Post by Angel Hauteclere on Jul 29, 2017 21:45:48 GMT
Nombre: Angel Hauteclere.
Género: Masculino.
Edad: 210.
Raza: Arconte.
Corte: Corte del Inverno.
Lugar de Residencia: Templo del Invierno.
Ocupación: Soldado de la Corte.
Stats:
Habilidades raciales:
• Estamina Aumentada. La resistencia física de estos arcanos es superior a cualquier otra, pudiendo correr grandes distancias o cargar enormes objetos incluso dándole un umbral de dolor mucho mayor.
• Intimidación. El aura de estos arcanos puede causar miedo o admiración entre los seres cercanos incluso llegando a paralizarlos si son ofendidos o amenazados. Si el arcano está de muy buen humor o relajado se anula esta habilidad. Esta habilidad no puede tenerse si se tiene Aura Pacífica.
• Luz Celestial. Ayudados con su arma preferencial, el ser arcano proyecta una luz que hace retroceder a los seres de oscuridad.
Personalidad: Sereno y silencioso, siempre mantiene la cabeza fría ante casi cualquier situación. Cauteloso a mas no poder, piensa muy bien antes de dar un solo paso siquiera. Y aunque normalmente se muestra calmado y pacifico, si se le molesta puede llegar a ser increíblemente brusco.
Historia: Nací entre los Hautelcere, una familia de arcontes guerreros destinada a servir a los reyes de un reino cuyo nombre he pretendido olvidar. Reino por el cual mi familia había blandido sus espadadas durante siglos, ya sea para derrotar a sus enemigos o proteger a su gente.
Pero todo eso terminaría, cuando el miedo se sembró en los corazones de los humanos, dando comienzo a la Gran Caza. Fue entonces cuando ni aun todas las proezas que habíamos logrado nos exoneraron de ser objetivos por demasiado tiempo. Pues a los alrededores, los reinos temían de que arcontes sirvieran a reyes, específicamente a reinos enemigos, y así, cada reino en sus cercanías uniría sus fuerzas para luchar contra nuestro rey a causa de nosotros.
Con una guerra en nuestras manos, una que no ganaríamos, el rey tomo una dura decisión. A cambio de un acuerdo de paz, los Hauteclere seriamos entregados y ejecutados ante nuestros enemigos, solo para mitigar su miedo disfrazado de ira.
Yo era muy joven aun, apenas un muchacho, pero recuerdo bien, que un Hauteclere nunca desobedecía las ordenes de sus reyes, al menos hasta ese día, en que durante el crepúsculo de una tarde ya perdida, rompimos cadenas y nos liberamos de nuestros de nuestros amos.
Al principio gozamos de un periodo de paz, habíamos desaparecido de la vista de los humanos y comenzado la nuestra propia, aun a pesar de las persecuciones. Sin embargo, sin leyes ni propósito, gran parte de nuestro clan sucumbió ante la frustración. Se volvieron vagos y hostiles, sus corazones se inclinaron al saqueo, prostitución y asesinato, y poco a poco nuestra pureza fue corrompida.
Yo era ya un joven adulto, pero aun así, la decisión que se tomo a continuación fue demasiado, incluso para el mas valiente de nosotros. Yo, junto a la minoría de la familia, tomamos nuestras espadas y matamos a cada uno de los nuestro que había volcado su corazón al pecado. Hombres y mujeres por igual, todos perecieron ante una masacre que ningún miembro vivo de nuestra familia olvidara jamas en esta vida.
Con el dolor en mi pecho, propuse a mis hermanos una ultima alternativa, debíamos separarnos en busca de tierras para vivir, tierras en donde pudiésemos lavar nuestro pasado y comenzar un nuevo futuro, y así lo hicimos.
Yo partí solo, pues mi propia esposa había muerto junto con los otros, abrí mis alas y alcé vuelo por todo el mundo, vagando entre los horizontes, nunca permaneciendo mucho en el mismo lugar. En lo que a mi respectaba, no tenia hogar en este mundo. Y así permanecía hasta aquel día.
Sobrevolaba los mares durante una mañana de invierno, las nubes grises cubrían el cielo y el viento frió danzaba entre mis alas. Apenas me di cuenta cuando una fuerte ventisca turbo mi vuelo y me envolvió por completo, lo ultimo que sentí fue el frió abrazador antes de quedar completamente desmallado.
Creo que el resto ya les es conocido, desperté en esta nueva tierra en donde blando mi espada ante un nuevo Soberano, defendiendo mi corte y ayudando a guardar la isla. Tal vez sea este mi nuevo comienzo, tal vez pueda rehacer los pilares de mi vida y de mi clan, pero antes de incluir a mi vida siquiera algún ser querido, solo quisiera tomar un tiempo para llorar a los que ya he perdido.
Datos curiosos:
• Procura mantener todo en perfecto orden, sus armas, sus libros, todo.
• Odia afeitarse, pero mantiene a raya su barba.
• No puede mentir, simplemente no tiene idea de como hacerlo.
• Le gusta leer en solitario, despeja su mente.
• Entrena cuando necesita concentrarse.
• Olvidó que le gustaba la música, raras veces tararea sin siquiera darse cuenta.
• De vez en cuando, puede acompañar un momento intimo con una copa de vino.
Imagen complementaria: [Pendiente]
Género: Masculino.
Edad: 210.
Raza: Arconte.
Corte: Corte del Inverno.
Lugar de Residencia: Templo del Invierno.
Ocupación: Soldado de la Corte.
Stats:
• Fuerza: ★★★★
• Inteligencia: ★★★
• Social: ★
• Agilidad: ★★
• Defensa: ★★+★
• Inteligencia: ★★★
• Social: ★
• Agilidad: ★★
• Defensa: ★★+★
Habilidades raciales:
• Estamina Aumentada. La resistencia física de estos arcanos es superior a cualquier otra, pudiendo correr grandes distancias o cargar enormes objetos incluso dándole un umbral de dolor mucho mayor.
• Intimidación. El aura de estos arcanos puede causar miedo o admiración entre los seres cercanos incluso llegando a paralizarlos si son ofendidos o amenazados. Si el arcano está de muy buen humor o relajado se anula esta habilidad. Esta habilidad no puede tenerse si se tiene Aura Pacífica.
• Luz Celestial. Ayudados con su arma preferencial, el ser arcano proyecta una luz que hace retroceder a los seres de oscuridad.
Personalidad: Sereno y silencioso, siempre mantiene la cabeza fría ante casi cualquier situación. Cauteloso a mas no poder, piensa muy bien antes de dar un solo paso siquiera. Y aunque normalmente se muestra calmado y pacifico, si se le molesta puede llegar a ser increíblemente brusco.
Historia: Nací entre los Hautelcere, una familia de arcontes guerreros destinada a servir a los reyes de un reino cuyo nombre he pretendido olvidar. Reino por el cual mi familia había blandido sus espadadas durante siglos, ya sea para derrotar a sus enemigos o proteger a su gente.
Pero todo eso terminaría, cuando el miedo se sembró en los corazones de los humanos, dando comienzo a la Gran Caza. Fue entonces cuando ni aun todas las proezas que habíamos logrado nos exoneraron de ser objetivos por demasiado tiempo. Pues a los alrededores, los reinos temían de que arcontes sirvieran a reyes, específicamente a reinos enemigos, y así, cada reino en sus cercanías uniría sus fuerzas para luchar contra nuestro rey a causa de nosotros.
Con una guerra en nuestras manos, una que no ganaríamos, el rey tomo una dura decisión. A cambio de un acuerdo de paz, los Hauteclere seriamos entregados y ejecutados ante nuestros enemigos, solo para mitigar su miedo disfrazado de ira.
Yo era muy joven aun, apenas un muchacho, pero recuerdo bien, que un Hauteclere nunca desobedecía las ordenes de sus reyes, al menos hasta ese día, en que durante el crepúsculo de una tarde ya perdida, rompimos cadenas y nos liberamos de nuestros de nuestros amos.
Al principio gozamos de un periodo de paz, habíamos desaparecido de la vista de los humanos y comenzado la nuestra propia, aun a pesar de las persecuciones. Sin embargo, sin leyes ni propósito, gran parte de nuestro clan sucumbió ante la frustración. Se volvieron vagos y hostiles, sus corazones se inclinaron al saqueo, prostitución y asesinato, y poco a poco nuestra pureza fue corrompida.
Yo era ya un joven adulto, pero aun así, la decisión que se tomo a continuación fue demasiado, incluso para el mas valiente de nosotros. Yo, junto a la minoría de la familia, tomamos nuestras espadas y matamos a cada uno de los nuestro que había volcado su corazón al pecado. Hombres y mujeres por igual, todos perecieron ante una masacre que ningún miembro vivo de nuestra familia olvidara jamas en esta vida.
Con el dolor en mi pecho, propuse a mis hermanos una ultima alternativa, debíamos separarnos en busca de tierras para vivir, tierras en donde pudiésemos lavar nuestro pasado y comenzar un nuevo futuro, y así lo hicimos.
Yo partí solo, pues mi propia esposa había muerto junto con los otros, abrí mis alas y alcé vuelo por todo el mundo, vagando entre los horizontes, nunca permaneciendo mucho en el mismo lugar. En lo que a mi respectaba, no tenia hogar en este mundo. Y así permanecía hasta aquel día.
Sobrevolaba los mares durante una mañana de invierno, las nubes grises cubrían el cielo y el viento frió danzaba entre mis alas. Apenas me di cuenta cuando una fuerte ventisca turbo mi vuelo y me envolvió por completo, lo ultimo que sentí fue el frió abrazador antes de quedar completamente desmallado.
Creo que el resto ya les es conocido, desperté en esta nueva tierra en donde blando mi espada ante un nuevo Soberano, defendiendo mi corte y ayudando a guardar la isla. Tal vez sea este mi nuevo comienzo, tal vez pueda rehacer los pilares de mi vida y de mi clan, pero antes de incluir a mi vida siquiera algún ser querido, solo quisiera tomar un tiempo para llorar a los que ya he perdido.
Datos curiosos:
• Procura mantener todo en perfecto orden, sus armas, sus libros, todo.
• Odia afeitarse, pero mantiene a raya su barba.
• No puede mentir, simplemente no tiene idea de como hacerlo.
• Le gusta leer en solitario, despeja su mente.
• Entrena cuando necesita concentrarse.
• Olvidó que le gustaba la música, raras veces tararea sin siquiera darse cuenta.
• De vez en cuando, puede acompañar un momento intimo con una copa de vino.
Imagen complementaria: [Pendiente]