Carnivore +15 ( 2/ 2 )

Los caminos comenzaban ya a oscurecerse lo cual hacia que sus pasos se hicieran más cautelosos aún con la luz de la luna permitiéndole un paso medianamente seguro. Se encontraba cubierta con varias telas, protegiendo su piel del frío y también reservando sus pertenencias de las miradas de cualquier extraño que pudiera encontrarse. No temía pelear, ya que sabía de la existencia de unos cuantos bandidos que acechaban los alrededores pero llevaba prisa por llegar a la Ciudadela.

Escuchó un ruido lo cual la hizo detenerse de inmediato. Observó a los alrededores; todo parecía quieto. El césped meciéndose, el maizal apenas acariciando la brisa con las hojas que se elevaban al cielo. De pronto, movimiento. Era brusco, violento, tensó la postura de pronto mientras escuchaba los jadeos de lo que parecía ser una criatura salvaje. Tenía dos opciones, acercarse y averiguar de qué trataba todo o alejarse. Optó por lo primero sintiendo de pronto la obligación de asegurarse que no hubiera algún inocente estando presa de la violencia de algún rufián.

Se acercó, sólo para observar a un hombre intentando devorar a un animal el cual ya ni siquiera podía distinguir al estar totalmente descuartizado entre los dientes y manos del extraño. Notó las heridas en su cuerpo, así como las cadenas que lo ataban y aquél extraño bozal que sometía su mandíbula. Un prisionero... pero, ¿de dónde? Tensó la mandíbula, deliberando si era una buena idea hablar... interrumpirle. Aunque su figura era la de un arcano, no parecía estar del todo cuerdo, o al menos esa impresión le daba. -¿Sediento?- preguntó. Podía verse en su rostro la falta de confianza pero parecía que el hombre estaba realmente hambriento lo cual quería decir que muy probablemente le hacía falta beber algo de lo cual a ella, realmente le sobraba.

Tanto ruido en medio de los calmados plantíos simplemente no era normal, sintio un escalofrio recorrer su espalda al escuchar algo parecido a una voz arcana a la distancia. Podía correr pero de nada le servía con la hierba tan alta estorbando en el camino, seguramente no llegaría a ningún sitio o peor, caminaria en círculos perdiendo el tiempo. Abrir las alas y mirar todo desde lo alto del cielo era una muy buena opción, pero si su instinto no fallaba, el peligro acechaba a la vuelta de la esquina y sólo expondria su ubicación.

Se cruzó de brazos cerrando los ojos por unos cuantos segundos antes de soltar un gran suspiro y comenzar a aletear, ganando altura después de un rato. Debía admitir que la vista desde lo alto era magnífica y de no ser por que divisó un par de cuerpos no muy lejos de donde había alzado el vuelo se hubiera quedado perdiendo el tiempo mirando las estrellas y sintiendo la fresca brisa en su rostro. Dos cuerpos, uno femenino y el otro masculino fue lo que la dragona pudo ver desde lo alto, frunció el ceño y tragó saliva con algo de dificultad sintiendo una ligera incomodidad en sus hombros. Una de las siluetas se movió bruscamente y en ese momento Christian actuo rapido, dejando de lado su pequeño cuerpo cayendo con fuerza y haciendo un gran estruendo con sus cuatro enormes extremidades escamosas.  

No conforme con el repentino aterrizaje de aquel otro dragón, la chica de cabello turquesa había desenfundado su espada. Eso significaba que estaban a la defensiva y atacarían en cuanto la oportunidad fuera justa. Braxton no se dejó intimidar por el dragón, y aunque la chica morena le hubiese ofrecido comida, no había manera de confiar en ella.

El pelirrojo separó sus piernas y extendió sus cansadas alas para volver a lanzarse a atacar, teniendo como desventaja no poder usar su aliento de fuego ni sus dientes. Pero eso si, sus brazos eran poderosos y sus garras penetrarían cualquier cosa. Pasó volando al raz del suelo entre las piernas del dragón, rasgando su piel para hacerle daño y de ahí dirigiéndose a la chica morena con la espada a una velocidad incontrolable.

El tipo no parecía siquiera responder a sus palabras; ¿era capaz de comprender el lenguaje? Se mantuvo con la postura lista para moverse y atacar de ser necesario. En pocos segundos se dio cuenta que esa criatura no estaba en disposición de responder amablemente ni siquiera civilizadamente. Como respuesta inmediata, una de las piernas de Zoe comenzó a arrastrarse sobre el suelo, levantando polvo y pasto a su paso; veía la manera en la que aquél cuerpo estaba moviéndose hacia ella, con todas las intenciones de causar heridas o peor, un toque mortal.

Escuchó el sonido de las escamas al rasgarse, parecía metal. Alisto su espada; postura perfecta, alineada en ángulo agudo, al ras de la tierra. Con un simple impulso podría dañarlo. Su blanco era dar en sus ojos, sin embargo, no esperaba que la otra dragona fuera a responder de manera que fuese a tomarla y a elevarla sobre el suelo. Quebró su momento y la limito por completo. Se sentía envuelta entre las garras y la frialdad de sus escamas mientras aquello que salía del suelo iba haciéndose más pequeño conforme ganaban más altura.

Movió su rostro para mirar el de la dragona; ¿en qué demonios pensaba? Sin embargo, por más que deseara reclamarle, responder de manera hosca y agravada, debía admitir que le había salvado la vida. -¿Importa? Parece estar en un frenesí- decía con dificultad, sintiendo la presión del agarre de la joven en su pecho y estómago. -Déjame montar tu espalda, de otra forma sólo soy peso muerto- indicó con objetividad. Era humillante, sentirse de esa forma, totalmente imposibilitada.

Sus heridas comenzaron a palpitar, las gotas de sangre caían al suelo y la dragona resoplaba tratando de calmar el dolor. Aquel tipo iba detrás de la presa más indefensa y en el momento que lo tuvo lo suficientemente cerca lanzó un zarpazo con una de sus patas, mientras que la otra se contraia para evitar que la chica sufriera algún daño -No quiero hacerte daño amigo pero no me dejas muchas opciones- lo más probable es que Avara si quisiera hacer daño pero no en ese tipo de situación

Hizo un pequeño ruido desde el fondo de su garganta mostrando cierta incredulidad -Mal dia para dar un paseo- frunció el ceño y volvió a suspirar pesadamente mientras acercaba su largo cuello hasta su pata y dejaba a la chica sobre este, a unos cuantos pasos de su lomo -Agárrate bien, no respondo a ningun tipo de lesion- con la gran cantidad de pequeños cuernos y escamas en su piel no debía ser un problema que la morena se mantuviera alla atras. Estando en el cielo y lejos de los plantíos, inhalo hasta llenar sus pulmones lanzando una llamarada de fuego para mantener al otro dragón alejado de ellas. 

Su ataque había fallado debido a que la dragona contrajo su pata en el momento justo en el que el ala del dragón pasó a quemarropa de la chica. Tuvo suerte esa vez, pero la tendría la siguiente? Braxton batió sus enormes alas con aún más poder y rabia de haber fallado el ataque. Notó que la dragona y la chica se movían de sitio, lo cual le generó otra oportunidad para atacar.

El hombre se alzó aún más en el cielo, casi atravesando las nubes y perdiéndose de la vista de ambas mujeres, lo cual fue motivo de nerviosismo. Ya no se podía ver por ningún lado, era como si hubiese desaparecido pues las nubes habían comenzado a acumularse, avisando de una posible lluvia. La duda surgió pues no era seguro si el ser había decidido retirarse o simplemente preparar su siguiente ataque, pero debido a la vehemencia de sus acciones, la segunda opción era la más probable.