Silver Somnium
La Resistencia
Los ojos lindos ocultan mas de lo que puedes imaginar
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Post by Silver Somnium on Aug 4, 2017 7:26:19 GMT
Aun se sorprendía por lo seca de la respuesta del arconte ante su invitación, y de cómo su corazón podía pasar de un ritmo lento y desilusionado a uno acelerado, emocionado, a pesar de que sus ilusiones sobre una salida con nuevos amigos y el chico que le gustaba se habían hecho trizas, nuevas nacían ante la propuesta, lo miro de reojo mientras hablaba, acercándose a la ventana, admiro su rostro, su espalda, el perfil que ella lograba ver, y en especial aquellos hermosos ojos carmín que se veían tan misteriosos para ella. Detuvo su trabajo, se había quedado embobada mirándolo, como cualquier adolescente enamorada, quien suspira en la cornisa al ver a su amado pasar, suspiro de forma suave, levanto el saco que aun sostenía entre sus delicadas manos, ni siquiera había puesto atención a las palabras de Xhial, llevo el saco a su pecho y lo apretó un poco, soltando un nuevo suspiro, esa fue una mala idea. El sonido característico de la tela al romperse irrumpió las ensoñaciones de la chica, quien salió de la burbuja rosa donde estaba, lanzo apresurada el saco a la mesa, había perdido más de la mitad del contenido, y se había ensuciado más aún, si en algún momento pensó salir con el chico luego de trabajar, ya podía olvidarse de esa idea
-Soy una estúpida…- Se regañó, olvidando al arconte, miro su falda y delantal y el piso, llevo la mano a su frente golpeándola, frunciendo el celo molesta – Esto me pasa por estar distraída…soy una completa idiota –siguió con los insultos mientras negaba con la cabeza, resignándose, suspiro, recordando cómo le habían advertido al entregarle el saco que este venia más lleno que el resto, los dueños le habían hecho un regalo, y por estar con la cabeza en las nubes lo había apretado, era exactamente lo que no tenía que hacer y la razón por la que lo había dejado apartado del resto de su tipo – Dioses…porque a mí- arrastro la mano por su rostro, cansada, debía buscar él ahora la escoba para quitar toda esa azúcar perdida, camino dando pasos largos, sacudiendo la falda con violencia, con eso quitándose un poco de la rabia que traía, abrió la puerta de la estancia donde estaba el horno y la que daba a la calle principal, en donde ella desde temprano hasta casi el atardecer exhibía y vendía su comida, tomo la escoba y pala y refunfuñando volvió a su lugar, pasando rápidamente el objeto por el piso, recogiendo el preciado tesoro dulce perdido, termino de barrer rápidamente, soltando un suspiro – Maldita sea- ese fue el último refunfuño, mientras se levantaba el flequillo, subiendo la mirada
Su vista se encontró con la del arconte, y un largo silencio reino, las mejillas de la chica se tiñeron de un intenso rojo, semejante a la ocasión donde el arconte se había atrevido a probar por breves instantes los virginales labios de la chica, robando de esa manera el primer beso de Silver. Había olvidado por completo la presencia de Xhial, y ahora él ya la había visto en un pequeño berrinche, sentía vergüenza, el rostro le dolía, bajo apresurada la mirada, casi escondiendo la cabeza entre sus hombros alzados y el cabello que ayudaba a esconder el apenado rostro, camino hasta el basurero, volteando en él el contenido de la pala –Yo…yo…emm…gracias por…tu trabajo…- Intentaba hablar, esforzándose por ser coherente y ya no dejarse más en vergüenza – Ya no queda más trabajo… solo debo cocer…el saco y… eso…- apretó los labios alejándose del arconte, tomando la caja donde estaban los trozos de tela, al fondo de esta había una aguja junto con un ovillo de hilo, la chica tenía la costumbre de guardar lo que más podía, por casos así
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Xhial Nalphalem
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Post by Xhial Nalphalem on Aug 4, 2017 23:46:30 GMT
Aun la situación tan curiosamente vergonzosa pasaba por su mente, había tenido el valor de invitar a salir a la chica que le gustaba, de alguna forma aquel estigma del pasado comenzaba a borrarse muy lentamente gracias a ella, pero también pensaba si estaría bien que el estuviera con una persona tan maravillosa como lo era la chica de cabellos plateados, no se sentía digno de ella, ya había dejado que la lastimaran una vez, y aunque ella lo negó, él seguía sintiéndose culpable. Giro su cabeza para poder mirar a la chica la cual se había ensuciado a ella y al suelo con un saco que se había roto, y según las palabras de la chica, parecía ser su culpa. El Arconte se quito de la ventana para mirarla un poco, el saco había vaciado la mitad de su contenido y había quedado entre el suelo y el frente de la chica.- Ángel...- Comento el Arconte en voz baja escuchándola regañarse e insultarse sola, quería que se detuviera, no era completamente su culpa o eso pensaba Xhial, el cual se acerco un poco más en otro intento de que esta lo escuchara.- Ángel, Tranquila...-Nada, la chica estaba muy ocupada regañándose y caminando con brusquedad mientras la expresión fría del Arconte había sido reemplazada por una de curiosidad y cierta sorpresa al mirarla de esa forma tan enfadada.
Dio un leve suspiro mientras la ajena comenzaba a barrer aquella azúcar perdida con la escoba y la pala, el Arconte ladeo un poco la cabeza.- Vamos, oye...-Seguía sin ser escuchado, la ajena se había olvidado totalmente de su presencia mientras seguía refunfuñando para si misma, y cuando porfin parecía haber terminado, los hermosos ojos morados de la chica se encontraron con los ojos de color rojo sangre del Arconte, notando como ella se sonrojaba de gran manera, para posteriormente agradecer por la ayuda del trabajo. Se notaba a simple vista los nervios de la chica, más aun cuando esta se encogió de hombros y se dirigió a coser el saco, el Arconte camino lentamente hasta ella, tocando levemente su hombro esperando que esta volteara para verlo, respiro profundamente cuando esta lo hizo, usando su mano para levantar el pelo que cubría el rostro de la chica y besando de una forma tierna su frente, separándose unos segundos despues para mirarla a los ojos.- No te preocupes por lo del saco, comprare lo perdido devuelta.- Comento con un tono ligeramente amable mientras seguía mirando el rostro ajeno, de alguna manera, el berrinche anterior le había parecido de alguna manera tierno. Dejo de levantar aquel cabello que cubría su rostro y poso su mano sobre su cabeza, acariciandola un momento.- Así que no vuelvas a insultarte de esa forma, porfavor.- Fue lo ultimo que dijo antes de caminar hasta la mesa con el saco roto para observar el daño de este.
Volvió a la ventana donde se había distraído previamente para seguir observando hacia afuera, no recordaba haber hecho tantas cosas en un Festival, aunque los realizados en Sevilla para el eran una especie de cacería, pues se dedicaba a robarle a los que asistían, e incluso a los vendedores para poder luego vender lo robado y hacer algo de dinero. Xhial hizo una mueca de molestia recordando aquellos malos hábitos que tenia cuando era muy joven, pero las calles no perdonaban y era necesario si quería sobrevivir con su estilo de vida, el cual era uno realmente deplorable.- Los Festivales en España nunca fueron tan animados, es extraño...- Comento en voz baja, aquellos festivales eran casi siempre solo para la gente rica y de alta sociedad, así que los pueblerinos no tenían muchas oportunidades de disfrutarlos.- Supongo que me alegra haber vivido lo suficiente para disfrutar de este... si es que puedo llamarle disfrutar.- Su tono tenia cierto aire de tristeza pero a la vez un entusiasmo poco habitual en su persona, ¿Sera por la chica? Era obvio que si, entonces, ¿Porqué no era totalmente honesto con ella?.- Angel, yo...- Mordio su labio inferior, quería decírselo, cuanto le gustaba, pero, de alguna forma sus nervios y su miedo le ganaron el juego.- Creo que tocare en una de las plazas estos dias... por si quieres ir a escuchar...- agacho la mirada con frustración, podía perderla si dudaba, si se callaba lo que sentía, pero también sentía que si se daba una oportunidad para volver a enamorarse y querer a alguien, lo perdería todo.
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Silver Somnium
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Post by Silver Somnium on Aug 5, 2017 5:48:23 GMT
Su corazón latió con fuerza cuando sintió la presencia de Xhial tan cerca de ella, la mano de el paso su cabello hacia atrás y sintió aquellos labios pegarse a su frente, cerró los ojos, sintiendo sus mejillas arder aun, no había ni siquiera bajado el anterior sonrojo y volvía a incrementarse, disfruto de aquel contacto que para la panadera fue eterno, soltó un suspiro enamoradizo mientras alzaba su mirada para ver al arconte, escuchando atentamente sus palabras; Se sorprendió bastante ante su petición –No… no hace falta, ha sido mi culpa en realidad… así que yo me las arreglare- Su voz era calmada, suave, y aun así tenía un cierto deje de determinación, no era realmente justo el pagase por su error, a pesar de que si se había distraído por su culpa, pero aun así seguía siendo su culpa, por estar enamorada de él y encontrarlo tan hermoso, cuando el cuerpo del arconte estuvo lo suficientemente lejos Silver pudo recuperar el control del propio, tomando el hilo para enhebrar la aguja, tenía costumbre en eso, por lo que no tardó mucho en hacerlo, sería algo sencillo, más que nada para evitar que entrase la humedad y proteger mejor el producto. Comenzó a cocer de forma veloz, concentrando esta vez su mirada mientras lo hacía, no se permitiría cometer un nuevo error, escuchaba las palabras del arconte, que en un principio sonaban extrañadas, terminaron con un deje melancólico y triste
La mujer dejo de cocer, viendo como el arconte se había quedado en silencio, bajo con suavidad la tela y la aguja dejándolos a un lado y con un paso calmado se dirigió hasta Xhial, escuchando su última frase. La muchacha entrecerró suavemente los ojos, sintiendo en su cuerpo aquella tristeza que transmitían esas palabras, termino de acercar su cuerpo al de su amado, pasando sus brazos hacia su pecho y recargando suavemente su cabeza en la ancha espalda de Xhial, un abrazo, uno reconfortante, Silver ya no pensaba con vergüenza, en realidad no pensaba, seguía completamente su instinto. Froto suavemente su mejilla, manteniendo el abrazo todo lo posible –Me encantaría…- Respondió a la propuesta del arconte aferrándose un poco más a él, escondiendo su rostro en la chaqueta suave de Xhial.
Se sintió cómoda allí, protegida… se sentía tan bien con solo tener aquel contacto con el “Yo quiero…” Apretó un poco el chaleco, deseaba tanto esos sencillos contactos, amaba la ternura con la que él la trataba… lo amaba, se había enamorado de Xhial, se mordió los labios, recordando como lo había conocido, todo ese tiempo que habían pasado juntos… Y sintió miedo, no quería arruinar aquella hermosa amistad con sus sentimientos “Yo quiero…” sus labios temblaron suavemente, pensando en esa ínfima posibilidad de declararse, de tener el valor, de no pensar en las consecuencias, como esas palabras necesitaban decir desesperadamente de su boca – Xhial yo…- Su voz se escuchó bajo, ahogada también por la gruesa tela, se apegó más a su amigo, tragando saliva “no puedo” Dioses, deseaba tanto que las cosas fueran más fáciles, deseaba poder decirle con confianza como se sentía “Desearía…” comenzó a pensar en todas las veces que había deseado algo, con el corazón roto, sus deseos jamás eran escuchados, sus suplicas no llegaban a nadie… sus sueños solo eran meras ilusiones “Desearía poder…” Lentamente soltó el agarre que mantenía con el arconte, esperando que él se volteara a verla, sabía que lo haría, sabía que vería seguramente algún rasgo de sorpresa en su rostro, con esos ojos rojos con el brillo tan especial “Te quiero…” Sintió sus ojos arder ligeramente, y sonrió, el amor era algo tan dulce y tan amargo a la vez
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Xhial Nalphalem
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Post by Xhial Nalphalem on Aug 5, 2017 22:04:56 GMT
Esperaba una respuesta a esa invitación improvisada, pero a pesar de todo, el silencio era notorio, ¿Porque dudaba tanto? Ella le gustaba, la adoraba, si era así, ¿Era tan difícil decírselo de una vez por todas? Para el si, el miedo que sentía a perderla era grande, y mucho, no quería arriesgarse a que algo le sucediera por su culpa. Dio un leve suspiro al no escuchar respuesta, se iba a salir de la ventana, pero aquel contacto repentino con la ajena lo dejo casi paralizado, ella lo había abrazado por la espalda, podía sentir su calor aun a través de la chaqueta que llevaba el Arconte, el cual llevo sus manos a las ajenas, sosteniéndolas con una delicadeza increíble, como si con tan solo una mínima de fuerza fueran a romperse estas, escucho las palabras de la chica, aceptando su invitación. Sintió aquel apretón a su ropa, los segundos pasaba, el silencio era tal que el Arconte podía escuchar sus propios latidos, acelerados, y mucho, tan solo por aquel apego tan repentino. Porfin la voz de la chica se hacía presente, tan solo unas palabras, unas que apenas se escucharon, se podía notar el nerviosismo de la chica, había algo que quería decir, pero no lo hizo. Lentamente Xhial sintió como aquel aferre ajeno se debilitaba, el Arconte trago saliva, nervioso, con dudas y preguntas, pero nada salia de su cabeza, para lentamente voltearse a observar a la chica de plateada cabellera a los ojos, aquellos ojos que le encantaban, y que jamas se cansaría de admirar.- ... Tu... ¿Qué? ...- Pregunto en voz baja con un tono amable y curioso mientras su rostro mostraba aquella sorpresa e impresión y de alguna forma lograba mantenerse sereno.
El tiempo seguía corriendo alrededor, los murmullos de la Ciudadela en medio de la fiesta llegaban despacio a la panadería donde ellos se encontraban, frente a frente, queriendo decir tantas cosas y a la vez quedarse callados admirando al ajeno. El Arconte respiro profundamente mientras se acercaba un poco.- Angel... -Dijo casi en un susurro, su mente estaba en un dilema tan grande como la vez que tuvo que tomar la decisión de escapar de Valencia, de abandonar a Stella, solo que ahora, eran opciones tan simples y tan difíciles, confesarse, o no. Nuevamente se acerco un poco más, ¿Qué podía hacer si sus palabras no salían? Entonces, una idea llego a su mente, recordando aquel beso otorgado en la casa de la ajena, aquel momento tan intimo entre ambos que el Arconte recordaba cada segundo, ¿Podría repetirlo? Y más importante, ¿Que pensaría Silver de ello? La ultima vez, el tema no fue tocado, simplemente ocurrió y se dejo pasar, pero esta vez podía ser diferente, ¿Estaría dispuesto a arriesgarse a eso? Era una decisión difícil.
De alguna forma los ojos de ambos seguían centrados en los contrarios, admirándose entre ellos.- Hay algo que debo decirte...-Comentó en voz baja, su mente se lo decía, ''Hazlo'' Pero el Arconte seguía dudando, aun había algo que lo detenía, ''La perderás si no lo haces'' Lo sabia, Xhial sabia que eso podía ocurrir.- Pero...- Lentamente el rostro del Arconte se acercaba al de la chica, era un todo o nada, para saber si sus sentimientos serian correspondidos, casi como un intento desesperado por saberlo. Tenia miedo, mucho, por varias razones diferentes, ser rechazado, odiado, o simplemente correspondido y que algo malo ocurra, pero quería arriesgarse a ello, a poder amar nuevamente, a sentir el calor de estar enamorado. Los ojos del Arconte habían perdido ese semblante frio y habían sido reemplazados por unos que mostraban amabilidad, pero también duda, de alguna forma al fijarse bien se podía notar el miedo de Xhial de ser rechazado, pero su decisión ya estaba hecha.
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Silver Somnium
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Post by Silver Somnium on Aug 6, 2017 12:32:04 GMT
La voz profunda del arconte hizo estremecer suavemente el cuerpo de la panadera, que miraba casi hipnotizada como el chico le hablaba, soltaba palabras al aire igual que ella, se mordió por ligeros momentos los labios cuando sus miradas se encontraron; Un paso más, un poco más cerca, y junto con sus pasos el arconte se iba inclinando en su dirección, Silver contenía el aire, tragando saliva, parecía que todo su cerebro se había adormecido, oh simplemente las voces dentro se habían callado por completo, quedando en silencio, solo el bullicio de la ciudadela, y una suave y lenta melodía que se colaba por la ventana abierta. Vio los ojos del arconte desviarse ligeramente, no supo en realidad a donde había visto, apretó suavemente los labios, otro paso, ya no existía gran distancia entre ellos, un par de centímetros, incluso sintió como las telas de su falda eran presionadas contra sus piernas, obligando a aquella prenda a amoldarse nuevamente; Silver respiraba lento, con un compás suave, expectante, incluso no queriendo parpadear, aunque lo último era ridículo, debía hacerlo, era una necesidad muy grande como para no cumplirla, sonrió ligeramente ante esa idea. La respiración de la joven de cabellos plateados se cortó de golpe cuando escucho la frase salir de los labios de Xhial, mientras seguía acercándose a su rostro ¿Qué era lo que él quería decirle? “Una confesión” Paso aquella posibilidad por su mente, intento negarla, pero ¿cómo podía hacerlo si él se acercaba más a ella? Quizás tenía otro poco de harina, quiso levantar su mano para limpiar su rostro por si acaso, pero nuevamente aquella grave voz la interrumpió; Mas cerca, segundo a segundo, el rostro del poseedor de ojos rojos iba en su dirección, su cuerpo tembló, deseaba con todo su ser creer que el también deseaba aquello
Se detuvo, apenas a centímetros del rostro de la dragona, podía sentir la respiración de su compañero en sus mejillas, y también podía ver la duda y el miedo en sus ojos ¿Cómo debía interpretarlo? Tembló nuevamente entrecerrando los ojos, usando el poco control que tenía en su cuerpo para levantar los brazos y tomar los hombros del arconte con cuidado, temblorosa, lo haría, lo haría aun sabiendo los riesgos, se alzó en puntillas con determinación, la unión estaba cercana a concretarse, solo un poco más, un leve roce se dio, Silver sintió nuevamente aquella curiosa textura sobre sus labios, lo deseaba, más que a nada… Era correspondida… Y aquello desato el infierno en su cabeza, intento negarlo, deteniéndose, aun con sus labios compartiendo ese pequeño espacio con los de Xhial “No puedes negarlo” no podía ser “Lo sabes” no… “Deja de fingir ser tonta” no quiero verlo morir… Por favor. Los ojos de la chica se humedecieron, cerrándose con fuerza, aferrándose a los hombros de Xhial, quería poder besarlo, pero esa voz, su miedo comenzó a vencerla, estuvo a punto de darse el impulso final, cuando el suave golpeteo de la puerta la hizo saltar hacia atrás, rompiendo en mil pesados aquella burbuja dulce en la que se había envuelto, un chico, casi un niño, los miraba desde la puerta que había estado abierta todo ese tiempo, avergonzado de tener que interrumpir tal encuentro entre los adultos
-“Por favor…señorita…vengo a comprar pan”- Silver lo reconoció, era un cliente habitual, siempre le daba uno más, pues sabía que su madre había estado enferme hace poco y apenas se recuperaba, una culpa la abrumo súbitamente, se sintió horrible al haber mantenido tanto tiempo el local cerrado, tembló, dando una respiración honda para calmarse, poso sus manos sobre el delantal, dándole una sonrisa suave –Claro…ven en un rato y lo tendré listo ¿Si?- el niño asintió, dándoles una mirada de disculpa y alejándose rápidamente, el silencio reino por unos momentos, la joven panadera estaba abrumada, confundida, angustiada, no lograba callar a las voces, que le insistían en reconocer de una vez por todas sus sentimientos por el ser de brillante armadura, trago saliva –Yo… lo siento…- no supo que más decir, las piernas le temblaron ¿Qué haría si Xhial se declaraba allí? No podría… tenía miedo, no podía calmarse, aquella burbuja en la que se esforzaba por vivir se deformaba, amenazando con exponer esa parte de ella que nadie más podía ver – Yo…debo…preparar pan… para el niño…ummm…- ¿Cómo podría darle las gracias? ¿Cómo después de que ella misma y de manera obvia había intentado completar aquel acto de amor? Quiso llorar, quiso esconderse en un rincón hasta controlar sus emociones, apretó la mandíbula ¿Por qué tenía que ser de esa forma? ¡¿Por qué diablos tenía que tener tanto miedo?! “No quiero…verlo morir…por favor…” Esa línea de pensamiento era la que había descontrolado sus miedos, la pena de la muerte abrupta volvía a hacer estragos en ella, quiso abrazar al arconte, pero no podía, no era tan simple, nada en la vida lo era
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Xhial Nalphalem
La Resistencia
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Post by Xhial Nalphalem on Aug 6, 2017 20:09:53 GMT
Todo pasaba tan lentamente alrededor, como si tan solo fueran ellos dos rodeados de la misma nada, sus ojos seguían fijos de una manera tierna sobre los ajenos, sintiendo la respiración de la chica, de cierta forma nerviosa, ¿Como culparla? El también lo estaba. Miro las reacciones de la chica, quizás no debió haber actuado así, pensó en separarse, pero cuando iba a hacerlo, sintió como las manos de la joven frente a el se posicionaban lentamente en los hombros propios, nuevamente pudo sentir sus nervios, sus manos temblaban, ¿Ella también lo quería? Aquella pregunta pasaba por la mente del Arconte, si no fuera así, ¿Porque haría eso? Sus rostros se acercaban cada vez más, de una forma lenta, se acercaba aquel momento tan decisivo para el Arconte y para la chica, cuando finalmente, los labios de ambos se rozaron entre si. Aquellos segundos de ese leve roce entre sus bocas parecian eternos, el Arconte quería profundizar más aquel beso, poder demostrar lo que sentía, pero aquello no duro mucho, puesto que pudo escucharse el sonido de la puerta, notando como la chica se separo de forma abrupta, el Arconte desvió la mirada con una expresión entre curiosa y decepcionada para ver a un joven haber entrado en la panadería, hablándole a la chica de plateada cabellera, al parecer por un pedido de pan para ella.
El Arconte se reincorporo, dejando nuevamente su espalda recta, viendo como el niño salia de la panadería, dando un leve suspiro, ¿Porque creyó que funcionaria? El destino le había dado una clara señal de que aquello no debería ocurrir, de que si se dejaba llevar nuevamente por esos sentimientos, perdería a aquella persona importante, la cual era la chica de cabellos plateados a su lado. Escucho las palabras de la ajena disculpándose, ¿Porque lo hacia? Era él el que debía disculparse por su acción tan repentina, ''Cobarde'' Se repetía en su mente, quería decírselo pero con el reciente hecho sus miedos aumentaron en gran medida, ''Si lo hago, la perderé...'' No podía evitar que esas palabras se presentaran en su cabeza de forma tan clara, ¿Tenia razón con eso quizás? ¿Enamorarse de ella la terminaría alejando? Habían demasiadas preguntas, y lentamente carcomían los pensamientos del Arconte. De alguna forma los nervios le estaban ganando, ¿Que seguía ahora? Todo el aire se había llenado de tensión e incomodidad, Xhial directamente no sabia que hacer o que decir, y solo se dedicaba a mirar de reojo a la chica que tanto le gustaba y que tenia tanto miedo de que se enterara.
Era todo, no tenia más que hacer ahí, seguramente iba a molestar a la ajena en su trabajo de poder hacer pan para el chico que había ido recién a la panadería, comenzó a caminar aun con los nervios muy presentes, lamentablemente fue presa de una clara torpeza, su pie se tropezó con el propio, causando que el Arconte diera un leve sonido de advertencia, tratando de aferrarse de lo más cercano que estuviera, para su desgracia, aquello más cercano, era la misma chica de cabellera plateada. Cayo de frente contra el suelo, y una de sus manos se había agarrado de la falda de la chica, y de forma desafortunada, no solo de la falda, había algo más, el Arconte apretó un poco la mano sin despegar su rostro del suelo, y lentamente levantando la mirada mientras se reincorporaba, quitando su mano rápidamente al darse cuenta de tan vergonzoso accidente.- A-ah... Angel... yo... lo siento... -Se rasco la cabeza mientras desviaba la mirada, preparándose para el obvio regaño que iba a obtener.
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Silver Somnium
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Post by Silver Somnium on Aug 9, 2017 6:54:27 GMT
Le dio la espalda por completo, tomando el saco que aún no terminaba de cocer para comenzar a quitar el hilo sin romperlo, con manos temblorosas, luchando contra esos pensamientos, ansiosa, mordió sus labios con rabia, apretándolos con fuerza, dolían, si fueran más filosos de seguro se habría hecho alguna herida, aunque d seguir unos momentos más podría haberlo logrado… sus labios habían vuelto a tocar los del arconte… “Lo bese… esta vez yo…” abrazo de forma disimulada el asco de azúcar, quedándose con ese pensamiento, acallando lentamente al resto, sumiéndose en eso, cerró los ojos con mucha fuerza, con el corazón latiendo con furia, amenazando con escapar de su pecho y saltar a los brazos del arconte en cuanto pudiera, y ella no podía permitirlo, no así… “Yo quiero… A Xhial” ¿Era egoísta? ¿Era tonta? Bueno, lo segundo estaba más que claro, lo era, por negarse a ver, negarse a aceptar que quizás ese chico de hermosos ojos rojos detrás de ella sentía lo mismo, se negaba a la posibilidad de ser feliz… Tenía miedo, y sabía que era ridículo tenerlo, la gente de ese lugar era buena, amable, de momento y en el tiempo que llevaba allí, realmente no había conocido a nadie que tuviera una intención de crear dolor o sufrimiento, exceptuando el encuentro con el hombre lobo en la taberna, que en realidad eso fue más su culpa, por dejar que eso le afectara. “No quiero verlo morir… por favor” Esa suplica al aire… a su mente, a sí misma, era verdad, no sería capaz de soportar una perdida más, en especial de Xhial, pero a pesar de que tenía ese enorme miedo, pánico incluso, el deseo de poder amarlo libremente era igual de grande, y esa pelea interna se mantenía pareja
Tuvo la intención de voltear para quitar ese tenso ambiente que se había formado por culpa del silencio entre ambos, no podía ignorar el hecho de que le había besado, pero tampoco deseaba hablarlo en ese momento, se abstuvo de voltearse en ese instante, para meditar mejor las palabras que le diría, suspirando para quitarse el nerviosismo, concentrándose en recordar como carajos se hablaba, poco a poco sus nervios volvían, se sentía en un huracán de emociones que iban y venían tan rápido como sus pensamientos, solo necesitaba un segundo, algo que pudiera darle un cese a todo eso. Y lo obtuvo, aquello que había pedido, pero la mala suerte definitivamente la perseguía, aunque no estaba segura que aquello se pudiese considerar como algo de mala suerte, si era extremadamente vergonzoso, el tiempo se detuvo para la dragona, quien en un primer instante solo soltó un grito de los nervios que sentía, cuando cayó en cuenta por completo de lo que había ocurrido, decir que el rostro de la joven estaba rojo era poco, ardía, de una forma sumamente dolorosa, se volteo de forma rápida, apretando con mucha fuerza el saco de azúcar que aún seguía en sus brazos, la expresión de Silver no tenía precio, era un poema completo, un montón de expresiones en tan solo segundos, que finalmente terminaban en una sola, Vergüenza, completa y pura vergüenza. Silver mantenía aquello en secreto, pues no sabía cómo sentirse respecto al cambio de su cuerpo, siempre había sido bastante plana, no tenía grandes curvas y eso en su momento y con su bajo tamaño había servido en la guerra, pero al llegar allí, al “independizarse”, su cuerpo cambio completamente, demasiado rápido para su gusto, y aunque estaba conforme con su busto, pero… su cadera era otro tema
Su rostro aun rojo como una manzana madura paso de la vergüenza al enojo, frunció lentamente el ceño, aun con la boca entre abierta, no pensó, su cuerpo se movió solo y aquel saco de azúcar termino en el rostro del arconte, la chica lo había lanzado con fuerza y seguramente le habría dolido, pero en ese momento no le importaba, en ese momento se sentía extraña, pues el chico no solo había tocado su trasero, lo había apretado, ¡le habían apretado el trasero! Xhial había descubierto por que aquella falda se veía así, por que la cadera de la chica era mucho más grande de lo que ella pudo haber imaginado, era ancha, incluso la podía considerar gorda, mentía cuando decía que no engordaba cuando comía los sobrantes, estaba segura de que tenía relación con la comida el que su cadera fuera de esa forma e intentaba dejar de comer para cambiar eso, pero no podía, Silver seguía desarrollándose y lamentablemente, seguía subiendo de peso. Paso de enojo a indignación, nuevamente su rostro cambio, su boca cambio de posición, como si quisiera decirle algo, pero no podía, sus labios temblaron, no recordaba ni siquiera como hablar, como reclamar… y peor, no sentía que podría reclamarle algo, pues aún tenía en su cuerpo una extraña y hasta cierto punto placentera sensación en su cuerpo, no sabía lo que era, pero la avergonzaba, y eso creaba un debate moral en su cabeza, que trabajaba a mil por segundo, apretó los labios, retrocediendo lentamente –tienes las manos mucho más grandes de lo que yo pensaba…- Un pensamiento que no debería haber salido de su cabeza, pero entre el enredo de pensamientos, salió en voz baja de su garganta, se sonrojo más, y retrocedió otro poco, poniéndose en otra zona de la mesa - ¡¿Por qué diablos me tenías que agarrar el trasero?! ¡¿Para que apretarlo?! ¡¿Por qué no jalaste mi cabello?! ¡¿Por que diablos se siente tan raro?! – Reclamo, sintiéndose nuevamente envuelta en la vergüenza, se sentía descubierta, incomoda con su cuerpo, odiaba su cuerpo, odiaba todo con respecto a ella, y ahora venía el a confundirla sobre eso, frunció el ceño queriendo gritar, deseaba gritar, tembló de la rabia, la vergüenza, la confusión, todas sus hormonas se habían alborotado con aquel acto, el primero que le ocurría en toda su vida –Tu…¡Fuera!- Grito, con una voz más chillona, poco común en ella, un estallido de nervios, se arrepentiría más tarde de esa decisión, pero en ese momento, lo único que quería era que el arconte se fuera, no podía con ningún sentimiento en ese momento, más que el de golpear la cara del arconte con su pie, pero eso provocaría que el pudiese ver más, y ya no quería que viera más de su cuerpo, menos su trasero, ni todo lo que ocultaba bajo las enormes ropas que utilizaba
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Xhial Nalphalem
La Resistencia
Melodias y Voces entonan un Destino
Posts: 105
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Post by Xhial Nalphalem on Aug 9, 2017 21:25:51 GMT
Jamas había pasado algo tan vergonzoso como eso, literalmente, jamas en su larga vida, hasta ese día, ¿Porque tuvo que tropezar? Sentía como nuevamente la frustración invadía su mente por haber cometido un error tan pobre y estúpido, por simplemente nervios que lo atraparon en un mal momento, se sentía idiota, al máximo grado. Lentamente volvió a mirar a la ajena la cual tenia el rostro rojo cual tomate, con unas expresiones indescriptibles, que cambiaban constantemente pero todas llegaban al mismo punto de vergüenza, pero cuando iba a decir algo para disculparse, recibió aquel impacto del saco de azúcar en su rostro, había dolido, pero el Arconte sentía que se lo merecía, recibiendo el saco con sus manos luego del golpe, mirando levemente y volviendo a dirigir su mirada a la chica de plateada cabellera sin fijarse que tenia restos de azúcar en su nariz. Se veía molesta, frustrada, avergonzada, y el Arconte no sabia que hacer o decir para quitar toda la tensión de la situación, su mente le repetía una y otra vez, ''Lo arruinaste'', Y sabia que podía ser cierto. Las palabras de la chica lo tomaron totalmente por sorpresa, ¿Sus manos? Tenia cierta necesidad de mirarlas, jamas había escuchado eso, ¿Era raro tener manos grandes? No lo sabia. De la nada las múltiples preguntas siendo casi gritos por parte de la chica llegaron a sus oídos, la verdad el Arconte no tenia respuesta para ninguna, ¿Como iba a tenerla? Se tropezó y trato de sujetarse de algo, era la única respuesta que tenia.
No fue mi intención Áng...-Ni siquiera alcanzo a terminar aquella disculpa cuando las siguientes palabras de Silver resonaron en su mente, ''¡Fuera!'', ¿Así de grave había sido su deplorable acto? Al parecer si, la mirada del Arconte se agacho levemente, sus pensamientos tenían razón, lo había arruinado.- ... Lo siento.- Tenia un nudo en la garganta, porque ser tan descuidado, por haber hecho sentir mal a la persona que amaba, ¿Como podía perdonarse tal acto? Probablemente para la chica había superado los limites de lo desagradable, primero el beso en su hogar, ahora, esto, ¿De verdad merecía ser correspondido? El Arconte ya no lo creía, volvió aquella sensación de sentirse una de las escorias innecesarias del mundo, tan solo por un error, un tropiezo, había cruzado parte de la intimidad de la muchacha de plateada cabellera. Una punzada en su pecho se volvía cada vez más intenta tratando de buscar alguna forma de arreglar lo ocurrido, pero viendo la molestia de la persona frente a el parecía ser imposible, el Arconte dio un leve suspiro, aquella ultima orden por parte de Silver le había recordado tantas cosas, tantos errores, aquella juventud tan siniestra y peligrosa, escuchando constantemente el ''¡Fuera!'' '¡Largate de aqui!'' ''¡No queremos a un Demonio por estos lados!'' De los lugares donde solía estar solo por ser un niño pobre, sin padres, y ademas, de rasgos que lo hacia parecer un ''Demonio'' a ojos de toda la demás gente. Dejo lentamente aquel saco sobre la mesa, con cuidado de no arruinar el arreglo que llevaba Silver a este, sus ojos mostraban aquel arrepentimiento y culpa por lo que había hecho, y a un lento caminar se acerco a la ajena, rodeándola con sus brazos para abrazarla despacio.- Lo lamento...-Fue lo único que dijo, en voz baja, sin apegarse mucho, tan solo un abrazo leve en señal de disculpa.
Aquel abrazo duro unos momentos, y de a poco el Arconte se separo, dando unos pasos hacia atrás, y agachando su torso y cabeza, nuevamente en una disculpa.- Eso no volverá a ocurrir... lo prometo.- Comento alzándose nuevamente, desviando un poco su mirada, ahora si que no tenia nada que hacer ahí, la petición y orden de la chica había sido clara, que se largara. Camino lentamente hasta su Alabarda negra amarrada con el colorido listón rojo, parándose frente a ella mirando este ultimo, dando otro suspiro, ''... Ya no necesito esto...'' Pensó tomando aquel listo y quitándolo de aquella herramienta de combate, casi como arrancándolo, y guardándolo en el bolsillo de su chaqueta, no sin antes mirarlo con cierta tristeza en sus ojos. Tomo su arma con cuidado, sin guardarla en su espalda y lentamente miro a la puerta trasera de la cocina, caminando lentamente hasta ella, deteniéndose a mitad de camino para mirar a la chica dándose un poco la vuelta.- Nuevamente... siento lo que paso, nos... vemos, Angel...- Comento volteándose nuevamente hacia la puerta, ¿Llegaría a perdonarlo? Quizás se lo estaba tomando de manera muy grave, pero para Xhial, simples errores podían significar perdidas innombrables, errores que te marcan por toda tu vida, errores que jamas puedes corregir por más que luches por arreglarlos.
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Silver Somnium
La Resistencia
Los ojos lindos ocultan mas de lo que puedes imaginar
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Post by Silver Somnium on Aug 9, 2017 23:42:03 GMT
Un momento, suplicaba por un momento de paz, donde pudiera calmar sus pensamientos, donde pudiera calmar todo lo que sentía, solo… quería respirar por un segundo, sentía la presión en su cuerpo, tenía miedo de que esa burbuja estallara, se sentía ahogada, confundida, feliz y avergonzada. Solo suplicaba por un segundo donde poder respirar, dejar su mente en blanco y poco a poco, desatar el nudo que tenía dentro suyo, que se unía con el que ya traía; sabía que había sido demasiado drástica, pero los nervios anteriores le traicionaron y sobre reacciono, el asco que sentía por si misma le había ganado, la rabia, el asco, el odio que sentía por ese cuerpo, por todo su ser simplemente le había ganado por ese segundo, y grito sin pensar, solo quería paz por unos segundos para calmarse, pero no podía, simplemente no podía, Xhial no compendia como se sentía la joven, y ella intentaba controlarse, escuchando sus disculpas, respirando hondo, sintiendo como en ese silencio incomodo iba bajando no solo la vergüenza, sino también el enojo “Fue un accidente” Se repitió, ella tenía varios, y lo sabía, en otro momento no hubiera reaccionado así, solo le hubiera regañado un poco, pero no hubiera gritado de esa manera, quería hablar, quería explicarle como se sentía, el por qué lo había hecho, pero… No, Xhial no podría verlo, no dejaba de disculparse, sumiéndose en su propia culpa
Trago saliva cuando sintió aquel abrazo, deseo corresponderlo, aprovechando esa instancia, que el arconte le daría una instancia de poder explicar cómo se sentía, levanto los brazos, dispuesta a abrir sus miedos al arconte… y sintió el vacío, como él se retiraba, y subió la vista lentamente, encontrándose con los hermosos ojos rojos, que reflejaban la culpa, la tristeza y al arrepentimiento, lo estaban cegando por completo. “Eso no volverá a ocurrir… lo prometo” fue lo que él dijo mientras se alejaba, Silver simplemente se quedó anonadada, parpadeo confundida… por un segundo todas las voces de su cabeza se callaron para escuchar eso “Claro que no, ha sido un accidente” –Xhial…- Quiso hablar, pero nada salía, simplemente no sabía que decir, se sentía… extraña, sabía que había exagerado golpeándolo, tratándole de esa forma, pero no le permitía explicar, solo se estaba centrando en él, en su error, y eso comenzaba a causar un sentimiento negativo en la muchacha de largos cabellos plateados, un sentimiento que hace años no tenia, lo vio caminar en silencio hasta su alabarda y se fijó como retiro el lazo antes de acercarse a la puerta y despedirse con una voz fría, dolida. Silver tembló, no de vergüenza, no de frio… de rabia, de indignación, esa parte que ella se esforzaba en matar estaba a punto de salir, y no lograría controlarla, no podía, estaba alterada, estaba asustada, solo quería… solo quería por un momento sentirse protegida y Xhial lo único que hacía era empeorarlo, obligándola a dejar de lado como se sentía, no era la primera vez que tenía esa sensación, pero en ese momento, luego de lo que había pasado entre ellos… Luego de ese beso, luego de ese momento especial ¿solo se iba? ¿Por qué ella se había alterado? ¿Por qué había pedido los nervios? Él no había hecho más que disculparse, que lamentarse un sencillo error, ni siquiera le permitió tomar un respiro para poder aclarar sus sentimientos y explicarse, buscando comprensión… No podía
Agacho su cabeza, dejando que su cabello cubriera sus ojos, lo que más pudiera de su rostro, apretó los puños, respirando lento, pesado - ¿realmente te vas a ir? ¿vas a huir y ya? Que fácil…- Aquellas palabras salieron acompañados de un tono frio, serias, simplemente ese hilo de pensamiento comenzaba a escapar de su boca – Es más fácil disculparse y huir que quedarte ¿Verdad? - No podía, esa parte agresiva dentro de ella comenzaba a buscar la forma de desahogarse “Basta” – Me alegra saber lo poco que te importo Xhial, que prefieres huir de un accidente tan estúpido como este- “no sigas…” El cuerpo de la mujer se movió casi de forma automática, dando pasos firmes, duros, caminando hasta la puerta, donde estaba el arconte –Me alegra saber lo poco que te importa cómo me siento – Poso su mano en la puerta y la cerro, forzándolo a terminar de salir y echando el cerrojo, dejándose deslizar lentamente por la puerta; Nada, se había quedado en nada, con un doloroso zumbido en sus oídos que le impedia escuchar, y el corazón apretado, quería llorar, quería llorar, ya no sabía que sentir, solo podía describir uno, dolor, y ya no sabía por qué sentir ese dolor, ya no sabía de qué tener miedo… Ya no sabía que debía hacer, si realmente el arconte seguía cegado por su pasado, ella poco a poco se dejaría consumir por el mismo miedo, miedo que día a día intentaba olvidar, seguir adelante, y en ese momento, sentía como si todo se hubiera destruido frente a ella, quizás exageraba, pero intentaba con todas sus fuerzas sacar aquellos nudos de su burbuja, para poder volver a respirar “Solo estaba nerviosa” comenzó a regañarse “Solo quería…” Dejo que las lágrimas corrieran por sus mejillas, las únicas que se permitiría derramar en esa ocasión, puesto que no debía gastar sus lágrimas por algo que se podía arreglar “yo solo quería… poder decirte como me siento” Mordió sus labios abrazando sus piernas, sabía que no podía perder el tiempo en eso, tenía un recado que cumplir, pero no podía en ese momento hacer nada, necesitaba calmarse “Yo solo quería un beso.. solo quería decirte lo que siento…” Soltó un suspiro, respirando hondo, ya no quería pensar, ¿Cómo es que todo había girado de esa forma? ¿Cómo podría arreglarlo ahora? Porque si no lo hacia ella… Su esperanza de que él quisiera hacerlo eran nulas, y eso le dolía, “Realmente… ¿Le importara tan poco?”
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Xhial Nalphalem
La Resistencia
Melodias y Voces entonan un Destino
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Post by Xhial Nalphalem on Aug 10, 2017 1:11:40 GMT
¿Porque se sentía tan mal de un simple accidente? Era algo que se podía arreglar de forma tan simple, pero el Arconte solo se ponía presión innecesaria encima, una culpa superior a la debida, y eso estaba molestando a la Dragona, eso estaba claro. Escucho aquellas palabras salir de su boca, de una manera fría, como la propia que usaba normalmente, pero estas iban acompañadas de una seriedad que nunca había escuchado de ella, solo aquella vez de su enfrentamiento contra los lobos en los plantíos para ayudar a los granjeros a cuidar de sus animales. No se movía, el Arconte simplemente se había quedado paralizado sin saber que responder a las constantes palabras de la chica, seguía con aquella presión innecesaria en su pecho, quería decir algo, calmarla, decirle como se sentía realmente, pero ninguna palabra salia, solo se quedaban en su mente como miseras letras flotando.- Ángel, yo no...- Las palabras murieron en su garganta ante las ultimas duras frases de la muchacha de plateada cabellera, y posteriormente, aquel portazo que prácticamente lo obligo a quedar fuera de la panadería, escuchando el cerrojo cerrarse, seguido de un silencio desgarrador. El Arconte se quedo parado, de espaldas a la puerta, pensando, ¿Como había terminado eso así? Claro, por su estupidez, por haber simplemente llevado a un limite innecesario ese simple accidente que a cualquiera pudo haberle ocurrido, pero se dejo llevar totalmente por las palabras de la ajena, sintió como su pasado lo atacaba en ese momento al punto de llevarlo a ver las cosas como no eran.
Apoyo su espalda en la puerta de forma suave, dejándose caer hasta quedar sentado apoyando contra esta, su Alabarda quedo tirada a un lado, la mente de Xhial seguía en esa situación de sentirse una basura total, quería disculparse nuevamente, al punto de simplemente rogar perdón, ''Detente...'' Apretó sus puños con fuerza, la mirada y el rostro del Arconte en general mostraba una gran frustración, consigo mismo, con sus acciones, quería simplemente desaparecer y dejar de molestar a la chica, ''Con eso no arreglaras nada...'' Su mente repetía frases de forma inconsciente, pero el individuo de ojos rojos simplemente las ignoraba, ¿Y si ella lo odiaba? Era una posibilidad, ya no quería intentarlo, sentía que ya no tenia las fuerzas para eso, se estaba rindiendo, lentamente entregándose a un abismo del que no saldría, pero, ni el mismo iba a permitírselo. Lentamente levanto su puño, y de una forma violenta, se dio un golpe en la mejilla, uno con gran fuerza, al punto de hacer sangrar levemente esta por la comisura de sus labios.- ... Basta...- Musito en voz baja para si mismo, ya estaba bien de simplemente entregarse a sus errores del pasado, ya no estaba en esos miserables barrios de Sevilla, ya no estaba huyendo de nadie, estaba en Mirovia, con tan solo una puerta separándolo de la chica que amaba, quería ser honesto de una maldita vez, aun si ella no lo escuchaba, aun si estaba hablando con la nada, lo iba a ser.- Ángel, se que me he portado como alguien despreciable, en muchas ocasiones, soy testarudo, insensible en muchos casos, pero...- Se pauso un momento dando un leve suspiro, limpiándose un poco la sangre en su labio.- Cuando vivía en España, aprendí a vivir bajo la enseñanza de que el mínimo error podía arruinar tu vida, y lo aprendí de una mala manera... No tenia nada, vivía del robo, vivía de la caridad ajena, entre los miles de insultos y carcajadas de la gente al ver a aquel niño desesperado por intentar vivir, aquel niño... que fue tratado como Demonio por su propia gente.- Estas palabras iban con un tono de angustia pero a la vez de esa frialdad nata del Arconte, realmente no podía evitarlo, recordar aquellos sucesos no lo hacían feliz.
Ahora, sentí algo parecido, que por un simple error te perdería, y nuevamente, en vez de enfrentar aquel error, decidí escapar, y a causa de ello, casi pierdo una de las pocas razones que aun tengo para seguir con vida.- Agacho la cabeza, inevitablemente algunas lagrimas caían de sus mejillas, no quería volver a entregarse al miedo de perder, quería evitarlo a toda costa, no quería perder nada nuevamente.- No es que no me preocupes, Ángel... es todo lo contrario, me preocupas demasiado, más que mi propia vida, pero es difícil... pensar que algún día uno de mis errores te alejara para siempre... o peor...- Nuevamente apareció un nudo en su garganta, no quería pensar en lo peor pero no podía evitarlo.- No quiero volver a perder lo que es importante para mi, si sucede... ya no sabría como continuar.- Dejo escapar un pesado suspiro, estaba hecho, todo lo que sentía, lo que se había guardado por tanto, lo había dejado salir en tan solo esas palabras, agacho la cabeza, nuevamente la chica causo que sus expresiones y sentimientos fluyeran, definitivamente no quería perderla, jamas se perdonaría si lo permitía, pero ni siquiera sabia si ella lo había escuchado, rogaba a Dios que así fuera.
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Silver Somnium
La Resistencia
Los ojos lindos ocultan mas de lo que puedes imaginar
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Post by Silver Somnium on Aug 11, 2017 0:08:28 GMT
La muchacha temblaba ligeramente, aun apoyada en la puerta, con las piernas abrazadas y el respaldo en la madera fría, levanto la cabeza abriendo la boca para poder respirar, tomo una enorme bocanada de aire y lo mantuvo, deteniendo su llanto y de paso aquel zumbido que ya comenzaba a dolerle más de lo debido, soltó lentamente el aire, quedándose en un completo silencio, cerrando los ojos, concentrándose en l nada que la rodeaba, en el silencio, logrando callar por fin a todas las voces que gritaban en su cabeza, todas las sensaciones, y ahora podría empezar nuevamente a arreglar el enorme enredo de sentimientos que tenía. Estuvo unos momentos más respirando hasta relajar su respiración, ya era hora de comenzar a trabajar, hizo un gesto con su cuerpo con la intención de levantarse, pero un sonido al otro lado de la puerta llamo su atención ¿Había alguien afuera? Si fuera el niño hubiera tocado y posteriormente llamado, pero no, era diferente, sonaba duro, casi como un golpe, se quedó atenta, apoyando su oreja para escuchar mejor, la voz de Xhial comenzando a hablarle le confirmo que efectivamente seguía allí
Su corazón latió ligeramente emocionado de saber que se había quedado, pero no dijo nada, estaba con la cabeza apagada a la puerta, escuchando el relato del arconte, sus explicaciones, eso era algo que Silver deseaba saber, su pasado, siempre quedaba con dudas, con preguntas que no haría, pero ahora Xhial se estaba exponiendo ante ella, contándole sobre su pasado, y comprendía por que las reacciones del joven, comprendía por que había tomado esa actitud, suspiro suavemente, sus manos soltaron sus piernas para abrazarse a sí misma, ella también había aprendido esa lección, un simple error podía destruirlo todo, lo había vivido de todas las maneras posibles, o eso creía, no quería imaginar alguna otra desgracia con ese concepto… Pero desde que había llegado a Mirovia… no, desde que conoció a Xhial, intentaba olvidar ese aprendizaje, a pesar de que se ponía muy nerviosa cuando cometía un error, no huía, ya no, no quería seguir viviendo con miedo, con terror a las consecuencias de la vida, quería aprender a vivir como una persona común, quería ser otra persona más, quería ser feliz, la panadería la hacía feliz, a pesar de que siempre estaba nerviosa sobre lo que dirían, si a las personas les gustaría o no, sobre alguna represalia, pero sus temores solo eran miedos tontos, los peores escenarios que la dragona se hacía en su mente nunca llegaban a concretarse, la vida allí era tranquila, y eso le daba la oportunidad de poder trabajar en ese enorme nudo acumulado por tantos años
Sintió sus mejillas arder ligeramente al escuchar las últimas palabras de Xhial, sintió una calidez en su pecho como pocas veces había hecho, se quedó unos momentos en silencio, disfrutando de aquello, hasta que finalmente estiro el brazo para quitar el seguro de la puerta, sintiendo el peso de Xhial contra ella, eso había sido un mal plan, Xhial pesaba muchísimo más que ella y el haber quitado el seguro había logrado que el peso ganara y Silver fuera arrastrada hacia un lado, no fue tanto, aunque de seguro fue un susto para los dos- Auch… perdona… eso no ha sido una buena idea…- Se quejó suavemente, mientras intentaba levantarse, desatorando el trozo de falta que había quedado debajo de la puerta, se volteo para ver al arconte y soltó un suave suspiro, sonriendo mientras pasaba las manos por sus mejillas con suavidad para quitar los restos, manteniéndose aun oculta tras la puerta, cogió aire para comenzar a hablar – Comprendo lo que quieres decir Xhial… yo también aprendí esa lección desde que tenía una muy corta edad… Pero sabes, le hice la promesa a alguien de que me esforzaría en iniciar una nueva vida, en ser feliz… si vivo con miedo a cometer errores no poder ver más allá de eso… y es difícil, a veces es realmente difícil, a veces siento tanto miedo que no recuerdo como hablar, o me trabo y digo alguna estupidez… Pero a pesar de eso la vida aquí es buena… es lindo… y aunque a veces también siento miedo de perderte, o de que pase algo peor… disfruto los minutos que paso contigo, si solo viviera con eso, me arrepentiría constantemente de todas las veces que no hable contigo, o que simplemente no te vi por miedo… es horrible vivir así, vivir asustado, pensando en que momento entraran, o simplemente…en que momento dejaras de sentir la vida…por que no quieres morir de esa forma…- la respiración de la muchacha se había vuelto algo pesada ante los recuerdos de su infancia, volvió a respirar hondo para calmarse, tomándose unos segundos antes de continuar – A lo que voy… es que… no estoy molesta contigo Xhial… no fue por el hecho de que me tocaras, porque sé que fue un accidente, en otra circunstancia no te hubiera dicho nada pero… en este momento estoy pensando demasiadas cosas, tengo demasiadas emociones difíciles encima y no supe cómo actuar… solo…me sentí molesta conmigo porque…odio mi cuerpo, y todo lo que escondo con esta ropa…sentí que habías pasado ese muro de protección que cree para mí de una manera tan sencilla que…- Se quedó en silencio unos momentos, no quería seguir hablando de eso en realidad, cerró los ojos suavemente, pasando de nuevo las manos por sus mejillas, solo por si acaso- No voy a dejar de hablarte por algo como esto, ni dejar de ser amigos… es solo un accidente mínimo… ¿Si?- Puso una sonrisa suave en sus labios mientras recargaba con suavidad su cabeza en la madera, esperando alguna respuesta por parte del arconte
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Xhial Nalphalem
La Resistencia
Melodias y Voces entonan un Destino
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Post by Xhial Nalphalem on Aug 11, 2017 5:24:22 GMT
El silencio lo estaba matando, ¿No lo había escuchado? Quizás eso era, no esperaba algo más realmente, simplemente creyó que debía decir lo que sentía aunque solo le hablara al aire, pero no fue el caso, ni siquiera se había dado de que la chica de plateada cabellera se encontraba a sus espaldas tan solo separados por aquella puerta cerrada. Pensaba en levantarse e irse de una vez, ya era tarde y de todas formas no había mucho que pudiera hacer en ese momento, pero cuando iba a levantarse, sintió el sonido de la puerta abriéndose, y lo único que vio posteriormente fue el techo de la panadería mientras escuchaba el golpe de su cabeza y luego las palabras de la chica.- ¿Angel...? .- Dijo en voz baja, aun tenia ese rastro de lagrimas en sus mejillas, tratando de buscar a la chica con la mirada, pero esta se encontraba detrás de aquella puerta que hace unos momento los separaba. A pesar de esta tirado de espaldas en el suelo, simplemente se quedo allí, escuchando aquellas palabras de la muchacha de cabellos plateados, no quería perderse ningún detalle.
Respiro profundamente, de alguna forma lo sabia, que tanto el Arconte como la Dragona eran parecidos en muchos sentidos, y diferentes en varios otros, quería conocer más sobre la chica, pero tampoco quería preguntarle, no quería que se sintiera incomoda. Mientras ella hablaba, el Arconte llevo una de sus manos a su pecho, recordando la gran cantidad de cicatrices que tiene en su torso, su pasado, el cual aun estaba presente, como un estigma que jamas se borraría. Ella tenia razón, todo había cambiado, no había nadie que lo persiguiera en ese lugar, aquel miedo de perder no debería estar presente si la razón ya no lo podía encontrar, ¿Porque seguía creyendo que la Iglesia le quitaría todo nuevamente? Era estúpido pensarlo, ademas, aquellas palabras llegaron a sus oídos por sobre las demás, ''Miedo a perderte'' ''Disfruto los minutos que paso contigo'', Esas palabras simplemente quitaron toda la presión y tensión que sentía, lo habían hecho feliz, 90 años habían pasado desde la ultima vez que escucho eso para referirse a su personas, volvió a saber lo que era el calor de ser agradable para alguien, y gracias a eso, dejo escapar una leve sonrisa, pero totalmente sincera, aquellas preguntas volvían a su cabeza, ¿Podía darse la oportunidad de ser feliz?, Ella se lo dijo, Stella, antes de que se fuera de aquel pueblo, ''Busca la felicidad a donde vayas... yo estaré bien, dale la oportunidad a otra de sentir lo que yo siento por ti... por favor, Xhi...'', ¿De verdad podía hacerlo?, le dolía, y a la vez quería intentarlo, con todas sus fuerzas, quería poder enamorarse, expresarlo, pero la duda aun habitaba en parte de su ser.
Decidió levantarse lentamente, pero al hacerlo, vio como la puerta se cerro de golpe por el impulso que la chica causo al caer hacia atrás, ¿Porque razón? Ella se encontraba afirmada en ella, y cuando el cuerpo de Xhial dejo de hacer de obstáculo, su peso causo aquella caída. Xhial miro a Silver con cierta preocupación, agachándose a su lado y levantando su cabeza con mucho cuidado.- ¿Estas bien, Angel? Lo siento, no me fije...-Dijo mientras ayudaba a que la chica se levanta lentamente para que esta no cayera denuevo. Una vez que ambos individuos se reincorporaron, Xhial noto que aun salia un poco de sangre de su boca, los restos de aquel golpe, y volvió a usar la manga de su brazo para quitarse esta, pero no se había fijado que aun tenia aquellas humedad notoria en sus mejillas por las lagrimas de hace unos momentos. Se acerco lentamente a la chica, deteniéndose frente a ella, mirándola a los ojos.- Gracias... y... no deberías odiar como eres, para mi eres hermosa.- Comento con sinceridad, mientras la miraba con aquel rostro inexpresivo pero a la vez con un aire de amabilidad en el.- Y bueno, aun así lamento eso, ni siquiera se como me tropecé.- Se rasco la cabeza, de verdad no entendía como fue tan torpe para que eso ocurriera. Lentamente se acerco a ella, juntando la frente propia con la de la ajena, con una mirada de seguridad.- Por mi parte, no vas a perderme, estaré ahí cuando lo necesites, se que prometí que te cuidaría, pero quiero que sepas, que no es solo por la promesa, no creas que me siento obligado a ello, lo hago porque quiero, y porque... de alguna forma, tu sonrisa hace que pueda sentirme bien conmigo mismo.- Volvió a sonreír de forma leve, apenas notorio, pero sabia que la chica frente a el captaría aquel gesto tan extraño en su persona.
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Silver Somnium
La Resistencia
Los ojos lindos ocultan mas de lo que puedes imaginar
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Post by Silver Somnium on Aug 11, 2017 20:03:53 GMT
Era justo que ella también resultara lastimada, no podía pasar un solo día donde su torpeza no le hiciera quedar en ridículo, aunque esta vez su error fue cargarse en la puerta sabiendo perfectamente que en cuanto el arconte se levantara, ella saldría directo al piso, y así fue, se golpeó la nariz aunque no lo suficiente como para hacerla sangrar, si le dolía y sentía adormecida la zona, se rio suavemente cuando el arconte tomo sus brazos para ayudarla a levantar, pudo ver el rastro de sangre y lágrimas en su rostro, había llorado, él se limpió con su manga lo que quedaba de sangre en sus labios, Silver suspiro levantando las manos para quitar suavemente el agua salada que aún quedaba en las suaves pero frías mejillas de Xhial, se quedó unos momentos más acariciando las mejillas dela arconte antes de bajar sus brazos, escuchando sus palabras, la joven hizo una mueca, una sonrisa un tanto forzada, no quería escuchar eso, no quería ser hermosa, no quería ser bonita, ya no quería escuchar esas palabras hacia su persona, las odiaba, las había escuchado por tantos años mientras la despojaban poco a poco de su piel que sencillamente sentía asco, pero el que Xhial se lo dijera le generaba controversia, ni el podría hacer que ella se sintiera cómoda con su apariencia, al menos no de momento, asintió suavemente, aun con esa mueca, que cambio cuando el arconte termino de acercarse para juntar sus frentes, Silver cerró los ojos suavemente, disfrutando del contacto, escuchando sus palabras, sus promesas
La panadera abrió los ojos sorprendida ante la última frase ¿Su sonrisa? ¿De verdad tenía ese efecto en el arconte? Su corazón volvió a latir fuertemente mientras sus mejillas adquirían un suave tono rosa, se sentía feliz – Me alegra mucho saber qué puedo hacerte sentir feliz contigo mismo… realmente feliz… y yo también deseo protegerte, por que estar a tu lado...por que ver tus gestos... por que el simple hecho de escucharte me hace feliz, me alegra el día...disfruto mucho pasar tiempo contigo- Froto suavemente su frente, pasando suavemente los brazos por los costados de Xhial, un abrazo algo extraño, pero lo deseaba, suspiro, quedándose en silencio, su conciencia había empezado a hablar nuevamente – Debo trabajar…debo…hacer ese pan… así que realmente voy a pedirte que te vayas, porque de lo contrario me voy a distraer contigo aquí… o podríamos tener un accidente peor – Soltando una suave risa ante su broma, separándose lentamente de Xhial, como si realmente no lo deseara
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Xhial Nalphalem
La Resistencia
Melodias y Voces entonan un Destino
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Post by Xhial Nalphalem on Aug 12, 2017 0:46:16 GMT
Noto perfectamente el sonrojo en la chica de cabellos plateados, escuchando claramente sus palabras, dejando ver nuevamente una suave sonrisa en el rostro del Arconte, se sentía feliz, ella lo hacia feliz, pero si era así, ¿Porque no se confesaba de una vez? No tenia sentido seguir guardándose lo que sentía, ¿Porque seguía teniendo miedo? Quizás solo se estaba haciendo ilusiones, pero aunque así fuera, quizás simplemente quería seguir viviendo esa ilusión de creer que podía ser correspondido. Pensaba decírselo, de una vez por todas, pero no alcanzo a decir ni una palabra cuando la ajena se le adelanto, pidiéndole nuevamente que se retirara, aunque esta vez con un tono más amable, y dando una razón que el Arconte entendía a la perfección, no podía simplemente distraerla de su trabajo, ella al igual que el tenían cosas que hacer, esperaría para otra ocación para poder hablar con ella sobre aquel delicado tema.- Entiendo, creo que tocare en alguna plaza y luego me iré... -Comento mientras miraba por la ventana todo el animo y las luces del Festival, aun quedaba tiempo para entretener a la gente, ganar algunos Mirvos, o simplemente distraerse. Camino unos pasos hacia la puerta, para luego voltearse y mirar con una leve sonrisa a la chica de cabellos plateados, acercarse y acariciar su cabeza.- No te sobre esfuerces, ¿Si? Recuerda tomar descansos.- Su tono era amable, con una frialdad reducida en sus palabras, nuevamente volteándose para abrir la puerta, sintiendo la brisa del exterior en su rostro.- Espero verte pronto... Angel.- Comento mirándola de reojo, y finalmente, cerrando la puerta, dando un leve suspiro para tomar su Alabarda la cual se encontraba en el suelo y caminar finalmente hasta la calle frente a la panadería.
El caminar del Arconte era lento, pensando en sus posibilidades de que todo resultara bien si era sincero, llevando su mano a sus labios, ¿Ella quería corresponder? Eso parecía, dudaba pero tenia esa esperanza aun intacta, una esperanza que de alguna forma acallo muchos de los pensamientos negativos que habían pasado por su mente durante tanto rato. Como había dicho, se instalo en una de las plazas a tocar su Flauta, esta vez con un mejor animo, de cierta forma las melodías aun melancólicas salían alegres, de una manera casi natural, y así continuo con aquella sonata acompañado de los demás bardos hasta que la noche al fin cayo por completo. Se despidió de los bardos, esta vez de una manera más animada, dando una mirada a las estrellas que se hacían presentes en el manto nocturno, y simplemente caminando hasta la salida de la Ciudadela para finalmente emprender el largo camino hasta su hogar.
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Post by Banco de Mirovia on Aug 26, 2017 20:59:52 GMT
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