguna que otra joya o moneda.
Pero ese día en particular, no tenía como objetivo enriquecerse de esa forma. Su intensión era una muy diferente, una que tal vez le traería un poco más de entretenimiento. Una misión de reconocimiento.
El rakshasa se admiraba de la decoración en toda la calle principal, las flores en grandes cantidades, los listones y telas colgando por todas las marquesinas y balcones, y los puestos rebosantes de comida, sin duda se habían esmerado éste año. Todas las señoritas lucían tan exuberantes, era obvio que en esta época se hacían de sus mejores prendas y peinados. Y claro que las joyas no podían faltar, sin embargo, Nohak quién durante años se había familiarizado con todo tipo de gemas preciosas y exóticas pedrerías, creía que la mejor joya que una mujer tenía para presumir, eran sus ojos. Unos chispeantes ojos alegres y expresivos, era algo que casi lamentaba no poder robarse.
Continuó su visita, apreciando un puesto de flores con aparente interés, realmente sólo observaba a las clientas que llegaban a él. "Joven, de mirada ingenua..." Repasaba todo lo que Gabriel le había descrito. "Rubia, piel blanca y enrojecida por el sol" Sus ojos saltaban de rostro en rostro, expectantes por dar con la dueña de aquellas características. "Ojos azules y amables". Sin duda se había tomado como un reto personal la prohibición de Gabriel sobre acecharla, pero no le afectaría si sólo la saludaba. ¿O si?.
El chico se movió de locación, llegando ahora a un puesto de pan que olía bastante bien. Tomó uno al tiempo que lanzaba su moneda al aire, la cual el dueño atrapó en el trayecto. Se quedó mirando al rededor de esa plaza, la gente bailaba por la música de la zona, en parejas y también en grupos más grandes, riendo y divirtiéndose, alegrándose por tener amor, o al menos amistades. Nohak soltó un bufido y estuvo apunto de morder su pan pero se detuvo en el acto, pues cuando el grupo de personas frente a él se movieron, dejaron ver a una joven rubia sentada en una banca, ajena a todo el ajetreo. "De esencia risueña". El rakshasa se acercó rodeando a la multitud, con cuidado de que la joven no lo notara, lo cual llegaba a ser más fácil de lo normal por la cantidad de personas en el lugar.
Una vez teniendo una visión clara de los detalles en la joven, Nohak sonrió complacido y ciertamente emocionado. Pero aguardó un poco, sólo para asegurarse de que no estaba siendo acompañada. Notó que efectivamente estaba sola, cosa que le resultó extraña pero igual lo agradeció a sus Dioses. Entonces avanzaría con el plan. Si mal no recordaba, Gabriel le dijo que era "Ridículamente compasiva" y si eso era cierto, entonces...
Con su pie hizo tropezar a un hombre a unos metros de Ro, y éste al verse tan desequilibrado comenzó a dar torpes pasos en una desesperada carrera por no caer, casi hasta llegar sobre la joven. Pero segundos antes de la colisión, el mismo Nohak detuvo al hombre haciendo gala de sus tremendos reflejos. - Hombre, cuidado con las copas de más, a las señoritas no les gusta ser aplastadas.- El afectado sin entender aun que había pasado, se disculpó y de manera avergonzada se alejó de ellos. El rakshasa entonces miró al suelo y como si de verdad estuviera sorprendido, suspiró decepcionado al ver su pieza de pan aplastada por sus propios pies. - Demonios...- Entonces miró a Ro, quién seguía sentada. Sonrió y se encogió de hombros.- ¿Se encuentra bien?.-
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Post by Ró Nielsdóttir on Jul 22, 2017 21:56:58 GMT
La joven seguía distraída, ajena al pequeño plan que el rakshasa había tramado para conocerla, esta vez moviendo una pierna al tempo de la música. Notó que a los pocos minutos el lugar comenzó a llenarse de más gente y el sonido de los pasos y las conversaciones del gentío ya no dejaba escuchar la música con tanta claridad. Por un momento buscó entre los rostros de los caminantes buscando un rostro conocido al cual saludar o con el cual juntarse, pero no había suerte... era mucha gente y aun con todo ella tampoco conocía a muchos arcanos. Observó por un momento la mano en la que sostenía su bollo ya mordido, la cinta amarilla que colgaba de su muñeca... preguntándose si era buena idea habérsela puesto ya que de pronto el sentimiento de culpa la invadió.. ¿Qué habría pensado su padre de verla ahí? Tampoco era tan mayor... ¿O sí? Para algunas personas sí, y para otras no... siempre había opiniones dispares sobre esto y ella nunca sabía que pensar. Estaba llevándose el último bocado del dulce a su boca cuando, al observar a un señor perder el equilibrio que iba a caer sobre ella la sacó de sus pensamientos; como un acto reflejo ella se levantó e intentó ayudarle antes de caer, justo al mismo tiempo que otro chico desconocido también ayudase a aguantar al caballero.- ¿Se encuentra bien? ¿Se ha hecho daño? -Le dijo al accidentado con tono preocupado, pero se tranquilizó llevándose una mano al pecho al observar que solo fue un simple tropiezo y que, algo confundido, él ya partía y seguía su camino. Volteó entonces hacia el muchacho de cabello negro con una sonrisa algo leve pero amable en el rostro.- Estoy bien, gracias... Ha sido muy gentil de su parte ayudar a ese señor. -Sonrió de manera más amplia hasta que se fijó en el dulce que había sido aplastado por una buena causa ( )- Oh... ¡Deje que le invite a un dulce, por favor! Por las molestias... -Dijo mientras sacaba una bolsita de tela estampada con flores que escondía en el cinto de su vestido, comenzando a sacar monedas de este.
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Nohak
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Post by Nohak on Jul 24, 2017 1:42:51 GMT
La chica preocupada más por el hombre que por ella, preguntó si le había pasado algo. Nohak sólo podía sonreír al ver lo acertada que había resultado la descripción de Gabriel. "Gracias compañero, prometo no distraerla mucho." Pensó en sus adentros. Entonces escuchó la respuesta a su pregunta casi retorica, pues sabía que estaba perfectamente bien, ya que se había asegurado de que el cuerpo del hombre no llegase si quiera a tocarla. - Oh no no, por favor no...- Dijo al momento de ver sus intenciones. Y se tocó el pecho para señalarse. - Yo no lo hice para recibir recompensa alguna.- Su cara derrochaba mucha honradez, pero cualquiera que lo conociera se habría dado cuenta de su actuación.- Pero...- Entonces cerró la pequeña bolsita con monedas, que inconscientemente sopesó para predecir la cantidad. Viejas costumbres que nunca morirían. - Si lo que quiere es compensarme...- Señaló a su alrededor.- Acompáñeme a dar una o dos vueltas a ésta gran plaza.- Recordó entonces algo importante. Gabriel tenía razón en un punto, pues no importaba cuan astuto fuera para encontrar a Ro, o cuan dedicado para engatusarla se creyera. Si él no era compañía de su agrado, no podría obligarla a nada, y el juego acabaría más rápido de lo que le hubiese gustado.
Su porte siempre estaba lleno de confianza, pues al mentir o robar no debías aparentar nada más que seguridad, ese era el secreto de un mentiroso experimentado. Hacer dudar a los demás de que lo que creen, no es verdad. Y claro, unas manos ágiles. Toda su vida había trabajado puliéndose en ese tipo de juegos sucios, ya llevándolo al punto de hacerlo sin que se diera cuenta. Pero ahora, se sentía levemente nervioso, como alguien que experimentaba haciendo algo nuevo o alguien que hacía mucho no practicaba ciertas aptitudes. Pedir citas no era su fuerte, lo reconocía, pero no era novato en el tema. Sin embargo, Ro se veía como una buena chica, y él, bueno, él lucía como una vil sanguijuela.
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Post by Ró Nielsdóttir on Jul 24, 2017 16:54:37 GMT
Aun rebuscaba unas cuantas monedas en su monedero, empeñada en pagarle un dulce a su salvador cuando el saquito fue cerrado por la mano del recién conocido, lo que le hizo volver a alzar sus ojos azules para encontrarse con un par de ojos felinos que le decían que no era necesario pagar por ello.- Oh... -Se limitó a sonreír un poco apenada.- Está bien, ¡De todas formas si se le ofrece algo, corresponderé de buena gana en lo que pueda! -Volvió a contestar, mucho más animada y olvidando su timidez por un momento.
Cuando el raksasha gesticuló a la vez que le pedía que fuese su acompañante en un paseo no pudo evitar mirar a su alrededor algo curiosa, el lugar lucía hermoso y la gente también al vestir sus mejores galas... La verdad sí le apetecía pasear, le parecía una muy buena idea para así, de paso, conocer mejor al muchacho; le gustaba mucho socializar y hacer amigos, aun pecando de ingenua.- ¡Sí me gustaría dar un paseo! ¡Me encantaría! -Rió suavemente, pero bastante emocionada para algo tan simple como caminar... pero pasar tiempo de calidad con alguien siempre era bueno para ella, no le gustaba estar sola. Sin pensarlo mucho tomó a su ahora acompañante del brazo para comenzar a caminar juntos.- ¿Cómo se llama ? Yo me llamo Ró Nelsdóttir pero me puede llamar Ró.. soy una selkie, aunque quizá es un poco obvio... -Rió algo nerviosa mientras se recolocaba bien el chal que no era otra cosa que su piel de foca.- ¿Qué tipo de arcano es usted? -Preguntó inocente mientras le veía sonriente.
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Nohak
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Post by Nohak on Jul 24, 2017 22:45:56 GMT
La respuesta más que positiva fue contundente. Nohak abrió un poco los ojos, pero trató de no verse sorprendido pues había conseguido una cita. La chica se afianzó a su brazo y el rakshasa no pudo más que apretar el pecho para lucir un poco más alto y fuerte que los hombres de alrededor.
Caminaron tranquilos durante un tramo, viendo toda clase de puestos y espectáculos callejeros, arcanos que aprovechaban el tumulto de gente para ganar dinero. Que desperdició de tiempo, siendo que podían tomarlo directamente de los bolsillos ajenos. Aunque respetaba la manera honesta de hacer las cosas, la consideraba redundante, de todas formas terminarías con su dinero en tu bolsa. Entonces Ro se presentó formalmente, aunque aquello para él estaba de más. - Mi nombre es Nohak Brabush, dime Nohak.- Entonces agregó. - Puedes hablarme de "tú", siento raro si no es así.- Rió un poco y siguieron caminando, pasando por un enorme puesto de flores, muy hermosas y de muchos colores. El dueño ofrecía ramos enteros a parejas enamoradas, cantando y recitando poesía romántica, pero fue hasta que lo vio que su mirada se tornó recelosa. Al parecer desconfiaba de la presencia del rakshasa. Miró de reojo a Ro, asegurándose que no se hubiese percatado de nada.- Soy...Soy un...- Contestó un poco distraído por el acto del hombre, pero sin dejarle entrever nada a la chica. - Soy un...- El chico no pudo más que sonreír con toda la inocencia que pudo al dueño de aquel negocio. Ya cuando por fin pasaron de largo el puesto, Nohak pudo respirar con normalidad, pues su cometido estaba hecho. - Soy un rakshasa.- No podría decir que se avergonzara, pero sabía lo mal que algunos calificaban a los de su raza, precisamente por ratas como él. Pero podría enmendarse en la otra vida.
De pronto Nohak detuvo a Ro. - Espera, ¿Te gusta la magia?.- Colocó sus manos delante de ella, mostrando sus palmas extendidas y vacías, para después doblarlas y hacer un movimiento elegante con los dedos, apareciendo una rosa blanca entre éstos.- Tadaan.- Esbozó una sonrisa divertida, adoraba hacer este tipo de trucos. De pequeño su padre le había enseñado muchos de ellos. - Para ti, Ro.- Le ofreció la rosa a la joven ojiazul, clara señal de gratitud por aceptar salir con él. - Y espero que tengas hambre.- Entonces la tomó de la mano para guiarla hasta una carreta ambulante, donde tenían platillos con carne y patatas.
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Post by Ró Nielsdóttir on Jul 25, 2017 8:57:42 GMT
-Nohak... Vaya, suena muy exótico ¡Como de algún lugar lejano! -Recordaba haber leído relatos de otras zonas del mundo, sitios donde la Gran Caza había tenido lugar, donde los arcanos vivieron alguna vez sin tener que esconderse, sitios a los que a ella se le hacían muy remotos aunque había escuchado a algunos arcanos ya con bastante edad hablar sobre esas tierras.- Está bien, te hablaré de tú... ¡Lo siento! Simplemente no quería ser maleducada. -Sonrió bastante contenta, mirando a su alrededor en lo que seguían paseando y escuchaba, aun distraída, como Nohak no terminaba de responder a su pregunta... como si divagara por unos momentos, hasta que al final salió a la luz: era un rakshasa; lo que hizo a la joven rubia voltear hacia él sorprendida.- Un rakshasa... ¿En serio? -Ró nunca había conocido a un arcano de la naturaleza de Nohak antes, pero sí que había leído cosas horribles sobre ellos, como que podían llegar a destrozar aldeas enteras o incluso que comían carne humana... pero debían ser exageraciones, los humanos siempre exageraban escribiendo sus relatos y descripciones. Ella sólo se limitó a sonreír un poco, Nohak no parecía violento ni... sanguinario, como decía en sus libros, no le podía juzgar si no le conocía y mucho menos por cuatro líneas escritas en un libro.- Nunca había visto un rakshasa uno antes, ¡Ahora me alegra más haberte conocido! -Rió suavemente pero entonces, el pelinegro la detuvo para hacerle un pequeño truco de magia y sacar una flor blanca de entre sus dedos, lo que dejó a la selkie impresionada.- ¿¡CÓMO LO HAS HECHO!? -Le tomó las manos para darles la vuelta y examinarlas bien ¿Desde cuando y en dónde tenía escondida esa flor?. Se quedó algo anonanada observando la flor que le acababa de regalar mientras era estirada de la mano hacia un puesto de comida.- ... ¡Oh! No tengo mucha hambre puesto que acabo de comer un dulce... ¡Pero te acompañaré mientras comes! -Dijo sonriente en lo que colocaba la flor entre las cintas de su cabello.- ¿Me queda bien? -Volteó hacia el puesto de al lado, el cual vendía bisutería para las damas y que casualmente, tenía algunos espejos colgados... se acercó para retocarse bien el cabello junto con la flor y de paso observar lo que ahí vendían.. eran adornos de todo tipo de piedras, gemas y hasta de resina... Compró un colgante con una pequeña gema de aguamarina con una cadena de plata vieja, nunca podía permitirse estos lujos pero desde que trabajaba con Gabriel el dinero que ganaba al mes era mucho más abundante... y por primera vez en mucho tiempo pudo darse el enorme capricho de comprarse una joya, aunque tuviese que llevarla con su traje de criada todos los días mientras limpiaba... aunque no era conveniente, realmente no podría ponérselo muy seguido porque ni siquiera tenía ropas bonitas que ponerse... hasta su señor Gabriel le tuvo que ayudar con el vestido, pero igual no se arrepentía de su pequeña compra. Después de tener el colgante, regresó al puesto de comida para esperar a Nohak mientras le servían la comida.
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Nohak
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Post by Nohak on Aug 3, 2017 4:06:13 GMT
Nohak rió de lo más divertido al verla tan sorprendida, pues adoraba el publico inocente. El rakshasa sólo guiñó un ojo y se colocó un dedo sobre los labios, expresando que era un secreto muy bien guardado. Una vez llegaron al puesto, el chico se lamentó al escucharla decir que no tenía apetito aun, ladeó la cabeza pensando que si no comía con él prefería no comer, pero no había ingerido nada en todo el día, por lo que hizo a un lado sus costumbres y pidió un plato bien servido.
No había terminado de pedir su pedido cuando Ro había caminado hasta un puesto, en busca de una superficie reflejante para acomodar aquella rosa entre sus rubios mechones, para después entretenerse con la mercancía de éste. Sin duda la manera en que miraba las joyas y gemas le pareció curiosa, cómo si no tuviese una relación muy cercana a aquellos accesorios, ¿Gabriel la tendría con un salario muy estricto?. De pronto la chica se mostró interesada en uno de los collares, uno muy sencillo, pero que adquirió una belleza extra ahora que lo tenía puesto, ¿Por qué le regaló una flor y no una gema? Se regañó mentalmente, a las chicas les gustaban los diamantes más que las flores obviamente.
Ella regresó a los pocos minutos, cuando su plato ya había sido puesto frente al muchacho, quién con expresión algo seria, intentaba asimilar cómo una simple flor y un sencillo collar, le favorecían tanto, entendiendo en seguida que ella se veía diferente pero no por los accesorios en sí, si no por que lucía feliz de tenerlos consigo. Carraspeó un poco. - Es un lindo collar...Te va bien.- Fue lo único que pudo decir, quedando corto en sus palabras, pues mostrarse tan interesado no era su plan. No aún.
Se sentó en una de los pequeños banquitos frente a una barra improvisada de madera, dejandole a Ro el asiento contiguo. Probó el primer bocado alzando las cejas un poco, estaba bueno, muy bueno en realidad. O tal vez ya tenía demasiada hambre y la tierra con pasto le sabría igual de bien. Entonces miró en dirección a Ro, ésta vez con disimulo y mesura, para después girar completamente su rostro hacía ella, necesitaba preguntarle. - Ro...¿Estabas esperando a alguien antes de encontrarnos?.- Si bien su pregunta resultaba normal y casual teniendo aquella postura tan relajada, quería saber si existía alguien por el cual la chica estuviese interesada, y qué tan bueno era ese alguien.
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Post by Ró Nielsdóttir on Aug 5, 2017 14:22:57 GMT
Ró solo se intrigó más por el truco de magia tras el pequeño gesto del chico al indicar que sería un secreto... demonios, era demasiado curiosa y ahora seguramente ni podría dormir esa noche.- Oww... Está bien. - Rió un tanto, entendía que los magos no debían revelar sus secretos, ¿Si no donde estaría el chiste? así que no le dio más vueltas.
Después de ir a hacer su pequeña compra al puesto de bisutería y regresar con el rakshasa, se percató de que ya le habían servido.- ¡Oye se ve muy rico! Vamos, te acompaño mientras comes... Ah... ¡Tómate tu tiempo! No tenemos prisa. -Le dijo con una amplia sonrisa en sus labios mientras caminaba a su lado, pero entonces las amables palabras de su acompañante le hicieron sonrojas un poco.- Oh... Gracias, nunca he acostumbrado a llevar joyas... supuse que tener un pequeño capricho estaría bien. - Dijo aun con su tono alegre, realmente apreciaba ese gesto por parte de él.
Se sentó al lado de este mientras le observaba comer y de tanto en tanto volteaba para ver el aun cálido y ajetreado ambiente de la Ciudadela, con gente bailando, cantando y paseando, pasándolo bien... ojalá todos los días fuesen así, donde todos se ven tan radiantes y contentos... Pero entonces las palabras del rakshasa le hicieron salir de sus pensamientos y volteó la cabeza hacia él para mirarle.- ¿Eh..? Oh.. la verdad es que había acordado con un amigo que nos veríamos por aquí... sólo para pasarla bien un rato ya que hace un tiempo que no nos vemos. -Bajó la mirada mientras tocaba levemente la cinta amarilla atada en su muñeca... La verdad ella no tenía expectativas de ningún tipo, iba a pasarla bien sobretodo; pero sin embargo esa pregunta le puso un poco nerviosa de pronto... pero entonces volvió a alzar la mirada hacia el chico.- ¿Por qué la pregunta? -Dijo un tanto curiosa.
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Nohak
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Post by Nohak on Aug 5, 2017 23:22:02 GMT
Detuvo la cucharada en al aíre por unos segundos, "Había quedado con un amigo", aquello le hizo rodar los ojos al rakshasa, entonces si estaba esperando por alguien y si tenía a alguien con quién deseaba estar en ese momento. - Curiosidad...Te vi sola en el festival y pensé que tal vez...Tenías a alguien buscándote.- Entonces llevó la cuchara a su boca y mordió con una marcada lentitud, enfatizando lo irritado que se sintió al enterarse. Pero de ser todo como lo estaba imaginando, ¿Por qué accedió a salir con él? ¿Sólo gratitud?. Reparó en el listón amarillo atado a su delgada muñeca, él por otra parte que no llevaba consigo ningún distintivo, pues sabía que con sólo llevarlo te convertías en un blanco de atención publico. Pero se dijo entonces, que si Ro estuviera perdidamente enamorada o seriamente comprometida, portaría uno en color rojo.
Sonrió un poco al vislumbrar aquello y miró entonces hacía la chica. - Pensé que tendrías una cita...Pareja tal vez.- Siguió observando cada reacción en la rubia, divirtiéndose con sus enrojecimientos, pero Nohak no tardó en notar cómo a lo lejos, detrás de Ro, un hombre conversaba con dos guardias de la zona. Se quedó quieto por unos segundos, con la mirada fija en ellos, llamenlo costumbre o paranoía, pero estaba esperando por algún indicio de...- ¡Es él! - El hombre que hacía unos momentos vendía flores tranquilamente, refutó con fuerza haciendo que los guardias y varias personas giraran en su dirección, y al ser señalado por éste, el rakshasa se levantó dejando la mesa con rapidez, sujetando la mano de la joven junto a él. -¡Está escapando!-
-¡Ro, no preguntes sólo corre!- Avanzaron entre la multitud con torpeza, sabía que los perdería fácilmente estando solo, pero no quería que inculparan a Ro de nada, por lo que se esforzó al doble para lograr escapar de esa situación. - ¡En serio no preguntes! - Volvió a recalcarlo, observando sin aliento a su alrededor congestionado de habitantes. Giró entonces en un estrecho callejón y dobló en varias esquinas más hasta que topó en uno sin salida. - Muy bien, nuevo plan.- Sujetó a Ro pasando un brazo atrás de su espalda y otro bajo sus piernas y saltó por sobre el muro con tremenda agilidad. - ¡Todo está bien, en serio! - Comentó mientras caían nuevamente al suelo, para así aterrizar en cuclillas, cayendo sobre el trasero con poca gracia. - ¿Estás bien?. - La miró con algo de consternación, todo se le había arruinado por un error de novato. La dejó sentada sobre el adoquin del suelo y le sujetó de los hombros con preocupación. - Escucha, no...Eso fue...¡Lo que pasó es...!- ¿Cómo lo explicaría? Miró entonces hacía un lado de donde se encontraban, siendo un callejon diferente pero dando directo a otro lugar de la ciudadela, donde todo el festival transcurría con normalidad y completa paz.
Él por otra parte estaba sudando agitado, completamente alterado por la adrenalina, pero sobretodo involucrando a Ro en su vida de rufián. No creyó que sería descubierto pero así fue y eso casi le cuesta a esta chica la libertad de poder pasear con normalidad por la plaza, aunque estaba seguro que no tendría problemas en un futuro. - Escucha Ro...No creo que sea bueno que nos vean juntos.- Habló con voz suave, casi apesadumbrada. Se separó un poco de la joven, sintiéndose poca cosa para alguien como ella.
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Post by Ró Nielsdóttir on Aug 6, 2017 16:47:52 GMT
Oh... -Sonrió levemente a la respuesta del chico a su pregunta.- Realmente no esperaba a nadie en ese momento, estaba paseando sola y curioseando. -Iba a seguir justificándose cuando de nuevo Nohak volvió a dispararle otro comentario, un comentario que la dejó algo sorprendida... sobretodo por el desparpajo y la confianza que tenía el rakshasa al decirle sobre sus impresiones.- ¡Ooohh! No, ¡Que va, que va! ¡Jajajaja! -Rió algo nerviosa y sonrojada mientras se pasaba un mechón de cabello por detrás de la oreja.- A penas tengo 20 años y soy muy joven para muchos arcanos... no sé, la verdad es que es la primera vez que estoy en un festival así, y vine sin expectativas más que pasar el rato con mi amigo y conocer gente. -Volteó a mirarle con una sonrisa ladina aunque un poco forzada, mientras se encogía de hombros.
No sabía que había pasado durante los próximos segundos, pero de pronto estaba corriendo, estirada por Nohak de la mano y atravesando multitudes y calles... estaba bastante desorientada, el joven le pedía que no preguntase nada pero Ró no tenía nada que preguntar porque no sabía que estaba pasando realmente, solo sabía que estaban corriendo... ¿Huyendo? Escuchaba voces en la lejanía... sí, parecía una huída, ¿Una huída de qué y por qué? Tampoco parecía ser el momento de preguntar nada. De pronto se detuvieron en lo que parecía un callejón sin salida, ella aprovechó para recuperar un poco el aliento, apoyando las manos en las rodillas y observando los bajos de su vestido... ¡Ahh, estaban todo lleno de polvo! Su vestido bonito... Bueno, mejor eso que el que se hubiese roto. Sin previo aviso Nohak parecía agarrarla, más bien cargarla para luego saltar el muro que cerraba la calle, ella... bueno, no era un arcano de alturas, así que se agarró bastante fuerte al rakshasa mientras este decía que todo estaba bien... quería creer eso.
Cuando su acompañante por fin la había dejado en el suelo ella aun seguía jadeando, la verdad fue como un chute de adrenalina para ella... que vivía su día a día tranquilo y sin problemas con la gente de ningún tipo, se asustó pero la sensación fue algo agradable y emocionante.- Estoy bien... -Rió aun algo cansada mientras el otro le preguntaba.- Eso fue... divertido, no sé... -Se deshizo el peinado para volver a cepillarlo con las manos, ya que con tanto trote se le había deshecho el recogido; mientras tanto, escuchaba atenta a lo que Nohak intentaba explicarle... pero parecía que no podía, ella aun con todo no sabía de qué y por qué huían pero se olía que el chico había hecho algo, aunque sus intenciones por ofrecerle una explicación a la selkie parecían sinceras.- No tienes por qué explicarme nada si no quieres, no tienes obligación... uh... todos tenemos secretos y nuestras cosas... no tiene importancia. -Sonrió de nuevo, esta vez de forma más amplia y dulce como solía hacer casi siempre, pero se entristeció al ver como el otro se alejaba... no quería que pensase que ella le odiaba por todo lo que había pasado; posó una mano en el hombro del moreno.- ¿Por qué no? Me pareces un chico muy agradable, yo no me arrepiento de haberte conocido... Si te incomoda ir por la calle, podemos ir a otro sitio a que termines de comer y esta vez te puedo acompañar... ¡Tanto trajín me ha dado hambre! ¿Qué dices? -Terminó de acomodar su cabello y se levantó del suelo mucho más animada para luego sacudirse bien el vestido de polvo, aun sonriendo.
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Nohak
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Post by Nohak on Aug 8, 2017 7:36:38 GMT
Parpadeó sintiendose un poco incredulo, ¿No le había molestado echarse a correr de esa manera? ¿Y ni si quiera le pedía que se explicara? ¿De dónde venía esta chica?. Guardó silencio unos segundos sin entender con seguridad qué es lo que debía hacer. Miró a la rubia jovensita y se levantó imitándola, para después suspirar sintiéndose un poco más tranquilo. Tal vez si evitaba hurtar estando con ella, sólo por este día, podrían llevar una tarde normal y divertirse lo que restaba de la noche. Claro que procuraría no volver a buscarla después. O al menos no tan seguido.
Nohak asintió con levedad aun inseguro, aceptando los términos que la chica le planteaba y tomó su muñeca para incitarle a caminar junto a él para salir del callejon. La luz del sol hizo que sus ojos se estrecharan los primeros segundos, para después poco a poco irse acostumbrando a éste. - Si dices que tienes hambre, conozco otro lugar que tiene buen sazón.- Avanzaron por entre la multitud, él irremediablemente más callado de lo que se quisiera comportar, pero se forzaba a intentar formar una conversación casual. - Y dime, ¿De verdad tienes 20 años?...Me haces sentir bastante viejo.- Sonrió de manera ladina, aun un poco achicado por lo sucedido, pues aunque Nohak tenía una manera poco honrada de vivir, no era alguien al que le gustara ver sufrir a los demás. Y en definitiva, no deseaba causarle problemas a Ro.
Llegaron al pequeño lugar, esta vez optó por la seguridad de las paredes que ofrecía un local bien establecido, por lo que esperaba ya no ser molestado por nadie. Se sentaron en la barra mientras el hombre de detrás les sonreía amable, muy diferente a la fría expresión que había tenido el otro hombre. Se quedó pensativo un momento al recordar aquello, él no tenía intensiones de robar nada ese día, pero ver esa mirada tan desconfiada, de alguna manera provocando a sus instintos más deshonestos, le hizo actuar justo como ese florista había esperado. Como un delincuente. - Ro escucha lo que pasó allá fue...- No diría la verdad, pero al menos le daría tranquilidad a la chica de saber que no corría riesgo estando con él. Aparentemente. - Un error.- Siempre había mentido, siempre y con una increíble facilidad, pero nunca había tenido la sensación de estar cayendo bajo como ahora. - No debí correr si yo no había hecho nada. Creo que no lo pensé bien porque estaba asustado.- Claro que no tuvo miedo en ningún momento, era una estúpida flor pero ese florista no dudó en acusarlo con los guardias, en definitiva era algo un hombre vengativo con sed de justicia ciega. - Lo siento si te asusté también.- Compuso la mejor sonrisa que le fue posible y pidió un plato de carne de res, pues el otro se había quedado a medio comer.
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Post by Ró Nielsdóttir on Aug 10, 2017 18:18:52 GMT
La selkie creía poder entender por qué el raksasha se veía medio confundido, acababa de haber mucho ajetreo y ella no le ha dado importancia... y pues, ella si bien era curiosa no quería parecer descortés con un recién conocido, aun no pensó que había la suficiente confianza para indagar y preguntarle, seguro él se incomodaría y además daba una imagen descortés... quizá más adelante se atrevería a preguntar sin tapujos, pero no esta vez.
Siguió a su acompañante hacia la salida del callejón, trotando un poco para posicionarse a su lado y caminar con él tranquila. Asintió a lo de la comida, la verdad sí le apetecía después de un poco de emoción... le abrió el apetito.- ¡Vamos entonces! Yo te sigo. -Sonrió una vez más, aun mientras caminaban pero su expresió cambió lentamente a una cara de... ¿Vergüenza? ¿Desilusión? Sí... le daba vergüenza tener la edad que tenía, pero no le podía hacer nada si no era más mayor... y esa pregunta de Nohak se le hacía muy conocida, ya otros arcanos la habían juzgado por su corta edad... "Eres muy joven para esto, no puedes ir a tal sitio... eres una bebé", eran cosas que le afectaban porque sentía que los que hacían eso no la podían tomar en serio. - Uhm, sí es cierto que tengo 20 años. Siento si te hace sentir muy viejo. -Rió suavemente, sin apenas ganas pero quería realmente estar bien en el evento.- Pero si eso te supone algún inconveniente o quieres ir con un acompañante más acorde a tu edad no pasa nada, no me molesta. -Bueno, eso sí era cierto. Al menos había conocido a alguien nuevo y había tenido un encuentro breve pero intenso, ¡Y muy divertido! La verdad, prefería quedarse con los buenos momentos, lo que al pensar en eso le hizo sonreir de una forma más sincera.
Para cuando se dio cuenta ya estaban en aquel lugar del que el raksasha habló y le imitó sentándose en la barra junto a él; observaba el ambiente del lugar cuando entonces el otro comenzó a hablar, parecía estar justificándose de nuevo cuando ella ya lo había dejado pasar y la verdad ni le había vuelto a dar más vueltas al asunto. Posó su mano sonriendo sobre el antebrazo del chico, aun sonriendo calmadamente.- Está bien Nohak, ya no tienes que excusarte más. No hay nada que perdonar... Sólo me sorprendió lo rápido que fue todo, que de pronto echáramos a correr... pero la verdad fue divertido y todo. -Dejó escapar una leve risilla y le frotó un poco el brazo.- Ya no te preocupes más por eso... ¡Te invito a comer! ¿Sabes si sirven pescado aquí?
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Nohak
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Post by Nohak on Aug 16, 2017 20:17:17 GMT
Nohak se sorprendió del repentino cambio en la expresión de Ro al mencionar su edad, ¿Le molestaría ser tan joven? ¿Pero por qué?. - No es inconveniente, sólo me hizo recordar que alguna vez tuve 20 y eso fue hace muchos años.- Comentó con una media sonrisa, intentando no recordar que sus primeros cien años no fueron los mejores, pero todo tuvo un desenlace diferente al llegar a Mirovia.
Ya en el negocio, Ro le hizo entender que para ella no había supuesto ningún problema el haber tenido que huir de aquella forma tan vergonzosa, el rakshasa asintió aun un poco achicado, pero convencido de que no habría resentimientos por su parte. Siendo atendidos con bastante amabilidad, el hombre les explicó las especialidades, entre ellas platos con mariscos. - Al parecer si, pero yo quiero un plato de carne bien servida, la verdad no pude probarlo bien en el otro puesto.- El cocinero asintió y comenzó a preparar sus pedidos a toda velocidad.
Nohak hablaba con Ro de pequeñas y banales cosas de su día a día, de su trabajo como cazador o de sus planes para el futuro. Obviando que intentaba omitir el pasado de la charla. - Así que Ro, ¿Cómo terminaste trabajando con Gabriel? Quiero decir, lo conozco y sé que aunque no es del todo malo, pero no es amable y se desespera con facilidad.- La comida fue servida y Nohak dio el primer bocado sin dejar de mirar a Ro con interés.
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Post by Ró Nielsdóttir on Aug 19, 2017 16:57:11 GMT
La joven mostró una sonrisa mucho más aliviada al escuchar que Nohak no tenía problema con su edad, la verdad él se mostraba muy amable siempre a pesar del problema de antes y se le hacía tierno.- Ohh.. ¿Y puedo preguntar que edad tienes, si no es mucho problema? -Mordió su labio inferior aun con una leve sonrisa en sus labios, esperaba no parecer muy metiche preguntando eso, a penas se acababan de conocer y sabía que preguntar la edad podría ser maleducado.
Una vez dentro continuaron su conversación, hasta que el mesero les interrumpió por un leve periodo de tiempo para mostrarles el menú de la casa.-Uhh... A mí me gustaría un par de rodajas de merluza a la plancha, a ser posible... gracias. -Sonrió de manera amable al hombre que les atendía y volvió a mirar al raksasha, el cual le hizo la pregunta del millón... la pregunta que todo el mundo le hacía, realmente, pero algo de lo que dijo el moreno llamó más su atención.- Oh... ¿En serio lo conoces? -Parpadeó un par de veces, sorprendida; realmente no lo esperaba, principalmente porque Nohak y Gabriel eran muy distintos en muchas cosas... ¿De qué debían conocerse?¿Cómo debieron conocerse? Muchas preguntas de pronto surgieron en su cabeza, pero mejor se puso a contestarle primero.- Antes vivía y trabajaba en la Ciudadela, toda mi vida había vivido aquí con mi padre y cuando murió me tuve que encargar del negocio pero uhm... Me sentía un poco reprimida, quería salir a ver mundo, otros lugares, conocer otra gente... la Ciudadela me gusta pero no conocía más que eso. El caso es que... Coincidí con Gabriel en la tableta arcana y... él en broma me sugirió ser su sirvienta y pues... yo en serio le dije que me interesaba el trabajo, que necesitaba un cambio de aires y... pues así, me fui a Reapergate con él. Es algo serio y estricto pero nunca me ha tratado mal y valora el trabajo que hago, la gente suele sorprenderse cuando le dijo que trabajo para él. -Rió un poco, apartando un mechón de cabello por detrás de su oreja.- ¿De qué le conoces tú? La verdad, es mucha casualidad que nos hayamos conocido y que ambos le conozcamos a él... -Comentó bastante ingenua en lo que comenzaba a limpiar de espinas su pescado recién salido de las cocinas.
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