Simples casualidad (Privado Salem - Sieg - Salem)

Ya con la Tableta Arcana guardada, y un destino fijo en su mente, preparo todas sus cosas, su mochila, y su Katana, para salir de Shangri Lax en esa tarde donde se encontraría con Salem, y he ahi lo curioso, no solo se encontraría con su Ex-Maestra Salem que le enseño la mayoría de las cosas que sabe sobre el combate, si no, con un total desconocido que por coincidencias del Destino, resultaba tener el mismo nombre de aquella persona, bien sabia que seria una experiencia un tanto bizarra. Sin más, cargo sus cosas en su espalda para tomar la forma Horris Lupus, asegurándose de no dejarse nada, y de que todo estaba en su lugar, para comenzar a correr en dirección a la gran Ciudadela de Mirovia, aunque curiosamente no creía que volvería tan rápido a aquel lugar, pero como bien decían, una buena cerveza siempre ayudaba a calmar las penas, los dolores, y también le serviría para poder hablar algunas cosas más con su Ex-Maestra. Su andar era veloz, recorriendo un camino que en su mente parecía una brújula que le indicaba el lugar de su destino, el lobo albino disfrutaba mucho de aquel atardecer que lentamente se apagaba en el cielo, del viento que llegaba a su rostro por la velocidad a la que iba, mientras lograba a la distancia ya divisar la Ciudadela. Pensaba varias cosas de camino, en todo lo que Salem le había contado, en como debía dejar eso atrás, y no entregarse a la angustia de saber que todo por lo que habían luchado, se había reducido a cenizas en tan solo momentos, le dolía, vaya que sentía esa punzada dolorosa en su pecho, pero debía soportarlo, saber que el no haberse quedado fue un gran error, y debía llevar esa carga para intentar redimirse.


Finalmente luego de aquel largo camino, llego hasta la entrada de la Ciudadela, admirando una vez más esta, solo que esta vez, sin todas las decoraciones que tenia cuando la visito en medio del Festival del cortejo, solo había un problema, ¿Donde exactamente quedaba la Taberna del Dragón ahogado? Vaya problema, jamas le había interesado asistir a una Taberna desde que llego a Mirovia, y exactamente ahora, se encontraba más perdido que un pez en medio de un desierto. ¿Que debía hacer? Quizá podría preguntar, pero en ese momento, algo curioso llego a su nariz, un olor que reconocía de manera exacta, el aroma de Salem. Manteniéndose en su forma Horris Lupus, comenzó a seguir aquel aroma tan característico de su Ex-Maestra, a pesar de que alrededor se generaban comentarios y algunas risas por ver a un lobo albino cargando una mochila, y curiosamente, una Katana, una escena graciosa, sin duda. Luego de un rato de caminar, alzo un poco la mirada para notar a una mujer, de una contextura que se podría decir, de muy buen cuerpo, que desprendía aquel olor que el licantropo siguió. Dudo unos momentos al notar que aquella persona tenia unos rasgos diferentes a los que Salem solía tener, ¿Ella usando su forma sellada? Era lo más probable. Lentamente el Licantropo tomo su propia forma sellada, dejando ver aquel pelinegro, cubierto con el manto gris, y sus cosas en su espalda, lentamente caminando hasta la dama que causaba bastante interés en los borrachos que salían a punta de tambaleos de la Taberna.


Cuando por fin estuvo a una distancia prudente, seguía preguntándose si ella era la misma persona, pero su nariz no podía engañarlo, si se trataba de ella.- ¿Maestra? Es raro que usted este usando esa forma.- Comento en tono respetuoso mientras daba una leve reverencia en señal de saludo, estaba acostumbrado a hacer aquello.- Aunque, no puedo decir que se vea mal.- Confeso mientras analizaba un poco los rasgos generales de como era la forma sellada de Salem, pero manteniendo ese rostro con un notorio desinterés y serenidad. Alzo un poco la mirada para ver la taberna y la entrada de esta, 2 años ya que no visitaba un lugar donde poder beber un trago, si se ponía a pensar, era bastante tiempo, y a pesar de tener una gran resistencia al alcohol, no tuvo la necesidad de beber algo en todo ese tiempo, pero pensándolo bien, seria una buena oportunidad para dejar pasar algunas cosas de su mente.- ¿Deberíamos entrar? No tengo una imagen ni una descripción de como se ve la otra persona de nombre Salem, ¿Tendremos que preguntar?.- Comento cruzándose de brazos, a su nariz llegaba aquel olor clásico a licor que provenía del interior de la Taberna, incluso, el de algunos borrachos, cosa que de alguna manera le asqueaba, lograba soportarlo pero era molesto, su sentido agudizado aveces podía jugarle feo.

Vio como aquella bestia se acercaba a ella, mas no se movió ni un centímetro, había visto la espada en su espalda, y esa sensación tan familiar recorrió su cuerpo, era sin dudas Sieg, que pronto tomo la forma esperada, aquella manta gris que cubría el cuerpo del guerrero, y ese cabello poco peinado junto con esa barba que crecía, pero no lo suficiente “Supongo que va con su imagen” Pensó la mujer que alzaba una ceja al ver la expresión confundida del licántropo, para luego escuchar su cumplido, sonrió encogiéndose de hombros, restándole importancia al asunto de su forma –Creí que daría una mejor impresión así… ¿No lo crees? – Sonrió de forma ladina, coqueta, esperando ver la reacción nerviosa en el rostro del guerrero, pero lo dudaba, Sieg había cambiado, y ella también, nada podría volver a ser como antes, y en cierto punto extrañaba ver esa expresión tan juvenil en el avejentado rostro, la noticia parecía haberlo avejentado, marchitado un poco, pero era normal “No todos los días te enteras de una masacre como esa…” Se preguntaba si debería haber sido más blanda, menos directa, omitir ciertos detalles… Pero se regañó, la verdad siempre era mejor. Estuvo a punto de decir algo más cuando una nueva presencia apareció a su lado, una copia de ella misma, o eso creía, una sonrisa de medio lado salió de los labios de la Baphomet


-Oh si, puedo verlo… aunque creo que te verías mejor en otra apariencia ¿No crees?- El tono seductor de la mujer fue dirigido a su reflejo mientras se acercaba, pasando suavemente las manos por la chaqueta, la textura no se sentía del todo igual a su ropa, aunque si se veía igual, siguió subiendo hasta su propio mentón, la sonrisa paso a ser pos segundos una macabra, un gesto torcido, acompañado de unos ojos hipnóticos – Aunque si tienes esa apariencia me hace realizarme unas cuantas preguntas…- Comento en tono suave, apretando el mentón ajeno, levantando el rostro, por supuesto que no estaba, no podía estar si él no lo conocía, sonrió esta vez de forma calmada – Debo presentarme, Soy Salem Exitium y es un placer, Salem, espero que podamos tener una jornada divertida – Se alejó lentamente del ajeno, dándole espacio- claro, si es que me muestras como te vez en realidad, por favor- Pidió, con un deje diferente en su voz, una mezcla entre orden y petición, quizás un tercer detalle que no se veía mucho. Se acercó suavemente a la puesta, abriéndola para entrar, esperando a los otros dos hombres, el olor del alcohol no tardo en golpear su nariz

La actitud de la chica hacia Salem lo tenia confundido, no era la actitud que esperaba, creía que ka chica se iba a asustar i algo así, mas no esperaba que tomara una actitud coqueta, -te gusta lo que vez?- dijo en respuesta burlona A la chica, luego vinieron las presentaciones, -clamate vinimos a divertirnos- dijo riendo a Sieg quien parecía ser alguien muy serio, -acabo de conocerlos y ya están pidiendo ver mi verdadera forma, no tienen tanta suerte- dijo de forma burlona mientras entraban en la taberna, una vez sentados respondió a Sieg, -yo quiero cualquier cerveza siempre y cuando sea en un tarro grande- aun seguía con la apariencia de la chica de nombre igual a él, -espero que ninguno sea abstemio o se emborrache reñido porque eso seria patetico- dijo riendo a carcajadas, luego alzo él brazo y llamo a una de las.meseras, la meseta que se acerco quedo un poco confundida y asombrada de ver a dor personas completamente iguales, -somos gemelas cariño- le dijo Salem mientras le guiñaba un ojo, -para mí traeme una tarro grande de tu mejor cerveza y trae toda la botella- luego miro a sus acompañantes para que pidieran también 

Finalmente se habían sentado en aquella mesa vaciá a poder ordenar lo que beberían en ese momento, escuchando bien lo que degustarían los ajenos, lo que el Licantropo iba a pedir quizá podía considerarse algo más fuera de lugar, pero eso realmente no le importaba el lo absoluto. Los alrededores estaban llenos de esos ruidos clásicos de las tabernas, los olores, las conversaciones, las clásicas discusiones e incluso los llantos de los borrachos desamparados que buscan ahogar sus penas en el dulce y amargo alcohol. Mientras se dedicaba a analizar los alrededores, algo lo saco totalmente de su estado de seriedad, aquella acción tan repentina y que la ajena solía hacer tantas veces en el pasado, tanto para calmarlo como para recompensarlo luego de una misión exitosa, una caricia que se podía considerar incluso infantil, pero que en su tiempo, el Licantropo la consideraba un buen premio considerando de quien venia. Dejo escapar un suspiro para luego mirarla ante su pregunta cuando la caricia termino.- Si, sigue siendo mi favorito, un Ron de Pólvora, por favor.- Dijo a la mesera quien aun se veía confundida ante las dos personas iguales, aun así, se dispuso a partir a por el alcohol que los tres individuos habían pedido.


Miro a la considerada mala copia para el Licantropo.- La verdad nuestra resistencia al alcohol es bastante alta.- Comento complementando la respuesta de la Salem original, la verdad es que de las veces que las noches se volvían aquellas fiestas de celebración en la utopía, ellos eran de los pocos que quedaban bastante bien aun cuando los demás ya estaban en el suelo gracias al alcohol.- Si me permite preguntar, Salem, ¿A que se dedica? Digo, si se mantiene usando siempre otra apariencia, debe ser por algo.- Comento de manera serena manteniendo sus brazos sobre la mesa, y la mirada sobre él. la verdad, quería tener algún tema de conversación para dejar de sentir aquella incomodidad del alrededor, y también por el tener a una copia de su maestra frente a él, que de cierta manera realmente le molestaba, puesto que ella era única para el Licantropo.

Los labios de la mujer se torcieron en una sonrisa pícara, inclinando su cuerpo hacia el frente para recargar su mentón en sus manos, manteniendo un gesto divertido, mirando de forma fija a su reflejo, esa mirada penetrante, misteriosa, seductora, la Baphomet ignoro completamente la pregunta sobre su relación con su acompañante, no tenia en realidad por que responder y menos a una pregunta tan absurda como aquella, pero lo último si le había intrigado, bastante, mas no por la misma propuesta – debo rechazar de la forma más amable el ofrecimiento que me da por sus servicios… Espero que usted comprenda que en este ámbito tan.. intrínseco como lo es la compra y venta de información no se puede confiar en alguien quien no muestra una buena imagen, requiriendo mostrar su poder de forma bastante torpe si me permite decirlo – subió su mirada al ver a la mesera llegar con los pedidos, dejándolos en la mesa- Debo acotar también que la apariencia es importante… si no me das una confianza al mostrar ese descontrol ¿Cómo puedo confiar en que tu información es fidedigna? Es más… hasta donde se podrías perfectamente mentir si no me das algo en lo que poder construir una imagen laboral correcta… ¿No crees dulzura? – una sonrisa encantadora salió de los labios de
Salem para ver a la muchacha junto a ella, quien de inmediato enrojeció mientras asentía – Gracias, puedes retirarte, si precisamos de algo más te llamaremos- El tono amable de la Baphomet puso nerviosa a la muchacha que termino por irse rápidamente, Salem quito ahora el rostro de sus manos para apoyar su espalda en la silla


-Espero que comprenda mi punto de vista, y siguiendo con la conversación anterior… No poseo un trabajo fijo, soy más bien alguien que busca conocimiento- tomo con cuidado el vaso con alcohol y lo llevo a sus labios, manteniendo su vista fija en el hombre frente a ella

Salem escuchaba algo confundido y disgustado las palabras de la arcana a la que imitaba, por alguna razón sus palabras los hacían sentir extraño

si bien no lograba comprender del todo la lógica con la que hablaba, pues no veía el porque la veracidad de su información era dudosa por el echo de que ocultara su verdadera identidad

-Que??- fue lo único que dijo cuando la arcana termino de hablar, -no entendí nada de lo que dijiste pero si tanto insisten en saber mi verdadera forma pues tendré que mostrárselos- dijo para luego cambiar forma dejando ver su cabello pelirrojo y sus ojos dorados, su cuerpo paso de la figura femenina a una masculina musculosa dejando ver su verdadera forma por completo, solo había un pequeño detalle, estaba completamente desnudo, claro que al estar sentado la mesa cubría la parte baja de su cuerpo por lo que la gente del lugar no se daría cuenta de su desnudes pero ese no seria el caso con sus compañeros de mesa, -entonces este soy yo- dijo sonriendo, -ahora, alguno seria tan amable de ir por mi ropa? la deje en una bolsa afuera el el callejón de al lado, iría yo, no tengo problemas conque me vean desnudo pero creo que se armaría todo un circo- dijo casi riendo mientras bebía su cerveza 

Le estaba disgustando un poco el hecho de que ese hombre misterioso ocultara su forma así, pero al parecer, las palabras de la baphomet habían sido considerablemente efectivas, pues se podía ver la confusión en la copia del rostro de su maestra. Ella siempre había sido buena para doblegar a otros y causar que, de alguna forma, hicieran lo que ella quería como si fueran meras piezas de ajedrez, algo que de alguna forma podía generar desconfianza, admiración, e incluso, miedo si se daba el caso. El hombre no tardo en recalcar que las palabras de Salem lo habían confundido, cosa que le causo cierta gracia, y así se dejo ver como era realmente, pero con el detalle de que no se encontraba con ninguna prenda encima. El licántropo solo lo miro con el ceño fruncido ante ello, pensando ''¿Este sujeto es real...?'' Realmente le estaba pareciendo un chiste, el como despreocupar ese hecho, mostrarse desnudo frente a los que iban a ser sus compañeros de bebidas ese día, sin siquiera mostrar una disculpa antes ese hecho. Iba a ir él por la ropa del sujeto para evitar estar mucho tiempo más ahí, pero su maestra se le había adelantado, decidiendo ser ella quien iría por la ropa del hombre de cabellos anaranjados, dejando escapar un suspiro ante ello y solo disfrutando de su jarra de ron en lo que la contraria iba por la ropa del cambia formas.

Evitaba mirar al contrario mientras bebía de su alcohol, pensando en que momento había decidido ir ahí, quizá solo a acompañar a su maestra, después de todo, se habían reencontrado hace poco y suponía, no hacia mal recuperar algo de ese tiempo. Vio como la mujer entraba nuevamente con lo que parecía ser la bolsa con la ropa del cambia formas, pero algo lo saco de sus pensamientos, un sonido fuerte, uno proveniente de la mujer. Afilo un poco mejor la vista, notando perfectamente de que se trataba.- Si me disculpa...- Dijo en voz baja al cambia formas, levantándose de la mesa lentamente y caminando de la misma manera, en dirección al borracho. Tan solo miro de manera fría, el borracho lo miro, como si quisiera retar al licántropo, pero en un movimiento, el pelinegro lo tomo del cuello de su prenda superior, y de otro movimiento, lo arrojo con fuerza afuera de la taberna. No le importaban las miradas de todos los presentes, el acto de ese hombre había sido una total falta de respeto y el licántropo no iba a permitirlo, sin esperar alguna palabra, o reacción por parte de ese hombre, o de su misma maestra, volvió a sentarse calmado, a la par que volvía a dar un sorbo de su jarra.