Cartas al mas allá | privado Bhorem [CERRADO]

El rechinido de los arboles al mecerse con el viento y el canto repentino de alguna ave, eran los únicos sonidos que acompañaban aquel sombrío silencio, lo que le daba tiempo para relajarse un poco y pensar con la cabeza fría la forma de poder encontrar al destinatario de dicho paquete; tenia la ubicación marcada en el mapa pero el problema era saber donde estaba ella.
Su concentración se vio interrumpida por unos pasos lentos y pesados que parecían aproximarse, lo que le hizo sentir algo de alivió al saber que alguien mas estaba ahí que tal vez pudiera darle indicaciones, notando a la figura que se acercaba por entre la niebla se puso de pie, pero conforme se fue acercando y dejando ver su apariencia amenazante, ya no estaba tan segura de sentirse aliviada. La parecencia del desconocido había puesto todos sus sentidos en alerta y la parecencia de la sangre en su casco y hacha no mejoraban las cosas.

Guardó silencio esperando que el contrario dijera alguna palabra pero solo se escuchaban los jadeos y siseos que la ponían aún mas en guardia, estudiando rápidamente la situación. No temía a un enfrentamiento, pero el no poder portar un arma la dejaba en desventaja contra su enorme hacha, por lo que miró rápidamente sus pertenencias y luego alguna ruta por la cual pudiera escapar por si las cosas se ponían feas, decidiendo romper el silencio entre los dos y esperando tener alguna señal de sus intenciones- Buenas... ¿hay algo en que lo pueda ayudar? -pregunto con voz clara y precavida-      

Si bien estaba alerta y preparada para cualquier cosa, su semblante se mantenía tranquilo y al verlo mover su hacha, se preparó cambiando su postura a una de defensa, pero el otro solo se estaba acomodando para descansar. 
Alzó ligeramente las cejas en sorpresa al escuchar su voz y forma de hablar que no encajaban con su apariencia ruda y fornida, pensando que tal vez se había apresurado a juzgarlo, sin embargo no estaba de mas se precavido. 

Retrocedió hasta sus bolsas procurando no darla la espalda y sacar una cantimplora, la cual le acercó estirando su brazo hacia el arcano que ahora se podía notar su cansancio- Aquí tiene - Una vez la tomó, retrocedió nuevamente para mantener su distancia examinándolo detenidamente. Parecía como si recién hubiera salido de una batalla de la que había terminado exhausto- ¿mal día? -se atrevió a preguntar. Antes de revelar que estaba perdida y verse vulnerable, quería saber con quien estaba tratando o las condiciones del otro arcano pues el no poder ver su rostro o al menos sus ojos, no le permita poder tomar la confianza de pedirle alguna indicación.   

Se tensó un poco al ver como el caballero se arrodillaba frente a ella, pues no creía merecer tal gesto de su parte mas no dijo nada mas, limitandose a tomar de nuevo la cantimplora- Irenea Novkrov, pero algunos me conocen como mensajera del invierno... puedes llamarme como gustes... Bhorem.

Miró hacia el cielo preguntándose también aquello, antes de entrar por la senda aun era de mañana pero ahora no tenia idea, tal vez estaba atardeciendo ya pues si bien había algo de luz no la suficiente ¿o era que solo estaba nublado?. Presto de nuevo su atención al caballero cuando habló de nuevo, mirando en la misma dirección que él, notó el cadáver del enorme jabalí, el cual por la neblina y la poca luz, confundió con algún bulto de hojas secas. Ahora entendía de donde había provenido ese sonido de hace un rato, antes de ver aparecer al arcano- Ya veo... supongo que el mio no ha sido tan bueno, no se cuanto tiempo llevo en este lugar pero creo que me he perdido, al no poder ver el sol ni siquiera se donde queda el norte o el sur. ¿De casualidad usted conoce alguna maneara de llegar a este punto? - Ahora que sabia que la sangre era por haber cazado a una bestia y que al parecer no tenia intenciones ocultas mas que descansar, se tomo la libertad de preguntarle aquello, acercándose para mostrarle su mapa y el punto al que quería llegar, dejando que tomara el mapa si era necesario. Y estaba pensando también en consultar su tableta arcana, pero su orgullo no le permitía dejar que mas se enteraran de aquello.  

La centauro se llevo una mano al mentón mientras el otro le daba las indicaciones, relajando los hombros al escuchar que posiblemente solo le faltaba medio kilómetro. Era un alivio pues en verdad quería salir de ese lugar, no le gustaba sentir que las cosas estaban fuera de su control y desde que había llegado a la senda de los espíritus, tenia la sensación de que alguien o algo la miraba, aunque tal vez solo era algo de paranoia que le causaba verse rodeada de tanta neblina.

Alzo la mirada hacia el árbol que en efecto era muy alto, y la idea de treparlo para ubicarse mejor podría funcionar sin embargo, Irenea no era la mejor escalando arboles y como si no fuera suficiente, le temía a las alturas. Pero una vez mas su orgullo no le permitía demostrar su miedo, o tal falta de habilidad- Tal vez tenga razón, solo espero que la neblina allá arriba no sea tan espesa y permita la visibilidad - Dicho eso miro sus cosas y luego al caballero, no iba a poder trepar con sus bolsas y no se arriesgaría a poner en peligro el paquete, pero tampoco quería dejarlas en manos de un extraño. Si bien no parecía tener malas intenciones, seguía siendo un desconocido en el que no podía confiar del todo- ¿Usted también subirá verdad? cuatro ojos miran mejor que dos -comento intentando sonar simpática y tratando de no demostrar su desconfianza, pero simplemente era demasiado seria como para lograrlo. 

Apartó la mirada algo avergonzada por ser tan evidente pero no la podía culpar, pues aquel lugar podría no ser el mejor para hacer amigos y su apariencia no era la mas inofensiva. Sus viajes le habían enseñado que no podía fiarse de un desconocido, y ante su sugerencia negó con la cabeza- También subo -No permitirá que alguien se arriesgara solo, y mucho menos por algo que le beneficiaria a ella a sabiendas que el otro tampoco era muy bueno para escalar.

Se acercó al árbol y miro hacia arriba trazando un camino por el cual seria bueno subir, tragó saliva y echo un ultimo vistazo a sus cosas antes de comenzar a trepar- Tenga cuidado por favor -Sabia que no era necesario decirle eso, pero le preocupaba que se pudiera lastimar o caer, que en todo caso, ella no podría ser de mucha ayuda en esa situación.

Sin mas comenzó a trepar con cuidado, tratando de coordinar lo mejor que podía sus brazos y piernas, tanteando las ramas para asegurarse de que fueran lo suficientemente fuertes como para soportar su peso. Iba bien, demasiado para ser cierto, hasta que pisó algo de moho que provoco que se resbalara y cayera un par de ramas hasta que afortunadamente pudo sujetarse de una, quedando colgada solo de su mano.

Con el corazón en la garganta y una sensación helada, no pudo evitar mirar hacia abajo y ver lo alto que estaban, por lo que tuvo que cerrar los ojos gracias al tremendo vértigo que sintió. Inhaló profundo y contuvo el aire para dejarlo salir despacio y relajarse, tenia que concentrarse- Estoy bien -aseguró- usted continúe -dijo para que no se preocupara y siguiera subiendo, entre mas rápido acabaran con eso mejor.

Al estar mas relajada y abrir los ojos de nuevo, se topo con una textura del árbol que parecía un rostro que sufría, Irenea torció los labios por lo "alentador" que resaltaba eso, así que apoyando de nuevo sus pies y su otra mano, continuó subiendo.

El aire ahí arriba era mas fresco y menos denso, por lo que Irenea aprovecho para llenar sus pulmones y exhalar en un suspiro al ver hacia donde se ponía el sol. Mientras Bhorem explicaba, ella sacó el mapa sosteniéndolo bien ya que el viento amenazaba con arrebatarlo de las manos- Si, al parecer es por allá -afiló un poco la mirada al notar una tenue estela de humo gris que se veía en la misma dirección a donde debían ir, suponiendo que era ahí a donde debía entregar el dichoso paquete- Hay que darnos prisa antes de que se haga de noche y sea mas complicado todo esto... -dicho eso comenzó a decender con cuidado y en proceso, pudo ver a un goblin hurgando en sus cosas- ¡Oye! ¡deja eso! -le faltaban un par de metros así que para no perder mas tiempo, saltó.

El ladrón al ver esto, salió corriendo con una de las bolsas. Irenea tomo la otra antes de salir corriendo tras el, pues justamente el goblin había tomado la que tenia el paquete que debía entregar. Y mientras corría tras el enano verde, se regañó internamente por haberse confiado, pues no pensó que ademas de Bhorem, alguien mas estuviera tan cerca como para darle tiempo de robar sus cosas.