Lúgubre (priv-Izark)

No era nada raro que los Santori visitarán el cementerio de manera tan constante, el aire del lugar les parecía demasiado familiar y como no, después de perder a tantas personas en la gran caza, aquel lugar ya era como un según hogar. Ningún familiar suyo estaba enterrado ahí, pero no había nada de malo en aparentar que si ¿O no?

Dejo un par de flores en las lápidas que más olvidadas se veían, de igual manera había pasado casi todo el día hablandole a las precencias que se sentían en aquel luhñgar. Sus palabras eran de aliento y esperanza para esas pobres almas en pena, su muerto corazón parecía doler por verse rodeado en tanta tragedia.

El lugar era lujubre y sobre todo silencioso, así que escuchar unos pequeños quejidos a la distancia llamaron la atención del vástago. Camino lentamente topandose con un bolígrafo frente a sus pies y no muy lejos un arcano con libreta en mano. Supuso entonces que aquel instrumento le pertenecía al chico, levantó la pluma y se acercó aún más -Parece que esto es tuyo- el vástago extendió la pluma hacia el chico esperando que la tomará.

-Phmmm- gruño ligeramente ante la reacción del chico frente a el -Solo es una pluma- examinó con la mirada al contrario sin perder su semblante serio -facilmente podrías conseguirte otra- la idea del chico de nunca volver a ver aquel objeto le parecía de lo más absurdo.

Después de varios segundos de silencio en donde aquel individuo parecía estar paralizado, el vástago simplemente alzó una ceja y musito una ligera risa -¿Acaso estás perdido o algo por el estilo?- pregunto el hombre mientras rodeaba al chico para poder observarlo mejor -Este es terreno hostil y no cualquiera puede aventurarse en el- se cruzo de brazos justo frente al chico esperando respuesta.

-Interesante- dijo el hombre mientras colocaba una de sus manos sobre su mentón. Cada vez eran más los arcanos que se atrevía a explorar las tierras de Reapergate, algunos se veían más capaces que otros y el chico justo enfrente de el, no parecía del tipo explorador.

Alzó una ceja ante las palabras del joven, no todos los días de encontraba con una oportunidad así -Si estás buscando un maestro por aquí, puede que no lo encuentra a menos que te pongas a excavar- dijo con un aire sarcastico y una ligera si risa en su rostro -Sin embargo y podría sonar algo egolatra de mi parte- el vástago dió un par de pasos atras, poniendo una mano en su espalda baja y la otra completamente en vertical a su cuerpo -Izark Santori para servirte- hizo una pequeña reverencia a modo de presentación -Lider del clan Santori y dueño de la segunda gran casa que se encuentra en la zona residencial de estas tierras- quiAs se estaba dando algo de méritos extra, pero no estaba mintiendo del todo.

Rodo sus ojos y se encogió de hombros -Tomalo como quieras- ¿El vástago estaba deseoso de tener un discípulo? Quizás no del todo, pero sería una interesante experiencia si se daba en todo caso.

-Depende de que tipos de enseñanzas quieres obtener chico- camino un par de pasos hacia adelante -si no estás interesado es comprensible- giro la cabeza clavando le la mirada -Solo ten cuidado, no todos en este lugar puede llegar a ser tan flexibles a la idea-

Miro la mano extendida del chico por un momento y luego directamente a sus ojos. Se quedó así por varios segundos, pensar do si debía o no aceptar aquel trato. Tomo la muñeca del tipo con algo de fuerza, utilizandola como lazo para acercarlo de un tirón.

-Esto no es un simple juego niño- el aura del vástago era pesada y su semblante agresivo -Pides que alguien se tome el tiempo de enseñarte y guiarte, sin embargo no estás dando mucho a cambio- sus miradas se entrelazaron e Izark sonrió ligeramente -Yo ante todo busco obediencia y lealtad, a cambio de eso tendrás todo lo que necesites mientras vivas- sus palabras, aunque parecieran una simple promesa vacía, eran muy verdaderas -Un techo donde dormir, comida, ropa, protección y si asi lo quieres, una familia- soltó la muñeca del chico bruscamente y de igual manera que el contrario, extendió su mano con una sonrisa -¿Es un trato?-

Sonrió abiertamente mostrando parte de sus colmillos, el trato estaba hecho y no había marcha atrás. -Puedo llamarme como quieras siempre y cuando me muestres algo de respeto- vaya que al vástago le gustaba cuando sus planes salían de tal modo y justo en ese caso no había Sido plan suyo.

Frunció el ceño ligeramente -a todo esto, no me has dicho tu nombre chico- había cerrado un trato y quizás incluído a un nuevo miembro a su clan sin siquiera conocer el nombre de aquel individuo... Vaya caso.

Alzó ambas cejas ante la presentación del chico -Yo también vengo de italia- mostró una media sonrisa -Pero eso fue hace mucho tiempo- un ligero aire de nostalgia le recorrió el cuerpo. ver al joven que ahora sería su discípulo le hizo recordar a Raiden, su sirviente cerbero que se había ido sin decir absolutamente, la nostalgia en el vástago se intensificó.

-Puedes hacerme las preguntas que quieras, por mi parte no tengo ninguna para ti- le gustaba saber todo lo relacionado con la gente que trataba y aquel chico ya le había dado los datos que necesitaba, llegando a casa tomaría nota de todo.