Blyer Bloodthorn
Los Grises
Let me take your hand... And let's fly together
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Post by Blyer Bloodthorn on Aug 12, 2017 4:10:06 GMT
Había llegado al punto en que la soledad era lo único que necesitaba para poder aclarar su mente de todo lo que pasaba por ella, tan solo acompañado de aquella armadura de acero que creo su viejo amigo Cain y su amigo Khorial, y aquella Hacha de batalla que aun tenia las manchas de la sangre de la gente de su pueblo. Daba pasos lentos, vagos, sin ninguna dirección en especifico, a través de la frondosa jungla de Shangri Lax, sus sentidos apenas le respondían, y bajo el casco de acero de la armadura, los ojos del Minotauro apenas y mostraban algún sentimiento, su mente tan solo estaba llena de las memorias tan claras como vivas imágenes de aquel pasado tan trágico y sangriento de lo que fue la masacre de su pueblo que el mismo genero bajo el filo de su propia hacha, en un intento desesperado de salvarlo, el cual, fallo de la peor forma posible. Un sonido apenas audible llego a sus oídos resonando entre los ecos de la jungla, un sonido del agua al caer, estaba cerca de la cascada, el Minotauro dejo escapar un leve suspiro, ¿Tanto había caminado sin darse cuenta? Eso parecía. Aprovecharía que estaba en ese lugar, y esta vez ya con un camino hecho en su mente, comenzó a caminar despacio en dirección a aquella famosa cascada, guiándose por el sonido del agua cayendo de forma violenta sobre el suelo. Miraba de vez en cuando al cielo lo que el visor de su casco le permitía, viendo las innumerables estrellas del manto nocturno, ¿Cuando se acabaría aquella carga que había llevado durante más de 150 años?, Se detuvo en seco, llevando su mano al pecho de su armadura, causando que los metales chocaran de forma leve.- ... Hermano... ¿Porque tuviste que...?.- Musito en voz muy baja, dejando escapar un pesado suspiro y continuar con su camino en dirección a la cascada. Al cabo de una lenta caminata entre las grandes hierbas del lugar, logro llegar a aquel lugar destinado, la Cascada, aun con la armadura puesta podía sentir la frescura del agua llegar hasta los interiores de la coraza metálica, de cierta manera Blyer se impresiono del lugar, a pesar de haber estado en Shangri lax en veces anteriores, jamas había observado con lujo y detalle aquel lugar tan lleno de vida y a la vez tan pacifico como lo era aquella hermosa cascada. Camino lentamente por el verdoso césped alrededor del rio formado por la cascada, haciendo sonar las múltiples piezas metálicas de la armadura causando cierto eco en el frondoso bosque, admirando de mejor manera como la luz lunar y de las estrellas bañaba los alrededores de una hermosa manera. Blyer se sentó a la orilla del rio, aun con su armadura completa puesta mientras la capa de esta cubría su espalda, dejando su hacha a un lado, pensaba como hubieran sido las cosas si su ira no lo hubiera dominado aquel miserable día, quizás los centauros se hubieran ido, o si su pueblo les hubiera ganado con algún plan más elaborado, todo hubiera sido distinto, ahora mismo no tendría que estarse lamentando, sus padres, su hermano, toda su gente, todos estarían vivos, eso le dolía, lo carcomía por dentro, al punto de que quería llorar, gritar, liberar toda la tristeza y rabia que sentía contra si mismo, pero no podía permitírselo. Golpeo la tierra con su puño cubierto por el guantelete metálico, dando un pesado suspiro.- ... Nada hubiera ocurrido de no ser por mi...-Se dijo en voz baja mientras lentamente se despojaba del casco de la armadura, dejando ver aquellos ojos angustiados, unos ojos que apenas podían mostrar un brillo en ellos, el pecho le dolía, de una manera horrible. Junto sus manos y las llevo cerca de su rostro, quería callar aunque fuera por esa noche a aquellas voces en su mente... ''Aquellos que descansan en lo más alto del cielo, acompañando a las miles de almas que nos observan desde el manto de la noche, brindenle a este pecador el augurio de su muerte, juzguen cuanto más debe sufrir este siervo para ganarse su perdón, Cuando su juicio sea decidido, entregare mi cuerpo y alma a las fauces de la muerte, y que mi alma vaya a parar donde crean sea correcto, A su lado con las estrellas... o en lo más profundo del abismo.'' Termino aquel rezo, no fue en voz alta, pero si lo suficiente para que alguien lo escuchara si estaba en los alrededores, dejo escapar un suspiro para alzar su mirada al cielo, rogando que aquellas palabras llegaran a donde debían. Tomo el mango de su hacha, llevando el filo frente a el, observándolo, y tocando suavemente las manchas totalmente secas e impregnadas de sangre en esta.- Han pasado... 150 años ya... Es mucho tiempo... -Su tono era apagado, ¿Que más debía hacer para redimirse? Sentía como lentamente aquella mascara que siempre llevaba para aparentar felicidad comenzaba a quebrarse lenta y dolorosamente, algo que no quería que ocurriera. Llevo su mano a su rostro, mordiendo su labio inferior, sentía como las lagrimas amenazaban con salir, ¿Podía permitirse llorar en ese momento? Sabia que si lo hacia no iba a detenerse pronto, pero a la vez, quería simplemente dejar que todo fluyera, dejar de ocultar sus penas, y a la vez, dejar de sentir que estaba totalmente solo, porque así lo sentía, que no tenia a nadie, de cierta forma sentía envidia de quienes podían contar con gente de confianza para apoyarse, pero el, el no podía darse el lujo de hacer eso.
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Lumina
La Resistencia
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Post by Lumina on Aug 13, 2017 6:11:43 GMT
Las pisadas suaves se arrastraban por el suelo, dando ligeros sonidos de agua, los pies descansos sentían la hierba que rodeaba la zona, tranquilo, con el ruido de fondo de la violenta caída de agua en la lejanía, nuevamente un suspiro escapo de los labios de la mujer, empapada, agotada, simplemente estaba cercana al límite de su propio ánimo, demasiadas noches sin dormir, demasiados recuerdos palpables el último tiempo, solo quería un nuevo momento de paz, respirar, pero seguía conteniendo su respiración, su cuerpo tembló ligeramente, una suave brisa que en otro momento le hubiera agradado, ahora solo provocaba que la sensación de frio aumentara, froto sus brazos, las ropas se sentían más secas que en un principio, el largo camino que llevaba había ayudado, debía apresurarse o podría enfermar, pero ni aunque ese pensamiento corriera como un regaño por su cabeza lograba hacer que su cuerpo anduviera más rápido. Sencillamente esa había sido su límite, llevaba más de una semana viajando día y noche, con la falta de sueño pegada a su espalda, solo tomando descansos para escribir o comer, pues por más que lo intentase, los únicos momentos donde había podido caer en el mundo onírico, horribles pesadillas le atormentaron, rememorando una y otra vez las tragedias más dolorosas de su larga vida, finalmente cuando creyó que podría dormir junto a la cascada, una alucinación se presentó y ella, en su descuido, termino por caer en las aguas y ser arrastrada por el rio, una experiencia que al menos le quito todo el sueño que tenía en ese momento Diviso su mochila recargada entre los árboles y la tomo, feliz de poder cambiar las pesadas y húmedas ropas por algo mejor, siempre estaba preparada para ese tipo de accidentes, aunque nunca le había sucedido algo así, jamás había tenido una alucinación como esa…tan real…tan vivida, podría incluso jurar que era la voz de su esposo, parado allí, no comprendía porque su mente la torturaba de esa forma, como si no fuera suficiente el dolor que sentía constantemente, con su sola existencia…estaba cansada, demasiado agotada. Quito las ropas de su cuerpo y las acomodo en las ramas de un árbol, deberían secarse allí sin problemas, paso un trozo mediano de tela por su cuerpo para quitar los rastros de agua que aún quedaban y por fin pudo ponerse la ropa seca, suspiro sintiendo el suave placer del cambio de temperatura, y envolvió el trozo de tela en su cabello para intentar secarlo, debía ser más fácil ahora que era corto, aunque la frescura de la noche no le ayudase a subir más su temperatura. Volteo cuando escucho un murmullo, una voz, puso más atención, los sonidos del metal al caminar, una armadura, no estaba lejos de donde venía la voz, melancólica, baja, susurrante, asegurando una soledad que no existía por la presencia de la arconte, camino, aun descalza por entre el lugar hasta volver a estar cerca del rio que se formaba de la cascada, escucho claramente el ruego ''Aquellos que descansan en lo más alto del cielo, acompañando a las miles de almas que nos observan desde el manto de la noche, bríndenle a este pecador el augurio de su muerte, juzguen cuanto más debe sufrir este siervo para ganarse su perdón, Cuando su juicio sea decidido, entregare mi cuerpo y alma a las fauces de la muerte, y que mi alma vaya a parar donde crean sea correcto, A su lado con las estrellas... o en lo más profundo del abismo.'' Sintió la tristeza recorrer su cuerpo ante esas palabras, pero no podía, simplemente no podía entregarse a la pena… Ella no podía rendirse, no tenía ese derecho… de caer en la desesperación, apretó los labios inhalando profundo, volvió a andar, para acercarse al arcano con armadura, pudo ver el casco a su lado, así podría ver su rostro, se sentía mal de haber escuchado aquellas palabras tan intimas, y lo mínimo que podría hacer era disculparse, termino de acercarse, posando su mano con suavidad en el hombro – Disculpa…- Su voz era suave, con un tono de amabilidad visible, pero que no podía cubrir por completo aquel cansancio, vio el rostro del joven y se sorprendió, lo reconoció enseguida, esos rasgos, el cabello… esos ojos que ahora se veían tristes, angustiados…muertos… -¿Blyer?... No sabía que estabas por aquí…- Quito suavemente su brazo, mirando los ojos del joven, aquel rostro que había generado en ella tantas emociones, ahora reflejaba una tristeza inmensa, estaba segura, eso era lo que ella había buscado descifrar el día que se conocieron, y recordó aquella pregunta a Giselle, la muerte, el peso de las almas atormentaba al joven guerrero, podía verlo en sus ojos ¿Qué debía hacer? ¿Qué era lo correcto? Se sentó suavemente a su lado, manteniendo una distancia prudente entre ambos, por si el chico se sentía incómodo de tenerla allí -… ¿quieres comer algo Blyer?... La comida siempre me alivia… en muchos sentidos...- Propuso, mirando el rio, y luego subiendo su vista, recordando la comida que le quedaba en su mochila, y el entusiasmo del chico por el alimento…aunque más que por el alimento, seguramente sería el alcohol
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Blyer Bloodthorn
Los Grises
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Post by Blyer Bloodthorn on Aug 13, 2017 17:27:14 GMT
¿Como podía seguir sobrellevando aquella carga? Sentía que quizás era mas fácil entregarse a la muerte de una vez, pero a la vez sentía que seria una salida cobarde a la carga que se le impuso por su propio pecado, ya no sabia que hacer, dejando escapar un pesado suspiro mientras su vista se fijaba en el rio frente a el, dejando nuevamente el hacha a un lado, en un silencio que si bien era relajante, solamente le permitía a las voces en su cabeza ser más claras en sus gritos, ruegos, y culpas. Cuando pensaba que era tiempo de retirarse y seguir vagando por algún lado, quizás con la esperanza de que esa noche en alguno de los recorridos al fin reclamaran su alma, una voz lo saco levemente de sus pensamientos, una voz conocida, volteándose un poco para observar a una mujer de cabellos blancos, que efectivamente conocía, pero no tenia aquella expresión de serenidad y alegría que mostró la primera vez que se conocieron, se veía cansada, totalmente agotada.- ... ¿Lumina...? .- Musito en voz baja mientras veía como la mujer se sentaba cerca de el, Blyer no pudo evitar mirarla con cierta curiosidad, tratando de calmar un poco sus propios pensamientos para dejar de dar aquel aspecto de tristeza y volver a aquel alegre joven tan eufórico.- ¡Oh, pues...! Solo paseaba haha, me pasa cuando no puedo dormir.- Comento con una leve sonrisa mientras la miraba, ¿Habrá escuchado su rezo? Esperaba que no, aquellas simples palabras decían mucho, confesaban parte de sus intenciones.- ¿Comer algo...? Bueno, no he cenado así que... supongo que estaría bien haha.- Su tono de voz se animo un poco, tratando de disimular aunque fuera obvio que no se encontraba bien.
Se aclaro un poco la garganta mientras volvía a mirar al rio.- ¿Tu que haces por aquí...? ¿También dabas un paseo? .- De cierta manera tenia curiosidad, pero también quería evitar el tema de su estado de animo, ¿Porque seguía actuando así? Sentía envidia de quienes tenían en quien confiar, pero el Minotauro tampoco deseaba cargar a los demás con sus problemas y sentimientos, a pesar de haber conocido a gente de confianza, seguía con aquella intención de morir sin que otros se encariñaran del todo con el, para no ponerlos tristes, y a la vez, simplemente para ser olvidado como un pecador más.- Oh, eh... Lamento las pintas que traigo, cuando exploro siempre llevo esta armadura haha... .-Comento golpeando suavemente el pecho de la coraza metálica con su guante, causando un leve sonido de los metales chocando. Miro su hacha de reojo, aquellas manchas de sangre ya totalmente seca e impregnada en el filo del arma se podían ver de inmediato, el Minotauro dio un leve suspiro ante ello, realmente no tenia intenciones de ocultarlas, era un arma de batalla, después de todo, ademas, aquellas marcas eran el recordatorio más claro de lo que hizo en el pasado. Se preguntaba tantas cosas en ese momento, ¿Que pensarían sus padres de el? ¿O su mismo hermano? Blyer creía que hubiera sido mejor entregarse a la muerte aquel mismo día, permitirle a su hermano vivir, pero sabia que él no hubiera podido soportar tanto dolor, siendo sinceros, a diferencia de Blyer, él no tenia aquella fuerza de voluntad para continuar después de una tragedia así.
Este lugar es hermoso... ¿No es así?.- Pregunto en voz baja con una leve sonrisa en su rostro, mientras lentamente desviaba su mirada para observar la cascada y todos sus detalles a la luz de la noche, el sonido de la cascada y de la naturaleza eran lo único que acompañaba a la Arconte y al Minotauro. Miro de reojo a Lumina, realmente no se veía en buenas condiciones, eso preocupaba a Blyer de gran manera, ¿Seria prudente preguntar? No estaba seguro, quizás seria una falta de respeto o simplemente seria desubicado, pero no pudo evitar de cualquier manera formular su preguntar.- Se le ve bastante cansada... ¿Se encuentra bien?.- Las palabras del Minotauro iban acompañadas de un aire de leve angustia, de alguna manera, le recordó a su Madre la cual se quedaba hasta tarde trabajando y siempre llegaba con aquel aspecto cansado, mientras Blyer y su hermano la cuidaban, y la atendían para que pudiera sentirse mejor al terminar su larga jornada de trabajo. Un dolor intenso se posiciono en el pecho del joven de cabellos castaños, ¿Porque la había comparado con su Madre? Nuevamente sus ojos amenazaron con dejar escapar las lagrimas con tan solo recordarlo, respiro profundamente tratando de calmarse, de calmar aquel dolor y tapar sus recuerdos.- Oh, si te incomodo la pregunta, no te preocupes, no es necesario que respondas...-Se rasco la cabeza desviando un poco la mirada, de verdad no quería incomodarla.
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Lumina
La Resistencia
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Post by Lumina on Aug 18, 2017 8:00:52 GMT
La mujer escucho la voz del joven, volteándolo a ver de vez en cuando, podía escucharlo, como intentaba ocultar nuevamente aquella tristeza, como esa sonrisa suave que antes había considerado infantil, era su máscara… ¿Por qué un joven como el sentía tanta culpa? ¿Tanta tristeza? Y aquel rezo paso por su mente, quiso darle consuelo, pero no podía, esa noche no podía, no cuando su corazón pesaba toneladas, cuando se sentía desmoronarse, como si estuviera perdiendo toda su energía, toda su esperanza en ese instante, sonrió con suavidad, no podía evitarlo. Estiro suavemente sus manos para acariciar el cabello de Blyer, ordenándolo un poco, se notaba que el joven de castaños cabellos se había quitado aquella protección metálica, muchos no se daban cuenta, a ella le daba cierta risa, una caricia suave, la de una madre, una que busca darle un refugio a su preciado hijo, aun si ella se desmorona. Negó suavemente con su cabeza – a mí me parece que te vez muy bien así… la armadura es muy linda y se ve muy buena- admiro de forma sincera, detuvo el movimiento de sus manos cuando el flequillo del chico estuvo ordenado, sonrió satisfecha y suspiro suavemente, volviendo su vista al rio, debía levantarse para ir a buscar el alimento, la verdad no tenía tanto apetito, pero debía comer de todas formas, no lograría nada con no comer – También vine de paseo… aunque yo quizás soy un poco menos exploradora y voy más a la vida- se rio suavemente, una risa vacía, cansina
Lentamente apoyo sus manos en el suelo para levantarse, tambaleando ligeramente, con los hombros abajo ¿Qué tanto podía ocultar aquella melancolía? ¿Aquella tristeza que consumía su alta día tras día? Su cuerpo hablaba, aquella luz que siempre la rodeaba había desaparecido, nadie podía negar que estaba triste, pero ella seguía insistiendo, seguía siendo tan testadura como siempre, volteo a ver a Blyer para escuchar sus últimas preguntas, volteo a ver a la cascada, admirando un poco su belleza para sonreír- efectivamente… es bellísima, en todos los sentidos, incluso a pesar del ruido tan potente que tiene…- comento de forma suave, volteando a ver al joven gladiador. Llevo suavemente una mano a su mejilla cuando escucho la pregunta con un tono de angustia sobre su estado ¿tan mal se veía? Acaricio su propia piel, estaba fría, seguramente estaba pálida, todo por la baja temperatura que le había quedado consecuencia de la fea caída, suspiro suavemente. Miro al rio un poco, meditando su respuesta ¿y si solo por esa vez se sinceraba? Blyer era un soldado… la sangre seca en su hacha, aquel rezo, incluso aquello que sus ojos buscaban ocultar se lo confirmaba, no era un niño como ella se insistía en verlo- no me incomoda tu pregunta Blyer… no te preocupes- volteo a verlo con suavidad, conectando sus ojos con los del chico, aquella emoción seguía presente en los ojos ajenos, cerro los suyos, sintiendo el nudo en la garganta – es solo que… en noches como esta… me pregunto…- tomo una pequeña pausa, preguntándose si confesarlo o no ¿podía confiar en Blyer? No quería que la tristeza del chico aumentara, pero tampoco creía poder darle consuelo en su estado
-por qué… no pude morir yo…- la voz salió de forma suave, agotada, triste, una confesión desgarradora acompañada de una sonrisa resignada, un suave gesto con los hombros, no había nada que hacer, más que dejar la vida fluir. Se dio media vuelta, comenzando a caminar a por su mochila, un paso suave, arrepintiéndose de su comentario, ella no era así, no se dejaba consumir por la tristeza, no podía, tantos sueños y esperanzas que habían quedado en sus manos ¿Por qué no pudo reamente morir ella? ¿Por qué su vida parecía valer más que la de sus soldad? ¿la de sus amigos? ¿la de los arcanos que habitaban la utopía con esperanzas en un futuro sin guerra? Quiso llorar nuevamente, de pie frente a su mochila, incluso verla le generaba un enorme dolor, las palabras de su esposo, las promesas hechas, todo lo que había perdido en un segundo, ni siquiera alcanzo a despedirse, ni un gesto, un último beso… solo la nada, la muerte, tan sencilla en su trabajo, apretó los puños tragándose el llanto, no era el momento, inhalo hondo frotándose las mejillas, buscando entrar en calor y tomando por fin aquel contenedor, devolviéndose hasta estar frente al guerrero, comenzando a sacar una manta, pequeña, donde apoyaba su comida, y luego volviendo a meter la mano, buscando la comida, esos deliciosos panes, las manzanas frescas, las nueces, la miel, lo que quedara del largo viaje, pues siempre tenía un poco de todo, comenzó a sacar las cosas lentamente, casi con pereza
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Blyer Bloodthorn
Los Grises
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Post by Blyer Bloodthorn on Aug 19, 2017 16:46:57 GMT
Sentía una empatia demasiado grande al ver a aquella mujer en ese estado tan agotado, ni comparado a la vez que se encontraron en medio del Festival por aquel torpe accidente por parte del Minotauro, de cierta manera le daba gracia haber conocido a alguien así de esa manera, que irradiaba una tranquilidad y amabilidad muy pocas veces vistas. La vio levantarse de forma algo torpe y temblorosa, ¿Que tan mal se encontraba la mujer? Su estado se veía demacrado, no tenia aquella luz que mostraba la vez anterior, estaba apagada totalmente cual lampara rota. Mostró una leve sonrisa ante la afirmación de Lumina respecto a su comentario sobre la cascada, volteando a ver esta un momento, admirando aquella naturaleza que había aprendido a apreciar en el pasado, en su pueblo, siguiendo la tan hermosa tradición de siempre cuidar de la Madre Tierra. Ladeo un poco la cabeza mientras volvía a mirar a la mujer, en silencio mientras ella hablaba, notando aquellas pausas de la ajena, sintiendo de alguna manera su incomodidad respecto a un tema totalmente desconocido para Blyer, pero por alguna razón quería saberlo, el motivo de que la luz de Lumina se apagara. Las ultimas palabras de esta causaron una mirada de impresión y una angustia tremenda en el rostro del Minotauro, ¿Ella también quiere morir?, Aquella pregunta paso por su mente de forma tan clara, preguntándose también si ella tendría una carga de tal magnitud para querer eso, pero no pregunto nada, simplemente dejo que la contraria fuera en busca de su mochila que contenía el alimento que, aunque fuera a la fuerza, ambos debían comer por su propio bienestar. Se quedo pensando, mientras se mantenía sentado con la mirada agachada y angustiada, se preocupaba por Lumina, y a la vez, sabia que ella había notado el estado del Minotauro de la misma forma que él noto el estado de ella, ¿Podía serle honesto? No, no quería, ella tenia sus propias penas, no podía simplemente cargarla con el peso que el debía cargar.
Alzo la mirada al cielo estrellado, mientras esperaba que la ajena volviera con aquella comida mencionada.- ... Porque... no pude morir yo...- Repitió aquellas palabras en voz baja, unos momentos antes de que Lumina volviera con su mochila, y comenzara a preparar todo de una manera lenta, mientras Blyer tan solo miraba lo que sacaba, lo que degustarían, sin una expresión en su rostro realmente, tan solo una mirada vaciá, una que no mostraba algún sentimiento, simplemente en ese momento no podía. Espero hasta que todo estuviera preparado, admirando una vez más la cantidad de cosas que tenia, el nunca se preocupaba de llevar provisiones en sus viajes, con suerte alguna fruta cuando el recorrido empezaba, eso le causo de cierta manera una leve risa apenas audible, alzando un poco la mirada para ver a Lumina. Hubo silencio entre ellos durante unos momentos, tan solo acompañados por el sonido natural de la cascada, los insectos de las cercanías, un silencio que duro hasta que por fin Blyer se digno a decir unas palabras.- ¿Sabe...? Entiendo... el como se siente.- Su tono iba con angustia, en voz baja, tan solo para que ella lo escuchara hablar, a pesar de estar tan solo ellos dos ahí, lo decía como si fuera un secreto de vida o muerte.- Es difícil... vivir cuando se lleva una culpa... una carga... un dolor de un peso tan inimaginable para los que te rodean...- Lentamente, unas pocas lagrimas cayeron por las mejillas del Minotauro, quería llorar, ahogarse en un llanto de recuerdos y simplemente quedarse ahí, pero antes de eso, quería poder terminar de decir todo lo que quería en ese momento.- Pero... se que ese dolor es algo que se debe sobrellevar, por quienes han partido... por quienes nos observan desde el cielo estrellado, nuestras acciones, nuestro sentir, todo eso... ellos lo observan...- Eso es lo que el creía, que sus padres, sus amigos, todo su pueblo, su hermano, lo observaban aun, juzgándolo, decidiendo hasta el momento de su muerte a donde debía ir a parar su alma, aunque para el Minotauro, su único lugar después de la muerte debía ser el abismo para poder pagar su pecado.
Yo... no se que pudo haberle ocurrido... su dolor... su pena, debió ser algo muy difícil, pero...- Trago saliva mientras respiraba profundamente, ahogando el llanto, aun así pequeñas lagrimas seguían asomándose y cayendo por sus mejillas, de forma lenta, mientras buscaba y encontraba las palabras correctas que quería decirle a la ajena.- ¿Quien recordaría a los suyos... si usted hubiera muerto...? ¿Quien los honraría...? ¿Viviría en su nombre...? ¿Quien... viviría lo que ellos no pudieron...?.- A pesar de todo, Blyer sabia que no podía morir, tenia que vivir lo que su pueblo no pudo, disfrutar lo que ellos hubieran querido disfrutar, no por gusto propio, si no en su nombre. Volvió a alzar su mirada, su miraba vaciá simplemente mostraba una angustia más notoria mientras todos los recuerdos de aquel pasado volvían a hacerse presente, para continuar hablando.- Aunque, de alguna forma... Estoy seguro de que si usted hubiera muerto... seria una de las estrellas más hermosas y brillantes que acompañarían a las demás estrellas del manto nocturno que nos cubre...- Mordió con fuerza su labio inferior, ya no podía acallar su pena, su tristeza quería brotar y hacerse notar aunque el Minotauro no quisiera. Tomo una parte de la capa que cubría su espalda, limpiándose las lagrimas de su rostro de forma lenta, tratando de volver a su sonrisa de siempre.- O... esa es mi corazonada haha.- Comento mientras lentamente tomaba uno de los panes que Lumina había sacado, mirándolo un momento, antes de darle una pequeña mordida, masticando lento, forzándose a comer aunque su apetito casi no existiera en ese momento.
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Lumina
La Resistencia
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Post by Lumina on Aug 27, 2017 2:02:44 GMT
El corazón de la mujer se removía, temblaba ante cada palabra, le costaba, le dolía ¿Por qué le dolía tanto verlo así? Escuchaba atenta, sintiendo como la voz del joven de armadura temblaba, le dolía tanto como a ella, Lumina apretó con fuerza la tela de su pantalón, conteniendo el temblor de su cuerpo, pasando de Blyer a sus manos y así, no podía hablar, por más que intentaba pensar en algo que decir, en algo con que distraer el tema… no podía, Blyer estaba diciendo cosas que ella misma pensaba, que ella misma había dicho a alguien más en algún momento de su vida, no lo resistió, no podía aguantar, y luego de aquel ultimo comentario sobre su muerte, y la luz que poseía la mujer, dejo que su cuerpo actuara por sí solo, estiro sus brazos hasta tocar el frio metal de la armadura, y paso por encima de aquella manta que los separaba, poco le importaba quedar sucia o perder esa comida, el necesitaba ese contacto, ella lo necesitaba… y por ese momento quiso ser egoísta, solo por un segundo, solo necesitaba eso un segundo; Jalo el cuerpo ajeno hasta que los cabellos desordenados del joven luchador estuvieron en su pecho, abrazo con fuerza aquel duro cuerpo de metal, la sensación se le hizo tan conocida, tan dolorosa… le sorprendía que el tamaño incluso fuera similar, Rhonan tenía una contextura similar a la de Blyer… y recordó inevitablemente la última vez que lo abrazo, que sintió la calidez de su cuerpo darle animo luego de que sus alas fueron arrancadas, luego de que su cuerpo fue ultrajado, luego de ser humillada y torturada, igual que el… Demonios… lo extrañaba demasiado…
Las blancas alas de la mujer aparecieron con apenas un tenue brillo, y rodearon con rapidez el cuerpo ajeno, envolviéndolo, incluso aquellas que estaba destrozadas lo intentaron, abrazarlo, protegerlo de todo, protegerse a sí misma… las espinas de la corona crecieron, tuvo cuidado de no tocar al chico con ellas, por lo que solo recargo su mentón en la cabeza ajena, acariciando los cabellos marrones, tembló suavemente, tomando aire para hablar, para responder a todos aquellos sentimientos que el chico tenia dentro de sí mismo – A veces… a veces vivir con culpa es difícil Blyer… a veces perdonarte a ti mismo es difícil… a veces vivir en memoria de los demás es muy duro…pero… también… has pensado acaso ¿y si ellos no quieren esto para ti? – trago saliva, la voz se escuchaba temblorosa, débil, asustada -¿crees… que alguien que te amo en su vida… quiere verte sufrir así? Por más terrible que tu pecado sea… por más terrible que sea tu culpa, cuando alguien te ama… jamás va a querer verte así…triste… decaído…viviendo solo por las memorias de algo que jamás volverá – La voz era cada vez más temblorosa, la mujer mantenía los ojos firmemente cerrados, negándose a derramar las lágrimas que estaban en sus ojos –si yo hubiera muerto… si ellos estuvieran vivos Blyer… yo no quisiera que sintieran lo que yo siento en estos momentos…la culpa que me carcome con el pasar de los días, todas las preguntas que jamás poder responder… todas las promesas que no pude cumplir…- Su pecho dolía, y ella solo se aferraba más a la armadura del chico, ahora la nueva culpa comenzaba a llenarla, no debía hacer eso… el no merecía verla así, verla triste…ver…lo muerta que estaba por dentro
Se mantuvo en silencio unos minutos, sollozando, controlando el llanto lo mejor que podía, cuando lentamente comenzó a alejar sus alas del cuerpo masculino, pensando como disculparse, pensando en marcharse con vergüenza, fue débil… fue tonta, egoísta, buscando consuelo en alguien que lo necesitaba más que ella –Blyer…. Escuche tu rezo antes…- confeso, aprovechando que el aun no podía verla –Fue un accidente la verdad… sé que es algo privado de tu pasado- el tono de voz iba bajando cada vez más, no estaba segura de si debía decirlo o no… pero finalmente solo lo dijo, soltando un suspiro – el desear tu muerte no te dará el perdón Blyer… el vivir con la culpa, cargando con cosas que no corresponden tampoco… el perdón se gana cambiando algo, arreglando algo que equivale a tu pecado… no sé qué abras hecho… no se a quienes abras matado… no sé cuántas guerras has luchado muchacho… Pero te lo diré… Deseando morir, rogándolo…pensándolo…conservando ese odio a ti mismo, esa culpa y tristeza no cambiaras nada…- sentencio con un tono más duro, como una madre que regaña entre llantos, preocupada, por algo peligroso que hizo su pequeño
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Blyer Bloodthorn
Los Grises
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Post by Blyer Bloodthorn on Aug 27, 2017 4:15:30 GMT
Parecía como si su corazón quisiera detenerse en ese mismo momento para poder acallar toda la angustia que sentía, pronunciando esas palabras que de alguna forma no solo iban dirigidas a Lumina, si no también, para el mismo, el pensar que seguia viviendo a costa de un sacrificio, a costa de la vida de sus seres queridos. Fue sorprendido por la ajena, en el momento que esta comenzó a acercarse al Minotauro, y abrazándolo de manera lenta, sintiendo su cabeza apoyarse en el pecho de Lumina, en un gesto maternal tan cariñoso, y a la vez, tan doloroso. Se quedo ahí, en silencio, notando un tenue brillo que comenzaba a cubrirlo, pero sin moverse para verlo mejor, disfrutando de aquella caricia en su cabello, dejando escapar de forma inconsciente unas lagrimas, las cuales cayeron lentamente por sus mejillas al comparar aquel trato con el de su Madre. Cerro los ojos para escuchar de manera más atenta las temblorosas palabras de Lumina, sintiendo el peso de estas, tenia razón, en parte sabia que la tenia pero, ¿De que otra forma podría vivir si no era soportando aquello? No lo podía saber, su mente no lograba dar más opciones, y solo lograba meterse en una pena más dolorosa al sentir que otra persona sentía lastima de el, dejando escapar un suspiro entre sollozos mientras Lumina terminaba de hablar. Noto que el calor a su alrededor lentamente comenzó a disminuir mientras el leve brillo que en un momento lo rodeo se alejaba, escuchando la confesión de la persona frente a él, dejando escapar otro suspiro ante ello, no le gustaba la idea, pero, en ese momento no había mucho que hacerle, ya había sido escuchado, pero, ¿Podía contarle cual eran los fantasmas del pasado que lo atormentaban? Ya no importaba, pensaba hacerlo, para poder por fin desahogar sus penas.
Lumina... Lo que hice... .-Trago saliva, preparándose para relatar todo, mordiéndose el labio inferior mientras seguía manteniendo la mirada y cabeza agachada.- No tiene ... perdón como tal...-Sollozo aquellas palabras, dejando por fin escapar las lagrimas que había estado conteniendo por tanto tiempo, aquella mascara... se estaba fragmentando de tal manera que el daño era casi irreparable.- ... Soy un Minotauro, Lumina... y fui, preso por la ira... y en lugar de salvar a mi pueblo cuando la situación lo requería... yo... .-Desvio su mirada hacia un lado, tomando lentamente su hacha, acercando el filo para que las miradas de ambos se posaran en este, haciendo notar las manchas de sangre tan notorias.- ... Yo fui su perdición... -Reconocio en un tono angustiado, triste, incluso doloroso al escucharlo, eran unas palabras llenas de agonía.- Aquel día... los Centauros atacaron mi pueblo... nos tenían rodeados, no podíamos hacer nada, entre toda esa oscuridad que se fundía alrededor de nosotros, solo pude ver una luz, una salida... una roja escapatoria....- Dejo escapar un suspiro mientras posaba esa mirada sin sentimiento en los ojos de Lumina, transmitiendo o al menos intentando, aquella sensación que de angustia que sentía el Minotauro en ese momento.- ... La ira contenida... lo que mi pueblo prometió jamas entregarse... rompí esa promesa, y a causa de ello, todos... murieron bajo esta hacha.- Eso era todo, su pecado, aquella confesión lo había dicho todo, y esperaba que la ajena pudiera entender el como se sentía.
Eso es... todo.-Dejo nuevamente su hacha a un lado, dejando escapar otro triste suspiro, desviando un poco la mirada.- ¿...Ahora lo entiende...? Se que... muchos han pasado por cosas difíciles... pero ya no se como sobrellevar esto... mis manos... están manchadas con la sangre de todos... mis amigos... mi familia... mis... padres, simplemente yo... no puedo perdonarme...-Finalmente estaba dejando ver aquel lado sin mascara, el Blyer que sufría y no escondía su tristeza, simplemente rompió en un llanto presionando su rostro con su mano, olvidándose casi por completo que no se encontraba solo, ¿Que más podía hacer si esa mascara estaba hecha pedazos y no quedaban más que vagos fragmentos?.- L...lo siento, no quería que alguien me viera así... haha...-Trato de disculparse mientras se secaba las lagrimas de manera inútil, estas volvían a salir, la pena directamente lo consumía en ese momento.
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Lumina
La Resistencia
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Post by Lumina on Sept 1, 2017 5:43:06 GMT
El abrazo se rompió finalmente, y aunque estaban cerca uno del otro, Lumina sentía como el joven de armadura estaba lejos de ella, sentía la angustia ajena escaparse por los rojos, frunció suavemente su ceño, mirando con tristeza a Blyer, y acomodándose en su lugar dejando que las enormes alas solo cayeran al suelo, poco le importaba el frio o que incluso se mojaran con el agua del rio, no tenía ánimos para levantarlas y eso era obvio. Comenzó a escuchar la historia de Blyer, tragando saliva, la masacre, el dolor que se veía reflejado en sus ojos, la culpa, la tristeza, el odio, la angustia… todo, en una mirada tan significativa, un pecado grave para los minotauros; Desvió la mirada cuando el hacha se levantó, evitando mirarla no por lo que simbolizaba para Blyer, si no lo que podía significar para ella… su reflejo, las ganas de vomitar volvieron por leves momentos, apretó sus puños, enterrando las uñas con violencia en su muñeca, que se escondía perfectamente entre las faldas de la alta mujer, debía mantenerse allí, no lo había visto, no había visto su reflejo, y la rabia comenzaba a llenarla, mientras se debatía por seguir escuchando el relato, con la mirada en otra cosa, en una piedra, en el fondo, cualquier cosa menos algo que pudiera dar un reflejo nítido de su rostro
Se odiaba, se supone que lo había superado, que todas esas tardes donde se obligó a estar en el agua, mirándose a sí misma, odiándose, abriendo una y otra vez las heridas de su cuerpo, y había temblado ante la posibilidad, “concéntrate, concéntrate” se regañaba, apretando más fuerte, enterrándolas más aun, su cuerpo amenazaba con temblar, pero lo impedía, se notaba lo tenso que se había puesto el cuerpo de la mujer. Respiro profundo cuando Blyer tomo una pausa, dejando de lado el hacha, y Lumina también dejo soltar el aire, subiendo por fin su mirada, soltando su agarre. “Mis manos... están manchadas con la sangre de todos... mis amigos... mi familia... mis... padres, simplemente yo... no puedo perdonarme...” Esa frase se quedó grabada unos instantes en la mente de la arconte, su corazón e oprimió al ver como las lágrimas comenzaban a caer nuevamente por el joven y angustiado rostro del minotauro, que buscaba cubrirse, desesperado, encubrir esa tristeza que ya había estallado. Levanto lentamente sus manos, temblorosas, para quitar las que cubrían el rostro del chico de cabellos castaños y las bajo, acercándose ella misma un poco más, y abriendo las palmas ajenas, mostrando las suyas también. Ella comprendía perfectamente cómo se sentía, quizás con otro detonante… quizás en otras circunstancias… Pero lo entendía
-Blyer…Yo comprendo cómo te sientes en estos momentos… Créeme que si… aunque tú no lo veas, mis manos también están manchadas de sangre, muchísima…- La mirada de la mujer se mantuvo fija en las manos de ambos, mientras lentamente las alas de la arconte se levantabas, cubriéndolos, como si aquello que ella fuera a confesar fuera el peor de los secretos –Hiciste algo que es imperdonable… algo que es un pecado… una falta, una traición… como tu desees considerarlo – Paso lentamente uno de sus dedos por la palma izquierda del joven, recorriendo una línea inexistente – Pero… eras joven Blyer… y a pesar de que te cueste… también debes perdonarte a ti mismo… Por qué créeme que es peor…elegir asesinar a alguien que hacerlo en un descontrol…- tomo las manos de Blyer, levantando una, para enseguida subir su mirada, vacía, angustiada, demasiados demonios – Yo no creo que seas alguien que debería morir aun… Mi pensamiento anterior se mantiene, Blyer… cometiste un error, y tomaste vidas que quizás eran inocentes con tus manos… y no sabes cómo vivir con esto… y te comprendo, es en extremo difícil… Pero quizás el primer paso es aceptarlo… aceptar las cosas como pasaron… No puedes asegurar que, si no hubieras hecho lo que hiciste, no hubieran muerto de todas formas, y tu culpa seria la mía… “No pude protegerlos… mi esfuerzo no valió de nada, fui un inútil…” – comento en un tono apagado, doloroso, manteniendo la mirada – Tienes derecho a llorar… a sentirte mal, a sufrir… llora Blyer… todo el dolor que tienes dentro… no te esfuerzos por volver a pegar esa mascara que usas… así no vas a poder sanar tu corazón, ni que los que tu amas se sientan mejor… Así que por ahora… Desahógate Blyer… no soy alguien quien va a juzgarte si quieres hacerlo y mis brazos están abiertos para darte cobijo por esta noche… si lo necesitas…- Ofreció, acercándose un poco más y separando sus manos, en cierta forma ese joven le recordaba a ella misma, más joven, confundida, sufriendo, arrepentida, llorando cada muerte, cada sufrimiento ajeno, callada, amarga, los primeros años de la gran casa fueron dolorosos y difíciles, le tomo tanto tiempo aceptar todo, aceptar la muerte que ella misma había dado, en un ataque de ira a los que habían arrebatado a esa pequeña luz, y el placer que sintió, placer que se transformó en ira, odio, cosas negativas, aun tenia las marcas que recibió como castigo por esos actos impulsivos, por esos sentimientos negativos que la poseyeron, y allí la lista de culpas seguía y seguía
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Blyer Bloodthorn
Los Grises
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Post by Blyer Bloodthorn on Sept 17, 2017 1:43:12 GMT
Su corazón cada vez se sentía más oprimido por lo que era la pena, la agonía, el recuerdo de lo que algún día fue una vida gloriosa y llena de alegría, desmoronándose en tan solo unos segundos por culpa de algo que jamas creyó existiera dentro de él, lo carcomían, la culpa y la ira contra si mismo, en una sensación de que jamas volvería a ser el mismo si aquella mascara que usaba para disimular se rompía. Sintió como sus manos fueron quitadas de su rostro por las de Lumina, frías, temblorosas, realmente la estaba afectando con su tristeza, y eso no le gustaba, por eso siempre se guardaba lo que sentía, para que jamas nadie sintiera pena de él, por su situación y por lo ocurrido. Miro al rostro triste de la mujer de blanca cabellera, mirando directamente a sus ojos apagados con los propios, ¿Porque sentía que podía confiar tanto en ella? Era una sensación extraña, antigua incluso, de sentirse en familia, la calidez de aquellos consuelos de su Madre, ¿Pero porque? No sabia porque sentía eso, la actitud de Lumina, su preocupación, incluso ese aire maternal que tenia, le recordaban demasiado a su Madre, y eso le daba tristeza, porque sabia que su madre ya no se encontraba en ese mundo por su culpa.
Las palabras de la Arconte no se hicieron esperar demasiado, y si bien eran crudas, frías incluso, estaban llenas de razón, una que el Minotauro sabia era innegable, eran cosas que están ahí, en su memoria, en su pasado, como aquellos estigmas marcados con hierro ardiente en la carne, algo que no podrías borrar por más que quisieras. Las posteriores fueron más duras, unas que trataron de justificar aquel crimen, aquel pecado imborrable, el Minotauro quería decir algo, pero no podía, simplemente las palabras y las ideas morían al intentar expresarlas, lo único que podía hacer era dejar que ella hablara mientras el pecho de Blyer se apretaba más y más sintiendo aquella mascara romperse de una manera que armarla nuevamente seria imposible, pero, quizá así seria mejor. Sentía lo fría que se encontraban las manos de la Arconte, con aquellos delicados toques de una piel que podría romperse con tan solo un brusco movimiento, de alguna u otra manera la angustia de ambos individuos se transmitía al contrario entre palabra y palabra, pero una llego a sus oídos, a su mente ''Llora, Blyer...'', Alguien por primera vez en casi 150 años le estaba dando cobijo, un hombro en el que llorar, el Minotauro la miro impresionado, adolorido, a la vez que sus ojos se llenaban de lagrimas y su boca comenzaba a temblar.- L-Lu... Lumina....- Susurro abrazándola lentamente y escondiendo su rostro en el hombro de la Arconte, dejando caer los cabellos marrones para terminar de ocultar su rostro, y finalmente romper por completo aquella mascara que por tantas décadas había llevado, en un llanto desesperado.
Los extraño tanto... Mi familia... mis amigos... todos están muertos... todos están muertos... por mi culpa...-Dijo en un tono ahogado por la pena, una angustia que comenzaba a arder en su pecho y a la vez iba descargando tanto peso en unas pocas palabras.- Nunca pude... Decirle a mi Madre que la quería una vez más... a mi Padre... que lo admiraba... A mi... Hermano... Que siempre quise ser como él, y ahora... ahora... Ya no puedo... Los he perdido para siempre...- Su voz estaba totalmente temblorosa, agitada, al igual que su respiración, hace tanto no tenia ese apoyo, uno que le permitiera poder desahogarse de esa manera.- Estoy... solo... Lo he estado hace 150 años...- Nuevamente un susurro, realmente ya no sentía fuerzas para hablar más, se sentía devastado al punto de ya no saber que hacer posteriormente, ya no podía fingir, no sentía fuerzas para luchar, ni siquiera para hacer lo único que sabia hacer. Se mantuvo en aquel abrazo un tiempo más, para separarse muy lentamente, con el rostro agachado y sus cabellos aun ocultándolo.- ... Es cierto que... Debería aceptarlo... pero... no se como... ya... no se nada, Lumina...- Explico desviando su mirada a aquella hacha que aun tenia las marcas sangrientas de su pasado, dejando escapar un pesado suspiro, el ultimo rastro de aquel desahogo.
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Lumina
La Resistencia
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Post by Lumina on Oct 12, 2017 2:53:35 GMT
Lumina no dudo en abrazarlo de forma maternal en cuanto el joven minotauro dejo caer su cabeza en uno de sus hombros, quebrándose, el llanto no tardo en salir, junto con palabras ahogadas, desgarradoras, palabras que se mezclaban con quejidos, gritos callados, envolvió el tembloroso cuerpo masculino con sus alas, acunándolo de forma protectora, le dolía escuchar esa voz que en un inicio había sido alegre, risueña… volverse un mar de dolor, acompañada de hipidos vagos, buscando el aire entre la desesperación de hablar y el estallido de lágrimas que se derramaban por las mejillas pálidas del joven gladiador, la mujer con lentitud comenzo a pasar sus manos por la piel húmeda, buscando limpiar el rastro de su tristeza, dejándolo desahogarse recostado en su cuerpo; Blyer pesaba bastante más de lo que ella pensó, debido seguramente a la enorme armadura de metal pulido que lo protegía, pero no se quejó, acomodo sus piernas para no perder el equilibrio y las blancas alas lo acunaron más, los lados dedos de la mano libre de Lumina se mezclaron en las desordenadas hebras castañas, peinándolas, caricias suaves; Ni ella misma sabia como podía aguantar el llanto que ella misma quería dejar ir, le partía lentamente el alma ver a Blyer así “Basta, deja de verlo como si fuera el…” Se regañaba, se odiaba a si misma por ver en aquel rostro quebrado, asustado, a un niño que ya no existía, no quería siquiera pensar en la egoísta posibilidad de que aquel joven fuera una reencarnación, ella deseaba creer que su pequeño fue feliz, que nació en un buen ambiente, lejos de la guerra, y sin embargo el parecido…
-Ojalá pudiera darte las respuestas a tus lamentos…- murmuro en tono tembloroso, realmente deseaba ser más sabia, poder decirle algo que realmente calmara su dolor, pero nunca, nunca se podría calmar un dolor así solo con palabras, solo con dichos, pensamientos, reflexiones, no, ese dolor era algo que se incrustaba en el alma del ser, algo que era como un parasito y paulatinamente destruía su espíritu, mientras se lo alimentase – Mas no los has pedido para siempre pequeño… Ellos seguirán contigo… Aquí – la mano que limpiaba las lágrimas bajo hasta tocar la armadura, sobre el pecho – y allí arriba… en el cielo… velando por ti, las almas de los que amamos jamás se van, algunas veces renacen… otras… Deciden quedarse para cuidarnos, darnos en silencio, en espíritu, esa fuerza que de vez en cuando perdemos, una caricia del viento… un murmullo entre nuestros sueños…- La voz del arconte seguía siendo cálida, melodiosa, ella creía aquellas palabras fielmente – Por esta noche Blyer ya no pienses… ya no tortures tu mente buscando una solución que no podrás obtener ahora… Es algo que lleva tiempo, tal y como plantar un árbol… Así que por hoy está bien no saber nada, tener miedo… sentirte indefenso…Por esta noche Blyer, permíteme protegerte de esos miedos… deja que el dolor fluya- con cuidado movió sus labios hasta depositar un beso en la frente ajena
Había algo más que podía hacer, algo que en el pasado le había servido para calmar las aguas de los más jóvenes en la utopía, para alejar a los monstruos que en pesadillas, buscaban atormentar a los más jóvenes, a los débiles de mente, a quienes los eventos provocados por aquella maldad humana había roto sus almas, se acomodó nuevamente y recargando su cabeza en la de Blyer aclaro un poco su garganta, conteniendo ya todos esos sentimientos de tristeza y nostalgia que buscaban salir de su encierro, no era el momento, no esta vez - Once there was a way, to get back homeward – comenzo a cantar de forma suave, lenta, algo desentonada en un principio inevitablemente- Once there was a way, to get back home…Sleep pretty darling, do not cry
And I will sing a lullaby- la voz poco a poco comenzo a tomar algo de fuerza
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Blyer Bloodthorn
Los Grises
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Post by Blyer Bloodthorn on Oct 13, 2017 21:59:44 GMT
No podía describir con palabras el como le agradecía a la contraria que le permitiera descargar aquel dolor que sentía, un dolor que se había guardado por tanto tiempo, oprimiendo de una forma indescriptible el corazón del minotauro al punto de este lentamente quebrarse, en sensaciones angustiantes, que romperían a una persona sensible en meros segundos. Podía sentir aun con aquella armadura de acero que cubría su cuerpo, el calor generado en aquel maternal abrazo y el como la Arconte lo acunaba con sus alas, sintiéndose protegido, que en ese momento nada más podría lastimarlo mientras estuviera con Lumina, una sensación familiar... Demasiado, no podía decirlo con palabras, no había explicación alguna para sentirse de esa forma, una sensación nostálgica que llegaba a su mente aun entre la tristeza y la angustia que sentía por estar desahogando sus penas en aquel abrazo, mientras su rostro se encontraba oculto por sus cabellos castaños y el hombro de la mujer que en ese momento estaba siendo el pilar en el que podía apoyarse.
El llanto del Minotauro en ese momento parecía ser por algo de hace días, horas, e incluso algo de hace unos pocos minutos, pero no era así, era algo que por décadas lo había estado aprisionando en una caja llena de recuerdos sangrientos y gritos adoloridos, de cual por más que intentara escapar, no podía. Giro muy levemente la cabeza en el momento que las palabras de la Arconte se hicieron escuchar, de una manera baja, apenas audibles para Blyer, mirando de reojo aquel gesto en el que la mano de la mujer se había posado sobre el pecho de la armadura a la par que esta seguía hablando.- Mi... Corazón...- Murmuro mientras su llanto no se detenía por ningún momento, sintiendo como las lagrimas caían como aquella cascada que tan solo se encontraba a una poca distancia de los individuos que estaban teniendo aquel emotivo momento, posteriormente el minotauro alzando lentamente la mirada para ver como aquel manto estrellado y nocturno los cubría con su gloriosa y hermosa presencia, sin dejar de prestar atención en ningún momento a la mujer de blancos cabellos.
Ellos... Me cuidan... Pero...- Aquel murmuro murió con la brisa que los rodeaba, las palabras ahogadas en su garganta por la pena y el llanto que no cesaba, se mantenía de la misma forma entre quejidos angustiados y uno que otro grito ahogado por parte del Minotauro, sintiendo como esa presión dolorosa de no haberse desahogado con alguien en tanto tiempo, lentamente abandonaba y dejaba de aprisionar el lastimado corazón de Blyer. Nuevamente las palabras de la mujer se hicieron escuchar, esta vez unas que sorprendieron al Minotauro, quien lentamente alzo la mirada para observar a los ojos de la mujer frente a él, quien nuevamente se encontraba ofreciéndole apoyo, ¿De verdad podía hacer aquello? El dejar de sufrir... El dejar de atormentarse aunque fuera aquella noche, dejar que la debilidad lo consumiera y tan solo dejarse caer a ser consolado por Lumina quien seguía llevándolo a aquella sensación familiar y nostálgica...- ¿Pro... tegerme...?.- Dijo en voz baja ante aquellas palabras de Lumina, ¿Realmente merecía ser protegido aun después de lo que hizo? Tal vez... Solo tal vez... Quería permitirse creer que en ese momento, debía aceptar aquella ayuda.
Volvió a acomodar su rostro en el hombro de Lumina, para comenzar a escuchar nuevamente su voz, esta vez de una manera distinta, un pequeño cántico, uno que en un principio comenzó bajo, como un murmullo, el cual comenzó lentamente a tomar fuerza. No quiso decir nada, no quería interrumpir aquella canción que estaba cantando la contraria, una que se escuchaba tan hermosa a sus oídos, las palabras llegaban de una manera tan emotiva, las lagrimas continuaban, pero esta vez, no solo por el dolor que sentía, si no también, por la sensación de por fin después de tantas décadas, tener a alguien que lo comprendiera, que lo calmara, que se acercara a él y le dijera ''Todo estará bien'', ¿Cuando había rezado por eso? ¿Cuantos años en busca de un hombro en donde poder acallar sus penas? Y finalmente, Lumina había sido quien había logrado aquello, quien le había permitido el liberarse de aquella mascara que había portado por años, una que se había quebrado en ese momento sin reparación alguna. La sensación familiar se hacia cada vez más fuerte, Blyer tan solo cerro los ojos dejando que aquello lo llevara, su mente rememorando momentos del pasado mientras a sus oídos llegaban los tonos de voz de la Arconte.
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Lumina
La Resistencia
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Post by Lumina on Oct 26, 2017 23:47:06 GMT
La mujer de dorados ojos asintió suavemente al escuchar los bajos murmullos del minotauro, sabia en el fondo de su ser que estaba mal, pero “Deseo protegerlo” Se preguntaba que tanto podía sufrir un joven como el… ¿Cuánto tiempo habría estado así? ¿Por cuantos siglos habría llevado esa carga? “Sigue siendo un joven… uno que ha condenado su espíritu al dolor” Los delgados brazos de la mujer lo arrullaron aún más, reacomodándose nuevamente, el peso de aquella armadura comenzaba a hacer estragos en su ya debilitado y cansado cuerpo y aun así deseaba mantenerse allí lo más posible. Las notas musicales siguieron saliendo de su garganta, acompañadas por la hermosa canción y, poco a poco las alas de la mujer emitieron un brillo cálido, único, algo que solo pasaba en ocasiones muy específicas, y ese acto no se había mostrado en más de dos años - Golden slumbers fill your eyes Smiles await you when you rise Sleep, little darling, do not cry And I will sing a lullaby – esperaba con fe que aquellas palabras pudieran llegar al corazón del herido joven y reparar un poco su alma, levanto lentamente una de sus manos quitándola de la posición anterior para quitar las lágrimas que aun caían como si fuese una cascada por las frías mejillas del Blyer, se quedó allí unos momentos, acariciando esa mejilla, pálida, fría, temblorosa, buscaba brindarle un poco de calor, un poco de paz… “La paz que él nunca tuvo” nuevamente la imagen de su pequeño niño asalto su mente, el horror que debieron ser los últimos minutos de vida de su amado hijo la atormentaban aun hoy en día, las lágrimas lentamente se juntaban en los enormes ojos de Lumina, reteniéndolas lo mejor posible
La canción siguió, suave, aterciopelada mientras las suaves y gentiles manos de la mujer acariciaban el rostro del gladiador, sus alas poco a poco se habían acercado a su rostro, haciéndole cosquillas en la nariz, buscando sacarle una risa al joven Blyer, buscando darle de otras formas una sensación familiar y reconfortarle - Boy, you're gonna carry that weight Carry that weight a long time Boy, you're gonna carry that weight Carry that weight a long time – Entono esta vez con más fuerza, buscando mirar los ojos de Blyer, realmente esa canción le quedaba como anillo al dedo al pobre minotauro, demasiadas desgracias, demasiada soledad para unas sola alma. La melodía pronto llegaría a su fin, y las estrofas nuevamente se repetir enmarcando ese inevitable fin, Lumina alargo algunas palabras hasta que finalmente se había acabado, quedándose apegada a Blyer mientras tarareaba aun la melodía, acariciando con amor maternal los castaños cabellos del chico, ya el cansancio la estaba consumiendo –Blyer…- murmuro de forma suave, no queriendo realmente decirlo, casi avergonzada de su insensibilidad –Pesas…- murmuro apenada, evitando mirarlo, ya no sentía sus piernas, hacia bastante tiempo se habían adormecido bajo el peso del guerrero –Lo siento… Es que ya no siento las piernas…- admitió con una horrible culpa, removiendo lentamente sus alas para darle al joven el espacio suficiente para que se retirara, más la mujer no quería que se alejara de su lado - ¿Quizás si te sientas junto a mi… por unos momentos… Estaría bien? – propuso en tono ya más alto, mirándole con una mueca suave, una sonrisa ligera, y con esas marcas de cansancio aun presentes en su rostro
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Blyer Bloodthorn
Los Grises
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Post by Blyer Bloodthorn on Dec 7, 2017 18:12:16 GMT
Sus oídos y su persona en si disfrutaban de la cálida y calmada melodía que llegaba por parte de las cuerdas vocales de la Arconte, en ese emotivo estado donde ni siquiera quería moverse de la posición en la que se encontraba, pues sentía como lentamente su alma calmaba aquel dolor que por tantos años, décadas incluso, había llevado como una carga en su espalda que no desaparecía hiciera lo que hiciera. Sus ojos se alzaron suavemente para notar el brillo que desprendían las alas de Lumina, uno que solo podía calmarlo más, queriendo incluso extender su mano poder tener contacto con aquella luz que parecía de los mismos cielos, más no lo hizo, solo se quedo disfrutando de esa paz en silencio mientras la voz de la Arconte aun resonaba suavemente en su cabeza, quería seguir agradeciendo, seguir diciendo la tranquilidad que le brindaba aquella presencia de la mujer, una sensación tan familiar, una maternal. Los gestos de la mujer solo le recordaban más a aquellos tiempos donde su pueblo estaba vivo, su infancia... El sentir las manos de la mujer acariciando sus mejillas, sus alas cosquilleando su nariz provocando un suave movimiento de su cabeza, ¿Porque era tan familiar? ¿Porque le estaba recordando tanto a su pasado? La seguridad se iba lentamente, pero quería seguir sintiéndolo, sentir que se encontraba en los brazos de la persona que alguna vez cuido de él...- Mater...- Susurro en voz baja, apenas audible, aunque probablemente la Arconte había escuchado aquel murmuro inconsciente por parte de los labios del Minotauro.
Lentamente la canción llego a su fin, sus ojos se abrieron notando el aspecto cansado de la Arconte, y esta le confirmo la incomodidad que sentía, causando que de inmediato el Minotauro se moviera hacia un lado, finalmente separándose de aquel abrazo.- ¡P-Perdón!.- Exclamo agachando un poco la cabeza para luego mirarla, notando que sus propios ojos ya no se encontraban con aquellas lagrimas, solo meros residuos de aquel desahogue.- Lumina... Gracias...- Comento con una suave sonrisa mientras se mantenía cabizbajo, la paz que la Arconte había querido brindarle esa noche había llegado hasta su alma, aun cuando todo lo demás parecía querer derrumbarse a su alrededor.- Dame un segundo...- Comento levantándose suavemente, y comenzando a desprenderse del armazón de metal que cubría su cuerpo. Los guantes de acero resonaron al ser juntados y dejados a un lado del hacha, luego la coraza que cubría su torso fue removida con algo de dificultad, cayendo al suelo en el mismo lugar que el demás armamento, y finalmente sus botas y polainas del mismo material acompañaron a las demás piezas, y así, libre de cualquier clase de arma o armadura, volvió a sentarse cerca de la mujer de ojos dorados.- Ahora si... La armadura es un tanto incomoda...- Comento con una suave risa en voz baja, para alzar su mirada al cielo, recordando un poco aquella palabra dicha a la mujer ''Mater...'' Pensó, ¿Realmente había confundido tanto a aquellas personas? Ya no podía saberlo.
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Lumina
La Resistencia
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Post by Lumina on Dec 23, 2017 5:49:17 GMT
Los ojos de la mujer se humedecieron, bajo la mirada, escuchando apenas las disculpas del muchacho, aquella palabra, aquella sencilla palabra resonaba una y otra vez en su cabeza “mater”. La mujer trago saliva, intentando contener lo mejor posible aquellas lágrimas, aquel pequeño susurro había removido por completo su corazón, y la voz del joven minotauro se mezclaba lentamente con la de su hijo, sonrió mordiéndose los labios, dejando salir una pequeña risa al escuchar el ultimo comentario, con prisa se apresuró en limpiar las lágrimas que de forma rebelde rodaban por sus pálidas mejillas, esperando de forma inútil que el joven guerrero no haya visto aquel gesto. Se reacomodo un poco, estirando las piernas con dolor, el cosquilleo incomodo la recorría, poco a poco recuperaba la sensibilidad en aquella zona, observo al joven volver a acomodarse a su lado, ahora más ligero, era tan grande como ella había imaginado que era - ¿Me lo dices enserio? ¿Debería sentirme ofendida acaso? – bromeo en tono ligero, soltando una muy pequeña risa mientras movía sus piernas y sus alas lentamente desaparecían junto con las enormes espinas de la corona, incluso parecía que por momentos la mujer se había vuelto ligeramente más baja. Disfruto del silencio unos momentos más, el viento suave de la noche les acompaño, hacía mucho tiempo que no tenía esa sensación, sobre qué decir, que era lo correcto de hacer. Si lo veía de forma fría, ambos necesitaban ese tipo de calor familiar
Suspiro, elevando la mirada al cielo, con aquella expresión tranquila pero seria, recordaba las expresiones de su hijo, y aquellas extrañas conversaciones profundas que solían resplandecer en noches como esa - ¿Tu credis in Fatum, fili? – murmuro de forma suave, con su vista aun perdida en el cielo estrellado, sonrió con nostalgia, su hijo le había hecho una pregunta similar hacia muchos siglos, mientras reía y la abrazaba - Si igitur ita sum certus non semper occurrit iterum matrem suam – comento esta vez con voz ligeramente quebrada, una de sus últimas conversaciones con aquel muchacho de cabellos castaños y mirada inocente, nuevamente limpio sus lágrimas antes de mirar a Blyer y sonreír esta vez de forma sincera, con un gesto suave - ¿Aun tienes hambre Blyer? Deberías comer algo – volvió a ofrecer, acomodándose, se había concentrado tanto en aquel intimo momento que había olvidado por completo la necesidad básica de comer – Quizás algún día podríamos volver a comer en ese lugar – ofreció de forma suave, recordando el local donde habían comido juntos la primera vez que se habían conocido –aunque esta vez prometo no llevar tantas cosas encima – se rio, dejando aflorar aquella risa tan vergonzosa, un sonido demasiado similar al de un porcino
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Blyer Bloodthorn
Los Grises
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Post by Blyer Bloodthorn on Jan 18, 2018 0:29:19 GMT
.- Uh... ¡No, no! ¡No era eso a lo que me refería!.- Exclamo referente a su comentario sobre la armadura, no pensó en que ella podía sentirse mal con ello, aunque sabiendo que era una Arconte, quienes técnicamente eran armaduras vivientes.- Lo siento... .-Agregó, rascándose la cabeza con cierta vergüenza ante ello. Vio a Lumina ponerse más cómoda, y estirar las piernas aunque podía notarse ciertamente el cansancio en ella. No podía dejar de sentir una sensación tan familiar al encontrarse con esa mujer de cabellera blanca, sentado a su lado, y mirando ambos las estrellas con una nostalgia tan notoria que a simple vista podía percibirse esta. Tenia tantas preguntas, para si mismo y para las estrellas que representaban a sus antiguos amigos, a su familia... ¿Por qué sentía que podía confiar tanto en la Arconte? Ese aire maternal solo podía intensificarse, con cada segundo que pasaba a su lado, sentía que la sensación de tratarla, confundirla, y sentirla como su madre era cada vez más inevitable. Dejo que un suspiro escapara de sus labios mientras su cabeza se movía para agachar su mirada y su rostro, lento, dejando ver las estrellas que en algunas ocasiones le daban calma, y esta vez, solo le daban confusión. Sus ojos se abrieron sorprendidos al escuchar los murmuros apenas audibles de la ajena, pudiendo escucharlos solo por la cercanía que había entre ellos... Unas palabras que de alguna forma realmente le llegaban ''¿Crees en el Destino, Hijo?'' Fue la primera frase, y seguida de esta "Si es así, entonces estoy seguro de que siempre nos volveremos a encontrar, madre.'' ... De verdad, esa cercanía que sentía solo se extendió con esas palabras, quedándose mirándola de manera fija, sorprendida y a la vez algo dolida, pero luego esa mirada fue reemplazada por la misma voz de la Arconte.
- Ah... Claro... .- Respondió a su pregunta mientras se acomodaba y volvía a ordenar las cosas para poder comer lo que Lumina había llevado.- No me molestaría, seria agradable volver a ese lugar... Quizá comer algo más a fondo.- Respondió con una gran sonrisa en su rostro, aunque esta se volvió una triste... Una que denotaba nostalgia, como si ansiara decir algo y las palabras no salieran, como si murieran en su garganta.- Lumina... Lamento... Haberte llamado Madre... .- Murmuró en un tono bajo, llevando sus rodillas a apegarse a su pecho mientras su mirada se posaba en la comida frente a ellos.- No se porque lo hice... Sentí algo... Ese aire familiar... Uno maternal... .-Comentó en voz baja mientras evitaba mirarla, de hecho, sus ojos estaban tapados suavemente por sus cabellos castaños.- ... Seria muy egoísta de mi parte... .- Dijo luego de unos momentos de silencio.- ... ¿Verte... Como mi madre...? .- Pregunto sin más mientras su mirada se conectaba con los ojos dorados de la Arconte, con algunas lagrimas amenazando con caer lentamente por sus mejillas. Sabia que era egoísta, que no tenia razón de ser esa petición... Pero en el fondo, su madre se reflejaba casi de manera perfecta en esa mujer de blancos cabellos.
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