E3: Presencia Forzada. (Privado)

Pudo divisar desde lejos a cierto Dragón con el que ya había paso una tarde hacía ya varias semanas, no estaba muy segura de acercarse a él puesto que la última vez se marchó molesto pero muy dentro de ella tenía que saber si las cosas estaban bien entre ambos. Ese hombre era casi imposible de encontrar y jamás socializaba mediante la tableta arcana y aun que fuese incómodo para ambos tenía que saber, la curiosidad de quien era, que hacía y porque se había enojado de tal manera la había hastiado por semanas. Se acercó discretamente hasta donde el hombre se encontraba y toco con suavidad su hombro – Buenas…- saludo tímidamente alzando la otra mano.

Quería correr pero era demasiado tarde, lo hecho ya estaba hecho. –Que…quería saber cómo estabas!? Como te la estás pasando?- se obligó a sonreír un poco para acompañar esas últimas palabras. Se paró erguida y acomodo una de las mangas de su vestido que se encontraban muy abajo - Luces muy ceremonial – completo ella inspeccionando aquella toga que había visto en otras personas hacía mucho tiempo – Si planeas algún ritual deberías decirme! Prometo secundarte!

Yo tengo varios días de venir al festival! Honestamente… no me va nada mal. – Mintió un poco, no quería ser pesimista y decir que no era lo que esperaba ya que tenía pensado emitir su juicio una vez terminara el baile, el adelantarse a los hechos era un acto que quería quitar la costumbre de realizar. -Ya veo... ! me alegra mucho que hayas decidido venir, hay de todo! comida, bebida y baile! uno nunca sabe lo que se puede esperar o lo que pueda pasar - comento con esa voz suya que era tan melódica y propia de su raza.

Escucho con suma atención las palabras del arcano, más ahora que tenían muchas cosas externas a ellos, como la música y también las risas y voces de las personas alrededor. Le pareció extraño que comentara aquello de su vestimenta por lo que había dado pie a una pregunta que tenía tiempo formularse – De verdad? No te queda nada mal! –sonrió con soltura y le miro con esa sensación que se tiene que saludar a un amigo de tiempo atrás. – En que trabajas ¡? Para no mantener tu ropa limpia debe ser alguno de esos trabajos rudos!

Mi…profesión? Soy un académico, inventor y también explorador. Pronto me reuniré con el Doctor Marino, de Aqualia para hablar sobre un par de temas y eso me tiene emocionada- Se le veía bastante ilusionada por este hecho, tenía tiempo esperándolo y podía notarse en su persona. No había nada que le emocionara y tuviese más entretenida que un conocimiento totalmente nuevo puesto en frente para ella misma. Quería contribuir también de manera significativa a la mejora de vida de los habitantes de Mirovia. 

-Pero no quiero hablar de mi misma, cuéntame cómo te ha ido en tu trabajo? Me supongo que ha enfrentado a muchísimos peligros! - Prefería hablar de él y conocerlo un poquito más, ella a pesar de que tenía un montón de cosas que podía compartir, hablar de sus temas académicos con alguien en un baile no le parecía ni de cerca la mejor idea para acercarse y simpatizar

-Ya que estamos aquí , podríamos comer algo! Te parece? - dijo mientras que con un gesto le indico que la siguiera mientras se encaminaba a la barra y veía toda clase de manjares y olores a los que no estaba acostumbrada. La barra estaba llena de comida que le era totalmente nueva y sería toda una experiencia, estaba acostumbrada a comidas y olores fuertes y llenos de vida, las cosas que tenía en frente eran más dulzaceas y raras. Estaba segura que para Quelt sería similar 

Tomo un pequeño plato blanco de porcelana y lo detuvo entre sus dedos. Se quedó pensativa por un largo rato, tratando de adivinar cada olor que la comida recién caliente despedía. Tomo con cuidado varias variedades de pan, uno mermelada de mango, otro con mantequilla y uno pequeño bañado en miel, chocolate oscuro y un trozo de carne. La comida tenía una pinta maravillosa y olía estupendamente, le encantaban los sabores dulces y por el olor, la textura y los colores, lucia completamente de este modo.

Sentía que había algo que había estado aguantando el sacar de su mente pero no sabía si el momento era propio para decirlo, partió un trozo de la tableta de chocolate y lo introdujo a su boca esperando que este se derritiera. Trago saliva a la par que el chocolate que llevaba en la boca…le sabía amargo. – Esta… todo bien entre nosotros? Ese día te fuiste molesto y me preocupe - Le comentó como si aquel tema o hablar de ello de la nada fuera la cosa más normal y natural del mundo, mientras observaba lo que aquel arcano iba a servirse. Quizá podría aprender alguno de sus gustos e invitarlo a comer luego.

La sirena se sonrojo por completo de pies a cabeza, reflexionaba entre sus palabras y no podía creer que lo que había dicho sonó de ese modo. Se llevó una mano al rostro para cubrir la pena mientras que con voz melódica intentaba explicarse - Oa..ah… - se río con bastante nerviosismo aún sin quitar las manos de su rostro- No...no quería que sonará así… se escuchó mucho mejor en mi cabeza lo juro-

Separo las manos de su rostro, se sentía muy nerviosa por el comentario realizado por Quetl – Ah…no quiero molestarte si? Puedo… puedo irme si gustas…-bajo la cabeza, lo que menos quería en ese momento era ser un estorbo en el baile para alguien, quizá esperaba a algún acompañante o simplemente no le apetecía hablar con ella y lo había abordado como si se conocieran de toda la vida. - Se que no nos conocemos bien y quizá puedo ser molesta en ocasiones, perdona. - dijo cruzándose de brazos y sintiéndose un poco abrumada.

Al escuchar las palabras Quelt se sintió un poco más relajada, un suspiro de alivio escapo de su boca – Gracias… - dijo mientras miraba su plato de comida previamente servido, volvió a tomar un pedazo de pan con chocolate y sin pensarlo mucho lo comió con bastante cuidado - Hay alguna novedad de la que te enteres siendo mercenario? – Pregunto como si fuese lo más normal del mundo mientras le veía con emoción. Quería aprender y conocer cosas nuevas sobre todo y todos, además que Quelt lucía como una persona muy interesante. – Mi trabajo… no todos lo tolerarían pero últimamente he estado investigando algunas pequeñas cositas. Qué me dices del tuyo? - La sirena podía hablar de mil y un cosas pero no tenía idea de que hablar con el hombre que tenía en frente. Se sentía nerviosa - Bueno... se que quizá hablar de trabajo en una fiesta...? qué te gustaría hacer? -