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Post by Galder Havelock on Sept 9, 2017 4:12:22 GMT
No habían sido unos días muy agradables para el joven kelpie. Galder miró su enmarañada melena cubriendo la mayoría de su rostro, como caía su rabo casi sin fuerzas al suelo, pesados con humedad que no era agua. El líquido rojo había goteado desde su lomo hasta sus flancos, había un par de marcas de garras de aspecto desagradable cerca de su columna, por fortuna cortando solo carne, pero cada paso provocaba algo de dolor y algo más de carmesí goteante. Se detuvo, apoyando el flanco contra un muro y despacio se tumbó. Solo necesitaba descansar un poco, solo tantito mas de paz y podría ir a buscar una buena fuente o un arroyo en el cual desaparecer.
Mirovia normalmente era un lugar muy amable para otros arcanos, con excepción de algunas rivalidades instintivas, algunas enemistades y pleitos menores, el kelpie la había pasado bastante pacíficamente.
¿Cómo iba a saber que esa vampiro tenía un temperamento tan explosivo? tampoco era que le hubiera tocado indebidamente, sólo algunas sugerencias. Y ahora estaba golpeado, con hambre y en la calle. Otra vez. Suspiró pesadamente. Las calles de ese lugar eran muy tétricos y normalmente no estaría ahí, pero una cosa llevó a otra. Tal vez sea momento de volver bajo el agua . No era su lugar favorito, había algunos kelpies que no soportaba mucho, demasiados egos, demasiados ojos que juzgaban. ¿Qué tiene de malo que Galder quisiera divertirse y correr salvaje entre los otros arcanos? Eso no era motivo para mirarle como si fuera menos. Pero así era como le veían, como el libertino, extraño y poco confiable Galder.
Ese que tiene hijos en todas partes. Ese que no se queda más de dos noches en el mismo sitio.
Tampoco era su culpa. Pero hacer entender a sus similares era difícil. Comenzó a llover. Al menos la humedad no le molestaba en su forma equina, pero debía verse muy miserable con el pelo pesado de agua. Bebió un poco de un charco cercano, ignorando el sabor a sangre.
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Post by Deleted on Sept 9, 2017 5:31:29 GMT
La idea de satisfacer su sed con una caza nocturna parecía muy buena en la mente del vástago, no había indicios que dijeran que su reserva privada fuera a agotarse pronto, sin embargo prefería alimentarse a la antigua como el hombre viejo que era y dejar esa reserva para cualquier emergencia, pero el destino era cruel y justo esa noche tenía preparados otros planes para Izark.
En primer lugar y ya adentrándose al bosque de los susurros, no encontró ni por asomo ningún tipo de presa de considerable tamaño para el, solo un par de conejos y aves que parecían estar más que perdidos y que no podrían satisfacer el hambre del vástago. Quizas los animales de la zona por fin habian comprendido lo peligroso que era aquel bosque y habian decidido migrar hacia tierras menos hostiles, vaya suerte del hambriento izark.
Al final decidió que haría uso de su reserva en cuanto llegara a su hogar. El camino no era tan largo, pero para su buena fortuna la lluvia comenzo a caer sobre el a medio camino. Mojado, hambriento y de mal humor siguió su camino con pasos lentos y pesados, importandole poco si su elegante vestimenta se veía arruinada por la lluvia. Mientras mas se acercaba a su destino, un fuerte olor a sangre fresca llegó a su nariz y viéndose atraído por su alimento natural apuro el paso.
Para cuando por fin llegó, su garganta se sentía seca y sus pupilas estaban ligeramente dilatadas, no se le podía hacer esperar demasiado a un vástago en esas condiciones, pero el ya tenia sus años y sabia cómo controlarse, y era mucho más fácil si tenía a un arcano herido en frente, en momentos como ese sus principios eran mas grandes que su sed. Aquel individuo estaba prácticamente a las afueras de su lúgubre hogar, mojado al igual que el y bastante herido por lo que se podía notar -¿Mala noche?- dijo el vástago estando prácticamente al lado del equino.
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Post by Galder Havelock on Sept 11, 2017 3:57:38 GMT
Se relamió el hocico para espantar el sabor del agua sucia de su paladar. Al menos le daba fuerzas. Comenzó a lamer un poco la humedad de su cabellera empapada. Que cayera sobre su rostro le facilitaba mucho el trabajo. Posiblemente se veía como esas ovejas de lanas largas.
La calle estaba oscura, la humedad sería reconfortante en cualquier otra situación. El kelpie sacudía de vez en cuando las orejas, atento a los sonidos nocturnos. Solo unos minutos, se prometió en silencio. Solo unos minutos de descanso y luego me levantaré. Repitió para tranquilizarse, no era una presa vulnerable. Reprimió todo instinto por un momento, estar tumbado en el suelo no solía ser cómodo para ninguno de especie equina, el peso sobre sus patas era incómodo y no sentía que pudiera levantarse con la suficiente rapidez si hubiera algún depredador cerca.
Y hablando de depredadores. Había alguien acercándose. Se quedó muy quieto y muy tenso observando como el vampiro emergía de la oscuridad y despacio pero sin pausa se acercaba hasta quedar a un palmo suyo. La voz grave le sorprendió un poco y tumbó las orejas contra la cabeza.
-Eso… apenas comenzaría a describirla - Curvó su cuello, ocultando su barbilla contra su pecho con fingida timidez, mientras aprovechaba el movimiento para observar a su interlocutor con más calma. Ropa fina, mojado pero cómodo con eso, muy apuesto, y ese aura oscura de vampiro.
- ¿Estoy estorbando su paseo? me disculpo- podía ser suave y dulce cuando quería.
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Post by Deleted on Sept 11, 2017 4:22:21 GMT
Musito una muy pequeña risa desde el fondo de su garganta al escuchar las palabras del kelpie. No era muy común ver a ese tipo de arcanos fuera del agua y mucho menos por Reapergate, pero debía admitir que era una fortuna. Las ocasiones donde se había topado con esos seres eran muy contadas y siempre era un placer conocer más a fondo cada especie que Mirovia tenía para ofrecer.
-Paseo no- afirmó el vástago mientras esquivaba al equino –Estas justo en frente de mi hogar- la gran casa era bastante ostentosa, justo del agrado de los ricos y poderosos, mas sin embargo no tanto del vástago, al menos era espaciosa y eso era todo lo que él y sus inquilinos necesitaban. -¿Aún puedes caminar o prefieres que te arrastre hasta adentro?- preguntó con cierto aire sarcástico, declarándole al extraño que sus puertas estaban abiertas para él.
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Post by Galder Havelock on Sept 15, 2017 3:11:40 GMT
-¡Oh! me han dicho que hago un grandioso tope para puertas - bromeó ante el comentario. Mejor tomarse su propia desgracia con buen humor. Despacio enderezó las patas delanteras impulsándose hacia el frente para ponerse de pie. Un poco torpe. Casi cayó de cuartos traseros, pero por fortuna sus rodillas se mantuvieron firmes, las cuatro de ellas.
-Todo bien, solo necesito un respiro - Explicó, acompañando sus palabras con una sacudida de orejas húmedas, todo estaba húmedo. La idea de ser arrastrado era tentadora, así fuera para convertirse en cena.
-Suena tan peligroso diciendo eso. Ahora temo manchar sus alfombras o las bonitas piedras - ¿Iba a tomar su sangre? ¿Deshacerse de la evidencia del ataque de una de sus vecinas? entró despacio ante la invitación.
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Post by Deleted on Sept 15, 2017 5:05:48 GMT
Aquel individuo muy a pesar de estar herido se veía más estable, cosa muy afortunada en una víctima de Reapergate, lo cual generó ciertas dudas en el vástago ¿Con que clase de bestia se había metido para acabar así? ¿Qué había hecho para merecer tal trato? ¿Acaso era un ajuste de cuentas? Varias incógnitas de la misma índole llegaron a la cabeza del vástago, haciéndole dudar acerca de la naturaleza del arcano. Camino hasta las imponentes puertas de la mansión dando por hecho que el contrario lo seguiría a paso lento –Créeme chico, soy peligroso- inhalo profundamente llenándose de ese delicioso aroma a sangre en el ambiente –No es un problema, descuida- sacudió su cabeza ligeramente tratando de mantener controlada su sed.
Ni bien subió las pequeñas escaleras que daban a la entrada, las puertas se abrieron lo suficiente como para dejar ver algo del interior y en medio de ellas, una mujer de piel oscura, vestimenta elegante y un semblante frío esperaba pacientemente con un par de toallas en mano la llegada de su amo –No pude evitar notar su ausencia mi señor- la dama hizo una pequeña reverencia en cuanto observó al vástago –Así que me quede en la ventana a esperar su regreso- una de las toallas fue extendida hacia izark, quien la recibió gustoso y con una expresión de satisfacción en el rostro. –Tenemos un visitante y se encuentra herido- dijo al vástago al mismo tiempo que se deshacía del blazer que cubría sus fríos y marcados brazos soltándolo a un lado del recibidor como si de cualquier basura se tratara.
La mujer afirmó con la cabeza dándole un rápido vistazo al kelpie, frunció el ceño y se retiró del lugar dejando la segunda toalla entre las manos de su amo –Toma- lanzó aquel trozo de tela, esperando que le cayera justo encima de la cabeza al chico.
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Post by Galder Havelock on Sept 19, 2017 2:28:29 GMT
- ¡Oh! le creo completamente - ¿Cómo podía dudar de su palabra cuando le veía con esos ojos ardientes? - Podría devorarme completo, no lo dudo. O quemarme con su mirada. Clavarme en mi sitio tal vez. Pero aun así es tan cortés con este potro en apuros que me duele el corazón pensar en quién podría abusar de su bondad. No este húmedo kelpie, claro que no, soy su fiel servidor, a vuestros pies totalmente. Pero el mundo está tan lleno de gente terrible - Seguía hablando, embobado con la mansión, preguntándose si todos los vampiros tenían gustos similares, y mirando a su anfitrión. Sus pies, milagrosamente pies humanoides y no cascos, chocaron humedamente contra el suelo frío. Gloriosamente helado, agradecía esa frescura contra su piel acalorada por soportar las heridas.
El cabello se pegaba contra la herida en su hombro derecho, algunas algas verdes especialmente persistentes se tiñeron de carmín. El aroma a sangre posiblemente incomodaba mucho a su anfitrión. Y al parecer a la servidumbre del vampiro también, ya que se retiraba tan presurosamente. Y claro, recibió una toalla en la cabeza que no pudo y tal vez no quiso esquivar.
¿Incomodaba tanto a su anfitrión? Se acercó despacio, por la propia inestabilidad en esa forma sellada y el agotamiento de las heridas. Usó la toalla para secar un poco su cabello, si bien no su ropa. La tela absorbía la sangre como si fuera un manjar. Hasta la toalla le parecía vampírica en aquel lugar.
-Brindar refugio a un desconocido herido en una noche como esta; eso habla mucho de su alma gentil mi señor. Una cosa no quita la otra, pero así sea usted un peligroso caballero, temo que le veré con ojos de agradecimiento - sonrió suavemente. - Agradezco la toalla y su hospitalidad. Si hay algo que pueda hacer para pagar, no dude en pedirlo, soy su fiel siervo esta noche -
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Post by Deleted on Sept 26, 2017 23:38:00 GMT
Observó de mala manera a su invitado durante varios segundos, suspirando al final y sin poder evitar sonreír -Tus palabras son vacías- aquella mujer volvió a aparecer y está vez con varios vendajes entre sus manos y uno que otro líquido para tratar las heridas del kelpie -Deja tus decoradas palabras para algún incautó que las crea, aquí no son bien recibidas- el desagrado del vástago era tal que incluso se atrevio a gruñir como si de una bestia feroz se tratase.
El olor a sangre inundada el pasillo, su sed crecía a cada segundo al igual que sus colmillos. Por un momento su vista se nublo, acercándose al hombre y sosteniendolo ligeramente del cuello y tomando su cintura, pegando su cuerpo al suyo -Si tantas son tus ganas, podrías ser de utilidad para calmar mi sed- respiraba algo agitado por la boca.
La mujer volvió a hacer acto de presencia, aclarando su garganta de manera sonora y atreviendose a tomar al vástago del brazo, sacudiendolo un poco para regresarlo a la realidad. Cosa que funcionó, Izark la miro un tanto preocupado, solto al kelpie y se apresuró a la habitación más cercana de la casa -Nirka ocupate de nuestro invitado antes de escoltarlo a mi oficina- dijo en voz alta mientras se alejaba.
La sirvienta afirmó con la cabeza y giro para quedar frente a Galder -Ya escuchaste al amo- camino hacia el umbral de una puerta no muy lejos de dónde se encontraban -Tenemos que curar tus heridas- los instrumentos necesarios para esa tarea ya estaban en su poder, lo único que hacía falta era la cooperación del hombre.
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Post by Galder Havelock on Sept 28, 2017 5:30:08 GMT
Ohh~ una mirada enfadada, me estoy volviendo un experto en provocar ese tipo de actitud en vampiros . Pensó el kelpie mientras sonreía tímidamente. Pronto se hizo clara cuál era la molestia de su anfitrión. No parecía que le gustara que le endulzara con palabras, al menos parecía más divertido que furioso por su lambisconería. Hasta que gruñó. ¿Por qué tenían que gruñirle todos? Era un inocente y dulce kelpie deseoso de complacer y se lo ponían muy difícil controlarse cuando hacían esos ruidos sexis y salvajes. Al menos Izark no pareciera inclinado a tener tendencias realmente violentas en su herido huésped. No había amenazas de asesinato. De momento.
Aunque si tiraba de su cabello o le mordía no respondería de sus actos.
-Ruego por su comprensión. No quise ofender. ¡Oh! ¿Mi señor? - no contuvo su débil gemido cuando sujetó su cuello y cintura. ¿Sabían los vampiros lo tortuosamente sexis que eran cuando andaban todos hambrientos y táctiles? Suspiró y le dejó hacer, sintiendo que su cuerpo se amoldaba con facilidad de práctica al ajeno. Tenía algo de frío, pero se calentaría rápidamente si comenzaban otro tipo de actividades.
Y su delicioso momento se interrumpió por un carraspeo y alguien arrebató a su hambriento y delicioso vampiro de casi encima suyo. ¡No! el mundo era tan cruel. Miró con ojos de potrillo enamorado como su agresivo vampiro se alejaba. Posiblemente tratando de reunir su autocontrol para no devorarle.
¡Oh querido! pero si yo quiero ser devorado . Siempre sería mejor que la vampireza que casi le destripa más temprano.
Su suspiro ahora fue más melancólico que emocionado. ¿Qué podía hacer? mirar a la sirvienta con un mohín solo la pondría en su contra. Así que sonrió débilmente y le siguió hasta sus herramientas. Un banquito le recibió, el kelpie agradecido de poder sentarse. Con cuidado retiró su ropaje superior, la túnica algo gruesa y de tela áspera terminó en su regazo mientras se quitaba la más suave túnica interior, pero más manchada de sangre. Estaba también algo rota en la parte de atrás. Descubrió la herida, posiblemente necesitara un poco más de vendas. Los cortes corrían largos y sanguinolentos, las marcas de uñas en su espalda habían dejado bastante daño en su piel y se veía un poco el color blanquecino en su columna.
- Mis disculpas por las molestias - no creía que la dama fuera a recibir mejor sus amables palabras que su señor, pero no hacía daño intentar congraciarse con quien tenía a su disposición malignas aguas de hueso, oh no, ¿era eso metal? bien, agujas más decentes, y otras cosas que se veían tétricas desde su muy herido e indefenso punto de vista. Dudaba que fuera a usar magia curativa en un huésped de dudosa utilidad. Por mas amable que fuera el señor vampiro.
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Post by Deleted on Sept 29, 2017 16:29:25 GMT
La mujer observó de manera fría las heridas del kelpie, a la sangre aún corría de forma lenta y vaya que se veía mal -Estamos acostumbrados- una pequeña botella fue abierta a espaldas del hombre y el contenido algo espeso cayó sobre las heridas de este. Rápidamente aquel líquido comenzó a comerse la piel punzante, cerrando los cortes importantes y sanando de manera superficial lo demás.
En silencio absoluto, la sirvienta se limitó a cubrir de vendajes el pecho del hombre -Tu cuerpo absorbera el líquido después de un rato- los vendajes eran asegurados con habilidad y ante todo seriedad por parte de la mujer.
Ya en su oficina, Izark prácticamente se lanzó hacia su escritorio, abriendo el primer cajón a la derecha, topandose con una botella llena de aquel líquido rojo que tanto necesitaba. La vacío en cuestión de segundos, respirando de manera agitada y clavando sus garras en la madera obscura. No era la mejor manera de cal.ar su sed, al menos no la que el hubiera querido, pero ya estaba más tranquilo y eso siempre era buena señal para todo aquel que lo conocía.
La atención por parte de la mujer estaba completa, le dedicó un par de minutos extras a revisar los reflejos de tipo a a tes de por fin dejarlo libre -Sigue derecho por el pasillo y encontrarás una puerta enorme, es la oficina del amo- la mujer tomo sus herramientas y dejo solo al kelpie en aquella habitación
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Post by Galder Havelock on Oct 6, 2017 18:04:23 GMT
-¿Acostumbrados? oh, pregunta tonta- Se quedó callado de nuevo, pensando si era normal que desfilaran arcanos heridos en la mansión del vampiro. Obvio que era normal ver sangre y todo eso. Dado que, ¡duh! vampiros. Se escuchaban historias muy sucias y perversas al respecto. ¿Cuanto sería verdad y cuanto no? Las orejas se cerraron y abrieron con interés. Tantos misterios en las mansiones oscuras. La dama anterior no había cooperado, pero tal vez aquella sierva sería más abierta a ello.
Le lanzó una mirada de reojo. No. Muy fría. ¿Cual era el problema con esos chupasangre? no había pasión, no había calor en absoluto. Bueno, eso no es cierto… el señor de la casa sin duda parece muy apasionado .
- ¡Uggh! ¿Qué? ¡Oh vaya! - Soltó un pequeño jadeo sorprendido cuando el líquido tocó la piel y empezó a actuar. Bien, retiraba lo dicho. Si usaba magia curativa. Los músculos temblaron bajo el efecto de la poción, aún quedaban moretones pero la piel dañada se cerraba y era lo más importante, no perder más sangre.
- Esa es una poción muy útil - una a la que con sus ingresos de cazador no tenía acceso a menos que tuviera una muy buena temporada de caza. Alzó los brazos para facilitarle la tarea. Era demasiado seria. Tal vez si le tocaba una bubi… Si, eso no. Terminaría de nuevo en la calle y con más heridas o huesos rotos para acompañar. Por fortuna, se contuvo, manteniendo la mira en el objetivo mayor, cierto vampiro que la había mostrado piedad al acoger al kelpie en su mansión. Siguió las instrucciones, acariciando un marco aquí y allá, curioseando y tocando los tapices. Las casas vampiricas siempre eran tan intrigantes. Finalmente llegó a la puerta. Y si. Era enorme. Por favor, que no esté compensando algo. Tocó sin mucha timidez la madera y empujó para abrir, asomando una cabeza cubierta de rizos negros al interior de aquella elegante oficina.
- Buenas noches mi señor~ he encontrado las atenciones de su señora muy encantadoras - señaló los vendajes. - Sois tan generosos, ciertamente no tendré modo de pagarle a menos que venda el pellejo -
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Post by Deleted on Oct 11, 2017 5:51:43 GMT
Su respiración poco a poco volvía a la normalidad, sus colmillos se retraian al igual que sus pupilas. Sin embargo no estaba satisfecho, nunca lo estaba y menos después de que su caza se viera arruinada de tal manera. Había un olor ligero a sangre en el ambiente que ciertamente lo ponía nervioso y debido a esto, a su cabeza llegó la imagen del kepie herido en su recibidor y en cómo había actuado durante unos segundos. En otras circunstancias (y obviamente otros tiempos) las mejillas del hombre se hubieran tornado ligeramente rojas, pero no era el caso.
Estaba a punto de dar el primer paso para alejarse de su escritorio e ir escaleras abajo nuevamente cuando la madera de la puerta hizo eco en toda la habitación, fue entonces que paralizó por un momento, viendo como aquella melena conocida se colaba a través de la entrada. -Me alegra escuchar que Nirka hizo un buen trabajo- la pequeña botella entre sus dedos regreso a su sitio -Como siempre- susurro para si mismo mientras tomaba asiento detrás de aquel escritorio.
Tomo un par de papeles entre sus manos y despues de darles un breve vistazo comenzo a guardarlos en los cajones del mismo mueble -Ciertamente- un par de segundos pasaron para que su vista se centrará en el chico -Afortunadamente para ti, la hospitalidad y servicios que puedes llegar a encontrar en esta gran mansión son completamente gratuitas y abiertas a todos aquellos que las necesitan- colocó sus codos sobre la mesa de madera y entrelazo los dedos -No hay ninguna necesidad de venderse como ganado joven...- ladeó ligeramente la cabeza, el nombre de aquel kepie era lo que buscaba.
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Post by Galder Havelock on Oct 19, 2017 6:22:01 GMT
Tomó el que siguiera hablando con él como una invitación para entrar y ponerse cómodo. Estaba descalzo, como siempre. Sus pies se movían silenciosos sobre el piso, a diferencia de sus cascos que sin duda resonarían contra la piedra. Si, sus pies humanos eran más amables para con la casa de su anfitrión. Se acercó con un ligero balanceo, natural en un kelpie en tierra, en cascos. No que esperara que el vampiro supiera de eso. Tal vez pudiera salirse con la suya.
El vampiro se veía devastadoramente apuesto. ¿Qué deidad les había creado tan perfectos? quería relamerse los labios o adorar ese cuerpo. Pero precipitarse sería un error. Ahora sabía un poco más de vampiros. Una de las razas con las que menos había lidiado.
- Bueno, no escuchará ninguna queja de estos labios, Nirka es una dama muy profesional y gentil en sus cuidados- halagar a la servidumbre del vampiro parecía ser un buen camino a seguir. Además, realmente estaba agradecido con la señorita por el uso de una pócima en él. Suspiró felizmente y se apoyó en el escritorio, cuidando de no sentarse sobre ningún papel, eso sería un distractor. Y no quería que un papel arrugado le robara el protagonismo. Hizo un ligero mohín y apoyó su mejilla en su hombro dejando que sus rizos cayeran parcialmente en su cara. Descarado.
-Tal vez mi sentido del honor me lo demanda. Ciertamente nadie me había llamado joven en un buen tiempo - Amor, amante, caballo endemoniado, y otras cosas menos halagadoras que no planeaba repetir, pero joven, eso nada.
- Puedes llamarme Galder, de la familia Havelock - kelpies muy respetables, excepto por él. En lo último que había escuchado. -¿Y cual es el nombre del apuesto caballero al que debo mi pellejo? -
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Post by Deleted on Oct 21, 2017 4:32:23 GMT
El kelpie se había acercado lo suficiente ¿Quería su atención, bueno ahora la tenía en su totalidad. –Joven Galder- dijo asintiendo ligeramente con la cabeza –Izark Santori, dueño del lugar donde te encuentras- una sonrisa se formó abiertamente en el rostro del vástago –Líder del clan Santori y objeto de deseo por hombres y mujeres por lo que parece- Se permitió musitar una risita ante sus palabras. Estaba consciente de lo rudo y dominante que se veía, pero ¿atractivo y deseable? Eso era algo que hacía muchos años no escuchaba. Y parecía que cada vez que ponía un pie fuera de la mansión, una persona caía rendida a sus pies, no se acostumbraba del todo.
-Puedo ver que te encuentras mucho mejor- el vástago se incorporó lentamente de su asiento –Quizás tu condición te permita partir esta misma noche- Camino tortuosamente rodeando su escritorio –Pero no está en mi naturaleza el dejar ir a un joven incauto que rescate de las calles- después de lo que parecieron horas, el vástago se plantó frente a Galder –Si sigues derecho por el pasillo encontrarás un sinfín de puertas- señalo con la palma abierta la salida de su oficina –Tengo entendido que las habitaciones del lado derecho del pasillo están vacías, así que puedes tomar la que más te guste y descansar tus huesos por esta noche- bajo su brazo así como su mirada hacia el hombre frente a él.
Aun podía sentir un ligero aroma a sangre en el ambiente procedente del cuerpo del kelpie. Tragó pesadamente y desvió su mirada hacia la derecha al igual que su cuerpo.
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Post by Galder Havelock on Nov 15, 2017 6:21:05 GMT
- Mi señor Santori~ - respondió la sonrisa con un guiño, saboreando el nombre en su lengua y labios. Quería jadear y suspirar tras el vampiro. Era su segunda naturaleza el tener atracción por lo peligroso, por lo carnal y lo fuerte. -Un hombre que sabe su propio atractivo, por lo que parece - se burló a su vez. ¿Por qué no? juguetear era lo suyo. Y el vampiro parecía que quería participar por momentos y correrlo al siguiente. ¡Que hombre tan frustrante! Si le dejara complacerlo podría hacerlo tan feliz, darle placer. En cambio le espantaba como a un potrillo de regreso a zonas seguras. Como si no supiera en lo que se estaba metiendo.
Galder no permitiría eso.
- ¿Irme sin pagar mi deuda? ¡nunca! ¿Qué clase de caballero sería? - Aprovechó que el vampiro se acercó merodeandole como un depredador. Con una sonrisa coqueta apartó su cabello e inclinó su rostro hacia arriba. Eso descubría su garganta deliciosamente, la piel pálida y desnuda se arqueaba tentadoramente frente al vampiro. Alzó una ceja, invitándole o retándo a sacarle de su oficina.
- Incauto no sería una palabra que usaría para describirme - Izark parecía querer estar en otro lado. Le recorrió una oleada de frustración y se inclinó aún más hacia adelante hasta que su nariz casi tocaba el rostro del vampiro. - ¿Le he disgustado de algún modo? apenas si puede mirarme. Solo deseo complacerlo-
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