Asthur
Soberano del Invierno
Sólo corazones destrozados, dirán que amaron.
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Post by Asthur on Aug 3, 2017 4:33:57 GMT
El vestido de Aesther era sin duda hermoso y agregaba mucha belleza a aquel vals, que atrajo más de una mirada curiosa del publico. Asthur la trataba con elegante delicadeza, dejando que sus manos le tocasen con un tacto sumamente suave. En un momento la sujetó de la cintura y la levantó haciendo que sus pies se despegaran del suelo, moviendola de un punto a otro en un bello salto. Ella se veía feliz y eso le complació sin duda.
De pronto y al terminar la música, Aesther se separó y lo reverenció cómo pocas veces lo había hecho. Diciendo que no deseaba robar más de su tiempo, siendo que él gustoso le proporcionaba aquellos momentos. Pero le tomó presurosa por el brazo y lo llevó cerca de los otros dos arcanos.
Kaira y Amalthea se habían mantenido conversando lejos de ellos, sin embargo apenas llegaron con el par de unicornios, Kaira le recordó que también había apartado una pieza especialmente para él. Asthur asintió con lentitud y gracia, extendiendo la mano para que el bello joven la tomara y regalarle lo que había prometido. - No lo olvidaría, será un placer.- Le sujetó por la cintura baja y dejó que él posara su mano sobre su hombro. Elevó el mentón sin perder contacto visual y dio el primer paso iniciando su vals.
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Amalthea
Los Grises
La musica apacigua a las almas en pena
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Post by Amalthea on Aug 7, 2017 0:30:41 GMT
La albina y el peli-rosado charlaban, sintiendo aquel suave roce de la delicada mano del muchacho, sonrió y dejo que los consejos de Kaira le invadiera por completo su mente, debía ser mas reservada, mas cuidadosa con lo que haría en realidad, la verdad habían sucedido años donde los cuales recordaba como su difunto esposo era el que le llevaba flores, quien le entregaba todo su amor a igual que el de ella a el, recordaba aquellas cosas tan hermosas, pensaba en los momentos que pasaba con Asthur también, quería compartir momentos de igual forma con el, compartir sus sentimientos de verdad pero ¿ella seria digna para llenar aquel vació?, aquel vació que era verdaderamente notable en el mirar ámbar de aquel hombre, miro al cielo como si esperara la respuesta a todas sus preguntas para sonreír y mirar a Kaira. -...Palabras muy sabias en verdad...tomare esos consejos como un tesoro y espero poder corresponder de igual forma cuando el momento llegue, pues para mi, eres un gran amigo....-
Dijo para tomar las manos de Kaira y sonreirle de forma muy afectuosa, ¿ahora que deberían hacer?, fue en ese instante cuando aun con la flor en su regazo diviso a los soberanos acercarse y amablemente Amalthea suelta las manos de Kaira quien se dirigió para recibir a la soberana de la hermosa primavera, dejando la flor con cuidado en donde no pudiera dañarse y se levanto para aplaudirles con emoción y alegría. -Esos fueron los pasos mas elegantes que jamas había visto soberanos, realmente fue un placer y honor observar su bella danza- Dijo emocionada, para oír como Kaira pedía su danza al soberano, Amalthea salto emocionada y dijo. - ¡Si si! seguro que el soberano bailara encantado con usted y se verán realmente elegantes, no disculpen sublimes! mi soberano es - Se notaba su alegría y emoción en los saltos que daba, para mirar a la soberana de la primavera y sonreír. -Soberana Aesther, debo decir que su gracia y su belleza es algo que solo puede compararse con el brillo del sol, la verdad es un verdadero honor haberle visto!- La joven unicornio miro al rededor encontrándose con unos juegos donde se podrían ganar unos premios algo cercanos a la pista de danza, dardos o incluso tiros con arco, cosas que a los mas jóvenes les habrían cautivado de verdad, para quedarse un momento perdida entre los colores, para girarse hacia Aesther y decir. -¿Soberana acaso podría tener el honor de compartir una pieza o una charla con usted como...amigas?...- Sus mejillas se coloraron levemente, pues sentía que le pedía demasiado a la soberana que quizá preferiría entregar su tiempo a arcanos mas importantes que para ella misma, pero esos pensamientos no la detuvieron, pues quería mejorar o eso esperaba.
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Aesther
Soberana de la Primavera
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Post by Aesther on Aug 8, 2017 22:31:52 GMT
Aesther observaba con una sonrisa el intercambio entre Asthur y Kaira. Le llenaba de orgullo ver la manera en que su hermano causaba impresiones tan positivas en los Mirovianos. Se merecía toda la admiración y cariño que se le profesaba y esperaba que en algún momento pudiera aceptarlos sin verlos como falsos, obligados por su posición.
Las cálidas palabras de Amalthea le robaron la atención. Sus palabras le hicieron sonreír enormemente; a pesar de los años seguía sin acostumbrarse por completo a los halagos de los Cortesanos; no sentía que fuera merecedora de palabras tan hermosas. Llevó sus manos a sus mejillas, como siempre, una respuesta casi automática al sentirse halagada y avergonzada. -¡Ah, muchas gracias Amalthea!- exclamó con entusiasmo.
Al igual que la joven unicornio, observaba a sus alrededores, siendo sus ojos capturados por la gran variedad de colores y movimientos de todos aquellos que disfrutaban del Festival. Aceptó con gusto a la invitación de la chica de manera que extendió sus manos para tomar las de ella y bailar a una distancia prudente de Asthur y Kaira.
Notaba a la joven nerviosa, tal vez por encontrarse en su presencia pero había algo más que le causaba algo de intriga. Se daba cuenta de esas miradas ansiosas que eran enviadas en dirección al Soberano del Invierno; podría ser tal vez gratitud y devoción de haberse encontrado por tanto tiempo refugiada en el Palacio de Hielo... o tal vez algo más. -¿Todo bien, Amalthea?- preguntó con una sonrisa sin sonar inquisitiva ni suspicaz. Se encontraba genuinamente preocupada por la joven siendo que en meses anteriores había estado sumamente alterada por los encuentros que había tenido con el errante, Black Stag. No lo mencionaría ni tampoco compartiría con ella sus propios encuentros con él.
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Post by Kaira Voll on Aug 15, 2017 23:08:36 GMT
Sintió algo de pena al sentir que no le daban tregua al soberano del invierno; ni un poco de descanso. Con gracia posó su mano sobre el hombro del mayor dejandose llevar por el ritmo impuesto por el soberano quien era bastante hábil en ello. Era un excelente bailarín, tal como lo mencionó aquel día en una conversación en la tableta arcana. El joven unicornio se movía al compás con gracia, siguiendolo sin perder ni un solo compás del vals.
No quitaba la vista de encima de su acompañante, quien además de guapo tenía porte, encanto y además, era una persona con un corazón amable, podía conquistar a quien quisiera, tal como cayó Amalthea. - Creo que hasta ahora usted es la mejor pareja de baile que he tenido en mucho tiempo. Seguro muchas chicas mueren por danzar con usted - comentó divertido al tiempo que le daban una pequeña vuelta. - Estuvieron danzando hasta que la música se detuvo haciendo una pequeña pausa para que los músicos descansaran.
El unicornio, agradecido, dedicó una reverencia a Asthur. - Muchas gracias por permitirme bailar con usted. - sonrió ampliamente, se sentía encantado, casi quería pedir que bailasen toda la noche pero recordó que tenía otros asuntos que atender. - Ahora me gustaría ir por algo de beber, no es necesario que me acompañen. - diría una vez acercándose donde las otras dos mujeres conversaban. - Señorita Aesther, fue un gusto enorme poder verla. - Se despidió de su soberana. - Amalthea, quita esa cara, el que no arriesga no gana. - diría finalmente y sin más, se perdió entre la multitud en búsqueda de su bebida.
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Asthur
Soberano del Invierno
Sólo corazones destrozados, dirán que amaron.
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Post by Asthur on Aug 16, 2017 1:57:47 GMT
La mirada de Asthur estaba sobre el joven unicornio, quién lucia sumamente hermoso en aquel vestido tan elegante. Sonrió ligeramente ante los comentarios de éste, que no hacían más que alebrestar la idea, de que tal vez no había nadie que pudiera sacar de él aquella astilla, con la que había aprendido a vivir y que le lastimaba enormemente. Le abrazó suavemente por la cintura, correspondiendole con un halago - Joven Kaira, me sería imposible bailar bien si no fueran por tan excelente pareja - No había solución a esa soledad, en el hueco de su corazón ya no cabía nadie más. Y vivir con ello era parte de su sentencia.
Le dio una lenta vuelta, en la que su vestido destelló cómo mil estrellas. Las miradas de ciertos hombres e incluso mujeres se posaron sobre el joven, quién no hacía más que sonreír y disfrutar de la bella danza. La musica terminó y ellos se separaron con una reverencia breve, el soberano asintió cuando él anunció su salida, caminó entonces para dirigirse a las otras dos bellas damas, mirando específicamente con la que había estado esperando bailar toda la noche. - Creo que ya es nuestro momento, Amalthea.- La había visto tan viva en este día, que se propuso no arruinar su felicidad, por lo que se esforzó por sonreír y tratar de complacerle en lo único que le pareció podía hacer por ella.
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Amalthea
Los Grises
La musica apacigua a las almas en pena
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Post by Amalthea on Aug 17, 2017 4:12:21 GMT
El hermoso baile del soberano del invierno con su amigo Kaira era algo que los mismos dioses seguro admiraban, la elegancia de Kaira y el buen porte de su soberano eran algo impresionante de mirar, cuando hablo hacia la soberana que reacciono de una manera muy explosiva, amable y feliz. -No es nada soberana, lo digo de todo corazon!- decia cuando miro emocionada todos los colores, en eso sus manos fueron tomadas por la soberana.
-Oh! soberana!- Sonrio alegre para comenzar a bailar de manera energetica,llena de vida, dando saltos leves, giros y risas entre sus movimientos guiados por la soberana para tambien hacer que la ninfa girara llena de alegria la musica era algo que hacia florecer a la triste unicornio como una flor que solo florecia, para escuchar aquella pregunta por parte de Aesther, las mejillas de Amalthea se tornaron rojizas, para asentir timida y decir.
-Y-yo...estoy bien soberana es solo que...estoy nerviosa pues...- Timidamente mostro un liston amarillo con detalles rojizos, confeccionado por ella misma. -deseo expresar mi sentir ante alguien maravilloso...- Dijo sonrojada para terminar a danza con la soberana, dando una reverencia hacia la misma y decir. -Es una bailarina extraordinaria, hare lo posible por practicar para llegar a bailar tan bien como usted señorita!- Dijo estoy muy contenta, notando como Kaira y Lord Asthur retomaban camino hasta encontrarse con ambas mujeres.
-¡¡Su baile fue maravilloso, sus movimientos tan elegantes eran como si viera el amanecer en el templo invernal!!- Dijo aplaudiendo junto a la soberana, escuchando a Kaira que debia retirarse para tomar una bebida y seguramente encontrarse con amigos tambien, para escuchar las palabras del unicornio: "- Amalthea, quita esa cara, el que no arriesga no gana. -" Amalthea sintio el apoyo de su amigo correr por todo su cuerpo, sonrio emocionada, sentia como su corazon latia con fuerza para asentir. -Gracias por bailar conmigo Kaira, eres maravilloso!-
Una vez el pelirosado se habia retirado, su amatista mirar se encontro con aquel ambar que hacia que se estremeciera, que se sintiera convida, nerviosa como cuando era una jovencita. " - Creo que ya es nuestro momento, Amalthea.- " la unicornio miro al soberano con alegria y asentir emocionada, pero antes tomo su pequeña bolsita donde tenia aquella hermosa flor que le recordaba a su amado, esta miro a la soberana sonrojada y le sonrio como si fuese una jovencita con el chico de sus sueños para entregarle la bolsa y diciendo. -soberana...confio en que usted me podria cuidar esta cosa hermosa...para cuando se la entregue a mi amado...sus manos son las mas delicadas y bellas con el poder de cuidar y dar mas vida a las flores...esta es muy importante para mi...espero no le moleste esto y le agradezco ese hermoso baile y me gustaria poder compartir un juego con usted despues si gusta claro!- Para notar como el soberano estaba listo para danzar con la unicornio. -Espero me disculpe soberana, realmente ansiaba este momento...- Dijo completamente colorada para tomar las manos del soberano. -Espero me perdone si no soy tan buena como la hermosa soberana o Kaira mi señor.- Dijo mirando directamente a los ojos ambar que tanto amaba.
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Aesther
Soberana de la Primavera
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Post by Aesther on Aug 26, 2017 22:11:11 GMT
El baile entre Asthur y Amalthea comenzó después de que el otro joven se despidiera y desapareciera entre la multitud. La soberana de la Primavera se mantuvo de pie, apreciando la danza que su hermano efectuaba con una de sus más fieles cortesanas. Se veían hermosos danzando, Aesther no podía estar más deleitada de observar semejante imagen ante sus ojos.
Sostenía la bolsa de Amalthea con cuidado mientras la curiosidad parecía desbordarse por cada rincón de su cuerpo. Las ganas de echar un vistazo eran grandes, le hacían sentir un cosquilleo en la punta de sus dedos. Tocó el borde del bolso que se encontraba cerrado con cuidado. Escuchaba una voz, una pequeña, delicada pero hermosa voz que susurraba dentro de la tela. "Una flor" pensó. No hubo necesidad de mirar en lo absoluto. "Soy obsequio y ofrenda al amor. Mi aroma desea acariciar el rostro de quien me ha sido prometido como dueño y protector". Podía percibir su aroma y sentir su susurro lleno de esperanza. Alzó la mirada que había estado descansando sobre sus manos siendo tentadas por la intriga para volver a mirar a su hermano y a aquella joven que danzaba a su lado. ¿Sería ella quien podría sanarlo? ¿O la melancolía de Asthur se encontraba ya apoderada de su felicidad? Estaba preocupada mas su rostro se mantenía quieto apenas con una minúscula sonrisa adornándola entre las luces del Festival.
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Asthur
Soberano del Invierno
Sólo corazones destrozados, dirán que amaron.
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Post by Asthur on Aug 31, 2017 1:46:51 GMT
Un ultimo esfuerzo, se dijo Asthur. Caminaron hasta donde el espacio le pareció suficiente para lograr desplazarse con toda su gracia al bailar, le miró tan sonriente y feliz, tan diferente a como la conocía, que el soberano no pudo evitar pensar que tal vez era él quién le provocaba aquella falta de energía. Tal vez, y sólo tal vez, ella debía volver ya.
Alzó una de las manos de la unicornio, para después apresar la cintura de la joven con sumo cuidado. Suspiró despacio, concentrándose en el ritmo y el tempo de la musica, esperando entonces, el momento perfecto para entrar. Sus pasos se complementaban con tremenda destreza, la joven unicornio tenía una soltura muy elegante, sorprendiendo por un instante al soberano. - Veo que ha practicado.- Mencionó en un tono bajo.
La música siguió y siguió, hasta que todas las parejas se separaron para reverenciarse unos a los otros y aplaudir a aquellos músicos tan talentosos. Asthur miró a Amalthea aun sin soltarse por completo de su cuerpo, sonriendo con suma dificultad. - Le dije que no faltaría a mi palabra de bailar con usted. - Dijo mientras se fue despegando poco a poco de la muchacha, ya no tenía más fuerzas para seguir allí.
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Amalthea
Los Grises
La musica apacigua a las almas en pena
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Post by Amalthea on Aug 31, 2017 4:35:43 GMT
Su mano con la del soberano, tan calida para su corazon, tan suaves y sin embargo tan fuertes, la unicornio sonrio hacia el hombre que tanto le hacia suspirar, tanto le hacia sentirse feliz despues de toda la oscuridad, por el que tanto temia herir y ser herida. -Mi soberano...- Dijo apenas en un susurro cuando su cintura fue abrazada con delicadeza, como si fuese la criatura mas delicada del mundo, entre sus brazos se sentia segura, completa, viva. Una bellisima musica habia comenzado, el Violonchelo que sonaba al fondo, con un pequeño piano de una posada que habian sacado para acompañar a tan bella orquesta, mas por el soberano que por el mismo festival, si bien toda Mirovia conocia que los soberanos eran diestros con la danza, pero la noche habia causado que todos los arcanos comenzaran a danzar con lentitud, las parejas felices, recien unidas. Los pasos de Amalthea eran guiados por el hombre albino, alzo su mirada y miro esos ojos color ambar, que hicieron a su corazon latir con fuerza, sus mejillas se coloraron levemente y una tierna sonrisa fue dirigida hacia el, solo para el y nadie mas, la musica llenaba a la dama que se sentia una con ella. - Le agradezco mucho que diga eso...este momento...era el que anhelaba compartir con usted, por ello practique cada noche...para estar con us...- se pauso ante el decir "usted" para decir. -Queria compartir este momento contigo...- La danza despues de un tiempo compartido se habia detenido, el soberano se estaba alejando, pero antes de que se alejara por completo Amalthea no solto su mano, esta temblaba, su mirada estaba baja. -N-no se vaya aun por favor...yo...q-quiero decirle algo importante...-
Dijo con un tono nervioso, tembloroso, sus mejillas suaves como bombones se veian rojizas, Amalthea alzo su mirada hacia el hombre, de su muñeca un pequeño liston rojo con partes amarillas se vio, delicado y atado finamente por la dama. -Soberano....Asthur...yo...- Trago saliva, no debia temer, no debia tener mas miedo solo como Kaira habia dicho, debia dejarse llevar. -Tengo que confesarle que...eh caido ante usted, aunque eh demostrado ser alguien debil, alguien que siempre le mostro un semblante de tristeza, con el paso de los dias, de las semanas en las que eh estado con su grata compañia, comence a conocerle, comence a experimentar un sentimiento agridulce...algo que tenia tanto tiempo sin sentir, usted logro crear en mi una calidez que crei que jamas volveria a mi herido corazon..me eh enamorado de usted...si tuviese un ultimo deseo en todo este mundo...ese seria...-
Amalthea sonrojada miro al hombre y le miro con los ojos cristalinos, pero no era tristeza, si no pena, tenia miedo, pero dejo que sus sentimientos hablasen, Amalthea se acerco hasta donde su altura le permitio, entregandole un suave beso en los labios, cerro sus ojos temerosa ante la accion, temia que su amado lo tomara a mal y todo saliera peor que un simple rechazo, pero no habia marcha atras, sus mejillas se habian tornado color rojo como un tomate, esperaba entregarle la flor, darle ese sentimiento de amor puro junto a su beso con ternura. Esperaba que la soberana de la primavera no se molestara con su gesto, no queria ganarse el odio de nadie, no queria sentir odio de parte de nadie, solo afecto, queria entregar felicidad como la que sentia al haber llegado al hermoso festival, pero mas que nada queria entregarle su felicidad a su amado.
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Aesther
Soberana de la Primavera
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Post by Aesther on Aug 31, 2017 12:34:01 GMT
OOC: Creo que sería mejor si por este turno se saltan a Aesther para tener más fluidez en su respuesta.
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Asthur
Soberano del Invierno
Sólo corazones destrozados, dirán que amaron.
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Post by Asthur on Sept 2, 2017 21:46:33 GMT
Sus intenciones por separarse fueron rápidamente frustradas por la unicornio, quién en un acto espontaneo, se había afianzado a él entrelazando nuevamente sus manos. Volvió a clavar sus ojos en ella, un poco sorprendido de su repentina acción. Si bien no le molestaba el contacto al bailar, no le parecía correcto hacerlo sólo porque sí y ella era consciente de eso. Sin embargo, la fragilidad de aquel tacto le pareció inusual, por lo que no se propuso retirarlo.
Sosteniendo la temblorosa mano de la muchacha, pensó en qué sería tan importante como para ponerla de aquel modo. Escuchó atento el inicio con su habitual seriedad, pero su semblante fue cambiado a uno indescifrable conforme la chica se explayaba, ¿Pero cómo se supone que debía reaccionar? Habían pasado años desde que sentimientos tan puros tocaron a su puerta y en aquel entonces él era otro hombre. Se sentía muy oxidado en cuanto a recibir emociones tan fuertes, y más aun en cuanto a descifrar lo que él mismo sentía hacía otros.
No había terminado de poner sus ideas en orden, cuando de pronto Amalthea dio un primer paso a lo que creyó sería la manera correcta de transmitir sus sentimientos. "Tan...Cálido." Pensó el hombre. Prontamente su mente colapsó, perdido entre recuerdos y lo que creía eran falsos sentimientos, sumergido en su pasado y los errores en él, atormentado por ellos y sus terribles consecuencias. Y todo había logrado unificarse por una simple y pequeña acción. Sus labios apenas se tocaban, el roce era suave y sumamente tímido, puro e inocente, algo que simplemente no merecía estar probando. Separó a la joven con cuidado, completamente incapaz de seguir recibiendo aquellos sentimientos, incomodo por la falta de reciprocidad y revelando por fin las expresiones en ambos. Ella con un bonito sonrojo en las mejillas, denotando su vergüenza y tal vez su felicidad, y él con un gesto que, aunque no era completamente estoico, habría que conocerlo bien para descifrar con claridad aquel enigma en su rostro. Le miró con inconsciente intensidad, pues el hombre estaba cansado de ser punto de burla para los Dioses, de que el destino se riera en su cara al ponerle esta situación después de otra que le había dejado completamente confundido. Asthur apretó la mandíbula.
Así como ella no había pedido enamorarse de él, él no pedía ser amado, pues Asthur deseaba desterrar los sentimientos, tanto propios como ajenos, fuera de su pecho y de su vida. Asthur se quedó en silencio un momento, ella no sabía lo que hacía, no tenía idea de a quién estaba entregando lo más preciado que poseía. - Amalthea...- Articuló con un susurro algo apagado, estaba seguro que sólo ella lo había escuchado, pero no dejó que en su gesto se denotara las calamidades de sus pensamientos, pues en su mente sólo pasaban los recuerdos de un suceso que jamás debió haber pasado.- No.- Fue lo primero que dijo y lo que dio inicio a una terrible noche para la joven. Poco a poco la liberó de su agarre, retomando su compostura firme y sumamente cortés, casi como si un muro de hielo hubiese sido creado entre ellos en un parpadeo. Había sido su error, tal vez sus acciones crearon esos sentimientos en ella sin ser consciente, o tal vez ella vio en él algo que...No existe. - Si me conociese...- Tocó su pecho con las yemas de sus dedos, apreciando el ya crecido hueco en él. - Sabría que yo no puedo corresponderle. - ¿Pero, por qué rechazaba el amor más puro que había recibido desde hacía años?. Porque él no podía dejar de pensar en una mujer que...Hacía poco había entrado en su vida. - Lo lamento pero, creo que sería mejor que usted volviera a su hogar. - Así era mejor, pues su sola presencia haría sufrir a la unicornio y era lo que menos quería en este punto. Seguir adelante era lo mejor que podía hacer.
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Aesther
Soberana de la Primavera
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Post by Aesther on Sept 3, 2017 23:12:11 GMT
No alcanzaba a escuchar lo que hablaba la pareja por lo que estaba ignorante de lo que estaría a punto de suceder. Se mantenía reservada y quieta, simplemente apreciando la danza tan grácil que adornaba la calzada principal de la Ciudadela. El baile concluyó y apenas hubo una pausa en la que se intercambiaron palabras tal vez para después, en medio del lugar, en frente de los presentes que ya estaban atentos a sus movimientos, la imagen de un beso se plantó en las pupilas de quienes se encontraban a los alrededores. Aesther se sonrojó al atestiguar aquello; era algo que ella jamás había hecho con nadie, un gesto reservado para quien sería el dueño de su amor y devoción… No era complicado saber que para la unicornio, Asthur era esa persona.
Los mirovianos que se encontraban cerca comenzaron a murmurar entre el silencio que de pronto se hizo presente en el lugar. Asthur separó a la chica, interrumpiendo el beso que desde aquella distancia parecía tan tierno y lleno de cariño. La Soberana se mantenía a la expectativa, temiendo que tal vez no habría una resolución que haría feliz a alguno de los dos. Su hermano era bondadoso, sí, pero aún poseía barreras y murallas que hacían imposible para su bienestar el liberar sentimientos tan despreocupados e ingenuos como lo era el amor… O eso temía en base a conversaciones que habían tenido no mucho tiempo atrás.
Temía acercarse y empeorar las cosas por lo que esperó, quedado en su lugar, simplemente siendo espectadora de aquella escena que comenzaba a desarrollar una tensión tan aparente y marcada. Miró de nuevo hacia la bolsa donde se encontraba la flor que respiraba aún ansiosa e ignorante de que tal vez era un obsequio brindado entre las aguas de la tristeza. Se sintió mal por ella.
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Amalthea
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Post by Amalthea on Sept 4, 2017 2:59:52 GMT
Al separar sus suaves labios de los frios del soberano esta se quedo mirando aquel mirar que parecia a su vista unos ojos que tenian dolor, tristeza y una frialdad que abrumaba su corazon, amalthea se sentia llena de vida pero...ese hermoso sentir fue fragmentandose como el mas debil cristal, al mirar como el gesto del soberano habia dado un giro inesperado, una mirada intensa, tanto que la unicornio se mostro algo intimidada,pues recordaba esa mirada de un encuentro que tristemente no debio haber ocurrido, escucho su nombre en un tono de voz que era un susurro sin vida. -......S-soberano...- Penso en decir algo, penso en solucionar aquello que le habia hecho daño, queria ser quien sanara su dolor, pero el frio invernal del contrario la habia cubierto, se ahogaba en aquel sentir de no poder ayudarlo y mas aun, que no se permitiera el mismo...una vez mas ella no era nadie. "No." escucho. Un trago mas amargo que el alcohol puro paso por su garganta, y retumbo hasta su corazon, sintio como sus entrañas se contrajeron, su hermoso sonrojo se borro con una facilidad que solo remarcaban mas lo evidente, habia sido rechazada por aquel a quien amaba... "Si me conociese..." pronuncio el soberano mientras se tocaba el pecho con su mano, apenas su suave roce, apenas una caricia...tanto el como ella habian sufrido, heridas del corazon que solo el tiempo sanaban...si uno lo aceptaba. "Sabria que yo no puedo corresponderle" cada palabra era como si una daga fuese clavada en su pecho, en un gesto involuntario esta solo se coloco sus suaves manos en su pecho, oprimio levemente la tela de este, quizo llorar, llorar desesperadamente pero...sus lagrimas no salian, no podia, se sentia vacia...el dolor era tan grande que ¿en verdad le era imposible llorar?, trago en seco. "Lo lamento pero, creo que seria mejor que usted volviera a su hogar." sintio que se deshacia de ella y no lo culpaba, se habia declarado hacia el, se habia enamorado de el, esta bajo su mirada y asintio. -Lo lamento...no queria...yo...fui una ingenua...l-le ruego me disculpe...por...haberme entregado a usted sin siquiera...poder ser digna de usted...- su tono poco a poco se volvio frio, alzo su mirada y se encontro con el del contrario, dolor...solo dolor...esta hizo una reverencia y fue hasta la señorita Aesther con un gesto de tristeza pero...ya no era la misma que la que antes la envolvia, no...era la tristeza de un corazon roto,la joven hizo su mejor esfuerzo en sonreirle a la soberana de la primavera y dijo. -c-creo mi soberana, que este hermoso presente, merece ser entregado a usted...le dara un hermoso hogar...mi soberana...- Esta abrio el fino saco de seda y le dejo ver tan hermosa flor, para tomarla entre sus muy delicadas manos y ofrecerle esta misma. -Por favor...cuide siempre de su hermoso corazon y...de el de mi amado...soberana se que usted tiene un hermoso corazon y...se que podra ayudar a sanarlo...ahora...m-me retiro...pedire a los guardias que me cuidan en nombre de mi soberano, llevarme al templo del invierno y...retirarme a casa....gracias por darme una hermosa danza...- Dijo para retirarse tratando de contener su dolor, esta se alejo de la soberana y se retiro lo mas rapido que pudo de la plaza central. Ignorando que en un callejon una mirada llena de maldad estaba enfocado entre las multiples voces de los arcanos que murmuraban que una arcana atrevida beso al soberano y que torpemente creyo que le corresponderia, otros murmuraban que el soberano era cruel o la odiaba incluso por su estupidez, tantas palabras que quiza humillaban a la mujer y al mismo soberano incluso, esos ojos llenos de odio apesar de el hechizo pacifico, estaba esperando a que la dama saliera, para comenzar su plan.
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Asthur
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Sólo corazones destrozados, dirán que amaron.
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Post by Asthur on Sept 4, 2017 4:17:47 GMT
Ya ni si quiera le sorprendió que con una rápida reverencia la joven se retirara, dejandole a solas, pero rodeado de una muchedumbre que no paraba de murmurar. Sin embargo Asthur no se excuso ni pidió disculpas, sólo la siguió con la mirada hasta que se perdió de su vista, siendo ese el trágico final para este triste capitulo, de la historia que jamás se escribiría.
Sin embargo, el amargo y dulce sabor en sus labios no se iba y sabía que le acompañaría por un tiempo indefinido, para recordarle como no fue capaz de amar al ser más inocente que se fijó en él. Entonces caminó hacía la soberana, quién se mantenía expectante de todo el drama, justo como era de esperarse de la pequeña Aesther. Todo el mundo se abría para evitar estorbar a aquel hombre, trazando la recta de su recorrido pero sin dejar de mirar, sin dejar de murmurar, especulando por su falta sentimientos, teorizando por el atrevimiento de Amalthea de hacer publica su declaración, humillándose y humillándolo en el proceso. Todos lo sabrían dentro de poco y se lamentó por la joven, pues tendría que seguir escuchando los dolorosos ecos de sus acciones por un tiempo. Y de maneras distintas, ambos sufrirían en silencio.
Quedó frente a Aesther, la soberana era sumamente ignorante de las palabras que se habían dicho, pero sabía que aquella escena había sido atestiguado por ella y no hacía falta explicar nada. Teniendo una extraña seriedad en su mirada, reverencio con levedad a la mujer. - Debo retirarme. - Fue lo que dijo, pero por dentro su alma estaba débil, temblorosa por no saber qué sería de él.
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Aesther
Soberana de la Primavera
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Post by Aesther on Sept 4, 2017 4:35:39 GMT
Podía ver el dolor en los ojos de su hermano con mayor claridad conforme se acercaba a ella. Se veía más triste que de costumbre podía notar que aquello le estaba afectando a niveles sumamente profundos. No había necesidad de palabras ni nada que se le pareciera, sin embargo, sentía aún el palpitar y escuchaba los susurros de la flor que tenía en sus manos. -Comprendo pero…- interrumpió sus palabras para abrir la bolsita que refugiaba a la planta. Sus pétalos habían sido dispuestos para estar frente al Soberano y nadie más; por más que le pareciera hermosa y por más que su voz fuera dulce a sus oídos, era con él con quien debía estar. -Creo que debes ser tú el que la conserve- dijo esto a la par que sus manos depositaban la bolsa en las de Asthur.
No tenía valor para sonreírle; no había lugar para semejante gesto en una situación como esa. Mordió su labio inferior, no sabiendo de qué manera actuar. Era tan inexperta en esos asuntos, en el rechazo del amor… en el amor en su totalidad. Cuán inútil era su presencia frente a su querido hermano en ese momento; no sabía de qué manera brindarle apoyo. Puso su mano en el brazo del otro, acariciándolo suavemente mientras le dedicaba una mirada cálida y llena de empatía. No había necesidad de decírselo; siempre sería bienvenido de venir con ella ante cualquier dificultad… no debía de haber dudas respecto a ello. -Siento mucho lo que sucedió…- no supo qué más expresar. Removió el tacto que imponía sobre él para hacer una pequeña reverencia y alejarse entre la multitud. Sabía que muy probablemente el Soberano regresaría al Templo para estar solo… Tantos años de conocerlo le daban la prudencia suficiente para brindarle su espacio y no agobiarlo; al menos no por ahora.
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