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Post by Itzanami Aquetzali on Jul 29, 2017 17:53:26 GMT
En el evento, había cosas que no le habían salido tan bien, y también tenido otros momentos que habían sido memorables, pero definitivamente este encuentro sería uno de esos a los que denominaría como “célebre” en la historia de su vida y de su carrera en general! Algunas chicas podían admirar a un músico, un artista, modista o quizá a un dignatario de cargo importante, pero ella… ella se había declarado fan del Dr. Marino desde la primera vez que leyó uno de sus artículos escrito, publicado y editado por él mismo.
Por fin le daría una cara al hombre que tanto admiraba por su carrera profesional y quien seguía sus pasos desde que llego a la tierra de Mirovia, que pese a no ser tanto tiempo ya se había ganado totalmente su admiración, halagos –y quizá un pedacito de su corazón- y lo mejor y más glorioso era que él también estaba interesada en conocerla y no podía creerlo!!!. Sentía que las piernas le temblaban e iba a derretirse – Vamos Itza contrólate- se decía ella a misma sin poder borrar esa sonrisa tan estúpida y ñoña de su rostro.
Sabía de antemano que el Dr asistiría al festival de cortejo, puesto que habían intercambiado mensajes sobre un posible encuentro, así que con la mirada busco algún lugar donde la pequeña sirena fuese más visible para que aquel arcano no tuviese dificultades para ubicarla. Acomodo sus ropas y su cabello, cuando se sintió lista mando un mensaje mediante su tableta arcana para dar señas suyas y donde se ubicaba, quedándose en ese lugar en espera de una respuesta.
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Post by Deleted on Jul 30, 2017 18:06:38 GMT
El Doctor Marino intentaba sobrellevar el evento de manera que pudiese disfrutarlo manteniéndose políticamente correcto y bien vesitdo, pulcro con un traje de la línea de Jean-Pierre, el venía sin ningún tipo de listón o señalización, ya que no presentaba el interés romántico, eso era para jóvenes que tuviesen o buscasen la "chispa" del amor en su vida con alguien adecuado, o ese era su concreto pensar. Deseaba de todo corazón poder bailar, con solo fines amistosos con entes mirovianos que se prestaran a ello, sin ningún tipo de doble intensión. A como iba avanzando el evento, se encontraba un poco desanimado, por no decir decepcionado, porque recordaba las múltiples promesas de bailes y de convivencia que no se habían llevado a cabo, así era, estaba perdiendo la fe en los que consideraba prometedores encuentros de amistad acordados a través de la tableta. Tal vez había juzgado por adelantado la actitud positiva de otros, hubo momentos del evento donde pensó en retirarse para mejor continuar trabajando ya que no lograba concretar ni siquiera una conversación, ya que siempre había obscuras intensiones tras ellas o no mostraban interés alguno en él por ser tan viejo o erudito en temas de todo tipo. Probablemente su propia inteligencia lo estaba traicionando para conseguir socializar de una manera apropiada adoc al evento sin parecer un viejo libidinoso o eso lo habían logrado hacer sentir.
Se levanta y se sacude con toda intensión de retirarse del lugar, pensaba ya en conseguir un carruaje para irse a Aqualia sin sufrir los estragos del clima de todos los sectores que debía de cruzar. Se volvía a sentar y se autoengañaba a si mismo para tratar de quedarse un poco más. Tras una leve cantidad de copas el doctor se distraía en sus propios pensamientos haciendo un poco más de tiempo, es allí cuando recibe el mensaje de la bella Itzanami. Esta era la más agradable sorpresa que había recibido en lo que iba del evento, por fin podría concretar conocer a su colega de ciencia. Ya que su otro encuentro no había sido posible, el doctor no podía evitar sonreír de manera genuina ante el mensaje al cual responde:
"Llegare tan pronto me sea posible, ya que me encontraba en la barra, de hecho ya estoy caminando hacía allá, como ya le he mostrado mi pictografía anteriormente podrá reconocerme de inmediato, solo me acorte la barba y me peiné, cosa que jamás hago. Estoy muy emocionado por este encuentro."
Atte. Dr. Marino Para su sorpresa al llegar al lugar descrito por Itzanami, se encuentra a tres jovencitas con similares descripciones, pero al verle pudo reconocerla de inmediato por el brillo de sus hermosos ojos. Se acerca con porte galante y pulcro y procede a decir: "Es usted Itzanami ¿Verdad?, -se inclina de manera respetuosa y le besa la mano-, soy el Dr. Marino." Sonriente espera la respuesta de la joven.
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Post by Itzanami Aquetzali on Aug 1, 2017 1:11:21 GMT
Volteaba hacia todos lados casi como obsesa, buscando aquel hombre cuyo perfil correspondiera a la pictografía enviada por el mismísimo Doctor. – Y si no se parece? Y… y si era una foto vieja? - pensaba la chica y no era que esto le molestara, simplemente no quería incomodar a nadie por cometer algún error al confundirlo y mucho menos incomodar al Doctor si hacia una pregunta sobre qué tan difícil había sido el identificarlo. Esto debía ser una tortura y vaya que la espera lo era para ella, pese a ser muy "paciente", en momentos como este no podía aguantar la ansiedad. Qué pensaría de ella cuando estuviese en frente? Seguirían congeniando como hasta ahora lo habían hecho?
Observo a un galante hombre con un traje de muy buen gusto aproximarse a ella, su cara se había tornado completamente roja y seguía temblando ligeramente. Era un hombre alto, aparentemente fornido, bien parecido, proyectaba una excelente confianza en si mismo y tenía un aura a la que podía definir como “hambrienta” pero esto era más bien de saber. Definitivamente era él, podía apostar que era él, apostaría a su propio primo a favor de que era él!! tenia que serlo! era demasiado atractivo.
Sintió que un escalofrío le recorrió con violencia todo el cuerpo al sentir aquellos labios posarse sobre su mano. –Buenas noches! Es un completo honor el conocerlo al fin! –murmuro sintiéndose sobre exaltada, con una alegría y emoción tan natural que era común en la sirena. – Estoy muy muy muy contenta de tenerlo por aquí Doctor! – dijo mientras se aproximaba a él para abrazarlo con fuerza, la chica si que irradiaba alegría en el momento. De golpe se apartó de él, aquel rojo solamente termino por intensificarse aún más, lucía como un tomate- LO SIENTO LO SIENTO CRE-CREOO… QU-E LA EMOCIÓN ME GANO!! – admitió la chica subiendo un poco más su tono de voz y sintiéndose en extremo apenada por sus acciones .- DISCULPE NO VOLVERÁ A PASAR!! NO QUISIERA HACERLO SENTIR INCOMODO
La banda estaba a punto de tocar una canción de nuevo, las luces y el ambiente de nuevo se habían avivado dándole un toque único a la noche, sumado a la emoción de la sirena todo era perfecto en ese momento!. Acaso sería muy atrevido de su parte el invitarlo a bailar? El abrazo accidental ya había sido demasiado y no quería que sus intenciones fuesen mal interpretadas - Si…siento si estoy actuando un poco extraña Doctor, procurare calmarme. Es que! No tiene idea de como me siento en este momento...Usted es un ejemplo a seguir para mi y el tenerlo en frente pues...- dijo mientras le regalaba una sonrisa con soltura y calidez, al mismo tiempo que trataba de ocultar su mirada del Doctor.
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Post by Deleted on Aug 1, 2017 2:53:37 GMT
Hubo solamente un microsegundo de duda en el Doctor Marino y no era sobre ella, era la duda sobre él, ya que los modales que él presentaba eran para considerarse anticuados, 300 años no son en balde, tal vez el besarle la mano pudo considerarlo algo pretencioso, pero él lo había hecho por la cortesía hacía una bella dama. Itzanami era para él, el reflejo de la pulcritud y lineamentos de una damicela de buen porte. Itzanami era mucho más hermosa de lo que él jamás pudo imaginar, ya que ella siempre se mantuvo misteriosa hasta para describir su raza. Al verle pudo apreciarla como era, elegante y de muy buen ver. Era exactamente como se había descrito en el mensaje. Aunque para el Dr. Marino el exterior no contaba, sino la inteligencia y los valores, no podía negarse a si mismo que Itzanami era preciosa.
Al escuchar el saludo de Itzanami, no pudo evitar ver las manzanas que llevaba por mejillas, por lo que dice: "Oh no no no no...-sacudiendo su cabeza de un lado al otro en negación- el placer de conocerle es mio y es una alegría mutua querida itzanami." Él le toma ambas manos y sonríe con sus ojos, justo en eso nota que Itzanami se lanzaba contra él en un abrazo, el cual devuelve de manera calurosa. "No se preocupe es más......vamos a reafirmar ese abrazo, -por lo que con su grandes brazos la rodea y repite el abrazo dando él su mejor esfuerzo apretándola contra su enorme pecho masculino- ¿Qué tal ahora? mucho mejor verdad, y quiero aclararle que para nada me incomodan las expresiones de alegría que alguien pueda demostrarme." No se sentía incomodo para nada, es más, sentía como si la hubiese conocido toda la vida. Esa era una de las habilidades sociales para destacar del doctor, hablar con los demás como si los hubiera visto ayer.
Nota que la damicela oculta su mirada, cuando iba a dar un comentario sobre ello, escucha el ambiente, era el momendo adecuado, por lo que dice: "Señorita Itzanami, si no le parece de lo más atrevido, quisiera pedirle el enorme honor de que bailase conmigo hasta que sus pies revienten -se ríe- esto es obvio una broma...solo la parte de los pies... lo del baile si es en serio, me encantaría realmente bailar con usted." Extiende la mano mientras se inclina en espera de la respuesta de la dama.
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Post by Itzanami Aquetzali on Aug 3, 2017 4:35:09 GMT
No podía creerlo! El Dr Marino le había correspondido su abrazo; se quería morir, quería gritar, quería hacer mil cosas en ese momento. Sentía como el corazón quería salir de su pecho, latía violentamente, y ella se quedó congelada ante él, no sabía qué hacer, ni que decir; literalmente por un momento se había vuelto medio estúpida y embobada. Un ligero temblor la había hecho estremecer, su piel se había vuelto de gallina y sentía que podía desvanecerse.
No solo era un verdadero genio, sino también un hombre bastante agradable y atractivo. – Qué amable es usted Doctor.- dijo con voz trémula, pues aun no podría tranquilizarse del todo. Quizá el peliazul era una de esas personas con habilidades sociales extraordinarias, sentía que lo conocía de toda la vida, como si fuese un buen amigo o incluso un viejo amor no correspondido, de esos que con el tiempo aprendes a ver con cierta alegría.
Por un momento sintió que le iba a dar un paro cardíaco, si antes el corazón le quería Salir del pecho, al no poder de seguro había estallado. Sonreía como idiota, no podía ocultar su felicidad! Y como no luego de que semejante hombre le invitase a bailar!. No podía creerlo, de alguna forma u otra uno de sus sueños se había vuelto realidad. Tomo la mano del Dr y se acercó un poco a él, no estaba acostumbrada del todo a los modos mirovianos de iniciar un baile o entablar relaciones. – Sería un honor para mí el bailar con usted Doctor Marino - lucía ligeramente torpe en este momento, pero se le notaba feliz y decidida.
Acompaño al hombre al centro de la pista a hacer lo que se supone debían hacer: Bailar, aun que de eso ella casi no sabía nada. – Disculpe doctor, no soy muy buena bailando, recién aprendo, así que espero mi cuerpo se ajuste a su ritmo – estaba nerviosa, temblando un poco, no podía verle a la cara, sentía que su piel su cara y todo de ella estaban ardiendo. La pequeña chica llevo una mano al hombro del tritón, en espera de la canción que tocaría a banda. Había muchas parejas en la pista, de diferentes edades, razas y sexos pero estaba segura de que nadie haría una pareja de baile como a que conformaban ellos.
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Post by Deleted on Aug 3, 2017 22:30:47 GMT
Una gran sonrisa se forjaba en el rostro del Doctor Dann Marino cuando la bella Itzanami aceptó bailar con él. Le toma la mano suavemente y juntos se abren camino por el mundo de gente para llegar al centro de la pista de baile y armarse de un lugar a base de unos leves empujones de cadera por aquí y por allá. Cuando le toma la mano y la cintura escucha la disculpa de la sirena, para éste decir: "Usted no se preocupe por nada, si me pisa o no, usted viva el momento y déjese llevar por el ritmo que le diga su corazón, ya que no estoy aquí para juzgarle por el movimiento de sus caderas ni por nada del mundo, estoy como usted disfrutando de estar en su presencia y compañía." Sonriente el doctor la guía en un baile de ritmo tranquilo, la acerca a él de manera prudente y es entonces que nota el color de la piel de la bella doncella, esto lo hace sonreír de manera sincera.
"Veo que se encuentra sonrojada, por favor, siéntase libre de expresar sus pensamientos, no tenga vergüenza de ningún tipo, ya que estamos en confianza de colega a colega, tal vez le da pena que mi corbata no combina con el traje -se ríe-." Seguía el ritmo de la música que se iba acelerando poco a poco. Entre más pasaba el tiempo el ambiente se volvía más vivaz y atrevido. El evento era hermoso y lleno de vida por lo que el ritmo del jolgorio iba en incremento. De uno momento a otro, estaba haciendo a Itzanami girar como un trompo, el vestido se elevaba un poco sin mostrar nada que el doctor no hubiese visto antes. En menos de lo que pensaban los dos entes marinos, se había formado un circulo alrededor de ellos que les permitía danzar con mayor libertad y era cuando el doctor agarra vuelo para hacer pasos más atrevidos con ella, realmente se estaba divirtiendo.
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