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Post by Deleted on Jul 27, 2017 3:52:19 GMT
La Ciudadela estaba animada nuevamente, las personas iban y venían como si nada, portando listones en el cuerpo, luciendo vestidos y trajes de alta calidad. Parejas bailaban lentamente al compás de un vals suave, y los amigos o conocidos acompañados de sonatas alegres. Que envidiable.
Era el tercer día de Festival para la Nekomata, de cierto modo no se arrepentia de haber asistido, pues había conocido a unas cuantas personas amables, pero en el fondo se sentía perdida, fuera de lugar. No era arrepentimiento, o al menos eso quería pensar ella. Sentía que no encajaba y no pertenecía por completo aún al ambiente.
Esta vez en su visita, su Erhu no le acompañaba, de eso si que se arrepentia de cierto modo ¿Qué haría mientras tanto? No tenía el derecho de estar gastando sin control los pocos Mirvos que había obtenido y mucho menos de estar mendigando en dicho evento. Que vergüenza.
Ya era tarde, y las parejas comenzaban a adueñarse del lugar, bailando lentamente. La pequeña los observaba de pie, con un semblante serio pero gentil, manteniendo la cabeza algo baja. Todos aquellos arcanos, tan distintos entre sí, compartiendo un mismo fin; disfrutar. De cierta forma era algo envidiable, poder compartir un poco del momento junto con alguien, bailando lentamente... conversando.
Miraba de reojo el como los ajenos se movían con total sincronía, intentaba deducir esos movimientos, parecían simples ¿Pero lo eran? Solo se mantenía atenta y curiosa, expectante a descubrir la verdad. Las personas enamoradas bailaban de un modo tan distinto a las que sólo deseaban compartir el momento, era algo notorio. Había cierto toque especial que los diferenciaba.
Ella deseaba bailar, quería y añoraba verse del mismo modo, compartiendo momentos así de especiales con alguien, sólo para saber como era... pero había dos problemas tan importantes y a la vez tan simples. No conocía a nadie y no sabía bailar. Tantos años dando viajes y nunca se tomó la molestia de querer aprender, todo por estar distraída en otros asuntos irrelevantes.
Tarareaba, con una pequeña sonrisa en los labios al observar el lugar tan colorido. Se hayaba deseosa de poder mínimo conversar con alguien, pero por simple incomodidad del momento, no se atrevía a buscar a alguien para charlar. Comenzaba a preguntarse que haría después de que el Festival terminase, después de todo, Mirovia parecía un lugar tan grande, lleno de arcanos de todo tipo, sería interesante poder volverse aprendiz de algo. Sus pensamientos estaban en las nubes en aquel momento."Parece simple, uno, dos, tres. Uno, dos, tres..."
Pensaba mientras contaba los pasos que se daban al bailar. Miraba sin disimular su interés, tomando como referencia el danzar de un hombre de semblante serio y postura erguida; quien parecía ser bastante bueno en ello, haciendo que un baile tan simple se viese espléndido con tanta facilidad. Lo observó atenta, curiosa al ver la calma que portaba en ese rostro tan frío.
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Post by Sven Velfast on Jul 30, 2017 18:21:17 GMT
En aquella tarde, el fénix continuaba en su vana búsqueda por algún compañero de baile. Los arcanos iban y venían, dando pisotadas fuera de lugar sin importarle demasiado; clavaban su atención en la bebida o amores pasajeros, la música o la risa ajena, pero el baile era lo último en su lista por hacer de una manera decente o aceptable. Eran contadas con una sola mano las criaturas que habían pasado el veredicto del ave que, muy a pesar de su firme costumbre de mantener sus expectativas altas, había bajado la barra para volverla siquiera alcanzable por los Mirovianos. Pero qué triste era aquello. Más que triste, era patético. Los resultados, la búsqueda, el desempeño ajeno. Todo. Fueron unos cuantos agonizantes pasos, a la mano de una dragona en su forma sellada, antes que pudiese lograr liberarse educadamente. Muy a pesar de que el mayordomo tuviera un juicio tan fuerte en los extraños, mantenía sus acciones caballerosas ante todo. Era común que durante esas actividades sociales las criaturas observasen las parejas bailando, y más aún aquellas que sobresalían de otras, por lo que a Ulgriff se le hacía familiar el presentir una que otra mirada encima suyo. Por llana curiosidad, siempre intentaba receptar aquellas vistas, para descubrir la fuente de las mismas. Aquel momento no había sido una excepción. Al recobrar su individualidad, con el rabillo del ojo pudo alcanzar a notar una criatura de cabello bicolor, de baja estatura y una mirada tímida, haciendo lo que parecía ser pasos de baile. Tras una breve inspección cayó en cuenta que estaba intentando copiar sus movimientos, con la intención de aprender, quizás. Aquello, si algo, le picaba un poco la curiosidad. Sven tomó un respiro y se dirigió a la arcana. No fue sutil ni cambió su expresión fría. Acortando camino al moverse en línea recta a través de la pista de baile, cruzando con parejas de pasos torpes. Eventualmente llegó hasta la presencia de la otra, la cual vestía ropajes armoniosos con el aura que destilaba, mientras él había optado por ropas más formales y elegantes. Se tomó unos cuantos segundos antes de dirigirle la palabra, puesto que la inspeccionaba con la vista de pies a cabeza. -Buenas- Musitó, en un tono neutral -¿Viene a bailar?-
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Post by Deleted on Jul 31, 2017 16:10:40 GMT
Su atención estaba fija en el movimiento armonioso de los pasos de aquel hombre, pero en un parpadeo le perdió de vista. Le buscó con la mirada sin percatarse siquiera del que el ajeno caminaba hacia donde ella, pues su atención se había desviado al instante a otras parejas bailando en cuanto no pudo ubicarle de nuevo. En su cabeza una pequeña voz contaba nuevamente. " Uno, dos tres"... Fueron breves momentos silenciosos de análisis, hasta que una voz masculina se hizo escuchar. La Nekomata no pudo evitar sorprenderse un poco ante el "imprevisto", únicamente elevó su mirar a aquel rostro serio, escuchando con cierta atención sus amables palabras, percatandose de que era el mismo arcano tan formal de hace recién.
Una pregunta surgió al instante con una voz neutral, pero la arcana no pudo evitar pensar en trivialidades erróneas; "¿Le habré molestado por estar observandole tan fijamente?" "Quizá esta molesto"... Pesaba en ello con nerviosismo y duda, pero sin perder tiempo atendió su saludo para no incomodar o malinterpretar dicho momento. ¿De que le servía pensar en aquello? De nada, pero no pudo evitarlo.
- Buenas. - Musitó amable, dejando ver una sonrisa gentil mientras pronunciaba aquello, intentando no hacer contacto visual tan directamente. Recordó su pregunta, pero dudó al respecto ¿Le ivitaba a bailar o le preguntaba si había ido a bailar?... Sonrió nerviosa, pero al instante intentó calmarse, sólo era una pregunta y no un interrogatorio forzoso... - Me gustaría, pero no se hacerlo. ¿Qué desperdicio de tiempo, verdad? - Comentó con un tono un tanto alegre y risueño, pero a la vez apenado. Giró ligeramente su rostro; regresando su mirar a la pista de baile, observando sin mucho detenimiento los movimientos ajenos.
- He estado observando desde hace varios minutos; el ritmo y los pasos...- Explicó con calma mientras juntaba tímidamente sus manos, entrelazando sus dedos sin perder el ánimo- Pero estoy segura de que si lo intento, seguramente mis pies tropezarían. - Comentó al final, para después regresar su vista al ajeno, dedicándole una gentil sonrisa. Guardó silencio unos cuantos segundos, pensando, "¿Debería tratarle formalmente?" "¿Se molestaria si no lo hago?" Y sin previo aviso, habló nuevamente. - Usted... parece saber bailar muy bien. ¿Ha disfrutado del baile como deseaba?...- Cuestionó con curiosidad y amabilidad, intentando no preguntar más de lo debido como acostumbraba. Su mirada estaba fija en el contrario, observando con curiosidad y discreción aquellas ropas que lucía; tan formales y elegantes, intentando deducir que pasaría después de ello, intentando adivinar que pensamientos había en aquel arcano.
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Post by Sven Velfast on Aug 20, 2017 16:22:06 GMT
La pequeña criatura parecía estar llena de cosas por decir, y retóricas por mencionar. Sven, siendo un ser de pocas palabras y directo en naturaleza, procedió a escucharle, antes de responder algo que mereciera su atención. A diferencia suya, la dama estaba conformada de gestos gentiles y modales, escondiéndose detrás de un velo de inseguridad y nerviosismo.
Antes de esbozar alguna palabra, el mayordomo se arregló la manga y dejó sus pensamientos volar, tomando un poco de consideración sobre qué decir. Era un tanto atípico, pero ciertamente alguien que parecía mostrar interés en el baile era un prospecto prometedor. Después de unos tantos eternos segundos, devolvió la mirada a la pequeña de cabello bicolor -No realmente- respondió a su última incógnita con dura realidad -Las Mirovianas piensan que el baile consiste en pasarse de copas y dejar que sus pies sean guiados por su triste borrachera- recalcó con acidez. No habían sido muchos con los que había compartido un baile que podía calificar como decente, y mucho menos que hubiera disfrutado de inicio a fin, por lo que fue toscamente sincero con sus palabras. No obstante, aquello no era culpa de ninguna forma de quien le escuchaba atentamente.
El semblante del fénix continuaba frío, sobrio e inmutable, pero aún así tenía pensamientos divagando que lo convencían en extender una oferta. No tenía mucho que perder, y menos después de fiasco tras fiasco que le dejaron con tan mal sabor de boca, con respecto a las habilidades a con los pueblerinos para danzar. -No es un desperdicio si sus intenciones son sinceras, y su determinación fuerte- comentó Ulgriff, conforme abría y cerraba sus puños un par de veces, como si estuviera estirándose. -Vamos- ofreció el ave, conforme extendía una mano y resguardaba la otra detrás de su espalda, siendo formal en invitarle con su lenguaje corporal, pero algo dictador y fuerte con sus palabras. Iba intencionado con instruirle al respecto, aunque no lo hubiera dicho directamente.
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Post by Deleted on Aug 21, 2017 16:38:27 GMT
Sintió cierta tristeza al escuchar la respuesta del ajeno, llena de crudeza a lo que había estado afrontando en dicha festividad, ¿Qué tan mala suerte había tenido, que al parecer sólo se topaba con damas ebrias? Por el tono de su voz y sus pocos gestos que demostraba; demasiada quizá. Aunque aquello le daba a entender que las festividades arcanas no eran tan diferentes a las humanas, ahora sabía que habían situaciones similares en ambas, ventajas y desventajas. Momentos agradables o situaciones desagradables, y con o sin altibajos.
No dijo nada, no por nerviosismo, sino por mera consideración al respecto; ya que ella no era alguien que tuviese necesidad de juzgar las situaciones de los ajenos en tales momentos tan vergonzosos, era algo innecesario, además del no saber que decir al respecto pues quizá sus palabras serían confusas -"Eso es terrible..." - Dijo en voz baja, creyendo que aquellas palabras se mantenían en su cabeza como una idea o un pensamiento corto del momento, hasta que se percató de que realmente lo había dicho. -...- La nekomata agachó la cabeza un poco ante tal comentario, compadeciendose del fénix por tan desagradables momentos que parecía haber recordado.
Guardó silencio y sólo mantuvo sus pensamientos tranquilos, pues la presencia del contrario le imponía bastante, le hacía sentirse diferente; como si estuviese en una prueba de conducta o algo similar con sólo mostrar esa expresión fría y calmada. Eri era algo mala para reaccionar ante ese tipo de comportamiento o actitudes por temor a perder oportunidades.
Haize deseaba hacer conversación, deseaba tener una charla amena pero las ideas y las opciones no fluían naturalmente al no saber que decir sin sentir que sus palabras serían molestia. Con calma abrió su boca pero en cuanto estaba a punto de tomar la iniciativa de hablar, la voz masculina hizo presencia nuevamente, con unas palabras bastante amables a su parecer. La pequeña no pudo evitar sonreír ante aquello, después de escuchar atenta, sintió un alivio enorme, ya no tenía tanto miedo de cometer algún error al hablar ahora; pues aquella frase tan gentil le inspiró bastante confianza consigo misma y con el hombre.
- ¡Supongo que tiene razón! - Dijo alegre mientras dejaba ver un rostro mucho más relajado que antes y llevaba con lentitud sus manos a su pecho, calmando por fin su respiración algo inusual con una leve sonrisa. La nekomata cerró brevemente sus ojos y sonrió para si misma, sintiendo como la situación parecía mejorar ¿Socializar siempre había sido tan difícil? No lo recordaba, pero siempre había personas que le hacían preguntarse ello.
Abrió con calma sus ojos al escuchar la voz nuevamente. "Vamos", fue lo que pudo captar. Y en cuanto abrió completamente sus ojos, divisó la mano extendida frente a ella, un ofrecimiento algo imponente le hizo llevar su mirada al rostro ajeno mientras se aventuraba a sujetar con algo de duda y lentitud aquella palma tan grande. Cruzó brevemente su mirada con la del otro y en cuanto pudo divisar aquel color, sujetó su mano con más confianza, esbozando una sonrisa bastante alegre por el gesto tan gentil que el hombre de cabellos largos ofrecía pese a los malos momentos que había vivido.
Estaba lista, o al menos eso quería creer ella. No quería predisponerse a los hechos con pensamientos negativos, tenía una oportunidad y la idea de arruinarlo no estaba en sus planes, por lo menos en tal momento. Le siguió con calma, sus pasos eran un tanto lentos por estar observando el andar del mayor, seguro de si mismo. "¿Qué tipo de baile sería más fácil?..." pensaba mientras regresaba su vista al suelo mientras caminaba sin prisa, presionando suavemente la mano del mayor. Sus pensamientos eran vagos, tanto que en algún momento se percató de la calidez que emanaba de aquella palma, cosa que le sorprendía un poco ya que ella imaginaba que su piel sería fría. En pocos segundos se detuvieron en la "pista de baile", la nekomata alejó suavemente su mano de la del hombre y sólo se dispuso a sonreirle con total tranquilidad, sin siquiera reaccionar que deberían comenzar de una buena vez.
- Entonces... -murmuró en voz baja mientras juntaba sus manos, jugueteando tontamente ante la situación del momento. - ¿Por dónde debería comenzar?...- Cuestionó con amabilidad y un tono un tanto dudoso, pues no deseaba cometer errores. Sin esperar respuesta giró su cabeza hacia los lados, buscando una guía. Al instante pudo notar como la mayoría de parejas se sotenian al bailar, sin pensarlo dos veces se aventuró a intentarlo, copiando la postura de quienes a hayaban alrededor. - ...Esta mano aquí...- Se dijo en voz baja mientras posaba su mano en hombro del mayor, con la cabeza agachada al estar atenta donde posar su otra mano.
Reaccionó a lo que había hecho y al instante regresó su vista al fenix - Ah... Lo siento. - Dijo con una sonrisa nerviosa mientras comenzaba a soltar el hombro del mayor, esperando esta vez las indicaciones correctas antes de sacar conclusiones.
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Post by Sven Velfast on Aug 21, 2017 17:26:57 GMT
No conocía a nadie cuyo toque fuera más cálido que el suyo, excepto quizás el de sus difuntos familiares. Era común que cualquier mano que se posara sobre la suya fuera capturada por su calor característico de su raza. La de aquella jovencita no era diferente. Entre otras particularidades, no había que indagar o analizar mucho para notar lo meticulosa y lo pronta en divagar que era la nekomata, cada que se le cedía un espacio de silencio. Quizás aquello era una muestra de inseguridad, o la molesta costumbre de cuestionarse sus propias acciones y reacciones; cualquiera que fuese el caso, lo prefería sobre la excedente confianza y grotesca efusividad que otros demostraban en dicho festival.
No fue mucho lo que tuvieron que recorrer antes de llegar a un lugar cómodo en medio de las parejas que pisoteaban el espacio designado para bailar. Habían unos que inclusive ignoraban completamente el ritmo brindado por los artistas callejeros y simplemente dejaban sus cuerpos ondear a como sus deseos dictaran, mientras otros se movían rígidamente con una idea poco concreta de como debían estacionar cada pisada. No obstante, la atención del fénix ahora estaba enfocada en su pequeña acompañante, cuya estatura contrastaba con la suya. La dama parecía ceñida en saber por adelantado como adecuarse ante el baile, sin siquiera conocer la tonada a la cual danzarían. El mayordomo esperó, observando inquisitivamente el lenguaje corporal de la criatura de cabello bicolor -Míreme- dijo, de una forma que se podría confundir fácilmente con una orden -Si se enfoca en otros, únicamente copiará los errores de los mismos- añadió sin entrar a detalles, pero revelando que eso era una pésima idea para iniciarse en la danza.
Tras la espera, la música finalmente arrancó, creando una antesala a un suave vals. Era un baile introductorio lo suficientemente sencillo como para no abrumar a un novato, lo cual tomó para su ventaja y se dirigió a su ahora alumna, deslizando una de sus manos por la espalda ajena hasta reposarla en la espalda baja, y la otra tomó de manera gentil aunque firme, la palma de la arcana. -Despeje su mente. No piense en exceso- fue el primero consejo que soltó el mayordomo. Aunque su mirada era tosca y fría, tal cual la de una estatua de mármol, sus palabras tenían una ligera pizca de paciencia -Mantenga sus ojos en los mios- acotó, tratando de capturar la mirada ajena y congelarla en la suya -Mueva sus pies conforme se lo dicte, y suelte su cuerpo- apartó la mano de la palma de la otra únicamente para posar la mano contraria, perteneciente a la joven, sobre su hombro. Retomó la mano de la mujer y levantó su brazo, de forma que tanto su extremidad que sostenía la cintura femenina, como la que se posaba en su hombro, mantuvieran un ángulo horizontal.
Era laborioso mantener una posición adecuada, por la altura prominente del fénix, pero no imposible. Conforme la música terminaba su introducción, Sven inició sus indicaciones -Pie derecho- susurró con la música, para evitar interrumpir la sonata, pero siendo claro como para ser escuchado por su pareja de baile. El lenguaje corporal del arcano denotaba un retroceso, y el ligero empuje en la cintura ajena incitaban a que la pequeña diera una paso hacia adelante, lo cual volvía intuitivo la dirección en que la pisada debía ser dada.
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Post by Deleted on Aug 22, 2017 4:44:55 GMT
La voz le hizo reaccionar al instante, la firmeza de su tono sólo le causó curiosidad. Sin dudarlo dirigió su mirar al rostro tan serio del mayor, esperando a que este terminase de hablar. En cuanto tuvo la oportunidad, aprovechó el silencio que surgió después de aquellas palabras y únicamente sonrió nuevamente, pues tenía razón.
- Me enfoqué en usted hace un rato, creo que eso no fue un error. - Comentó con amabilidad y justo después sólo dejó escapar una risilla un tanto alegre mientras llevaba su mirar hacia sus propios pies, asegurándose de no dar paso en falso como los que bailaban alrededor. La nekomata se distrajo en ello, hasta que la música comenzaba a sonar, parecía ser algo lento, y por un breve instante sintió el anhelante deseo de tener su Ehru. "Me gustaría tocar un poco para agradecerle, lastima que no traigo el instrumento... ¡Podría ser una buena oportunidad para verle nuevamente en otra ocasión!" Sus pensamientos vagaban, como siempre. Pero volvió en sí al instante en que sintió el tacto ajeno sobre su pequeña mano, acompañado de unas indicaciones y un semblante frío. - Creo que pensar en "exceso" me sirve más... - susurró en voz baja, pero al instante prefirió ya no comentar al respecto y sólo asintió con una sonrisa, esta vez sujetando con un poco más de firmeza aquella mano que sostenía la suya. Le gustaba esa sensación, cálida. Era bastante agradable... Eri cerró un momento sus ojos, pues lo hacía de nuevo, pensaba en cosas erróneas.
Soltó un suave suspiro y atendió la indicación del fénix; al instante cruzó su vista con la del otro y mantuvo sus ojos fijos en los de su acompañante, con una pequeña sonrisa, intentando no reír - Bien...- musitó con calma mientras su posición era reacomodada, soltando brevemente la palma del otro para poco después volver a tenerle cerca. La menor buscó relajarse y "soltar" su cuerpo como le habian sugerido, lo intentó y esperó a que la música diese inició. No dudaba de que podría aprender, mucho menos con tal oportunidad que nunca antes había tomado, cosa que le hizo reflexionar ¿Cuantas veces había evitado aprender seriamente por temor a sufrir por el pasado? Ni ella misma lo sabía y prefería no recordarlo.
- De acuerdo... - Dijo con una voz más neutral, dejando ver que estaba más que lista para comenzar. Sintió el retroceso del ajeno y al instante lo dedujo... "Pie derecho"; la indicación resonó en su cabeza, y sin pensarlo demasiado avanzó con suavidad, un paso derecho hacia adelante. Su mano sujetaba con cierta firmeza la del contrario y su vista se mantenía atenta al rostro tan serio que se estaba tomando la molestia de instruirle.
Haize comenzó a tomarse en serio esta vez él aprender sin distracciones, lo hizo gracias a la música que sonaba en el fondo pues la pequeña utilizó un recurso bastante inusual, intentar imaginar que tocaba su Ehru. Ya que simplemente su personalidad parecía cambiar con sólo comenzar a tocar, debía aprovecharlo en momentos como ese, ella debía aprovechar esos momentos de concentración y libertad que podía sentir, la fluidez de sus movimientos podria ser similar quizá. Guardaba silencio mientras esperaba a las indicaciones del arcano, aunque por inercia comenzaba a tararear con una voz muy baja, aprovechando que el gran sonido opacaria su "débil" voz.
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Post by Sven Velfast on Aug 29, 2017 0:59:42 GMT
-Tuve que adaptar mis pasos a la entorpecida danza de mi pareja en ese momento- confesó sin freno alguno. El ser observado dando tan pobre actuación le daba cierto coraje, ya que no era a raíz de su propia ineficiencia, si no la de otro, que tuvo que ser visto en tan pobres pasos. No obstante, antes de que pudiese seguir comentando al respecto, permitió que la arcana se desenvolviera sin reprimendas o distracciones, y continuó instruyéndole con susurros.
Pudo notar que acataba de manera pronta, con cierta afinidad en cada paso. Se atribuyó aquella naturalidad y facilidad de aprendizaje a su enseñanza, más allá de si la otra tuviese un talento a con la música o la danza. Sin embargo, no pudo quitar del renglón la pasión que empezó a derrochar de su esencia, conforme se entregaba a la melodía que resonaba en ese justo momento. Aquello captó la atención del fénix, hurgando en su inminente curiosidad.
Cada paso en son a la música lo acercaba más a la otra, la cual estaba inspeccionando de pies a cabeza. Hacia unos momentos parecía tener mucho que hablar, fuese por su nerviosismo o el tumulto de pensamientos que drenaban en su cabeza, pero ahora la pequeña nekomata parecía estar en un estado de paz, secuestrada por algo ajeno a lo que el ave podía siquiera imaginar. Sven sintió la necesidad de irrumpir aquella calma, solo para explorar la razón de la misma -Lo hace decente, para estar iniciando. Mucho más que muchos en este festival- acotó, con un tono rasposo que hacía dudar que aquello fuera un elogio. -Este baile se caracteriza por ser repetitivo, por lo que sólo tiene que recordar los pasos. Ahora...- continuó, dando un muy leve tirón en la espalda de su pareja de baile -Su cuerpo. Relájelo.- explicó, inmediatamente señalando a su palma colocada como respaldo en la misma para que no temiera en reposarse en la misma.
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Post by Deleted on Aug 31, 2017 0:19:25 GMT
-¿En serio? Vaya... realmente se mostraba seguro de esos pasos, a mi parecer se veía bastante... ¿"decente"? - Comentó tranquila mientras dejaba escapar una leve risilla inocente al final, para después únicamente guardar silencio de nueva cuenta ante tal comentario pues de cierta forma, le relajaba bastante que el contrario pudiese conversar aunque fuese un poco pese a aquel rostro tan frío y estricto que mostraba.
Su atención estaba fija en el arcano, en los movimientos y en cómo llevar a cabo aquellas indicaciones que le hacían llegar. Estaba gustosa, alegre. La música era bastante relajante y su buen oído le permitía captar cada instrumento. Haize tarareaba con una voz débil, intentando recordar el ritmo de aquel armonioso sonido al dejar que sus movimientos fueran impulsados por el mismo, sus hombros dejaron de estar tensos y las comisuras de sus labios expresaban felicidad con una pequeña sonrisa.
La cercanía entre aquellos comenzaba a ser más notoria conforme el ritmo cambiaba, había silencio y un aura bastante apacible para la nekomata. Haize cerró sus ojos y confío en el sonido que podía captar; la música y las indicaciones, ambas tan distintas pero complementarias en ese justo instante.
La voz del fénix volvió después de aquel silencio entre ellos. El tono que había usado el arcano para dedicarle aquellas palabras le hicieron dudar un poco, pero pese a ello, no pudo evitar sonreír ampliamente, presionando con un poco más de fuerza la palma del ajeno. La fémina deseaba agradecerle, pero debido a que el mayor continuaba hablando, guardó silencio por respeto y prestó atención al comentario, recibiendolo gustosa al abrir nuevamente sus ojos para poder verle. "Repetitivo... Supongo que ha sido suerte entonces." Pensó mientras desviaba su mirar a sus propios pies, pero regresando al instante su vista al rostro del fénix al notar como había una pausa y en ese justo momento, un leve tirón que le hizo reaccionar a lo que sucedía.
-B-bien...- Murmuró en voz baja ante tal acto que le había tomdado por sorpresa. Se desconcentró breves momentos y pensó un poco sobre como "relajar" su cuerpo, ¿Debía sentir algo diferente?, Haize intentaba comprenderlo pero únicamente se confundía. La nekomata ladeo un poco su cabeza, deshaciendose de todos esos pensamientos que de nada le servían en tal momento y dejó escapar un suave suspiro demostrando un poco de alivio. Después de ello, regresó su vista al frente llena de determinación, más relajada.
Se sujetó del otro con cierta firmeza y volvió a cerrar sus ojos, intentando sólo prestar atención a la música y a la voz del mayor, ignorando por completo a los demás arcanos alrededor. Finalmente relajó su cuerpo y sus pies comenzaron a marcar un paso ligeramente más lento al que tenían hace poco. La nekomata soltó un suspiro nuevamente y abrió sus ojos, fijándolos en los del contrario, dejando ver con bastante facilidad el hecho de que estaba lista para comenzar nuevamente la secuencia.
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Post by Sven Velfast on Oct 15, 2017 21:04:31 GMT
La inocencia que despedía la pequeña arcana, tanto en gestos como ademanes, quería levantar memorias de un fatídico pasado distante y enterrado en lo más profundo de su subconsciente. El fénix se limitó a tomar un respiro profundo y concentrarse en la música y los pasos, que, aunque no le prestara mente, igual los daba de forma precisa y segura. La nekomata acotó a sus indicaciones, y ahora con su cuerpo menos tenso, el ave podía manejarlo y guiarlo más fácilmente con sus manos por la pista del baile. Aunque los pasos ajenos aún encerraban inseguridad, lo estaba haciendo bien por el momento, creando aquel movimiento repetitivo que ayudaría a interiorizar dicha secuencia para que pudiera ser más amena la próxima vez que intentase bailar a dicho ritmo.
Conforme la música entonaba sus notas, los movimientos se volvían más fluidos, y los errores los cubría el mayordomo para no aflorar inseguridades en la joven. Guardó silencio en lo que la música llegaba a su fin, acercando un poco el cuerpo ajeno contra el suyo. Hubo un momento en que cerró sus ojos, en un gesto un tanto melancólico.
Al cesar la música, muchas de las parejas se encontraban abrazándose y mostrando otras muestras de afecta más pronunciadas, por lo que Sven desvió lka vista con cierto disgusto, y ahora clavando su mirada en la de la arcana con la que había bailado. -Lo hizo bien- elogió, aunque su rostro parecía amenazador. -La práctica pulirá su habilidad- acotó con sinceridad, aunque con un tono tosco. Los artistas parecían tomarse un descanso antes de tocar la siguiente tonada, por lo que el fénix, dudó un poco con respecto que hacer en consiguiente. -¿Tiene sed?- preguntó el hombre, avistando a la distancia un puesto de aperitivos y bebidas para aquellos que gustaban el tomar un descanso.
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Post by Deleted on Dec 13, 2017 21:48:14 GMT
Estaba tan sumida en sus pensamientos que simplemente no prestó atención a su alrededor, se sentía completamente feliz por haber logrado bailar siquiera un poco, y aún más por haber conocido a alguien que le había ayudado. La inseguridad se había ido, y esa sonrisa que parecía nunca irse seguía ahí, demostrando claramente su estado de ánimo. No fue hasta que la voz del ajeno hizo que elevará su vista hacia donde él, captando con más atención esas simples palabras que no hacían más que aumentar su autoestima. Era reconfortante aunque el ajeno no demostrase con sus gestos o su misma voz lo que decía. Impulsivamente se abalanzó hacia donde el otro y se dejó llevar, le rodeó hasta donde pudo con sus brazos y recargó suavemente su mentón en el cuerpo ajeno, sin dejar de verle. - Muchas gracias - Le dijo con sinceridad y bastante normalidad, más confiada, justo después de ello dejó ver una sonrisa amplia y, a los pocos segundos, se separó de aquel abrazo al escuchar su pregunta - ¿Sed? Oh, sólo un poco... ¿Usted...desea tomar algo? - Cuestionó curiosa mientras se ponía ahora a una distancia prudente, hasta que una cuestión le hizo reflexionar... No sabía su nombre.
Se detuvo en seco y se avergonzó un poco, ¿Cómo era posible no saber a esas alturas su nombre? Lo había olvidado por completo. - ¡Ah! - Dejó escapar un pequeño grito de sorpresa y al instante fue a donde el mayor. Sin pensárselo dos veces sujetó una de las manos del ajeno con ambas manos y se puso frente a el con un poco de vergüenza. - Perdone que lo pregunté ahora pero... ¿Puedo saber su nombre?... No se como pude ser tan grosera y no preguntar desde antes...- Explicó ligeramente nerviosa, pero sin perder el entusiasmo. En espera de una respuesta se hizo por un lado y se colocó justo a un costado del ajeno, ahora sujetandose de él con una sola mano, caminando lentamente a donde los aperitivos y bebidas, tomando ella un poco la iniciativa para conversar con el fénix mientras caminaba con el sujetando su mano como si nada, ignorante de lo que podría o no ocurrir y de la situación posiblemente problemática en la que se metería.
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Post by Sven Velfast on Jan 6, 2018 19:17:14 GMT
Al sentir las manos ajenas sobre las suyas, su atención se enfocó completamente en la joven, la cual denotaba pena y curiosidad con respecto a su identidad. Si bien la pregunta a él se le había cruzado en la cabeza anteriormente, no le prestó suficiente importancia como para generarla. El anonimato, de cierta forma, podía ser encantador en algunas situaciones.
―Sven Ulgriff― respondió secamente, conforme guiaba a la contraria con su brazo de manera formal de un punto a otro entre el mar de aperitivos predispuestos en aquel evento. Se podía notar al mayordomo ser muy preciso a la hora de escoger una u otra cosa, primero analizando a quiénes ofrecían qué, y las reacciones de quienes lo probaban y sus comentarios. Finalmente se decidió por una copa de vino tinto, cuya bebida danzaría de un lado a otro preliminarmente dentro del cristal conforme la olfateaba fugazmente. ―¿Su nombre, señorita?― extendió la misma incógnita a modo de cortesía.
Sin embargo, una interrupción sin aviso se hizo presente, al momento de sentir su Tableta Arcana vibrar en uno de sus bolsillos. Al revisar esta, notó que había un mensaje urgente en donde su presencia fue requerida por uno de sus superiores, por lo que tuvo que interrumpir la velada con la pequeña. ―Discúlpeme― comentó, al momento que deshacía prudentemente el agarre que tenía la joven de cabellos bicolor con su brazo. ―Quizás en algún futuro podramos retomar este conversación. Esperaré ver sus pasos en ese entonces― musitó con reserva y cortesía, paralelamente inclinando su torso en una reverente despedida.
Al erguirse, se apartó de la joven y se perdió entre la multitud.
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