Post by Izrlo Miéville on Oct 13, 2017 19:16:14 GMT
Inclinando su cabeza ante cada palabra del contrario Izrlo comía su plato sin quitar la mirada de su acompañante solo desviando su vista a su plato cuando debía cortar un pedazo de aquella jugosa carne para luego llevársela a la boca. Regis tuvo que esperar unos segundos para que el cecaelia pudiera responderle pues tenía aun en la boca el ultimo trozo de carne de su plato el cual aún al tragar sentía la feliz sensación de su sabor como calidez en su boca ¿Hace cuánto tiempo no degustaba algo tan exquisito? Tan acostumbrado a su propia cocina o la propia comida fría del mar que muchas veces olvidaba con sus viajes a la tierra detenerse y saborear las exquisiteces de la vida.
Tendría que venir más a este lugar las futuras veces que visite Reapergate.
—Sería un gusto que me sirviera de guía, visito con frecuencia Reapergate, pero aun así debo decir que me pierdo— Sus intrincadas calles, múltiples callejones y el hecho de que como ser marino estaba acostumbrado a nadar libremente en el espacio y no limitado a arrastrarse por la tierra como un cangrejo.
Tres cucharadas y los granos de maíz habían desaparecido de su plato, no quedaba rastro alguno más allá de unas líneas de jugo de la carne la cual hubiera lamido a gusto del propio plato si no fuera por lo mal visto que seria.
—Mis felicitaciones al chef— Limpiándose los labios con una servilleta que dejo sobre el plato. Con suavidad y algo de pesadez por la comida digiriéndose en su interior se levantó de la silla con suavidad, tomando a la vez ambas botellas, la que tenía solo un cuarto de su contenido la mantenía pegada a su pecho y la que aun permanecía cerrada la mantenía sujeta con su mano.
Sus tentáculos le ayudaban a moverse con una gran facilidad sobre la suave madera del piso, esperando a que Regis se levantara saco de debajo de sus tentáculos aquella bolsa que antes le había mostrado, ahora llevándolo hasta sus manos para abrirla y mostrar los Mirvos que dentro de ella relucían ante la luz del lugar.
Sacando lo que bien sería el veinte por ciento del valor del plato y el vino los coloco frente a Regis como propina por ser su mozo y tan buena compañía.
—No siempre el mozo se sienta con el cliente, pero ahora que acabe y me siento algo cansado ¿Me podría mostrar mi cuarto?— Cerrando la bolsa en la cual llevaba sus Mirvos volvió a levantar su tentáculo y darle la bolsa la cual nuevamente oculto debajo suyo entre extremidades de pulpo.
Esperando junto a Regis espero a que se levantara y guiara hasta su cuarto.
Tendría que venir más a este lugar las futuras veces que visite Reapergate.
—Sería un gusto que me sirviera de guía, visito con frecuencia Reapergate, pero aun así debo decir que me pierdo— Sus intrincadas calles, múltiples callejones y el hecho de que como ser marino estaba acostumbrado a nadar libremente en el espacio y no limitado a arrastrarse por la tierra como un cangrejo.
Tres cucharadas y los granos de maíz habían desaparecido de su plato, no quedaba rastro alguno más allá de unas líneas de jugo de la carne la cual hubiera lamido a gusto del propio plato si no fuera por lo mal visto que seria.
—Mis felicitaciones al chef— Limpiándose los labios con una servilleta que dejo sobre el plato. Con suavidad y algo de pesadez por la comida digiriéndose en su interior se levantó de la silla con suavidad, tomando a la vez ambas botellas, la que tenía solo un cuarto de su contenido la mantenía pegada a su pecho y la que aun permanecía cerrada la mantenía sujeta con su mano.
Sus tentáculos le ayudaban a moverse con una gran facilidad sobre la suave madera del piso, esperando a que Regis se levantara saco de debajo de sus tentáculos aquella bolsa que antes le había mostrado, ahora llevándolo hasta sus manos para abrirla y mostrar los Mirvos que dentro de ella relucían ante la luz del lugar.
Sacando lo que bien sería el veinte por ciento del valor del plato y el vino los coloco frente a Regis como propina por ser su mozo y tan buena compañía.
—No siempre el mozo se sienta con el cliente, pero ahora que acabe y me siento algo cansado ¿Me podría mostrar mi cuarto?— Cerrando la bolsa en la cual llevaba sus Mirvos volvió a levantar su tentáculo y darle la bolsa la cual nuevamente oculto debajo suyo entre extremidades de pulpo.
Esperando junto a Regis espero a que se levantara y guiara hasta su cuarto.