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Post by Kaira Voll on Jul 28, 2017 22:48:28 GMT
Los días de festival no se terminaban y el buen humor de Kaira cada vez iba decayendo más y más. Cansado de ver a parejas rondando, divirtiéndose le pegaba en en todo el ánimo a pesar de los esfuerzos por no sentirse afectado por el ambiente romántico que invadía el festival. Había que aclarar que no sentía envidia ni molestia por el resto de las parejas enamoradas puesto que no tenían nada que ver con lo que ocurría en él.
Debía hacer algo para distraerse ¿por qué no? Tampoco era sano aislarse pasando penas y preocupaciones, nada de eso; Sentado en un pequeño taburete frente a su reflejo, puso su mejor sonrisa y decidido salió a divertirse con quizá su mejor amiga, la sirena que le había acompañado en varias aventuras, y quien muy probablemente estaría ya esperandolo en el festival. Apresurado, salió de su casa para perderse entre la multitud. A lo lejos veía rostros conocidos y simplemente les saludaba sin dejar de avanzar, no quería retrasarse más.
Finalmente llegó donde se había citado con la sirena y efectivamente ahí se encontraba, ¡que vergüenza! - ¡Lamento la tardanza! Se me hizo un poquito tarde... espero no hayas empezado sin mi. - bromeó para aminorar el hecho de su llegada tan tardía. Los días de festival quizá no estaban siendo sus favoritos pero con la compañía adecuada las cosas podían cambiar ¿o no?
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Post by Sabrina Poplawski on Aug 1, 2017 23:44:10 GMT
Por primera vez en su vida, Sabrina era víctima de una terrible resaca pero aún así esperaba con la mejor actitud sentada en una de las jardineras de la calzada principal de la Ciudadela. Rodeada de parejas danzando, luces de colores, todo tipo de puestos que creaban una mezcolanza de olores y sonidos, sentía los efectos del mareo y del hambre. ¡Qué sensación tan curiosa e interesante! Escuchó una voz que reconocería en cualquier lado e inmediatamente levantó la cabeza. Entrecerró un poco los ojos al sentir el resplandor de las luces pero aún así se esforzó porque su sonrisa no se borrara. -¡Kaira!- exclamó. Casi al instante emitió un quejido por su propio grito el cual agravó su dolor de cabeza. Se llevó una mano a la frente y comenzó a reírse con suavidad. ¡Tan raro!
Se puso de pie para quedar a su lado y no dejarlo esperando parado. -Bueno, ¡tuve que empezar pero prometo que tengo todavía energías para pasármela igual de bien contigo!- podía verse su entusiasmo a pesar de su evidente miseria. -Aún me hace falta explorar las delicias gastronómicas del Festival; probé unas galletas ayer pero sé que me hace falta muchísimo más-. Giraba el rostro para mirar hacia todos lados, como si estuviera buscando a alguien. Suspiró para mirarlo de nuevo y sonreírle mostrando aquellos dientes tan característicos en ella. -¿Te la has pasado bien?- colocó su mano sobre el hombro de su amigo, de cierta manera emulando el tipo de trato que había estado observando y aprendiendo durante su visita.
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Post by Kaira Voll on Aug 2, 2017 18:29:52 GMT
- ¡Qué lindo vestido! - Exclamó al ver a la muchacha en sus ajuares para el festejo. Se le acercó y logró percibir un aroma a alcohol en ella, cosa que le hizo mucha gracia. - Ajá, ya veo que has empezado sin mi. Tendré que ponerme al corriente lo más pronto posible.- reiría pues por el aspecto de la sirena supuso que no se encontraba al cien. Igual observó como parecía que Sabrina buscaba a alguien o esa impresión tuvo, supuso había quedado también con algun otro conocido y por no querer ser un entrometido simplemente no preguntó.
- Es a lo que vengo cada año al festival, a comer. Te llevaré a probar todo lo que se te antoje. - Al escuchar la pregunta apretó los labios en una sonrisa un poco forzada a pesar de que no lo estaba pasando mal. - ¡Claro! En un evento así es difícil pasarlo mal, ¿o me equivoco?. - La manera en que se comportaba era muy graciosa, más porque las veces que la había visto generalmente no se comportaba así. El unicornio la tomó de un brazo, entrelazandolo con el suyo y comenzaría andar por ahí, tratando de rodear a la multitud para ir a ver los puestos de comida ubicados en la periferia de la plaza. - ¿tú te la has pasado bien? - preguntaría animado observando un concurrido puesto de lo que parecían ser churros. - Mira eso... ¿te apatece algo dulce o salado? -preguntó viendo la gran cantidad de comida, incluso había cosas que ni él había probado.
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Post by Sabrina Poplawski on Aug 2, 2017 22:43:13 GMT
Se dejó tomar del brazo sin ocultar el interés y curiosidad que sentía de pasearse por el Festival, explorando y preguntando cuanto pudiera sobre las maravillas que le eran imposibles de ignorar. Tantos colores, tantos olores y sobre todo tantas costumbres que faltaban aún por conocer a fondo. -Tienes razón, es difícil. Lo más interesante, además de la comida y los bailes, creo que es la gente tan rara que he conocido, pero sí, ¡me la he pasado excelente!-. Hablaba con el unicornio pero sus ojos viajaban por cada puesto y cada pareja que rondaba el lugar.
Le era difícil notar que su amigo parecía tener sometido en el pecho un sentimiento inconforme puesto que para las emociones, Sabrina apenas aprendía a comprender la complejidad del caracter y la naturaleza del ser más allá de la teoría. Sus ojos se enfocaron en aquellos postres que Kaira había apenas notado; olían bien. La sirena no perdió tiempo y aún tomada del brazo con el chico se acercó al puesto para indagar un poco más. -Hola, mi amigo aquí quisiera saber si los alimentos que tienen en exhibición y venta son dulces o salados- la chica le sonreía al dependiente quien era un joven elfo que al ver al par se sonrojó. A duras penas podía contestar y cuando estuvo a punto de hacerlo, la joven lo interrumpió con sus comentarios divagantes. -En lo que he podido experimentar en estos días es que la mezcla de lo dulce y lo salado es realmente agradable. He tenido la oportunidad de probar la sal de Aqualia pero en mi experiencia, por las muestras que pude tomar, la sal que proviene de los minerales de Draconia es más rica en sabor... por mucho- la lengua de Sabrina seguía soltando datos inútiles; podía verse en el rostro del chico una fascinación y al mismo tiempo una confusión inmensa.
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Post by Kaira Voll on Aug 2, 2017 23:58:09 GMT
Kaira pudo ver la expresión de confusión del dependiente, el pobre muchacho no sabía que decir o hacer por lo que el unicornio interrumpió de una manera no tan brusca. - ¡Nos llevaremos dos! - señaló la cantidad con un par de dedos. El muchacho rapido se puso a prepararlos, vertiendo un poco de masa en el aceite caliente para que se cocinase. - Entonces te has encontrado con gente rara... Interesante. Yo también, he tenido unos encuentros... interesantes. - hablaba con la vista fija a las manos del dependiente quien con mucha destreza preparaba los postres; finalmente, el joven entregó uno a cada quien y Kaira, pagó dos monedas por ellos; agradeciendo comenzaría avanzar sin soltarse de Sabrina.
El pan era crujiente por fuera y blando por dentro, se deshacía en la boca. Kaira estaba fascinado con el sabor. - Me arrepiento de no haber comido uno de estos antes. - diría con la boca medio abierta pues aún estaba algo caliente. Observaba a su amiga atento sobre su reacción al probarlo. Mientras avanzaban encontraron un puesto con bebidas, eso sería lo mejor par él en ese momento. Se acercó donde una mujer robusta y rubia atendía, su carisma y buen humor se notaba a kilometros de distancia, por lo que resultaría imposible no comprarle nada. Pidió un tarro grande de cerveza oscura ¿por qué no? Estaba ahí para divertirse. No estaba seguro si la morena tomaría algo pero igual lo sugeriría. - Me han dicho que la resaca se cura bebiendo más cerveza. - Ni él estaba seguro de ello pero si la gente lo decía debía ser or algo.
El sabor de la cerveza era increiblemente fuerte, ya se estaba arrepintiendo de haber pedido algo así. Quizá con un licor de frutas habría bastado. - Esto sabe tan mal... - diría al mismo tiempo que bebía otro poco, no le gustaba pero no podía dejar de tomarlo, era bastante refrescante, eso sí.
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Post by Sabrina Poplawski on Aug 4, 2017 9:17:04 GMT
El pedido de su amigo hacia el chico interrumpió la observaciones que compartía con él respecto a ingredientes para la creación de postres y demás, sin embargo, no se lo tomó a mal y esperó con paciencia a recibir el alimento. Estaba emocionada, el aroma era sumamente dulce y comenzaba a despertar ese burbujeo en su estómago tan característico del hambre. Ojalá que eso le calmara el dolor de cabeza. -¿Ah sí?- preguntó mientras sostenía el churro en sus manos. Tan emocionada estaba que se olvidó de sus modales y no se ofreció a cooperar por la comida. -Han habido personas que realmente me han tomado por sorpresa... no diría que asombro, es más bien...- interrumpió sus propias palabras para morder la comida. ¡Era delicioso! La mezcla entre lo tostado, lo suave de la masa, el calor y el dulce del aceite, con el jarabe que había por dentro. Cerró los ojos mientras pasaba su lengua por encima de sus labios que se encontraban con escarcha de azúcar. -¡AH!- exclamó, aún privándose de mirar por dónde caminaban. -Delicioso- suspiró. -Creo que yo me arrepiento de no haber venido a los Festivales anteriores... me he perdido de estos manjares por tantas décadas-. Abrió los ojos para continuar degustando su alimento; esperaba que nunca fuera a terminarse.
Al llegar a aquél negocio, se quedó callada mientras repasaba las palabras de Kaira en su cabeza. Sonaba a un mito popular mas no estaba segura que fuera realmente un hecho probado por medio de un método científico... Mas no dijo nada, prefirió continuar saboreando el churro que estaba ya casi por terminarse. Siguió el ejemplo de su amigo y pidió una cerveza oscura que en seguida le sirvieron en un tarro del cual la espuma se desbordaba. Sacudió sus manos, quitándose los granos de azúcar, siendo estos lo último que quedaba del postre y tomó la bebida. Dio un trago; el sabor era amargo pero no desagradable. Al mismo tiempo el unicornio expresaba su disgusto; le pareció extraño pero era un hecho que los gustos eran tan variados como los habitantes de Mirovia. -¿De verdad? A mí me agrada... ¿será tal vez que me encontraba muy sediente?- preguntó mirando el líquido dorado que tenía frente a ella, como si con eso fuera suficiente para responder a su propia pregunta. Bebió más. Esta vez el trago fue más largo. La mujer robusta observaba con cierta preocupación pero eso no detuvo a la sirena.
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Post by Kaira Voll on Aug 6, 2017 22:07:35 GMT
Ver a Sabrina tan excitada por su visita al festival le llenaba de alegría, se le veía tan contenta y fascinada por la experiencia de conocer cosas que jamás había hecho simplemente se llenaba de satisfacción. - ¿Eh? deverás venir más seguido porque dudo que podamos comer todo hoy. ¡Es demasiado para hacerlo en un solo día! - además, pensaba que la sirena tendría otra motivación para venir a divertirse y a visitarle, siempre sería bienvenida por él.
Un gesto de extrañeza le invadió tras las palabras de la muchacha, quizá era demasiado melindroso porque a su parecer era muy amargo y fuerte el sabor de la bebida, pero ya estaban ahí, mejor seguir la fiesta. - ¡Salud! - exclamó golpeando su tarro con el de la sirena y enseguida bebió el contenido hasta no ver el fondo de recipiente. Sí, el sabor no dejaba de ser amargo pero era más fácil de degustar. - Entre más lo bebo mejor sabe... - comentó pidiendo un tarro más. La mujer robusta simplemente se dedicó a servir un trago más para el unicornio expectante de lo que fuera a pasar, ya que se le notaba que no era alguien que estuviera acostumbrado a la bebida.
Junto a ellos pasó una pareja que por el brillar de sus ojos y el rubor en sus mejillas recién comenzaban a salir, quizá por la mágia del festival, después de todo ese era el propósito ¿no?; Suspiró sintiendose agobiado para tomar asiento en una pequeña banca que tenían a su lado, pertenecientes al puesto de bebidas. - ¿A quién engaño, Sabrina? - diría finalmente con una expresión de amargura en el rostro, sintiendo un pesar en el pecho que no podía seguir aguantando. - Yo ni siquiera quería venir a este sitio. - sentía que debía sacar lo que guardó por bastante tiempo, un sentimiento que ya no podía seguir callando y la persona en quien más podía confiar era ella, su mejor amiga.
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Post by Sabrina Poplawski on Aug 8, 2017 22:06:32 GMT
El choque de ambos tarros le tomó por sorpresa; no estaba acostumbrada a ese tipo de acciones. Poco socializaba por lo que no le había tocado formar parte de un vínculo como tal. Se quedó callada, con ambas manos sobre su bebida mientras su amigo exclamaba para después tomarse la cerveza de un sólo golpe. Le dio un trago, cerrando sus ojos llenándose del sabor y la frescura del líquido. Asintió suavemente con la cabeza a las palabras de su amigo; aunque para ella el sabor no era desagradable estaba de acuerdo en que cada vez era más delicioso.
Siguió al unicornio hasta aquella banca para sentarse a su lado. Lo notó decaído lo cual le pareció extraño. Dejó reposar su tarro sobre su regazo observándolo con curiosidad hasta que al fin sus palabras confirmaron sus sospechas. La sonrisa de Sabrina se borró, quedando simplemente en un gesto serio y consternado. ¿Qué podía estar pasando en la vida de su amigo que lo tenía con semejante malestar? No sabía bien cómo reaccionar puesto que jamás había servido como apoyo emocional para nadie. Se sentía nerviosa y muy inadecuada. -¿Estás enfermo?- fue lo primero que se le ocurrió preguntarle. No era extraño que una enfermedad, por más inofensiva que fuera, podía causar malestar no sólo físico pero emocional.
Levantó la mirada para observar a la gente del lugar, notando por supuesto a las decenas de parejas que les pasaban de frente. No le pasó desaparecibido que al notar a una de ellas los ánimos de Kaira se redujeron considerablemente; ¿sería algo relacionado a eso? ¿al romance? ¿al amor? La sirena arrugó ligeramente el ceño tratando de adelantarse a tener algo qué decirle; era importante para ella cuidar del bienestar de su amigo.
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Post by Kaira Voll on Aug 15, 2017 2:46:11 GMT
Con la cabeza baja y la vista clavada en el piso negó decaído. - No, no es eso. - Sabía que la chica no entendería, sabía que no estaba acostumbrada a las relaciones sociales y quizá estaba siendo una molestia, pues no quería arruinarle el humor. Un hueco en el estomago se hacía más y más presente acompañado de un nudo en la garganta; tenía tanto que decir pero no sabía por donde empezar.
Mordió sus labios dejando escapar un largo y pesado suspiro. - No es eso... - repitió; apretó el puño con el que sostenía su bebida y bebió todo el contenido cobrizo, tan refrescante. - Es complicado... - Clavó su vista en la chica quien se veía preocupada, le hizo sentir mal, estaba arruinando el humor de la morena con preocupaciones absurdas. - ¿Sabes? Estoy interesado en alguien... - confesó bajando la vista sintiendo como sus mejillas ardían de la vergüenza; jamás había hablado del tema con nadie, no sabía por donde empezar.
- Y ese alguien no está aquí, es imposible que pueda venir. - El estrés comensaba a invadirle, el peso en su pecho era simplemente frustración de no poder hacer nada al respecto. Se encontraba ahí, radiante, con sus mejores galas... ¿Para qué? Si el arcano que tanto le importaba no podía verle; se sentía patetico.
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Post by Sabrina Poplawski on Aug 15, 2017 5:15:47 GMT
Sabrina bebía despacio su bebida, enfocando su mirada que se encontraba detrás del tarro sobre su amigo. Verlo tan extraño era preocupante. Aunque lo conocía muy poco le había tomado aprecio y simpatía pero en ese momento batallaba para comprender el asunto en su totalidad. Escucharlo hablar sobre su interés en alguien no le pareció algo desconocido; lo veía a diario en la tableta. Ver a tantos arcanos discutir por asuntos relacionados con los sentimientos, el interés romántico y la constante necesidad de sentirse correspondidos, no era algo que le resultara nuevo. Lo que sí es que no existía un registro en su memoria para compartir una experiencia similar, algo en base a la experimentación... nada. Suspiró de pronto depositando su mirada sobre el suelo mientras el tarro volvía a reposar sobre sus muslos.
No sabía qué decir, no sabía ni por dónde comenzar a formular un buen consejo; no se creía la persona indicada para ofrecer otra cosa que no fueran sus oídos. Volvió a mirarle una vez que diera más detalles sobre ese alguien lo cual encendió en ella una chispa de sospecha; sobre la persona de la que hablaba. Apretó los labios por un breve instante, ¿se referiría a Atlas? Tenía la ligera creencia de que llegaría al Festival; era probable si tomó de la poción que le había dado pero no estaba totalmente segura por lo que dejó aquello en la privacidad de su mente, en un corto pero marcado silencio que finalmente se rompió con el sonido de su voz. -Lo conozco, ¿verdad?- sonrió apenas de manera perceptible. Había un dejo de consternación en su mirada; no sentía lástima por Kaira, no totalmente, pero en los años que llevaba de conocer al colosal sabía que su caracter podía ser complejo; no estaba totalmente segura si Atlas fuera un hombre con dichos intereses debido a su tan marcada apatía.
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Post by Kaira Voll on Aug 16, 2017 3:28:59 GMT
Que Sabrina fuera tan lista e intuitiva le facilitaba ligeramente las cosas. Timidamente asintió sintiendo el rostro acalorado. - Sí, lo conoces... - Hizo una pausa soltando un pesado y largo suspiro. - No tengo ninguna oportunidad, lo sé. - de pronto sintió la necesidad de justificar sus sentimientos, porque fácilmente podía saber lo que la sirena estaba pensando, era obvio. - De todos tuve que fijarme en el más complicado. - Sintió un escalofrío que le erizó la piel de los brazos y como sus vista se empañaba impidiendole ver con claridad.
- No puedo evitarlo, Sabrina. A pesar de lo que digan, no es tan malo... - Estaba convencido de que detrás de esa dura y fría coraza había alguien cálido y amable; sintió como una lagrima corrió por una de sus mejillas mientras sostenía una sonrisa llena de amargura. Cerró los ojos y respirando profundo tratando de calmarse; levantó el mentón observando el cielo. - ¿Sabes? Me habría gustado más pasar estos días en su compañía, aún sabiendo que no podría haber nada entre nosotros. El solo estar a su lado me hace feliz. - comenzó a reir de sus propias palabras. - Que cursi - levantó su tarro vacío con toda la intensión de beber hasta que se percató que ya no tenía más. - Creo que necesaitaré otra de estas... - diría pidiendole otra cerveza a una muchachita que ayudaba a la mujer de las bebidas y ésta, amablemente le cambió el tarro vacío por uno lleno.
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Post by Sabrina Poplawski on Aug 28, 2017 1:16:47 GMT
Sabrina observaba la lágrima que recorría el rostro de su amigo, casi hipnotizada por la luz capturada en el agua, en aquella bolita cristalina que distorsionaba en su cuerpo y superficie todo lo que se reflejara en ella. Qué sentimientos tan complejos... las angustias del corazón, la tristeza por no encontrarse en compañía de otro ser. No lo comprendía. Sus ojos, tan claros y nublados, casi ausentes de color, le miraron con una confusión evidente. El amor, esos enamoramientos de los que la gente tanto hablaba parecían sólo hacer sufrir a las personas y aún así seguían buscándolo.
Se mantuvo en silencio incluso después de que se le llevara a su amigo un tarro con más cerveza. El suyo por su parte se encontraba aún a medias, abandonado por la atención de Sabrina ahora capturada en el dilema del unicornio. Sus ojos se pasearon por todo el lugar por un momento como si en sus rincones fuera a encontrar respuestas o algo útil qué decirle al chico. Nada. Acomodó el armazón de sus lentes que de pronto se resbalaban por el puente de su nariz para después colocar su mano sobre el hombro de Kaira. Dio un par de palmadas, carentes de fluidez debido a su falta de contacto, de interacciones de ese tipo. ¿Qué otra cosa podría hacer? -Bueno... Kaira, no presumo de conocer a Atlas a la perfección- de nuevo se quedó callada. Por más que rebuscaba dentro de su mente, no podía formular un comentario no sólo coherente pero relevante para la problemática del chico. Qué frustrante era no poder usar sus conocimientos para alguien por quien sentía una gran simpatía.
Carraspeó y dio un trago a su cerveza. No encontraría claridez en ello, lo sabía, pero comenzaba a sentirse atrapada en su inexperiencia. -Lo siento Kaira... eres mi primer amigo y ni siquiera puedo ayudarte- se lamentó una vez que sus labios abandonaron el cristal del tarro y que la cerveza fría recorría su garganta. -Atlas vive a su labor y... Bueno, realmente jamás le he conocido amigos mucho menos... novios-. Se llevó los dedos a los labios, apretándolos mientras se sumía en sus pensamientos por unos cuántos segundos.
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Post by Kaira Voll on Sept 4, 2017 1:18:39 GMT
Un largo y pesado suspiró se escapó de sus labios cuando la sirena palmó su hombro en un intento de consolarlo; a pesar de que la chica no era la más habil en relaciones sociales ya bastante hacía con escucharlo y eso Kaira se lo agradecía infinitamente, puesto que ya había cargado con esos sentimientos él solo en completo silencio.
- Comprendo. - diría en un tono lleno de resignación. - ¿sabes? Eso es lo más frustrante, Sabrina, porque lo comprendo pero una parte de mi no quiere entender... - bajó la vista poniendo atención a la espuma de la cerveza que tenía en las manos. - Lamento esto. -agregó para tomar del burbujeante liquido ambar. Con la manga de su vestido enjugó las lágrimas que no pudo contener y sin más voltearía a ver a la chica. Se sentía terriblemente desanimado pero no quería arruinarle el ambiente a su amiga. Respiró profundamente tratando de controlarse. - La noche apenas empieza, ¿cierto? - pensó que lo mejor sería cambiar el tema. Poniendose de pie rapidamente sintió que se tambaleó un poco "nada grave", pensó. - Opino que continuemos con la ruta de la comida. - se le re notaba que ni ganas tenía pero ya qué mas daba, no pensaba arruinarle el festival a Sabrina.
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Post by Sabrina Poplawski on Sept 12, 2017 2:52:58 GMT
Una mueca se dibujó en el rostro de Sabrina; se sentía insatisfecha consigo misma por no poder otorgar algo de utilidad para el unicornio, además de que, no estaba del todo segura a lo que Kaira se refería. ¿Entonces estaba consciente de la condición de Atlas pero a consciencia… decidía no comprender? Aquella lógica no figuraba en la suya, no le hallaba coherencia pero guardó silencio. Se reservó de decir algo puesto que de amor y esas cosas, ella no entendía nada de cualquier forma. Dio un trago a su cerveza al fin; ésta había perdido su sabor un poco mas no objetó. La disculpa de Kaira no es que no fuera bien recibida ni nada por el estilo pero realmente no había nada de que sentirse lamentado. -Si algo he visto en los arcanos es que los sentimientos son partes caprichosas que no siempre siguen a la lógica- argumentó mirándolo con seriedad. Al menos para eso la joven sirena tenía suficiente empatia, como para no juzgar, ni quedarse con ideas en la cabeza. -Por lo que veo no es algo que puedas controlar… es como he oído a muchos decir; uno no escoge de quién enamorarse- continuó. Tal cosa sonaba inconveniente y de lo más injusta. ¿Habría alguna forma de domar los sentimientos?
Levantó la cabeza para mirar a su amigo quien parecía forzarse a recobrar los ánimos. ¿Sería prudente? -Por mí no hay problema si nos quedamos aquí a platicar; te has de sentir lo suficientemente mal como para contármelo, ¿verdad?-. No estaba del todo segura puesto que de confidencialidades, secretos y emociones, no había suficiente experiencia en su vida. Todo lo que la rodeaba eran recuerdos en los que el trabajo, la lógica e investigación predominaban. Estos eran terrenos nuevos para ella. A pesar de eso se levantó, imitando a Kaira quien se veía estaba esforzándose por cambiar la cara. Los ojos de Sabrina se fueron hacia los puestos de comida que no se encontraban tan lejos para después mirar a su amigo de nuevo. ¿Qué podría saber ella? Tal vez sólo necesitaba algo de distracción; no sería ineficiente por segunda vez. -Hagamos lo que tú quieras- dijo al fin.
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