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Post by Ikal Kante on Jul 22, 2017 6:19:52 GMT
Ikal se encontraba nervioso, se había pasado los últimos días dando vuelta tras vuelta por la ciudadela, haciendo compras y uno que otro encargo. Sin duda esto era nuevo para él, ya había pasado tiempo desde que el tenía una cita… Espera, ¿cita? ¿Esto podría ser llamado así? La invitación que Ikal le hizo a Corneille podría tomarse casi como un fracaso, si no fuera porque ella acepto. Se encontraba Volando por encima de los árboles acompañado del atardecer. El cielo estaba teñido de anaranjados y azules oscuros, pareciera una pintura hecha a mano. No estaba oscuro, pero la ciudadela estaba en celebración del baile de cortejo, por lo que se veían unos destellos por encima de esta. Ikal recordó que, en uno de sus múltiples viajes a la ciudadela, esta estaba aun en plena decoración. Flores de varios colores y tamaños, cada vez que veía un adorno de estos recordaba a Corneille. Planeo en dirección al suelo y dio unos cuantos aleteo para amortiguar su aterrizaje. No sabía bien en donde se encontraba, pero eso no importaba en ese momento. Ikal había hecho esa corta parada por un propósito repentino. Sacó una navaja de bolsillo y dio un corte limpio entre la maleza, había cortado un ramo de orquídeas violetas, no estaba seguro acerca de qué estaba haciendo, o en su defecto si a ella iban a gustarle, pero no perdía nada con intentarlo. A pesar de la linda apariencia de las flores, aun se veían bastante simples, bueno, después de todo era un regalo de último momento. Sólo esperara que no fuera irónico llevarle flores cuando literalmente toda la ciudadela estaba teñida de estas. El listón amarillo, recordó que había conseguido uno debido a la temática del evento. Ikal ignoro por completo del propósito de este y se lo desató de la muñeca, usándolo para atar el ramo de orquídeas que tenía en mano. Ahora tenían un mejor aspecto, se veían menos improvisadas. Las guardó en uno de sus bolsillos y continuó su viaje a la ciudadela, ya se había retrasado bastante, pero ya no estaba tan lejos que antes, así que no se sentía tan presionado. Aun así, no quería hacerla esperar. Todo estaba infestado de criaturas, muchas acompañadas de sus parejas, otras caminaban entre la multitud con ese listón naranja que el optó por brindarle otro uso. Ahora sólo restaba buscar a Corneille. Su olfato agudo podría haber sido de ayuda, pero entre tantos olores se encontraba confundido. –Perfecto.- Dijo con sarcasmo.
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Post by Corneille Black on Jul 23, 2017 4:44:40 GMT
Aquella delgada chica se encontraba caminando en dirección al primer día de aquél festival, su vestido largo estaba levemente bordado con flores de hilos con una leve capa transparente, aquel era largo pero enseñaba parte de sus delgados hombros aunque esto era para permitirle a sus alas tener una libertad plena. Los pasos que daba con aquellas zapatillas que le daban unos 5 cm más de altura eran algo cansados, no estaba acostumbrada, pero volar no era una opción, su vestido y peinado quizá se estropearía. En pequeños lapsos de tiempos notaba el viento venir, rápidamente tomaba las flores con las que había adornado su cabello.Aquellos adornos no eran más que sus queridas flores, Gloxina, sabía su significado "amor a primera vista", no era como si fuera el caso en este momento pero aquello la emocionaba levemente. Había pasado mucho tiempo desde que lo había cambiado, hace mucho años asistía a los eventos familiares, pero siempre la arreglaban, aunque en el transcurso de aquello jalaban su cabello e incluso le cortaban cabello innecesario.
Suspiró mientras daba una negación pequeña en su cabeza, debía alejar aquellos pensamientos, pero al menos estos la mantenían ocupada, estaba nerviosa era una de las pocas veces que saldría con una harpía que no fuera de su familia. Una agradable que tenía demasiada apariencia y presencia a comparación suya que pasaba desapercibida. A pesar de todo la había invitado a ella, aún recuerda como si se hubiera grabado en su memoria la cara de aquél, sus nervios y su corazón latiendo a mil por hora mientras este la invitaba.
Llegó al lugar prometido, pero nunca quedaron en donde verse, quizá estaba siento torpe sin preguntar aquellos, ¿Debería mandar un msj? No, eso solo le haría perder tiempo. Entonces empezó a andar, no mentiría que se encontraba nerviosa, pero no quería ilusionarse mucho ¿Quién se fijaría en ella? No tenía un gran cuerpo, era pequeña y delgada, ni si quiera se consideraba bonita. Pensando cosas vagas miraba al rededor, pero tantas parejas y personas le abrumaban, sentía que miraba sus rostros pero no se le grababan. Aquello sería un punto muy difícil. Pegó sus alas a su cuerpo para no estorbar en el camino, pero al hacer aquello se enredó con las alas contrarias de alguien, al girar su rostro notó que estas no eran ni más ni menos que las plumas de su acompañante. -Oh, di-disculpa - Comentó tímidamente, sus manos tomaron sus plumas mismas y las del contrario para desenredarlas cuando fueron libres iba a colocarse enfrente de este pero las personas que transitaban la empujaron contra el cuerpo del más alto -N-no e-es lo-o qu-que pi-piensas, n-no cr-creas qu-que s-soy a-así -Tartamudeó más de costumbre por la cercanía sin mencionar que su corazón latiendo a mil por hora junto a sus mejillas coloradas no ayudaban.
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Post by Ikal Kante on Jul 25, 2017 0:19:45 GMT
Ikal era lo suficientemente alto para ver por encima de la multitud, pero al recordar la corta altura de Corneille, probablemente eso no ayudaría mucho. Se encontraba frustrado, temía no encontrarla y haberla citado en vano. Cada minuto que pasaba el sol se ocultaba, cuando anochecería completamente sería aún más difícil.
Algo sediento, se acercó a un puesto decorado de flores, en él había bebidas, compró uno y continuó su búsqueda por encontrarla. Tomó un sorbo y con una expresión frustrada en su rostro optó por rendirse. – Maldición, deja de pensar así. Ella debe estar por aquí, sólo debo seguir buscando. – comentó para él mismo, tomó otro sorbo de su bebida, cuando de repente -¡Auch!- Se quejó. algo jaló una de sus plumas y un leve y avergonzado “Oh, di-disculpa” se escuchó a su espalda.
Era Corneille.
El rostro de ikal se encendió como una llama y se atragantó con su propia bebida. Comenzó a golpearse el mismo el pecho, mientras tocia frenéticamente. Ni siquiera se había percatado del enredo de plumaje que Corneille se había dispuesto a separar. cuando al fin se encontraban libres, la multitud la empujo contra el pecho de él, pero esta se apartó al instante. – ¡Corneille! – Había exclamado él con un tono que parecía de asombro - ¿Realmente eres tú? -. Le examino de pies a cabeza y retrocedió, temía haberse equivocado, pero no, si era ella. Ikal ni siquiera podía hablar. Ella realmente se veía hermosa. – wow, Corni… te ves hermosa. – Pensó en voz alta. Los ojos de Ikal parecían platos de lo abiertos y asombrados que estaban. Unas de sus manos sostenían el ramo de orquídeas improvisadas que le había conseguido para ella, estaba tan sorprendido de su apariencia que lo había olvidado.
-Ah, cierto, esto es para ti-. Extendió el ramo hacia ella – Cuando las vi me acordé de ti, aunque regalarte esto es irónico, estamos rodeados de un montón de flores… -era cierto, la diferencia era que ninguna de esas flores eran orquídeas.
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Post by Corneille Black on Jul 25, 2017 23:22:57 GMT
Esperaba de todo menos aquél grito de sorpresa por parte del más alto. Instintivamente alzó levemente sus pequeñas alas, logrando en el transcurso golpear a las personas que caminaban a su alrededor, a lo que tuvo que disculparse con un leve sonrojo. Estaba ahora un poco más nerviosa, sentía los ojos de este encima suya, notó como este analizaba cada detalle de ella, incluso se podía decir que la desnudaba con aquella mirada penetrante. No pudo evitar empezar a dudar en su propia confianza, ¿Estaría bien arreglada? ¿Se veía mal? Claro siempre decía que no tenía un buen cuerpo, incluso su familia le recalcaba que no tenía nada de gracia, que nunca podría traer un hijo. Su grandes ojos tuvieron una leve sombra quitando aquél brillo tan característico de ella, cuando el contrario preguntó si era ella, todos sus pensamientos estaban siendo reafirmados, casi al punto de querer huir en el momento. "te ves hermosa" Aquellas palabras realmente la impactaron alzando su rostro con un claro rubor que llevaba de mejilla a mejilla. Desde que entró a mirovia le habían dicho cosas realmente halagadoras, pero nunca que era una persona hermosa, su corazón se emocionó tanto que parecía chocar con rapidez contra su pecho. Estaba avergonzada, su pequeña mano fue a parar a su mejilla queriendo cubrir levemente aquella vergüenza obvia que calentaba su cara. Su vista fue a parar hacia aquél pequeño ramo de flores, no eran ni más ni menos que sus flores favoritas, aquellas que sembró por primera vez en su vida y que su hermano mayor las comparaba con esta misma. Simplemente al tomarlas sus ojos brillaron de una manera especial, casi como si estuviera a punto de llorar, su sonrisa fue única era una totalmente agradable llena de cariño y amor. Al despegar su vista de aquellas orquídeas miró a este acercándose un poco para que la pudiera escuchar -Gracias, me encantan -Dijo en un susurró aunque su tono de voz era uno alegre.
Ladeó levemente su cabeza mientras le miraba- Lo siento, no te traje ningún presente a cambio, pero puedes tomar esto, -Comentó al tiempo que quitaba la gloxinia de su cabello y se la daba -Se llama Gloxinia, es una flor algo rara, significa amor a primera vista... -Dándose cuenta de lo que dijo se sonrojó más de lo que ya estaba- A-Aunque no es el caso ahora...quisiera que la tuvieras...- Un poco nerviosa tomó la camisa del contrario -¿Po-podemos ir a un lugar más apartado? -.
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Post by Ikal Kante on Jul 28, 2017 6:19:56 GMT
La expresión de Corneille al recibir las orquídeas lo dejó sorprendido, no esperaba esa reacción tan cálida, pero se sintió agradecido por ella. “En ese caso, le regalaré flores mas seguido”, ese vago pensamiento fue un tanto drástico para él, pero tampoco se arrepintió. Si les es posible poder seguir regalandole flores, entonces lo hará. Realmente no esperaba nada de vuelta, ese obsequio fue algo improvisado, Los chicos deben regalarles flores a las chicas, ¿no? Se supone que es lo normal, ¿verdad?, No esperaba que ella le devolviera el presenté que él le había dado. – No hace falta que me la des, es tuya. Además… creo que te hace ver muy bonita, no quiero arruinar eso-. Los festejos y murmullos eran altos, si no fuera por su oído agudo no le sería posible escuchar lo que Corneille le dice con esa voz tan débil y baja.
Accedió a lo que ella le propuso ofreciéndole un brazo, mientras otro iba detrás de su espalda. –Yo te escolto-. bromeó con una sonrisa coqueta en los labios. Ya con corneille al lado suyo se sintió más tranquilo. Ese estrés y ansiedad se habían esfumado apenas sus ojos se encontraron. Una compañía de la cual Ikal podría comenzar a acostumbrarse. Se sentía más en confianza, esperaba que corneille se sintiera igual que el con su compañía.
-¿Te gustaría ir a tomar algo? -. No iba a mentirse, aun se encontraba sediento. No había podido tomar un sorbo de su bebida debido a que la escupió de los nervios.
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Post by Corneille Black on Aug 2, 2017 0:00:19 GMT
Sus mejillas se inflaron en modo de puchero puesto que ella realmente estaba intentando hacerle un detalle a este, al parecer no fue totalmente preparada para aquello. Intentó insistir en esto pero quizá los chicos verdaderamente no recibían flores de las mujeres. ¿Así sería siempre? Era algo extraño por su parte pero lo entendía, sus hermanos nunca llegaron con alguna flor de regalo por parte de sus amantes, aunque siendo honesta la harpía. En todo aquél contexto no pudo evitar seguirle más la contrario, si este no la deseaba no podía hacer nada. La más baja tomó entre sus manos de vuelta aquel adorno, y tomando una orquídea de pequeño ramo colocó en su cabello aquellas dos flores que al final parecían combinar perfectamente con su peinado, cualquiera diría que había sido planeado de aquella manera a pesar de que las circunstancias dictaban lo contrario. El arcano era muy alto a pesar de que esa noche traía tacones, su vista siempre era hacia arriba, esa comparación la hacía sentirse levemente mal, ¿Ikal realmente estaría conforme con ella? No era muy bella y gracias a esa diferencia parecía más su hermana que su novia, claro está que aquél pensamiento lo corrigió inmediatamente. Solo era su acompañante, ni siquiera podía ser su pareja ¿Verdad? Es cierto, su corazón golpeaba fuertemente por la cercanía pero culpaba al atractivo de la harpía masculina que se encontraba a su lado.
Su mano tibia descansó en el brazo del contrario mientras tímidamente caminaba a su lado. Claro estaba acostumbrada a la cercanía...con su familia pero aquella con este nunca se lo hubiera imaginado, sentía el aroma de este combinada con la de las flores, era algo embriagante que podría marearla. Admitía que era cómodo estar a su lado, pero también exquisito, eran claramente opuestos se denotaba mucho en su propia apariencia pero algo también la atraía para estar a su lado, era como si solo, encajara perfectamente. Al escucharlo asintió con un poco de entusiasmo, quizá el alcohol le ayudaría a calmar su corazón emocionado. A pesar de su pequeña estatura era muy resistente al alcohol, aquellas fiestas que tanto odiaba en su familia la habían brindado un pequeño apoyo para pasarlo. El alcohol, aunque se detuvo a pensar ¿A eso se refería? No, quizá no. -¿Quieres tomar alcohol? -Preguntó con tono inocente que no combinaba para nada con aquella pregunta, tampoco se quería ver como una dama cualquiera pero era sincera con aquella pregunta.
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